¡Mejor sé Slytherin! – Capítulo 12
Por jharad17
Traducido por Relena Sakurazuka

Disclaimer: No es mío. Desafortunadamente.

Resumen: Durante su primer año, Harry es seleccionado en Slytherin en vez de Gryffindor y nadie está más sorprendido que su nuevo Jefe de Casa.

Anteriormente:

Y entonces sintió el dolor, y en algún lugar en su mente una vocecita le decía que estaba en shock y era por eso que no había sentido nada anteriormente, porque al segundo después, miró a los ojos a Snape, negó con la cabeza incomprensiblemente, y cayó como un costal al piso mientras el mundo se tornaba negro.


Severus alcanzó a atrapar al muchacho antes de que su cabeza tocase el piso, pero solo porque llevaba años puliendo sus reflejos entre niños negligentes y sus calderos explosivos. Su siguiente acción instintiva fue el detener el desangre de la ahora obvia herida en el pecho del niño.

Recostó al Niño Que Vivió para Darle Ataques Cardíacos en el piso, recitó un simple Scourgify en la herida y una vez ésta limpia, la cerró rápidamente con un giro de su varita. Luego revisó si el chico aún estaba respirando y si aún el muchachito tenía pulso.

El pulso era vacilante, pero allí estaba, y las inhalaciones del niño eran rápidas y bruscas. Peñizcó el lóbulo de la oreja de Potter con fuerza y se dio cuenta que el color no volvió tan rápido como debería. Mierda. Para mantener al chico vivo al sufrir un ataque de shock, Severus conjuró un simple hechizo calentador en el área para compensar el frío de las mazmorras, luego transfiguró la silla y un pote vacío en una manta gruesa y una almohada. Envolvió al niño en la primera, incluyendo doblarla bajo el propio Potter, y le puso otro hechizo calentador; y la última la deslizó bajo los pies del chico.

Después de combatir la muerte tan de cerca por unos segundos, Severus se dio el tiempo para llamar a Madame Pomfrey por la chimenea cerca de su escritorio.

Mientras lo hacía, se preguntaba por qué demonios este chiquillo había estado rondando los pasillos a las 2 am. Especialmente, acorde con los hechizos de monitoreo en el Salón de Severus y de su oficina, Potter había terminado cinco horas antes de los hechos. Dejando esas preguntas de lado –que debía haberle respondido el muchachito, ¡Demonios! – le dejó saber a Poppy en pocas pero tersas palabras que su presencia – junto con al menos un vial de poción regeneradora de sangre – era requerida con urgencia en su oficina. Se apresuró hacia el chiquillo mientras ella reunía sus implementos y entraba por medio de la red Flu.

El rostro de Potter estaba blanco como la tiza, y húmedo en transpiración, mas cuando Severus tocó la frente del chico, ésta estaba fría. Su pulso aún era débil, pero al menos no se había deteriorado, al menos; y seguía respirando, aunque seguía inconsciente.

Momentos más tarde, Poppy estaba a su lado, y le comentó sobre la herida en su pecho y lo que hizo para prevenir un ataque de shock por su deterioro. Ella asintió, y en vez de hacer pasar por la fuerza la poción reponedora por la garganta del muchacho y hechizar su estómago para que la digiriera y así darle otra poción… Poppy le dio una de sus pociones. Una poción reponedora de sangre con una dosis de dopamina, especialmente para pacientes que sufren de ataques de shock. Finalmente, ella conjuró un hechizo para aumentar la concentración de oxígeno en el aire directamente en contacto con la boca y nariz del chico.

-Ahora sólo nos queda vigilar y esperar – Poppy dijo suspirando con desgano. Le dio una mirada dura a Snape. - ¿Puedo preguntar qué fue lo que le ocasionó esto?

-No tengo idea.

-Entonces dime lo que sabes.

La respiración del muchacho se había tranquilizado un poco, Severus intentó buscar por el pulso, y se alegró de hallarlo mucho más estable que hace 10 minutos atrás, pero débil comparado a lo normal. El alivio que sintió fue ideal para explicar lo sucedido y que lo llevó a esta situación. Si fuese sincero consigo mismo, él diría que tenía un tono titubeante – una de las alarmas de mis habitaciones me alertó que uno de mis estudiantes había abierto la puerta tras el cuadro hacia la Sala Común desde afuera. Cuando fui a investigar, encontré a Potter parado en medio de la Sala Común luciendo…perdido. – no podía hallar las palabras exactas para describir la mirada del niño cuando dijo su nombre y éste volteó a ver a Severus. –Demacrado. – era más exacto.

