¿Valdría de algo que pusiera excusas o pidiera perdón?... Solo puedo decir que no sufráis, que este fic lo voy a terminar, y voy a luchar porque quede perfecto… Aunque eso signifique tardar 60 días en actualizar…

Mis más sinceros agradecimientos a Rose ^^ Por todo su amor y comprensión. Por ayudarme, y por ser dura cuando hay que serlo.

Os prometería actualizar más seguido, porque esa es mi intención, pero creo que he perdido mucha credibilidad en estos asuntos xD

Disfrutar del capi!


Los amaneceres en Konoha eran realmente hermosos. Aquella mañana en particular el firmamento estaba de un tono azul pálido y las nubes brillaban con reflejos rosas. Sin duda eso indicaba que más tarde llovería, pero aun así era hermoso…

Hermoso. Minato suspiró y cerró los ojos. Nunca entendió la paz que le aportaba mirar las nubes a Shikaku, y ahora no entendía el desasosiego que le producía a él.

Cuando volvió a abrir los ojos mirando al cielo azul no pudo evitar recordar los ojos azules de Shikaku ni retener el estremecimiento de su corazón al recordarle. El aire olía a hierba, todos los Nara desprendían un suave aroma a hierba, sobre todo él…

Él, siempre creyó saberlo todo sobre su amigo, sabía lo que le gustaba, lo que no le gustaba, sabía que cuando aparecía una arruga en su ceño era mejor no hablarle, que le gustaba el silencio porque le ayudaba a pensar, que odiaba no entender las cosas y amaba a su familia por encima de todo… Ahora se daba cuenta de las cosas que no sabía y de las que no se había dado cuenta. No se había dado cuenta de lo hermosa que era su sonrisa porque nunca antes se había parado a pensarlo. Nunca antes se había planteado como sería perderse en sus ojos azules ni como se sentirían sus manos recorriendo su cuerpo. Nunca supo lo frescos y dulces que resultaban sus labios hasta que él le beso, y jamás habría pensado que le amara…

Esto también demostraba lo poco que se conocía a si mismo, porque jamás creyó sentir algo tan profundo y confuso por otra persona, o mejor dicho lo había sentido siempre y no había podido descifrarlo…

Ahora que sabía más a menos lo que sentía no sabía como enfrentarlo ni que se suponía que debía hacer. Se incorporó sobre el pasto en el que había estado tumbado y tomó la decisión de que haría algo, lo que fuera, menos quedarse allí tumbado mirando el cielo. Se levantó y se dirigió a casa de los Nara…

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La chica se removió en sueños varias veces antes de abrir los ojos levemente. El sol la cegó y volvió a cerrarlos acurrucándose contra el pecho de su amigo….

Se incorporó de golpe, se había quedado totalmente dormida. Agradeció al cielo por que sus padres no estuvieran en casa.

Miró a Sakumo que dormía como un bebé y le dio un beso en la mejilla antes de bajarse del sofá para salir de la casa intentando no despertarle. Se puso los zapatos en silencio y volvió a mirar a su amigo sin saber que sería la última vez en mucho tiempo que le vería así de pacífico…

Salió del destartalado edificio sin percibir la presencia que le vigilaba desde las sombras, mala costumbre la de los ninja que bajan la guardia en lugares seguros…

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Le tenía acorralado contra el árbol. Sus ojos claros tan inocentes y puros ahora le miraron con profundo deseo antes de ir bajando por su torso dando besos lascivos por toda su piel. Shikaku era totalmente consciente de que estaba soñando, pero era tan placentero… Incluso en sueños.

Dejó que el Minato de sus sueños siguiera con su tarea mientras su subconsciente le regalaba las sensaciones de falso placer que la legua del supuesto Minato le provocaban en la entrepierna…

Tiró de él hasta situarle de nuevo junto a su boca y le besó con lujuria. Ahora que sabía como se sentían los labios del Minato verdadero aquello era aun más satisfactorio.

