Hola Hola hola.

Nueva historia, será cortita, sólo tendrá 2 capítulos. Así que no tendrán que esperar tanto para la continuación.

Es una idea que tenía a medio desarrollar en el fondo de mi pc hace cerca de muchos meses, del verano a decir verdad (es decir desde Febrero). So. con motivo del Quinesob quise adelantar algo y esto es lo que ha salido. Espero les guste.


Sorpresas

- Lily, tanto tiempo, ¿Cómo estas? – Alice siempre ha sido muy encantadora, no puedo evitar recordar las locuras que cometíamos en el colegio, eran buenos tiempos aquellos, ahora ha pasado bastante tiempo, todo era más fácil en aquella época.

- Hola, Alice. Estoy bien, veo que tu embarazo va muy bien – han pasado casi 3 años, y Alice finalmente se casó con su amor del colegio, Frank Longbottom, y ahora esta embarazada, sin duda que su vida iba algo mejor que la mía.

- Sí, este bebe seguro que será un gran jugador de quidditch porque no para de moverse, no me ha dejado trabajar, justo ahora que hay tanto que hacer el departamento de aurores. Supe que te graduaste hace poco, ahora estas trabajando en el hospital de San Mungo. – Las noticias vuelan, cada vez se hace más difícil sorprender a la gente. Que más da que sepan que ya soy una sanadora. Mi vida tiene muy poco de interesante y bastante de solitaria.

- Sí, estoy a cargo de todo el piso de envenenamientos con pociones prohibidas o desconocidas. ¿Tú estas con permiso prenatal? Supongo que no puedes combatir con magos tenebrosos sin arriesgarte.

- En eso tienes mucha razón, estoy volviéndome loca en casa, Frank se ha vuelto muy sobre protector, no me ha dejado volver, la semana pasada intenté ir a ayudar y Potter y Black no me dejaron hacer nada, estuvieron a punto de petrificarme para que no me inmiscuyera. – Con que Potter y Black se volvieron aurores, hace mucho que no oía de ellos.

- Supongo que ha sido por mejor, no es bueno arriesgarte tanto.

- Vamos, Lily no me digas eso, sabes que no puedo quedarme haciendo nada todo el día, Merlín es testigo de que estoy volviéndome loca.

- Te entiendo, yo me he pasado tanto tiempo en casa estudiando, que ya he olvidado lo que significa estar en acción. Los tiempos de Voldemort pasaron, sólo quedan sus secuaces.

- Así es, pero no hablemos de eso, estamos en una fiesta, disfrutémosla, bailemos o algo, necesito moverme un poco.

- Mientras Frank no te vea, todo estará bien, aunque no me hago responsable.

- No te preocupes Lils, Frank esta muy entretenido con Black haciendo no sé que cosa, una sorpresa me dijo y Potter aún no ha llegado. Tenemos tiempo.

- Frank y Black son amigos, eso si que es novedad.

- Desde que entramos a la academia de aurores se han vuelto amigos, al igual que con James, pero como ahora Potter tiene una novia que le quita todo el tiempo, se le ve bastante poco, aunque se supone que vendrán a la fiesta, siempre pensé que tú acabarías casándote con James – por alguna extraña razón, todas mis amigas pensaban eso, ¿era yo la única convencida de lo contrario? que puedo decir, siempre fui más realista y Potter nunca estuvo realmente interesado en mi, no como para que seamos novios ni nada de eso, es más él nunca me gusto, aún no entiendo porque mis amigas pensaban eso.

- Nunca creí que Potter fuese de los que se casaran, las novias nunca le duraron mucho, él sólo estaba encaprichado conmigo.

