Capitals Sins

DeiSaso

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Disclaimer: Naruto no me pertenece. Akatsuki me pertenecerá algún día lejano. No me llamo Masashi Kishimoto aunque eso se puede arreglar. No exponer a temperaturas mayores de treinta grados centígrados. No incluye baterías.

N/A: Hallo Aquí vuelvo con una historia nueva. Mentiría si no dijera que esta trama me ha estado rondando en la cabeza desde comienzos de año, y a esto le debo la culpa de mi falta de atención en los estudios. Ejemm… que comience el show!

Advertencias: Yaoi, shonen-ai, lemmon (capítulos venideros), algo de gore, temas que pueden ser considerados fuertes. (Violaciones, intentos de suicidio, etc.)

Resumen: "¿Quién conoce los motivos de los surcos en tus brazos?" –Sólo quiero que me quieras Danna- "¿De quien es el espeso líquido blanquecino?" –Hay diferentes formas de pecar, estamos todos sometidos a tentaciones.- Hablo el pelirrojo monótonamente, sin sentimiento es sus palabras ni en su expresión. "No me culpes porque todo se reduce a sangre y saliva" –Deidara, baja ese cuchillo…- "Y mi pecado favorito… " -¿Estás listo, Danna?- "…es mirarte a los ojos…" –No seas tan lujurioso Dei- "…y verme caer" DeiSaso


"La mejor forma de librarse de una tentación es caer en ella"


"¿Por qué el ser humano ve la necesidad de pecar?" La pregunta estaba escrita en la pizarra del salón de clase 29, segundo piso del instituto Summerbridge, Washington, a la hora exacta de 9:17 AM. El sol brillaba de tal forma que hacía de ese verano uno de los más insoportables del año, y la presión atmosférica no ayudaba. La economía estadounidense se encontraba en el nadir ese verano; el precio del dólar decaía, la inflación aumentaba, había trabajadores desconformes que bloqueando carreteras y autopistas veían la posibilidad de hacer notar al gobierno la disconformidad del pueblo con la situación actual. Una vez más, el calor parecía solo empeorar las cosas. Cuando hace calor, pareciera que el ser humano se hace más egoísta, preocupándose solo por satisfacer necesidades propias. Por satisfacer querencias propias.

La pregunta seguía escrita con marcador negro en la pizarra de fondo blanco. Antitesis, pensó el rubio desde su asiento de caoba ubicado en la tercera fila, justo al lado de la segunda ventana de la pared derecha con vistas hacia el patio. La ventana estaba abierta, pero no había brisa que entrase. Los cuatro ventiladores de techo que estaban ubicados de tal forma que era un paralelogramo de lados iguales (treinta metros de distancia entre ellos, calcularon los alumnos) estaban encendidos, pero el único aire que llegaba hasta su cabeza era aire caliente. Maldito calentamiento global pensó el rubio de nuevo, esta vez viendo con gesto disconforme hacia arriba.

-Chicos, presten atención por favor… esta tarea representa el 75 de la nota promedio del año. Si no lo hacen bien, los veré aquí en Junio… seguramente no querrán pasar su verano dando un examen de filosofía avanzada o ¿me equivoco?- La suave y apacible voz de la profesora Shizune Kawamari acalló los murmullos provocados por las conversaciones de los chicos en el amplio salón. La profesora Shizune lucia un vestido azul que hacia resaltar la esbelta figura de la joven y contrastaba con su piel algo bronceada. Los ojos marrones oscuros reflejaban entusiasmo y alegría, cosas que sobresalían en su método de enseñanza… las clases siempre eran amenas e impredecibles.

