Capítulo Cinco:

Grítalo.

Hermione ahogó un gemido contra los labios de Ron. Sentía ese cosquilleo crecer en su vientre mientras sus dedos jugueteaban en el pelirrojo cabello de su novio. Entreabrió la boca para recibirlo y él deslizó lentamente su lengua para rozar la de ella. La mano del chico se deslizo desde la cintura hasta el pecho izquierdo de Hermione y esta se estremeció un poco, lo suficiente, antes de que éste comenzara a masajearla suavemente y suspirar ante la firmeza y la suavidad que, aún por encima de la ropa, se sentía.

Estaban en la sala de La Madriguera, Ron recostado delicadamente sobre ella en el sofá. Como nunca, la casa estaba vacía y ellos estaban disfrutando de este merecido tiempo a solas. No se habían podido ver tan a menudo como ellos habían querido porque el trabajo en la tienda crecía cada vez más y porque Hermione quería terminar su séptimo año en Hogwarts dando exámenes libres. Por eso ahora estaban tratando de recuperar el tiempo perdido en medio de una larga sesión de besos en el sofá. El tiempo había dejado de tener sentido junto cuando su espalda había tocado los suaves cojines siendo guiada por Ron.

No sabía cuantos minutos, si es que no horas, habían pasado las manos de su novio masajeándole un pecho y sosteniendo su cintura. No sabía cuanto le había tomado el dejar de acariciarle el cabello para deslizar sus manos por la espalda sobre la tela de la camisa para luego acariciarle la pecosa y blanquecina piel. El gemido provocado por ese simple roce de sus pieles la tomó por sorpresa pero aún así sonrió sin separar sus labios de los de él. Él, quien luego de juguetear con su labio inferior había decidido avanzar besando el contorno de su mandíbula hasta llegar a su oreja y comenzar a juguetear con su lóbulo entre sus labios. Hermione se sorprendió al oírse a sí misma gemir de la manera en que gimió en ese minuto, y levantó su pierna izquierda para cruzarla sobre sus caderas, provocando un gran gemido que se ahogó contra la suave piel de su cuello.

Sonrió mientras deslizaba sus manos desde la baja espalda hasta los hombros, acariciando todo levemente. Ron se separó para darle un último beso en los labios antes de tomar el borde de su camiseta y comenzar a darle tirones hacia arriba. La chica soltó una risita mientras se acomodaba lo suficiente para quitársela y dejarla caer descuidadamente sobre la alfombra. El pelirrojo gruñó de manera audible al ver el sujetador negro con encaje rojo y se abalanzó casi enseguida a besar y morder su cuello mientras ella volvía a adoptar la posición de antes. Suspiró en busca de aire al sentir las grandes manos de su novio sobre la tela de su sostén dándole pequeños masajes mientras sus labios vagaban sobre su cuello y sus hombros.

Movió su pierna acomodándola sobre los glúteos del pelirrojo atrayendo sus caderas más cerca de ella, sintiendo la creciente erección que se desarrollaba ahí y que se frotaba contra sus pantalones, entonces, mordiéndose un labio, decidió bajar sus manos hasta el borde de la camisa, la única prenda que la separaba de la espalda que tanto adoraba acariciar, para comenzar a deslizarla hacia arriba. Ron se separó a regañadientes para quitarse la prenda y dejarla caer junto con la de ella. Volvió a abalanzarse contra sus pechos aún cubiertos por la tela del sujetador gimiendo al sentir las uñas de su novia arañando levemente su espalda.

Hermione suspiró un poco molesta por el bloqueo que le proporcionaba la tela del sostén y decidió quitárselo. Arqueó su espalda lo suficiente para que sus manos lograran abrirlo y Ron la ayudó quitándoselo con un solo tirón. Ambos sonrieron satisfechos y los labios del pelirrojo volvieron a su antigua posición. Tomó un pecho en su mano para masajearlo mientras besaba el otro por toda el área sin llegar al pezón. Hermione comenzó a gimotear por la desesperación y la impaciencia y Ron rió entre dientes.

-Muy gracioso- murmuró la chica, Ron lamió el costado de su pecho izquierdo antes de separarse.

-La verdad es que sí es muy gracioso- respondió al ver la cara que Hermione tenía-, Pídeme lo que quieres, Hermione- se acercó para rozar levemente sus labios contra los de su novia que gimoteaba de placer al oírlo hablar-, pídeme lo que quieres que te haga- susurró en su oído. La chica se movió de tal manera que sus caderas se frotaron la una contra la otra haciéndolos gemir a ambos al mismo tiempo, logrando que los dedos de la castaña se enrollaran entre el pelirrojo cabello de su novio y lo atrajera hacia su pezón izquierdo.

