Los personajes de Sailor Moon no me pertenecen
Amor es el primer sentimiento que hay
antes de que todas las cosas malas aparezcan.
Desde que te vi
Un día nos juramos ser amigos hasta el fin
Hoy me animo a confesarte lo que yo siento por ti.
Día a día me pregunto que le digo al corazón,
que se siente abandonado derretido por tu amor.
Sin rumbo yo estoy perdido,
No puedo disimular.
Yo lo siento amiga mía,
Yo lo siento te lo tengo que contar
Desde que te vi
Todo es tan distinto para mí,
Porque tu corazón vivirá siempre en mí.
Desde que te vi
Supe que eras solo para mí,
Que mi vida eres tú
y la quiero vivir junto a ti,
Desde que te vi
Ya no aguanto lo que siento,
y no puedo fingir mas,
Sin tu amor me estoy muriendo,
Bailo con mi soledad.
Hice todo por no amarte,
Me escape de esta pasión.
Imposible es olvidarte hoy necesito tu amor
Sin rumbo yo estoy perdido,
No puedo disimular.
Yo lo siento amiga mía,
Yo lo siento te lo tengo que contar
Desde que te vi
Todo es tan distinto para mí,
Porque tu corazón vivirá siempre en mi.
Desde que te vi
Supe que eras solo para mí
Que mi vida eres tú
y la quiero vivir junto a ti,
Desde que te vi.
Primer amor, aquel que nunca se olvida, el que te cambia la vida, el que vivimos tu y yo.
SyS
En un inmenso bosque se encontraban dos pequeños niños jugando entre las flores, en un bello día de primavera. Estaban rodeados de arboles y el sol brillaba en todo su esplendor. luego de haber jugado a las escondidas, a los encantados y haber trepado a los arboles mas altos. Se encontraban en un silencio tranquilo sentados, bajo la sombra de un árbol que estaba rodeado de Lirios. Ellos podían estar en las peores circunstancias, pero nada les importaba, ellos solo querían estar juntos.
"Seiya, siempre cuidaras de mi ¿verdad?"- pregunto una niña rubia con un peculiar peinado de dos coletas rompiendo el silencio que se había formado
"Claro Bombón"- le respondió con una sonrisa
"¿Lo prometes?"- le pregunto nuevamente dudosa
"Lo prometo"
"¿Hasta que seamos grandes y nos volvamos viejitos?"- se acerco a el señalándolo con el dedo índice
"¿Por que me estas preguntando todo esto?"- le pregunto extrañado
"Es que…bueno yo..."- la pequeña estaba roja de vergüenza y jugaba con sus dedos- "Yo quiero estar siempre contigo"
"Pero Bombón, siempre estamos juntos, tú y yo jamás nos separaremos, siempre estaré a tu lado"- se acerco a ella y le tomo la mano. La pequeña rubia tenía los ojos llenos de lágrimas - "¿Por que lloras, Bombón?"- le pregunto el niño acercándose a ella provocándole un ligero rubor
Ella negó- "nada, solo es que...bueno yo...yo tengo mucho miedo de quedarme sola, Seiya"- lagrimas brotaban de sus celestes y mojaban sus mejillas.
Con el dedo pulgar el niño borro todo rastro de las lágrimas y le tomo ambas manos- "Nunca estarás sola Bombón, lo prometo. Yo siempre te voy a cuidar"-
La niña volvió a negar con la cabeza- "tu también te iras y me dejaras sola"
El pequeño la tomo de los hombros y acerco su rostro para que ella lo mirara- "¿como puedes decir eso?"- negó con la cabeza- "ya te he dicho que siempre cuidare de ti"- de pronto una idea vino a su mente. Puso una de sus rodillas en el pasto verde, le tomo una mano, y con una voz nerviosa le pregunto- "¿Bombón, quieres casarte conmigo?"
"¡¿Que?!"- le pregunto sorprendida y sonrojada.