Recorrió con su lengua todos los recovecos de la boca de él y cerró los ojos…

Minato llegó hasta la ventana del segundo piso de un solo salto. No era la primera vez que se colaba en la habitación de su mejor amigo pero no recordaba que en ninguna de las ocasiones anteriores su corazón latiera a esa velocidad. El miedo a la reprimenda de Temari-san no tenía nada que ver con el repiqueteo acelerado de ahora. La ventana estaba abierta y su pulso se aceleró el doble al verle.

Shikaku dormía con el cabello negro suelto desparramado por la almohada vestido con un fino pijama oscuro. La manta solo le cubría por debajo de la cadera y parecía bastante agitado.

De otro salto Minato aterrizó suavemente sobre la alfombra y no pudo evitar acercarse a él. Su rostro estaba sonrojado y transpiraba copiosamente.

Siguió el surco de una gota de sudor a través del cuello blanco de Shikaku hasta que se perdió por dentro de su camiseta. Tragó saliva. En ese momento el moreno gimió y giró el rostro bruscamente quedando cara a cara con Minato, el chico se acercó aun más atraído como un imán. Se fijó en sus labios entreabiertos en el mismo instante que estos pronunciaron su nombre. Recorrió la mínima distancia que los separaba para atender el reclamo inconsciente de Shikaku juntando sus labios con los que acababan de llamarle.

Abrió los ojos. De repente el sueño cambió. Se encontraban en su habitación, Minato se inclinaba sobre él que estaba tumbado en la cama. Sus labios rozaban los suyos y sus cabellos rubios le hacían cosquillas en la frente. Su olor le embriagaba y podía sentir su pulso acelerado. Abrió la boca simplemente para capturar más de aquel aliento cálido que su amigo emanaba y Minato se acercó más a él profundizando el beso. Cuando él respondió con ansia caníbal le pareció que el rubio se resistía intentando separarse de él. No se lo permitió, le agarró de la nuca y le atrajo hacia él obligándole a subir al lecho. No sabía si los del resto de personas eran iguales, pero a él sus sueños le parecían tan reales que esperaba no despertar nunca. Podía sentir el olor de Minato, su respiración agitada en el rostro, la humedad de sus besos…

Le desesperó su pasividad ahora, mordió sus labios obligándole a reaccionar y giró para quedar encima de él.

-Shikaku-gimió él lamiéndose la sangre del labio y le miró con ojos asustados.

-Lo siento Minato-susurró Shikaku con voz profunda y saboreó la sangre de sus labios. Se acomodó encima del rubio y mordió su cuello para subir después hasta su oreja dejando un rastro húmedo-En mi sueño yo mando.

Minato jadeó, no entendía lo que pasaba ni que quería decir Shikaku con lo del sueño pero era muy difícil pensar cuando tu supuesto amigo te come la oreja. Gimió cuando él metió las manos por dentro de su camiseta y volvió a apresar sus labios.

Ahora si que estaba bien, Minato correspondía sus besos, no de la forma apasionada de sus anteriores sueños pero si de una forma más realista. Tanto que casi se le olvidó que estaba soñando cuando notó la calida mano del hijo de Hokage introducirse por debajo de su camiseta acariciándole castamente la espalda.

Pero aquello era un sueño y sabía que al despertar solo le quedaría la desilusión de los sueños imposibles. Este pensamiento le hizo actuar de forma mucho más violenta de cómo actuaría con el Minato real.

Le tomó de ambas muñecas y separó sus brazos a ambos lados de su cuerpo inmovilizándole. Lamió su cuello con ansias mordiendo y succionando, queriendo dejar marcas sobre la piel imaginaria. Se frotaba contra su cuerpo queriendo que él notara su excitación y sonrió cuando pudo notar la de él.