-Estaba a punto de preguntarle por qué diablos estaba fuera de la cama cuando noté que sus túnicas estaban empapadas en sangre. Seguía allí parado, así que hice que me siguiera para preguntarse. Presumí que… - no pudo continuar. Pensó que como el chico se podía mover perfectamente, él estaba bien y que la sangre era de alguien más y que le había manchado, de alguna forma. No pensó que el chico se estaba desangrando de lo lindo, por amor a Merlín. ¿Es que Potter no tiene el menor sentido de la auto-preservación?

-¿Y luego? – presionó Poppy.

-Luego le pedí que se sentara – indicó, -justo allí, y le quité las túnicas y la camisa para ver si estaba herido. Estaba herido, y cuando le pregunté contra qué se había enfrentado esta vez, me dijo que no sabía y luego colapsó.

-¿Y no tienes idea de cómo se pudo haber lastimado?

-¡Ninguna!

-Está bien, Severus. No pierdas los estribos. – frunció el ceño hacia el niño. - ¿Sabes por qué hoy no fue al control conmigo?

Severus gruñó. - ¿No fue?

-No.

-El pequeño bast-

Poppy se aclaró la garganta antes de que Severus pudiese terminar la oración. – Yo no sería muy dura con él, - le dijo ella. –Imagino que ha tenido que soportar por bastante tiempo mi compañía durante estos últimos días. ¿Sabes si ha estado bebiendo su poción de complemento nutritivo?

-Sí, me he asegurado de ello.

-Bien. – le respondió y se inclinó sobre Potter para controlar el pulso del niño nuevamente y asintió a sí misma. – Está lo suficientemente estable como para moverse. Quiero llevarlo a la enfermería.

-Como desees. – Severus levitó el cuerpo del muchacho y siguió a la Medi-Bruja desde su oficina, por las escaleras, hasta la enfermería. Habían arribado al segundo piso cuando un fuerte choque se escuchó, sorprendiéndoles. La varita de Severus ya estaba al riste, pero estaba sorprendido al ver la de Poppy igualmente, mientras bloqueaba al cuerpo flotante del niño del posible suceso que provocó el ruido lo mejor posible que le permitía el lugar donde estaban.

Segundos más tarde, la causa del desorden se volvió aparente cuando Peeves flotó desde un salón de clases hacia el pasillo y, chillando como un demonio, se dirigió a ellos. Su risa era mucho más… bulliciosa que la que Severus estaba acostumbrada a oír.

-Su majestad Sangrienta está enferma hoy… ¡Dejando al Pequeño Peever jugar! –gritó el poltergeist, y luego se deslizó cerca de barriles con una sustancia pegajosa de un verde pálido mientras pisaba sobre ellas.

Severus hizo una maniobra evasiva justo cuando caía el barril, por lo que se oyó una sustancia viscosa caer justo tras él. La viscosidad verdusca sólo se estampó en el piso, dejando una marca húmeda, como en casi todo lo que tocaba, excepto en la manta de lana transfigurada que estaba envuelta en Potter. La manta, obviamente, empezó a disolverse y a dejar humo tras de sí, como si la corroyera ácido. Severus, con un ágil movimiento de su varita, apuntó al ectoplasma y conjuró un Scourgify. Por fortuna, la viscosidad se desvaneció antes de comerle la piel al muchachito Potter.

La señora Pomfrey se escabullió a la enfermería rápidamente, y una vez dentro, guió a Severus y al muchacho levitante a una de las camillas más cercanas a su oficina.

Allí, pusieron a Potter lo más cómodo posible, mientras mantenían sus pies levitando. Después de conjurar un hechizo calentador sobre su cama, Poppy quitó la manta en la que tenía envuelta a Potter, cosa que ella pudiese limpiarlo y ponerle ropas que no estuviesen empapadas en sangre seca.

