Disclaimer: Naruto ni ninguno de sus personajes me pertenecen, son obra del gran Masashi Kishimoto.

Advertencias: UA, Un poco de OOC, por el momento nada más.

-Diálogos-

-"pensamientos"-


.

El guardaespaldas

.

.

Capítulo XIII.

.

"Incendio"

.

¿Has visto alguna vez cómo comienza un incendio en un bosque, en medio de la nada?

Seguramente no.

El verano va calentando la tierra como si no fuera más que una pasta de hojaldre al horno que alguien ha olvidado de vigilar.

Las copas de los árboles se balancean de un lado a otro.

Es casi gracioso, pues parecería que se abanican a sí mismas.

Los animales se resguardan en cuevas y hoyos.

O huyen, lejos, cerca de estanques o lagos.

La tierra se resquebraja, las flores comienzan a marchitarse.

El bosque se seca lentamente, bajo el sol abrasador.

Entonces en el momento justo, en la hora indicada, en el sitio menos pensado. Una hojarasca, un pequeño tumulto de hojas secas se apretujan, el viento sopla apenas, un suspiro.

Y el bosque arde.

.

.

Pestañeó repetidamente y se movió entre las frazadas. Volvió a cerrar los ojos y gruñó.

-Arriba cumpleañera, esta es la tercera vez que te llamo, a la cuarta...- Kakashi rió maléficamente- no quieres saber.

A Sakura se le erizaron los vellos de la nuca.

- ¡Que ya me levanto!- gritó, con un matiz de pánico en la voz.

Escuchó de nuevo la risa de él en el pasillo.

Sonrió contra su voluntad, "pero que hombre tan malvado".

18 años. Al fin habían llegado, hacía apenas un mes se le había antojado inmensamente ese día, pero en ese momento, no se le ocurría algo más distante que eso.

Su padre no había dado muchas señales de vida, se había ido de viaje por dos semanas y aún quedaba una semana para que regresase, no se había acercado a la casa de Ino, no la había llamado, parecía algo inaudito tratándose de él. Había imaginado que para este día habría organizado un gran evento donde todo el mundo sabría del maravilloso compromiso que había arreglado, donde le haría dar unas cuantas vueltas como un animal de feria y repartir unas cuantas sonrisas forzadas. Pero nada de esto había pasado.

Era como si le hubiese otorgado un tiempo de gracia antes de que el plazo se acabase. Como si se tratara de su último deseo o de una última cena. Era la única respuesta lógica que encontraba a su comportamiento.

Había acordado festejar su cumpleaños en casa de Ino, donde se suponía que ella estaba.

Aunque "festejar" sonaba un poco a lo grande y sólo sus amigos más íntimos estaría allí, y por supuesto, Kakashi.

Se aovilló debajo de las frazadas.

"Aunque me encantaría festejarlo aquí, en la cama"

- ¡Sakura!- gritó Kakashi, con voz amenazante, desde la cocina.

La pelirosa se levantó de un salto.

- ¡Ya me levanté, ya me levanté!

.

.

.

- Está todo bajo control, he asegurado el área, mantente alerta por cualquier eventualidad. Hablamos luego.

- ¿Con quién hablabas?

Cuando Sakura llegó a la cocina, ya bañada y vestida, el peliplata tenía listo el desayuno, y esa vez parecía que se había esmerado.

Kakashi alzó una ceja.

- Mi jefe- contestó, simplemente.

- ¿Tienes un jefe?- bostezó la pelirosa.

Kakashi se apresuró a virar el rumbo de la conversación.

- ¿Sigues con la almohada pegada?

Sakura lo miró ceñuda.

El peliplata deslizó una cajita negra rectangular por la mesada

- Feliz cumpleaños

Sakura sonrió de inmediato, olvidando su hostilidad y tomando con delicadeza la cajita entre sus manos

-Esto no era necesario, Kakashi.

- Cierra la boca y ábrelo- la instó el peliplata, seguido de un murmullo que Sakura identificó como "aguafiestas".

Era un colgante precioso, con una cadena de plata y un gran dije de una elegante rosa plateada.

- Es hermosa, Kakashi- sonrió nuevamente, conmovida- gracias.

- Y tiene espinas- comentó el peliplata, colocándose a un costado.