- No lo sé, Lils. Bueno, eso ya pasó. Ya ha pasado bastante tiempo, él ha dado vuelta la página. Ella es una abogada, muy exitosa, pero a mi parecer no es del tipo de James, que más da, son sólo ideas mías. ¿Y tú, Lils? Que ha sido de tu vida amorosa – sonreí, que más podía hacer, ¿de qué vida amorosa me habla? ¿De la que tengo con mis libros de medimagia? ¿O seguramente de mi tormentoso romance con mi biblioteca personal?, lo cierto es que mi vida personal se fue reduciendo hasta llegar a cero. ¿Quién sabe? Si le hubiese dado una oportunidad a Potter quizás yo sería la que estuviese a punto de casarse. Soberana idiotez.

- La verdad es que no he tenido nada tan formal, tú eres afortunada, te enamoraste de Frank y ahora te veo, casada, embarazada y feliz.

- Ahora que lo dices, parece más fácil de lo que fue, pero si es cierto que he tenido mucha suerte, pero no te preocupes, ya encontraras a alguien, es sólo que te has dedicado a tu carrera, y por ultimo siempre queda Sirius Black – Alice sonrió, y yo he comenzado a creer que el bebe que lleva dentro ha logrado su objetivo de volverla loca, porque ¡Vamos! Es Black, el soltero empedernido, el terror de las nenas, en ese caso me hubiese quedado con Potter que tampoco estaba tan mal.

- Lo sé, Alice. Lo cierto es que no me siento tan desesperada y Black nunca sentará cabeza, las relaciones que duran más de un día no son su fuerte y a mí nunca me han gustado los juegos.

- Si quieres saber algo – me dijo acercándose con la misma complicidad de los viejos tiempos – creo que Sirius finalmente ha caído en las redes de una mujer y aunque no lo creas, estoy casi segura de que no quiere arrancarse de esas redes.

- ¡Wow! Van dos novedades en un día, cual más sorprendente que la otra, Potter a las puertas del altar y Black enamorado, ni en mis mejores sueños lo hubiese creído. Conoces más secretos de lo que pensaba.

- Que secretos Lils! Lo de James es algo sabido por todos, lo de Sirius no, y creo que lo de Remus tampoco.

- ¿Qué le sucedió a Remus? – ¡¿en que mundo he vivido?! ni siquiera sé lo que le sucede a mi amigo, Merlín tengo que dejar de estudiar tanto.

- No lo sabes, él también ha caído en las redes, pero es mejor que no te diga nada, él ya te contará, me ha dicho que ha intentado contactarse contigo

- ¡Oh! Dios, he estado tan preocupada de mi graduación que no me he preocupado de nada más.

- No se diga más, vamos a recorrer la fiesta, quien sabe si encontramos algo interesante.

No puedo creerlo, ¿Remus enamorado? ¿De quien? ¿Por qué yo no la conozco? Esto no voy a perdonármelo.

Black enamorado, no pensé que viviría para contarlo y James, es decir, Potter por casarse, casado con una abogada, ¡Merlín me cuide! la tierra debe estar por abrirse y me tragará con ella.

Alice me llevo directo a saludar a su flamante marido, y no entiendo porque me siento más soltera que nunca.

- Frank, querido – se besaron y algo en mi estomago se revolvió, no recuerdo cuando fue la ultima vez que besé a alguien, sin duda tengo que dejar de encerrarme en mi casa – recuerdas a Lily Evans.

- Alice, íbamos todos en gryffindor y te pasabas el día con ella, como podría olvidar a Lily – Frank no ha cambiado, sigue siendo el mismo chico bonachón, sólo que más crecido y más maduro, Alice tiene mucha suerte y se merece la felicidad que ahora tiene, ha luchado por ella, es mucho más de lo que se puede decir de mi. – Lily, ¿Cómo has estado? Oí que acabas de graduarte, me alegra mucho saber que si salgo herido, tú serás una de las sanadoras encargadas de curarme, porque la verdad ya no le tenía fe a San Mungo.

- No digas eso, Frank. Pero en algo tienes razón, es muy tranquilizante saber que hay alguien competente atendiendo a los caídos en batalla y a las embarazadas histéricas como yo. – no pude más que sonreír, es grandioso saber que mi querida amiga sigue siendo la misma, hemos perdido tanto tiempo, tal vez aún este a tiempo de ser la madrina de su bebé.

