EL MILAGRO DE UN ENCUENTRO

Capítulo 1. Encuentro

De nuevo su recuerdo viene a mí… y yo no hago nada por impedirlo… aún sabiendo lo mucho que me duele… aún sabiendo lo estúpido que fui… aún sabiendo que fue lo mejor… no puedo evitar sentirme así… al saber… que le hice daño de la manera más cruel…

Si, soy un maldito cobarde, como me dijo en la cara mi "hermano", Jasper… ¿Por qué lo hice? ¿Cómo fui capaz de hacerle eso? Si, yo Edward Anthony Masen Cullen hice la estupidez más grande de toda mi larga vida… Yo… abandoné a lo único importante y más maravillo que jamás había tenido ni tendré en toda mi larga existencia… Yo… dejé al amor de mi vida, Isabella Marie Swan… por su propio bien…

Boca abajo y tendido sobre el sofá de cuero negro de… ya no sé ni donde estoy… me abrazo a mi mismo tan fuerte como puedo… lo más que me permita mi maltrecho estado… y de nuevo esa fisura tan lacerante me desgarra por dentro…

Gemí… mi alarido de dolor debió escucharse por todo el lugar, rompiendo el silencio de la oscuridad de la noche… ¿Por qué? Si soy un vampiro… mi corazón no late… ¿Por qué esta agonía duele tanto que es como si me mataran una y otra vez? Quedó demostrado, soy idiota… como me escupió Emment, mi otro "hermano", cuando le conté mi decisión… ¿Cómo me pregunto eso? Estúpido, ¡¡LA AMAS!! Por mucho que lo negases al principio, por mucho que lo ocultases, por mucho que no quisieras que ella te correspondiera por el mero echo de que su sangre te vuelve loco, por mucho que hayas cometido semejante estupidez por su bien… ¡¡La amas!! Y eso no va a cambiar, aunque pasen más de doscientos años… Tú, amas a Bella Swan…

Bella… su nombre es como un canto de los ángeles… un ángel… ella es mi ángel… ¡Ja! Cómo me atrevo ni tan siquiera a proclamarla algo mío, después de cómo le partí el corazón… aquel corazón que ella, sin pedir nada a cambio me dio… y mira yo lo que hice… Duele… duele tanto… duele tanto ser quien soy… Por esto que soy tuve que dejarla… por esto que soy… un monstruo… un monstruo peligroso, sobre todo para ella…

De nuevo otro desgarrador latigazo a mi cuerpo… y otro gemido escapa de mi boca… Es demasiado… quiero llorar… es frustrante no poder hacerlo… quiero dejar correr mi pena… y me da lo mismo si alguien me ve… Ya no me importa que se sepa… ya no me importa que me lo echen en cara… yo solo quiero llorar por ella…

De repente un destello irrumpe en mi pozo personal de angustia y soledad… y molesta la tranquila oscuridad que mis ojos cerrados me proporcionan… Dejo escapar un gruñido de mi interior… odio ser molestado… y más aún, cuando me encuentro así… cuando me permito el lujo de ser yo mismo… como cuando estaba con ella… con mi Bella…

Sin ganas ningunas, abro los ojos, para encontrarme con la tenue luz del sol, que se cuela por la ventana abierta de la habitación donde me encuentro, posada sobre la piel al descubierto de mi pecho, sacando aquellos destellos que una vez fascinaron a mi dulce ángel… Amanecía… salía el sol de un nuevo día…

Sintiendo toda la pesadez envolver mi cuerpo, intento incorporarme y ponerme siquiera de rodillas… La factura de haber permanecido casi dos meses sin ir de caza me estaba siendo pasada… y no me importaba… Para que me iba a alimentar, si nada valía la pena… Para que lo iba a hacer… si no la iba a volver a ver…

Otro día más llega… otro día más… sin ella… otro día más… solo… Aún no sé como he podido aguantar por casi dos años lejos de ella… Quizás, porque me conciencié profundamente en que era por su bien… que aquello era lo correcto… Pero qué estúpido fui… Pero qué estúpido soy… El vampiro más idiota de toda la faz de la tierra…

