Disclaimer: "House MD" y sus respectivos personajes corresponden a David Shore, FOX y empresas asociadas a su producción y distribución. No tengo fines de lucro con este fic ni pretendo tenerlos, así que no me demanden.
¡Disfruten del fic!.
"DON'T SAY LOVE".
Frase 01: "Puedo resistir cualquier cosa, excepto la tentanción".
La odiaba, odiaba con todas sus fuerzas a Cuddy.
¿Cómo había sido capaz de inyectarle un placebo en el culo con tal de que la dejase en paz?. ¿Tanto resentimiento le tenía por ser como era- el genial House- que se había atrevido a engañarlo así?.
Esto ameritaba una venganza, una de aquellas.
-¿Cómo ha amanecido la jefa más hermosa de este hospital?- la saludo al día siguiente, con toda la honestidad que pudo.
-No te inyectaré morfina, House, aunque estés arrastrándote de dolor.
Haciendo un puchero de ofensa, le respondió:
-Me extraña que estés así de arisca conmigo, después de lo que vivimos hace dos noches en tú oficina.
-No te daré más Vicodin tampoco- siguió Lisa, mientras miraba unos archivos sin siquiera prestarle el más mínimo de atención a lo que le decía su más prestigioso médico.
Se puso en marcha esperando a que House la siguiese para pedirle de nuevo la inyección- esta vez la original- y que dijese algún comentario sobre sus pechos o su trasero- como siempre-, pero nada de ello ocurrió. Por eso se dio vuelta, extrañada, cuando se dio cuenta de que no era seguida.
Se volteó y al segundo supo que había cometido un error. Hay estaba House, con carita de cachorrito mojado y haciendo círculos en el piso con el bastón.
-Esta bien, esta noche a las 8 en mi oficina te la pondré- le dijo con inocencia.
Error, porque House tomó la oración de inmediato y la tergiversó.
-¿Ves?- le comentó el hombre a una enfermera que estaba ordenando unos papeles-. Ella no puede vivir sin usar sus esposas- levantó la mirada y la fijó en su jefa-. ¡Espero que esta vez no me muerdas tan fuerte el culo, aún no me puedo sentar bien!- gritó a todo pulmón.
Medio pasillo se volteó a verlo, y luego a Cuddy ,quien sólo suspiró, cansada.
Lo había conseguido; la venganza era placentera.