-¿Uh?

- Presiona la parte de los pétalos.

Sakura lo obedeció, se escuchó un pequeño "click" y de la parte inferior se desplegó un cuchillo de hoja fina y delgada que daba todas las pintas de ser un arma auténticamente mortal.

Sakura rió, entre incrédula y sorprendida.

- Esta es un arma blanca, Kakashi, ¿Quieres que me encierren en un calabozo?

Kakashi apretó la flor y el arma volvió a ocultarse.

- Nadie tiene que saberlo- sonrió, parecía muy pagado de sí mismo, pero había algo detrás de su sonrisa.. Sakura no logró identificarlo, ¿Qué era? ¿Preocupación?

- Además tiene un rastreador- dijo Kakashi, como quien no quiere la cosa.

La pelirosa levantó una ceja.

- ¿Para tenerme más controlada?

- Para que estés más protegida.- dijo Kakashi, sin una chispa de gracia en el semblante. Tomó el collar, Sakura se levantó el cabello y dejó que él lo colocara.

Sintió el roce de la piel de sus dedos en su cuello y una pequeña corriente le recorrió la columna.

- Te luce- admitió el peliplata, con la voz un poco ronca.

Sakura sintió que el calor le subía al rostro.

- Gracias- dijo suavemente, con voz queda.

Kakashi la miró largamente, parecía como si quisiera decir algo pero finalmente agachó la mirada y volvió a sentarse.

El corazón de Sakura tamborileó fuertemente en su pecho.

.

.

.

"¡Felicidades!" rezaba una gran cartulina llena de flores pintadas a mano, pegada en la pared central de la sala en la casa de los Yamanaka.

Todos sus amigos estaban allí, incluso Sasuke y Neji, que no eran muy dados a esos acontecimientos.

Sakura recibió abrazos por doquier así como gran cantidad de regalos, que estaban apilados en una mesa solo ocupada por ellos.

Al ser Sakura hija de un reconocido empresario, las familias con los que su padre tenía relaciones empresariales acostumbraban siempre a enviar presentes como una forma de reafirmar relaciones y garantizar futuros acuerdos. Se volvía una situación bastante engorrosa para Sakura, que por regla general abría sólo los de sus amigos y dejaba que del resto se ocupara Ino, que parecía tener algún tipo de fijación con el simple hecho de despedazar envoltorios.

Sakura finalmente se permitió respirar tranquila cuando todo el alboroto hubo pasado y dejó de ser el centro de atención, formándose los usuales grupitos de dos o tres.

Miró por la ventana y vio al peliplata parado como una estatua junto a una de las columnas de la casa Yamanaka, estaba hablando por teléfono y tenía una postura tensa.

Se preguntó qué le estaría preocupando.

- Ne, Sakura- la llamó Ino, despacito.

- ¿hm?- murmuró, sin despegar la vista de su guardaespaldas.

- A él realmente le importas.

-...

- Lo sabes ¿Verdad?

- Lo sé- volvió a murmurar, con dulzura- ya lo se.

Se quedaron unos momentos en silencio.

-¿Vas a decirle?

- ...

La rubia parecía preocupada.

- Yo no sé... si tiene algún sentido ahora- admitió, con tristeza- he estado pensando mucho Ino, y realmente no veo cómo esto podría terminar bien...

... incluso si yo le dijera... lo que siento... incluso si este fuera un mundo paralelo y él me correspondiera...

... ¿Puedes imaginar alguna forma en que esto pudiera tener un final feliz?

-...- No podía, Ino lo sabía y eso le angustiaba enormemente. Ella solo quería que su amiga fuera feliz. Sakura era una gran persona y lo merecía en verdad, no conocía a nadie que lo mereciera más que ella. La vida no podía ser más injusta.

Abrazó a su amiga fuertemente por detrás, Sakura sintió un nudo en la garganta.

- No pierdas las esperanzas amiga- le susurró con la voz temblorosa. Sakura se sintió culpable, pocas veces en la vida había visto a Ino desprenderse de esa actitud rebosante de energía y lucha.

- Oigan, yo también quiero- se quejó Tenten y corrió a abrazarlas.

