Hola. Sí, lo sé, apesto. Pero más vale tarde que nunca, ¿cierto? ¿Cierto?

No tengo excusas, pero sí el capítulo 7 a medias. Algo es algo.

Gracias a sirem por el beteo y… ¡disfruten de la lectura!

(Ah, y sé que dije que este capítulo sería de acción y reacción… pero es que no salía)


Segunda ley de Newton: Fuerza y aceleración.

Cambio en el movimiento provocado por la acción de una fuerza.

Masa por aceleración es igual a fuerza.

-

Draco estaba en su cama, en un estado de inercia e inmovilidad admirable.

Necesitaba pensar, necesitaba estudiar, y, sobre todo, necesitaba quitarse a Potter de la cabeza.

Era como una especie de maldición; cada cosa que veía y/o estudiaba le recordaba a Harry. Sí, Harry. Porque Draco descubrió, después de asociar la P de Potter con potenciales eléctricos, que si seguía pensando en "Potter", en la ecuación "Potter", en la variable "Potter" y en todo lo relacionado con Potter, sus estudios sufrirían las consecuencias.

Así que, aprovechando que no había pensado nada con "H", le llamaría Harry.

No había muchas cosas que le gustasen en la física para asociar con H— adorada y perfecta física, ¡si hasta en eso lo complacía!—, pero su determinación se fue por un agujero negro porque ese día era martes.

Y martes significaba trabajo, trabajo es igual a fuerza por distancia, pero también igual a ver a Potter en su puesto de súper jefe de Auror.

Hasta ese momento Draco nunca había pensado que una ecuación podía excitarlo, pero, ya acortadas las distancias y aumentadas las fuerzas, podía hacer un buen trabajo físico con Potter, no de la física precisamente.

Pensar en Harry ayudándolo a realizar cierto trabajo lo calentaba aún más.

Se levantó y entró a la ducha, con una sonrisa esperanzadora y recordando que, cuando viera a Potter, tenía que preguntarle cómo había entrado a su piso y, de paso, seguir en el movimiento constante y rectilíneo al que habían entrado.

-

Potter era un estúpido, un estúpido y lento mago. Draco llevaba media hora en una aburrida reunión con el Ministro y sólo podía pensar en cómo seguir acortando distancia con Potter. Y éste no estaba a la vista.

Deseaba estar tan cerca de Potter que lograran fusionarse. Draco sabía que aún era imposible físicamente, pero lo que no hacía la física, la magia lo lograba.

-

Apenas atendió a las palabras del Ministro y de los consejeros de otras secciones menos importantes y excitantes que lo que tenía en mente. ¿Por qué Potter no había aparecido en la reunión?

Estaba científicamente comprobado— por Draco— que Harry no era necesario en aquel lugar, y también estaba demostrado que Draco, definitivamente, no lo extrañaba, sólo quería hacerle un bien a la comunidad mágica y cerciorarse de que el héroe estuviera bien.

El punto de partida para cualquier experimento es el punto de origen, obviamente; el punto cero, que extrañamente le recordaba al punto G, pero como a él le gustaban los hombres sería el punto P, de próstata y— joder— de Potter.

Draco murmuró una maldición por lo bajo mientras se dirigía hacia la oficina de Harry Potter, el único héroe en el mundo que tenía una ecuación en su honor. Claro que eso Potter no lo sabía y si lo supiera no lo valoraría.

Ni siquiera se detuvo a golpear la puerta— Potter había irrumpido en su casa sin permiso—, sólo la abrió y su cuerpo entero se paralizó frente a la imagen del interior.

Todo a su alrededor era un caos. Como si un pequeño huracán hubiese arrasado con ese lugar… y Potter estaba de pie en el centro, como si fuera el epicentro de un terremoto.

Acelerar, es, simplemente, aplicar más fuerza a una masa. De ahí, que todos aquellos objetos chocaran tan rápidamente con las paredes del despacho de Potter.

—Potter…— llamó tentativamente Draco. No quería convertirse en el objeto de furia de Harry.

El auror dentro de aquella habitación pareció salir del estado inanimado de catarsis en que se encontraba y giró bruscamente hacia Draco.

