DECLAIMER: Todos los personajes que aparecerán a continuación no me pertenecen (¬¬ ya quisiera yo…) ni mucho menos hago esto con fines de lucro.
Bueno a continuación las escenas descritas serán bastante subiditas de tono, así que los que no se sienten capacitados, o a los que no les gusta este tipo de literatura conocida como LEMON, tienen la opción de no continuar leyendo. Sí lo leen, espero críticas constructivas y no de otro tipo XD! Atte Dearest-chan.
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EPILOGO DE LIGADOS AL MAÑANA
Parte II
Por: Dearest-chan
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La calidez del alba le hizo cosquillas en los lugares donde su piel expuesta era acariciada por los agradables rayos de sol. Se removió codiciosa en busca del calor matutino y con ternura percibió que el brazo y la pierna posesiva sobre ella le impedían cualquier movimiento. Como le encantaba aquello, sentirse amada y protegida, celada y posesiva, sin más dudas, sin más temores por el posible rechazo de un amor no totalmente correspondido e inevitablemente volaba con sus pensamientos hace tres años atrás en dónde su corazón anhelaba tener un espacio en el alma del hanyou, aunque fuera uno pequeñito y mínimo no le hubiera importado compartirlo con su antecesora, con Kikyo. Sin embargo, ahora no era capaz de eso, ya que como el hanyou tambien había tenido sus cambios, ella también había tenido los suyos, era más posesiva, a veces maliciosa, un tanto desvergonzada y hasta a veces tímida, aunque a veces se preguntaba si algunos de sus aspectos psicológicos habían "evolucionado" debido a su unión con hanyou, lo que en el Sengoku se conocía como "Impronted", la unión entre demonios, ya fueran híbridos o youkai's, estaba mal vista. A pesar de aquello, en la aldea Musachi nada de eso era mal mirado, al contrario, la gente los toleraba e incluso permitían a los niños acercarse a InuYasha, quien se resistía a aquellos contactos, incomodo. Al pensar en esos recuerdos fugaces, no pudo dejar de pensar, también, en como se vería su amado InuYasha como "padre", realmente no se lo imaginaba con mucha paciencia educando cachorros, como él les decía. Más todo pareció desaparecer de su mente en el momento justo en que una repentina ráfaga de nauseas la bloqueo por completo. Se levantó a toda velocidad posible, arrastrando consigo el lino suave del tatami y dejando a un hanyou totalmente confundido al verse "prácticamente" expulsado de su mujer. La vio salir blanca como el papel y él se levantó tambien, tan desconcertado que no reparó en que iba totalmente desnudo. Con una maldición buscó su hakama en el revoltijo de ropa y se lo anido lanzando al aire palabras no aptas para él oído. Más cuando escuchó el desgarró doloroso de una garganta al vomitar y los jadeos dolorosos de Kagome calló en cuenta de lo que sucedía. Ahora, preocupado y enrabiado salió en busca de su mujer, pero cuando la vio encogida entre unos matorrales, aferrándose a su estómago y a la sábana que precariamente la cubría, se le encogió el corazón. De los puros nervios casi tropezó al dirigirse a ella mientras su corazón latía desbocado por la preocupación…
.-Amor, ¿qué te sucede?-. Preguntó angustiado. Kagome lo miró entonces, sorprendida por ese apelativo cariñoso que el sólo dejaba escapar de vez en cuando o que le dejaba caer cuando estaban en la intimidad. Ahora, sin embargo, esa palabra iba más allá de eso, su ceño contrariado y sus pupilas brillantes le hablaban de algo que ella había reconocido como miedo, la miraban expectantes, atentas a cualquier movimiento, queja o dolor.
.-No… no es nada…-. Dijo ella, intentando tranquilizarlo, pero todo resultó al revés y eso lo alteró, en realidad estaba enojado, muy enojado.
