"Es una locura que estés aquí." Castiel se acercó todo lo que pudo a Julie. "No se trata solo de tu decisión. Se trata de tu hija. ¿Qué crees que le pasará si pierde a su madre? Tu perdiste a tu madre siendo un bebé. ¿Cómo crees que se sentirá ella si te pierde a ti?" No había pensado en eso, estaba tan obsesionada con encontrar al padre de su futuro hijo, que había terminado por olvidarse lo que era importante en su vida. "¿Y que hay de Sam y Dean? ¿Qué harán si te ocurre algo a ti? Se que cuidarán de Sarah como si fuera su propia hija, pero cuando la miren, te verán a ti porque esa niña es tu vivo retrato, es exactamente igual que tu y sufrirán pensando que un pudieron salvarte." No, no había pensado en nada de eso, solo en Castiel, en el amor que sentía por él y el bebé que estaba a punto de venir al mundo.
Estuvo a punto de perder el equilibrio, pero consiguió mantenerse en pie. Miró a Castiel, buscando en sus ojos una solución a todo el lío que ella sola había armado. "No puedo perderte." Dijo en voz baja, atemorizada por el dolor que sus propias palabras podrían provocar. "Solo quiero estar contigo y que tengamos a nuestro hijo juntos."
"Lo se, Julie, lo se y por eso me fui, si me quedaba contigo, mis hermanos vendrían a por nosotros, a por el bebé. No podía soportar que te hicieran daño a ti, ni que Sarah sufriera. Es una niña feliz y quiero que siga siéndolo."
"Pero…" Julie dio un paso adelante, estaba tan cerca de Castiel que si alargaba el brazo podrái tocarle por fin. Pero al estirarse un poco, sintió un fuerte dolor recorriendo su cuerpo. se mordió el labio para no protestar. "Cass, por favor."
"Se lo que sientes porque yo siento lo mismo. Pero también estoy seguro que en el fondo sabes que esto no es posible."
Los ojos del ángel se llenaron de lágrimas, no quería hacerlo, pero no le quedaban más opciones, se marcharía, se iría lejos, borraría sus huellas para que la mujer a la que amaba no le encontrara nunca. Miró su vientre abultado y sonrió al imaginar el bebé que estaba a punto de venir al mundo, su hijo. Jamás había creido posible tener niños, por eso, jamás había pensado en ello. Pero ahora lo estaba viendo, tenía delante la prueba de que estaba a punto de ser padre y también la prueba de que estaba a punto de abandonar a su familia.
"No hagas esto más difícil de lo que es."
"Cass." Dio un paso más, el dolor apenas le permitía mantenerse en pie. No estaba segura ya si eso era testarudez o estar muy cerca de convertirse en una suicida, pero que más daba si no podía estar con Castiel.
"Piensa se Sarah." Dijo el de golpe, dando un paso atrás. "Piensa en Dean, irá detrás de cualquier ángel que te haga daño y si mis hermanos llega a… los matará a todos o se matará en el intento y Sam hará lo mismo. Sarah no comprenderá porque su madre no está con ella, porque sus tíos mueren. No les hagas sufrir."
Julie cayó de rodillas al suelo entre sollozos. Le dolía la cabeza, deseaba arrancarse el corazón para dejar de sentir tanto dolor. Se encontraba entre dos aguas, su familia, su hija, sus hermanos y el hombre con el que quería estar. Tomara la decisión que tomara alguien iba a sufrir, hiciera lo que hiciera lo pasaría mal.
"Cass. ¿Qué hago?"
El ángel sonrió y ella sintió que la abrazaba, que lo tenía cerca y la abrazaba. "No hagas nada, deja que lo haga yo. Deja que sea yo el que se marche y te deje ser feliz con tu familia. Puedo decirle a Sebastian que te borre la memoria, que te borré los recuerdos sobre mi y te deje con el bebé que va a nacer. Serás feliz."
"No, eso nunca. Prefiero recordarte y saber que estás ahí."
Castiel asintió. "Cierra los ojos."
"¿Te vas a ir sin despedirte?"
"Cierra los ojos por favor."
Temerosa de que al abrir de nuevo los ojos, Castiel hubiera desaparecido, le hizo caso, cerró los ojos y esperó. Tan solo unos segundos más tarde, unos labios que conocía perfectamente se posaron sobre los suyos. Su mente sabía que no estaban allí, que tan solo se trataba de una representación en su mente y en su corazón. Pero la sentía como algo completamente real, unos labios cálidos que la besaba, que le hacían sentir como si nada de aquello estuviera ocurriendo, como si estuvieran otra vez en la cama, al despertar una mañana, antes de comenzar un nuevo día.
"Te quiero." Le susurró el ángel al oído.
