Ahahahaha, perdón por la tardanza, yo se que no tengo perdón por tardarme un año en actualizar, pero lo importante es que ya estoy de regreso, con ideas en mente, trabajando en el nuevo capitulo, espero que este les agrade, ya había sido empezado el año pasado pero me tarde en volverle a agarrar el hilo a la historia…díganme que les ha parecido?
CAPITULO 10
- Hey, hey Ginebra…despierta…- susurraba el rubio mientras dejaba caer finas gotas de agua sobre el rostro de la pelirroja, poco a poco iba reaccionando…
- Dónde…dónde estoy? – le dolía un poco el cuello y la espalda, al tratar de llevar su mano a la cabeza descubrió que estaba recargada en algo blando y tibio – Malfoy?! – dijo incorporándose sobresaltada
- Hey…tranquila, menos mal que despertaste, creí que morirías en mi cama…- repuso Draco cargándola ligeramente y recostándola por completo en la suave y enorme cama del rubio
- En…en tu cama! Pero que diablos me hiciste!
- Yo? Preferías acaso que te dejara tirada por ahí!? No acabo de entender porque diablos te hago favores…
- Lo siento, es solo que…estoy asustada, bien?!- contestó mientras se incorporaba aun mareada – qué fue lo que pasó?
- Te desmayaste
- Y cómo es que terminé aquí! Eres un aprovechado, degenerado
- Créeme que de ser tu preferiría estar en un lugar tibio recostado que tirado en cualquier lado, eres muy extraña, lo sabes? O será que prefieres dormir en el piso?
- Viajas mucho, Malfoy? - Ginny no escuchó su comentario, veía un libro, sobre la mesa de noche, de diferentes ciudades de Europa - …Ginebra?
Malfoy se volvió para arrebatarle el libro – Jamás dejarás de meterte donde no te llaman…es que no has aprendido modales!? Lo siento…será mejor que te lleve a casa, Alexander debe estar preocupado por ti, por cierto…el sábado, hoy en una semana, estaremos de regreso en Hogwarts
Draco alcanzó a ver la tristeza en los ojos de la pelirroja – Ya lo superarás, no se lo que pase por tu mente ni tu corazón, pero, lo superarás… encontrarás algo…o a alguien más.
No puedo creer lo que le dije…" encontrarás a alguien mas!" que estupidez como si ella se fijara en mi…además esta Mathias…ese estúpido que tenía que venir a hacer aquí!...bah! debo de dejar de pensar en tonterías – Nuevamente el rubio no podía dormir, desde que Ginny estaba en su mente, las cosas eran diferentes y ahora que estaba cerca eran un caos – pronto estaremos de regreso en ese estúpido colegio… - dijo al levantarse, sin encender ninguna vela corrió una de las gruesas cortinas y salió a la terraza – vaya, así que tu tampoco puedes dormir eh? - la habitación de Draco miraba en dirección hacia la mansión vecina, curiosamente hacia lo que según sus cálculos debía ser la habitación de Ginny
Dos días mas… y de regreso a Hogwarts, como la nueva Ginny, mejor dicho Ginebra, no puedo dejar de pensar en lo que pasó hace una semana, Harry, Mathias y su extraño comportamiento, Malfoy y sus tonterías…cómo voy a lidiar con esto, una cosa es estar en este lugar alejada de todo, viviendo una nueva vida lejos de todos…y otra muy diferente es juntar mi vida pasada y la actual… que haré cuando lo vea de nuevo? Necesito aire fresco…- Ginny tomó su bata de seda azul marino y salió al balcón, se sentó en una silla y colocó la vela en la mesita que tenia a un lado, el viento que soplaba del norte le refrescaba la cara, la fresca brisa de la madrugada enfriaba su mente, se sentía mas tranquila, al abrir los ojos se encontró a su lado una orquídea blanca- De donde saliste…?