Le soltó las muñecas para subirle la camiseta pero Minato no se movió. Acarició el vientre moreno delineando sus abdominales y luego se dedicó a recorrerlos con la lengua. El rubio repetía su nombre una y otra vez, Shikaku no sabía si le suplicaba que parase o que continuara, ni el propio Minato lo sabía.

Miró hacia arriba y los ojos azules de ambos se encontraron, ¿era amor lo que Shikaku podía percibir en la mirada del otro? Su alma se estremeció, pero era un sueño, un maldito sueño…

Prosiguió con los besos y caricias en la penumbra ahora con más desesperación que antes mientras decía la palabra sueño una y otra vez.

-Esto no es un sueño Shika-pudo decir Minato abrumado por la excitación.

-¡Calla!-exclamó Shikaku-¡Cállate, no me mientas!- Minato no entendía porque decía aquello Shikaku así que le sujetó el rostro con ambas manos y le besó con calma. Un beso sincero que no podía ser soñado. Minato no estaba seguro de nada en ese momento, solo sabía que aquello era real y que de verdad sentía aquello, fuera lo que fuese…

Cuando terminaron el beso Shikaku miró a Minato. Si aquello era un sueño era demasiado cruel. Podía aguantar soñar con Minato deseándole, pero si aquella mirada no era de verdad moriría de pena al despertar.

Minato hizo un sonido de advertencia al verla que quedó ahogado por el beso de Shikaku, lleno de desesperación. El rubio no respondió al beso esta vez e intentó apartarlo de si.

-Tu hermana-exclamó Minato en cuanto el aire volvió a sus pulmones. Shikaku le miró sin comprender y el otro levantó la mano temblorosa para señalar hacia la puerta. El moreno giró la cara en aquella dirección y cuando vio a Karura paralizada en la entrada la verdad le golpeó como un mazo. Aquello no era un sueño, aquello era real. Miró a su hermana y después volvió a mirar a Minato. Estaba encima de él, le había besado, le había tocado, y lo más importante, él había correspondido… Se quitó de encima de su amigo con tanta velocidad que cayó al suelo, y allí se quedó.

Minato miraba a Karura, Karura miraba a Minato, los dos con cara de pánico. Él siendo consciente de lo que acaba de hacer, ella totalmente ida. Lo último que le faltaba era aquello. Aquello la sobrepasaba…

Minato giró el rostro y clavó sus ojos azules en Shikaku. El Nara le devolvió la mirada totalmente anonadado.

-No es un sueño…

-Te lo dije-murmuró el rubio con una pequeña sonrisa, Shikaku le devolvió la sonrisa hipnóticamente y en ese momento Karura se dio cuenta del alcance de la situación.

-¡Estáis enamorados! ¡Sois gays!-Karura parecía una verdadera psicótica, señalando con el brazo tembloroso.

Aquella afirmación cayó como una losa sobre el rubio. La palabra gay resonaba en su mente junto a otros sinónimos menos agradables aun. ¿Lo era? ¿Besar a Shikaku, desearle, le convertía en homosexual?

Shikaku miraba a su hermana que después de hacer algunos aspavientos se le quedó mirando y como una autómata se dejó caer en la silla del escritorio de su hermano.

El moreno giró la cabeza para mirar a Minato que parecía hablar consigo mismo sentado en la cama:

-Debería irme…-susurró entonces y miró de refilón a Shikaku.

-Si…-contestó él-…Luego hablamos…

El rubio asintió y salió por donde había entrado como alma que lleva el diablo.

Sobrevino un tenso silencio en la habitación del pequeño de los Nara.

El cerebro de Shikaku luchaba por procesar lo que acababa de ocurrir. Cuando llegaba al hecho de que Minato había correspondido sus besos, sus neuronas se desconectaban, y solo eran capaces de evocar esos besos. Además sentía la mirada de su hermana sobre él como una gran losa sobre su espalda. El peso de los prejuicios una vez más…

-¿Qué?-le preguntó bruscamente levantándose del suelo. Karura pestañeo.

