FIGURA PATERNA

(Father Figure)

Por Rozefire

Traducido por Inuhanya

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Capítulo 13: Qué le pasó al Abuelo? (todos quieren saber, verdad?)

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La hinchazón había bajado completamente en la mañana, gracias a las compresas frías con que Kaede la había atendido. Pero no había dicho nada para ayudar al golpe… si algo, se veía mucho peor ahora. Había cambiado de negro y púrpura, a púrpura y amarillo… muy doloroso al parecer.

Qué mejor forma de saludar a su madre?

"Estoy en casa!" llamó ella después de reunir su coraje y abrir la puerta. De una vez escuchó un movimiento en la sala cuando su madre aparentemente dejó caer la revista que estaba leyendo y salió al corredor.

"Dónde has estado toda la noche? Me aterra preguntar! Estábamos preocupados por…"

Su madre se desvaneció mientras Kagome se giraba lentamente para encararla, intentando calmar sus nervios. Por unos momentos su madre la miraba en shock. "Qué… qué le pasó a tu cara?"

"Denji me golpeó." Kagome señaló la lámpara al lado de la puerta. "Con eso."

El ceño de su madre se arrugó levemente. Pero Kagome no podía decir si la mujer le creía o no. "Vamos." Su madre la llevó a la cocina y le indicó que se sentara en una de las sillas. "Creo que tengo un poco de árnica en el botiquín…"

Kagome observó la espalda de su madre reprochante mientras iba a pescar en los cajones la caja blanca donde estaban todas las cosas médicas. "Denji? Podrías venir aquí un minuto?" La Sra. Higurashi llamó de repente mientras encontraba lo que estaba buscando y regresó con Kagome para aplicar la crema.

Denji hizo una buena exhibición de sorpresa y preocupación cuando vio el rostro de Kagome. "Qué pasó?"

"Dice que la golpeaste." Respondió la madre de Kagome sin mirarlo, parecía tensa y pálida de repente.

Él resopló en respuesta. "Oh, no de nuevo… pensé que habíamos pasado esta fase de culpar a Denji, Kagome-chan."

"No me llames así." Dijo Kagome con un leve titubeo en su voz. No podía levantar sus ojos para encontrar los suyos.

"Esto es ridículo… estabas bien cuando te envié a la cama. Estás molesta conmigo porque te mandé a la cama más temprano que tu madre? Te lo hiciste deliberadamente para señalarme?"

"me hiciste esto!" Espetó Kagome.

"Dónde estuviste toda la noche?" preguntó él. "Atravesaste el pozo de nuevo, verdad? Obtuviste el golpe allá en una pelea, eso o Inuyasha lo hizo. Todos sabemos lo violento que es ese cretino."

Kagome abrió su boca furiosa para corregirlo cuando su madre intervino enojada. "Denji - deja de gritarla!" Kagome le parpadeó sorprendida a su madre… esa era la primera vez que protestaba contra él… pero… "Y tú… deja de ser un blanco fácil, Kagome."

Kagome tragó duro y bajó la mirada. Sí… eso era todo lo que era… una fácil para ser blanco de un bruto como Denji.

La Sra. Higurashi terminó de aplicar la crema en el golpe de Kagome y se enderezó. "De cualquier forma… creo que todos necesitamos conversar." Dijo ella cortamente y salió de la cocina. "Síganme."

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"Ya veo… entonces eres un hanyou… de hace quinientos años atrás… atravesaste un pozo de huesos para hablarme, y cuando no estás comiendo y durmiendo estás buscando los fragmentos de Shikon y peleando con demonios - con uno en particular llamado Naraku - un medio demonio como tú."

"Sí." Inuyasha asintió en confirmación.

"También se ve como tú?"

Inuyasha hizo una mueca. "Dios, no! Está lleno de tentáculos y arañas y todo tipo de porquerías que luego llama 'hijos'."

"Es asexual."

"Síp."

"Cómo es posible?" La tabla del Sr. Higurashi yacía en su regazo, olvidada mientras miraba a Inuyasha incrédulo. Inuyasha se encogió. El padre de Kagome pasó una mano por su corto cabello y sacudió su cabeza. "Y arrastras a mi hija al peligro con frecuencia?!"