-Estorbaba en mi ventana, pensé que era mejor que la tuvieses tu, plántala, tírala o lo que mejor te parezca.- Draco Malfoy estaba sentado en el barandal de mármol del balcón, justo antes de que Ginny pudiera decir algo el rubio desapareció
- Lo habré soñado?- murmuró, al levantarse de la silla se dio cuenta que la orquídea en verdad estaba ahí, la tomó y percibió su aroma, fresco y dulce a la vez- Malfoy, en verdad estas loco - entró a su habitación, puso a la orquídea en un vaso con agua en su mesita de noche, al volverse a acostar cayó en un profundo sueño.
Niebla…la espesa niebla casi la asfixiaba – Donde estoy? – caminó hacia una tenue luz, ahí estaba Harry, dándole la espalda – Harry?- camino hacia el, su pie descalzo cayó en un zanja, pequeños insectos subieron a través de su pierna – No, váyanse! Harry, ayúdame…por favor, no me dejes!- sus esfuerzos por sacar su pie únicamente hacían que se hundiera mas…como arenas movedizas. –No te muevas- la pelirroja reconoció la fría voz de Draco, parado a su lado, aun con su tono soberbio alcanzó a reconocer algo de preocupación en su voz, él se preocupaba por ella? No sabía si la idea le consternaba o la tranquilizaba, muchos sentimientos encontrados…sintió como el húmedo barro de la zanja se endurecía. – Olvidame…déjame en paz…déjame rehacer mi vida- Harry se dio la vuelta, su mirada llena de desprecio hacia que una fría sensación recorriera su cuerpo, comenzó a sentir como se cuarteaba el barro que aprisionaba su pie. – No me olvides…- Un tranquilo susurro con un extraño acento llamó su atención, Mathias estaba tras ella, sus largos cabellos caían sobre sus hombros – Ginebra…- otra voz, no reconocía de quien era y sin embargo le resultaba familiar, el no encontrar el rostro del dueño por ningún lado la llenaba de angustia, el barro se rompía con una velocidad impresionante – Deja de moverte! – la voz del rubio se escuchaba cada vez mas lejos, mientras la preocupación de la pelirroja iba en aumento – Que hago, Malfoy, dime…Malfoy!- el suelo se abrió completamente dejando caer a la pelirroja en el vacio.
-Señorita…señorita, está usted bien? – Ginny abrió los ojos, para encontrarse a la flacucha elfina domestica
- Yo…no, si…no pasa nada, un mal sueño- dijo dándose la vuelta con intención de reconciliar el sueño
- Señorita, el joven Max la espera en el vestíbulo desde hace una hora
- Demonios! Olvidé que hoy iríamos por mi varita…- Ginny salió rápidamente de la cama en dirección al vestidor mientras con un chasquido de dedos la elfina le preparaba el baño – demonios…necesito pantalones, por que rayos solo hay vestidos aquí!?
- Una dama debe saber vestir…- dijo la elfina con un tono de burla
- Uhm, eres igual a Draco, quizá no tienen el mismo concepto de dama que yo
- El joven Malfoy es un chico ejemplar, si me permite decir, excelente partido en el mundo mágico, señorita, muy codiciado entre las chicas de su edad
- Draco es todo menos ejemplar – contestó la pelirroja después del apresurado baño para despejarse el sueño y la mente, esa elfina la sacaba de quicio, a veces era muy extraña con ella
- Aunque el señorito Mathias…le gustó verdad?
Ginny casi resbala en la bañera al escuchar la interrogante de la elfina – Mathias es muy atractivo, pero muy misterioso…y hay algo en el que…
- Le atrae?
- No!...bueno, no se- dijo Ginny ruborizandose – hay algo en sus ojos, me resultan familiares, pero hay algo más, algo oscuro…no se. Mira, en lugar de hacer estas preguntas, ayúdame con este vertido, son tan complicados!