Severus se quedó viendo la labor. Sólo se estaba asegurando que el mocoso no se muriera, se decía a sí mismo. Y quería estar seguro que sus preguntas tuviesen respuesta cuando el chico recuperase la conciencia. No era porque necesitaba asegurarse del bienestar del chico, o por comprobar que Potter no estaba asustado cuando despertase. Por supuesto que no.

Pasaron más de dos horas para que los párpados de Potter se entrecerraran, y su respiración – la que se había profundizado después de que Poppy le diese la poción para aliviar dolor – aceleró sus accesos. Un par de minutos después, un par de ojos se abrieron y observaron sus alrededores, con la misma mirada perdida y vacía. Luego esos ojos se agrandaron considerablemente al ver quién estaba sentado al lado de su cama. Incluso así, el chiquillo comenzó a hurgar por sus lentes, antes de que Severus se los entregase en sus manos.

-Gracias, señor. – La voz de Potter era seca y rasposa. Abrió las dos patas de los lentes y se lo colocó. Su rostro seguía pálido, pero no con ese tono grisáceo que tenía con anterioridad.

-¿Sediento?

-Sí, Señor.

Severus le sirvió un vaso de agua y le ayudó a acomodarse en la cama. – Bébelo con calma. – le dijo al niño.

Potter tomó varios sorbos antes de preguntarle - ¿Estoy en la Enfermería, señor?

-Sí, - le dijo Severus y dejó al niño terminarse el agua. Después dejó el vaso en la mesita de noche al lado de la cama y le dijo, - Y ahora podrías decirme, quizás, qué transcurrió esta noche que te ha dejado en tan deplorable estado.

-¿Disculpe, señor?

-¿Cómo te las arreglaste para dejarte semejante agujero en el pecho y desangrarte casi por completo?

Los ojos de Potter de abrieron como platos. –No… no lo sé, señor.

-No tienes ni una mínima idea

-¡SEVERUS! – Poppy estaba en un instante al lado del muchacho, con las manos apoyadas en la cintura y dirigiéndole una mirada molesta… ¡A él! – ¡No fastidies a mi paciente! Si no puedes mantener la calma, no tienes nada que hacer en mi Enfermería.

Severus asintió para su pesar. Sabía que ella tenía la razón, pero él necesitaba llegar al fondo de esto. Tenía que al menos tener la información para decirle a Albus todo lo que realmente ocurrió, mínimo. Severus le envió un mensaje breve al Directo, justo antes de ir a la Enfermería, pero ellos necesitarían saber mucha más información sobre quien intentó matar al Salvador del Mundo Mágico, y pronto. – Bien, señor Potter, entonces sería tan amable de decirme lo que sí recuerda de lo ocurrido esta noche. Como, por ejemplo, de dónde venía hoy a las 2 a.m.

-No lo sé, señor. Quiero decir, - continuó rápidamente al ver el semblante de Severus, - No me di cuenta del tiempo que había pasado. Terminé mis labores de detención y luego me fui a la Sala Común, pero me perdí, y luego estaba allí el Barón, y—"

-Espera,- interrumpió Severus, agostando sus ojos, - ¿Viste al Barón Sanguinario?

-Sí, señor, y luego flotó atravesándome—

-¿Cuándo ocurrió esto?

-Bueno, fue justo cuando me di cuenta que me había saltado un cruce. Poco después de las nueve, creo.

Severus apretó los labios, meditando. La canción burlona de Peeves se le vino a la mente, y lo que dijo… ¿del Barón enfermo? - ¿El Barón lucía distinto para ti, Potter?

-¿Diferente? No lo sé, - El niño apretó sus manos, nervioso, y Poppy le dio una mirada condescendiente a Severus para que parara de gruñirle al niño. Pero era una tarea difícil. – Me refiero, es que sólo lo he visto durante el Banquete de Bienvenida, así que no sé si estaba diferente. Pero luego me dijo unas cosas extrañas y me atravesó y me tiró a una pared.

¿El barón lo atravesó? ¿Es así como la herida había aparecido? Pero Severus nunca había oído de ningún fantasma que dejase huellas físicas a un ser vivo, salvo el hecho de hacerles sentir frío a su alrededor. Pero si no es eso, ¿Cómo es que Potter adquirió esa herida? - ¿Y luego?

-Y luego me devolví a la Sala Común.