Ante el grito de la pequeña el pelinegro se asusto y se cayo para atrás- "Bueno...quiero decir...no aquí, no ahora...pero podemos casarnos cuando seamos mas grandes, te dije que siempre cuidaría de ti"- se incorporo y se llevo una mano a la cabeza- "¿Que dices Bombón, te casas conmigo?"- le pregunto con una sonrisa
"¿De verdad quieres casarte conmigo?"- le pregunto intentando disimular la felicidad que sentía
"Claro Bombón...nunca te dejare sola, es una promesa"- le dijo guiñándole un ojo
La rubia, que en realidad se llamaba Serena, se lanzo a sus brazos y casi pierden el equilibrio. Ella era muy efusiva y demostrativa. Era una niña muy solidaria y tenia confianza con todo el mundo. Alrededor de ella había una gran calidez. A veces podía ser muy llorona y miedosa. Pero siempre se sentía protegida, porque estaba con el...con Seiya.
Seiya era un niño muy travieso e inquieto, también muy sociable. Le gustaban todos los deportes masculinos y pasaba horas trepando a los arboles. Tenía mucho carisma y era muy alegre. Cuando se lo proponía podía llegar a ser un niño realmente atrevido. Algunas veces podía llegar a ser muy competitivo y protector de sus personas cercanas, a pesar de que tan solo tenia 6 años, uno mas que la pequeña.
El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte y la noche comenzaba a caer y la luna quería hacer su acto de presencia cotidiano. Los pájaros a esta hora, cansados, se negaban a seguir embelleciendo el silencio con sus cantos.
"Ya se esta haciendo tarde, Bombón...vamos, te acompañare a tu casa"- le extendió su mano y la pequeña no dudo en tomarla
"Gracias...Seiya"- se detuvo obligándolo a el también a detenerse y mirarla a los ojos, aun tomados de la mano- "¿Crees en el amor para toda la vida?"
"¿He? Mmm...No lo se... ¿por que hoy estas tan misteriosa? ¿Sucede algo?"
"¿Que? ¡Ah no nada!"-comenzó a reír nerviosa- "es solo que…bueno yo...nada, no es nada, vámonos"
"que extrañas pueden llegar a ser las niñas"- pensaba Seiya. Y así, juntos, comenzaron a caminar entre los arboles y las flores
Cuando llegaron al pueblo se detuvieron en un puesto de helados. El vendedor les sonrió, ya los conocía, todos los días al salir de la escuela, obligaban a sus madres a que les compraran al menos dos helados para cada uno.
"Hola niños, vengan, aquí tienen dos helados de fresa bañados en chocolate, como les gusta"- les dijo entregándoles ambos helados
"¡Muchas gracias!"- agradeció la pequeña con una sonrisa feliz
"Gracias Zuko, pero no tengo dinero para pagarle"- le dijo el pequeño mostrándole los bolsillos vacios
"No es nada, Seiya. La casa invita. Además tu novia parece feliz"
Serena casi se atraganta con el helado- "No somos novios"- le dijo roja de vergüenza
"tampoco tenias por que decirlo así, Bombón."- se defendió Seiya - "Además, si vamos a casarnos es lo que somos ahora"
El vendedor los miraba con ternura, ellos irradiaban pura inocencia y a pesar de su corta edad, demostraban amor puro. No hay amor mas puro que el primer amor, y mas aun si es el de niños. El amor que jamás perderá su inocencia, su calidez, el que nunca se olvida a través de los años.
"¿Como es eso de que van a casarse?"- les pregunto curioso y con una sonrisa en los labios
"Es que le propuse matrimonio a Bombón"- le contesto el pelinegro comiendo el helado con voz picara
"¿Eso es cierto pequeña?"- le pregunto a la rubia haciéndose el sorprendido. Ella asintió con la cabeza con las mejillas rosas- "¿Y tu aceptaste?"- Volvió a asentir bajando la mirada con vergüenza - "Así que es tu prometida"- dijo refiriéndose al niño
"¿Mi prome que?"- le pregunto extrañado
"Tu prometida, tu futura esposa"- intento explicarle para que el pequeño entendiera
"ah...-dijo al parecer ya entendiendo la situación-si"- le respondió orgulloso mirándola - "ella es mi prometida. ¿Verdad Bombón?"