- No lo son, señorita, quizá si se lo pusiera del lado correcto, el cierre podría subir – con un nuevo chasquido de la elfina, el vestido se corrigió, ajustándose a la figura de la chica, un vestido blanco vaporoso, los dedos hábiles de su "dama de compañía" se movieron alrededor de sus cabellos trazando suaves ondas por su cabello, finalmente la elfina corrió nuevamente al vestidor y sacó una túnica color morado transparente y se la tendió a la chica - Esta lista, bueno, le falta un toque de maquillaje - "click", la mano de esa criatura hacia magia con el rostro de Ginebra
- Vaya – dijo mirándose al espejo de su tocador, admirando el suave maquillaje que dejaba su rostro inmaculadamente perfecto, sin cubrir su pecas que le daban ese toque de inocencia, con un brillo color durazno natural en sus mejillas y sus labios – tu debiste ser la compañera de Narcisa, son iguales – dijo dirigiéndole una sonrisa
- He aprendido muchas cosas de la…- La elfina no acabó su frase ya que la pelirroja la rodeaba con sus brazos en un cálido agarre
- Tehity, que haré sin ti cuando me vaya?
La elfina resoplo, y , aunque incómoda y sin saber si lo que estaba a punto de hacer era o no correcto, le devolvió el abrazo, acariciando su largo cabello- estará bien, señorita, el joven Max y el señorito Malfoy cuidaran de usted
- Debo confiar en el? – preguntó librándose de la elfina
- Hay cosas, que no podemos ver a simple vista, señorita, pero si pone atención en los ojos del joven, descubrirá su corazón y entonces lo entenderá
- Estoy segura de que jamás entenderé a un mortifago. – Con esto Ginny se dirigió a las escaleras, antes de que Max enloqueciera por su tardanza, ese chico era una interfase entre lo que habían sido sus hermanos, los Weasley, ese temperamento y valentía característicos de los habitantes de la madriguera y el mundo de los Malfoy, el mundo al que ahora, pese a que quisiera o no, ella pertenecía ahora, ella lo había decidido así al abandonar a la familia que la crió y la vio crecer
- Existen muchas cosas que tiene en común con el, mas de las que usted cree, señorita
- Mujeres, nunca las entenderé! – dijo Max mientras se dirigía hacia la puerta
- Perdón Max, me quedé dormida!
- Si ya me di cuenta – dijo irónicamente el pelirrojo – eres igual a tia Gisselle
- Te parece?
- Por supuesto! Eres su hija, aun no acabó de entender eso de que creciste con otra familia pero en esencia eres como tus padres – esa afirmación dejo a la pelirroja desprevenida, últimamente se sentía muy débil, mentalmente, y si en ese estado debía regresar al colegio, no sabría como sobreviviría – Ginebra?!
- Eh?! – dijo sobresaltada
- Sueñas mucho despierta sabes? Ya se porque Draco se desespera tanto contigo, pobre, ni le haces caso, jajaja, por cierto, como llegamos al callejón ese, prometí que te llevaría por tu varita y como buen primo que soy llevaré a mi prima favorita por una – dijo dándole un abrazo de oso
- Oye soy tu única prima, hasta donde sé…así que mas vale que me cuides – contestó jadeante, casi sin aire en los pulmones, como le recordaba a Charlie.
