Hola, hola, pequeños saltamontes. He vuelto, con una nueva idea que espero, sea de su agrado.

Ahora, ¿Por qué no escuchamos todos D-tecnolife mientras vamos a unos anuncios comerciales?

Card Captor Sakura es idea original de las clamp, es decir, la idea y sus personajes, incluso Shaoran, son su propiedad, y no de Flor del cerezo, lo que nos lleva a pensar que Flor del cerezo no las creó ya que de haberlo hecho no sería propiedad de CLAMP sino de Flor del cerezo, es decir yo, y en ese caso… Bueh, ya captaron.

PROBLEMA CON NOMBRE PROPIO

Capítulo I: Matemáticas.

By: Flor del cerezo.

--"Señorita Kinomoto"

Esa voz…

--"Señorita Kinomoto"

Se parece a la de alguien…

--"¡Señorita Kinomoto!"

¡Cómo grita! Ya hasta parece la maestra Chie…

Dios…

¡No otra vez!

--"¡Despierte de una buena vez!"

Y aquí vamos de nuevo…

Abrí los ojos con pesadez, y no me permití desperezarme, solo levanté mi cabeza con tanta fuerza y rapidez como me fue posible y…

¡Ouch!

Miré hacia atrás para ver con qué me había golpeado, y no pude menos que gruñir al descubrir que había sido nada más y nada menos que el libro que sostenía…

¡Rayos!

Ahí estaba mi compañero de clases, Li Shaoran.

El reservado, atlético, ligeramente guapo y demasiado serio para ser verdad.

--"Li-kun"—fue lo único que mi boca pudo pronunciar para luego guardar silencio por unos segundos, pero él seguía ahí, todavía mirándome con el ceño fruncido y haciéndome sentir estúpida…

Y miserable.

--"Lo siento, maestra…"--murmuré avergonzada tratando de ignorar la mirada de mi compañero; la maestra asintió con pesadez pero las risas de burla por parte de mis compañeros no se hicieron esperar.

¡Gracias!

Y lo peor, Li seguía mirándome de ese modo profundo e indescifrable que conozco desde hace muchos años, nada más que una mirada gélida e impenetrable.

--"Estúpida"—masculló haciendo un gesto de desprecio antes de sentarse, justamente en la silla detrás de la mía.

¿Qué curioso, no?

Desde muchos años atrás, a Li siempre le han asignado el puesto que se encuentra detrás del mío, como si me quisieran castigar…

Y no, no es que seamos enemigos, ni nada de eso, si nunca nos hemos mirado más de dos segundos, a excepción de aquellas competencias de atletismo en las que yo siempre soy derrotada por él –por algo digo que es atlético-, y me dedica una de esas sonrisas burlonas que…

Para qué negarlo, el chico es un fastidio, además de que está alejado del mundo social, excepto por sus dos amigos, con quienes también yo hablo: Eriol y Yamazaki.

Detuve mis pensamientos al sentir el golpeteo impaciente de unos zapatos de tacón contra el suelo de madera, y levanté la mirada para averiguar quién me había sacado de mi ensimismamiento sin permiro alguno y…

Rayos…

La prefesora me dedicó una mirada que vacilaba entre la resignación y la furia, y antes de que yo pudiera reaccionar, volvió a su puesto junto a la silla del maestro, justo antes de exclamar con ésa voz tan áspera y potente:

--"Espero, señorita, que haya puesto siquiera algo de atención al tema de hoy, pues el examen final es mañana y, en caso de que llegue a reprobar, creo que está al tanto de lo que pasará".

Asentí pesadamente, recordando la advertencia que ella misma me hizo ayer, tendría que asistir a cursos especiales nuevamente, de no aprobar el próximo examen y…

¡Momento!

¿Examen?

Buena la has hecho, Kinomoto, te has reservado un cupo directo a los cursos especiales, arruinando así todas tus tardes y posiblemente el verano durante los próximos n años…

Malditas matemáticas.

Y, para interrumpir los pensamientos en los cuales me había encerrado alrededor de los muy estúpidos y antisociales inventores del álgebra, sonó la campana, anunciando el comienzo del receso.

Como si yo tuviera ganas de salir.

Y ahora, cuando más la necesitaba, mi mejor amiga estaba ausente…

Así que yo seguía en mi silla, aún cuando el salón ya había quedado vacío.

--"Estúpidas matemáticas"--murmuré para mí misma mientras presionaba el lápiz coreano contra la mesa de madera—"¿Para qué rayos sirve sumar un montón de letras sin sentido?"--añadí mientras chocaba el lápiz con más fuerza y comenzaba a golpear la mesa con las manos, desahogando mi frustración.

Se siente bien.

¡Liberación!

--"Estúpido día, estúpidos maestros… ¡Estúpidas matemáticas!"

Se siente MUY bien.

--"¡Abajo las matemáticas!"—exclamé utilizando toda la fuerza de mis pulmones, sintiéndome realmente aliviada.

Y todo habría sido perfecto de no ser porque alguien me llamó tocándome levemente el hombro.

Volteé a ver y….

Veamos, ¿Cuánta mala suerte se puede tener en un día?

--"¿Qué rayos te ha hecho la mesa?"--preguntó él mirándome, seguro a punto de echarse a reír por mi vergonzosa y deplorable conducta.

Pronto sentí cómo mi rostro se teñía completamente de un rojo intenso, y la voz se congelaba en mi garganta.

Das vergüenza, Sakura Kinomoto.

