Este es el inicio ilegal de esta historia, que en realidad estaba poco pensada, pero que apenas toco la memoria (el papel, cuaderno, etc.?) de la Comput., cobro megabytes (vida) propios xD Mi hermano me recodo la canción de Incubus, "Nice to Know you" justo cuando pensaba en hacer el segundo capitulo, así que me dio por hacer el epílogo.

¡Disfruten!

OoC (muy poco, pero algo n.n)

Ryoma x Sakuno

Disclaimers: Prince of Tennis no es mío, es de quien pensó poner semejantes pecados en uniformes deportivos y a jugar un deporte tan sexy OwO (delirios mizo xDD)

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Pins and Needles...

Nice to know you!

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-Sakuno?-dijo indiferente el chico-

-Ah?-dijo algo sorprendida.-No me ha reconocido-pensó-

Había sido ya un año desde ese día. Y nada parecía haber cambiado, por lo menos, no mucho. Solo su aspecto. Eso si estaba mas guapo. Hasta se podía decir, que algo, pero muy poco, amable.

Era muy entretenido pensar en los detalles que tenía el chico en ella. La mayoría eran simples actos, a los que quizá le daba más importancia de la debida. Un saludo, una minima muestra de interés por su habilidad en el tennis.

-Quieres una Ponta?-dijo el chico ojidorado, mostrándola frente a ella-

Cosas así de sencillas le hacían sentir radiante, feliz solo por el hecho de conocerlo. Aunque fuese así de seco. Aunque constantemente diera algo de dolor verlo tan seco. Así era como ella prefería vivir.

-Entonces, como están los pastelillos Ryoma?-decía un chico ojivioleta a el príncipe-

-Están deliciosos-logro decir como respuesta mientras engullía con gusto un pastelillo-

Apreciaba que dijera un halago a los dulces que con esmero preparaba. Aunque nunca supiese que quien los hacia era ella. Sin importar que, estaba muy feliz solo por el hecho de que los consideraba sabrosos.

-Saku-Chan?-decía Eiji, al verla mirando a las canchas vacías, ensimismada-

-Eh...Kikumaru-sempai...-dijo algo sorprendida por verle allí.-

-Nyah!-quejo haciendo un puchero, tomándole de la mejilla cariñosamente.-He dicho que no me llames así... Eiji –dijo para guiñarle el ojo-

-Etoo... esta bien, Kiku... Eiji-sempai...-sonriéndole tímidamente.-

-¿Que hacia saku-Chan mirando a las canchas?-dijo señalando al lugar con el dedo-

-Y-yo... Etoo...-tomando sus mejillas color rojizo, mientras miraba furtivamente al lugar.-

-Ah ya... O'chibi?-dijo codeándole entretenido.-

La chica suspiro. Sabia que el no cesaría hasta saber que pasaba. Y eso se lo tenía por mirar así las canchas. Era algo dañino estar tan pegada al chico, que quizá no sabia siquiera que era eso que sentía.

-S-si...veras... hoy es...-empezando a contarle lo que pensaba en esos momentos.-el aniversario...

-De que, Saku-Chan?-pregunto curioso, interrumpiéndole.-

-De...de... el día que conocí a Ryoma...-dijo sonrojándose.-

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Sonó el timbre y el no sintió que alguien fuese a abrir la puerta. Vio hacia ella, y no encontró nada. Le molesto tener que levantarse. Estaba muy entretenido con cierta pelota con su rostro.

Abrió rápidamente. Un enojo enorme se apodero de el y con la misma cerro. Un toque más de timbre. Otro. Damn it. Volvió a la puerta, y la entreabrió. Miro a la figura y sin reparo le miro molesto.

-No estas feliz de verme...Chibi'suke?-dijo el chico con rapidez.-

-No-zanjo tajante.-

-Yo también te extrañe, hermanito...-decía el mayor de los hermanos Echizen-

-Hm...-dijo cerrando con un portazo.-

El chico miro su casa rápidamente. Parecía su típica morada familiar. Sonrío felizmente al ver las fotos de su hermano menor. Le había extrañado mucho. Solo el hecho de ver una foto del chico, le recordó que no estaba solo, y que tenia un hermanito menor por el cual velar el bienestar.

