Hoy me permitiré llorar.
Sentía una angustia arder de mi interior y me llevé mi mano al pecho. Apoyé la cabeza en el cristal de la nave y tragué saliva, las últimas horas habían sido un caos. Según palabras de Yamsha..
"Un nuevo mal se avecina, su energía es muy poderosa".
Sentí una oleada de terror surcar por todos los lados de mi cuerpo, si era cierto, estabamos nuevamente en peligro. Pero aunque ese mal tendría que ser lo primordial y pensar en una posible solución a el, mi corazón y mente estaban pensando en mi saiyan. En el estadio de las artes marciales no parecía mi Vegeta, ese no era el hombre del que me enamoré y aunque estaba a bastante distancia podía verle. Me lo habían cambiado. Cerré los ojos y sentí lastima por todas las personas que había asesinado ahí y por una vez le maldecí, nuevamente su meta había vuelto a surgir de su interior y era derrotar a Gokuh.
"Maldito seas Vegeta"- pensé con dolor. Parecía que nada le importaba y aunque eso era lo que deseaba aparentar hacía los demás, yo sabía que si estaba feliz con su nueva vida o al menos intentaba engañarme. Luché por él y contra él, contra sí mismo y su maldito orgullo impenetrable y aunque muchas veces pensé en darme por vencida, mi fuerza se multiplicaba. Físicamente no soy tan poderosa como mis amigos o como él, pero mi alma es fuerte y nadie me ha podido destruir. Yo era y sigo siendo la Gran Bulma Briefs.
Y lo que pensé que se había enterrado en lo más profundo de su corazón había surgido nuevamente. Puede ser, que por ese mal él se emocionará demasiado y deseará combatir con mi Gokuh, pero es que el Vegeta que yo había visto ahí no era mi saiyan, no era ni la sombra y sé que algo le había pasado. No soy tonta y podía ver las expresiones asombradas de Roshi y Yamsha, ellos habían visto que estaba pasando y podían sentirlo por su energía, pero yo lo sentía en mi interior. Y me fiaba de el.
Abrí los ojos al notar una mano en mi brazo, giré mi rostro y ahí estaba el bueno de Yamsha sonriéndome con dulzura..
-Bulma, ¿estás bien?.
No podía contestarle y mis labios no querían abrirse, sentía una angustia muy pesada en mi interior y no sabía la razón de ella. Así que agarré su mano, la apreté con fuerza y le sonreí. Sé que fue falsa y sin la emoción que siempre tenía, pero era la única contestación que podía darle ahora.
Él alejó su mano de mi brazo y volvió a mirar al frente mientras pilotaba la nave. Nuevamente apoyé mi cabeza en el cristal y mis ojos se humedecieron, quería hablar con él y preguntarle por que había echo eso, tenía tantas dudas y él era el único que me podía responder con la verdad.
"Vegeta" - pensé con amargura.
Unos pitidos en los monitores hicieron que mis pensamientos por él se esfumarán y dirigiendo mi mirada hacía ahí, ví como las luces de emergencia comenzaban a parpadear estrepitosamente. Escuché como Marron rompía a llorar y seguí observando como Yamsha ejercia fuerza en el control.
-¡Maldita sea, hay turbulencias!..-exclamó con rabia...-¡chicos sujetaos bien fuerte!..-les ordenó al girar su rostro hacía atrás y verles al rostro.
La nave temblaba y vi como una energía pasaba encima nuestra y la movía con más violencia. Los llantos de Marron se iban haciendo más ruidosos y escuchaba como C-18 intentaba calmarla. Me agarré con fuerza a los reposabrazos y esperé a que esta turbulencia cesará. Y aunque pasé miedo ante esto, estaba segura que no iba a morir, después de todo en la nave había guerreros. El tiempo transcurrido fue desesperante y cuando la nave se volvió a normalizar...
Mi corazón comenzó a llorar en vida. Sentía como se estaba oprimiendo y como necesitaba ese motor que le hacía funcionar correctamente, sentí como se rompía en pedazos y como su lugar era sustituido por el vacío, fue tan extraño que sentí un miedo atroz. Tragó saliva y mis manos temblaron, al principio no sabía a que se debía pero después mi instinto me respondió con una verdad tan dolorosa. Aunque intentaba mentirme a mí misma.
"¿Vegeta?"- volví a pensar en él, como estaba haciendo ahora y como siempre haría. Él era el príncipe de mis sueños, él era todo lo que yo buscaba y él vino a mi lado, aunque no de un modo romántico. Vino a mí por que no le quedaba otro remedio y era una de las personas más próximas a su mayor rival.