-¿Eso no debería decirlo yo?

Shikaku se dejó caer sentándose en el borde del colchón, se rascó la cabeza pensando en que decir:

-Es mi vida Karura, no tienes porque juzgarla…

-¡No te estoy juzgando!-gritó entonces la chica y Shikaku se asustó ante el cambio de tono de su hermana-Solo me estaba preguntando que he hecho para ser tan mala hermana que mi hermano considere que le rechazaría por ser quien es…-Karura bajó el tono hasta casi susurrar y en su semblante Shikaku pudo ver que su hermana no estaba nada bien.

-No eres mala hermana, yo…

-¡No conozco a mi hermano!-le interrumpió ella. Karura dejo caer la cabeza y el flequillo le tapó los ojos, Shikaku se planteó si su hermana estaba llorando pero descartó la idea ya que en toda su vida no la había visto llorar. No sabía que debía decir ni si había algo que decir…

-Karura, ¿estás bien?-preguntó después de un tiempo. La chica le miró a los ojos y se mordió el labio inferior para retener las lágrimas.

-La persona de la que hablamos, tu amor imposible, era él, ¿verdad?

Shikaku asintió mientras Karura se levantaba.

-Bueno te dije que no era imposible, ¿no?-dijo con una sonrisa muy parecida a la de su madre pero bastante forzada.

-Necesito tiempo para pensar… Ya hablaremos tú y yo largo y tendido-añadió dándole la espalda y salió del cuarto.

Shikaku suspiró y se tumbó en la cama agotado por tantas emociones vividas en tan poco tiempo…

Karura caminó el trozo de pasillo hasta su habitación, cerró la puerta y se dejó caer sentándose en el suelo con la espalda apoyada en la madera. Se abrazó las piernas con los brazos y rompió a llorar sin saber porqué, pero sintiéndose muy aliviada…

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Despertó pero no se movió del lugar, se quedó tumbado en el sofá observando las motas de polvo que se arremolinaban sobre su cabeza descubiertas por los rayos de sol.

Debía limpiar la casa, un día de estos…

Karura se había ido hacía nada porque todavía sentía su olor y la calidez de su cuerpo en el sofá. Le dieron ganas de chillar y salir corriendo detrás de ella, gritarle la verdad, plantarle un beso y quedar en paz con su alma, pero no, él era un maldito cobarde y tenía que ser tan malditamente lógico. Él no era impulsivo como Kosuke, ni tan seguro de sí mismo como Asuma. No era un rompecorazones como su padre… Se había enamorado de Karura y no lo había enfrentado hasta que se hizo demasiado tarde. Ahora solo le quedaba olvidarla, pero, ¿cómo olvidar a tu mejor amiga y compañera de equipo? La vida era una autentica mierda…

Fue justo en ese momento cuando notó su chakra, segundos después alguien aporreó la puerta. Sakumo se levantó del sofá a regañadientes y giró el picaporte. Solo le dio tiempo a ver un puño antes de que este le rompiera la nariz de un solo golpe. Entrecerró los ojos y se llevó una mano a la cara intentando aguantar el dolor, Kosuke atacó de nuevo pero el Hatake detuvo su brazo con la mano izquierda y le dio una patada en un costado. Kosuke emitió un jadeo de dolor e intentó zafarse del agarre de Sakumo que ahora le inmovilizaba el brazo contra la espalda. Se lo giró hasta casi rompérselo y le empujó hacia dentro de la casa tirándole al suelo. Kosuke se quedó allí retorciéndose por el dolor de su hombro dislocado pero con su furia intacta, romperle la nariz no le había calmado en absoluto. Tardó en levantarse el tiempo suficiente para darle tiempo a Sakumo de coger un trapo con el que intentó detener la hemorragia de su nariz. Estaba desconcertado y muy enfadado, eso era lo que le faltaba para explotar. Cogió a Kosuke que se tambaleaba en el recibidor del cuello de la camisa con una mano, mientras con la otra sujetaba su nariz y cerraba la puerta con el pie, después empotró al moreno contra ella haciéndole soltar un gemido de dolor.

