Síndrome de Estocolmo
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Cuando Howlat entra, se encuentra con un Light Yagami inconsciente amarrado a la silla y con gotas cayéndole en la sien. Con un puro vistazo no es mucho lo que puede decir, salvo que lo han torturado, piensa satisfecho.
Además de estar a torso descubierto y ensangrentado, puede notar en las manos del joven -en los nudillos- que Waterhouse ha estado quemándoselas.
Se acerca hasta la silla y no puede evitar arrugar la nariz frente el olor fuerte a gasolina, llevándose la mano para rascársela. Gira para prestar atención al hombre que lo acompaña.
—Cura de agua, pero con bencina –dice Waterhouse-, el niñato derramó más de la mitad en la alfombra.
—Veo –es lo único que responde Howlat-, ¿las quemaduras?
Waterhouse dirige la mano hasta el bolsillo de su pantalón, buscando algo. Frunce el ceño al no encontrar el objeto, dimitiéndose finalmente a contestar.― Con un encendedor, los nudillos, ciertamente tiene la piel delicada –agrega con sorna.
—Bien, ahora, ¿ha dicho algo?
—No.
Aún sin decir nada el muchacho. Pero lamentablemente para él, RoseBrock tiene muchos planes involucrándolo.
—Sácale eso –habla Howlat señalando la gotera-, y despiértalo, necesitamos hablar.
Waterhouse se mueve hasta el cuerpo durmiente y desarma el aparato, cuando ya lo ha sacado y soltado la cabeza de Light, de una fuerte bofetada lo despierta. Light abre los ojos confuso y asustado, mirando con cuidado su entorno, lentamente moja sus labios agrietados y empieza a respirar constante.
—Días sin vernos, Kira-san –lo saluda Howlat–, y mi amigo aquí presente me ha dicho que aún no quieres hablar. A ver, ¿qué pasa?
—No sé nada –susurra Light con voz agria.
Howlat mueve su cabeza en negación.― Eres un genio, y eres Kira, el propio loco de Mikami lo dijo. Dime, ¿dónde está el otro cuaderno.?
Light no responde.
—A ver, Yagami, estás solo. Waterhouse y yo somos los únicos aquí contigo, no hay nadie que te pueda ayudar y, más aún, hay muchos que solo desean tu muerte. Es mejor que hables.
—No sé nada.
El hombre aprieta su puño y hace amanes de golpear a Light, pero se contiene.― Llevas ya unos cuantos días aquí para darte cuenta de que nos tomamos la molestia de hacer bien nuestro trabajo. Y, que tu lindo rostro no ha sufrido muchos daños…
Light parpadea, cierto, a pesar de la puta tortura, su cara no ha sufrido mayores daños…
—… Pero si no coperas, puede que aquella linda carita se vea mucho más diferente luego de usar un escalpelo en ella. Ahora, ¿sabes algo?
Light traga saliva. No sabe, no sabe ni un cuerno dónde puede estar el cuaderno, y no piensa decir nada. Pero la tortura, pero el dolor en sus heridas. No sabe, no recuerda…
No recuerda…
Death Note.
¡El cuaderno!
Y quizás haya sido la puta gota, pero ahora Light piensa que su mente está funcionando de forma irracional. Tal vez, piensa, tal vez es el propio cuaderno el que le puede regresar las memorias de ser el asesino teniendo en cuenta que es el propio cuaderno el arma.
—El Death Note –responde al fin.
—¿El Death Note?, ¿qué tiene el cuaderno?
—Déjame tomarlo… lo quiero.
—¿Quieres el cuaderno? –dice riendo Howlat– lo escuchas –mira a Waterhouse–, quiere el cuaderno.
Light no habla, se mantiene estoico, tal como lo ha hecho desde que llegó, puesto que no tiene ni puta idea de cuánto tiempo lleva ahí.
—¿Y para qué puedes querer el cuaderno?, ¿escribir nuestros nombres? –pregunta Howlat, paseándose por el lugar–, te pensé más inteligente.
—No recuerdo… –habla Light con voz rasposa y ronca. Cada palabra pareciera quemarle la garganta–, ser Kira. El cuaderno acciona las memorias de regreso.
—Interesante. Por eso lo quieres… ¿o hay algo más?
Light rodaría los ojos, si no supiera que aquel gesto le traería más golpes―. Si quieres saber dónde está el otro cuaderno, es la única manera de decírtelo.
Los ojos de Howlat se oscurecen unas tonalidades, y Light por un momento piensa que va a golpearle, pero luego vuelven a la normalidad y con una sonrisa le dice a Waterhouse que vaya en busca del cuaderno.
'Bien', piensa Light. Debe seguir estoico y no demostrar lo nervioso que se encuentra. Cuando dijo lo del cuaderno, no tenía algún plan. Aún no tiene algún plan. Ni siquiera sabe si funcionará, y si llegara a funcionar, no sabe cómo reaccionará siendo Kira. Está jodido por todas partes.
