Declaimer: Naruto no me pertenece-
Parejas: principalmente Sasuke X Sakura. Naruto X Hinata, Shikamaru X iNO, Neji X Ten-ten... y también un poco de Suigetsu X Karin, Kakashi X Anko Asuma X Kurenai
Resumen: Konoha enfrenta la amenaza de una guerra. Todos los ninjas se preparan para enfrentar cualquier ataque. pero Sakura jamás se había imaginado enfrentarse de nuevo al amor. En medio de traiciones, conspiraciones, misiones, batallas, besos, risas y llantos, Sakura y Sasuke deberán salvar lo que alguna vez creían perdido...
CAPITULO 1
SOLO UN DIA NORMAL
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Oscuridad.
Miró por la ventana y era lo único que le ofrecía la anoche.
Frío y oscuridad.
Unas nubes grises cubrían el cielo aumentando la tensión de sus pensamientos. Las cosas no iban bien. Nada estaba bien y él lo sabía. Ella lo sabía. Ellos lo sabían. Todos lo sabían.
Y sin embargo…
Pretendían que estaba bien. Se esforzaban al máximo para que todo estuviera bien. Y por momentos parecía estarlo. Por momentos, lo estaba.
Y eran esos momentos los que lo hacían inmensamente feliz, aunque fuera tan solo por minutos, aunque ni siquiera durara una hora, eran minutos que poco a poco conformaban la historia del después.
Sus entrenamientos habían incrementado de una manera considerable, y él siendo la persona modesta que era, admitía y aceptaba una y otra vez lo fuerte que se estaba volviendo, lo fuerte que quería ser.
Frunciendo el entrecejo corrigió sus pensamientos. No quería ser fuerte para tener poder. No, ese ya era el sueño de otro; un sueño que más bien se había convertido en pesadilla para otros, para él. No, su sueño era ser fuerte para poder traer a su amigo de vuelta, tal como se lo había prometido a la pequeña flor de cerezo, su sueño era soñar con sus amigos, crear un futuro mejor para ellos, disfrutarlo con ellos, su sueño era ser Hokage.
Su sueño era ser feliz y que ellos fueran felices.
Pero eso parecía tan lejano ahora, parecía casi imposible. Terriblemente imposible. El tiempo había pasado dejando tan solo recuerdos de los días que habían sido, que fueron, que ya no eran. De días en los que el Equipo 7 aún existía. Eran tan felices, tan memorables, tan diferentes de los de ahora….
Pero como todo buen sueño, llegaron a su fin; y aunque no quería aceptarlo comenzaba a cuestionase si en realidad esos días pudieran regresar. Lo dudaba… desde hacía exactamente un año había comenzado a dudar lo que antes era incuestionable, irrefutable.
Quizás, en verdad, Sasuke no volvería.
Ante tal pensamiento no pudo evitar sentir un pequeño dolor en su corazón, no quería pensar en eso pero no dejaba de hacerlo, no podía evitarlo.
Se negaba a creer que habían pedido a su amigo por completo. No, la amistad no terminaba por la distancia ni por el tiempo, la amistad era eterna, era mágica, era poderosa. Eso creía él.
Pero ¿y Sasuke? ¿Pensaba lo mismo?
Movió la cabeza de un lado a otro tratando de sacara aquellos pensamientos de su mente. No debía pensar en eso ahora. Él había hecho una promesa y como tal debía cumplirla sin preocuparse si a Sasuke le importara o no.
Su mejor amigo, su hermano, su rival volvería a Konoha por las buenas.
O por las malas.
Después de todo alguien debía seguir creyendo en él. Que ironía que era él quien se aferraba a creer que Sasuke era aún bueno después de haber intentado matarlo…
-Estaba siendo manipulado por Orochimaru, no quería matarme. No pudo matarme… no quiso hacerlo… no quiere hacerlo…
Todos se habían dado por vencidos ahora, ya no había misiones en búsqueda de Sasuke, no iba a regresar. Todos los sabían, pero él no, el se negaba a aceptarlo no lo iba a aceptar nunca, NUNCA.