"Sí - no." El hanyou lo miró incómodo. "Sólo un poco de peligro! La protejo de daños serios!"

"No puedes protegerla siempre!" Gritó el Sr. Higurashi.

"Sí puedo!" Espetó Inuyasha irritado. "Siempre estaré ahí para ella - y cuando no lo estoy… puede cuidarse sola! Es tan buena como cualquier miko cuando tiene un arco en sus manos!"

"No creo esto-"

"Sigues diciendo eso-"

"Y seguiré diciéndolo hasta que lo acepte!" gritó el Sr. Higurashi. "Has estado mintiéndome - viniendo con el nombre de Yoko para engañarme - Por qué?!"

"Porque… Kagome no quería que supiera sobre el pozo o de mí. No quería que comenzara a preocuparse, así que le seguí el juego." Inuyasha cruzó sus brazos enojado. "Le habría dicho, pero ella me sentaría si lo hiciera."

"Sentarte?"

Inuyasha tiró de su rosario. "Ella grita siéntate, me siento… bueno, en realidad hago impresiones en forma de Inuyasha en el suelo."

"Cómo es posible?"

"Un hechizo?" Inuyasha se encogió de nuevo. Qué era tan difícil de creer sobre demonios y hechizos?

"No creo en hechizos."

"Lo noté."

"Tiene que haber una explicación lógica." El Sr. Higurashi sacudió su cabeza y se levantó para comenzar a pasearse. Inuyasha lo observó moverse de un lado a otro. "Demonios… tal vez hace quinientos años hubieron muchas especies de animales… tal vez algo pasó que los hizo desaparecer, y así no existen más."

"No. Algunos aún existen. Yo destajé una máscara Noh no hace mucho en una construcción." Le dijo Inuyasha. "Aparentemente ese demonio había estado por ahí en alguna casa."

"Hechizos… los hechizos no existen, todos son cuentos de hadas y las hacen creer." Continuó el Sr. Higurashi.

"Bueno, si los hechizos no existen, cómo es que me siento cuando ella me dice hacerlo?"

"Hay una teoría en mi campo de trabajo. Tu subconsciente se conforma a una orden que puedes haber recibido por hipnosis o algo - y tu subconsciente obedece a la orden, aunque tu consciente proteste."

"Qué?"

"No es eso? Kagome te hipnotizó?"

Inuyasha suspiró y pasó sus manos por su rostro. "Kagome sabe cómo hipnotizar? No. Por qué? Porque tiene quince años de edad - no un cerebro como tú! Todo lo que sé es que cuando esta cosa se selló alrededor de mi cuello, tengo que obedecer sus órdenes desde ese día."

"Por qué sería tan cruel contigo?"

"Porque es sadista."

"Dime otra!"

"Es masoquista."

"Inuyasha!" Dijo el Sr. Higurashi con advertencia.

"Bueno, bueno… tal vez tuvo algo que ver con el hecho de que traté de matarla cuando nos conocimos… se asustó por eso…" murmuró él, viendo la fría mirada que le disparó. "Pero eso quedó en el pasado!"

"Debería entregarte a la policía en este momento!"

"Por qué molestarse? No pertenezco aquí - me iré antes de que cualquier autoridad de esta época venga y me aprehenda." Inuyasha sonrió arrogante. "De cualquier forma, vine porque tengo un problema con Kagome y necesito que me ayude con un plan."

"Qué problema con Kagome?" El Sr. Higurashi se detuvo y frunció sus ojos.

"Conoce al padrastro con el que su madre va a casarse?" Dijo Inuyasha lentamente, levantando su ceño.

"Sí…" respondió el Sr. Higurashi lentamente.

Inuyasha suspiró, el hombre no estaba captando la idea. "Es un imbécil. Al principio pensamos que estaba imaginándolo - dijo que la miraba y le hacía comentarios rudos. Y luego la tocó en una habitación oscura."

"Qué?!" El padre de Kagome se tensó en shock.

"Es disgustante. Es tan viejo como usted." Inuyasha apretó sus puños mientras lo miraba con rabia. "No sólo eso, anoche la golpeó tan fuerte que tiene moretones en todo su rostro y cuerpo."