Howlat lo taladra con la mirada, pero Light no intenta rehuirla. El hombre está buscando duda en el rostro de Light, algo que delate una mentira. 'Vamos, Light, debes hacerlo' se dice. 'Ya se te ocurrirá algo'.
Sus pensamientos son interrumpidos por la entrada de Waterhouse con un cuaderno negro en sus manos. Camina hasta entregárselo a Howlat.
—Death Note –lee en voz alta el mercenario-, el cuadernito de la muerte, si cuando lo vi, hasta pensé que era una broma.
El corazón le bombea más rápido, y Light se pregunta si son capaces de oírlo. La vista del cuaderno negro, su nombre aumenta la temperatura de su sangre.
—Así que dices, si lo tocas, vuelves acordarte de todo, ¿no?
—Si… –responde, sintiendo su estómago retorcerse– … quiero que me desaten las manos y piernas.
Howlat lo mira sospechoso.― ¿Para qué?
—Para sostenerlo, afirmarlo. Necesito tenerlo en manos para poder recordar –responde improvisado, pero con su cara impasible.
—¿Y las piernas?
—Por el shock, si no estoy cómodo no funcionará –sigue improvisando. Quiere sentirse libre, aunque sea unos momentos–, además, no creo que pueda caminar –agrega con voz acongojada.
—Cierto. Igualmente ni siquiera tienes un lápiz. ¿Irónico no?, Kira con su cuaderno, sin poder matar
'Imbécil', piensa Light, mientras Waterhouse le desata de brazos y piernas. Cuando ya está libre, Howlat se acerca con el cuaderno entre las manos.
—Tómalo, Kira.
Apenas tiene el Death Note en sus manos-.
Kira
KiraKiraKiraKiraLAoyamaMisoraMisaDeathNoteLLLLLLKiraShinigamiRyukRemManzanasKiraKiraKira
Kira
El grito rabioso es gigantesco, rompiéndole la garganta y naciéndole desde el corazón. Howlat y Waterhouse le miran perturbados por como ha reaccionado.
Kira
Kira
Kira
Hilarante. Jodidamente hilarante.
Light para de gritar con un gruñido bajo. Aprieta los ojos junto con el cuaderno, hasta dejar sus nudillos blancos. Kira. Kira. Es Kira.
Cuando los vuelve abrir, Howlat cree estar viendo un dios de la muerte. El joven delante de él tiene una mirada afilada… pero son sus ojos, tan rojos, los que le paralizan la sangre. La piel pálida, los labios casi blancos y agrietados…. Y los ojos carmesí. Waterhouse se aleja unos pasos de Light, moviéndose hacia atrás.
Light mira serio. Estoico. Impasible. Kira. Kira. Kira. Con lentitud se para, colocándose de pie rectamente. Mira a Howlat y a Waterhouse, hasta fijar su mirada rojiza en el hombre de cabello negro.
Howlat no puede alejar su mirada de la de Kira. Porque el que está delante es Kira. El sociópata capaz de matar cientos de personas. Kira y sus ojos fríos y deshumanizados. Y en un solo momento, la expresión estoica de Kira se transforma en una mueca grotesca, que deforma sus labios partidos, abriéndoles las heridas y manchándolos de sangre.
Sus labios se abren, y de su boca empiezan a salir alaridos, que Howlat piensa son sollozos, hasta que cuando mira las esquinas de los ojos de Kira arrugarse en la diversión, Howlat toma conocimiento de que son carcajadas.
Kira se está riendo. De forma caricaturesca y totalmente enloquecida. Sus ojos rojos ríen junto a él, su mano derecha, aprieta el cuaderno hasta su pecho, bañándolo en sangre, y su mano izquierda se agarra el abdomen y luego la cadera, en el inicio del pantalón negro.
Risas. Risas que no paran.
—¡Cállate! –le grita Waterhouse, turbado por la demostración impertérrita de locura–, ¡¡maldito bastardo, cállate!! –vuelve a gritar, pero no hace movimiento alguno de acercarse y callarlo por su propia mano.
Kira. Kira. Kira. Hilarante. Y las risas son continúas, y los dos hombres miran con impresión la locura manifestada. Kira no está más que loco, es imposible que haga algo más. Solo reírse, desenfocar la vista y perturbarlos a todos.
Light sigue riéndose, poniendo su mano izquierda en el bolsillo del pantalón.
—Bien, chico –habla Howlat, intentando recomponerse y acercarse a Light–, pienso que debes devolvérmelo ya que no creo que digas algo.
Los ojos de Kira bailan y sus pupilas se dilatan mientras sus risas se acrecientan como si fuera un payaso torcido.― ¿Qué? –logra soltar con tono gutural. Su mano aprieta más el cuaderno hacia su pecho, y la otra sigue en su pantalón.