-¿A que cojones viene pegarme así?-preguntó Sakumo teniendo la certeza casi absoluta de cual seria la respuesta del moreno.

-¿Y a que viene follarse a Karura, eh?-dijo Kosuke con voz entrecortada mientras sujetaba su brazo que se doblaba de una forma poco natural. Sakumo apretó el puño con el que sujetaba a Umino y este cerró los ojos preparándose para el golpe, al final le soltó goleándole de nuevo contra la puerta y se alejo de él.

-Eres un imbécil, ¿qué te hace pensar que ha pasado algo con Karura?-Kosuke que se había dejado caer hasta sentarse en el suelo gruñó demasiado adolorido para contestar-Eres tan imbécil que en vez de demostrarle a Karura que la amas te dedicas a seguirla y me pegas a mi por tus putos celos enfermizos. No te mereces a Karura, no te la mereces y lo sabes…

Kosuke se llevó la mano de su brazo sano hasta la cabeza y hundió los dedos en su cuero cabelludo hasta hacerse daño. Sakumo tenía razón, era imbécil e incapaz de controlar su furia, pero se sentía tan impotente y desesperado que le era imposible pensar…

-Yo soy un imbécil-susurró quedamente- Pero tú, ¿tú que eres?-El chico se levantó con esfuerzo apoyándose en la pared para ponerse de pie-¿Quieres saber lo que eres Sakumo Hatake?

-Cállate Kosuke, me estoy controlando mucho para no partirte la cara, no juegues con mi paciencia.

-¿Tú? Tú no tienes huevos para pegarme-dijo Kosuke-Tú eres un cobarde, un cobarde que no le llega ni a suela de los zapatos a su padre. Sakumo, eso es lo que eres.

Una parte de Kosuke sabía que estaba pagando su frustración con su amigo y se estaba comportando irracionalmente ya que Sakumo era más fuerte que él sin la compañía de Kuromaru y podría destrozarle. Pero se sentía bien al descargar algo de su ira con las palabras hirientes que pronunciaba.

-Tienes razón en eso de que yo me merezco a Karura menos que tú, pero yo luchó por ella y no me quedo sentado lamentándome de mi poca valentía, así que según mi punto de vista yo merezco a Karura, tú no. Tú solo mereces tu amargura…

-¡Cállate!-gritó Sakumo interrumpiéndole. Apretó tanto los puños que creyó que se haría polvo huesos los dedos, tenía los ojos cerrados, la cabeza gacha y los cabellos grises tapándole el rostro-Si yo no he actuado respecto a Karura es porque no he querido y ya es tarde para que me lamente. No es mi culpa si ella ahora prefiere a Asuma. Esto no tiene nada que ver con quien la merezca, si no con quien ella prefiera.

-Puedes seguir convenciéndote a ti mismo con tus hermosas palabras, pero en el fondo sabes que si no tienes oportunidad con ella es porque eres cobarde, tan cobarde…-

Kosuke se acercaba al otro poco a poco con la cabeza alta aunque su situación era pésima, diciendo cada palabra y arrepintiéndose al segundo. Sakumo era su amigo y si seguía hablando lo perdería, pero estaba demasiado furioso para controlarse.