.- ¡No me digas que es nada!, ¡maldición, Kagome… Esto no esta bien, te llevaré ahora mismo con Kaede y no aceptaré más remilgos de tu parte…
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Buhhhh, por qué todo estaba saliendo tan mal ahora. Los hermosos recuerdos vividos unas semanas atrás no se comparaban en nada a lo que sucedía en estos momentos. InuYasha parecía molesto mientras la cargaba en sus brazos. Nunca habían tardado tanto en llegar hasta donde la anciana Kaede, pero ahora, su hanyou parecía esmerado en ir lo más lento posible. Le encantaba que se preocupara por ella, pero esto ya era el colmo en sobreprotección. Lo escuchaba mascullar en un lenguaje bastante vulgar oraciones sin sentido sobre las mujeres esto…. Y las mujeres lo otros, aparte de una larga charla sobre los deberes de una hembra y otras cosas demasiado machistas que de solo recordarlas la hacían enervarse. Reconocía que discutían a menudo, su relación a veces era conflictiva pero todo terminaba bien en lo que ella había denominado "vigorosas reconciliaciones". Más ahora InuYasha parecía más furioso que nunca y lo más irónico de aquello es que ni siquiera sabía la razón. Se preguntaba cómo es que algo que había sido tan perfecto podía arruinarse de golpe y sin ninguna razón de peso. Era absurdo, en fin, Ocho semanas de compresión, amor, mimos, y por qué no, sexo imparable tiradas a la basura por una… un momento, esperen un momento… Ay no… Ay no… "Ocho semanas, ocho semanas… eso era igual a dos meses y eso era igual a un mes sin su periodo que era estratégicamente puntual…y eso era igual a… ¡¡UN BEBE!!... estaba embaraza, Ay Dios, como es que se le había ido un detalle tan importante como su periodo menstrual. Ahora todo encajaba, los desmayos, las nauseas, la hipersensibilidad, el lívido, ahhhh si hasta antojos tenía… ¿Qué iba a hacer… ¡por Kami! ¡Que le iba decir a InuYasha! Él no era muy dado con los niños, ni siquiera habían tocado el tema alguna vez, jamás se habían planteado la expectativa de ser padres, y no porque no quisieran. Sólo es que estaban tan embelesados con el acto físico de demostrar el amor que sólo lo "habían hecho y de ahí no habían parado por lo menos hasta su periodo, lo cual solo había ocurrido una vez y de ahí… bueno, dejémoslo ahí.
Kagome se removió inquieta en su abrazo mientras lo miraba fijo, preguntándose en ¿cómo rayos le diría a InuYasha que en nueve meses más iba a ser padre? Para ser sinceras, ella tambien tenía miedo, no sabía lo que significaba ser madre, y sí lo hacía mal… y sí tenían más de un hijo, y si eran trillizos, quizás los embarazos funcionaban diferentes para los Impronted y… y… Sin querer un jadeo ahogado se le escapó de sus labios al imaginarse pariendo una inimaginable cantidad de cachorros. Aquello no pasó inadvertido para InuYasha, que malinterpretó todo como "un mal síntoma".
.-Ya llegaremos preciosa, te prometo que estarás bien…-. Kagome lo miró acongojada. La llamó "preciosa", pobrecillo, si que estaba asustado, esos apelativos cariños eran una demostración de aquello, se le escapan sin pensar del puro miedo, quizás, debería preocuparlo más seguido…
.-Llegamos…-. Murmuró y luego comenzó a llamar a la anciana en gritos histéricos que intentaban no sonarlo tanto, al final, le salían como gruñidos chillones que a Kagome le hicieron reír. Cuando la anciana salió de la cabaña media adormilada Kagome se sintió un poco culpable por despertarla, esta revisión no serviría más que para aclarar algo que ya daba por sentado, iba a ser madre…
.-Algo le pasa, vomita, tiene nauseas, se desmaya y a perdido peso…-. Musitó InuYasha angustiado mientras entraba a la choza sin reparar saludos ni mucho menos explicaciones… -tambien tiene insomnio y…
.-Quieres calmarte InuYasha…-. Dijo la anciana y con aquella simple frase InuYasha se silenció. Kaede observó a Kagome y en ese lenguaje mudo la joven comprendió que Kaede con solo mirarla ya sabía de su estado. Por alguna razón la joven solo atinó a morderse el labio y a asentirle en algo que se podría describir como un milenario lenguaje femenino.-Podrías salir InuYasha… necesito revisarla…
.-Para qué… es mi mujer, tengo todo el derecho a quedarme con ella-. Interrumpió molesto por la discriminación que había hecho la anciana, más Kagome le interrumpió…
.-Sal InuYasha… a veces las mujeres necesitamos privacidad…-. Aquello lo silenció, la miró enojado y sorprendido por privarlo de aquello. Por Kami, si el tambien estaba preocupado, por qué Kagome lo marginaba de esa manera, no lo entendía…
.-Esta bien… pero ni creas que arreglaremos esto… -. Salió del lugar mascullando toda clase de vulgaridades y terminando todo con un; "desde luego, mujeres…
Cuando el hombre se retiró del lugar ambas mujeres respiraron al unísono, aliviadas.
.- ¿Por qué no le haz dicho, Kagome?-. Preguntó la anciana con la tranquilidad dada por la sabiduría de los años. La joven miko guardó silencio y luego de un suspiro de resignación y cansancio se atrevió a hablar…
.-Es que recién me he dado cuenta… pensé en decírselo ahora… pero… pero… no pude, tengo miedo…-. Dijo con total sinceridad esperando la comprensión de la anciana.