—Vamos, no quiero ponerme violento ni acercarme a ti, –dice Howlat, viendo que Light puede volverse peligroso– tírame el cuaderno y no tendremos que sedarte.
—¿El cuaderno? –dice Kira, con más risa–, el cuaderno es mío. –vuelve a hablar, parando todas las risas y dejando su compostura tan seria que parece imposible luego de haber estado en un estado tan enloquecido. Sus ojos son perspicaces y aún rojizos, y la sangre de sus labios rueda por su barbilla.
—¡¡Pasa el puto Death Note!! –grita Howlat, asustado por el cambio de temple en el asesino frente a él.
—Numquam Est Fidelis Cum Potente Societas –habla Kira con una sonrisa torcida en sus labios mientras con sus ojos mira fijamente a los hombres delante de él.
—¿Qué puta dices? –susurra Howlat abriendo grandemente los ojos, para cuando ve lo que tiene Kira en su mano izquierda.
Un puto encendedor. Un puto encendedor prendido, que está moviendo hacia el cuaderno. ¡El maldito encendedor perdido de Waterhouse!
—¡Qué mierdas vas hacer? –vocifera rojo de furia Waterhouse, pretendiendo acercarse, pero la voz grave y ronca de Kira lo para.
—"Si se trata de hacer inservible el cuaderno rompiéndolo, quemándolo o con cualquier otro método, todos los que lo hayan tocado morirán" –repite citando la regla del Death Note.
Los ojos de Waterhouse y Howlat se mueven desesperados.
—Si se acercan lo quemo –habla riéndose Kira, aproximando la llama hacia el cuaderno- nadie… –el tono afilado puede cortar la atmosfera-… escapa del Dios del Nuevo Mundo.
—Mira chico –Howlat intenta razonar con el loco frente a él que intenta inmolarse, y con él a todos los que tocaron el puto Death Note–, solo tira el cuaderno y nada malo te pasará.
Kira se ríe con más fervor.― No eres más que un insecto. Un sucio humano. Mereces morir, pudres el mundo con tu existencia. La de todos ustedes. –Termina, frunciendo los labios en un desprecio.
Waterhouse se mueve lentamente, intentando sacar un revólver de su chaqueta.
—Ni lo intentes –habla Kira mirando al rubio–, seré más rápido quemándolo que tú disparándome. ¿Quemar o no quemar? –mira la llama, trayéndola peligrosamente a la portada negra.
—¡¡No!! –gritan los hombres al mismo tiempo.
Kira se aleja de ellos caminando hacia atrás, hasta toparse con la ventana. Mira con rapidez hacia fuera, notando donde está―. Un hotel y en la noche. Qué listos. ¿Cuál era la pregunta?...
Howlat siente el sudor gotearle la nariz. El hombre delante de él está completamente desquiciado. Kira es un loco. Un loco absolutamente peligroso y lo ha subestimado. No pueden dispararle ni llamar a refuerzos porque están solo ellos dos en la habitación. Porque Kira tiene razón. Es un hotel con paredes insonoras. El lugar menos sospechoso.
—… Ah sí… ¿quemar o no quemar?, esa es la cuestión. –vuelve a repetir Kira clavando su vista en Howlat. Agarra con firmeza el encendedor, dándole toda su potencia.
Y lo que ocurre después es demasiado rápido como para que lo hubiesen podido parar. La habitación estalla en llamas, y Howlat ve a Kira tirarse de la ventana con el Death Note en manos.
El fuego empieza a consumir la alfombra y paredes con rapidez espantadora, pronto, puede ver como empieza a incendiarse el resto del departamento. El olor los termina de sacar de su estupor, frente al acto de Kira.
Waterhouse intenta restar los pasos que lo separan hasta la ventana, moviéndose rápido. Pero choca con la silla en donde estuvo encadenado Light, cayendo al suelo y siendo perseguido por las llamas que empiezan a consumir su cuerpo, dejándolo en gritos de agonía.
—¡¡Howlat!!–grita, parándose y golpeándose con las murallas, intentando parar el fuego en su ropa y piel-,¡¡ayúdame!!
¿Qué mierda?
¿Qué mierda pasó?
Howlat se queda quieto por segundos, viendo al ex SEAL arder en fuego al igual que todo a su alrededor–. No. –dice, viendo como el hombre rubio, con el rostro ardiendo, lo mira con ojos grandes pidiéndole ayuda.
Tiene que arrancar. Tiene que arrancar. Tapándose la boca y nariz, corre hacia la puerta, saliendo.
Kira se fue con cuaderno y todo.
Kira no es un loco. Es un puto genio.
Notas de la Autora: juju, este cap me ha encantado, Kirita se ha salvado solito xDD... Muchas gracias a mi beta por corregir el cap D:
Sobre los reviews, espero ponerme al día pronto puesto que ff no estaba mandando las alertas ¬¬