-¿Donde esta mi cuarto?-pregunto al chico, que veía televisión en el mueble.-

-Hmpf...-dijo sin prestarle mucha atención.-

-Ah claro, alli...-respondio sarcastico.-

Sigue igual de conversador...-pensó mientras subía a ver si daba con la que se suponía seria su habitación. Nunca había hablado con su hermano en más de seis palabras. Siempre le terminaba zanjando rápidamente, o dejándole solo.

Buena relación de hermanos. Eso era lo que pedía. Solo eso, nada más. Una ligera y amena conversación. Un tranquilo juego de tennis, solo para practicar y no para ganarle. Nada de eso era posible con un ser tan amargado y/o seco.

-Ryoma... ¡regresamos...!-dijo su madre desde la puerta.-

El mayor bajo al momento. Su madre lo vio allí, parado frente a ella. Sonriendo, haciendo con la mano un gesto de saludo. Ella le sonrío y le abrazo co ternura, seguida por la prima del chico. Algo extraño había ahí, no estaban sorprendidos como el al abrir.

-Llegaste temprano...-señalo la mujer.- ¿Tu no debías llegar a las ocho?-pregunto-

-¡¿Hm?!-quejo molesto el chico de ojos dorados, para voltearse apenas para verles con enojo.-

-Hola. Ryoma...-mirando la cara de molestia de su hijo.-No... ¿Sabias que llegaba hoy Ryoga...?

Una venita broto en su cabeza. Quizá si el mismo no le hubiese abierto la puerta, no supiera que estaba allí hasta la hora de la cena. Ahí se lo dirían. En definitiva le irrito en sobremanera la llegada de su hermano.

Quería insultarles por no decirle nada, se trataba de un ser que le dio muchos problemas. Se tranquilizo un poco, estaba hablando con su madre, no con su pervertido padre.

-De saberlo-espeto cortante.-ya me hubiese mudado...

-Yo también te quiero mucho, Chibi'suke...-dijo divertido, encogiéndose de hombros hacia su madre.-

-Ryoma... ayúdame con las compras...-pidió su prima.-

-Yo ayudo a Nanako-san...-dijo Ryoga saliendo rápidamente.-

El tenista había llegado justo un ano antes de lo previsto. Se molesto como debía hacerlo. Apago el televisor y se fue a su habitación, para tomar su raqueta y salir, no sin antes oír lo que tenia que decir su madre.

-Ryoma...-le llamo desde la cocina-Ven...

-Hm...-dijo regresándose hasta el lugar.-

-Deberías de haber sido mas amable con tu hermano...acaba de regresar.-dijo intentando ser comprensiva.-

-Deberían de haberme dicho que venia...-dijo tajante, saliendo sin despedirse.-

Su madre se quedo pensando sobre lo que molestaba a su pequeño Ryoma. Le parecía que en realidad no estaba muy feliz por su regreso. De hecho, parecía bastante amargado por el hecho de tener que aguantarlo en casa.

Ryoma había cambiado, casi de forma imperceptible para todos, pero ella lo noto. Madre es madre. Se recostó del mesón de la cocina. Parecía haberse dado ese cambio desde que ocurrió ese partido en el mar. Desde el mismo momento del partido, cambio.

Y creía fuertemente que tenia que ver con cierta chica de ojos rojizos y trenzas largas. Era muy seguro, y hasta su padre lo pensaba así. Aunque Rinko no lograba hacer que dijera solo perversidades propias de Nanjiro, su adorado esposo. Sonrío satisfecha, al recordar un momento bastante doloroso para el hombre.

Se fijo en su hijo que pasaba frente a la ventana que daba a la calle. (N/a: no se si de verdad hay una ventana así, pero me pareció que servia así, gomen xD). El llevaba su raqueta. ¿Cuando la tomo? Se pregunto mentalmente. Quizá era mucho pedir que se relajara de otra manera que no fuese jugando.

