Nota de la autora: Okay, ya la había publicado y ya ustedes la han leido, solo quise corregirla un poco. Creo que quedó practicamente igual, je je

Sweet Dreams

"¿Crees que la hormona IS funcionará, volveré a dormir?"

"No lo sé, pero ya que ambos estamos despiertos…" - acercó su rostro al de él y Hagi buscó su boca. Saya hizo el beso más profundo entreabriendo los labios y colgándose de su cuello…

HagixSaya. Unas gotas de lemon.

La acción pasa después del capítulo 50, luego del despertar de Saya.

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Nota: La serie Blood+ no me pertenece.

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Hagi… -apenas un murmullo que escapó de sus labios. Adoraba despertar así, su mejilla sobre el pecho de su Chevalier, el latido de su corazón en su oído, sus piernas entrelazadas. Los brazos de Hagi la asían fuertemente aún en su profundo sueño.

Era tan nuevo y emocionante sentir la respiración acompasada de su Caballero durmiendo a su lado. Saya pensaba que el hecho de que ahora él pudiera dormir le devolvía parte de la humanidad que ella le había robado para siempre. Y eso la hacía sentir bien. ¡Tenía tanto que agradecer a la doctora Silverstein!

Cuidadosamente ladeó la cabeza para mirar el rostro de su amado. Hagi protestó abrazándola más fuerte y apretando un poco los párpados, para después relajarlos cuando Saya rozó suavemente la barbilla masculina con sus labios.

La Reina no se saciaba de verlo mientras dormía. Durante más de cien años él había velado, había caminado durante noches inacabables por las calles del mundo mientras Saya hibernaba. Ahora era su Caballero el que estaba allí, tan cerca y tan lejano, soñando…

Saya sonrió al recordar cómo empezó todo: la doctora Silverstein les había anunciado que había hecho avances con una hormona que abundaba en el sistema de Saya, pero que estaba ausente en Hagi. La había llamado hormona IS, o inductora del sueño. Saya y Hagi estuvieron de acuerdo en experimentar. ¡Si todo resultaba bien Hagi podría volver a dormir!

¿Qué pasa? – preguntó Saya mientras se sentaba en la cama al lado de su Caballero. Éste estaba recostado, con la blanca camisa a medio desabotonar, se veía preocupado esa noche. Saya intuía el porqué.

La primera noche que Hagi había recibido la hormona, no pasó nada. Y no había habido cambios en todo un mes de tratamiento.

¿Crees que resultará? –le consultó Hagi cabizbajo. – Realmente no me importa mucho no volver a dormir. Pero sería tan hermoso poder despertar a tu lado.

Saya sintió una ola de ternura al escucharlo.

Pues, ya que ambos estamos despiertos… - acercó su rostro al de él y Hagi buscó su boca. Saya hizo el beso más profundo entreabriendo los labios y colgándose de su cuello.

La Reina se separó de él un momento. Apagó las luces de la habitación, dejando sólo la luz de la lámpara encendida. Fue hacia la cómoda y tomó una sexy camisola color lila. Se dirigió al cuarto de baño para cambiarse.

Unos minutos después, reapareció. Lucía hermosísima con la seda ajustándose a su esbelto cuerpo y los hombros al descubierto. Se aproximó a la cama y sus manos buscaron el pecho de Hagi desabotonando su camisa y deslizándola de sus hombros. Se abrazó a él y apretó sus labios contra su cuello. Y en ese momento sintió los latidos de su corazón.

El ritmo era lento y por un instante Saya tuvo miedo. Sólo había sentido ese ritmo cuando ella bebía mucho de su sangre. Pero el latido no era débil, era fuerte aunque lento. Fuerte y acompasado. Fue entonces que se dio cuenta.

-Hagi… -susurró- Estás dormido…

Las lágrimas llenaron los ojos de Saya. Suavemente se separó de él y manipuló la luz de la lámpara para que iluminara un poco el rostro de su Caballero.

Su cabello negro estaba diseminado sobre la almohada, tenía los delgados labios un poco entreabiertos y su pecho bajaba y subía lentamente con su respiración.

Saya no decidía qué hacer. Le habría encantado desvestirlo para que estuviera más cómodo, al mismo tiempo quería simplemente observarlo, sin molestarlo, gozando del placer de mirarlo en sus sueños. Al final se inclinó con mucho cuidado y besó apenas los labios masculinos. Se sentían tan relajados, tan cálidos…

-Saya… - ante la sorpresa de la chica, Hagi susurró su nombre en sueños. Saya tuvo que reprimirse para no abrazarse a él y llenarlo de besos.

"Por cierto… Esperaré para otra ocasión" –se dijo al recordar su atuendo. No pudo evitar sonreír pensando en que esa era una de las desventajas del sueño.

Saya volvió al presente. Ya había pasado un mes desde esa primera noche de sueño. Hagi estaba aprendiendo a controlar un poco la hora de dormir. ¡La primera vez había dormido 48 horas seguidas! Le costaba despertar en las mañanas. Aun no sabía tomar siestas... Pero era una delicia experimentar todo eso con la ayuda de su amada.

Saya se dio vuelta entre sus brazos una vez más. Quería dejarlo dormir. Pensó que podría experimentar haciendo el desayuno. Con suerte no volvería a quemar los huevos fritos, pensó.

No llegó a salir de la cama, apenas intentó deslizarse de su abrazo, los ojos color acero se entreabrieron y Hagi la hizo rodar para quedar sobre ella. Saya se estremeció al sentir el roce de sus pieles desnudas bajo las sábanas.

Hagi entrelazó sus dedos con los de ella y cubrió su cuello de besos.

-Buenos días –murmuró contra su piel.

-Buenos días, amor. Iba a hacerte el desayuno…

Hagi rió un poco pensando en el desastre culinario que entrañaba esa declaración.

-Yo lo haré más tarde. Ahora, quiero contarte mi sueño… -los labios de él llovían besos sobre su pecho.

La respiración de Saya comenzaba a agitarse. Una de sus piernas rodeó las caderas de su amado.

-¿Y… qué … soñabas..?

-Soñaba que te hacía el amor así…

Un gemido se escapó de los labios de Saya. Sus manos se metieron entre los rizos negros de Hagi, mientras el cuerpo desnudo de él rozaba el suyo apenas, seduciéndola.

No sólo estaba disfrutando el verlo dormido, sino sus sueños y su despertar.

La Eternidad iba a ser toda una experiencia, siempre que Hagi estuviera a su lado.

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Nota: A todos los que me han escrito: Gracias mil por sus comments y reviews. Incluso ya los empiezo a extrañar. ;-)!! Y también gracias a todos los que me hayan leído aunque aún no hayan dejado comments. Pensé en esta historia durante mi insomnio. Espero les guste. Acepto todos sus comentarios, con cuenta o anónimos, sólo hagan click en "go" ahí a su izquierda.