FIGURA PATERNA
(Father Figure)
Por Rozefire
Traducido por Inuhanya
Nota de Inu: Hola nuevamente!!... En compensación al 'trágico' final de Intercambio de Vida aquí les traigo otra nueva traducción de Rozefire, como se los prometí bastante más pronto de lo acostumbrado así que espero les guste y la disfruten… Gracias por todo el apoyo y si no han leído las traducciones de las demás historias de esta autora los invito para que lo hagan, son muy buenas e interesantes… Feliz lectura!!
Capítulo 1 - Vacaciones
"Uno… dos… tres…" Kagome bajó su zapato de metal y suspiró mientras le gruñía al tablero de Monopolio. "Oh maldición…"
"Sí!" Gritó Inuyasha con deleite. "No puedo creer que otra vez aterrizaras en May Street! Serán treinta mil 'yen', por favor."
Kagome gruñó por lo bajo mientras sacaba los billetes falsos y los estrellaba en la ansiosa mano de Inuyasha. "Toma. Feliz? Ahora estoy en bancarrota."
"Entonces perdiste el juego." Inuyasha rió felizmente mientras acomodaba su pago en pilas separadas. Para entonces poseía la mayoría del dinero y propiedades que tenía el juego de mesa.
"Bien… Sólo te dejé ganar…" Kagome cruzó sus brazos.
Sango imitó la acción de Kagome. "Grandioso… ahora quién me sacará de prisión?"
Miroku se acercó. "Oh, vamos Sango, sabes que te gusta aquí conmigo. Tú sabes… tú y yo… juntos en esta pequeña celda…"
Sango lo miró. "Te das cuenta que realmente NO hay celda?"
Miroku se encogió y regresó a pasar su único billete entre sus manos. "En ese caso estoy fuera…"
"Yo también." Suspiró Sango. "No tengo ninguna opción de salir de prisión con mi ingreso… a menos…"
Ella le dio a Inuyasha una dulce mirada. Él levantó la mirada de contar sus billetes y resopló. "Sigue soñando."
Ella giró sus ojos. "Eso es. Salgo del juego."
Kagome miró incrédula. "No puedo creer que ganaras otra vez." Le dijo a Inuyasha con una sacudida de cabeza. "No sabes lo que es el Impuesto por Ingresos!"
"Bueno, no esta mañana." Le sonrió. "Maldición, probablemente podría ir a tu época en este momento y conseguir una posición ejecutiva antes de que termine el día."
"Qué es un Ejecutivo de Negocios?" Le preguntó Shippo a Kagome.
"No estoy… completamente segura…" Kagome miró duro a Inuyasha. Estaba comenzando a preocuparle la habilidad de Inuyasha para aprender tan rápido.
"Oh, esa es la parte fácil - la parte difícil es calcular el impuesto que tienes que pagar al final de cada año financiero - para el cual probablemente debes ir a una compañía de auto liquidación de impuestos que pueda calcularlo por ti. Conoces una grandiosa forma de hacer dinero sin trabajar?" le preguntó a Kagome.
"Robar?" supuso ella.
"No. Meterlo al banco y esperar los intereses - pero entonces tienes que vigilar las tasas de interés que caen y suben, esa puede ser una trampa." Asintió conocedoramente. "Una buena forma sería si te meten a la cárcel y pones TODO tu dinero en una cuenta corriente, escuché que esas tienen las mejores tasas de interés. Así que para cuando salgas de nuevo tu dinero al menos se duplicará."
"Inuyasha?" Kagome le dio una peculiar mirada. "No aprendiste eso del monopolio."
"Nah… estuve hablando con tu abuelo hace unos días." Inuyasha pausó mientras colocaba su ficha de perro en la caja. "O más como si estuviera hablándome a MI…"
Shippo tranquilamente hizo un gesto loco con sus dedos al lado de su oreja. Rápidamente cambió a rascarse su cuello cuando Inuyasha lo miró molesto.