- Mira lo que nos trajo la marea, ¿si esta no es Evans? – tenía que ser el creído de Black, igual de guapo más arrogante, si eso es posible.

- Black, veo que no has olvidado mi apellido, pensé que no tenías memoria a corto plazo.

- Con Cornamenta repitiendo tu nombre día y noche, sobre todo en las noches, fue inevitable no olvidar tu nombre, pero ahora que él esta prácticamente casado supongo que no ha sido una total perdida de memoria – ah, la sonrisa de los merodeadores, como olvidarla, James la tenía cada vez que le veía, perdí la cuenta de cuantas chicas cayeron ante esa sonrisa. Black no ha cambiado, sin duda no parece tan enamorado como ha dicho Alice, ojala se haya equivocado en todas sus novedades, me moriría si Remus esta con una chica y yo no sé nada.

- Por lo que he sabido él ya no recuerda mi nombre, tarde o temprano me olvidarás Black, sé que sabrás sobrevivir sin mí.

- No estoy tan seguro de eso - ¿Qué? Black se ha caído de la escoba y enloqueció.

- Lily

- Es obvio que no ha olvidado tu nombre – murmuró sólo para que yo pudiera oírle, justo antes de ver a James, es decir a Potter, detrás de él, y esta con la que supongo es su… su… novia.

Alice no había dicho nada de lo bella que es, yo que esperaba que fuese un monstruo, pero no. Es alta -aunque sólo unos centímetros más que yo-, delgada -su cinturita de avispa no es para tanto, yo también tengo cintura, estoy más flaca después de tanto estudio- sus ojos son tan castaños como los de él, aunque me parecen menos intensos, su cabello es largo, castaño oscuro -como sus ojos, que poca variedad- y con ondas perfectas, seguro usa un buen hechizo para evitar el volumen y aumentar el brillo. Además sus labios son muy pequeños, la nariz algo respingada, sinceramente no es tan bella, ni que fuese modelo, ahh no, es abogada, lo que implica que inevitablemente tiene cerebro, sería más fácil pensar que es una cabeza hueca, creo que esta vez Potter ha elegido bien.

- Potter, que sorpresa – que frase más idiota, no se me podía ocurrir algo mejor, creo que es mi idea, pero él se ve más alto y su espalda más ancha, seguro sólo es un efecto de la luz o algo.

- Evans – repitió con voz algo soñadora, o al menos es lo que a mí me pareció – eh, cariño, te presento a Lily Evans, una antigua compañera de colegio. Evans, ella es Cindy Stratford mi… prometida.

Esa palabra pareció resonar en todo el lugar como si todo el mundo se hubiese quedado en silencio justo cuando él lo decía. ¿O sólo me lo pareció a mi?

La tal Cindy sonrió y extendió su mano para saludarme, yo tardé un segundo en reaccionar, cuando finalmente alcé su mano la escuché hablar con una voz agradable – maldición-

- Es un gusto conocerte. – le sonreí, las palabras no me salían y me sentí frustrada por eso. Ella tan encantadora y yo tan torpe. La situación era como poco, al menos para mí, extraña.

¿Qué podía decir? El gusto es mío… ¿Me daba gusto conocerla? No lo sé. Tiene eso que ver con que ella sea la prometida de James – Potter, Lily es Potter – Si la conociese en otras circunstancias, ¿Me agradaría? ¿No? Arg! Que sé yo de todo esto, este tipo de cosas no las explican en mis libros de medimagia. Cálmate Lily, tú sabes como socializar, lo sabes. Sólo tienes que desempolvar tus buenos modales.

- Igualmente – respondí finalmente, los segundos que tardé en responder me parecieron horas de indecisión y al parecer todos respiraban aliviados después del primer encuentro.