Pero estaba equivocada, el chico en realidad tenía planeada esa salida. Desde hacia unos días atrás. Aunque no a esa hora. Llamo a cierto teléfono, para ser atendido por una fina voz.

-H-hola...Ryoma-Kun-dijo la chica-

-Ahora. Cancha 2 del parque Sur. Voy en camino-dijo colgando el teléfono-

Ella tembló un poco. Miro la hora. Era dos horas antes de lo acordado con el chico. Sonaba molesto a su parecer. Bajo a avisarle a su abuela, que bufo por el carácter autoritario del chico, pero sucumbió ante la mirada de su nieta.

Ya sabía que de seguro llegaría tarde, por lo que se fue directo a la expendedora. Ponta, como siempre. La bebió con necesidad. Hacia un calor infernal. Maldijo a su hermano. Si hubiese salido a la hora prevista, no hubiera agarrado el sol.

Se sentó en la banca más cercana a la cancha. Miro al indicador de direcciones del parque. Seguro se pierde Pensó. Se acercaría a la entrada. Claro, en cuanto terminara su Ponta de uvas. Un recuerdo pasó por su mente de forma repentina.

-La hiciste llorar Echizen! Un hombre no hace llorar a una mujer-decía Momoshiro molesto-¡Ve tras ella, discúlpate!

Esa vez le dio una Ponta de uvas también, ¿cierto? Ese si mal no recordaba fue el día en el que ella le pregunto por que música gustaba oír. Sonrío satisfecho de alguna manera perversa, pues esa vez, le resulto bastante relacionado, con el resto de los días. Hasta hoy.

-Música...Sakuno?

En ese momento no sabio que ella iba a ser así siempre. Se iría sonrojada, a cualquier lado lejos de el. De alguna manera tenia una sensación de que eso no era normal. Se levanto divertido por lo recordado.

Justo al llegar a la entrada, la vio bajar del carro de la mujer. Ella se despidió para subir las escaleras hasta las canchas. La miro rápidamente. Pensó de inmediato en su padre. Quizá no era bueno ser familia de un ser como ese hombre pervertido.

Aunque tenía que admitirlo. La culpa era suya. Por vestir así en ese momento tan caluroso. Una camiseta rosa fuerte de tiras anchas, ceñida a su fino cuerpo. La falda de tenista, rosa claro, con una fina línea un poco mas oscura, en la parte de abajo, que no podía estar peor ubicada. Muy arriba pensó se inmediato.

De inmediato sintió que algo malo pasaría. Bingo. Una brisa soplo, dejando ver debajo de la falda de tablas, justo cuando ella bajaba a acariciar a un gato. Pero; bajo ella, había un corto short que hacia juego con la camisa.

No vi. Nada. Sintió que eso no era adecuado de pensar y se guardo las manos en los bolsillos mientras ella miraba hacia los lados, revisando si alguien había visto lo ocurrido. Sintió la sombra que venia de un cuerpo en lo alto de las escaleras.

Le miro de arriba a abajo. Se sonrojo de nuevo. Reprimió una sonrisa, pensando en lo que podía llegar a imaginar una persona como ella de el, si le dijese que vio cuando se levanto su falda. Ella llego hasta el haciendo una reverencia, clamando ligeramente que en realidad no estaba lista a la hora a la que llamo.

El dijo su típico Mada Mada Dane y le señalo la cancha. Caminaron como usual: el chico viendo quien sabe a que, y ella atrás, cabeza baja. Sonrisa tímida. Siempre era así. Pero lo agradecía. Era un gesto que hacia que Sakuno no pudiese dejar de sentirse feliz, solo por entrenar.

El simplemente hacia eso mismo, cada tres días. Una practica de tenis. Y vaya que le había servido. El a su nivel medio le hacia jugar bien. Aunque aun tenía las mismas fallas: las rodillas, el codo. Se lo reclamaba como siempre.

-Baja...-dijo tajante, golpeando levemente con la raqueta.-

-Eh... H-hai-afirmo, para hacerlo mal de nuevo.-

El hizo un ademán de suspiro, su alumna era así. Esa era la misma Sakuno Ryusaki de hacia un año. De repente se sorprendió. Si mal no había notado, recordó el tiempo que tenia conociéndole.