—Vete— fue todo el saludo de Potter. Éste apretó más la varita en su mano y desvió la vista de Draco.

—Demasiada fuerza, ¿no crees?— dijo Draco haciendo caso omiso a la mala bienvenida—. La aceleración con que chocan esos objetos es proporcional a la fuerza con que…

— ¿Por qué haces esto?

—Deberías cambiar la pregunta, Potter. Sólo intentaba…

—Sé lo que intentabas y no es necesario.

— ¿Qué te pasa, Potter?— Harry lo miró asombrado y Draco se sintió igual de sorprendido, ¿de dónde había sacado aquel tono preocupado?

Quizás la física me está ablandando, no, imposible… debería ser al contrario, aislarme más del mundo…

— ¿De verdad te interesa saberlo?— preguntó Harry de vuelta, mirando con curiosidad a Draco.

—No lo preguntaría si no fuera así— respondió Draco medio ido, aún preguntándose porqué aquel tono de preocupación en su voz.

—Vamos a tomar algo.

—Te convertirás en un ebrio si sigues tomando tan seguido— dijo Draco, pero de todas formas lo siguió hasta la salida.

—Vamos, sólo un trago.

-

Ambos, en un lugar muggle, cada uno con un vaso de licor en sus manos; era la escena perfecta de dos amigos en un día cualquiera, bueno, si no fuera porque las ondas sonoras brillaban por su ausencia.

A Draco no le gustaba el silencio, bueno, no el silencio: la falta de ondas en el nivel audible para los humanos.

Por algunos segundos, Draco pensó que estaba loco, no, no por sus pensamientos tan… elevados, sino por estar junto a Potter y por estar a punto de comenzar una conversación.

—Ya estamos aquí, ahora dime. ¿Qué demonios te sucede?

—No me sucede nada.

—Ya, y yo soy Einstein.

— ¿Quién?

—Nadie, nadie. Pero yo no soy idiota, y a ti te pasa algo, es obvio, y está comprobado, empíricamente.

— ¿Comprobado cómo?

Ya que estaba ahí, ya que su locura iba en ciernes, ¿qué perdía?

—Primera observación, Potter— dijo Draco levantando un dedo—, pareces un inferi, ergo, no estás durmiendo bien—. Harry abrió los ojos como platos; era cierto—. Segundo— Draco levantó otro dedo—, ya no discutes conmigo, no me insultas y no te interesas en ello. Mi hipótesis es que o estás loco por no querer discutir conmigo o te pasa algo peor.

— ¿Cómo sabes esas cosas, acaso… acaso me has espiado?— preguntó Harry frunciendo el ceño.

—No es necesario espiarte, Potter. Y déjame, que aún no acabo; está la parte más reveladora del asunto. Entraste a mi casa, ebrio, sin invitación y burlando mis protecciones. Dormiste en mi sillón italiano y alteraste la composición atómica del lugar.

—Yo no…

—Déjame terminar, Potter. Todas mis observaciones llevan a la hipótesis de que estás deprimido o la fama te ha vuelto loco. Y lo comprobé, así que ahora es una teoría, claro, porque no lo he comprobado en todos los escenarios posibles; pero sí, estás deprimido.

Harry estaba genuinamente desconcertado. Bebió el contenido del vaso de una vez y siguió mirando a Draco a los ojos. Éste comenzó a inquietarse por la intensidad de aquella mirada verde.

Draco sentía que aceleraba, no literalmente, obvio… seguía sentado en el bar muggle, pero su estómago parecía estar en una montaña rusa ¡y sólo con la mirada de Potter!

¡Newton! Estoy perdido. Y estoy odiando a la puta manzana y a la jodida gravedad.

—Potter, no puedes negarlo.

—No lo estoy negando, Malfoy, es sólo que estoy sorprendido—. Levantó la mano y pidió otro trago.

—Ahora te volverás alcohólico.

—Cállate—. Harry pareció meditar unos segundos mientras llegaba su trago, dio un sorbo—. ¿Me has estado siguiendo?

―No, sólo es observación científica. Y es más, para que veas que no te odio, tengo la solución a tu problema.

―Estás loco.

―No estoy loco, Potter. Estudio física.

Que viene a ser como lo mismo…

― ¿Por qué lo hiciste?