Mi mente comienza a nublarse… y a dejar de pensar con la poca cordura que le queda… El monstruo que habita dentro de mí quiere tomar el control… mis instintos están por poseerme… No me he alimentado, y aunque débil, he conseguido controlarme hasta ahora… pero parece ser… que ya llegué a mi límite… Será mejor, que salga a cazar algo…

Con un trabajo enorme, consigo levantarme del sofá y ponerme en pie en la habitación, ahora iluminada y libre de oscuridad… Aprecio un equipo de música estéreo en una esquina de esta y toda una pared forrada de estanterías de Cds… Me resulta tan familiar esto… Espera… es mi cuarto… mi cuarto de mi casa en Forks… ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Cuándo lo he hecho? Por más que intentara recordar… mi mente se negaba a ayudarme… y solo pensaba en saciar mi sed inminente de sangre…

Muy a mi pesar, tuve que dejar apartados mis pensamientos sobre qué hacía en aquel lugar, al cual yo no debía volver bajo ningún concepto… y centrarme tanto como pudiera, en mantener a raya a mi pesadilla personal, por lo menos hasta que estuviera en el bosque…

Eché un vistazo a través de la ventana… el sol apenas salía… aún era temprano, así que no suponía ningún problema… pero debía apresurarme en saciarme, o algún pobre infeliz que estuviera en el sitio equivocado en el momento equivocado, podría acabar siendo víctima inocente de mi propio desliz…

Gemí otra vez, fastidiado por la situación: estaba en Forks, solo, sin alimentarme y vete a saber tú cuanto tiempo llevo aquí…

Con pasos arrastrados y pesados, camino hasta la puerta de la habitación para salir de ella y comenzar con mi cacería, sino quería que todo lo que Carlisle había hecho por nosotros, se viera destrozado por una insensatez mía… pero antes de abandonarla por completo… me permití echar un vistazo al calendario, que según recordaba, estaba en la pared izquierda de mi cuarto, junto al armario… y efectivamente, ahí seguía…

20 de Junio…

Salí de la gran casa y me interné en el bosque, con la fecha del día aún grabada en mi mente… 20 de Junio… otro día más… Quizás en algún otro tiempo, cuando yo aún era humano, esa fecha significó mucho para mí… pero ahora, no era más que un mero recuerdo… y ese día… era uno como cualquier otro…

La espesura del bosque me acogió tal y como yo la recordaba… con aquella sustancia verde que recubría todo, ese olor a humedad y vegetación… y aquella neblina blanquecina que ocultaba mi presencia… Me sentía en paz… estaba en casa…

Oí un ruido muy cerca… y eso me alertó… Mis sentidos se agudizaron por completo… y yo dejé de pensar… había encontrado a mi presa… Aquello no duró más de dos minutos… el tiempo que tardé en correr un poco, sortear varios troncos y abalanzarme sobre una pequeña manada de ciervos que habían tenido la mala suerte de cruzarse hoy en mi camino…

Bebí como si mi vida dependiera de ello… y en cierta manera así era, o por lo menos, mi cordura si lo hacía… Irónico, Emment seguramente diría que dónde estaba la diversión, si cazaba presas tan mediocres como esa… pero poco me importaba a mí divertirme en estos momentos… yo solo quería estar medianamente decente para que mi mente se pusiera en funcionamiento de nuevo…

Respiré profundamente, cuando mi sed hubo desaparecido casi por completo con el sexto ciervo y me estiré un poco… Entonces me di el lujo de apreciar mi aspecto: llevaba un pantalón vaquero, unos zapatos normales, de color negro y ahora me daba cuenta, de que había salido sin algo que me cubriera de cintura para arriba…

Me resigné, suspirando… me daba igual llevar una camisa o no, total, no sentía nada… salvo aquella punzante sensación de vacío en mi pecho… en el lugar donde reposaba mi corazón… muerto…

Y de nuevo toda aquella agonía sofocante me atrapó y me hizo volver a recordar todo… con muchísima más fuerza aún, al saberme de nuevo en el pueblo donde todo comenzó…