¿Es que acaso esperaban que le hiciera algo? Puede que en el colegio me haya vengado de unas cuantas novias de James, porque andaban por todos lados presumiendo lo bien que él besaba, lo bueno que era en la cama y ese tipo de estupideces que a mí No me importaban. Yo no iba a hacerle nada a esta mujer. Yo soy adulta, sería increíblemente infantil de mi parte hacer una especie de berrinche ahora, cuando en mi vida he hecho uno.

- Y bien, ya estamos todos, ¿No? – escuché decir a Alice incomoda, acaso ella aún creía que yo estaba enamorada de James, es decir, Potter.

Estando en Hogwarts no había forma de que esta estúpida idea de mi supuesto amor por James se le quitara de la cabeza. Pasados todos estos años, ¿ella aún seguía creyendo lo mismo? No, no creo. Alice me ha hablado con total naturalidad sobre la futura esposa de Potter hace unos momentos, así que es obvio que ya se le paso esa locura.

- Falta Remus, ¿No? – dijo la novia de Potter, y Yo debería haber dicho eso, es decir Remus es Mi amigo, o pretende robarme a mi amigo también. Esta Cindy ya no me parece tan inofensiva, pero si cree que puede robarme a mi amigo esta completamente loca.

- Lunático debe estar por llegar, dijo que tenía una sorpresa para todos nosotros – Sirius se reía con ganas después de lo que acababa de decir, pero qué es lo que intentaba decir de todos modos. ¡¡Arg!! Detesto sentirme tan perdida, si al menos supiera de que va todo, no me sorprendería con cada cosa que hablan.

- Lily, ¿Puedes acompañarme al baño? – Antes de poder contestar, Alice ya estaba tomándome del brazo y encaminándome hacia uno de los pasillos del salón en que estábamos. Alcancé a oír a Frank decir "Ahí tienes uno de los grandes misterios para los hombres, ¿Por qué las mujeres no pueden ir solas al baño?"

No es que las mujeres no pudiésemos ir solas, es sólo que el camino servía para comentar aquello que no se podía decir con hombres presentes, además era útil cuando la puerta del baño no cerraba bien y había que vigilar que ésta no se abriera mientras la otra estaba ocupandolo. Bueno, eso al menos era de utilidad cuando asistíamos a fiestas en que los lavabos estaban en condiciones deplorables, pero en este caso sólo servía para hablar de lo que sea que Alice quería decirme, y que de seguro yo no querría oír.

- ¿Qué sucede, Alice?

- ¿A qué te refieres? – me respondió con una sonrisa.

- No me has arrastrado hasta aquí por nada, ¿O sí?

- Tú no has cambiado nada.

- Te equivocas, sí he cambiado, la Lily que tú conocías jamás se habría perdido tu casamiento, ni las nuevas noticias de Remus, ni todo lo que ha sucedido en el mundo y que yo aún ignoro.

- No es necesario que te sientas mal por eso, han sido tiempos difíciles que finalmente están comenzando a mejorar, ya tendrás tiempo para ser la madrina de mi hijo y para ayudarme con el parto. Con eso habrás saldado tu deuda conmigo por no haber asistido a mi matrimonio. – La abracé con fuerzas, y aunque su voluminoso vientre nos estorbaba un poco fue un gran abrazo.

- Lo siento tanto, Alice, pero puedes contar con que estaré en el parto de tu bebe aunque el cielo se esté cayendo a pedazos.

- Ni lo digas, Lily. Que en este mundo eso podría llegar a hacerse realidad. Bien, ya que me descubriste, sabes que te traje aquí para hablar de algo, que no tiene nada que ver con tu ausencia en mi vida, sino con James.

- Y ¿Qué tengo que ver yo con James? Quiero decir con Potter.

- Quieres, por favor, dejar de ser tan terca y testaruda. Sé lo que sientes por él.

- y ¿Qué es lo que siento? Alice. Me encantaría que me lo dijeras porque, que yo sepa, mis sentimientos no han cambiado en nada.

- ¡Precisamente por eso!

- Sé que piensas que siempre he estado enamorada de él, pero no, Alice. Nunca fue así, ahora no es diferente. Además él va a casarse y a ser feliz con esa tal Cindy y tendrá los mil hijos que siempre quiso tener.