― ¿Observarte?―Draco se planteó la posibilidad de desintegrarse y volver a integrarse en otro espacio, es decir, aparecerse en otro lugar. ¿Cómo demonios iba a responder a eso?

Optó por seguir el código Malfoy.

―Porque quiero, porque puedo. Porque te estabas ahogando en un vaso de poción y nadie parecía notarlo.

― ¿Lo hiciste por mí?

― ¿Insinúas que no tengo nada mejor que hacer que observarte? No, a veces es bueno conocer al enemigo.

―Ya no me odias.

―Lo sé―. Oh, era cierto, lo sabía, pero… ¿por qué estaba diciéndolo?

¿Era posible seguir culpando a Newton por todas sus desgracias?

Harry lo miraba como alucinando, como si frente a él estuviera un extraterrestre, o peor, un Malfoy siendo amable.

― ¿Te gusta ser auror?― preguntó Draco intentando volver al tema Potter-está-deprimido-y-hay-que-evitar-que-se-mate.

Harry frunció el ceño.

― ¿Vas a decírselo a todo el mundo?

―No es como si me interesase todo el mundo.

―Sí, pero, de cierta forma, no. Siento que es lo mismo que antes, en la guerra, digo.

―Oh, San Potter se cansó de hacer de héroe.

―Búrlate. Como tú te dedicas a volverte cada día más loco…― Harry sonrió y a Draco se le olvidó molestarlo; estaba pensando en alguna manera de solucionar los problemas de Potter.

Draco, mátate, dijo una voz interior, en un flechazo de cordura.

―Yo podría ayudarte―. Sí, matarse era la solución más práctica, porque aquellas palabras habían salido de su boca sin racionalizarlas.

― ¿Usando la física?

―No te burles, Potter, la física me ayudó a descubrir todo esto.

―Estás loco.

―Ya lo dijiste―. Draco siguió sin responder a las burlas, él no estaba loco, sólo era diferente al resto de los mortales, y superior, por cierto―. Además, la física sí podría ayudarte…

Dejó las palabras en el aire, sopesando las diversas maneras que tendría la física para solucionar los problemas potterísticos.

―Podríamos suponer que eres esférico. (1)

Potter se atragantó con el alcohol que estaba bebiendo y miró con ojos desorbitados a Draco.

― ¿Esférico?

―Mmm, tienes razón, eso no funcionaría. Pero me niego a aplicar métodos matemáticos, creen que integrando se soluciona todo, además tendría que demostrar que existes y eso ya no podría estar más claro.

Harry seguía mirándolo como si estuviera loco o tuviese tres cabezas. Bueno, no podía culparlo.

―Ya sé― exclamó Draco, y a ojos de Harry parecía como si hubiese tenido una epifanía.

Sólo le faltó decir "Eureka".

―Malfoy… ¿Sabes que esto da miedo?―preguntó Harry colocando ambas manos sobre sus muslos.

―Sí… soy un Slytherin.

―Ya―. Harry parecía rendido―. ¿Y cuál es tu brillante idea?

―Acelerar.

― ¿Qué?― Harry parecía estar volviéndose loco, quizás su coeficiente intelectual no era tan alto como el Draco, que pasaba los ciento cincuenta puntos. Claro, lo básico para ser un físico con futuro, y quizás ganarse un Nobel.

―Fácil y lógico―Draco parecía estar hablando más consigo mismo―. Masa por aceleración es igual a fuerza, Potter. ¿Ves? La física soluciona todo.

Harry parecía perdido en otro mundo. U otra dimensión, o en presencia de Draco; que sería lo mismo.

―Vamos―dijo Draco levantándose y haciendo señas a Harry para que lo siguiera.

Harry seguía anormalmente mudo.

Cuando salieron del local, Draco estiró los brazos y empujó a Harry. Éste, desprevenido, se tropezó casi cayéndose al suelo.

― ¿Qué haces?― preguntó, saliendo de su estado de inercia momentánea.

―Cambio tu velocidad― concluyó Draco, tranquilamente―. Ya te lo dije, masa, o sea tú, que por cierto estás demasiado delgado, por aceleración es igual a fuerza. Y la fuerza…―Draco recordó que no era comprendido por los simples magos.

