¡Hola!

Bien, primero, quiero dejar en claro, que esta historia no me pertenece, le corresponde únicamente a la autora uchihacherry. Si desean leerlo de su autoría, pueden hacerlo, ahora; Tengo su permiso, no llegué y lo tomé. Está su autorización de por medio.

Declaración: Ni Naruto, ni sus personajes me pertenecen, son exclusivamente de Kishimoto, ni esta historia es mía, yo sólo la traduje, corresponde a uchihacherry.


Las Cosas Que Odio De Sakura Haruno

Capítulo 1: Sus Ojos.


El eco de sus pasos resonaba pesadamente, perturbando el silencio imponente que reinaba. Lentamente marchaba, tomándose un tiempo para observar todos los detalles que lo rodeaban. Las paredes estaban empañadas, los muebles polvorientos y las plantas muertas. Nada muy asombroso después de una ausencia de cuatro años.

Sin embargo, lo observó entrando en su habitación, nada se había movido desde el día de su salida. La silla fue derribada, su cama deshecha y su Diario estaba allí, abierto, en el escritorio.

Estaba a punto de sonreír a esta vista. Se preguntaba bien cual locura lo había tomado a tener un Diario.

Repuso la silla y se sentó frente al escritorio, que consideró desde ahora en adelante demasiado pequeño. Cerró su Diario y vio, sobre la primera cubierta, el símbolo de su clan. Es verdad que era loco por eso en alguna época. Por otra parte, era el famoso abanico rojo y blanco que adornaba la puerta de entrada principal ¿No? El clan Uchiha no era famoso poco por su orgullo, y era el ejemplo vivo.

Abrió el Diario. Las páginas ligeramente habían amarilleado y de ellas se libraba un olor de antigüedad que se encontró para apreciar. Hojeó un poco el viejo cuaderno y fue hacia el fin de éste antes de emprender su lectura:

Diez cosas que odio de Hatake Kakashi.

El joven hombre levantó una ceja interrogante, preguntándose por qué detestaría su sensei.

1. Icha Icha paradise.

He aquí, que respondía a la cuestión.

Pasó una mano en sus cabellos azabaches y siguió la lista. El viejo pervertido no había cambiado. Tenía siempre esta actitud desenvuelta y siempre llegaba tarde. Tendencia que particularmente irritaba al Uchiha. Éste giró la página.

Diez cosas que odio de Uzumaki Naruto.

De nuevo, una sospecha de asombro se dibujó sobre su cara. Estas diez cosas no deben haber sido muy difíciles de encontrar. Parecía poder fácilmente nombrar cincuenta.

Una vez más, giró la página.

Diez cosas que odio de Haruno Sakura.

Solamente, esta vez, ninguna lista seguía. No había tenido tiempo más para tales chiquilladas, absorbiendo como estaba por su deseo de poder y de venganza.

Mirando la vieja libreta de apuntes se dio cuenta que verdaderamente no era un diario íntimo como aquellos a quienes ciertas chicas mantenían por todas partes con ellas. No, la última vez que había querido tener este género de Diario, casi se había vuelto loco. Todo lo que escribía estuvo basado en un solo tema: matar a Itachi. Entonces, la tarde del homicidio de su clan le volvía en memoria, y su sueño fue perturbado por los aullidos dolorosos que su familia empujaba haciéndose masacrar.

Entonces en lugar de escribir estos pensamientos mórbidos y obsesivos, ha tenido la idea de poner estas listas sobre papel. Las solas cosas que, en esta casa, lo impedían caer en la demencia.

Reposó su mirada en la página blanca que debía contener las diez cosas que detestaba de Sakura. Si Kakashi no había cambiado, para Sakura era una muy diferente historia. Por cierto, quedaba siempre la chica molesta a la que había conocido más joven. Pero molesta por razones muy diferentes…

Esta lista inexistente lo aburría. En efecto, no era los que dejaban proyectos incompletos. Viendo más lejos sobre su escritorio, un lápiz que vagabundeaba, lo tomó y, por primera vez en cuatro años, Uchiha Sasuke escribió en su Diario.

1. Sus ojos.

Verdes como la hierba de verano…

Hace cuatro años, me fijaba de manera extraña en sus ojos llenos de admiración. Me miraba de reojo desde su esquina, enrojeciendo mientras yo entrenaba. Hoy, no creo que verdaderamente me haya visto. Me miró como si no fuese verdad.

No soy Naruto. No tengo un complejo de inferioridad. Me burlo de no recibir atención. A decir verdad, me gustaría mucho que se me ignorara de cuando en cuando. Sin embargo odio esta impresión de inexistencia que los ojos de Sakura me enviaron.