Algo en el interior de Sakumo se encendió, toda la rabia y desesperación contenidas afloraron en él en ese momento y no pudo más que pagarlo con el detonante de su rabia, su amigo Kosuke. Arremetió a puñetazo limpio contra el que no podía defenderse y se sintió satisfecho cuando el impacto contra su rostro le hizo daño en los nudillos. Era aliviante, un alivio ínfimo comparado con toda su rabia. Rabia contra el mundo y contra él mismo que pagaba con Kosuke, aunque por otra parte era él el que había empezado todo aquello…

Cuando el puño de Sakumo impactó en su rostro se sintió adolorido y aliviado, parecía que el dolor físico aliviaba el mental, y que la violencia le daba un motivo para descargar su rabia. Se abalanzó contra Sakumo olvidando su dolor, que por algo era un ninja, y consiguió desequilibrarle cayendo los dos al suelo. Y así, golpeándose por una mujer y para descargar sus corazones de la rabia y el dolor, los encontró su sensei. Era un situación muy patética para dos ninja de élite. Además para Rock Lee, que consideraba el compañerismo y la amistad lo más importante en la vida, era algo muy triste. Limpió sus lágrimas con la manga de sus inseparables mallas verdes y procedió a separarles. Fue algo fácil ya que Kosuke estaba destrozado y le bastó una mirada a Sakumo para que el muchacho parara. Tenía agarrado al hijo del mayor enemigo de Gai-sensei, por la manga de la camisa y le observaba intentando comprender en la mirada de aquel joven cuales eran los motivos de aquella disputa. Vio dolor y cansancio, mucho cansancio. A su lado, Kosuke Umino gruñía desesperado, como si de un can herido se tratase. En él sintió rabia, mucha rabia, desesperación… Supuso que aquella era una pelea por una mujer, y no quería saber el nombre. No, porque presentía quien era, y sabía que aquello era malo.

-Sabéis que la ley de Honohagaruke no Sato prohíbe las agresiones, justificadas o no, entre ninjas de la misma aldea, a no ser, que uno de ellos sea un traidor demostrado, y creo que ese no es el caso…

Los muchachos miraron al suelo, y ninguno de ellos hizo amago de contestar… Lee suspiró, y les miró apenado:

-No se que he hecho mal con vosotros, pero juro que lo enmendare, Rock Lee nunca deja un error sin solucionar-Kosuke cerró los ojos exhausto, tenía un labio partido y era de admirar que se mantuviera de pie sin gritar de dolor, ya que su brazo colgaba totalmente desprendido del hombro. Sakumo tenía mucho mejor aspecto físico, pero su cabeza gacha y los hombros derrotados denotaban que su moral estaba por los suelos. Al menos parecían arrepentidos, se animo, Lee…

-Iremos al hospital, y después el Hokage decidirá sobre ustedes…

-¡Pero…!-comenzó Sakumo, pero la mirada severa de su sensei le hizo callar.

-No me pidas que no lo denuncie Sakumo-dijo Lee masajeando sus dedos vendados-No me hagas pensar en lo que hubiera pasado ni no llego a parecer en ese momento… ¡Andando!-exclamó agarrando a Kosuke que parecía a punto de desmayarse, Sakumo le siguió arrastrando los pies, sintiéndose terriblemente ridículo…

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Un estremecimiento involuntario recorrió el cuerpo del hombre al cruzar el jardín de los Nara. La casa parecía apagada y triste, el cielo de un gris plomizo no ayudaba en absoluto. Se echaban de menos lo gritos de Temari o las quejas de Shikamaru…

Llamó al timbre y solo recibió silencio por respuesta.

-Es Lee-sensei-dijo Shikaku mirando por la mirilla. Karura asintió mientras bajaba los últimos escalones. Su hermano la miró pero no añadió nada más.

-Sensei-susurró la chica abriendo la puerta. Lee la miró con una leve sonrisa, la muchacha parecía cansada, tenía los ojos rojos y ojerosos, como si no hubiera dormido bien o hubiera estado llorando. Su pelo estaba suelto y despeinado y vestía una camisa ancha y pantalones gastados. Aun así le dedico una de sus hermosas sonrisas.

-Karura-hime-dijo el hombre y extendió un brazo para estrechar a su alumna.

-¿Qué tal el entrenamiento con Gai-sama?