"Esto…" El Sr. Higurashi miró a Inuyasha en shock. "Cómo es que nadie lo notó antes?"

"Su madre no le creyó. Denji me culpaba." Inuyasha se encogió. "Kagome estaba muy temerosa y derrumbada para hacer algo más ahora que su madre rechazó sus advertencias. Intenté golpear al bastardo pero no pareció ayudar. Así que ahora se lo digo."

"No creo esto!" El Sr. Higurashi exhibió una expresión similar a la de Inuyasha al escuchar los pequeños abusos de Denji. "Si piensa que va a salirse con la suya, va a recibir otra cosa!"

Inuyasha sonrió. Eso era lo que le gustaba escuchar. "Pero no llame a la policía."

"Qué?!"

"Si la policía se lleva a ese idiota entonces separará a la familia. Souta odiará a Kagome y a mi y su madre quedará desconsolada. No es que me importe, pero a Kagome sí." Inuyasha cruzó sus brazos. "Tengo un plan."

"Oh?"

"Regrese con la madre de Kagome."

Esto fue recibido con un silencio total.

"Quiero decir," continuó Inuyasha, "la madre de Kagome no estaría tan descorazonada entonces, verdad? Y a Souta no le faltaría una figura paterna y Kagome estaría viviendo con un padre en el que confía."

"Inuyasha. Ese es el plan más estúpido que he escuchado en mucho tiempo." Dijo el Sr. Higurashi. "No sólo estoy felizmente comprometido con otra mujer, sino que Ayame no me ama en la forma que solía y yo no la amo como solía. No funcionaría."

"Sabía que debía pensar en eso un poco más…"

(NA: ven? No era un muy buen plan, es Inuyasha del que estamos hablando)

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"Pero antes me dijiste que estabas mintiendo." La Sra. Higurashi le frunció a su hija sentada en el brazo de la silla.

"Porque amenazó con lastimarme si no decía eso." Kagome le envió a Denji una pequeña y triunfante mirada. Ella estaba arrancando una hoja de su libro, y mientras lo que había dicho no era la verdad, aún reforzó su argumento. "Pero entonces me golpeó de todas formas, así que decidí decírtelo otra vez."

"No entiendes, Kagome." Su madre estaba sacudiendo su cabeza con una perturbada mirada. "Esas cosas sólo pasan en familias disfuncionales. Conozco a Denji. Lo he conocido por meses antes de traerlo a la casa. No es nada sino un caballero y ha sido un buen profesor por muchos años. Nunca lo he visto levantarle su mano a un niño o incluso su voz? Qué te hace tan diferente de que querría lastimarte?"

Kagome miró la alfombra ante ella. "No lo sé. Tal vez está celoso."

"Esto es ridículo." Murmuró Denji. Lo murmuró mucho.

"Celoso de qué?" Su madre quería saber.

"No lo sé!" Estalló Kagome. "Crees que sé cómo piensa? Crees que entiendo por qué sólo me hace esas cosas a mí y no a alguien más! Crees que no me destroza por dentro pensar y dudar de lo que pasa conmigo? Qué me hace tan diferente? Qué es lo que odia de mi?"

"Kagome!" Su madre la interrumpió abruptamente. "Necesitamos calmarnos!"

"Por qué haces esas cosas?!" demandó ella directamente de Denji. No lo sabía de seguro, pero supuso que era el estar en presencia de su madre lo que le daba el valor que necesitaba. Él no podía hacerle nada con su madre presente, así que podía decir lo que quería sin sufrir las consecuencias. "Por qué me odias tanto?!"

"Por qué me odias tanto, Kagome?" respondió él. "Por qué me acusas de todas esas cosas desagradables que no soñaría en hacer? Es porque reemplacé a tu verdadero padre, verdad?!"

"No es eso! Si fuera eso - también odiaría a Mari! Pero no!" Gritó Kagome.

"Cállense! Los dos!" La Sra. Higurashi intervino y ambos guardaron silencio, mirándose mutuamente.