Julie abrió lentamente los ojos, quería decirle que también le quería mirándole a sus ojos azules. Pero antes de poder hacerlo lo escuchó gritar y lo vio retorcerse en el suelo. "¡Cass!"
Escuchó a Balthazar, detrás de ella, también quejándose y cayendo al suelo. Julie se puso en pie, miró a su alrededor, pero la oscuridad más penetrante se cernía sobre ella. quería ir a por Cass, ayudarle, sacarle de allí, pero un paso hacia él significaba una auténtica tortura para su cuerpo y sabía que también para el bebé.
"Julie, vete de aquí. Corre." Le dijo Castiel con un hilo de voz.
Dudó, porque no quería dejarle, porque sabía que aquello era cosa de los ángeles y en cuanto lo dejara solo lo matarían, tanto a él como a Balthazar, los matarían porque ella había roto las reglas, porque ella había ido allí. Pero si se quedaba, también la matarían y con ella a su bebé o tal vez se lo llevarían, apartándolo de su vida para siempre. Apretó los puños con todas sus fuerzas y esforzándose por no escuchar a su corazón se preparó para echar a correr. Pero no pudo hacerlo.
"Bueno, bueno. Parece que al final nos encontramos señorita Winchester."
Julie ahogó un grito al encontrarse con ese hombre, que casi rozaba los dos metros delante de ella. no le hacía falta preguntar, sabía que era un ángel. "Por favor…"
"Creo que ya es un poco tarde para eso. Mi hermano os dejó muy claro que podrías vivir siempre y cuando no estuvieras cerca de Castiel. Nunca estuve de acuerdo con eso, estás embarazada de un bebé que tiene esencia de ángel en su interior ye so no lo podemos permitir. Castiel te ocultó muy bien, pero yo sabía que vendrías buscándole." Julie se dio la vuelta hacia Castiel que se retorcía en el suelo.
"No le hagas daño a él, no tiene la culpa de nada. Y mi bebé, te prometo que…"
"¿Qué no tiene culpa de nada? Castiel se enamoró de una humana y no contento con eso te dejó embarazado. ¿De verdad crees que no tiene culpa de nada? La mejor forma de terminar con esto, es que los dos desaparezcáis y con vosotros, la semilla de vuestra irresponsabilidad."
"¡No! Deja a mi bebé."
El ángel levantó la mano al mismo tiempo que Julie lo hizo, de forma protectora e involuntaria. Sintió una fuerza irrefrenable, recorriendo su cuerpo, algo que no había sentido nunca. Vio que de la mano de ángel salía una luz tan brillante que le obligó a cerrar los ojos, pero también la sintió manar de ella. cerró los ojos, sintió que las piernas le fallaban pero se mantuvo en pie, la energía que salía de su cuerpo lo hacía. No iba a dejar de luchar, ahora, por fin, sabía que tenía que proteger a su familia, a toda ella, a Sarah, a Sam, a Dean, a Castiel y al bebé que llevaba en su interior. El precio a pagar por ello…
Castiel hizo el mayor de los esfuerzos por observar lo que estaba pasando, tenía que hacer algo, se trataba de su familia, pero al verlo, no se lo podía creer, apenas lo podía ver por culpa de la energía que lo estaba llenando todo. Si seguía mirando dejaría ciego a su recipiente, así que agotado, dolorido y sin fuerzas cerró los ojos y se dejó caer.
O –
"¿De que estás hablando?" preguntó Dean, llevando a Sarah en brazos, en cuanto llegó a la cocina y vio a Gabriel sentado a la mesa comiendo unas tortitas.
"Mira que bien, la familia al completo." Dijo el ángel sonriente.
"Gabriel ¿Qué estás haciendo aquí?"
"Vaya Dean, esperaba que te alegraras un poco más por saber que puedo ayudar a los líos que hacen mi hermanito y tu querida Julie."
Dean dejó a la niña en el suelo y miró a su hermano. Ninguno de los confíaba en ese ángel qaue tantas veces les había hecho alguna mala pasada, pero también era verdad que tenían muchas opciones.
"¿Qué nos propones?"
"En primero que uno de los saque a esa niña de aquí, no quiero que nadie salga herido y menso vuestra sobrinita, que luego vendréis a por mi."
"Dean…"
"Ni se te ocurra decirlo, Sammy, no voy a quedarte atrás y desde luego no voy a dejar que te enfrentes tu solo a esto. Si Julie nos necesita iremos juntos." La niña volvió a llamar su atención y Dean la sentó sobre sus piernas. Sarah miró a los tres hombres. "¿Qué pasa tío Dean?"
Dean lo supo en ese momento, alguien tenía que quedarse atrás, alguien tenía que proteger a Sarah y después de todo, Dean había cuidado siempre de sus hermanos, había estado allí por ellos desde que habían nacido y ahora sentía que tenía que hacerl o mismo por aquella niña de ojos enormes que lo miraba preocupada.