―Mmm― fue lo único que respondió Harry alejándose un poco.

―Lo diré de una forma simple. Es como ir en una montaña rusa, ¿entiendes eso?― Harry asintió―. Las personas se emocionan en las montañas rusas porque van acelerando, y esa aceleración…

―Está bien―. Harry interrumpió su explicación; o había entendido todo o no había entendido nada. Bueno Potter nunca había sido muy brillante.

―Entonces―continuó Draco―, la idea es aplicar alguna fuerza en tu vida que, finalmente, cambie tu velocidad.

―Ron tiene razón― dijo Harry caminando a su lado y sonriendo muy divertido― estás absoluta y totalmente desquiciado.

― ¿Te estás quejando?

―Para nada, es mucho mejor que el Draco arrogante y snob que conocí.

― ¿Sabes cuál es la solución más rápida a tu problema?― preguntó Draco dejando de lado el cumplido de Harry, aunque mentalmente sonrió―. Deberías hacerte corredor de autos de carrera. Mezclas la velocidad con tu instinto suicida.

― ¿Cómo sabes tantas cosas muggles?

―Fácil, hay que conocer al enemigo― dijo Draco misterioso y siguió caminando divertido.

―Sabía que me querías muerto, Draco, pero pensé que serías más sutil al proponerlo.

Draco sonrió.

―Já, siempre has tenido instintos suicidas, no puedes culparme por pensar eso.

―Cierto.

-

¡Altura!

Su nuevo odio iba dirigido hacia las alturas.

La energía potencial era masa por altura por gravedad. Y altura se colocaba "h".

"H" de Harry.

Harry que lo había invitado a cenar a su departamento en menos de una hora.

Hora que comenzaba con "h".

Y ¡demonios! ¿Por qué simplemente no lo había besado en su oficina?

¿Por qué no podía ser impulsivo e instintivo como los humanistas?

Y por eso, luego de cuarenta minutos, Draco estaba fuera del piso de Harry a un segundo de golpear la puerta.

Dos golpes.

―Harry.

Dos golpes más.

―Harry.

Dos golpes más.

―Harry―. Draco hablaba bajito, bien, tenía la manía de golpear seis veces y decir el nombre tres, pero Potter no entendería el porqué y él ya no quería explicar nada más. (2)

Harry abrió, Draco entró.

A los tres segundos seguían frente a frente sin moverse.

Draco decidió que quizás ser humanista no sería tan malo.

Se inclinó un poco y rozó sus labios con los de Potter. Sólo un roce.

¡Bendita fuerza de rozamiento!

Jamás pensó que aquella fuerza serviría para algo más que frenar el movimiento; Draco había demostrado que también servía para excitarlo…

―Hola― dijo Harry entrecerrando los ojos y, obviamente, sin saber qué decir.

―Hola― respondió Draco pasando al lado de Harry, hacia el salón.

Las energías, las fuerzas, las aceleraciones. Todo, todo, pronosticaba que aquella cena acabaría con el tema físico que más le gustaba a Draco; la fricción.


Notas de autora freak:

(1)Hay un chiste científico que se ríe de los matemáticos, físicos e ingenieros.

En una granja hay una vaca, un matemático, un ingeniero y un físico. El granjero pide que calculen el volumen de la vaca.

Matemático: demostramos que la vaca está definida, es acotada y existe, luego hacemos una integral triple.

Ingeniero: fácil, construimos una piscina y sumergimos la vaca dentro, luego calculamos el volumen por la cantidad de agua que cae al sumergir la vaca…

Físico: si suponemos que es esférica…

Esto está basado en lo que acostumbran a hacer estas personas… el chiste es bueno; créanme.

(2)Si ven The Big Bang Theory, el que Draco golpee seis veces tiene sentido y gracia… ya que está basado en Sheldon, un personaje muy maniático de esa serie que, bueno, golpea seis veces y dice el nombre tres, aunque ya hayan abierto. La serie es genial, véanla.

(*)Si el fic ha servido para algo deberían entender esto (es un chiste XDD):

"Ganarle en una carrera a la luz es tan tonto como integrar un exponencial y esperar a que cambie."

(**) Feliz año nuevo a todas :) ¡Que la pasen genial!