- Oi, no nos dejen afuera, dattebayo- gritó Naruto, desde el otro lado y arrastró a Sasuke y a Hinata con él- ¡Abrazo grupal!- proclamó, y los demás se les unieron.

- Oye, baka, quítame las manos de encima- dijo Sasuke, desde alguna parte, con voz sofocada.

- Ya se que quieres cariño teme, no lo niegues.

- ¡Sí! ¡Abrazo!

- No puedo respirar

- Auch

- Tsk, que molestos- se escuchó una voz, que parecía ser de Neji.

- ¡Te queremos, Sakura-chan!

Sakura sintió que un sentimiento de calidez la embriagaba, y las lágrimas adornaron su rostro sonriente.

- Gracias, chicos.

"Gracias".

.

.

.

- He revisado los regalos que llegaron, no hay explosivos.

- ¿Los abriste? Creo que estás sobreactuando, no van a lastimarla, la necesitan.

- No los abrí, Asuma- escuchó un murmullo del otro lado de la línea- ¡Hey! Préstame atención.

- Oh, si, lo siento Kakashi- se escuchó más ruido- Espera un segundo, me iré de aquí- hubo un poco más de ruido y luego el sonido de un portazo. Asuma suspiró- es que Kimimaro está bastante estresado y ya sabes, crea un ambiente de mierda aquí.

- Siempre está estresado

- Lo de siempre es un estado zen comparado a lo de ahora.

Kakashi se extrañó.

- ¿Por qué?

Asuma calló por un segundo.

- Una rata.- escupió, con asco.

A Kakashi se le tensaron todos los músculos.

- Estás de chiste.

- No sabemos cómo, no sabemos quién, pero se ha filtrado información. Ellos saben que estamos metidos en esto, no solo tras ellos, específicamente de Haruno.

-…

- Y no estamos seguros, pero puede que sepan de ti.

-Esas son unas noticias de mierda Asuma- Kakashi pasó sus manos por su cabeza nerviosamente.

- Cuando dices de mí…

- Lo obvio.- Dijo su compañero, crípticamente.

Por supuesto, no se podría filtrar algo de lo que ni la Agencia está al tanto.

- ¿Sospechan de alguien?

- Nuestra rata.

Kabuto, el agente infiltrado. ¿Era posible? Kakashi no creía en eso, conocía a Kabuto hacía años, era incorruptible. O eso creía.

- Yo tampoco lo creo.

- ¿Kaoru qué opina?

- Oh, lo de siempre, Kimimaro no pone las manos en el fuego por nadie, sospecha hasta de su sombra.

- Eso es lo que dice él, una pierna lesionada en misión por proteger a un compañero dice otra cosa.

- Es Kimimaro.- bufó Asuma, como si eso fuera suficiente explicación.

- ¿Hay noticias del señor Haruno?

- El GPS así como nuestros agentes indican que ha salido del hotel sólo para ir a reuniones concernientes a su empresa. Pero su mujer ha estado de lo más activa.

- No me extraña.

- Me pregunto si el señor Haruno sabrá de la relación de sangre de su esposa con la mafia de mierda a la que planea vender a su hija.

- Si no lo sabe va a caerse de culo cuando se entere.

- Ya lo creo.

- De todos modos estamos alertas, ellos van a moverse en cualquier momento, están esperando a que el viejo vuelva.

- Eso es en una semana… – Kakashi apretó el tabique de su nariz.

- Y las cosas van a ponerse realmente de la mierda. – Asuma puso en palabras su pensamiento.

.

.

.

Para cuando la fiesta hubo terminado Sakura se encontraba físicamente exhausta aunque emocionalmente recargada.

- Tantos regalos no van a entrar- murmuraba Kakashi, molesto de hacer de lacayo.

- Oye, con más cariño, que las secretarias de esas personas se esmeraron mucho en elegirlos- comentó la pelirosa, mientras caminaba con tranquilidad hacia el auto.

- Esto es todo, no entra ni uno más- el peligrís pasó la manga por su frente dramáticamente.

- Aún falta este- le lanzó una cajita cuadrada, de un papel regalo rojo oscuro, sumamente elegante.

- Llévalo adelante- se lo volvió a lanzar Kakashi y cerró el baúl con dificultad.

Emprendieron el viaje de regreso al departamento, el cielo se había oscurecido casi por completo.