-¡Mierda!..-soltó Yasmha bruscamente, trayéndome a la realidad. Le miré fijamente y volvió a mascullar con rabia...-la turbulencia ha estropeado los controles y vamos a caer en picado..
Y tal como había dicho se producia su premonición. La nave se inclinó hacía abajo y comenzó a caer sin remedio alguno. Y ahí sentí miedo, me sujeté como puede y esperé a que alguien nos ayudará. Y mi deseo se hizo realidad, siendo nuestra salvadora C-18.
Aterrizamos en una explanada y ahí me alejé de ellos para pensar en él y poder encontrar una lógica a todo lo que había echo en el estadio de las artes marciales. Me tapé el rostro con mis manos y cerré los ojos. No entendía nada y muchas veces no llegaba a entenderlo al principio. Tenía una actitud tan cerrada que me costaba entrar y encima si ponía ese muro de protección la misión se volvía imposible. Pero nuevamente yo obré un milagro y conseguí lo que nadie había conseguido.
Enamorarlo.
Sé que suena ridículo y que es extraño que vaya dirigido hacía esa persona, pero es la verdad. Él me ama aunque sea a su manera, pero sé que lo hace. Las mujeres tenemos un sexto sentido o tal vez es la ilusión del enamorado, pueden ser ambas cosas. Pero lo cierto es que mi instinto, aquel que nunca me falla me dice que soy la mujer más amada de todo el Universo y que ese amor proviene de mi saiyan. El cruel y despiadado príncipe de los saiyans.
Sonreí con el rostro tapado por mis manos. Estaba pensando como las colegialas y ahora ya no tenía esa edad.
Incliné mi cabeza hacía un lado y recordé todas las conversaciones de mis amigos y en donde se incluia mi ex-novio. Todos me decían y me hacían prometer que no tenía que acercarme a ese asesino despiadado por que no era de fiar.
"Es un bastardo y sanguinario hombre del espacio y si te acercas a él te destruirá como me lo hizo a mi." esas palabras que me dijo Yamsha en su tiempo me tocaron profundamente y ahora que las recordaba me dolía mucho. Sé que es difícil de tratar y que no soporta a nadie, pero ellos solo conocen al guerrero, al príncipe despiadado y no vieron que más allá de esa brutalidad que desprendía y ese Ego tan alto, había alguien sufriendo y deseando aunque se maldijera por ese sentimiento, sentirse cercano. Y yo con el mismo carácter que él, conseguí penetrar dentro suyo y me hice con el control de su corazón.
Y él...siempre fue el dueño del mío.
Escuché como Yamsha comentaba que ibamos a emprender el vuelo hacía mi hogar y así convocariamos al Dragon Sagrado. Me froté las manos con ansiedad, era lo correcto y así podría resucitar a todos lo que mi Vegeta había matado por algún motivo desconocido. Nuevamente volvimos a la nave que Yamsha había arreglado para irnos hacía la Corp. Capsule.
Durante el trayecto la angustia se hacía más grande y me pesaba el pecho. Desvié mi mirada hacía mi mano para verla temblar y me mordí los labios.
Llegamos a mi hogar, al hogar de Vegeta y ahí estaban mis dulces padres. Siempre con una sonrisa hacía mis amigos, cada uno de ellos más raro que el anterior. Invocamos al Dragon Sagrado y pedí la resurección de esas personas inocentes, entonces sentí algo de paz, como si le hubiera aportado beneficio a un alma errante. Levanté mi mirada y vi a Gokuh enfrente nuestra, vi su rostro desencajado y entonces supe que algo iba mal.
"Ójala que no sea Vegeta o Trunks"..-pensé con temor, eran mis dos hombres y estaba más preocupada por mi saiyan que por mi hijo, tenía la certeza que estando con Goten las cosas no podían ser malas. Por un momento Gokuh detuvo su mirada en la mía y mordiéndose los labios me alejó su mirada angustiosa. Algo no estaba bien...
Gokuh nos comentó que sería bueno ir al Palacio Celestial que allí las cosas estaban tranquilas. Todos accedimos, salvo mis padres que se quedaron en mi casa con esos animaluchos. Gruñí sin entender su lealtad por ellos, pero mis padres solo sonrieron y se despidieron de nosotros, como si fuera la cosa más normal del mundo..