"¿Qué tal si nos vamos a comprar algo de comer antes de ir a casa del abuelo?"
Miró a Sam y este asintió otra vez, no estaban seguros ninguno de los dos si se trataba de una despedida o solo un hasta luego, pero la verdad era que los dos estaba muertos de miedo, no solo por no volver a verse, sino por Julie, los ángeles la perseguían estaba embarazada, seguramente estaría asustada.
Sarah, salió corriendo hacia su cuarto para coger su mochila, mientras Dean se quedaba en la puerta de la cocina un segundo. "Traelos de vuelta, a los dos."
"¿Y bien? ¿Cuál es tu plan?"
Gabriel se puso en pie otra vez. "Rescatar al idiota de mi hermano y a la obstinada de tu hermanita."
O –
Julie cayó de rodillas al suelo, estaba agotada, no podía seguir luchando por más tiempo contra ese enorme ángel que no parecía perder energías. Estaba a punto de morir, su hijo nonato también. ¿Cómo podía haberle hecho eso? Lo había puesto en peligro por ser egoísta, por buscar el amor, por no hacerle caso a nadie. Había sido una idiota y ahora todos lo iban a sufrir las consecuencias.
Vio la sombra del ángel acercarse a él y se abrazó el vientre como si eso fuera a servir de algo. Volvió el rostro hacia Castiel que había quedado inconsciente en el suelo. Si al menos pudiera verle, si al menos pudiera asegurarse que no le había matado también a él. Quería estirar la mano, llegar a él y besarle, aunque solo fuera una vez, aunque fuera la última.
De repente, todo se quedó oscuro otra vez y en silencio. Se volvió hacia su atacante, ¿sería posible que el ángel se hubiera marchado? Pero seguía ahí, de espaldas a ella, clavado en el suelo como una estatua enorme. Como pudo, la chica se puso en pie y se acercó a él y entonces los vio. Sam y Gabriel estaban allí.
Echó a correr y se lanzó a los brazos de su hermano y Sam la arropó con sus largos brazos, como si todo lo demás desapareciera.
"Julie, ¿estás bien?"
"YO si, eso creo, pero Cass…"
"¿Qué haces aquí?" Dijo el enorme ángel mirando a Gabriel. "Sabes perfectamente cuales son las órdenes y ni tu puedes romperlas."
Gabriel dio un paso adelante y chasqueó la lengua. "Su bueno, con respecto a eso, creo que vuestras reglas son demasiado estrictas la verdad. Creo que no habéis considerado todas las opciones."
"¿De que estás hablando?"
"De que el bebé que está a punto de nacer va a ser una mezcla única en el mundo, en la historia incluso y vosotros la vais a desaprovechar." Aunque Sam y Julie parecían no comprender ni una sola palabra de lo que estaban diciendo los ángeles, el ángel más alto se quedó en silencio. "¿Lo ves? Además, podemos controlarlo, hacer que no tenga ningun tipo de habilidad hasta que sea adulto y quien mejor para hacer eso que su propio padre, no creo que Castiel quiera que nada malo le ocurra a su pequeño."
"¿Estás seguro?"
"Se trata de los Winchester, nunca se puede estar seguro de nada, pero de Castiel me fio."
"Será tu responsabilidad."
"Muy bien, así será."
El ángel de mayor tamaño cerró los ojos y extendió las manos, la fuerza que antes había sentido Julie, volvió a manar de sus manos. La chica se apretó contra Sam, sabía lo que eso significaba, había estado a punto de morir por esa fuerza y ahora Sam iba a pasar por lo mismo.
"Sam, lo siento, yo no quería…"
"Tranquila, creo que todo esta bien. No hace falta que me pidas perdón por nada."
"¿Qué…?"
Antes de poder decir nada, todo se volvió blanco y Julie cayó en los brazos de su hermano.
O –
Despertó en su cama. Se sentía descansada y tranquila. Remoloneó un poco y se frotó la nariz. "Pareces un gato." Le costó unos momentos reconocer y asimilar la voz que le estaba hablando, pero por fin abrió los ojos y se incorporó de golpe.
"¿Cass?" El ángel la abrazó y la besó, recorrió el rostro de su amante celestial con los labios, como si tuviera que comprobar que estaba allí realmente y lo tomó de las mejillas para mirarlo a los ojos. "¿Qué estás haciendo aquí y como me puedes tocar?" Entonces se dio cuenta, se miró el vientre, ya no estaba abultado. "¡No! Cass, el bebé, se han llevado a nuestro bebé."
"Lo siento, no podía pasar mucho raro sin estar con esta cosa tan bonita." Dijo Dean desde la puerta, cargando algo en los brazos. "Me cuesta reconocerlo Cass, pero tío, es clavadita a ti."