Sonrío tapado con la gorra. Eso si era una sorpresa. Bastante entretenida de hecho. Podía hacerle notar que habían cambiado ellos. El era mejor, y ella era lo bastante buena como para devolver dos de tres. Levanto la mirada, casi malignamente. Le Daria un presente por eso.

-Ryusaki...Twist serve-dijo mirándola, mientras ella cambiaba de posición, y hacia el servicio-this girl is fun...-pensó pícaramente-

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Ryoma ya se estaba hartando de su hermano. Se las había ingeniado para hacer una reunión de tenistas en la Seigaku. Y es que no contaba, con que Tezuka conoció bastante bien al hermano mayor.

Chasqueo la lengua a tiempo que intentaba salir. Como aquel día en la tienda del padre de Kawamura, lo regresaron sin su consentimiento. Así de fácil. Ni con toda lo que había hecho, le pasaba a Momoshiro.

Allí estaba, entre el grupo de gente que podía decir, detestaba. Pero algo pequeño, de largas trenzas, llego junto a su entrenadora. Sakuno. ¿Que hacia ella allí? Luego otra figura paso. Ann tachibana y su hermano (n/a: si alguien me dice como se llama...lo necesito para otro capitulo y no me acuerdo xD)

Sakuno le miro allí, rezagado al final del salón del colegio. Sintió que quizá debía hacerle compañía. Ella tampoco se sentía muy a gusto, siendo vista por algunos de los chicos que no conocía, como si fuese carnada.

El la vio sentarse junto. Le vio de reojo. Nuevamente comprobaba que era bastante inocente. Tenía una camisa larga con tiros finos, de rayas oscuras. Unas leggins negras y las trenzas con un lazo oscuro al final. Kuso. Nuevamente sintió que algo malo pasaría.

SU hermano parecía llevarse bien con Ann. Los presentaron y de inmediato parecían ser los mejores amigos del mundo. Ella le comento sobre la tímida Sakuno. Le busco con la mirada.

El la vio allí. Sentada junto a su hermano menor. Le miraba cada cierto rato con un sonrojo notable, cada vez que el chico siquiera miraba hacia algo cercano a ella. Su mente pensó algo rápidamente. Vería si era lo que sospechaba.

Noto que se levanto su hermano, dejándola sola. Ann le hablo pero el le señalo hacia la chica, haciendo el gesto de silencio para ella. Ambos vieron que el se paro frente a ella con las manos en los bolsillos.

Le dijo algo que no pudo escuchar por lo alto de la música. Ella le miraba sorprendida, a lo que asentía luego de subir la mirada y bajarla apenada. El se alejaba. Miraron ladeando la cabeza cual cachorro (n/a: mi perrito hace eso cuando no entiende algo... xD).

Pronto regreso con dos Pontas, dándole una a ella. Ryoga parpadeo al ver ese gesto tan amable. Ann le tiro de la camisa. El le presto atención. Ella preguntaba si quería que le presentase a Sakuno. El asintió con ojos picaros. La chica le dijo algo que entendió luego.

-Esa chica...-señalando a Sakuno-Ni la mires... es propiedad privada del príncipe.

-Eh... no era a ella a la que miraba... –dijo rápidamente.-Era a mi hermano-señalando a Ryoma.-

-Mm... Cuidado con Sakuno-Chan... hay muchos fans de RyoSaku...-dijo tirando de su mano hasta el lugar-

-¿Hm?-dijo confundido.-

La chica de cabello castaño se acerco a Sakuno con una mirada brillante. Vio al chico que tenia junto a ella. Miro a Ryoma. Iba de lado a lado. Con una cara de confusión y sorpresa. Eran casi iguales. Si no tuviese a Ryoma justo al lado, juraría que había crecido y le habían cambiado los ojos.