Eventualmente fue Kagome quien rompió el silencio, girándose hacia su madre enojada. "A quién le vas a creer esta vez? A tu nuevo novio, a quien has conocido por tres meses? O a tu hija a quien has conocido por quince años y ha sido golpeada tan fuerte que está herida?"

Una buena pregunta. Una que la Sra. Higurashi no estaba segura cómo responder. No entendía por qué todas las acusaciones estaban volando. Desde que Kagome había visto a Denji había sido grosera con él y lo evitaba a toda costa. Y ahora su hija estaba diciendo cosas terribles de él… Sólo había visto a Denji sonreír y ser amable. Había ofrecido enseñarle a Kagome matemática y no le había dado a Souta nada sino alegría. Entonces por qué Kagome estaba rehusándose a reconocerlo como un miembro de la familia.

Pero mientras la Sra. Higurashi había visto o escuchado evidencia real para sugerir que Denji estaba haciendo esas cosas… no podía ignorar las súplicas de Kagome. Algo estaba pasando…

Y mientras Kagome había actuado tan extraño últimamente… había estado actuando de esa forma desde que había regresado de sus vacaciones con su padre… cuando había descubierto a Denji…

Toda la evidencia y razón apuntaba a Kagome como la mentirosa… pero no podía creerlo…

"Creo que esta familia… todos nosotros… necesitamos sentarnos y hablar." Esa fue la única solución con la que pudo salir en ese momento. "Pero… dónde está papá?"

"Dejó una nota en el refrigerador, recuerdas?" señaló Denji. "Dijo que iba a estar fuera de la ciudad por un tiempo, en una especie de reunión escolar."

"Oh." La Sra. Higurashi frunció y salió al corredor, cerrando la puerta tras ella.

Esto dejó a Kagome con Denji. Kagome lo miró incómoda, todo su cuerpo se tensó y esperó por su próximo movimiento. Sólo dio un suspiro y dejó la habitación para ir a la cocina.

La madre de Kagome se alejó de la puerta con un leve frunce. Nada sospechoso había pasado cuando los dejó solos… pero eso no significaba que nada fuera a pasar.

Y ahora qué pasó?

Kagome se encontró preguntando después de que su madre se fuera. Le creía o no? Bueno, su madre quería pruebas? Kagome iba a darle pruebas. Denji era muy astuto para cometer el error de atacarla verbal o físicamente tan pronto como su madre hubiese dejado la habitación. Probablemente pensaba que podría estar escuchando en el corredor.

Pero Kagome no pasó por alto la forma tan casual como había explicado la ausencia de su abuelo. De ninguna forma estaba en una reunión escolar. Habría dejado más que una nota. Habría sentado a la familia, les hubiese dicho, antes de entrar en una larga historia de las escuela y sus pupilos junto con todas las aventuras que tuvo en sus 'buenos días'. No se habría ido sin despedirse y con una nota en el refrigerador.

Pero entonces dónde estaba?

Kagome no sabía exactamente cómo iba a averiguarlo, pero había visto películas y tuvo una idea. Por ahora sabía que todas las pistas para condenar al sospechoso se encontrarían en la caneca. Así que fue directo a la cesta de papel en el rincón de la sala y sacó los contenidos.

Y adivinen qué encontró? Junto con varios pedazos de la tarea de Souta que había sido mordida por el perro nuevo, y una vieja cáscara de banana… había un volante para el Hogar de Viejos y Ancianos Pensionados de Tokio, localizado en Tama. Kagome miró el volante, la tinta estaba levemente corrida de estar presionada contra la húmeda banana. Lo abrió lentamente y miró unos cuantos detalles.

El hogar no tenía teléfono… así que los residentes no podían llamar a las familias.

"Envió al abuelo a un hogar de ancianos…" respiró Kagome. En realidad, no le gustaba el término Viejos y Ancianos Pensionados… era como decirles lo mismo tres veces.

Pero esta era! Esta era la evidencia que podía mostrarle a su madre y hacerla darse cuenta que Denji no era tan limpio como pensaba!