"Si" - le contesto ella devolviéndole la mirada
"Bueno, nosotros ya nos vamos"- dijo Seiya - "Debo llevar a Bombón a su casa, si no su mamá se preocupara. ¿Vamos Bombón?"- le dijo extendiéndole su mano. Ella, con su mano libre, porque aun no había terminado el helado, le tomo la mano y se fueron saludando a Zuko
"Adiós"- le gritaron los pequeños mientras se alejaban.
El vendedor los despidió con la mano y se quedo observándolos con ternura.
"Oye Seiya ¿donde compraremos a nuestros hijos?"
"¿Todavía no nos casamos y ya estas pensando en eso?"- le reclamo sonrojado
"Es que si vamos a casarnos debemos pensar en eso. Yo quiero tener muchos. ¿Donde se compraran?"
"En la juguetería, supongo. Pero deberemos buscar alguna, nunca he visto que vendan niños"
"Si, eso creo"
"¿Crees que ya los vendan grandes y no de bebes?"
"Ay no Seiya, yo quiero que los compremos de bebes, son muy lindos"
"Tu porque no tienes hermanos Bombón., Yaten, cuando era mas pequeño no dejaba de llorar y vomitaba todo el tiempo. Además mis padres, cuando era un bebe le tenían que cambiar los pañales a cada rato"- Se quejo
"¡Pero yo los quiero de bebes!"- le grito enojada
"Esta bien, lo que tu digas Bombón"- le contesto asustado, pues sabia que cuando Serena se enojaba o se encaprichaba con algo, nadie podía hacerla cambiar de opinión
"Yo quisiera tener cinco o seis"
"¡Cinco o Seis!"- le dijo casi gritando, provocando que la gente que caminaba volteara a verlos- "¿no crees que son muchos, Bombón?" - le dijo bajando el tono de voz un poco avergonzado e intentando hacerla desistir de su idea
"Aja, me gustaría tener una mesa grande y que estén todos sentados alrededor. También me gustaría tener una casa con un gran parque, un perro, una piscina, un auto, que también tiene que ser grande para que entremos todos. Tú trabajaras y yo te esperare con la cena preparada y la casa limpia. Los niños ya estarán bañados y listos para cuando tu llegues y yo te recibiré en la entrada con el bebe en brazos y con una panza enorme. Oye, ¿como le harán para meterse a los niños a la panza?"- le contaba sus ideas gesticulando con las manos
"Veo que ya lo tienes todo planeado, ¿verdad Bombón?"- le decía mientras sus mejillas estaban encendidas, le encantaba verla tan animada, se veía muy linda cuando sonreía. Cada vez que ella reía o lo miraba muy de cerca y le sonreía el se ruborizaba y sentía un cosquilleo notable en su estomago. No sabia porque, pero solo cuando estaba con ella sentía eso.
"Pues claro, y si seré tu esposa algún día, debo pensar en eso ¿no lo crees?. Tu también deberías comenzar a pensar en ello, Seiya"- le dijo reprochándole.
"¿eh? si, lo hare."- contesto rápido antes de hacer enojar a Serena
Ya habían llegado a la casa de la pequeña, Seiya vivía en frente, dos casas hacia la izquierda. Se sentaron en las escaleras de la entrada y siguieron platicando- "Seiya...¿de verdad jamás olvidaras tu promesa de casarnos?"- le pregunto temerosa
"Yo jamás rompo una promesa, Bombón, tu lo sabes. ¿Recuerdas cuando un día dije que me llevaría a la tortuga del salón y todos rieron?"- le pregunto sonriendo
"Si, recuerdo que la metiste en tu mochila y luego tu mama te descubrió y tuvo que obligarte a devolverla y pedirle perdón a la maestra"
"¿Ya lo ves? Yo nunca rompo mis promesas."-dijo orgulloso
"Si, tienes razón"-le dijo sonriendo- "Ya es tarde, ¿quieres quedarte a cenar?"
"No puedo, le dije a mi mamá que iría a comer hoy. Mañana vendré temprano con Taiki a recogerte., nos vemos"- le decía alejándose haciéndole señas de despedida con la mano
"Adiós"- lo saludo de la misma manera y entro a su casa.
SyS
Al entrar en su casa la pequeña se dirigió a la cocina. Allí se encontraba su madre cortando unas cebollas para la cena- "Hola pequeña"-la saludo Mama Ikuko cuando la vio entrar - "¿En donde te habías metido?"
