Habían pasado casi diez años desde el día que decidio marcharse con el, y finalmente habían regresado a casa para por fin casarse.
Esa noche estaba sola, por ser su ultima noche de soltera, el decidio juntarse con sus primos y dejarla disfrutar su ultima noche como ella quisiera.
Ya era tarde y sus amigas se habían marchado ya hace tiempo, quedando ella sola con sus pensamientos cuando de repente oyo un ruido.
"Qui…quien anda ahi?" pregunto a la negra noche.
"Soy yo." Le contesto una voz muy conocida saliendo de las sombras el dueño de dicha voz.
"Momiji-kun!" exclamo ella deleitada de ver a su Viejo amogo despues de tantos años.
"Pensaba que estarías con los demas, que te trae por aqui? Pregunto curiosa.
"Estaba, pero hay algo que te tengo que decir y esta sera mi ultima oportunidad de hacerlo." Le contesto el gravemente poniendola nerviosa.
"Que…que sucede?" pregunto ella pensando barbaridad y media.
"Puede que este siendo egoísta, pero ya no puedo callar man, he callado por muchos años y creo tener derecho de tratar de ser feliz por una vez en mi vida."
Para ese entonces ella estaba bañada en llanto, ella sabía que tan dificil había sido su niñez y la apenaba que el estuviera sufriendo por la razón que fuese.
Se acerco para abrazarlo pero el la alejo, "Primero dejame hablar." Le dijo.
Ella accedio.
"Que es lo que tanto te atormenta?"
El sonrio un pequeña sonrisa, ella no había cambiado.
La vio fijamente a los ojos y en voz sumamente seria fue muy franco.
"Te Amo y siempre te he amado."
Esas palabras la tomarón por sorpresa, no sabía ni que contester a tal confesión.
"No te preocupes, solo te lo quería decir porque despues de esta noche iba a ser inaplicable decirtelo."
En ese momento, viendo esos ojos llenos de tanta tristesa su instinto maternal la impulse a quererlo abrasar.
Ese abraso lo tomo por sorpresa porque de otro modo jamas la hubiera dejado que se le aproximara porque sabía que se le iba a ser muy dificil alejarla despues.
Una cosa lleva a otra y cuando el sol por fin toco su piel se encontro con otro hombre que no era el que pronto se convertiría en su marido a su lado conpartiendo su desnudez.
Rapidamente se levanto y corrio hacia el baño para bañarse y asi tratar de lavar su culpa.
Ya no sabía ni a quien amaba, ni si debería casarse, pero al final de cuentas lo dejo ahi, dormido, y se marcho hacia un futuro incierto.
Cuando por fin desperto, ella ya no estaba, pero no se sorprendio. Ya sabía como iba a acabar esta historia, y una vez mas ella lo había escojido a el.
Con una sonrisa triste se levanto y despues de bañarse se alejo de esa casa para jamas regresar, ahora si ya sabía al cien por ciento que ella jamas iba a ser de el aunque hace apenas unas horas ella estuviera entre sus brazos.
El aire era suave y tocaba su piel levemente.
Volteaba a su alrededor, pero el no estaba.
Con una ultima vuelta tomo la mano de su futuro esposo y ahi acabo su historia.
Si el hubiera ido, alomejor ella no se habría casado.