- Y tu que no querías festejar tu cumpleaños- dijo Kakashi, pellizcándole la nariz a la pelirosa, que se veía notoriamente relajada.- Los extrañabas.

- Si- sonrió apaciblemente.- fue bueno volver a verlos.

Kakashi sonrió. Era bueno verla de ese humor, se dio cuenta de cómo su propio humor se reflejaba del de la pelirosa.

Sakura miró hacia la ventanilla, un poco pensativa.

- ¿Qué es?

- Es raro que mi padre no llamara.

Kakashi la miró por un momento, parecía un poco triste pero había más de resignación en su semblante que angustia.

- Quizás llame más tarde…aún no termina el día- le ofreció, a modo de consuelo.

- Es cierto- murmuró la pelirosa, todavía con la mirada un poco perdida.

El auto se detuvo frente a un semáforo en rojo.

El peliplata miró nuevamente a su acompañante y algo atrapó su mirada.

La luz de la tarde iluminaba a Sakura de modo tal que las pequeñas motas de polvo que había en el ambiente le daban un aura hermosa y casi mágica. El pelo rosado tenía un reflejo dorado y el perfil tranquilo y pensativo de ella hizo que su cuerpo se llenara de un agradable y cálido sentimiento que lo dejó completamente descolocado.

Kakashi levantó la mano en dirección a su cabello y rozó suavemente un mechón que enmarcaba la mejilla de ella, con las yemas de los dedos.

Sakura salió automáticamente de su ensimismamiento y giró instintivamente el rostro en dirección de la calidez que emanaba de la piel del peliplata, miró el rostro enmascarado de su acompañante.

Su corazón apresuró el ritmo y su respiración se hizo un poco pesada.

Kakashi la miraba concentrado, sin separar sus dedos del pelo de la pelirosa, jugueteó un poco con él, haciéndole cosquillas en las mejillas. Parecía que no era consciente de la mirada de ella o que ignoraba completamente el hecho de que las mejillas de ella habían tomado un color carmesí profundo.

El sonido demasiado agudo de una bocina hizo que Kakashi aterrizara de un golpe, carraspeó y volvió la vista al frente, al semáforo que ya había cambiado a verde.

Aceleró.

- Me pareció ver una cana- Comentó, luego de un momento, con una sonrisa amplia y burlona.

Las orejas de Sakura se volvieron del mismo color que sus mejillas.

- Eres un…- indignada y avergonzada, no le venía una palabra lo suficientemente fuerte.

- "¿Hombre demasiado superior para mi corto vocabulario?"

Sakura entrecerró los ojos y lo fulminó con la mirada.

- ¿Sabes Kakashi? Es un poco hipócrita de tu parte hablar de canas.

- ¡Que estas no son canas!- Dijo, auténticamente ofendido.

Sakura rió, sintiéndose repentinamente satisfecha con esa reacción.

Habían empezado a discutir por la elección de música cuando Sakura fijó su atención nuevamente en el regalo que llevaba en su regazo.

No lo había notado pero la envoltura del regalo tenía en un rojizo, apenas más oscuro que el color del fondo, siluetas de dragones escupiendo fuego.

Por algún motivo a Sakura se le erizó el vello de los brazos.

Buscó una tarjetita pero no encontró nada, era extraño. Estuvo a punto de decidirse a abrirlo cuando la puerta del copiloto se abrió, haciendo que se olvidara del regalo.

- ¿A tí también tengo que cargarte hasta adentro?- preguntó el peliplata, con otra sonrisa burlona.

Ambos recordaron instantáneamente una escena en particular.

- Muy chistoso.

.

.

.

Habían pasado tres horas desde que se acostase y aún era incapaz de dormirse. En el departamento reinaba un silencio absoluto, sólo podia escuchar el fru fru de las cortinas empujadas por el viento.

Era una noche fresca pero no fría, el cielo nocturno estaba completamente despejado, salvo por una redonda y brillante luna que reinaba en aquella inmensidad.

Dio otra vuelta en la cama, dándole la espalda al ventanal, con la vista fija en la puerta.

Kakashi debía de estar durmiendo hacía bastante tiempo, odiaba estarle usurpando la cama, no quería ser una molestia.