Ann le paso la mano por frente del rostro, a lo que ella prestaba atención. El de ojos dorados miro de reojo al chico. Maldicion. Era su hermano de nuevo, no dejaba de molestarle. Parecía salir de todos lados. Tenia quince días en Japón y ya le había jodido la vida, diario. Seguro. Y parecía no querer acabar.

-Sakuno-Chan, este es Ryoga-sama. El hermano de Ryoma...-dijo Ann-

-M-mucho gusto, hermano de Ryoma...-dijo mientras ladeaba la cabeza, cerrando los ojos, encantada.-

-Nice to know you, Mm... ¿Sakuno...Chan? ¿Te puedo decir así? -pregunto.-

-Claro...Ryoma-sama?-dijo mirando de reojo al chico menor, que bufaba molesto.-

-Si... Sakuno-Chan, hace mucho que conoce a Chibi'suke?-dijo directo, con la duda por lo visto hacia poco.-

-C-chibi'suke?-pregunto dudosa.- ¿Quien es...?

-Es Ryoma, Sakuno-Chan!-dijo haciéndole capón al chico, alborotándole el cabello.-

Entablo una charlita corta sobre por que le llamaba así. EL chico de ojos gato no estaba de lo mas cómodo, levantándose y alejándose del grupo un poco. No era muy amante de la molesta compañía que resultaba ser su hermano.

Y más cuando el chico, osaba ser tan comunicativo con todos. ¿Quien demonios se creía para hacer eso? No podía contar su vida al primer ser vivo o titular (n/a: que son categorías diferentes, los titulares... son mas guapos que cualquier ser vivo xD) que se le pasaba por el frente. Y menos a la chica, quien siquiera le dio permiso de hablarle.

El era su profesor, y estaba allí, sin la mas minima molestia, había llegado solo para hablar sobre su vergonzoso mote. Eso no se lo aguantaba. Simplemente debía hacer como usual. Pedir que lo visitasen, sin más.

-Kuso... por que tenía que regresar...-pensaba el chico, para luego bufar molesto.-

-chibi'suke...-dijo mirándolo, para luego hablar nuevamente con la "alumna" de su hermanito.-Entonces... ¿lo conoces desde hace mucho?

-Etoo...-pensándose bien la respuesta, para no dejar que creyesen otra cosa.- Pues... mi abuela es su entrenadora...

-Nyah!-quejo el pelirrojo que estaba tras Ann.- ¡Saku-Chan esta...!-siendo tapada su boca por un trozo de sushi.-

-Esta...esta... ¡en el club de tenis! –salvo momoshiro, ante la mirada de Ryoga, que no se lo compraba-

-Hm...-dijo llevándose un dedo al mentón, para mirarla con picardía.-Claro, claro...

Estaba casi seguro que lo que el pelirrojo con cara de gato iba a decir era otra cosa. Y que para ser detenido de esa manera, por el que jamás osaba "donar" sus alimentos –como ya había oído-, debía ser algo muy vergonzoso.

-Hmpf...-quejo Ryoma-Hm...-llamo a la chica, con un gesto.-

-S-si, Ryoma-Kun?-dijo acercándose al tenista.-

-Tarde-señalando el reloj en el salón-

-MOU!-dijo volteándose al grupo.-Mucho gusto Ryoga-sama...tengo que irme...

Ryoga parpadeo perplejo mientras veía a la entrenadora darle dinero a la chica. Su hermano estaba tras el y le dio un empujón para apurarla. Ella se veía sorprendida por la prisa del chico.

SI mal no recordaba, el solía ser bastante lento para todo. Excepto para el tenis, en eso era un joven bastante apurado, y no perdía tiempo para un partido limpio. Hasta justo antes de salir a la Seigaku tenía oportunidad.

Ella estaba más aun. Había tenido que ser recordado algo que le convenía a ella. EN realidad lo había olvidado por completo, y no sabia por que. Se avergonzaba por eso. Tomo el carro y se fue hasta su casa, con Ryoma junto a ella.