Tsunade, Yamato, Shizune, Kiba Y Akamaru, Shino, Neji, Ten-Ten, Ino, Choji, Lee, Hinata, Shikamaru…
Kakashi… Sakura…
Todos creían que no volvería. Una lágrima escapó de sus ojos azules. Todos estaban equivocados y el lo demostraría. Sasuke volvería. Tenía que volver. Con el tiempo, lo haría.
Y era difícil seguir pensando en ello sabiendo que había cuestiones mucho más importantes en las que debía pensar. Pero era aún más difícil para él ver como habían cambiado las cosas durante esos 5 años. Y habían cambiado para mal.
O todo dependía desde el punto de vista de cada quien…
Las misiones de los ninjas eran cada vez más constantes, más peligrosas.
Konoha se encontraba al borde de la guerra, rodeada por enemigos enmascarados, desconocidos… su aldea así, era mas susceptible a los ataques.
Pero hubo un cambio que le dolió y a la vez no pudo más que sentirse orgulloso y a al mismo tiempo triste… Sakura.
Ya no era la frágil flor de cerezo que siempre estaba un paso atrás, que debía ser protegida, que debía ser cuidada. Ya no era la niña de caprichos, de miedo, de incertidumbre. Ahora era una jovencita determinada, fuerte, inteligente, decidida… en algunas ocasiones respecto a un tema determinado era fría.
Sakura había dejado de creer, había dejado de luchar por algo que ya no tenía sentido. Que nunca lo había tenido, que no podía tenerlo.
Naruto dejó escapar otra lágrima, Odiaba ver a Sakura actuar de esa manera porque él como todos los demás sabía que tan solo era una farsa esa sonrisa despreocupada que daba constantemente. Sakura podía engañarse a si misma pero era pésima intentando engañar a los demás.
La joven flor de cerezo aún rogaba por que Sasuke regresara. Solo que eso no volvería admitirlo ante nadie.
Ni siquiera ante ella misma.
Y Naruto la comprendía, después de todo era solo amor lo que la mantenía con vida. Y por momentos no quería hacer nada más que odiar a Sasuke, por haberla dejado, por haberla lastimado… pero no podía hacerlo. Muy en el fondo Naruto sabía que él, a pesar de todo lo que había hecho e intentado hacer, se preocupaba a ellos, los quería por el simple hecho de que los unían los lazos de amistad.
Lazos invencibles. Que nada ni nadie podrían romper.
Y aunque Sasuke no supiera eso, él lo sabía.
El universo lo sabía.
Y con eso era más que suficiente.
Desvió de nuevo su mirada hacia la ventana mirando hacia la pequeña calle que estaba frente a su casa y se sorprendió al ver la pequeña, delicada y frágil figura de Hinata, que en silencio caminaba por las calles.
En la noche.
En el frío.
Naruto frunció el entrecejo una vez más. ¿Qué diablos hacia Hinata-chan caminando en la noche, en el frío, sola? Sin dudarlo ni un segundo Naruto abrió la ventana y con un pequeño salto cayó frente a Hinata bloqueando su camino. La joven dio un salto hacia atrás asustada por el repentino bloqueo y se sorprendió al ver a Naruto, el amor de su vida, parado frente a ella con sus rostros a tan solo centímetros de distancia, estaba tan cerca que podía sentir su respiración. No pudo evitarlo. Podía sentir sus mejillas enrojecer al máximo y un calor recorrer todo su cuerpo, su visión comenzó a nublarse y cayó desmayada. Antes de que pudiera tocar el suelo, Naruto estiró sus brazos para sostenerla.
-¡Hinata-chan! ¡Hinata-chan!-exclamó Naruto desesperado pensando que su compañera podría estar herida o enferma. No dudó ni un minuto en llevarla al hospital. –Hinata-chan, espero estés bien…-pensó Naruto con preocupación mientras corría hacia al hospital con Hinata en brazos.
Las puertas del hospital se abrieron de golpe provocando que las enfermeras ubicadas en el pasillo de la entrada voltearan a ver quien llegaba con tanta prisa. De quién era la emergencia.
-¿Naruto?
-¡Sakura-chan!- Naruto corrió hacia su amiga invadido por la preocupación. Sakura lo miró perpleja. Y su mirada se desvió hacia Hinata que yacía inconsciente entre sus brazos. Una pequeña sonrisa apareció en los labios de la joven doctora. Naruto la miró confundido. -¡Sakura-chan! ¡Hinata está herida o talvez enferma! ¡Ayúdala por favor!-la voz de Naruto en esos momentos parecía suplicante o demandante. No podía definirlo.