-¿Y nada te atacó en el camino?

-No…

Severus agarró al niño ya que parecía que le hubiesen lanzado un hechizo de caída de pluma ya que cabeceaba suavemente. -¿Pero?

-Bueno, después de que el Barón Sangriento se fue, me sentía muy cansado y adolorido, como si hubiese estado en una pelea. Pero no podía recordar nada de ello. Y me tomó mucho poder volver a la Sala Común.

Hmmm. Severus hizo un movimiento laxo con su varita y, sí, el muchacho había sido obliviado hace poco. –Por lo visto, Señor Potter, sus memorias e esta noche han sido alteradas.

-¿Disculpe, señor?

La voz de Severus se puso más seria, - Fuiste Obliviado, - le aclaró la situación al ver el rostro de confusión del muchacho profundizarse – alguien te hechizó con algo que, o te borra o te cambia recuerdos y memorias. Podría deducir que te las han borrado, porque parece que todo sigue en la misma línea temporal. El Obliviate no es un hechizo sencillo; no está en el currículo normal. – Las ramificaciones de esto eran evidentes para Severus, pero quizás no para el muchacho.

-Entonces, quiere decir que no fue un estudiante.

Huh. Potter es más listo de lo que aparenta. Y, por algún motivo que no quiso explorar, el chiquillo no parecía enfadado – o sorprendido – de que fuese víctima de un potente y cobarde hechizo. Quizás aún tenía dopamina en su organismo. – Es muy improbable.

-¿Pero quién haría algo así?

-Es la pregunta del momento, - dijo Severus – La segunda sería, ¿Por qué no fuiste a tu control hoy con la Señora Pomfrey?

La boca del niño se abría y cerraba como la de un pez – Eh…yo—

-Ella fue bastante clara en sus indicaciones. Creo que dejamos suficientemente claro que hoy tenías control con ella… o mejor dicho, ayer en la tarde. Creo que tú y yo hemos tenido amplias y variopintas discusiones sobre tu inhabilidad para seguir órdenes. ¿Necesitamos tener otra?

Potter contestó, cabizbajo - No, señor. Lo siento.

Severus lo quedó mirando por un largo rato, las manos apretadas y retorciéndose nerviosas, la ansiedad y la vergüenza escrita en esos ojos grandes y suspiró. –Creo… que no estás acostumbrado a recibir un tratamiento médico, - dijo bajo. – Estás acostumbrado a lidiar tú mismo con tus heridas, ¿Estoy en lo cierto?

Un asentimiento y un quedo – Sí, señor.

-Como lo imaginé. Aquí en cambio, estás bajo mi custodia y yo no suelo dejar a mis estudiantes de mi Casa que descuiden sus cuidado personal o su salud. Tú atenderás a tus controles con la Señora Pomfrey de ahora en adelante, ¿Quedó claro? Es eso o me tendrás que soportar a mí y mis odiosos y largos sermones sobre el tema.

-Sí señor.-susurró el niño.

-Bien, - se paró de su silla.- Ahora descansa. Es sábado, y no tienes razón para dejar esta camilla salvo que la Señora Pomfrey lo autorice.- dirigió su mirada hacia la antes nombrada, y ella le dio una mirada que le dio a entender de inmediato la estadía corta que Potter tendría en sus garras durante el fin de semana, lo más probable es que salga hoy mismo.

-Buenas noches, Señor Potter.

-Buenas noches, Profesor. – dijo el niño y se recostó en sus mullidas almohadas, cerrando los ojos.

Así Severus se fue en busca del Barón Sangriento, a sonsacarle un par de respuestas al viejo fantasma. Después de pasar dos horas buscando y llamándole, sin embargo, no pudo hallar al fantasma en cuestión, asi que, exhausto por los eventos de esta noche, se devolvió a sus habitaciones de pésimo humor. Se quedó dormido tan pronto como se acostó y los sueños de violencia y sangre, que no había tenido en casi diez años, lo asaltaron esa noche.

TBC


N.T.: Gracias por sus reviews, y muchísimas gracias por su paciencia, son los mejores.

Tendré el siguiente episodio para el domingo, y de ahí iré actualizando semanalmente al menos.

Besos para todos, y espero que me tengan paciencia xD

Rele.