Disclaimer: todos los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi, hago esto sin fin de lucro por ello no incurro en ningún delito.


En el capítulo anterior:

-Akane, tenemos que hablar- le pidió el chico casi en un susurro mientras la tomaba de su delgada cintura y la atraía más a su cuerpo.

-Ahora no.

-¿Por qué?

-No estoy de humor…

-Nunca lo estás.

-¡Oye!

-Eres mi prometida, y si quiero estar contigo, ¡estoy en mi derecho de hacerlo!

-Eso es lo que tú crees…

-¡Rayos Akane! Deja de ser tan obstinada- acto seguido, el chico trató de besarla, pero solo logró rozar sus labios.

-No te atrevas a besarme a la fuerza.

-Pero…

-Ya déjame en paz…

-¡Akane!

-Padre.

-¿Qué acabamos de hablar?- la chica lo miró con rencor.

-Vamos a hablar a otro lugar Ranma- la chica tomó de la mano al joven y desaparecieron.


Sobreviviendo después de ti

Capítulo 11

La guerrera se tele transportó junto a su prometido al límite de la prefectura de Yamanashi, a orillas de la carretera que rodeaba el límite montañoso de este lugar. Era de noche, una noche despejada ya que, las nubes casi no adornaban el cielo y pocas estrellas se vislumbraban en él. Por la hora, el lugar se encontraba desolado. Aparecieron a orillas de la carretera. La chica portaba un semblante molesto. Una vez que se cercioró del lugar, y de que nadie los molestaría, se apartó unos metros del muchacho y contempló el precipicio que adornaba el territorio.

El chico estaba un poco asombrado, en un abrir y cerrar de ojos habían aparecido en otro lugar, al parecer muy lejano de Nerima, observó para todos lados posibles y luego centró su mirada en la guerrera, quien estaba al borde de la carretera, observando el paisaje.

-¿En dónde estamos?

-En el límite de la prefectura de Yamanashi.

-¡Es hermoso!

-Así es- le respondió la chica ya un poco más calmada.

-¿Por qué estamos aquí?

-Querías que habláramos- le dijo sin mirarlo, ella seguía con la mirada fija en el paisaje nocturno que tanto lograba calmarla desde que empezó su ardua tarea como la guerrera Itsumi.

El chico miró la espalda de su prometida, se encontraba a escasos dos metros de ella tan cerca y tan, tan lejos de él; debía admitir que la chica que se encontraba frente a él no era la misma Akane Tendo que había sido suya, ya no era la chica tierna, amistosa, y dispuesta a hacer cualquier cosa por él, no, esa ya no era la Akane que él conoció. Tenía en frente a una total desconocida, no sabía cómo llegó a pensar que esa chica a la que en algún momento de su vida llegó a amar, aunque nunca se lo dijo, había cambiado tanto, en estos momentos dudaba del porqué se había obsesionado por volver con ella, pero algo en su interior le decía de debía estar con ella.

-Akane, ¿qué te pasó?- la chica abrió desmesuradamente los ojos al escuchar esa simple pero compleja pregunta, dio gracias al cielo y a todos los dioses de que el chico no podía ver sus gestos y por primera vez en mucho tiempo, su mirada se suavizó por unos momentos, hasta llegó a sentirse nostálgica –Cuando estabas convertida en Itsumi, ella dijo que había sido mi culpa...- el chico se encontraba cabizbajo en esos momentos -Por mis desplantes y…

-No te creas el centro del universo- el chico alzó su mirada bastante sorprendido al escuchar la fría voz de la chica –Lo nuestro terminó hace mucho, cuando tomé la decisión de convertirme en la guerrera Itsumi no estaba pensando en ti, sino en lo que yo quería y lo que era mejor para todos los seres humanos, no más.