- Claro pequeña, sabes, eres como un niño con faldas, no se como existes en la "alta sociedad mágica", no eres nada refinada, o no al menos en el sentido estricto de la palabra – dijo sonriente, ese comentario entristeció a la pelirroja, era verdad nunca encajaría ahí tampoco – si, una flor silvestre en medio de un campo de rosas
Ese comentario le levantó un poco el animo, aunque no del todo, no sabía si de verdad era correcto lo que hacia al quedarse al lado de su nueva familia, después de su presentación las cosas solo eran aun mas raras, con ese pensamiento se dirigieron al callejón Diagon, pero una conclusión tenía, la elfina estaba en lo correcto, Max cuidaría bien de ella
- Ven Max, no hay mejor lugar para comprar varitas que con Ollivander! – dijo jalando de la túnica a su primo
- Oye espera, no me jales tan fuerte, esta túnica me la regaló Mathias, no tienes ni idea de cómo me costó persuadirlo de que me la trajera del norte, odia, pero de verdad, odia viajar al sur y traerla supuso un verdadero esfuerzo de su parte, así que… por favor, no quiero tener que escribirle diciendo que la he estropedado
- No seas tan superficial, por Merlin, solo dile que fue mi culpa y ya – dijo Gin restándole importancia
- Tienes razón, quizá solo tendría que ofrecerte en sacrificio a Mathias y tendría miles de estas, jaja
- Ja…ja…ja, que gracioso, afortunadamente no le ha pasado nada a ese pedazo de tela, porque ya vi que hasta mi propia familia me daría al mejor postor
- Oh, no lo tomes a mal Gin, solo bromeaba, jamás lo haría, solo te molesto, es obvio que provocas un efecto extraño en Matt, nunca lo había visto así, y mira que lo conozco de todo el Instituto, hablo en serio…- dijo en tono burlón el chico – o bien podría decirle a Draco
- Estas loco, jamás, andaría con Malfoy! – un tono escarlata invadió la cara de Ginny, el donde terminaba su cabello y empezaba su rostro no se podría definir
- Calma..calma…quien dijo que serías novia de Draco, aunque debo recordarte que ya estas en edad de anunciar un compromiso prima, no es para presionarte, pero parecerás quedada
- Como Leena, la hermana de Mathias..?, porqué tanta obsesión en que encontremos un prometido tan pronto, somos aun muy jóvenes, con una vida por delante – al mencionar a la rubia un leve sonrojo cruzó brevemente el rostro de Max
- Leena es un caso a parte Gin, ella es… - no supo como continuar, pero al percibir la mirada curiosa de Ginebra tuvo que encontrar otra salida – bueno, lo hacen para preservar a nuestra estirpe, ya sabes, como es la alta sociedad de caprichosa, en fin, si no quieres meterte en problemas, te sugiero que medites en la idea
- Leena te gusta!
- De…de que hablas! No seas insolente Ginebra, estas cosas no se hablan en la calle, rayos!
- Jajajajaja…donde quedó tu comportamiento de caballero y el decoro, Max?
El callejón Diagon, tan lleno de gente, de vida y de color, cientos de magos caminaban por sus tiendas como si en el mundo mágico nunca hubiese pasado nada, las familias corrían por los diferentes establecimientos en busca de las últimas cosas que habían faltado en las listas de útiles escolares, detalles para el inicio de cursos. Una de las tiendas más concurridas por los magos se hallaba nuevamente llena de gente, Ginny sabía que el anciano propietario de ese negocio jamás sería el mismo después de que Voldemort lo secuestrara y torturara para obtener información, y quién lo sería? Aquellos que estuvieron más expuestos en esa batalla jamás regresarían a ser los mismos de antes, ella misma, dudaba que alguna vez recobrara la fuerza que alguna vez tuvo.
- Vaya, así que esta es la competencia del viejo Greorovich? – dijo el pelirrojo acompañante de Ginny - no esperaba algo así, sabes? Entrar a la tienda de aquel anciano era una experiencia un poco…peculiar
- A que te refieres con peculiar? – preguntó la pecosa con cierta burla
- Pues, digamos que después de esa experiencia me tomó algún tiempo cogerle confianza a la varita para hacer un hechizo y dejémoslo así – un escalofrío cruzó por la nuca del chico – una experiencia que en verdad no quisiera recordar
- Gregorovich siempre tuvo unas maneras muy especiales de tratar a la gente, comprendía sus deseos e ideas más…personales, así era como lograba crear a la varita perfecta para cada persona- contestó una vocecilla detrás de una mesa – un alma, quiero creer, incomprendida; pero me temo que hablar de un viejo conocido no es el motivo por el que viene aquí, o me equivoco señorita Weasley, debo decir Von Weischler?