Se levantó, limpió el volante mientras salía de la sala, planeando encontrar a su madre. No estaba en la cocina así que subió por las escaleras hacia la habitación donde esperaba que su madre estuviera limpiando. No encontró a su madre. En vez encontró a Denji. Intentó salir de la habitación de su madre pero fue muy rápido para ella. Había visto el volante en su mano y había cerrado la puerta tan rápido que envió una borrasca de aire por su cabello.

"Y qué es eso?" preguntó Denji calmado, señalando su mano.

Kagome no respondió. Miró alrededor por una ruta de escape, escuchando atenta sonidos de su madre cerca… pero no escuchó nada. "Esperaba que pudieras decirme." Dijo ella tranquilamente en su tímida voz de ratón que adquiría con Denji.

"Dámelo." Denji extendió su mano.

"Aún si te lo diera, no puedes detenerme de decirle esto." Kagome ganó un poco de desafianza mientras lo miraba. "Ya memoricé la dirección. Tan pronto como descubra lo que has hecho - que le has mentido entonces-"

"Entonces no hará nada, porque le diré no hacer nada!" espetó Denji. "No eres nada para mi, Kagome. Fácilmente podría hacerte enviar a un internado. Entonces sólo seríamos Ayame, Souta y yo."

"No puedes pensar que te saldrás con esto?" Kagome retrocedió hacia el armario mientras daba un amenazador paso. Pero era verdad. Denji no podría resolver todos esos problemitas. Todo lo que tenía que hacer era decirle a su padre y estaba segura que le pondría un final a este problema… tal vez debió decirle antes… "Aún si me envías lejos a un internado - Inuyasha vendrá por mi! Aún cuando hayas enviado al abuelo a un ancianato - todo lo que tenemos que hacer es encontrarlo y él nos dirá lo que le hiciste! Pensaste que podrías aislarlo del mundo para siempre?! Pensaste que podrías callarme?!"

"Cállate!" él la golpeó, duro, justo contra su golpeada mejilla. Gritó de dolor y comenzó a caer mientras estrellas destellaban ante sus ojos, pero su mano se cerró en su camisa y la arrastró a sus pies, empujándola duro contra el tembloroso armario tras ella. Jadeó y desesperadamente intentó empujar contra sus manos.

"Suelta!" hizo una mueca de dolor.

"Dame el volante!" demandó él.

"No te dejaré…" ella luchó contra su agarre antes de inhalar otro respiro. "No te dejaré dominarme! Ella descubrirá lo que eres realmente! No puedes esconder algo así de feo para siempre, patético idiota!"

Le había tomado todo su coraje gritar eso, y le habría merecido una bofetada aún más fuerte en su golpeada mejilla, pero se sintió mejor por decirlo. El dolor no era nada comparado a la satisfacción de ver su rostro retorcido de rabia ante sus palabras.

"Pagarás por esto!" siseó él furioso.

Realmente debía estar peligrosamente loco si pensaba que podría irse golpeándola en su propia casa. Porque no se saldría con la suya…

Kagome escuchó pasos y voces amortiguadas en el pórtico abajo, mientras que al mismo tiempo escuchaba pasos en el corredor afuera de la habitación. Casi cayó flácida mientras Denji la dejaba caer al piso, muy llevado por la rabia para escuchar lo que ella escuchaba.

Mientras su bota bajaba para estrellar sus costillas, tres cosas pasaron. La ventana se rompió a su izquierda y una mancha roja y blanca la atravesó. La puerta al corredor se abrió y la madre de Kagome permanecía paralizada en el marco. Y como si estuviera en cámara lenta, Kagome escuchó a alguien golpear fuertemente la puerta de abajo.

En milisegundos Inuyasha la había salvado - lanzó a Denji por la habitación y tenía a Tessaiga totalmente transformada puesta contra su cuello. La Sra. Higurashi gritó para que se detuviera mientras Kagome se sentaba lentamente y miraba hacia las escaleras por la puerta abierta mientras el golpeteo continuaba en la puerta. "Abran! Es la policía!"

Pareció un momento detenido, sólo perturbado por el insistente llamado de abajo. Inuyasha no se retractó de su amenazador agarre en Denji, pero tampoco se movió para completar la acción. La Sra. Higurashi permaneció en la puerta por unos momentos antes de agacharse para ayudar a Kagome a sentarse.