-No te preocupes Naruto- le sonrió Sakura mientras le indicaba que colocara a Hinata sobre una de las camas que estaban en el pasillo. –Estará bien.
-¡No Sakura!-insistió Naruto.-¡Está enferma! La vi hace apenas unos minutos caminando por la calle. SOLA. Y hacía FRÍO!
Sakura lo miró por unos momentos. –Y después de que la viste, ¿qué hiciste?-le preguntó.
Naruto la miró con un poco de confusión, llevándose su mano derecha hacia su cabeza para rascarse contestó:- Nada. Solo salté de mi ventana para interceptarla en su camino…
-¡Claro! Naruto aún no se da cuenta de por que los repentinos desmayos de Hinata cuando se encuentra con él. –pensó Sakura con una risita entre dientes.
Unos minutos después, Hinata abrió los ojos parpadeando varias veces tratando de recordar lo que había sucedido. Al hacerlo no pudo evitar que un sonrojo apareciera en sus mejillas.
-Hinata-chan, ¿estás bien?-la voz de Naruto llamó su atención. El joven rubio la miraba con preocupación. Hinata asintió y al momento Naruto dejó escapar un suspiro de alivio.
-Sakura-chan ¿puedo llevarla a su casa ahora?-preguntó Naruto con entusiasmo. Sakura asintió con una sonrisa en sus labios. Hinata no encontraba palabras. Había quedado atónita. Su cerebro no podía procesar lo que estaba ocurriendo. Estaba tan sorprendida que ni siquiera se dio cuenta cuando Naruto la tomo de la mano mientras Sakura se despedía de ellos y ambos se dirigieron a la salida del hospital para encaminarse hacia la mansión Hyugga.
Sakura vio como sus dos amigos desaparecían detrás de la puerta y no pudo evitar sentirse feliz por ambos. Después de todo un poco de amor en aquellas épocas tan oscuras no le haría mal a nadie. Mucho menos a su amigo Naruto. La joven de cabellos rosas dio media vuelta y regresó a su oficina. Tenía que arreglar unos papeles antes de irse hacia su departamento a descansar. Después de unas dos horas de papeleo miró el reloj. 1:42 a.m. y dejó escapar un bostezo. Comenzaba a sentirse realmente cansada.
-Sakura, creo que es hora de que vayas a descansar.- La voz de Shizune llamó su atención. Sakura estaba demasiado cansada como para hablar así que se limitó a asentir.
Con los ojos casi cerrados, guardó sus cosas y alcanzó a Shizune en la puerta, quien la miraba con un dejo de preocupación..- Has estado trabajando bastante Sakura, deberías tomarte un día libre.-sugirió Shizune.- Estoy segura de que a Tsunade-sama no le importará…
Sakura hizo un gesto negativo con la cabeza. –Estoy bien.-le aseguró con voz cansada.- solo necesito dormir un par de horas y todo volverá a la normalidad.
Sakura caminaba por las calles que estaban casi desiertas. Empezaba a sentir como sus párpado comenzaban a cerrarse lentamente y luchaba contra esa sensación somnolienta.
-¡demonios! debí haberme quedado a dormir en el hospital. No puedo quedarme dormida aquí en la calle…
Sakura trataba de mantenerse despierta pero le era casi imposible. Los últimos días en el trabajo habían sido agotadores. Día y noche estaba recibiendo pacientes, ninjas que regresaban de misiones heridos o exhaustos… Ella necesitaba una misión. Hacía mucho que no salía en alguna misión y realmente comenzaba a necesitarla…
No pudo evitar recordar aquellos días en los cuales las misiones eran constantes. Por supuesto eran días tan diferentes, eran días en los que Sasuke estaba con ellos. Iba a misiones con ellos…. Esos días no existían y muy a su pesar, ya no volverían. Era increíble como todo el día evitaba pensar en su antiguo compañero, en su amigo, en el que alguna vez había sido el amor de su vida… y aunque no quisiera aceptarlo, seguía siéndolo, era el único hombre que podía hacerla sentir aquel extraño sentimiento denominado amor y lo sabía por que rechazaba cada una de las citas, de las palabras bonitas, de los halagos de otros hombres… 5 años habían pasado y todo seguía igual aunque se negara a aceptarlo. Pero al pensar en el ahora, sentía rencor, miedo, coraje…odio…amor… ¡Había intentado matar a Naruto y si Yamato no se hubiera interpuesto también la habría matado a ella! No, el Sasuke al que ella amaba, al que le había rogado que se quedara, por el que hubiera dado su vida entera ya no existía.