La forma en que el anciano se dirigió a ella le dio cierta sensación de tristeza, únicamente la hacia sentir culpable por haber dejado a su familia e intentar encajar en aquella a la que biológicamente pertenecía
- No se equivoca, hemos venido por una varita para ella
- Cómo? Un mago sin una varita…! Pero que tonterías digo, usted nunca ha venido por una varita…tanta vergüenza le produce aquella que le fue heredada?
- No…no es eso, jamás me avergonzaría de lo que tuve con mi familia y mucho menos de lo que viví con ellos! …- contestó la pelirroja con cara de pocos amigos
- Pues entonces…si ha perdido una varita ha venido al sitió correcto…pero si lo que ha perdido ha sido el camino, me temo…que no la puedo ayudar- dicho esto, el anciano se perdió entre los estantes, los dos pelirrojos se quedaron viendo entre ellos tratando de entender algo en las palabras del anciano – permítame su mano señorita – esto sobresalto a ambos chicos pues no se dieron cuenta en que momento Ollivander había regresado, el anciano se inclinó sobre la palma de Ginny, casi tocando su nariz con su piel, un sobresaltó saco al viejo de sus pensamientos para enfocarse en sus ojos, dando paso a un tic en su mirada – yo…no se si tenga algo para usted, cuando fue mi competencia quien le dio poder a toda su familia
- A que se refiere? - preguntó Ginny sobándose la mano
- No me diga que desconoce el linaje del que procede señorita – dijo el anciano, nuevamente perdiéndose entre las columnas de varitas, solo para volver con tres cajas únicamente – no sabe de dónde procede su padre?
- Me temo que poco sé de mis orígenes señor, y lo poco que se, lo sé de mano de mi madre
- Le aconsejo que investigue señorita, no vaya a ser que un día… se vaya a sorprender, o dígame, no se ha preguntado quizá, porque tiene sueños, pensamientos o ideas que nadie mas tiene? Por qué aparecen lagunas mentales en su cabeza? - Ginny se encontraba desconcertada, no sabía que podía decir respecto a eso, no tenía respuesta para aquello que decía el fabricante, creía que todo ello se relacionaba con su pasado y su cambio de vida- creame señorita, cuentan que, alguien más, antes que usted tuvo esas visiones y las supo aprovechar, no de buen modo, pero lo hizo…y como todos antes y después que el…se desvió, no deje que, quienes descubran sus orígenes y sus habilidades, se aprovechen de usted…aun es demasiado pura y cree en la gente, pero su familia, ambas, si usted me entienden, la protegerán…
- Señor…basta de tanta tontería…esta asustando a mi prima y le aseguro que su linaje es de los más puros entre la comunidad mágica, si se atreve a cuestionarlo se verá en serios problemas! – dijo Max mientras se colocaba entre el anciano y a pelirroja
- Nadie cuestiona su estirpe, joven, nunca ha hecho mal a nadie, saber, quienes son sus parientes, bueno pues! A ver, a ver…que tenemos para usted…quizá plumas de fénix? - Ginny tomó la varita entre sus manos, pero la soltó al instante al percibir un ardor muy fuerte en su mano derecha – no, pues no, eh…que le parece, pino y escama de basilisco, un invento mío he de decir – nuevamente la tomó y la agitó en el aire, soltando una llamarada que prendió fuego a la mitad del negocio – y bastante caprichosa pues…jum…me temo que solo tengo algo mas que podría encajar…-sacó la última varita, completamente tortuosa, de color café, muy obscuro – ébano, ala de thestral, 45 cm…mi última colaboración con… un amigo, ande, que espera! – Ginny la tomó en su mano y la agitó rumbo a la puerta que justo acababa de abrirse.
- Maldita sea Ginebra!
- Eso te pasa por ponerte en mi camino Malfoy! – Draco se encontraba en el umbral de la puerta con un mocomurcielago en plena cara el cual le impedia ver hacia donde iba
- Bueno, es claro, que esta varita ya se vendió, saque un buen provecho de ella señorita – dicho esto Ollivander desapareció nuevamente