Comencé a caminar sin rumbo fijo, solo por el bosque… recordándola… Todo lo que pasamos juntos desde que la conocí… desde que sus ojos se cruzaron con los míos ese primer día de instituto en aquel comedor abarrotado de gente… La clase de Biología, aquella en la que ideé más de mil formas diferentes de acabar con su frágil vida para mi beneficio personal; el accidente con la camioneta de Tyler, en el que casi creí que la perdería y no dudé el ir a salvarla, sabiendo lo que eso significaba; la primera vez que almorzamos juntos y cuando casi me da un infarto al verla desmayada en el aparcamiento, con Mike… Juro por dios, que lo habría molido a palos si llega a ser él el que hubiera provocado su desmayo… Aquella visita a Port Angeles, donde también casi la pierdo y donde casi cometo un asesinato múltiple contra aquellos mal nacidos que querían hacerle cosas inmundas… Tantos momentos… tantos recuerdos… Oh Bella, desearía verte una vez más, aunque luego yo ardiera en el infierno…

Sin darme cuenta, me había sumergido tanto en mi propio fuero interno, que cuando quise darme cuenta, estaba fuera del bosque… y me hallaba ante un inmenso y espléndido claro recubierto de hierba y flores frescas, donde el sol brillaba intensamente… pero… aquel lugar… también lo conocía perfectamente…

El prado… nuestro prado… aquel al que me gustaba ir para relajarme y que encontrara un día yendo… aquel al que llevé a Bella en "nuestra primera cita"… aquel en el que nos confesamos… aquel lugar… tan importante… Oh dios, ¿por qué me torturas así?

El recuerdo tan cristalino como un espejo apareció ante mí… y todo lo vivido aquel día se manifestó… La calidez de su cuerpo junto al mío… sus exquisitos sonrojos que me volvían loco… el latir desenfrenado de su corazón… su respiración en mi pecho… y… el sabor de sus labios… Aquel día… fue la primera vez que la besé… y qué sensación…

Otra sangrante herida era abierta en mi interior… y yo volví a gemir, cerrando mis puños intentando ahogarlo y hacer desaparecer la frustración y la tristeza que me rodeaban… Bella… mi dulce Bella… ¿Cómo fui tan estúpido para dejarte? ¿Cómo fui tan estúpido de dejar a lo único de valor que yo poseía?

Sin saber por qué, sentí la necesidad de ir allí… había algo que me impulsaba a ello… era un sensación extraña… parecía como si algo me estuviese llamando… pero aparte de eso… yo también quería ir al prado… y sentirme libre de liberar todo lo que pesa sobre mis hombros… ¡Maldita sea no poder llorar por ella! Eso si era algo por lo que merecía la pena querer llorar…

Con pasos más lentos de los que daría un humano normal, aún yendo despacio, salí de las sombras del bosque y dejé que la luz del sol incidiera totalmente sobre mí, haciéndome ver como un verdadero foco de iluminación…

Caminé, internándome más en ese lugar privado, solamente para nosotros y de repente paré en seco… No… no podía ser cierto… ¿ahora también quieres que me vuelva loco con tus espejismos, haciéndome ver alucinaciones? No… ella no podía estar allí…

Me quedé más rígido que una columna de mármol blanco… con los ojos tremendamente abiertos y mi boca acompañándolos… No podía ser cierto… ¿o sí? Poco me importaba aquello… solo sabía… que delante mía estaba mi ángel…

Estaba igual a como la recordaba… casi no había cambiado… Su cabello tan castaño como de costumbre, y con aquellos reflejos rojizos por estar expuestos al sol… aunque estaban un poco más largos y se mecían libres con el viento, cayendo detrás de su espalda… Estaba sentada en la verde hierba, con las piernas estiradas, dejándome una espléndida vista de su cuerpo… éste si había cambiado algo, pero de qué me sorprendía… había pasado dos años insufribles sin verla… normal que el más mínimo cambio, fuera grande para mí… Y por último vi su rostro… tan pálido y perfecto como siempre, con un pequeño tinte rosado en sus mejillas… Permanecía con los ojos cerrados y con la mirada en el cielo, disfrutando de la luz que llegaba a ella directamente del sol, sacando una sonrisa de sus labios… Estaba hermosa…

- Bella…- su nombre abandonó inconscientemente mis labios, en un suspiro apenas audible, pero que lleno de gozo a mi cuerpo… por fin era libre de decir otra vez su nombre…

De repente su sonrisa se amplió y escuché perfectamente como el palpitar de su corazón se aceleraba notoriamente… Temí por un momento que me hubiera escuchado y por lo tanto, descubierto… pero todo mi ser anhelaba porque así fuera y poder ir junto a ella…