-Pero, pero el día de mi fiesta de cumpleaños tú… tú me pusiste a prueba, yo recuerdo…

-Lo recuerdo perfectamente, "ja", una despedida sumamente patética, pero creía, no, estaba completamente segura de que nunca más te volvería a ver…

Había llegado la media noche, la chica salió al mirador que tenía la casa de Genma, miraba fijamente el horizonte, la fiesta la tenía cansada, al igual que la actitud de su ex novio, quería despejar su mente para lograr irse de ese lugar, de pronto, una voz conocida, inconfundible entre miles, una que no olvidaría por el resto de su vida o de la poca que le quedaba… irrumpió sus pensamientos.

-Akane…

-Ranma- sus miradas se cruzaron por unos segundos confundiéndolos de cierta manera, hacía casi cuatro años no se miraban de esa forma, de esa manera tan especial que era capaz de desconectarlos del mundo que los rodeaba.

-¿Qué haces?- le dice el chico apartando la mirada.

-Solo… me relajo- ese acto decepcionó aun más a la chica, "es obvio que aquí ya no queda nada", pensó -¿Qué se siente tener treinta?

-Nada en especial, aun puedo seguir en las fiestas- afirma el chico, "y eso me confirma que la decisión es la correcta, aquí… ya no queda nada", volvió a repetirse mentalmente la chica.

-Has cambiado…- le dice.

-¿Acaso tu no lo has hecho también?- le contesta el de ojos azules con una pregunta para evitar contestar.

-Sí, la Akane que conociste ya no existe.

-"Ja", a mi me pareces la misma- dice simplemente Ranma.

-Lo único que queda de ella es el gran amor que siente por ti- Ranma se quedó frío ante esa confesión, Akane nunca, nunca, había sido tan directa y sincera con respecto a sus sentimientos hacia él, ni hacia otra persona que él recordara.

-Akane…

-Lo demás, tu lo mataste- le dice apartando su mirada, con un poco de resentimiento, ya que sentía como sus ojos se ponían llorosos una vez más.

-Akane, yo… sabes que yo no…

-No te preocupes Ranma, lo sé, esta será la última vez que nos veamos, solo quería que lo supieras- le dice volviendo a enfrentar su mirada.

-¿Qué estás diciendo?- le pregunta totalmente desconcertado.

-Sabes- le dice limpiándose una lágrima traicionera que rodó por su mejilla –Nunca logré olvidarte, pasé llorándote muchas noches, lo mío con Hidekki nunca funcionó, por ti en una parte, y aun así volvimos a ser amigos- hace una pausa, suspira y continúa –lo que me ha mantenido hasta ahora es mi familia pero por su bien, debo marcharme.

-No te entiendo…

-Solo quería que supieras- le dice mientras se acerca y coloca una mano en su mejilla –qué fuiste la persona más especial para mi hasta el día de hoy, que nunca dejé de amarte y siempre quise volver contigo, pero después de hoy, eso nunca será posible…

-Akane… no entiendo.

-No hace falta que lo hagas… me marcho y dudo mucho que vuelva a regresar.

-¿Adónde?

-Muy lejos…- dijo un poco alto, y luego susurró para ella misma -de donde nunca podré volver con vida…

-Akane…

-Sabes- le vuele a decir mientras le acaricia la mejilla que ya tenía sosteniendo en su mano –lo irónico de todo es que lo desee por tanto tiempo y el precio que pagaré es tan alto, hasta el día de hoy te amé con alma, vida y corazón, prométeme que serás feliz…- le suplicó.

-Akane…

-Solo, prométemelo- imploró la chica una vez más y esto desconcertó mucho al chico.

-Te lo… te lo prometo- dijo dudando Ranma.

-Eres de los pocos que me despediré- dijo para mirar por última vez a su ex-novio, su amor de la vida -Adiós…- dijo mientras depositaba un melancólico beso en la frente del chico- y así se marchó del lugar dejando a un confundido Ranma mirando por donde la chica desaparecía.

-En ese momento no entendí, al día siguiente sentí una extraña sensación de vacío, una que no había sentido desde que terminamos, y luego, empecé a soñarte en peligro constantemente, aun me sucede…

-Eso no es problema mío, no he hecho nada para que tengas pesadillas.