"Fui a tomar un helado con Seiya, mama"- Le dijo omitiendo el detalle de que habían pasado la tarde entera en el bosque, que se encontraba muy alejado del pueblo. Algo que no les agradaba ni a los padres de Serena ni a los de Seiya. Cada vez que decían que iban al bosque, ganaban un regaño, entonces optaron por omitir algunas cosas. No era mentir, porque sabían a la perfección que eso estaba mal, solo era ocultar la información, era un secreto.
Un secreto compartido, pues Taiki, el hermano mayor de Seiya y Ami, la amiga de Serena, pues adoraban jugar ahí por ser un lugar tranquilo donde no había nadie que los regañara y podían jugar a lo que ellos quisieran. Taiki y Ami eran unos niños muy tranquilos, entonces de alguna manera, los padres quedaban conformes de que no se iban a meter en problemas. Además era un pueblo muy pacifico y pequeño, todo el mundo se conocía.
Nada podría pasarles.
"Serena..."- le dijo su madre cruzándose de brazos- "son las siete de la tarde y de aquí te fuiste hace mas de tres horas, jovencita. Quiero pensar que no habrán ido al bosque... así que debes inventar una buena excusa."- le dijo con un tono enfadado
"¿eh?"- se llevo un brazo a la nuca y rio nerviosamente- "no mama ¿como crees? Fuimos al parque a jugar y tomamos un helado, solo eso. Sabes que yo le tengo mucho miedo al bosque"- intento convencer a su madre
"Lo se"- al parecer le había creído- "Pero cuando estas con Seiya parece que se olvidan los temores"- le dijo sonriéndole
Se le subieron los colores a la cabeza a la rubia, aun era muy pequeña pero entendía algunas indirectas- "¿Eh?"- A veces hacerse la tonta era la mejor salida- "Oye mama...¿podría ayudarte a servir la mesa?"
Viendo el sonrojo color rosa repentino de la pequeña, Ikuko sonrió- "Si cariño, por supuesto"- y le fue alcanzando los platos y los vasos- "¿Cariño podrías llamar a tu papa? Ya esta lista la comida"
"Si"- asintió y salió corriendo de la cocina dirigiéndose al living. Con una gran agilidad dio un salto estirando los brazos y se colgó de la cintura de su padre, que pudo sentir el aroma de la comida y supuso que la cena ya estaría lista- "Ya esta la comida, papi"- Kenji le sonrió y la levanto hasta el techo, haciendo que sus piernas quedaran colgando en el aire y sus brazos a sus costados
"Hola princesa ¿donde te habías metido?"- le decía mientras le daba vueltas y ella reía a carcajadas
"Estaba con Seiya en el parque"- le respondió ahora que su papa dejo de darle vueltas y solo la tenia en brazos mientras entraban a la cocina.- "¿Con Seiya? Que raro"- le dijo con ironía- "Comenzare a pensar que lo quieres mas a el que a mi"- La sentó en la silla y se acerco a Ikuko para abrazarla por la espalda y darle un beso en la mejilla
"No papa ¿como crees? A ti te quiero también"- le dijo sonriéndole
"¿Como que a mi también?"- le dijo fingiendo molestia- "Al único hombre que debes querer es a mi"- le dijo sonriéndole
"¡Ay papa!"- le contesto con las mejillas rosadas
"Huele delicioso, cariño"- le dijo a su esposa
"Gracias amor, veo que estas celoso de un niño de solo seis años"- le dijo riendo ganándose una mueca de Kenji mientras se sentaba en la punta de la mesa
"Mira papi, yo puse la mesa ¿verdad que lo hice bien?"- le pregunto orgullosa y esperanzada
"Muy bien hecho, princesa."