Tenía que aceptarlo. Debía aceptarlo.
No había otra opción. No quería otra opción.
No quería seguir basándose en esperanzas falsas. Sus sueños estaban rotos y nada ni nadie podía arreglarlos. Simplemente se había rendido y había dejado de creer y eso era lo mejor… Por que ella era fuerte. No era débil como Sasuke creía. Era fuerte y podía superar cualquier cosa, incluso su partida y hasta su rechazo… Iba tan sumida en sus pensamientos que apenas se dio cuenta cuando su cuerpo chocó con algo… o más bien con alguien.
-¿Sakura?
La voz fría y monótona de su compañero la trajo de nuevo a la realidad. Sakura levantó la mirada para encontrarse con los ojos negros de Sai que la miraban sin expresión alguna
-¿Sai?-preguntó Sakura un poco confundida y visiblemente somnolienta.
-¿Qué haces aquí?-preguntó el joven ANBU.
-Acabo de salir de trabajar.-contestó Sakura mientras se tallaba los ojos.- Voy camino a mi departamento.
Sai no dijo nada pero asintió. Sakura siguió caminando y Sai la siguió. La joven de cabellos rosas lo miró confundida.-Te acompañaré a tu departamento.-contestó Sai sin cambio de tono.- No es bueno que una niña ande por la calle sola.
Sakura se detuvo y se volvió a mirar a Sai con enojo.-¡NO SOY UNA NIÑA!
Sai smirked. Claro que no era una niña. Eso lo sabía bastante bien.
Había matado a Orochimaru.
Nadie le daba ordenes. Nadie lo utilizaba. Nadie era mejor que él.
Orochimaru lo necesitaba pero él no necesitaba a Orochimaru. Todo lo que necesitaba aprender ya lo había hecho. Ahora solo permanecer al lado de aquella serpiente era una pérdida de tiempo. Tenia que enfocarse en su objetivo. En su meta. En su única razón para vivir.
Y lo hizo.
Seis meses después, mató a Itachi Uchiha. Su hermano.
Su venganza había sido completada. Su sueño se había cumplido y él creía que ahora todo iba a estar bien. Por unos momentos pensó que después de haber cumplido con su meta podría volver a su aldea, a Konoha. Volver con sus amigos, volver con Kakashi, con Naruto… con Sakura…
Pero su vida como vengador debía haberle dejado claro que la felicidad para ellos no existía. No podía existir mientras hubiera obstáculos de por medio, obstáculos invisibles, importantes. Y los había. No solo se había vuelto el más fuerte, el más poderoso. Se había vuelto casi invencible y ahora tenía mas de lo que podía soñar, pero no tenía lo que no podía ni siquiera soñar. Paz.
Itachi no había actuado solo. Madara Uchiha lo había ayudado. Sasuke no era el único sobreviviente del clan Uchiha. Y entonces, la venganza no había terminado.
Su vida como vengador era eterna….
A la muerte de Orochimaru dejó la Villa del Sonido atrás. Tres personas le seguían jurándole lealtad. Sasuke Uchiha había liberado al joven Suigetsu, aprendiz del temible Kisame y uno de los siete espadachines de agua. Era fuerte, poderoso, sarcástico, despreocupado… pero Sasuke se había ganado su respeto. Karin, una joven kunoichi que había sido leal aliada de Orochimaru le seguía también. Odiando a Suigetsu y admirando a Sasuke con cada instante que pasaba. Era la única que tenía el don de sentir el chakra de los demás y también habilidades médicas. Y el último acompañante e integrante del nuevo equipo fundado por el menor de los Uchiha, era Juugo, de cabellos rubio y estatura enorme que poseía doble personalidad. Una de ella era amable, silenciosa, tranquila…mientras que la segunda era despiadada, irreconocible, intimidante, sanguinaria…asesina. Es el origen del sello maldito. Buscó por propia iniciativa a Orochimaru con el fin de poder controlarse o también en la posibilidad de poder encontrar una cura, sin embargo se vio traicionado cuando Orochimaru decidió experimentar con su sangre. Permaneció encerrado en las prisiones de Orochimaru en donde conoció a Kisame, su único y mejor amigo que partió para ayudar a Sasuke a llegar con Orochimaru y en tal misión encontró la muerte. Por tanto Juugo respeta y es leal a Sasuke Uchiha, viendo en él el sacrificio de su antiguo camarada.