La muchacha esperaba que su estrambótico maestro empezara a saltar mientras lo relataba todo con pasión, pero Lee solo dijo "bien" con una sonrisa falsa.

-¿Pasa algo sensei?-preguntó de nuevo invitándole a pasar.

El hombre pasó a casa juntando sus pobladas cejas en un gesto de preocupación.

-Hay cierta problemática con tus compañeros de equipo-dijo Lee estudiando las reacción del rostro de la chica.

-¿Les ha pasado algo?-preguntó Karura con voz aguda.

-No, bueno si, pero están bien, no te preocupes por eso… En realidad no están tan bien…

-¡Sensei! ¡Me está poniendo histérica! ¿Puede hacerme el favor de decir que ha sucedido?

El hombre la miró con algo de lástima y dijo:

-Tenemos que ir al despacho del Hokage, vístete y te contaré por el camino…

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Naruto Uzumaki estaba de espaldas a la puerta con las manos a la espalda y contemplaba la aldea de la que era líder abstraído en sus propios pensamientos. A un lado del escritorio Iruka Umino le miraba con reproche… En ese momento la puerta se abrió y Sakura Uchiha arrojó, literalmente, a Kosuke dentro del despacho. Iruka dejó de mirarle, y Sakumo prefirió seguir contemplando el techo del despacho del Hokage.

-Aquí tienes a tu cachorro-dijo Sakura malhumorada mientras Kosuke se tocaba el brazo escayolado con un quejido de dolor. Su padre le miró con una mirada que daba aun más miedo que todas las golpizas que su madre, Hana, le hubiera dado en su vida…

-Tiene el hombro totalmente dislocado… Creo que no me he esmerado suficiente y tardará en sanar…-La mujer de cabellos rosas miró a los dos muchachos con rabia

-Debería romperos algo más para que aprendierais-dijo crujiéndose los dedos.

-¡Sakura! Ya es suficiente…-dijo Naruto girándose-Vete a descansar.

Sakura asintió de mala gana y salió del despacho mientras el sexto se sentaba en su sillón. Agarró la pluma y después de mojarla en tinta comenzó a garabatear sobre un pergamino.

-¿Sabéis cuanto tiempo llevó sin poder dormir junto a mi esposa? ¿Sin jugar con mis hijos?-preguntó Naruto-¿Creéis que tengo tiempo para perder por una pelea estúpida?

Nadie en la sala contestó. Sakumo seguía mirando al techo y Kosuke miraba a su padre.

-No, a vosotros os da igual todo esto… Porque lo sabéis igual que conocéis que las leyes de la aldea prohíben las peleas serias entre ninjas. Conocéis la razón de esta ley, porque un ninja no debe dejarse llevar por sus impulsos y porque un ninja es perfectamente capaz de matar a otro si no sabe controlarse… No sería la primera disputa entre amigos que acaba en desgracia…-el hombre suspiró y prosiguió después de un breve silencio.

-Así me lo enseño tu padre-dijo mirando a Kosuke- Y me lo demostró el tuyo, Sakumo… Lo que os hemos enseñado para proteger esta aldea nunca debe ser utilizado en contra de los que habitan en ella… Es una norma fundamental…

El silencio se hizo más denso y pesado en el despacho…

-No puedo llegar a comprender que motivo os ha podido llevar a cometer tal imprudencia…

En ese instante, interrumpiendo el discurso del Hokage, el motivo de la disputa entró por la puerta agitadamente. Karura se quedó en medio del despacho y miró alternativamente a sus dos compañeros de equipo que se giraron a mirarla nada más entrar.