-¡Claro que son pesadillas! El solo pensar que puede ocurrirte algo me pone como loco, me siento impotente, yo, yo… Yo no sabría que hacer…- le confesó el chico con voz impotente, arrastrando el miedo en sus palabras.

-Lo mismo que has hecho todos estos años que me dejaste, seguir con tu vida- le contestó la guerrera, aun le daba la espalda al chico y sus palabras eran frías como el viento que los rodeaba.

-¿Qué estás diciendo?- preguntó, el chico se había alterado y ella se dignó a verlo a la cara.

-¿Acaso creíste que después de todo lo que ha pasado yo iba a regresar contigo?- la cara del chico se deformó.

-Yo…

-O es que no recuerdas cómo me humillaste después de que terminamos- dijo alterándose bastante, perdiendo después de mucho, la noción del tiempo- acaso no recuerdas con cuántas mujeres estuviste después de mí, acaso no recuerdas la vez que me rebajé a buscarte, yo, yo que nunca en la vida le había rogado a nadie, nunca… Nunca tampoco me entregué a nadie más…- terminó de decir la chica en un susurro.

-Akane yo, lo siento, no puedo negarte que te lastimé inmensamente y no tengo perdón pero, la verdad es que nunca he dejado de amarte- gritó el chico de la trenza – sé que he sido un imbécil y que te perdí con mis dudas e inseguridades yo… yo quise, no, estaba convencido que si seguía a tu lado iba a perder mi juventud- la chica la miró con odio –pero no, me equivoqué, a los meses de haber terminado me di cuenta de cuánto te extrañaba, de cuánto te necesitaba para respirar, para vivir… Pero, fui un cobarde, cuándo me di cuenta ya no podía hacer nada, tenía miedo de escucharte decir que no ibas a volver conmigo y simplemente me dediqué a buscar un reemplazo de ti…

-¿Cómo dices eso? Siempre supiste que yo estaba ahí para ti, ¿cómo no te diste cuenta de eso?

-Tenía miedo de arruinar todo…

-Eres un maldito cobarde, mentiroso- explotó la chica –Sabes cuántas noches pasé llorándote, esperando tu regreso…

-No me digas eso Akane, me duele, sé que yo no he sufrido ni derramado la mitad de las lágrimas que tu…

-Tú no sabes lo que yo he sufrido y nunca lo sabrás- le interrumpió violentamente –tú no te mereces ni siquiera estar en mi presencia- le dijo con desprecio y el chico sintió miedo, el peor de todos sus temores.

-¿De qué estás hablando Akane?

-No te ilusiones con que somos prometidos, esto solo es temporal, cuando todo acabe y si no muero, voy a desaparecer de la vida de todos.

-No puedes hacer eso- le gritó el chico tomándola de los brazos con fuerza y sacudiéndola –no te permitiré que nos dejes de nuevo, eso nunca, ¿acaso no piensas en tu familia? ¿En tus amigos? ¿En mi?

-Mi familia ya se acostumbró a estar sin mí, pueden hacerlo otra vez, al igual que Yuca, no tengo más amigos, y con respecto a ti, creo que ya sabes que oficialmente no me interesa lo que pueda pasarte- el chico la soltó y su vista se perdió en cualquier punto lejos de la realidad que estaba viviendo.

Su Akane, su dulce chica no era la que estaba parada en frente de él, esa chica realmente no era la chica de la que él se había enamorado hace muchos años atrás. La chica que tenía en frente pasaba sobre él y sus seres queridos sin importarle nada, qué fue lo que le pasó en todos estos años, acaso él había tenido la culpa de ese cambio tan grande, de cambiar a esa chica tan dulce y desinteresada, sí, él sabía que era el mayor responsable de los cambios en su vida y en la vida de la familia Tendo y eso era algo que al parecer, cargaría por el resto de su vida, y no quería aceptar la realidad que estaba viviendo. Los besos que se dieron con anterioridad no habían significado nada para ella, era una muy buena actriz, de eso no había duda alguna, su agonía aumentó.

Trató de respirar, con dificultad sin duda alguna. La miró a los ojos y estos eran inexpresivos, cómo era posible que estuviera tan tranquila y él al borde de la locura. Realmente no conocía a la chica que estaba frente a él.