"¿Cómo…? ¿Qué…? Pero…" Julie sintió que las palabras se quedaban atascadas en su garganta. Necesitaba levantarse pero al hacerlo las piernas fueron incapaces de sostenerla y si no hubiera sido por la rápida reacción de Castiel, hubiera caído al suelo. "Es… es nuestro…"
"Es nuestra hija, Julie." Le susurró el ángel, mientras rodeaba sin cintura con las dos manos y la ayudaba a mantenerse en pie. Le dio un beso en la mejilla y ella se volvió, rodeó su cuello con las dos manos y lo estrechó entre sus brazos.
"Dios, cuanto te he echado de menos. Te queiro tanto."
"Yo también te quiero, preociosa. Pero sigue siendo solemne tontería lo que hiciste. Podrías haberte matado."
"Y ahora Dean no sería el tío más empalagoso que he visto en mi vida." Djio Sam también desde la puerta, aprovechando que con el bebé en brazos, Dean no podría darle un buen golpe.
Castiel llevó a Julie hasta la cama, mientras Dean se acercó con la mantita blanca que rodeaba el cuerpo de la niña hacia su hermana. Sin embargo, antes de poder llegar, una personita entró a la carrera en la habitación y se lanzó a los brazos de Julie.
"¡Mami!"
"Hola, princesa."
"Cuidado, cariño, mamá necesita descansar, ha sido muy valiente y es hora de recuperar fuerzas." Julie miró a Castiel mientras hablaba. Tal y como había dicho el ángel, su relación con los humanos lo había cambiado por completo. "¿Le enseñamos a mamá, tu nueva hermanita?"
La niña sonrió de oreja a oreja y se hizo a un lado, mientras Dean colocaba el paquete en los brazos de su hermana. "Oh, dios mío, Cass, es preciosa…" Sintió las lágrimas llegar a sus ojos, pero consiguió contenerlas. "¿Pero que pasó? ¿Por qué ese ángel nos dejó ir? Y todavía faltaban semanas para que naciera la niña."
Los tres hombres se miraron, Sam se arrodilló junto a Sarah y le dijo algo al oído, ante lo que la niña asintió sonriente y cogió la mano de su tío, mientras se la llevaba de la habitación. Castiel y Dean se sentaron a cada lado de Julie.
"Gabriel hizo un trato con los otros ángeles." Julie escuchó en silencio lo que su hermano empezó a decirle. "Les hizo comprender que la niña era especial, mitad ángel y mitad cazadora, no podían matarla."
"¿Querrán usarla?"
"No podemos estar seguros, pero por el momento y hasta que Gabriel vuelva, vuestra hija no tendrá ningún tipo de habilidad extrahumana. Será una niña normal y corriente."
"¿Hasta que vuelva Gabriel?"
"Gabriel la educará." Continuó hablando Castiel. "Le mostrara lo que puede hacer como medio ángel y nosotros la pondremos al tanto de los peligros que peude tener como cazadora." Julie tragó saliva y Castiel la abrazó, dándole un beso en la mejilla. "Lo se, se lo que estás pensando, pero te prometo que no le pasará nada, nos tiene a los cuatro para cuidar de ella y para convertirla en la mejor persona posible."
"¿Y tu…? No se atrevía a decirlo, por si el maravilloso hechizo se rompía allí mismo.
"Gabriel ha conseguido que me quede, como guardian de la niña y de ti."
"¿Guardían? ¿Eso quiere decir que no podemos…"
"Julie, hermanita, que tal si hablais d eso cuando estéis a solas. Pero si lo que te preocupa si podéis estar juntos, por mucho que me arrepienta de decir esto, no hay problema. Tenéisl a bendición de los ángeles y la nuestra."
"Siempre y cuando no traigamos más niños únicos al mundo."
"Bueno, supongo que podemos usar preservativo."
"Vale, ya es suficiente, me voy a jugar con Sam y Sarah, seguro que su conversación no me da pesadillas esta noche."
Dean salió a la carrera de la habitación, dejando solos a Julie y Castiel, los dos mirando a la niña que dormía en brazos de su madre.
"Creí que te había perdido." Dijo pro fin ella con voz temblorosa.
"Me habías perdido." Castiel movió el rostro de Julie para que lo mirara a los ojos y sonrió antes de darle un beso. "Pero he vuelto y ahora estaré siempre con vosotras, con las tres."
"Cass, si te hubiera…"
"Shhh, ni digas nada. Ya se ha pasado, ahora podemos ser una familia."
"Una familia… y yo que pensaba que la familia Winchester ya era bastante rara tal y como estaba. Habrá que ponerle un nombre a esta cosita."
"¿Qué te parece Hope?" Dijo Castiel acariciando la cabecita de la niña.
"Hope Winchester. Nunca me lo has dicho ¿tienes apellido?"
Castiel sonrió. "Creo que Hope Winchester es perfecto."