Y este nuevo equipo de ninjas desterrados era conocido como el equipo Hebi. Y tenían una sola misión: derrotar al grupo Akatsuki.
Sasuke Uchiha ahora no veía ninguna posibilidad de regresar a Konoha. No la había. Y finalmente, después de tantos años aceptó que ningún lazo podía unirlo jamás a su antigua aldea… Su vida era la de un vengador, y los vengadores no conocían la paz, por que no importaba cuanto se esforzaran en concluir con su venganza, ésta siempre sería insaciable.
La noche cubría por completos los bosques. Las copas de los árboles ni siquiera dejaban que se infiltrara la luz de la luna. Y todo estaba en silencio, tan solo se podía escuchar el murmullo del viento que rozaba con las hojas de los árboles. Sus pasos eran tan rápidos y tan ligeros que ni siquiera dejaban huellas en la hierba que pisaban, su velocidad era indescriptible y aterradora, casi como la de un relámpago. Habían pasado casi dos horas y el cansancio no parecía importunarles. Tenían una misión y la cumplirían. La terrible neblina comenzaba a distinguirse a lo lejos. Habían llegado a la Aldea oculta de la Niebla. Tal vez ahí podrían encontrar la información que necesitaban.
-¿Estás seguro de que no perderemos el tiempo aquí?-preguntó Suigetsu Sasuke con incredulidad recordando que meses antes había visitado aquella aldea para recuperar la espada de Zabuza y no habían encontrado ninguna noticia de Akatsuki en aquel lugar.
Sasuke permaneció en silencio pero s mirada estaba fija en la lejana neblina que se extendía frente a ellos. Por supuesto que estaba seguro, la Aldea oculta de la Niebla era un lugar que frecuentaba Akatsuki, lo sabía.
-Bien. ¿qué tipo de información estamos buscando?-preguntó Karin que se encontraba detrás de Sasuke y de Suigetsu.
-¿De Akatsuki, tal vez?-contestó Suigetsu con ironía en un intento por molestar a su compañera pelirroja.
Karin había abierto la boca para replicar pero la voz de Sasuke, fría y demandante le interrumpió. –No empiecen.-ordenó.-nos dividiremos, Juugo, cubrirás el sur; Karin, el este; Suigetsu, el oeste y yo iré hacia el norte. Saben que hacer.
Y sin decir más y solo con una leve señal de entendimiento los cuatro ninjas se separaron entraron a la Aldea oculta de la Niebla.
Caminaba con tranquilidad. Su sharingan activado. Debía ser cuidadoso. Así como él buscaba a Akatsuki, ellos bien podrían estarlo buscando a él por la muerte de Itachi, y tampoco podía olvidar que era un ninja desaparecido de Konoha, un traidor… y que también lo estaba buscando. La gente que lo veía se aterrorizaba y corría a esconderse. No pudo evitar una sonrisa sarcástica al ver la gran fama que había adquirido por aquellos dos asesinatos. Se preguntaba si la Hokage ya lo sabría…si sus amigos ya también habían escuchado la noticia…
¿Amigos?
No, sacudió la cabeza desechando esa palabra, él no tenía amigos.
Los rayos del sol se infiltraban por la ventana de la habitación. La movilización exterior de la Aldea de Konoha podía escucharse en cada rincón provocando un ambiente activo que motivaba a los habitantes a continuar con sus actividades cotidianas.
La mujer de cabellos negros y rostro pálido le miró fijamente con una pequeña sonrisa de resignación en sus labios. Sakura no dejaba de sentirse culpable y unas lágrimas amenazaron con salir de su rostro. La mujer estiró su brazo y acarició la mejilla de la kunoichi en un gesto maternal, aunque ahora era ella quien comenzaba a llorar. De alguna manera, aquel día de cielo azul claro, mañana fresca, ambiente cálido, panorama hermoso no coincidían con la vida de la joven enfermera que por dentro se sentía fatal.