Bueno… desde que Inuyasha parecía estar en un no iluminado, sino plácido humor, Kagome hizo su movimiento. "Inuyasha… puedo pedirte un gran favor…?"
"Depende…" dijo cuidadoso, obviamente no confiaba en el tono de su voz.
Sango y Miroku captaron la indirecta de una corta mirada de Kagome y regresaron a la cabaña de Kaede con Shippo, dejando a Kagome y a Inuyasha en el pórtico.
"Bueno… hay algo…" Kagome retorció sus dedos en su regazo. "Tengo que regresar a mi época por más tiempo de lo usual."
"Cuánto?"
Al menos estaba considerándolo, lo cual motivó levemente a Kagome. "Um… cuatro o cinco días. Es un descanso de término medio, luego tenemos unas vacaciones de dos semanas - y juro que pasaré el resto de las vacaciones aquí, pero tengo que quedarme en mi época por un par de días."
"Bueno… eso no es tan extraño." Inuyasha se encogió. "En tanto como pueda vigilarte y asegurarme de que realmente estás haciendo lo que dices que-"
"Ese es el problema." Kagome lo interceptó rápidamente. "No podrás vigilarme a diario… o traerme de regreso."
Inuyasha se tensó de repente, un furioso frunce adornaba su expresión. "Por qué no?"
"Voy a visitar a mi papá al otro lado de Tokio." Dijo Kagome. "Por favor, no hagas esto difícil Inuyasha - no veo mucho a mi papá estos días - la última vez que lo vi fue hace un año! Son las primeras vacaciones que tiene y si pierdo mi oportunidad de verlo entonces tendré que esperar otro año hasta la próxima vez que pueda verlo."
Ella miró suplicante a Inuyasha, notando que tenía una extraña expresión en su rostro. Mitad frunce, mitad confundido. "Tienes un papá?"
"Sí… está divorciado de mi madre, se mudó cuando tenía seis años." Dijo Kagome tranquilamente. "Qué, pensabas que no tenía un padre?"
"Realmente nunca lo pensé." Respondió él. Aunque era lógico asumir que la humana Sra. Higurashi NO se reproducía asexualmente.
Kagome guardó silencio, esperando que le rechazara su petición. Sorprendentemente, no dijo nada. "Entonces… puedo ir?"
Inuyasha la miró con un movimiento vago de 'no me importa' y ladeó su cabeza. "Seguro. Como quieras."
"Gracias, Inuyasha." Kagome sonrió con alivio. Había esperado algo corto a rugidos y disparos verbales. Este era un cambio agradable… aunque tuvo que preguntarse por qué había sido tan fácil esta vez.
"No es justo, verdad?"
El comentario de Inuyasha la sacó de sus pensamientos. "Perdón?"
"No es fácil crecer sin un padre." Él le disparó una breve y falsa sonrisa. "Tienes que hacer la mayoría de lo que sea que te haya dado."
Kagome lo observó sorprendida mientras se levantaba de repente y regresaba adentro. Por un momento se quedó contemplando lo que había dicho… hasta que miró alrededor y se dio cuenta de que si quería regresar a su época a tiempo tendría que comenzar a empacar.
"Oye, Inuyasha?" Shippo bostezó esa noche mientras los demás se alistaban para dormir. "A dónde demonios fue Kagome? La espantaste de nuevo?"
"Kagome nunca ha sido espantada por mi." Espetó Inuyasha y quitó a Shippo de su pecho - y efectivamente - fuera del árbol.
Shippo aterrizó en su cabeza con un indignante chillido. Se enderezó después de unos momentos y miró al hanyou. "Basura. La espantas todo el tiempo."
Inuyasha resopló y rodó de costado en la rama. "Kagome no se espantó con nada. Tiene una vida al otro lado del pozo, sabes. Y una familia."