"no voy a hacerlo por mucho tiempo, de todas maneras"

Suspiró y se ocultó debajo de las frazadas.

Los trozos de sus miedos, de su ansiedad e inseguridad, se iban acercando y conformando un montículo firma y pesado de pura resignación. Pero no quería pensar en ello. No lo haría.

Pateó las frazadas y se quedó con los brazos debajo de su cabeza, mirando el techo.

No podía pegar un ojo, se sentía acelerada, el cuerpo cansado pero la mente hecha un torbellino de pensamientos sin sentido.

"¿Qué me sucede, Kami-sama? Quiero dormir"

Manoteó la mesita de luz y tomó el celular. Las tres y diez de la mañana. Si no se dormía pronto al día siguiente estaría hecha una zombie.

Se reincorporó y tironeó de sus cabellos.

No pintaba que fuera a dormirse pronto, de todos modos, y permanecer en la cama no le estaba ayudando demasiado.

Sus pies descalzos tocaron el frío suelo, se levantó y le dio otro vistazo a la noche. No se oía ni un sonido, sólo el viento.

No sabía qué hacer. Quizás un té le ayudara a conciliar el sueño.

Abrió la puerta de su habitación intentando hacer el menor ruido posible y avanzó sigilosamente por el pasillo en penumbras.

Llegó a la sala y se topó con el sofá hecho cama, y enseguida dirigió su mirada a una figura humana recostada en él.

Kakashi.

No sabía qué estaba haciendo, no quería despertarlo, pero fue una decisión casi instintiva el acercarse a él.

Dormía apaciblemente sin máscara, con sólo una pierna cubierta por la manta.

"Es hermoso" pensó, automáticamente.

Se arrodilló a un costado. Tenía el pelo color plata despeinado y se veía cómo su pecho cubierto por la tela blanca de su camiseta bajaba y subía, respirando acompasadamente.

La luz de la luna le daba de lleno en el rostro y se le atoró la respiración.

Aquel hombre había pasado de ser su odiado, insoportable y frío guardaespaldas, a su salvador, su roca, su lugar seguro y la persona que le inspiraba tantos sentimientos intensos como contradictorios.

Quería saber aún más de él, apenas conocía su historia, su pasado era prácticamente un misterio. Toda su persona era un misterio, un hombre con tantas facetas, un hombre que siempre la sorprendía.

¿Quién era él? Quería saberlo todo, quería que le contara todo. Quería ser para él lo que él era para ella.

¿Qué haría sin él? ¿Dónde estaría ella ahora si él no hubiese aparecido en su vida?

Un sentimiento cálido la inundó por completo, al darse cuenta que podía contar con ese hombre, que le había demostrado que ella también era importante para él, que estaría para ella.

Quería también protegerlo de esa manera que él lo hacía, había algo detrás de sus pupilas, algo de dolor también, algo que ocultaba.

El no era un ser transparente, pero ella tampoco lo era, o al menos no para los demás, eso había quedado más que claro. Quizás es por eso que lograba entenderle, quizás por eso no pedía demasiadas explicaciones. El sabía casi siempre qué decir y cómo decirlo, veía a través de ella como nadie, había visto detrás de sus pupilas también, es posible que haya encontrado un poco de dolor también, incluso ántes de que todo el desastre sobreviniera.

A pesar de todo, sonrió tranquilamente.

Deseaba poder estar a su lado mucho tiempo más, muchísimo tiempo más.

Con un codo apoyado en la cama y con su cabeza reposando en su mano, estiró la otra y ordenó un mechón de cabello que caía sobre su frente. Se creía capaz de admirarlo toda la noche y no cansarse de ello. Repasó cada espacio de su rostro y se detuvo observando sus labios.

De repente estos se curvaron en una mueca que sólo podía tratarse de dolor.

.

.

.

"Saldré un momento"

Le había dicho, la había mirado advirtiéndole que no rompiera nada, había tomado las cosas y se había marchado.

Ella tenía el pelo atado en una coleta, un mechón rosado le contorneaba el rostro.

Le había rodado los ojos, y se imaginó que le sacaría la lengua pero no lo hizo, sólo lo miró hasta que se marchó, pudo sentir su mirada en su espalda y se preguntó por qué estaría tan pensativa ese día. No parecía triste, sólo pensativa.