Mi vuelta en Konoha no la había sorprendido. Como si siempre hubiese sabido que volvería…


Las heridas que Naruto le había infligido todavía le hacían sufrir. El joven Uzumaki no había cuidado de sus esfuerzos para devolver a Sasuke el pueblo escondido por la hoja. Su amistad había sido puesta a un lado durante el combate y Naruto había dado el do de pecho para vencerle. Desde luego, Sasuke se lo había devuelto. La batalla había sido larga y penosa. Tenía que prever, los combatientes que tenían totalmente una determinación, una voluntad y una resistencia extraordinaria. Muchas veces, habíamos creído que el fin había venido para el portador del Kyuubi. Luego, finalmente, en el último instante, prueba suicida, Naruto había utilizado un jutsu prohibido que había dejado de poner fin a su vida y a la de Sasuke.

Este último volvía ahora al pueblo, marchando al lado de Naruto y al lado de su equipo que fue formado por Shikamaru, Neji, Rock Lee y Hinata.

El sol brillaba por todos sus rayos como para acogerlos. La muchedumbre se callaba viendo el pequeño grupo de shinobis. Varios transeúntes se habían parado para murmurar en la oreja de su vecino. Nos apartábamos para dejarlos pasar. Ellos todos se atropellaban para percibirlos: Sasuke Uchiha estaba de vuelta.

–¿Comamos un buen tazón de ramen, antes de visitar la vieja de Tsunade? – La voz del rubio resonó. No había hablado más desde que Sasuke había sido capturado. Y cuando abría por fin la boca, era para hablar de ramen.

–Pero Naruto-kun, hay que llevar a Sasuke-san a la torre rápidamente porque… – Hinata se paró cuando vio los ojos de Naruto mirarle acuosos. Sintió sus mejillas inflamarse.

–Lo sé, Hinata. Pero dime... ¿Qué tanto tomaría comer un pequeño tazón? – Sasuke levantó la mirada al cielo y Neji y Shikamaru imitaron el gesto. La última vez que Naruto había dicho que tanto tomaría 'un pequeño tazón' había tomado once.

–¡¿Por favor?! ­– dijo Naruto juntando las manos – Hay un nuevo sabor en Ichiraku y… ¡Oh! Sakura-chan… –

Efectivamente, Haruno Sakura se dirigía hacia ellos que se puso en marcha inmediatamente el nerviosismo de Naruto. Sasuke se volvió hacia su ex-compañera. Había crecido un poco; La altura de su cabeza alcanzaba apenas su barbilla. Se había hecho, sin embargo una verdadera mujer. De piernas largas, una piel pala y sana, pecho notable … Una perfecta kunoichi.

–Volviste. – dijo ella a Naruto, que entonces ya inspeccionaba las heridas de Shikamaru. Éste observó inmediatamente que el ambiente entre Naruto y Sakura se tensaba, principalmente porque la joven chica disparaba un poco, demasiado fuerte sus vendas cada vez que Uzumaki abría la boca.

–Sí, por fin … – balbuceaba Naruto, no sabiendo cómo reaccionar demasiado en presencia de su amiga de cabellos rosas.

Esta última hacía todo lo que estaba en su poder para ignorar al joven rubio. Después de haber empeorado la situación de Shikamaru más que otra cosa, se dirigió hacia Neji.

–Sakura-chan, por favor escúchame... – dijo Naruto.

–¿Esto... Hinata? ¿No tienes nada? – pronunció Sakura, haciendo oídos sordos a las súplicas de Naruto.

- ¡Sí gracias! ¡Oh, quiero decir no! Por suerte no tengo nada, estoy bien – se apresuró a decir Hinata que quería evitar parecerse a Shikamaru después de que Sakura se hubiera ocupado de el.

–¡Sakura-chan! –

Ésta se dignó por fin a poner su atención en Naruto.

El Uzumaki tomó una gran inspiración y se inclinó.

–Tuve la culpa y te pido perdón. ¡Debí traerte conmigo para buscar a Sasuke pero la misión era peligrosa y me inquietaba por ti sabes! –

–¡¿Y yo?! – dijo Sakura – ¿¡Exagerado, crees que no me inquietaba!? ¡Te fuiste sin mí y sin ningún médico-ninja! Si te hubiera pasado algo, no habría podido nada hacer para ayudarte. ¡Me preocupé! –

Naruto tenía la vista fija en el suelo con la expresión de un niño al que se habría sorprendido en tren de cometer una tontería.

–Perdón. – dijo.

Sakura suspiró. Sabía bien que no podía quedarse mucho tiempo disgustada con su amigo.

–Está bien. Por lo menos lo trajiste – dijo Sakura refiriéndose a Sasuke.

–Te lo había prometido – respondió Naruto sonriendo.

Se volvió hacia Uchiha, una sonrisa imperceptible se dibujo sobre su cara.

–Sasuke-kun – dijo simplemente.

Sasuke no respondió; llanamente, porque no había nada que decir. Sólo la miró intensamente. Los ojos de esmeralda de Sakura se parecían a un bosque interminable en el cual lentamente se perdía. Un sentimiento tranquilizador se apoderó de él. Habríamos dicho que había utilizado un genjutsu para hechizarle. Era extraño. Lo miraba sin mirarlo. Por muy iluso que esto pueda parecer. Sasuke tenía la impresión de volverse invisible; de desaparecer… Realizando esto, se sintió extrñamente irritado. ¿Por qué la mirada de Sakura lo sacaba de todos sus sentidos?