Gracias por recordar aquello. Si no hubiese buscado en su mente algo con lo que escapar de su hermano, nunca recordaba la clase de ese día. Ingles como usual. Ella entro dándole paso al chico. El miro a los lados. Los otros días, habían visto la clase en la oficina de su abuela, o en su propia casa, por designios de la señora. Jamás en su casa. Pero de alguna manera, sentía que estaría yendo allí por mucho tiempo.

-Ryoma-Kun... e-espera aquí... ¿quieres... jugo?-pregunto para verle alzar una ceja, y reparo su error-¿Ponta, mejor...?

-Hm...-acepto monosilabico-

Subió a la planta alta. Busco los dos libros en el bolso. El de el, y el suyo. Las libretas, que siempre guardaba ella. Sabia de alguna manera que eso seguiría así, pues el dejaba eso en donde viesen clases.

-A-aquí... esta...-dijo dándole la Ponta, que bebió para saciar su molestia con su hermano.- ¿O-otra?-vio mientras el afirmaba.-

Ella busco la Ponta. Le encantaba pensar que el chico tenía la misma pasión que ella. Era una amante de la Ponta. Sin remedio. La compraba por paquetes, y tenia su propio estante en el refrigerador, para tener siempre fría.

Llevo la Ponta hasta la sala, donde le vio un segundo. Había visto a su hermano, y podía jurar que si hubiese conocido a ambos el mismo día, aun estaría enamorada del chico que tenia frente a ella. Siempre lo estaría.

El levanto la mirada, a lo que ella hacia como si nunca le miro. Le dio la Ponta y el chico le observo de reojo, rápidamente. Estaba sonrojada, de nuevo. ¿Por que? No había razón para que se sonrojara siempre.

Ese era su quebradero de cabeza. Desde que le conocía ella era así. Sin la mas minima duda, ella era Rara. Pero a una parte muy profunda de el, le gustaba en sobremanera esa rareza. Podía estar bastante a gusto con eso.

-Un año después-

Ryoga hablaba con Tezuka de algún tema relacionado con su pequeño hermano. Parecía tener un interés en el tipo de entrenamiento que recibía allí. Propuso ayudar a entrenarlos. El Buchou agradeció mucho el gesto del hermano, asintiendo.

Vio entrar a Sakuno, hizo ademán de levantar la mano, pero vio a su hermano pasarle de largo por el frente y no saludarla. Ella bajo la mirada, triste. Camino hacia dentro del patio de la Seigaku, acompañada por su amiga.

Tezuka le sacudió un poco, no le prestaba atención. Suspiro, saliéndole una venita en la cabeza, se estaba molestando mucho por no ser atendido. Tenía en su mano una raqueta, que no dudo en plantar en la cabeza del chico.

-Ou!-quejo Ryoga, para mirarlo caprichosamente-

-Que crees que haces, Ryoga?-dijo Tezuka-

-Miro a Sakuno-Chan...-indicando con el dedo.-

-Ah... ¡¿que?!-dijo mirándolo de reojo, con la venita mas grande.-Ryoga...-regaño levemente.-

-Sh... –Hizo mientras movía la mano de arriba a abajo, pidiéndole que se calmase.-Tengo que planear algo para el club de fans RyoSaku...-volteando a verle, sonriente.-

Tezuka suspiro largamente. Si se quejaban de su hermano por silente, el se quejaba se este por hablar demasiado y sin sentidos. Pero tenia el presentimiento que algo se traía Ryoga. Y parecía ser uno de sus planes locos. Pero si era de lo que creía, no opondría resistencia.

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Nice to know you

Goodbye!

Incubus – Nice to know you

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Acerca de esta canción, la verdad no es la cosa más romántica del mundo, pero me pareció que esa justa parte encajaba en lo que me inicio con la historia.

Senti que debía explicar desde cuando llego Ryoga y todo eso. Además la canción me hizo pensar algo de este estilo. Este es más corto que los capítulos, así que disfruten leyendo poco

Ajajajaja (eso cren) LOL

La hora de Inter en un Cyber: 1,70 BsF...(Dizque pfff... -.-") un Rw para hacer a la autora feliz, no tiene precio, por eso uso MasterCard... digo cof cof...

Baeeez!

SE ACTUALIZA LOS SABADOS!