"Déjame hacerlo." Siseó Inuyasha furioso, sin quitar sus ojos de Denji quien aún estaba muy conmocionado para hablar, mucho menos respirar con el agarre de Inuyasha por su torso.

"No…" dijo Kagome con una titubeante mirada entre su madre y Denji. "No lo mates…"

"Suélta… me… monstruo…!" jadeó Denji.

Inuyasha lo presionó más fuerte contra la pared y empujó a Tessaiga contra su cuello, cortando la carne y sacando un hilillo de sangre contra el filo de la espada.

"Alto!" Gritó la Sra. Higurashi. Inuyasha se detuvo, pero no se retractó en lo más mínimo. Kagome nunca antes lo había visto así de lívido con un humano…

"Mamá…" ella miró a su madre, esperando la decisión final. Si alguien iba a decidir, sería ella.

La Sra. Higurashi miró a su hija con profundo arrepentimiento antes de levantar a Kagome con ella. "Deja entrar a la policía… diles… que está aquí arriba."

Kagome miró a su madre por un momento antes de dispararle a Denji y a Inuyasha una preocupada mirada. Siguió el sonido de los golpes en la puerta y la abrió lentamente.

"Estamos aquí por un Sr-"

"Está arriba." Dijo Kagome sin titubear y retrocedió para permitirles a los tres oficiales entrar en la casa. Había un cuarto hombre, y sólo hasta que levantó la mirada se dio cuenta que era su padre. Había sido el que llamó a la policía.

Sin decir una palabra él abrió sus brazos y ella cayó en ellos, incapaz de contener más los lagrimales y rompió a llorar. Aún estaba llorando mientras escoltaban a Denji fuera de la casa y por los escalones hacia la van de la policía esperando abajo. Intentó ignorar los insultos y groserías que le lanzaba mientras era arrastrado… pero sería la última vez que tendría que tratar con ellos…

Se sentía como si una enorme carga hubiese sido levantada de sus hombros.

Inuyasha se había ido cuando entró de nuevo a la casa. Probablemente aún estaba por ahí, pero fuera del camino. Particularmente no quería tratar con él en ese momento… realmente no quería tratar con nadie, pero estaba obligada a hablar con su madre y su padre… y después… las cosas le serían explicadas a su hermano.

La Sra. Higurashi continuaba disculpándose por dudar de ella, pero la mujer estaba conmocionada ante la transformación que había presenciado. El hombre que había amado y en el que había confiado se había transformado en un monstruo al momento que le dio su espalda… fue suficiente para sacudir al más fuerte de ellos.

Kagome no aceptó sus disculpas.

De la misma forma que Souta no aceptó las razones de Kagome y excusas para la salida de Denji de la casa. Decidieron no contarle toda la historia… era joven y no necesitaba ser destrozado como la Sra. Higurashi… pero el resultado fue que ahora culpaba a Kagome.

El abuelo regresó del hogar, pero no perdonó a nadie. Se había ido por casi una semana, y les había tomado siete días darse cuenta que estaba perdido. Tampoco estaba complacido con ninguno de ellos, especialmente con su hija a quien culpaba sobre todos los demás por comprometerse con un bastardo como Denji.

No habían sido una familia disfuncional antes… pero ahora todos estaban en ruinas.

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Inuyasha estaba sentado contra el pozo, raspando distraído el óxido de su espada con una roca. No estaba seguro de que fuera una buena idea… desde que el óxido parecía ser de lo que estaba hecha la espada. Probablemente podría reunirse con Toutousai en algún momento para reparar esta espada a su estado normal…

Escuchó un golpe en el pozo tras él y su corazón dio un latido contra sus costillas. Internamente se dijo calmarse… sólo era Kagome regresando de su época, no había necesidad de caer débil de rodillas.

Pero esto no era sólo Kagome regresando después de un corto descanso en su mundo. Esto era Kagome regresando después de dos semanas de tiempo a solas con su familia. Había captado la indirecta y se fue después de asegurarse de que Denji hubiese sido llevado por los hombres de negro.

No había visto a Kagome desde entonces.