-lame- murmuró con los ojos cerrados, Ron soltó una risita antes de hacer lo que le ordenaban. Hermione se retorció de placer al sentir la húmeda lengua de su novio contra la ultrasensible piel de su pezón. Separó los labios para dejar entrar más aire hacia sus pulmones, aire que luego soltó en un gemido en el momento justo en que Ron cerró sus labios sobre el lugar que había estado lamiendo y había mordisqueado suavemente, aunque lo suficientemente fuerte para hacerla estremecer.

Deslizó sus manos desde la cabeza del chico hasta su cintura, para luego devolverlas hasta los hombros arañándolo suavemente con sus uñas, provocando que se estremeciera sobre ella. Se miraron fijamente a los ojos antes de que Ron bajara la cabeza para masajear y mordisquear el pezón derecho entre sus labios.

-Oh, Ron- gimoteó deslizando sus uñas por los músculos de sus brazos, por sus hombros, por su espalda hasta llegar al borde de sus pantalones. Sin pensarlo comenzó a batallar con el botón de éstos logrando que el pelirrojo se separara de su pecho y se arrodillara entre sus piernas abiertas para abrirlos y deslizarlos por sus muslos, sin dejar de mirarla a los ojos, para luego patearlos hacia un costado, donde toda la ropa descansaba en una pila.

Hermione se arrodilló también quedando frente a Ron, aunque éste seguía siendo muchísimo más alto que ella, para abrir el botón de sus jeans y comenzar a quitárselos, tarea que prontamente fue asumida por las manos de Ron, haciéndola recostarse nuevamente y estirar las piernas para que éste retirara la prenda completamente y la lanzara junto a los suyos, sin soltarle las piernas, y sin abandonar su posición de rodillas, comenzó a besarle las pantorrillas, avanzando raudamente hasta sus rodillas, sus muslos, hasta llegar a la tela de algodón de sus bragas y removerlas completamente.

-Tan hermosa- murmuró antes de besarle el hueso de las caderas-, tan mía- agregó antes de levantarle una pierna para apoyarla en su hombro, Hermione se mordió el labio ante la expectación y llevó una mano al cabello color fuego, ensortijándolo entre sus dedos. Abrió los ojos ampliamente al sentir el contacto de su lengua con la suave piel de su sexo y dejó escapar un gemido.

Ron sonrió sin dejar de hundir su lengua entre los pliegues de su novia y deslizarla por todos lados, sintiéndola reaccionar ante el contacto, sintiéndola estremecerse de placer, maravillándose ante la forma en que pronunciaba su nombre, como quien pronuncia una plegaria. Su cerebro memorizó ese sonido y lo encapsuló dispuesto a repetirlo millones de veces, todas las que fuera necesarias, por el resto de su vida. Sentía que la dulzura de Hermione lo iba a volver loco y tuvo que gatear devuelta sobre su cuerpo para besarla. Ella no opuso resistencia y sus lenguas se juntaron desesperadamente, desvergonzadamente, en un beso como ningún otro.

-Hermione- murmuró Ron deslizando su mano por la pierna que ella tenía cruzada sobre sus caderas para luego deslizarla hasta donde antes había estado su boca; la chica dejó que sus manos vagaran por el torso de su novio hasta encontrar el pequeño caminito de vellos pelirrojos que se perdía en la tela blanca de algodón de sus bóxers. Lo siguió con sus dedos índices hasta hundirlos bajo el elástico y comenzó a bajarlo, logrando que Ron se moviera lo suficiente para quitárselos y dejarlos caer. Ahora sus manos tocaron sin ningún intermediario la tibia y palpitante piel de su miembro y el chico tembló un poco gimoteando ante el contacto pero moviendo sus caderas al compás de las caricias que le estaban propinando.

Ambos cerraron los ojos dejándose llevar ante las caricias que se estaban dando, hasta que el pelirrojo rompió el silencio.

-Herms, amor, ¿Sabes hacer el hechizo anticonceptivo?- preguntó besando sus hombros. La aludida dejó de mover su mano abruptamente y sintió que todos los músculos de su cuerpo se tensaban de nerviosismo.

-¿E-El hechizo anti-ticonceptivo?- tartamudeó, Ron levantó su cabeza lo suficiente para mirarla a los ojos.