Shippo le hizo una mueca a Inuyasha mientras se componía después de su caída. "Bien hecho, Inuyasha. Esa es la primera vez que lo admites. Creo que una rosa azul brotó bajo tu rama."
Inuyasha se asomó bajo su rama antes de gruñirle a Shippo molesto. "No hay una rosa!"
Shippo lo miró. "Por supuesto que no hay rosa! Sólo es una expresión!"
"Ya lo sabía! Déjame en paz - quiero dormir!" Espetó Inuyasha.
Sango golpeó la pared de la cabaña. "Chicos! Bájenle ya!"
Inuyasha se giró de nuevo para que Shippo estuviera fuera de su línea de visión, y para no estar tentado a freír al pequeño parásito.
"Buenas noches, Inuyasha." Llamó Shippo antes de entrar.
Inuyasha no devolvió la despedida mientras miraba malhumorado hacia adelante… en la noche. Tenía un asesino a una semana delante de él… toda una semana sin ver el rostro de Kagome… o tener su presencia cerca para… para…
Él cambió de posición, intentando acomodarse, pero no pareció estar funcionando. Gruñó con leve molestia mientras lo intentaba de nuevo y terminaba sobre su estómago, brazos y piernas colgando de la rama… no… eso tampoco era particularmente cómodo… mejor cambiar.
Sin Kagome… sin ramen… sin búsqueda de fragmentos… sin demonios para desquitar su frustración…
"Dios… no tengo vida…" Murmuró para sí. Bueno… no la vida sin Kagome para hacer las cosas frescas y espontáneas para él. La vida no tenía sentido sin un alma completa… y cada vez que Kagome lo dejaba… desaparecía de la existencia como si estuviera muerta… se llevaba una parte de él con ella.
No en el sentido literal, por supuesto…
Inuyasha suspiró y rodó en su rama. Por primera vez su mente estaba preocupada y falló en juzgar cuán ancha era la rama… y entonces se deslizó con una amortiguada maldición y aterrizó con un golpe en su espalda.
Parpadeó por un momento, mirando al árbol perplejo antes de girar sus ojos. Oh sí… los perros no estaban hechos para trepar árboles…
"Cuántos canales tienes?!" Kagome quedó boquiabierta ante la pantalla de televisión mientras pasaba rápidamente por las estaciones, apenas pasando tiempo suficiente para asimilar todos los programas y comerciales. No era que estuviera mirando una pantalla de TV promedio… era más como una enorme pantalla plasma, completa con un lector de DVD y conexiones satelitales.
"Como quinientos… perdí la cuenta." El Sr. Higurashi sonrió mientras su hija se deleitaba en el control remoto.
"Esto es… vaya… es…" Kagome luchó por palabras mientras se obligaba a bajar el control y miraba alrededor del apartamento de su padre… en realidad era más como un penthouse. "Esto es diferente al agujero infestado de cucarachas en el que mamá dijo que vivías…"
"Mari realmente ha ayudado a enderezarme." Asintió él, descansando una mano en su hombro.
"Mari?" Kagome lo miró perpleja.
"Mi nueva novia… prometida… espero que no te importe."
Kagome parpadeó sorprendida antes de tartamudear rápidamente. "No - en lo absoluto! Es decir - han pasado años - tienes derecho a continuar!" ella miró alrededor. "Ella te ayudó a obtener todo esto?"
"Ella me condujo en dirección a un grado de psicología… ahora soy un practicante de psiquiatría…" él le sonrió. "Ella me ayudó a comprar el apartamento y ayudó a amueblarlo conmigo. Es grandiosa."
"Eso es bueno." Kagome estaba genuinamente feliz por él y le dio una sonrisa. "Ella vive aquí también?"
"Sí…"
"Dónde está?"
"Le pedí que saliera una semana, pensé que podrías incomodarte…" le dijo titubeante.