Casi instantáneamente, bajó la roca que sostenía y se giró agachado para inclinarse sobre el borde del pozo. Al fin se encontró mirando una escena normal. Ella había dejado de usar la ropa holgada y de nuevo estaba en su uniforma escolar. El golpe había desaparecido completamente de su rostro y miró con una sonrisa cuando lo vio. "Vas a ayudarme a salir o qué?"

Él salió de sus pensamientos y alcanzó para sujetar la bolsa en su espalda y sacarla del pozo con ella. Cuando la depositó en el suelo a su lado ella le dio esa malgeniada mirada que usualmente le daba y repitió algo que decía con frecuencia en el pasado. "No puedes soportar la idea de tomar mi mano, verdad?" dijo con humor mientras acomodaba su ropa y comenzaba a moverse lentamente en dirección a la villa. "Algún rumor sobre los fragmentos?"

"Ninguno."

"Oh bien!" ella le sonrió con alivio. "Esto significa que puedo pasar un tiempo en las aguas termales?"

"Seguro."

"Digo, el futuro es bueno por las tuberías internas y todo, pero nada le gana a un termal." Él observó mientras pasaba sus manos por su cabello, en un esfuerzo por acomodar los mechones después de su viaje por el pozo.

"Cierto."

"Estás haciéndolo de nuevo."

"Qué?"

"Dándome monorespuestas."

"Lo siento."

Desvió la mirada levemente. Ella aclaró su garganta y se sacudió como si despidiera una mala sensación que se hubiese cernido sobre ellos. Pasó un momento antes de que la mirara de nuevo mientras hablaba con voz tranquila. "Vas a regresar a la villa?"

La voz de Denji, decidió él que debía llamarse. Toda esta alegría era forzada… el esfuerzo para hacer que todo parecía normal y natural era un acto. No se movió hacia el camino de la villa y ella tampoco. "Cómo está… todo en tu época?" aventuró él inseguro.

"Oh…" Kagome sonrió un poco avergonzada y desvió su mirada hacia el suelo del bosque. "Sabes cómo dije que la familia no sobreviviría de una pieza si la policía llegaba y se llevaba a Denji?"

"Sí…"

"Bueno. No lo hicimos." Ella esbozó una de esas sonrisas y comenzó a bajar por el camino a la villa. No tuvo opción sino seguirla.

"Le dije que no los llamara." Dijo Inuyasha caminando tras ella. "A tu padre, quiero decir. Pero eventualmente decidimos que era la única forma…"

"Está bien." Animó Kagome. "Ambos tenían razón. Y si no hubiesen llegado cuando lo hicieron… entonces mi madre habría presenciado a Denji pisándome… No creo que lo hubiese tomado muy bien. Probablemente estaría más traumada de lo que ya está."

"Kagome…"

"Souta me guarda rencor." Aún sonrió. "Pero sólo es rencor… estoy segura que se desvanecerá eventualmente."

"Kagome, basta." Él curvó un dedo en la cintura de su falda, llevándola a un repentino alto. Ella se giró para encararlo, zafándose de su alcance.

"Parar qué?" la sonrisa continuó.

"Deja de sonreír. Obviamente estás fingiéndola." Dijo él con un frunce. "No tienes que pretender que todo está bien, sabes."

Ella lo miró un momento antes de que su rostro pareciera cambiar ante sus ojos… de repente se veía cansada y perturbada. "Lo siento… es sólo…" suspiró y se rindió, girándose para seguir el camino.

Él la alcanzó para caminar a su lado, una tarea difícil desde que el camino entre los árboles realmente era sólo para personas caminando en fila sencilla. "Denji no te ha molestado, verdad?"

"No." Suspiró de nuevo. "Pero nos dejó hechos jirones, como lo esperaba. No le hablo a mi madre. Mi hermano no me habla. Y el abuelo no nos habla a ninguno."

"Pasará."

"Con el tiempo… supongo…" él la vio morder su labio. "Pero… pasará un tiempo para curar todas esas heridas… pero no estoy lista para perdonar a mamá por ser tan… desconfiada…"

"Dáselo entonces." Hoy estaba lleno de buenos consejos, verdad.

