HOLA!! Soy nueva en esto de escribir fics, porfiss no sean duros conmigo :(
CAPÍTULO 1
—¿Entonces lo de Dean iba en serio? —preguntaba Hermione mientras caminaban por el jardín de la Madriguera.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Ginny, extrañada.
—En el expreso de Hogwarts, cuando regresamos, Ron te dijo que eligieras a alguien mejor la próximas vez para que fuera tu novio y no como Michael Corner —Ginny asintió recordando la conversación—. Después dijiste que habías elegido a Dean Thomas —Ginny asintió de nuevo—. ¿Y bien? ¿Es verdad?
—Pues sí, es verdad.
Hermione sonrió de oreja a oreja y le dio unas palmaditas en el brazo.
—Me alegro por tí.
Siguieron caminando por el jardín observando de vez en cuando a algunos gnomos correr entre la maleza.
—¿Significa eso que has olvidado completamente a Harry?
Pensó durante unos segundos la respuesta. ¿Lo había olvidado completamente? Ya no se sentía cohibida ante su presencia, pero aun así notaba un cosquilleo en el estómago. De todas formas, no era lo mismo que cuando tenía once años y no podía pronunciar palabra alguna en su presencia.
—Sí —dijo con poca convicción—. Donde hubo fuego siempre quedan cenizas, y el fuego de Harry fue muy fuerte en mí.
Hermione se acercó a su amigo con una mirada triste.
—Harry se dará cuenta de lo que tiene delante —dijo Hermione—. Tarde o temprano lo hará.
—Ojalá fuera cierto lo que dices, Hermione, pero no creo que lo haga nunca —comentó— Para Harry no soy más que la hermana pequeña de su mejor amigo.
—No digas eso, Ginny, Harry ha cambiado mucho. Te aseguro que...
—¡Ya basta! —gritó Ginny cerrando con fuerza los ojos— Harry no siente nada por mí, no lo sintió y no lo sentirá, ¿vale? Mi novio es Dean y estoy muy contenta de que así sea.
Sin añadir nada más y sin esperar la replica de Hermione se fue en dirección a su habitación.
—¿No es muy tagde paga que una niñita como tú ande sola fuega de la casa? —preguntó Fleur cuando la vio entrar en la cocina.
La fulminó con la mirada deseándole muchas cosas, y ninguna de ellas sanas. Ignorando el trato que recibía de ella, siguió su camino hasta que se encontró a resguardo tras la puerta de su cuarto.
Suspiró con alivio y se acercó a su mesilla de noche. Tomó de encima una foto que mostraba a una chica pelirroja de alrededor de 11 años que sonreía ampliamente y saludaba con la mano.
—¿De verdad lo has olvidado? —le preguntó a su propia fotografía.
Los últimos rayos del sol entraban por la ventana arrancando destellos rojos de sus cabellos y creando extrañas sombras sobre la pared. Se echó sobre su cama suspirando mientras unas extrañas ganas de llorar nacían en su interior. Cerró los ojos mientras al otro lado de la puerta se oían pasos.
—Harry llegará mañana a primera hora —dijo la voz de Hermione al otro lado de la puerta.
—¿Cómo harán para traerlo? —preguntó Ron.
—Tu madre dice que lo traerá Dumbledore —contestó Hermione.
—¿Dumbledore? ¿Crees que tendrá algo que ver con la profecía?
—Puede ser... de todas formas no lo sabremos hasta mañana.
Aguzó un poco más el oído para oír lo que decían, aún con los ojos cerrados, pero en ese momento la puerta se abrió para dar entrada a Hermione. Hizo como quien dormía para evitar tener que reanudar la conversación sobre los sentimientos de Harry.
Hermione se cambió y se dispusó para acostarse en la cama supletoria que habían colocado allí para ella. Aún fingiendo estar dormida notó como una mano le acariciaba el pelo.
—Harry se dará cuenta de que te quiere, sé que lo hará —dijo Hermione—. Sólo espero que no lo haga demasiado tarde.