Y que poco sabía que allí comenzaría mi agujero negro.
Aterrizamos en el Palacio Celestial y al hacerlo miré por ambos lados para encontrarlo, para poder tranquilizar esta amarga sensación que me estaba devorando. Aspiré con fuerza y evité que una lágrima cayerá por mis ojos..
Y entoncés Milk tomó el relevo de la conversación.
-¿Y Gohan, dónde está?..-preguntó nerviosa...-¿y mi niño?.
Gokuh agachó la cabeza junto con los demás guerreros que podían sentir las energías. Vi un agujero de dolor y Videl se acercó temerosa hacía ellos..
-¿Qué ha pasado?...-preguntó la más jovencita.
Noté como le costaba hablar a mi gran amigo, vi como un destello de agua se estaba fabricando en sus ojos y entonces lo entendí, abrí la boca al momento de taparla y dirigí mi mirada hacía Milk y Videl. Y ellas rompieron a llorar desconsoladamente, se abrazaban a sí mismas para conseguir consuelo pero la tensión y el descubrimiento hizo mella en la consciencia de Milk, llevándola a la oscuridad.
Se desmayó en los brazos de su padre. Era trágico ver esa escena y entonces me arme de valor, yo quería saber donde estaba Vegeta, dirigí mi mirada hacía Yamsha pero él me giró el rostro, luego la deposité en Krilin pero su semblante se ensombreció y vi a Gokuh como mi único aliado..
-¿Y Vegeta?..-pronuncié las palabras con terror..-¿dónde está?.
Gokuh negó con la cabeza y se dirigió hacía Milk para estar junto a ella y escuché la voz fría de otro miembro del grupo.
-Muerto Bulma..
Giré mi rostro y con ellos mis ojos humedecidos hacía el namekiano. Sonreí nerviosamente y las lágrimas brotaron sin remedio alguno. No podía ser. Él era Vegeta, era el príncipe de los saiyans y era muy poderoso, ¿cómo qué estaba muerto?.
-¡Mientes!..-solté como único alivio al dolor que me estaba desgarrando. Observé de reojo como todos asentían a las palabras del namekiano y mis labios temblaron.
No era justo.
Mi cuerpo tembló y mis piernas comenzaron a flaquear, estaba cayendo en el mismo mundo oscuro que había entrado Milk hacía unos minutos. Levanté mi vista hacía todos y lloré como nunca lo hubiera echo. Me estiré con rabia y grité al máldito ser que me había separado de mi saiyan y noté como los brazos de Yamsha me agarraba, pero yo no quería su consuelo, no quería el de nadie...solo deseaba estar a su lado.
-¡¡VEGETAAA!!...-grité con desesperación al estrellar mis rodillas en el suelo y seguí derramando las lágrimas que estaban llenas de sangre, lo golpeé con rabia y frustación. Pero Yamsha no se inmutaba y me abrazó con fuerza, no me iba a dejar sola y me consolaría todo el tiempo que hiciera falta, pero yo solo quería los brazos de mi Vegeta, por que junto a él me sentía segura.
Lo aparté con brusquedad y me levanté del suelo, anduve hacía el borde de la Plataforma y notando como me estaban mirando con pena, curvé mis labios y volví a caer al suelo, levanté mi rostro al cielo y grité, lo hice tan fuerte que me desgarró un poco la garganta y entoncés escuché los pasos apresurados de Yamsha viniendo hacía mi lado.
Definitivamente no me lo quitaría de encima. Y lo único que hice antes de entrar en los brazos de Yamsha fue...
-¡¡VEGETAAAAAAA!!.
Enterré mi rostro en el pecho de Yamsha y me dejé consolar.
Hoy me permitiría llorar abiertamente.
En lo más alto, más allá de las nubes, más allá del Universo, en otra dimensión lleno de paz para algunos y miserias para otros, alguien escuchó ese grito de guerra, ese nombre tan conocido y temido para muchos. Era el nombre de un amor pérdido y ante eso había una verdad. Era la excusa perfecta para enviarlo nuevamente a ese planeta condenado a la muerte.
Agarro su bola de cristal y se dirigió hacía él.
FIN
Holas! seamos sinceras, me he puesto muy dramática no? quería plasmar los sentimientos y sus pensamientos antes de descubrir que había muerto su saiyan y espero haberlos plasmado correctamente.
Espero que os haya gustado y nos seguiremos viendo por aqui.
Saludos y un abrazo a todos. Nos vemos.