"Lo sé." Ella inhaló profundamente. "Papá nos remitió a un psiquiatra de familia. No podía hacerlo él desde que tenía que regresar a casa la semana pasada… de todas formas no lo hubiese hecho… tener a nuestro verdadero padre dándonos terapia sería muy personal, supongo."

Él observó su rostro intensamente. "Estás bien?"

"No." Ella frunció levemente. "Pero lo estaré." Añadió con una pizca de esperanza en su voz. "Lo dejaremos atrás, supongo. A propósito, descubrí sus motivos."

"Oh sí?"

"De alguna forma se escapó el rumor de que Denji había estado casado antes." Le dijo ella. "Tenía una esposa y un hijo de diez años. Tuvo una mala separación con su esposa después de que su hijo murió en un accidente de autos. Luego tres años después se comprometió con mi madre quien también tiene un hijo de diez años. Supongo que estaba tratando de rehacer su antigua familia… sacó al abuelo de la casa y planeó hacerme huir o enviarme a un internado. Se supone que serían sólo mamá, Souta y él. Eso es por qué siempre fue amable con Souta."

"Qué le pasó?"

"A Denji? Está en prisión por asalto, acoso infantil desde que soy menor de edad, y algunas otras ofensas que no puedo decirte."

"No puedes decirme?" él frunció sus ojos. Quería saber todo, ser mantenido en la oscuridad no era una opción.

"Oh - no puedo decirlo porque no puedo recordar cómo fueros dichas. Pero básicamente ha sido acusado por destrozo de hogar, supongo. Y por enviar al abuelo a un ancianato contra su voluntad y decirle a todos que era senil, así lo ignorarían cuando pidiera una llamada telefónica."

"Entonces es un verdadero desastre."

"Síp." Ella sonrió genuinamente. "Pero como dije. Sólo necesitamos tiempo y eventualmente nos curaremos."

Ella saltó cuando su mano se cerró alrededor de la suya. Miró brevemente maravillada antes de mirarlo. No parecía estar haciendo un problema de eso, aún cuando su corazón estaba latiendo un poco más rápido de lo normal. "Y mientras tanto," le dijo casualmente. "Puedes tener tu última forma de escape quinientos años en el pasado donde tus problemas todavía no existen."

Ella sonrió tímidamente y cerró sus dedos alrededor de los suyos. "Supongo."

"Y nadie aquí está enojado contigo. Todos te extrañan. Y no creo que Shippo te guarde algún rencor… a menos que olvides traer esos creyones."

"Oops." Sus ojos se ampliaron recordando que lo había olvidado.

"No importa." Él se encogió mientras hacía a un lado unas ramas con su mano libre. "Es una criatura de mente simple. Si lo distraes con chocolate lo suficiente olvidará preguntar por ellos."

"Gracias." Ella sonrió de nuevo y bajó sus ojos con un sonrojo mientras se recostaba contra él y deslizaba su mano libre para agarrar su brazo ligeramente más cerca.

"Por qué?" Su corazón se apretó levemente como si lo hubiese tomado en vez de a su brazo. Estúpido órgano… quién lo necesitaba?

"Por sólo…" ella luchó por las palabras para describir lo agradecida que estaba. "Por entender."

Él sonrió levemente en respuesta, sintiendo esa cálida sensación que tenía cada vez que recibía su gratitud. "De nada."

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Fin

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Nota de la autora: Supongo que ahora puedo dedicar más tiempo a mis otros fics. Pero ahora puedo comenzar unas nuevas historias (sólo para hacerlo más despacio otra vez). Adiós!

Nota de Inu: Hola a todos!! Agradezco muchísimo todos sus reviews y el apoyo para esta historia y su traducción, también quiero recordarles que todo el crédito de autoría es para Rozefire. ESTA HISTORIA NO ES MIA así como ninguna de las anteriores, yo sólo me encargo de su traducción para el disfrute de todos... Aclarado esto, me alegra que les haya gustado, un poco corto pero así lo dispuso su autora... jejejeje... Llegó el final y con él una nueva traducción titulada El Precio de la Libertad, espérenla muy pronto... Cuídense!!