–Bueno. ¿Sería mejor vayamos a ver a la Hokage, no? – demandó Shikamaru, quebrantando el pequeño momento silencioso.

Todos asintieron y se volvieron a poner en marcha hacia la torre de la Hokage. Naruto que había convencido a Sakura de acompañarlos, había recobrado su buen humor. Por la tarde, silbando aires, riéndose con Shikamaru o ruborizando a Hinata.

"Es porque era silencioso al principio del viaje. Es porque no quería ir a la torre de nuestra Hokage en seguida. Se sentía malo a causa de su disputa con Sakura... Ahora que todo está bien entre ellos, es feliz..."

La tropa alcanzó muy rápidamente la oficina de la Quinta y Naruto, como rubio hiperactivo que era, hizo allí una entrada estruendosa.

–¡Eh, Vieja! ¿Adivina a quién he traído? – Una sonrisa victoriosa iluminaba la cara del joven chico.

–¡He aquí Uchiha Sasuke en carne y en hueso! –

Pasando una mano por su cabellera sombría, Sasuke entró de un paso indolente a la oficina y fue acogido por una silla que Tsunade le había lanzado a la cara.

Afortunadamente, con sus reflejos de ninja, Sasuke y otros habían evitado hacerse llamar por el mueble peligroso. Naruto miró a Tsunade como si hubiera perdido la cabeza. Lo que no parecía muy lejos de la verdad cuando se le miraba.

En efecto, los cabellos de la Hokage eran un desorden, su respiración era jadeante y todos podían ver sus manos ligeramente temblar.

–¿Tsunade-sama está bien? – preguntó Lee, vacilante.

–¡Harta de todo el mundo! ¡Es injusto! ¿Qué voy a hacer en seis días? Shizune escondió mi sake... ¡Seis días sin una gota de alcohol! ¡Es intolerable! – dijo golpeando su escritorio, haciendo sobresaltar al pequeño grupo de shinobis. El escritorio, fue reducido a un montón de madera inutilizable.

Viendo a los siete adolescentes retroceder frente a su cólera, Tsunade respiró profundamente y se esforzó por sonreír. Desgraciadamente, esto tuvo por resultado sólo de acentuar su aspecto de enajenada. Su sonrisa le fue crispada y le daba el aire de psicópata en falta. Hinata hasta se encontró apretando involuntariamente la mano de Naruto, de tanto miedo.

–¡Sakura! Toma mi sitio. Y lee la condena de Sasuke. ¡Yo debo ir a buscar el sake! – dijo la mujer mientras corría hacia la salida.

Todas las miradas se volvieron pues, hacia Sakura; que se dirigió con calma hacia el escritorio de su sensei y sacó de eso algunas hojas de papel.

–Uchiha Sasuke – se echó a leer – Aliándote al sannin criminal de rango S Orochimaru y estando en el servicio del pueblo escondido entre el sonido, te hiciste traidor del pueblo escondido entre la hoja. El castigo para la traición es la muerte –

Todos quedaron silenciosos, esperando ansiosamente la continuación del proceso. Sasuke miró a Sakura pero ésta no le devolvió su mirada. Esto lo irritó. Decididamente, sus ojos…

–Sin embargo... – continuó Sakura – En respuesta al alegato de una persona importante en tu favor, no carecerás de tú vida. Deberás ser castigado sin embargo por tu falta. Y esto significa, más misiones a exceptuar las de clase D. Tu entrenamiento se limitará a dos veces a la semana. Tu jutsus serán también controlados. Podrás utilizar sólo las técnicas aprendidas a la academia. Nada de Chidori, ninguna bola de fuego. Además no podrás dejar el pueblo bajo ningún pretexto. Y los antiguos miembros de tu equipo deberán visitarte por lo menos una vez a la semana y hacer un informe sobre tu comportamiento. Todos estas reglas y privaciones deberán ser seguidos para un período de nueve meses. Si incumple las normas y privaciones dichas, será severamente castigado. Tómalo o déjalo –

Sasuke dio un paso adelante. Él y Sakura se miraron durante un instante que pareció durar una eternidad. De nuevo, Sasuke se perdió en esta mirada intensa. De nuevo se sintió vulnerable. Los ojos de Sakura ejercían sobre él un poder desconocido que Sasuke encontraba inquietante.

–Lo tomo. – dijo por fin.

Vio los ojos esmeralda de Sakura brillar maliciosamente. Parecían hablar diciendo 'Sabía que aceptarías. '

–Bienvenido a casa, Sasuke-kun. –


A mi me encantó, por eso la colgué, nuevamente doy gracias a uchihacherry por autorizarme, y no se olviden, esta historia le pertenece.

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