-Bien, ahora que tengo su atención… les explicaré la tarea grupal.- Dijo sonriente Shizune mientras inclinaba su cabeza un poco hacia su costado derecho, haciendo que la corta melena de cabello marrón se moviera; y con los ojos cerrados su cara parecía tomar un aspecto de inocencia digna de los niños. –Recuerden que tiene que ser escrita. La hoja no importa demasiado siempre y cuando tenga una buena presentación. No aceptare que saquen todo de Internet, busquen en más fuentes. Mientras más extenso y completo sea el informe, mejor puntaje obtendrán seguramente. Se aceptan imágenes, dibujos, fotos, gráficas, esquemas, encuestas, todo lo que crean necesario para complementar el trabajo. Recalco el complementar, no aceptare un reporte basado únicamente en esquemas sin textos de por medio, si ese llega a ser el caso los veré en Junio- volvió a sonreír. – Tengo que informarles también que, por mucho que les desagrade la idea, los grupos serán de tres alumnos los cuales serán agrupados al azar.- Los murmullos de protesta no se hicieron esperar. Las voces de chicas quejándose de ya no poder trabajar con su novio eran las quejas más audibles. El rubio chasqueo su lengua. La actitud de las chicas era tan predecible y molesta a sus ojos. Al principio pensó que se debía a ello que él no conseguía fijarse en ninguna de ellas, y no es que ellas no se fijaran en él, era todo lo contrario realmente.

El rubio podía llegar a ser considerado uno de los más guapos en el instituto Summerbridge, y no era para menos. El cabello lacio y dorado brillaba con los ases de luz que entraban por la ventana, mostrando así lo sano que estaba. Se peinaba de tal forma que una extensión de cabello ocultaba su ojo izquierdo, y con el resto se hacía una media coleta alta. Los orbes azules cielo, las cuales acostumbran a reflejar entusiasmo y amor hacia la vida, y hacia su forma particular de ver la perfección en su arte ahora se encontraban batallando entre la pereza que le provocaba filosofía avanzada y esperanza de poder llegar a trabajar con él.

La razón por la que no se fijaba en chicas es que tenía otros intereses.

Shizune volvió a interrumpir los rezongos de chicas con desordenes hormonales. –Por las quejas, supongo que la tarea ha quedado clara ¿verdad?- General suspiro de derrota seguido por la sonrisa victoriosa de la profesora al frente del salón. –El tiempo es oro diría nuestro "querido" profesor de economía Kakuzu-san. Hagámosle caso por esta única vez y empecemos con la distribución de alumnos. Sakura ¿puedes ayudarme, por favor?- El rubio giró su rostro hacía la derecha, solo para ver con asco como una joven de cabello extrañamente rosado se levantaba de su asiento (dos bancos en diagonal derecha al suyo) y avanzaba con paso elegante y refinado hacia la parte delantera del aula.

Sakura Haruno. Alumna sobresaliente. Perra faldera de los profesores pensaba el rubio. Figura esbelta. Líder del grupo de porristas. Ex-novia de uno de los chicos más populares en toda la inmunda institución, Sasuke Uchiha. Y novia actual del chico que le quitaba el aliento al rubio, y a varios chicos y chicas, Akasuna no Sasori.

Sasori. Pelirrojo. Ojos café y de mirada penetrante. Callado, sarcástico y extremadamente hermoso. Eso nadie lo cuestionaba. Sumamente inteligente y, hasta hace cerca de tres meses, completamente solitario. Había, todavía hay, algo en él que lo hace intoxicante, algo que no puede ser pasado por alto. Su sola presencia es adictiva, y su simple imagen hace desearlo de maneras a veces cuestionables. El rubio lo sabía, ya había caído en la telaraña del deseo desde que comenzó el semestre. Es adicto. Y odia serlo.

¿Por qué es él el único que no puede acercarse al pelirrojo? Por la perra de su novia.

No hay que malinterpretar. El rubio nunca sintió odio hacía la chica de cabellos rosados. No hasta que supo acerca de su relación con el objeto de sus deseos hormonales. Ella sabía que él estaba perdidamente enamorado de Sasori. Perdidamente atraído por Sasori. Y, aún así a ella no le importo. Aún recuerda bien las palabras que utilizó la pelirrosa para apartarlo de su camino: "Lo siento Iwa-kun. Eres demasiado peligroso para estar cerca de Sasori…". Esas palabras le sonaron al de cabellos dorados como un: no-te-interpongas-en-mi-camino. Dos semanas después el rubio se enteró que Haruno era la nueva y feliz novia de Sasori. Gruñe por lo bajo. Se imagina una escena en la que Sakura avanza hacia Sasori como depredador tras su presa, y el rubio ahora está tomando el rol del cazador detrás de la alimaña. Una alimaña que debe ser exterminada.