-Ahora siendo Itsumi, lo menos que necesito es alguien que se interponga en mi trabajo, no te necesito Saotome, te dejaré en Nerima y espero no tener que verte en lo sucesivo, vamos…

-Tú, tu ya no eres Akane Tendo, la chica inocente y bella de la que me enamoré, ahora solo eres una persona sin sentimiento alguno- dijo el chico con rencor y el corazón de la guerrera se estrujó, eso quería decir que su plan estaba funcionando, apartaría al chico de su vida y así lo protegería de los ataques y peligros que la rodeaban constantemente, era verdad que tenía todos los reclamos y resentimientos guardados desde hacía tantos años y ahora que los liberaba no tenían sentido, pero le habían servido para hacer el teatro creíble.

-¡Vaya! Me llamaste persona, eso es un cumplido- se jactó con ironía la chica cuando recuperó el aliento y evitó que sus ojos se humedecieran, él solo la miró con desprecio.

La chica se acercó al hombre y lo tomó bruscamente del brazo, el solo contacto con el muchacho la hacía vulnerable, estaba consciente de que esta sería una de las últimas veces que lo vería, que lo tocaría, que lo tendría tan cerca pero era necesario, no podría perdonarse nunca en la vida que a él le pasara algo y menos por su culpa, esto en definitiva era lo mejor.

-Creo que no es necesario que te diga que nuestro compromiso acabó- dijo ella sin mirarlo y con la voz un poco melancólica, él solo la miró desconcertado, en ese momento la chica sintió una presencia extraña a su alrededor –Apártate y no te metas- tiró al chico contra el paredón de la calle y ella se interpuso delante de él.

-¿Qué sucede?- le preguntó el chico un tanto asustado ya que sentía que estaban rodeados.

-Es una emboscada…

La chica miraba a todos los lados posibles, sombras iban haciendo su aparición, eran unas seis e iban tomando forma sólida. Eran demonios de distintas clases, de roca, de agua, de fuego, cada uno tenía un poder diferente, su nivel de ataque era algo alto y la chica lo sintió.

Ranma miraba a todos los lados posibles sin saber qué hacer, no sabía cómo reaccionar y miraba la espalda de la chica, lo mejor sería hacerle caso a la guerrera que tenía en frente, eso es lo único que eran ahora, él, un simple ser humano envuelto en una pelea entre una poderosa guerrera y unos cuantos demonios.

-Quédate donde estas, ¿me entendiste Saotome?

-Sí- dijo él arrastrando las palabras, ella suspiró, lo conocía muy bien y sabía que aunque estaban rodeados por esos engendros del mal, él seguía enojado con ella.

Los demonios empezaron a atacar a la chica, todos a la vez y ella contraatacó, utilizó un poco de rayos para hacerse un perímetro a sus alrededor, el demonio de roca pasó sin ser afectado por tal ataque, así como ella lo había previsto, lo atacó mientras los otros se reponían, trató con cañones de agua saliendo de sus manos, eso lo hizo retroceder un poco mientras llegaba el demonio de fuego y le recetaba lo mismo, al evaporarse un poco llegó el ser acuático , la chica cambió sus ataques por ataques de fuego, incendió gran parte de la carretera provocando que el suelo falseara un poco y se agrietara.

Ranma se encontraba detrás de la chica mirando sus movimientos sumamente planificados, nunca antes se había dado cuenta de lo buena que era Akane para coordinarse en las peleas, era obvio que había recibido un gran entrenamiento y que mientras ellos en un pasado habían entrenado por diversión, esa motivación sin duda alguna la había llevado a convertirse en la gran guerrera que era ahora e inexplicablemente, en ese momento se sentía orgulloso de haber sido parte de la vida de la chica pero aun así, la veía tan lejana a él en ese momento.