Karura observó el lamentable aspecto de Kosuke, tenía un brazo escayolado colocado en un cabestrillo, la cara hinchada y un ojo amoratado. Sakumo tenía la nariz vendada, algunas magulladuras y hematomas…

Hasta que no les vio no puedo creerlo, ahora se daba cuenta de que era cierto… Se habían peleado… Los dos amigos inseparables. Todavía mantenía intactos los recuerdos de la infancia, Sakumo divertido y simpático siempre arrastrando del gruñón pero noble Kosuke. Juntos, siempre encontraban la forma de hacerle levantar el trasero del pasto y la obligaban a participar en sus travesuras y juegos… ¿Todo aquello se había perdido? ¿Qué les había pasado para acabar así? ¿Significaba crecer perder los verdaderos lazos de amistad?

Karura no pudo retener una lágrima indiscreta que corrió por su mejilla, mientras los hombres de aquel despacho la miraban en silencio. Naruto, Iruka y Lee, en el umbral de la puerta, se sentían apenados y fuera de lugar en la conversación sin palabras de los jóvenes, y Kosuke y Sakumo muy miserables, pero todavía furiosos.

Y Karura estaba perdida en un océano de sentimientos y se sentía a punto de explotar…Se sentía culpable por la pelea de sus amigos, era una sensación muy parecida a la que sintió al ver a Asuma después de lo que pasó en el callejón. Ella no lo había provocado directamente, pero era la culpable de aquel problema…

De repente, en un par de días todo lo que tenía establecido en su cabeza y su corazón se había desmoronado… Su hermano había resultado ser homosexual, algo que ella ni siquiera se había planteado y debió ver antes. Estaba desobedeciendo los deseos de su padre por un capricho que cada día se volvía más profundo. Y sus dos mejores amigos se habían golpeado por ella hasta el punto de poner en peligro su reputación como ninjas… La voz Iruka la sacó de sus pensamientos cuando ya llevaba un rato hablando:

-…por todos estos motivos nos vemos obligados a sancionaros a los dos con un mes de suspensión de sueldo y un expediente disciplinario que quedara para siempre reflejado en vuestra ficha ninja…-Los dos muchachos asintieron-…Y ya que Kosuke tendrá que estar de baja no haréis misiones durante diez días. Tiempo que espero que os sirva para reflexionar y arreglar cualquier problema que pueda haber entre vosotros…

-Perdone-dijo Sakumo en ese momento y se acercó un poco a donde estaba el Hokage-Me gustaría solicitar un cambio de equipo.

Todos los demás dejaron de respirar por un instante. Lee y Kosuke estaban anonadados, y Karura cerró los ojos con tristeza:

-Sakumo, no…

-¿Estás seguro de eso?

-Sí Naruto-sama-respondió Sakumo convincentemente-Creo que es lo mejor para todos…-añadió mirando a los componentes de su equipo.

-De todas formas deja que pasen esos diez días y lo hablaremos.

El muchacho asintió y salió del lugar, dirigió una última mirada a Karura, de disculpa y de despida al mismo tiempo, y puso una mano en el hombro de su sensei. El hombre le miró duramente pero compresivo con su actitud.

-Vamos Kosuke-dijo en ese momento Iruka y sujetó a su hijo de hombro sano para obligarle a andar.

-Karura…-susurró el moreno y ella solo le miró por el rabillo del ojo.

Cuando la puerta se cerró a sus espaldas Karura y Lee compartieron una mirada, confundidos, y Naruto emitió un largo suspiro:

-Estas cosas pasan a menudo…-dijo el Hokage levantándose de nuevo-Pero entiendo muy bien como os sentís-El rubio volvió a la contemplación de la tranquila villa-Es difícil aceptar que algo ha acabado y hay que mirar hacia delante…

-Tú no perdiste la fe, Naruto-kun… Nosotros tampoco lo haremos, ¿verdad Karura-chan?

La joven miró al líder de su aldea y a su sensei, y quiso de verdad poder tener fe…


FELICES FIESTAS Y PRÓSPERO AÑO A TODOS!!! Y MUCHAS GRACIAS DE CORAZÓN POR LEER MIS FICS ^^