Sólo veinte minutos habían sido, sólo veinte minutos, eso bastó.

Cuando llegó al departamento y encontró la puerta de la entrada entreabierta y la cerradura forzada, el corazón se le detuvo.

"No" Fue el grito mudo en su cerebro, un grito que se le extendió por todo el cuerpo y le puso los pelos de punta.

Tomó automáticamente su arma y se movió silenciosa y rápidamente, el pulso le latía en las sienes.

La escena que encontró frente a sus ojos fue devastadora.

"No"

La mesa estaba volteada, los cajones dados vuelta, todo el departamento era un absoluto caos.

Y no había señales de ninguna presencia.

Ni siquiera la de ella.

La mano que le sostenía el arma le temblaba imperceptiblemente.

No debería haberse marchado.

No debería haberla dejado.

No debería haberla perdido de vista.

Sabía que debía moverse, sabía que debía salir corriendo en su búsqueda pero las piernas no parecían funcionarle.

Se quedó allí, mirando el lugar, no se habían llevado nada de valor. Allí estaba la televisión, allí el reproductor de música. Allí el celular de Sakura.

Se quedó ahí, con la mirada fija, esperando que ella se materializara mágicamente y le dijera que todo estaba bien. Que no había de qué preocuparse.

Entonces un sonido detrás de su espalda lo alertó y lo hizo virarse rápidamente.

Se había vuelto loco.

Pero ella lucía tan hermosa aún en esa ilusión, con una mano en la puerta, sosteniendo una bolsa con la otra y la mirada incrédula.

Ella parecía tan real.

Pero ella no era real y él no podía volverse loco aun. Él debía salir a buscarla, debía salir a recorrer cielo y tierra hasta hallarla, debía matar a quien fuese que había hecho aquello, a quién la hubiese tocado y a quién los hubiese mandado.

No podía volverse loco, no aún.

- ¿Kakashi?- Su ilusión lo miró consternada y luego desvió su atención al arma que portaba.

Entonces su ilusión se acercó con precaución, y miró hacia todos lados, buscando quizás más personas.

- ¿Qué sucedió?- Le preguntó.

Tan real.

- Kakashi- Susurró, él tenía esa mirada, inyectada en sangre, tenía esa mirada descolocada, y parecía que estuviese viendo un fantasma.

Entonces la pelirosa alargó la mano y la colocó en la mejilla pálida del peliplata.

- Soy yo- Le dijo, con voz queda.

Era real.

- Sakura- susurró, y sintió que le volvía el alma al cuerpo. – Sakura- repitió. Le tocó la cara, como ella, con la mano izquierda.

Él lucía tan aliviado, tan absolutamente aliviado.

- Sakura- dijo por tercera vez, su voz temblorosa, guardó su arma, la atrajo hacia él y la abrazó fuertemente, como intentando asegurarse aún que se trataba de una persona de carne y hueso y no de un mero producto de su imaginación.

El corazón palpitaba fuerte en su pecho, la pelirosa podía distinguirlo claramente.

- ¿Qué sucedió Kakashi? Esto es un desastre...

Un sonido metálico viniendo desde su espalda volvió a poner en alerta a Kakashi e hizo que sus músculos volvieran a tensarse.

- Hay alguien aqu...- la pelirosa parecía asustada

-Sh- La calló rápidamente el peliplata, colocando dos dedos en sus labios, volvió a tomar el arma y se dirigió a la cocina.

Pero estaba vacía.

Entonces fue cuando lo escuchó.

Un disparo.

Dos disparos.

Tres disparos.

Y él no había sido el objetivo. Aunque cuando tuvo a Sakura en sus brazos, con el vestido lleno de sangre, sintió como si a él le hubiesen disparado, o al menos eso fue lo que deseó desde lo profundo de su ser.

- No no no no, por favor. Kami-sama, no. - suplicó, de rodillas, con la voz temblando. Como cada parte de su cuerpo.

La cara de la pelirosa estaba pálida, lo miraba como aquel que porta la convicción de que pronto va a morir.

La sangre inundó su boca y tuvo que toserla para no ahogarse con ella.

- Kakashi... - susurró la pelirosa.