La chica hizo aparecer su báculo, lo transformó en espada y continuó su batalla, una sombra pasó bajo sus pies sin que ella pudiera detenerla y trató de atacar a Ranma mientras se materializaba, el chico le propinó un fuerte puñetazo que hizo que su proceso se detuviera mientras las chica lo atacaba con rayos, se acercó al muchacho y siguió su batalla.

-¡Ranma no baka!- le gritó –pudiste hacerte daño, ¿qué tal si era un ser eléctrico? Te hubiese hecho daño- el chico en ese momento sintió un poco de felicidad, ella se había preocupado por él sin duda alguna –Eres mi responsabilidad, no te metas en problemas o Cologne me matará- y en un instante la había arruinado.

Los seres de agua y roca fueron evaporizados por la chica, quedaban tres de ellos, dos de fuego y uno eléctrico, la chica optó por derramar un poco de agua sobre el suelo y con magia subió a Ranma en una roca sobre el paredón, invocó una serie de rayos que cayeron sobre la carretera inundada de agua y esto acabó con los seres de fuego, el ser eléctrico estaba un tanto recargado pero podía seguir peleando.

Este ser optó por separase en miles de rayos y realizar su ataque más potente, el cual fue dirigido a Ranma, Akane se dio cuenta de sus intenciones pero después del ataque realizado estaba un tanto débil. Ranma vio cómo todos los rayos venían hacia él y no podía hacer nada para evitarlos, eran demasiados y ocupaban una gran área, solo pudo cubrirse la cara y esperar el ataque, el cual nunca llegó y ante un destello que se reflejó abrió los ojos. Akane estaba delante de él, la chica había corrido todo lo que sus pies dieron y se había interpuesto ante el ataque, había hecho un pobre escudo que trataba de minimizar el ataque sin embargo este era fuerte y algunos rayos pasaban directamente pero ninguno golpeó a Ranma ya que, Akane obstruía la trayectoria entre los rayos y el chico de la trenza.

-¿Qué haces Akane? ¡Estás loca!- gritó el chico desesperado viendo cómo los rayos rasgaban la piel de su amada -¡Akane!- pero ella estaba concentrada en detener el ataque.

El ataque se hizo menor, la chica Tendo tenía rasgados los brazos y piernas, estos sangraban con abundancia pero aun así la guerrera conjuró un campo magnético y despareció al ser demoniaco de la faz de la Tierra para luego caer de rodillas y manos al suelo mientras respiraba agitadamente. Ranma la llamaba pero ella no podía responder. El chico empezó a analizar la mejor manera de bajar de donde estaba y vio que debía saltar hasta al suelo, era la única manera, estaba por lanzarse cuando un ruido se escuchó de la parte superior del paredón, tanto él como Akane miraron hacia arriba con asombro y la chica sintió terror al ver como rocas enviados por un ser de piedra que ella nunca detectó, eran lanzadas hacia Ranma, trató de levantarse pero era tarde.

Ranma se cubrió y una roca desplomó el suelo en donde se encontraba haciéndolo rodar hacia abajo junto a las rocas que caían. Al llegar a la carretera esta se desplomó debido a los ataques que la guerrera había propinado a los demonios y el chico seguía cayendo, directo al precipicio.

-¡Ranma!- fue el grito desgarrador de la chica Tendo al ver lo que no había podido evitar, el chico salió volando hacia el fondo del acantilado, su corazón trabajaba a una velocidad casi imposible de soportar por cualquier persona, sus ojos se abrieron desmesuradamente y lágrimas se asomaron por ellos, todo pasó en cuestión de milisegundos y sin pensarlo dos veces, se arrogó al vacío.

Continuará…


Notas de la autora:

Muchas gracias a todos los que leen el fic y dejan sus comentarios.

Paso a agradecer personalmente a quien los deja:

Luz Cullen Chiba, CONEJA, Madame de la Fere-du Vallon y Nia06.

Ranma_Akane: hola! Gracias por tus lindas palabras, me halagas. El carácter de Akane es un tanto explosivo, ella siempre ha sido así y me encanta ver a Ranma impotente ante ella cuando está así. Me alegra mucho que te guste el fic, espero que siga siendo de tu agrado ya que, casi está en su recta final.