.-Pero a que le temes… InuYasha te ama, no es necesario verlo para darse cuenta, lo tienes preocupado… él debe saber que va a ser padre…-.
.-Sí… lo sé, pero es que… no sé, InuYasha… InuYasha y yo jamás nos planteamos la idea de ser padres, nosotros sólo… bueno…-. Kagome no pudo continuar de la pura vergüenza, se sentía extraño hablándole de esas cosas tan íntimas a la anciana mujer.
.-Sé a lo que te refieres… pero no debes dudar… InuYasha amará cualquier cosa que venga de ti… si lo hubieras visto Kagome… esos tres años en los que no estuviste fueron terribles para él. Ver a Sango y a Miroku formar una familia solo sirvieron para hacerle añorar las mismas cosas… estoy segura de que saltará de felicidad…-. Dijo la sabia mujer con total sinceridad y emoción que a Kagome se le llenaron los ojos de lágrimas… Pero que egoísta e insensible había sido. Había dudado de su hanyou y eso solo lo había lastimado, lo había privado de una noticia que él siempre había añorado, que tonta había sido…
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Llegaron a su hogar en completo silencio, cada uno perdido en sus cavilaciones. Kagome ya estaba decidida a decirle a su hanyou la noticia, solo aguardaba el momento ideal. Las palabras de Kaede le habían hecho quitarse la venda de los ojos. Ahora se sentía ansiosa… En cambio InuYasha parecía molesto a cada segundo. Una venita palpitaba insistente en su cien y su ceño estaba tan contraído que así como iba tendría ceja de gaviota. Aunque tampoco podía juzgarlo. Había sido demasiado despectiva al marginarlo de algo que los incluía a los dos. Su deber justiciero de sacerdotisa le decía que ahora era el momento de hablar así que cuando él la dejo sobre su lecho Kagome se estremeció antes de comenzar…
.-InuYasha tengo que deci…
.-Voy a buscar leña…-. Murmuró él interrumpiéndola. Kagome pensó que InuYasha se había ganado el puesto número uno en "mal tino". Bueno, habría que hacerlo a la manera forzosa entonces, así que cuando él ya estaba a punto de salir lo agarró por la tela colgante de la manga de su haori y lo jaló con toda la fuerza que tenía, lo que para InuYasha fue un simple tirón.
.-InuYasha… ¿estas… molesto?-. Preguntó e inevitablemente puso cara de chiquilla desvalida.
.-Jah! ¿Qué te hace pensar eso? No estoy molesto en absoluto. Nadie se molestaría si sientes que la persona que amas te oculta cosas, no crees…-. Musitó irónico con intachable tranquilidad, aunque a leguas se notaba que se estaba conteniendo. Kagome lo supo por su timbre de voz, que era ronco. Cuando hablaba así era por que estaba muy excitado o porque estaba conteniendo las ganas de gritarle. Sabía que era la segunda opción, su rostro serio que parecía esculpido en granito hablaba del enojo que lo consumía. Más no pudo evitar pensar lo sexy que se veía molesto, imponente en toda su virilidad machista a punto de ebullición, y todo por ella… Por muy pervertido que sonara, sintió el fuego candente de la excitación que se disparó por todo su cuerpo hasta concentrarse en su intimidad… "contrólate Kagome… primero hay que hablar". Se dijo como advertencia… Por Kami ¡Quién iba a pensar que sería tan fogosa! ¿Se estaba volviendo ninfómana… mejor culpar al embarazo, la hacía sentir menos pervertida.
InuYasha la pudo oler, su olor a hembra deseosa le llenó de golpe sus fosas nasales. La esencia lo adormiló un poco por lo persistente que era, incluso, más de lo normal. Se alejó un poco para poner distancia más enrabiado aún porque con solo olerla ya se había puesto duro, estaba seguro de que si ella lo tocaba estaría perdido… quizás, ya estaba perdido…
.-InuYasha… quería decirte que lo siento yo…-. Kagome dio un paso e InuYasha retrocedió uno instintivamente, su esencia lo llamaba como una polilla a la luz. Para Kagome aquel gesto fue doloroso e inevitablemente se le aguaron los ojos. Se detuvo de súbito mientras poco a poco las lágrimas descendían sus mejillas, por kami! En que momento se había puesto a llorar… tan sensible estaba...