- Todo va a estar bien Sakura, vas a estar bien. - tocó su rostro con la yema de sus dedos, manchándolo con su propia sangre, estaba un poco frío.

Había sangre por todos lados, tanta sangre abandonando su cuerpo a tan rápida velocidad.

- Lo... siento... Kakashi…

Y sus ojos se cerraron. Su respiración se detuvo. Sus manos dejaron de sostener la camisa del peliplata.

Estaba muerta.

Sakura estaba muerta.

- No. No. Esto no es cierto.- Negó, con ansiedad, abrazándola fuerte contra su pecho mientras se balanceaba.

- Despierta Sakura, vamos pequeña, vamos. - Repetía, una y otra vez.

- Vamos Sakura, es hora de levantarse niñata, tu no quieres verme enojado ¿verdad? ¿Verdad, Sakura?- tenía el rostro desencajado de dolor. La angustia llenaba su pecho, sentía que respiraba vidrio molido. Todo se había acabado, todo.

- oh, Kami. Oh no, por favor, NO- un grito de dolor se abrió paso por su garganta-

¡NO!

¡NO!

Abrió los ojos.

Con la respiración agitada y el cuerpo sudando, se incorporó, asustado, mirando hacia todos lados.

Entonces la vio.

Ella lo miraba con los ojos llenos de preocupación.

- Sakura- la tomó de las manos y se las llevó a su pecho que subía y bajaba con velocidad, angustiado.

- ¿Estás bien? Lo siento por despertarte pero parecía que estabas teniendo una horrible pesadilla...

- Sakura... Sakura... Sakura- repitió e incapaz de contenerse, tomó su rostro con ambas manos y la besó con desesperación.

Los ojos de Sakura se agrandaron por la impresión, pero fue incapaz de rechazarlo porque realmente lo había estaba deseando.

Cerró los ojos y dejó que él impusiera el ritmo demandante de ese beso, lleno de necesidad, de una intensidad abrumadora.

Un ardor le recorrió todo el cuerpo hasta depositarse en su estómago, que se doblaba en sí mismo con esa misma sensación de vértigo que te produce mirar desde lo alto en una montaña rusa.

Él la atrajo hacia su cuerpo, envolviendo su frágil cuerpo con sus fuertes brazos.

A Sakura le costaba respirar, el aire parecía haberse convertido en agua, pero no le importaba en lo más mínimo, sería feliz de poder ahogarse de esa manera.

Los labios del peliplata eran tan suaves como se los había imaginado, su boca parecía arder contra la suya, su lengua se había abierto paso e invadía su boca, haciendo que un escalofrío de placer recorriera toda su columna vertebral.

Oh

La respiración de ambos se volvía más y más pesada.

Las manos de Sakura se hundieron en el pelo plateado de su nuca, apretándolo y tirando un poco de él.

Eso pareció haberlo descontrolado un poco más porque respondió con algo parecido a un gruñido y tiró de ella hasta ubicarla bajo su cuerpo, pero sin dejar ni un espacio entre ambos.

El cerebro de la pelirosa parecía haberse desconectado por completo, ya no recordaba quién era, dónde estaba ni cuál era el arriba y cuál el abajo.

Jamás había experimentado una sensación tan intensa como aquella, y aumentaba a cada segundo, a un ritmo desenfrenado.

Algo había comenzado a arder.

El incendio había comenzado.

Y no habría quién lo detuviera.

.

.


N/A

Hola preciosidades, muchas gracias por aún seguir la historia y… lo mismo de siempre, mil perdones por tardar tanto en actualizar, realmente no he tenido tiempo (ahora estoy en mi semana de vacaciones).

He leído cada uno de sus reviews y los mensajes que me han mandado y me han movilizado a continuarlo, le he perdido un poco la práctica así que espero no lo encuentren tan desastroso.

Me hace muy feliz saber que me leen, me han sacado muchas sonrisas (sobre todo cuando estoy en medio de una clase y me llega un mail con una notificación, haciéndome sentir culpable jaja)

Bueno, eso es todo, gracias por estar allí y espero actualizar pronto (esta historia ya está resuelta en mi cabeza)

Espero comentarios y recomendaciones.

¡Los quiero!

-Shyka-chan-