-Tranquila, amor, si no lo sabes hacer está bien, yo lo sé hacer- se acercó para darle un beso rápido en sus labios y se sorprendió al ver que ella seguía tensa-, ¿Qué pasa?

-¿Vamos a…?- rodó los ojos dejando la oración incompleta a propósito, el pelirrojo abrió sus ojos azules sorprendido.

-¿No era lo que tú pensabas hacer?- preguntó, la chica se mordió el labio nerviosa.

-Sí, es que…- comenzó a decir para luego dejar esa frase inconclusa también y se mordió el labio- tengo miedo.

Ron sintió que su corazón comenzaba a derretirse ante esas palabras y la expresión facial que las acompañaba- Hermione, soy sólo yo, Ron, jamás te podría hacer daño- se acercó para otro beso rápido en los labios- te amo.

-Yo también te amo, Ron- se apresuró a decir la castaña- es sólo que he oído tantas veces que esto duele y que quizás no sea agradable que tengo miedo- confesó, el muchacho no pudo evitar sonreír con ternura-, además, tú…- volvió a morderse el labio sin terminar la oración.

-¿Yo qué, amor?- preguntó nervioso.

-Tú eres muy…- rodó los ojos y se sonrojó antes de decir- grande.

Aunque no era el momento apropiado para aumentar el ego, el pecho de Ron se infló orgulloso y dejó escapar una risita antes de acariciarle la mejilla.

-Me va a doler- dijo Hermione un poco más sonrojada.

-Hermione, escúchame bien, jamás podría hacer nada que te hiriera, y sí, quizás esto pueda dolerte pero si puedo evitarlo lo haré, y si tú crees que algo calmará tu dolor sólo pídemelo. Quiero hacerte el amor, quiero que disfrutes esto- hizo el último intento de besarla pero la chica no reaccionó y siguió tensa-. Está bien por mí si no quieres hacerlo… a decir verdad, yo también tengo miedo- confesó un poco sonrojado, Hermione volvió a morderse el labio peleando contra las lagrimas que comenzaban a formar una piscina en sus ojos.

-No tienes que hacerlo, Ron- dijo la castaña cubriéndose el pecho desnudo con los brazos-. Lo arruiné todo, ¿Verdad?, qué tonta soy- murmuró, Ron volvió a abrir los ojos de sobremanera

-¿Qué es lo que arruinaste?- preguntó tratando de evitar que se tapara sus pechos con su antebrazo, Hermione bufó antes de responder.

-¡Todo!, arruiné el momento, arruiné tus ganas, hablé de más, quedé como una tonta- enumeró antes de mover su pierna desde las caderas de Ron y voltearse dándole la espalda.

-Hermione- murmuró Ron moviéndola para que volviera a estar acostada sobre su espalda, luego tomó su mano derecha y la llevó a su entrepierna para que tocara su erección-, ¿a esto le llamas arruinar mis ganas?- Hermione gimoteó al sentirlo duro en su mano y lo miró a los ojos. Sus ojos azules estaban llenos de ternura y pasión por ella-, tengo muchas ganas, amor- explicó acercándola a su cuerpo-, pero no quiero forzarte, no quiero que pienses que planeé esto porque no lo hice- Hermione deslizó sus dedos ligeramente por la longitud del miembro de Ron, sintiéndolo estremecer-, a lo que me refería cuando dije que tengo miedo es que te deseo tanto- Ron la tomó de la muñeca alejándola de su verga-, que cuando esté en ti no duraré mucho, y no quiero que te decepciones de mi.

-Jamás- dijo la castaña con voz autoritaria-, jamás me decepcionaré de ti por nada- tomó su rostro entre sus manos y lo besó sintiéndolo rozar su miembro contra su muslo. Ron separó sus labios tratando de acomodar sus caderas para no rozarla y la chica aprovechó para tomar su varita y acercársela-. Haz el hechizo, amor- murmuró y le dio un beso en el hombro.

-¿Y si te duele?, ¿Y si me vengo a los dos segundos?, quedaría como un idiota- murmuró Ron casi inaudiblemente, pero la chica si lo escuchó y le besó el cuello, dejando que sus uñas se deslizaran por la piel de sus musculosos bíceps.

-Confío en ti- le aseguró en un susurró cerca de su oído, sintiéndolo estremecer-. Y jamás pensaría que eres un idiota- le aseguró mordisqueando su lóbulo, Ron gimoteó-. Hazme el amor, Ron.