Lo miro y le sonrió feliz y volteo a mirar a su madre que servía la comida- "mama...¿mañana podría ayudarte con las cosas de la casa" - le pregunto con una sonrisa tímida
"Claro mi cielo"-le sonrió- "¿Pero que se te ha dado por hacer las cosas de la casa?"- le pregunto curiosa
Bajando un poco la mirada, jugando con sus pulgares y chocando los dedos índices le contesto- "Es que…bueno la verdad...es que quiero ser una buena esposa"- termino de responder bastante nerviosa la pregunta
Silencio
Unos largos minutos de silencio
Ikuko rio por la cara de Kenji, era un rostro memorable- "Falta mucho para eso ¿no crees?"- le cuestiono mientras intentaba contener la risa viendo como Kenji comía nervioso la lasaña
"Si pero… si algún día voy a casarme debo aprender"- le contesto seria
"Me parece muy bien que pienses en eso, cariño. Pero aun eres muy pequeña, Serena. Cuando seas mayor conocerás a un buen muchacho y te casaras y..."- y fue interrumpida por la niña
"No mama, no conoceré a nadie mas porque ya lo conozco"
Kenji casi se atraganta con el pedazo de lasaña en su garganta- "¿Como que ya lo conoces, Serena?"- le pregunto intentando mantener la tranquilidad, pero al parecer Serena se asusto un poco porque agacho la cabeza y no contesto
Ikuko rio un poco nuevamente por la cara de su marido y le hablo con una voz muy dulce y reconfortante a su hija brindándole seguridad- "¡Así que ya lo conoces!"- le dijo emocionada logrando que Serena la mirara- "¿Quien es el afortunado?"- le pregunto mientras Kenji bebía de su vaso
"Con Seiya"- le respondió sonriéndole
Kenji escupió la bebida y comenzó a toser, si antes no se había atragantado con la lasaña, ahora se atragantaba con la bebida- "Pero princesa,"- intento hablar con el mismo tono de Ikuko pero intentado disimular con una dulzura que parecía no querer salir- "primero debe pedirte casamiento, además son muy pequeños, además aun yo no les di mi permiso"
"¿Tiene que pedirte permiso?"- le pregunto extrañada
"Si cariño, cuando alguien quiere casarse con una novia, debe pedir su mano al padre de la joven primero"
"Pero Seiya ya me pregunto y ya le dije que si"- le dijo inocentemente
"¡Seiya te propuso matrimonio! Kenji ¿no es eso lo mas tierno que has oído? ¡Estoy tan feliz hija!¡Eso es maravilloso! Creo que voy a llorar, iré por la cámara"
"Cariño ven acá"- le dijo tomándola de la muñeca con los ojos al borde del llanto- "No tomaras una foto cuando aun le faltan mas de quince años para casarse, ven aquí"
"¡Quince años! ¿Cuanto tiempo es eso? Yo no quiero esperar tanto"- protesto la rubia haciendo puchero
Intentando calmar su alegría, Ikuko miro a su hija con una gran ternura- "Aun eres muy pequeña"- le dijo acariciando sus cabellos dorados- "pero cuando crezcan, si siguen pensando lo mismo, podrán casarse, tienen mi bendición y la de Kenji ¿Verdad cariño?"- le dijo lanzándole una mirada asesina
Si algo tenían las mujeres Tsukino, era el poder de convicción que tenían con los hombres para que ellos hagan lo que ellas quisieran. Kenji la miro temeroso y con voz firme respondió- "Claro que n.."- Ikuko profundizo su mirada- "...s-si, mi cielo"- termino accediendo Kenji resignado
"Viste cariño, papa también lo acepta"- le sonrió
La rubia le devolvió la sonrisa- "Muchas gracias, ¿pero cuanto tiempo son quince años?"- le pregunto temerosa
"Lo suficiente para que te arrepientas"- le contesto su padre comiendo su bocado
"¡Kenji!"- le grito- "Lo que tu papa quiere decir es que es el tiempo suficiente para que lo piensen mejor"
- "Pues no se, yo ya lo tengo decidido, me casare con Seiya"- Dijo decidida logrando una risa de su madre y un nuevo atragantamiento de su padre
"y así como se vive el primer amor, se vive la inocencia, se vive la ingenuidad, lástima que a veces unos la llegan a olvidar…"
HoLa!!
¿Como les va, tanto tiempo?
Yo feliz!!
Gracias a Tsuki me estoy destrabando con mi historia!
Espero que difruten de este primer capitulo...ni idea de cuando actualizo!
Espero que les guste leerlo como a mi me gusta hacerlo!
Les mando un Bzo!
LuCyAnA KoU