¿Envidioso? Eres patético Deidara. Esa voz en su cabeza. Esa maldita voz en su cabeza. Cada día se escucha más fuerte, cada día lo atormenta con verdades que él no quiere oír. Si no fuese porque la condenada voz es su subconsciente ya la habría anotado en su lista negra. Su muy perturbadora lista negra.

-Iwa Deidara, Haruno Sakura, Akasuna no Sasori son el equipo nueve.- Oh. Eso no se lo esperaba. El rubio que responde al nombre de Deidara Iwa sale de su trance. Parpadea unas cuantas veces. Mira al frente y ve a Shizune anotando sus nombres en una hoja suelta, juzgando por los trazos de tinta azul que se encuentran por encima de su nombre es la lista con los equipos. Los orbes azules se mueven hacía la derecha y recaen momentáneamente en Sakura. Ella se limita a esquivarle la mirada, y temerosa sigue sacando papeles de pequeñas dimensiones desde una fuente pequeña para terminar con la selección de equipos. La última mirada que dirige el rubio es hacia la parte contraria del salón, en donde un chico pelirrojo lo mira. Lo observa. Hasta pareciera que lo analiza. Y ese tipo de mirada que podría perturbar a cualquier alma inocente parece gustarle al rubio, que solo sonríe ampliamente. Después de todo, Deidara es de todo menos inocente.

Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac.

Diez minutos. La selección finaliza y Sakura se siente libre de poder volver a su asiento. Se siente segura de volver a su asiento. Aún sigue limitándose de mirar al rubio que la observa con aire divertido. Y la diversión aún no empieza…

-Ya que los equipos están completamente formados; y que no nos quedan más que cinco minutos antes de finalizar, déjenme desearles suerte. Espero que pongan todo su empeño para que les resulte fácil, trabajen duro y quiero los reportes para la semana entrante. Sin pero's.- No hubo crítica. El timbre suena. La gran mayoría de alumnos comienza a salir del salón como si su vida dependiera de ello. Deidara no es la excepción ya que es el primero en retirarse con una sonrisa danzando en sus labios. Tengo que encontrarlo en este receso, siendo compañeros de equipo tenemos que pasar tiempo juntos. Mucho tiempo juntos.

-Shizune-sensei… ¿Puedo hablar con usted?- Una frágil voz llega a los oídos de la morena, haciendo que detenga sus movimientos y mire a la chica de ojos jade frente a ella. Ojos preocupados.

-Por supuesto. ¿En que puedo ayudarte Sakura?- Preguntó.

-¿No hay alguna posibilidad de cambiar los equipos?- La voz suena rasposa, frágil, quebradiza pero lo suficientemente alta como para ser escuchada.

-¿Algún problema con tu equipo Sakura? Pensé que estarías encantada de trabajar con Sasori…- Preguntó extrañada. La voz y los ojos llenos de curiosidad la delataban.

-¡No! no es eso… es solo que… es peligroso que Deidara este con nosotros…- Agacha la cabeza, haciendo que pequeños mechones de poca extensión aterricen sobre su frente y tapen su mirada aún nerviosa.

-¿Hm? ¿Deidara-san? No veo el porque sea peligroso que un joven de diecisiete años y de complexión menuda trabaje con usted y su novio Sakura- Shizune apartó su mirada de la chica y comenzó a guardar sus materiales de enseñanza en un portafolio de cuero marrón.

-Es que usted no comprende…- La voz de la chica de ojos jade fue un débil suspiro. Un suspiro que advertía peligro. Un susurro que no fue escuchado.

-Estaré esperando leer su reporte Sakura. Nos veremos la próxima semana.- Sin más la silueta de la profesora escapó por la puerta a paso grácil y apresurado. Dejando a una única persona en el amplio salón acompañada del sonido de los ventiladores al girar y del rítmico eco del tictac del reloj de pared.

-Si es que estamos vivos para la próxima semana…-


Hasta aqui! -suspiro-

Espero que les haya ¿gustado? No se, talvés... ;W;

Lo que pasa por escribir de madrugada u-u

Well, ahora voy a terminar tareas ;ww;

Matte