-Si sigues hablando así esto durará menos- murmuró acomodándola bajo su cuerpo, Hermione sonrió y le acercó la varita, Ron hizo el hechizo y dejó caer la varita a la alfombra junto al resto de sus ropas. Se besaron largamente antes de que el pelirrojo se separara para tomar su miembro y posicionarlo en la entrada de su novia-, ¿Lista?

-Ya quiero ser tuya, amor- respondió separando más las piernas-, hazlo- Ron se deslizó lentamente dentro de ella. Cerró los ojos fuertemente tratando de no acabar ante lo tibia, húmeda y estrecha que se sentía. Inhaló y exhaló un par de veces y abrió los ojos. Hermione estaba gimiendo con los ojos cerrados y la cabeza apuntando hacia la derecha, hundiendo sus uñas en su espalda como un gato. El dolor le agradaba y le hacía distraerse y no acabar dentro de ella enseguida.

-¿Estás bien, Mione?- preguntó en forma de susurro en su oído, la chica gimoteó débilmente.

-Sólo dame un segundo- pidió, Ron comenzó a besarle el cuello y a masajear sus pechos con una mano, la otra estaba sosteniéndolo para no aplastarla con todo su peso-, muévete, Ron- pidió Hermione abriendo los ojos y atrayéndolo a ella. Sus dedos se ensortijaron en el cabello pelirrojo que tanto amaba.

Ron comenzó a moverse lentamente y si dejar de besarle el cuello. Trató de acariciarle el pecho suavemente y pensando en cosas que lo distrajeran. Tenía que aguantar un poco más, no podía acabar en ella tan rápido. Sabía que ella no le diría nada pero de verdad quería que esto fuese algo en lo que él era bueno.

-Más- murmuró Hermione con los labios entreabiertos-, más fuerte- pidió. El pelirrojo gimoteó dejando de besarle su cremoso cuello para apoyar su frente en su hombro y mover sus caderas más rápido y más fuerte. Su novia cruzó las piernas sobre sus glúteos y lo atrajo hacia ella, llegando un poco más adentro.

Estaba cerca, lo sentía, tenía que hacer algo para que ella también lo sintiera. Dejó que su mano abandonara el pecho que estaba acariciando para acariciar el pequeño botoncito entre las piernas de Hermione.

-Acaba, mi amor- murmuró moviendo sus caderas frenéticamente, su mano siguiendo el ritmo, los gemidos de la chica se estaban saliendo de control-, di mi nombre, dilo, Hermione- suplicó al sentir que ya estaba llegando al clímax.

-Ron, Oh, Ron- susurró Hermione aferrándose más a él, sintiendo que ya estaba cerca.

-Más fuerte- gimió él, besando todo la piel que sus labios podían alcanzar-, grita mi nombre, amor, grita mi nombre cuando acabes.

-¡RONALD!- gritó la chica cuando una oleada de éxtasis se expandía por su cuerpo y contraía sus músculos, sosteniéndolo fuertemente dentro de ella.

-Mione- gimoteó él al sentir como se crispaba alrededor de su miembro, acabando dentro de ella-, Hermione- volvió a decir al caer sobre ella sin poder sostenerse un minuto más.

La aludida sonrió al sentirlo sobre ella, ambos con la respiración agitada. Ron tenía su frente en el hombro de Hermione y ésta tenía sus piernas cruzadas sobre sus nalgas, sin dejarlo salirse de ella.

-¿Estás bien?- murmuró el pelirrojo, Hermione sonrió.

-Mmmmh- respondió acariciándole la espalda-, ¿Tú?

-Mejor que nunca- respondió y luego apoyó su peso en sus antebrazos para mirarla a los ojos.

-¿Estuve muy descontrolado?- preguntó mientras se mordía un labio, Hermione sonrió.

-Sólo un poco, pero me encantó- confesó sonrojándose.

-Bien, no sabía qué me dirías porque te pedí que gritaras- murmuró mirando hacia abajo, sorprendido de que sus cuerpos aún estuviesen unidos.

-Eso fue lo que más me gustó- confesó la chica mordiéndose el labio-, ¿Crees que los vecinos escucharon algo?- preguntó posicionando su mentón en el hombro de éste.

-Es posible- rió el pelirrojo-, pero al menos saben que eres mía.

-Todos saben que soy tuya, Ron- dijo la castaña antes de besarle el hombro-, y tú eres todo mío.

-Tendrás que hacerme gritar tu nombre para dejarlo en claro- dijo Ron tratando de esconder una sonrisa; Hermione se separó unos centímetros para verlo a los ojos.

-¿Es eso un desafío?