"No!" Kagome saltó para encararlo rápidamente con una sonrisa ansiosa. "Me encantaría conocerla - si ha hecho tanto bien a tu vida cómo podría encontrarla incómoda? En tanto como no tenga dos cabezas entonces estoy bien con que viva aquí mientras te visito."
"Y si tiene dos cabezas?" preguntó su padre en tono serio.
"No bromees con eso!" rió ella… pero era verdad, conocía muchas mujeres con dos cabezas… lo último que necesitaba era que su padre saliera con una de ellas.
Estas serían unas buenas vacaciones, pensó. Sin preocupaciones, sin escuela, sin búsqueda de fragmentos y sin demonios para huirles. Y mayormente, sin Inuyasha para ponerla nerviosa y a sudar cuando le demandaba lo imposible. Ella no era como Sango y Miroku… no había estado viviendo en la era feudal toda su vida… no había peleado con demonios toda su vida…
Inuyasha era demandante…
Así que esto era un descanso. Podría levantar sus pies, vivir como una rica y observar todo desde programas sobre colonias de hormigas hasta alguna novela inglesa. Pasaría tiempo con su padre… quien realmente había cambiado de un escritor desempleado y quebrado…
Ahora estaba escribiendo libros de psicología… y VENDIENDOLOS!
Esperen hasta que sus amigas escucharan de esto!
"El lugar se ve genial - Mari tiene buen gusto!" Le dijo Kagome por teléfono a su madre. "La cocina tiene un tema Mediterráneo y las áreas sociales tienen colores y arte Indio y Africano - es maravilloso - realmente deberías venir a visitarlo."
"Entonces te gusta allá?" escuchó a su madre reír. "Puedo pelear con uñas y dientes para traerte a casa."
"No te preocupes, regresaré pronto." Kagome sonrió. "Son como unas verdaderas vacaciones! Y Mari es TAN agradable… la conoces?"
"No… no podría decirlo…" el tono de su madre era levemente extraño… y Kagome lo escuchó y se abofeteó mentalmente. Bien hecho Kagome! Restregar en cara de su madre que papá tenía una nueva prometida y que estaba ganando más dinero en una semana del que ganaba su madre en seis meses.
"Mamá… yo…" ella luchó por encontrar algo que decir.
"Está bien, Kagome - no me di cuenta que tu padre estaba siendo abierto contigo sobre sus relaciones." La Sra. Higurashi sonó sorprendida.
"Bueno… él…" Kagome frunció levemente. "Lo sabías?"
"Sí… pero acordamos callarlo para ti y Souta…" ella escuchó suspirar a su madre. "Rompió nuestro trato."
"Bueno… no me importa si está saliendo con alguien nuevo. Ella es agradable. Será una buena madrastra cuando la necesitemos en una emergencia." Le dijo Kagome.
"Bueno, como estás abierta a todo esto mejor yo-" ella se interrumpió mientras Kagome escuchaba la conversación amortiguada de su abuelo en el fondo. "Oh no de nuevo… tengo que irme Kagome, te veré el viernes!"
"Sí - adiós!" Ofreció Kagome y colgó. Estuvo en el teléfono en el sofá por un tiempo, pensando en lo que su madre iba a decir. Oh bueno… podría preguntarle después si lo recordaba.
"Veintiséis?" Preguntó Shippo planamente.
"No…" Inuyasha lanzó otra piedra en el río y la observó saltar un par de veces antes de hundirse.
"Dieciocho?"
"No." Inuyasha buscó a sus pies otra piedra para lanzar.
"Uh…" Shippo miró a Inuyasha de cerca. "Uno?"
"Bingo!" Inuyasha lanzó otra piedra y la observó saltar por todo el río. "Bien - ahora estoy pensando en un animal-"
"Pájaro." Dijo Shippo sin dudar.
"Bien… eso fue suerte…" frunció Inuyasha. "Qué tipo de pájaro?"
"Un fénix?" Adivinó Shippo.
Inuyasha se giró hacia él abruptamente. "Qué eres - medio telepático?"