No sé que fue lo que pasó en aquel momento… solo tuve la vaga consciencia de que algo, que yo creí olvidado y muerto, se movía dentro de mí y me obligaba a contestar al llamado de su corazón… Quería ir junto a ella… quería sentirla de nuevo…

Sin ser consciente de nada, sentí a mis piernas moverse en alguna dirección… solas… impulsadas por algo… y cuando quise pararme a pensar en si quiera a dónde iba o que las movía… me encontré en el peor sitio posible…

Su rostro se alzaba ante mí, con toda su hermosura y su tranquilo respirar llegaba hasta mí, haciendo estragos en mi, ya de por si, deplorable estado… Estaba allí, a su lado, junto a ella… Me encontraba frente a ella, hasta allí había caminado inconscientemente… o quizás movido por mis irrefrenables ganas de sentirla de nuevo… Que más daba… lo que importaba era… que la estaba viendo delante de mí… que con tan solo un movimiento podría tocarla otra vez…

La admiré durante algunos segundos más… verdaderamente estaba preciosa… más de lo que recordaba… Ahora me daba cuenta, que ni mis recuerdos ni nada se podrían comparar con el ángel que tenía delante…

Sentí aquella esencia a lavanda y fresias que emanaba de su cabello turbarme… era una verdadera exquisitez percibirla de nuevo… percibirla tan de cerca… Me sería imposible olvidarla, pero reconozco, que mi recuerdo era escaso… Y su piel… su piel cálida como todo su cuerpo… Cómo quisiera poder sentirla otra vez… sin tan solo… la acariciara una vez más…

Llevado por mi creciente anhelo, alcé mi brazo inmóvil a mi costado y lo llevé junto a su mejilla… temblando… vacilante… con miedo, apostaría… porque todo fuera una ilusión y se desvaneciera… Lo detuve a escasos centímetros de ella… temeroso… asustado, más incluso que cuando casi la vi morir ante mí, al morderla James… Tuve que tragar fuertemente un nudo que se formó en mi garganta, para infundirme valor y atreverme a volver a mover mi brazo… Qué me importaba ya que me descubriera… qué me importaba ya saber que me odiaba con toda su alma… Tan solo quería volver a sentir su calor bajo mi fría piel…

Y cuando iba por fin a acariciar de nuevo la piel rosada y suave de su mejilla, quise desviar mis ojos de ese lugar, para llevarlos a sus ojos y ver su tierna expresión despreocupada… pero… no fueron sus ojos cerrados los que me encontré… sino un inmenso océano del color castaño del chocolate…

Dejé de respirar- aunque no me hiciera falta, era una costumbre bastante beneficiosa- cuando sus parpados abiertos me abrieron las puertas a esas orbes castañas que yo tanto amaba… Sus ojos abiertos… ella… me había visto…

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N.A: bueno, y vuelvo a la carga con otro fic "El milagro de un encuentro"

Quiero alegar una cosa antes de nada:

- Esto cuando comencé a escribirlo era un oneshort por el cumpleaños de nuestro vampiro favorito, pero ni el tiempo, ni los sucesos estuvieron de mi parte, así como mi pequeño "problema" con las descripciones (si, soy demasiado descriptiva verdad?) Y como ya, a punto de acabarlo, vi que me salía demasiado largo (no iba a repetir otra vez como hice con un oneshort de 19 páginas), decidí convertirlo en fic, por cortesía e insistencia también de mi onii-chan (solo me lo dijo una vez xd)

Bueno, una vez aclarado esto, creo que podemos pasar al fic.

Al parecer volví a romper mi promesa de no hacer un fic ambientado en Luna Nueva, pero es que con la idea no me podía resistir jeje… y también parece que me gusta romper "reglas" jeje.

Bien que más decir? Les ha gustado? Está desde el punto de vista de Edward, el cual no sé si me habrá quedado muy bien, ya que de referencia solo tengo el primer capítulo de Midnight Sun.

Y ya para terminar, decirles que el fic consta solo de cuatro capítulos, a ser posible el fic acabará el domingo, lo que sería a capítulo por día y sí, se que tengo otro fic en esta sección también que todavía no he actualizado, pero que pronto lo haré.

Matta-ne

Kisa-chan-sohma