- ¿La tal Cindy? Ehh – me miró con esa expresión que yo tan bien conocía, como si ella supiera más de mí que yo misma, ahora recuerdo porque me exasperaba tanto esta expresión.

- No digas nada, sólo estoy sorprendida de que vaya a casarse, nunca lo esperé de él.

- Quieres decirme que las millones de veces que te gritó su proposición de matrimonio durante los siete años del colegio, ¿tú pensabas que era mentira?

- Corrección no fueron siete años, fueron sólo cinco, los dos primero años él no tenía idea donde estaba parado. De hecho creo que nunca lo supo durante todo el colegio. Y evidentemente el hecho de que lo gritara a los cuatro vientos le quitaba un poco de credibilidad a su proposición, ¿No crees?

- ¡¡Ay mujer!! ¿Por qué tienes que analizarlo todo? ¿Por qué no sólo puedes dedicarte a sentir?

- ¡Porque para eso tenemos el cerebro! Y no es tan fácil sólo dejarse llevar por los sentimientos, sobretodo cuando esos sentimientos No existen.

- ¿Me dirás que la mirada asesina que le dedicaste a Cindy hace unos momentos eran porque su perfume no te agradaba? – Porque tiene que ser tan perspicaz, porque no sólo puede dejarlo estar.

James se va a casar, no hay nada que yo pueda hacer. Para que torturarme con algo que no sucedió ni sucederá, ya se me pasó la oportunidad, ahora sólo quedan las consecuencias – eso obviamente suponiendo, que yo si sintiese lo que Alice dice. Bah a quien intento engañar.

- Sí me agrada, Alice. De verdad que sí, sólo estaba atónita, ella no era como yo pensaba.

- ¿Esperabas un monstruito con gruesos lentes, muchos granos y nada de cerebro? O mejor dicho ¿Esperabas a una muñeca de porcelana rubia y sin una sola neurona? – sólo atiné a reírme, porque eso es exactamente lo que esperaba, o más bien una combinación de ambas descripciones. – Vamos, Lily, ambas sabíamos que en algún momento James tendría que madurar.

- Lo sé, sólo no esperaba que fuese tan pronto.

- Son casi tres años ya. – Dijo Alice con una mueca incrédula mientras yo me reía – Nunca le tuviste mucha fe, ¿No es cierto?

- Ok, ok. Tienes razón. Aquí va, Alice. Creo que me gusta James Potter, ¿es eso lo que querías oír?

- Disculpen, chicas. ¿Está todo bien? Frank me ha pedido que viniera a ver como estaban porque se estaban tardando demasiado. ¡¡Hombres!! Siempre tan impacientes.

Ahí estaba ella, la encarnación de la perfección con sus ojos marrones, su cabello castaño ondulado y una sonrisa inmensa en su rostro; de pie en la entrada del baño donde yo acababa de confesar mi gusto por su futuro marido.

Ahora la tierra podría abrirse y tragarme con ella, porque quería morirme de la vergüenza.

Continuara...


Y fin por ahora! Pero como acabo de escribir continuará, y pronto! si les gusta subiré el segundo y último capítulo con el desenlace muy pronto. Si no les gusta quizás me tarde más, porque para que apurarme si no les ha gustado.

Me encanta escribir PoVs de Lily!! ¿Les había contado eso?

Bien, antes de despedirme, les cuento que el capítulo 9 de de "Escondidos bajo tu Piel" Ya está up! Así que esperaré sus comentarios o alguna maldición por haberme tardado tanto, sólo recuerden que las maldiciones imperdonables están penadas bajo condena en Azkaban y James (Como todo buen auror) se molestará mucho con ustedes por tratarme así y las encerrará allí con los dementores y todo eso. No hagan enojar a James!! - no querrán verlo enojado - y dejenme sus opiniones y palabras que siempre significan muchísimo para mi.

Hasta la Próxima.

Cariños. Jaqui