.Ah! maldición. La había hecho llorar. Era un imbécil, ni siquiera sabía porque había retrocedido, algo que sin duda ella había tomado como rechazo. Ella ya le había dicho que lo sentía… ¡Que rayos estaba haciendo! Ni siquiera sabía que es lo que tenía ella, Estaba enferma y él no estaba haciendo nada bueno para sanarla. Pero había estado tan molesto con ella y su marginación cuando Kaede la revisó, además estaba molesto consigo mismo por no cuidar bien de ella y ahora metía la pata apartándose de esa forma. La escuchó sollozar y aquello sólo sirvió para atormentarlo más en sus culpas…
.-Oh… Kagome, lo siento… ya no llores, sabes que no lo soporto…-. Musitó él acongojado mientras se acercaba para abrazarla, pero antes de siquiera rodearla con sus brazos ella se apartó.
.- ¡Ya no me quieres! Es eso, no me amas… te cansaste de mí…-. Le gritó angustiada atragantándose con los sollozos. E InuYasha la miró pasmado. Definitivamente su mujer se estaba volviendo loca, a que venían aquellas palabras, nada de lo que decía ella tenía sentido…
.-No se a qué ha venido eso Kagome… en ningún momento he mencionado que no te amo… Diría que te lo digo toda las mañanas, sin contar todas las veces que te lo menciono cuando estoy dentro de ti haciéndote el amor, así que espero que te retractes de lo que dijiste y te saques esa tonta idea de la cabeza que no sé de donde rayos sacaste-. Concluyó él con una sabiduría y madurez que en estas ocasiones Kagome sentía totalmente odiosa. Lo miró más enojada aún por su arrogancia y desfachatez… Su mirada subió entonces hasta sus ojos dorados que parecían doloridos "Por qué dudas de mi amor" decían y Kagome se sintió fatal, cometía error tras error…
.-Estoy embarazada…-. Dijo ella. Otra frase in concordante en una conversación que hace rato no tenía sentido. Hubo un eterno silencio en los que Kagome no se atrevió a mirarlo a la cara. Y cuando por fin lo hizo, aquellos ojos aguados estaban rebalsados en lágrimas mal contenidas. El tiritaba, y su manzana de Adan se agitaba en su garganta. Kagome le iba a preguntar algo como "¿Estas contento?", pero no alcanzo a emitir ninguna frase, todo quedo ahogado en el abrazo profundo de de InuYasha. Lo escuchó ahogar un sollozo en su cuello y luego sintió un líquido caliente resbalar la piel nívea de su cuello.
.-InuYasha… Oh, amor…-. Musitó ella tambien mientras se le escapan unas lágrimas. Lo abrazó con fuerza ante la emoción del momento sin saber que decir, jamás se habría esperado una reacción así…
.-Gracias… yo siempre quise… yo siempre…-. Y no pudo seguir diciendo nada más porque las ganas de besarla lo vencieron. Se abalanzó sobre ella como un salvaje buscando la ambrosia de sus labios suaves. La prenda de su yukata cedió con suavidad ante los movimientos del hanyou y en un santiamén ya la tenía desnuda bajo él. La devoró con su boca con toda clase de mimos y luego llego al vientre, dedicándole especial atención, lo acarició con delicadeza y luego lo besó con tanta ternura que Kagome se estremeció de puro amor. Cuando volvió a su boca ella le dio la bienvenida enredando su lengua con la suya en un beso apasionado y eterno, acariciando sus colmillos y mordiéndole el labio cuando se separaron para tomar aire…
.- ¿Ya no estas enojado?-. Le preguntó ella con sensualidad mientras le besaba en la mejilla húmeda de lágrimas… InuYasha sólo río y se empujó contra ella, imitando a las embestidas del amor. Una risa socarrona se le escapo a ella…
.-Oh… veo que ya no… al contrario, diría que estas muy contento…-. Juguetona bajó su mano hasta el bulto que se amontaba en el pantalón del hanyou, cuando notó la dureza de su erección y la frotó por sobre la tela, él ahogo un profundo gemido…
.-Hazme el amor…-. Le pidió con deseo e InuYasha ni siquiera le respondió, se lanzó sobre ella con el apetito voraz que lo caracterizaba, sabiendo de antemano que ya no habrían palabras hasta el amanecer…
Continuará…
Du,du,du…. Holis amigas mías y gracias a toditas por sus bellos comentarios, que bueno que les haya gustado el Lemon, por un momento temí que se molestaran por lo fuerte de algunas escenas pero para mi la representación más física de representar el amor es a través de la adoración al cuerpo de la pareja amada XD. Ya! Que melosa me estoy poniendo. En fin, la próxima semana les dejo el final de este mini fic! Bsos a todas y nos leemos pronto