"No… es sólo que eres tan predecible. Jugamos este juego cada vez que ella se va y tú siempre piensas en los mismos números y animales." Shippo giró sus ojos y cayó de espalda. "Estoy aburrido!"
Inuyasha apretó sus puños y regresó a lanzar piedras.
"Mira a esos dos…" Sango le asintió a Miroku, distrayéndolo de lo que sea que estuviera por hacer con su mano involucrando su trasero. "Es como si el mundo terminara cuando Kagome va a casa por más de una hora."
"Bueno… para ellos… sí." Miroku se encogió levemente. "Pobres tontos…"
Sango suspiró y regresó al mantenimiento de Hiraikotsu. En realidad… era un poco monótono cuando Kagome no estaba alrededor…
4 Días después…
"Gracias Sra. Keisuki!" Saludó Kagome animada mientras su amiga y su madre se alejaban. Una vez que estuvieron fuera de vista se giró con un profundo y revitalizante suspiro.
Ahora estaba relajada… y no podía evitar la distraída sonrisa que se esbozó en sus labios mientras subía por las escaleras hacia el templo. Toda una semana lejos del trabajo - y ahora estaba completamente lista para regresar. Había terminado todas sus tareas y la tensión se había ido de su cuerpo (mayormente gracias a Mari quien tenía un diploma en masajes).
La vida era un paraíso desde aquí…
Kagome abrió la puerta y depositó su maleta y bolsas al lado del zapatero. "Oigan todos! Estoy en casa!" ella cerró la puerta detrás y avanzó hacia la sala donde escuchó encendida la TV. "Nunca adivinarán lo que pasó en el camino - había este perro y un carrito de helados y-"
"Si insistes en entrar con tus zapatos a la casa, al menos ten la decencia de limpiarlos en el tapete?"
Kagome se giró para encarar las escaleras y miró abiertamente al hombre que se había detenido a medio camino para saludarla. Un total extraño la había regañado por sus propios hábitos en su propia casa… ahora ESO fue rudo. Lo que era más, había estado totalmente serio, no había esbozado una sonrisa.
"Quién eres?" Preguntó Kagome.
"Kagome - no seas tan grosera!" ella miró hacia la sala mientras su madre se dirigía hacia ellos. Medio extendió sus brazos, esperando ser abrazada como usualmente lo hacían cuando Kagome se iba por días, de vacaciones o por el pozo, cualquiera que fuera el caso.
Eso fue por qué Kagome quedó completamente estupefacta cuando su madre la pasó, dirigiéndose hacia las escaleras y el extraño. Kagome movió sus manos para recoger su cabello tras sus orejas, como si nunca hubiese planeado recibir un abrazo en primer lugar. Observó mientras su madre iba y le daba un corto abrazo al hombre.
Kagome se paralizó… qué demonios estaba pasando?
"Kagome - permíteme presentarte a Denji." Dijo la Sra. Higurashi mientras el hombre deslizaba un brazo alrededor de su hombro, ahora le sonrió a Kagome como si nunca hubiese sido rudo con ella. "Es mi prometido… se quedará con nosotros en el templo de ahora en adelante."
Kagome miró entre los dos, una preocupada sensación punzó en su mente. Esta no había sido la bienvenida que había esperado… Miró a Denji un poco más de cerca e hizo una rápida valoración.
Se veía agradable y amigable ahora, con una sonrisa y oscuros ojos. Era bien parecido, incluso más que su padre tal vez… pero no contaba nada. Las primeras impresiones eran las que importaban… y no le había dado una buena impresión.
"Eso es… bueno…" Kagome sólo pudo esbozar una débil sonrisa de felicitación. Cuando en verdad… se sintió un poco inquieta.
Continuará…
Nota de la autora: Bueno, ahí tienen - dedicado a todas las chicas y chicos que quieren matar a sus padrastros y madrastras. Para ustedes Cenicientas!