Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Matsuri Hino.
Advertencias: Spoilers



11. Desconocido

Yuuki tenía miedo de lo que vendría ahora que había entrado en el mundo de los vampiros. Un mundo con el que tantas veces había fantaseado incorporarse con tal de estar un poco más cerca de Kaname. Pero, embelesada por su arrolladora belleza, se había olvidado de que Zero estaba a dos pasos de ella, siendo su sombra a cada instante y protegiéndola como el que más.

Había actuado como un perrito faldero rompiendo el corazón de su amigo en el proceso, y ella ni se había dado cuenta hasta ahora. Había estado ciega.

Por eso, tenía miedo. Estaba desconcertada, confusa, ¡enfadada! Le asaltaban demasiados sentimientos, y ninguno de felicidad. A pesar de que ahora estaba por fin con Kaname, algo que había deseado tan ferviente durante tantos años, se sentía rota por dentro.

- Zero… -susurró, imaginándose su rostro en las sombras de la habitación. Pero, ni su mente podía ahora recordar su rostro a la perfección. Era como si su nueva vida intentara suplantar a su anterior "yo" junto a sus recuerdos, incluso a sus sentimientos. Y ella no quería eso.

Quería huir de allí, olvidar su pasado, presente y futuro. Era muy fácil decirlo, pero sabía que no podía. No tenía suficiente voluntad para ello, ni para romper un segundo corazón. Porque era consciente de que a Kaname le dolería su marcha y que no iría tras ella con tal de cumplir sus deseos. Haría cualquier cosa por Yuuki, aunque le rompiera el alma.

Y ella se odiaba a sí misma, lo único que hacía al final era jugar con la gente en función de sus caprichos, como una niña pequeña. Haciendo que la protegieran, que incluso quisieran matarse por ella. Aunque ahora dudaba mucho que Zero la fuera a proteger. No, el que ella fuera ahora una vampira había roto el esquema de su amigo tanto como el de ella, y sabía que ahora la consideraba un enemigo al que había que liquidar.

La palabra le sonaba demasiado rara en la cabeza. Liquidar… ¿Habían cambiado tantos las cosas hasta el punto de que solo quedaba matarse el uno al otro? Ella no quería eso, ¡en realidad nunca lo había querido! Ni cuando Zero le había pedido que le matara si la situación se iba de las manos, si él acaba convertido en un nivel E.

Había aceptado para demostrarle que podía confiar en ella, pero en realidad había sabido en ese momento que si un día tenía que disparar a Zero, su mano temblaría demasiado como para dar en el blanco. Nunca podría herirle, aunque ya lo había hecho, y profundamente.

Pero ahora no había vuelto atrás, no tenía un maravilloso poder que otorgase la habilidad de cambiar el pasado. Más bien, era un monstruo sediento de sangre con instintos primarios. Nada más, apenas había rastro de la Yuuki anterior, salvo en lo más profundo de su mente.

Ni siquiera su cuerpo era el mismo. No se reconocía en la superficie del espejo. Lo único que veía era un par de ojos rojos que le recordaban una y otra vez al vampiro de su primer recuerdo como humana. Un recuerdo, que se desvanecía de su mente a cada día que pasaba.

Ojalá pudiera morir en ese mismo momento para poder dejar de herir a la gente que tanto amaba. Pero sabía que no podía ser, tenía que reunir las energías suficientes y afrontar su nuevo futuro, ese horizonte desconocido que se imponía ante ella, con la cabeza bien alta.

Aunque fuera para conseguir ver el rostro de Zero una vez más. No importaba si moría a sus manos para ello.

Al menos… moriría feliz, con la mirada de él como último recuerdo.