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Una chica pelirroja de unos 11 años caminaba por un andén totalmente vacio. Los bancos pintados de blanco resplandecían bajo la tenue luz de una única farola que iluminaba las vías. En uno de los bancos se hallaba sentado un chico de ojos verdes, pelo negro que caía sobre su cara y anteojos.
La pelirroja admiró embelesada las hermosas facciones del joven durante mucho tiempo, pero al ser ignorada por éste comenzó a llorar y se fue corriendo hasta una columna cercana. Cuando estaba a varios metros de ella y parecía inevitable el choque, atravesó el muro sin ningún problema.
Casí al instante, de nuevo por la columna, entraba una chica unos años mayor que la que acababa de irse. Era idéntica, el mismo pelo rojo, los mismos rasgos, pero una expresión diferente. Se acercó al banco donde se hallaba sentado el joven de pelo negro.
—Harry, yo te quiero como jamás querré a nadie —dijo colocando su mano sobre una de las mejillas del muchacho que mantenía la cabeza gacha—. Pero aun así, no puedo estar esperándote el resto de mi vida.
Dicho esto se levantó y se dispuso a marcharse de la estación, pero Harry la sujeto de la mano antes de que se alejara demasiado.
—Ginny, esto es muy difícil para mí —dijo con la vista clavada en el suelo—. Pero tengo que decirte que yo... yo... yo también te quiero.
Al fin alzó la mirada y clavo sus ojos verdes en los de Ginny mientras se acercaba lentamente. Sus rostros estaban a menos de un palmo. Los segundos parecían pasar lentos y pesados como si hubieran estado esperando ese momento durante mucho tiempo. Cuatro centímetros distaban sus bocas... tres... dos... uno... estaban a punto de besarse...
Ginny despertó de su sueño gimiendo de enfado, había estado tan cerca... había faltado tan poco. Oyó pasos en la escalera, ¿quién podría ser a esas horas de la noche?
—La habitación de Fred y George está unos pisos más arriba —dijo la voz de Molly Weasley.
Se revolvió un poco en su cama y trató de dormir nuevamente, deseando, y sintiéndose culpable por ello, poder retomar el sueño donde había estado a punto de besar a Harry.
A la mañana siguiente bajo a desayunar junto con Ron, Hermione y, para su desgracia, Fleur. Se sentó a la mesa mientras su madre llenaba una bandeja con unos huevos revueltos, tostadas y zumo de calabaza. Tomó unas salchichas que había en una enorme fuente y comenzó a comer con desgana.
—¿Ha llegado ya Ha...? —preguntó Ron.
—Sí —contestó mi madre antes de que Ron terminará de formular la pregunta— Está en la habitación de los gemelos.
Ron miró a Hermione y ambos se levantaron inmediatamente de la mesa y subieron las escaleras dejando a una muy desconcertada Ginny. ¿De que estarían hablando? Miró a su madre inquisitivamente, pero esta se había vuelto para terminar de rellenar la bandeja. La tomó en sus manos y me dijo:
—Ginny, ¿puedes llevarle está bandeja con el desayuno a Harry?
Harry, ¿cómo podía haberlo olvidado? Se levantó rapidamente tal y como habían hecho momentos antes Ron y Hermione.
—¡Claro! —accedí y me dispuse a coger la bandeja.
—¡Ah, no! —exclamó Fleur detrás de ella, levantándose y cogiendo la bandeja en su lugar— Tú eges demasiado pequeña, podgias caeg la bandeja. La llevagué yo.
Fulminó a Fleur con la mirada y se marchó indignada a ver a Harry. Desde la noche antes tenía cierta curiosidad por ver como reaccionaría Harry ante ella y viceversa, como reaccionaría ella ante él.
Sintió un ligero vuelco en el estómago al verlo tumbado en la cama, recién despierto y tan inocente como parecía. Aun así estuvo muy comoda hablando con él, criticando a Flegggrrrr, riéndose de su madre y comentando algunas cosas sobre lo ocurrido en el Ministerio.
gracias por leerlo!!
dejen reviews plisss!!
tambien le kiero dar las gracias a CcAaRrLlOoSs (ke te podías haber puesto tu nombre solamente jeje ;P) ke me aya ayudado a escribir y a corregir las faltas, soy muy mala con las tildes xD
XAU!!