-Hizo todo lo que debía hacer, Sakura-san. Se lo agradezco.-murmuró la señora entre sollozos y con un corto abrazo se despidió de la jovencita saliendo de la habitación dejándola sola.
Sus ojos estaban rojos, marcados por las lágrimas. Miró el reloj de su pared, indicaban las 9:30 a.m. Si… había dormido tan solo tres horas aquella noche y en toda la semana sumaban nada más 14 horas. Su cuerpo parecía estar al límite del cansancio sin contar la última sesión con el paciente que había gastado toda su energía. Sakura apenas podía levantarse, no tenía chakra, no tenía energía, estaba cansada y aparte de todo eso, estaba completamente destrozada.
Su paciente había muerto. No pudo salvarlo. No había sido lo suficientemente fuerte como para salvarlo.
La puerta de madera se abrió, la mirada de la chica ni siquiera buscó de quien se trataba la presencia que acababa de llegar a la habitación pero pronto sintió que unos brazos fuertes y a la vez delicados le abrazaban. Sin poder evitarlo, toda la frustración, todo el cansancio, la impotencia se vieron expresados en el llanto de Sakura.
-Tsunade-sama-sollozó la joven de cabellos rosas.-no pude salvarlo…no…pude…
-Por supuesto que no, Sakura.-contestó la Hokage mientas abrazaba con fuerza a su aprendiz, consolándola.- Nadie habría podido. Llegó muy herido, tenía todos sus órganos destrozados, había perdido mucha sangre y no tenía chakra que pudiera ayudarle…
-Pero…debí hacer algo….-insistió Sakura llorando.
-Hiciste lo que pudiste Sakura…¡hiciste más de lo que podías!-exclamó Tsunade un tanto sorprendida al ver que su aprendiz no reconocía sus propias habilidades. ¿cómo era posible que Sakura pensara eso? Si le había dado todo su chakra al ninja para que sobreviviera, sin embargo…ya era demasiado tarde. –Sakura debes entender que no siempre se puede salvar a las personas. Nosotros como médicos hacemos lo que podemos pero tenemos nuestras limitaciones también.
Sakura no contestó y su llanto se tranquilizó.
-Ahora quiero que vayas a descansar.-continuó diciendo Tsunade. Sakura negó con la cabeza.-Es una orden.-aclaró Tsunade.-Necesitas descansar para estar lista en tu próxima misión.
Sakura levantó la cabeza mirando fijamente a su mentora, Tsunade un tanto sorprendida. -¿Una misión?
Tsunade asintió.-Así es, necesitas una misión y he encontrado una. Es rango C así que Naruto no tendrá de que preocuparse.-dijo Tsunade peo Sakura hizo un gesto negativo.
-Por favor sensei-replicó Sakura mientras secaba sus lágrimas tallando sus ojos.-no le diga a Naruto, estoy segura de que si se entera hará hasta lo imposible para detenerme y no dejarme ir.
Tsunade la miró por unos momentos y sonrió aceptando el favor que le pedía su aprendiz, después de todo, no podía negarle nada a aquella niña a la que veía como su propia hija.
-¿De qué se trata la misión?-preguntó Sakura.
-Irás con Sai a recoger un pergamino a la aldea oculta de la Hierba, tardarán tan solo cuatro días.
-¿Sai?
Tsunade asintió. –Partirán en dos días. Así que necesito que te recuperes. Aunque es una misión de rango C no debes olvidar los peligros que enfrenta Konoha y sus ninjas y Sai siendo miembro de ANBU es un opción muy buena.
Sakura suspiró. No le agradaba del todo Sai pues tenía aún cierta desconfianza en él. Pero Tsunade-san tenía razón. Además estaba segura de que eso también calmaría un poco a Naruto cuando se enterase que ella había sido enviada a una misión a la aldea de la hierba.
Después de todo, era mejor ir con Sai que ir sola.
Jejejeje... pues como verán este es mi primer fic :)
espero que les guste y por supuesto acepto comentarios, críticas, sugerencias, etc etc etc.
Cuidense!