--"La mesa nada…las estúpidas matemáticas sí"—respondí al sentir que mi voz funcionaba de nuevo, sólo por decir algo…y por no quedar todavía peor ante Li.

--"Pero si el tema es muy sencillo"--replicó él, ya más serio.

¿Qué tan diminuta te puedes sentir frente a una persona? Seguro yo estoy en el límite.

--"Tu dices eso porque eres el único que obtiene 10 en todas las pruebas"--contesté, antes de recostar mi cabeza sobre la mesa y cerrar los puños con fuerza.

--"No seas dramática, ese tema es demasiado fácil"—replicó con su gruesa voz.

Ahí estoy yo, expuesta en todo mi torpe esplendor, mostrándome en mis momentos más problemáticos, justo ante él.

Y me sigue mirando fijamente, haciéndome sentir estúpida y diminuta.

Y miserable.

--"Dame tu cuaderno y tu lápiz"--ordenó antes de que pudiera replicar ante su último comentario.

¿Tiene en mente ayudarme?

--"Toma"--dije mientras obedecía—"pero debo advertirte que enseñarme matemáticas es una misión imposible".

¿Misión imposible? Esto no es una película, cierra tu boca, cerebrito.

Él levantó una ceja y luego empezó a explicarme todo, paso por paso.

Así las matemáticas no parecen tan difíciles.

--"Eso es todo"—declaró mostrándome una secuencia de números y letras.

¿Sólo eso? Y yo lo había entendido ¿No estaré todavía dormida en la clase de matemáticas?

¡Ouch!

Al menos el pellizco dolió.

--"¡Lo entendí!"-- grité entusiasmada, ignorando la mirada que él me enviaba ante el pellizco que yo misma me había propinado. –"Muchísimas gracias, Li-kun".

--"Ajá"-- fue la única respuesta de él –"Solo pensé que si te explicaba, dejarías de gritar como demente… resulta algo incómodo ¿sabes?"

Yo lo miré salir del salón, completamente muda.

Muda, sonrojada y avergonzada.

Pero la vida sigue, por muy humillada que me pudiera sentir gracias a 'mi compañero de clases que nunca me determina desde que nos conocemos y hoy de repente decidió salvarme el pellejo' alias Li, así que no permitiré que eso dañe mi día (el cual se arregló al saber que ya no tendré que enfrentarme a los cursos especiales), sino que por el contrario, trataré de actuar como lo haría normalmente.

No es como si de verdad me hubiera afectado el hecho de que Li me hubiera visto en circunstancias tan deplorables.

¡Qué vergüenza!

En fin, un par de horas después, caminaba hacia mi casa, con la agradable sensación de haber entendido a la perfección algo de matemáticas, cosa que creí, nunca sería posible.

Ah sí, me arrojaría a la cama a pasar las horas muertas con la cabeza en blanco, y luego tal vez tomaría un muy largo baño, antes de acostarme sobre mi cama limpia y tibia. Se puede decir que tengo planeada mi tarde, ¿no?

Sonreí al divisar mi hogar desde lo lejos; vivo en una linda casa de color amarillo suave, con un techo azul y un gran jardín lleno de hermosas flores de todos los colores, nada más y nada menos que el orgullo de mi madre, quien en su tiempo libre se dedica de lleno a su cuidado, y el producto de ese cuidado: un jardín hermoso.

Sí, una casa con un aspecto tan familiar que sería digna de aparecer en una serie del tipo de "La pequeña casa en la pradera", con una chica pequeña corriendo por el prado y recogiendo flores por ahí, mientras su madre prepara alguna cosa deliciosa para comer, el padre trabaja incansable pero alegremente por el futuro de sus hijos y…

Olvidé al hermano mayor pero no es como si importara. Después de todo, esta es una época totalmente distinta, y ya empiezo a alucinar, ¿no?

--"Ya llegué"--exclamé una vez entré.

--"¿Qué tal tu día, monstruo?"—me preguntó Touya, mirándome con burla desde el sillón en donde veía televisión.

¡Oh mi hermano!

--"¡Touya!"--chillé— "¿Cuántas veces te he dicho que no me llames 'monstruo'?"

--"No las suficientes, pequeño monstruo"--Respondió él, complacido ante la ira que seguramente reflejaba mi rostro.

Ya recordé porqué olvidé al hermano mayor.

Es que me daban ganas de…

Autocontrol, Sakura, autocontrol…no dejes que acabe con tu felicidad.

--"Pues tuve un buen día, y no permitiré que tú lo arruines"--declaré finalmente mientras subía las escaleras corriendo y tarareando una canción que recién me inventaba.

Ése baboso es mi hermano mayor, Touya. Siete años mayor que yo, fue muy popular con las chicas en la primaria, la secundaria, la prepa, su muy variada lista de empleos, bla bla bla; se graduó de abogado y ahora está realizando una especialización en derecho penal.

Lo quiero mucho, en serio, pero sabe cómo ser terriblemente desesperante, hasta el punto de que empiezo a dudar si es realmente hijo de Nadeshiko y Fujitaka, porque a diferencia de Touya, mis padres son personas amables y cálidas.

Y no me dan ganas de estrangularlos…

En fin… hablemos un poco de mis adorables padres.

Nadeshiko Amamiya es el nombre de soltera de mi madre, es una mujer de belleza absolutamente admirable –papá dice que soy idéntica a ella, pero yo no creo que sea cierto-; en su juventud trabajó como modelo y ganó fama y reconocimiento, pero mas tarde descubrió que su pasión estaba tras la cámara y no frente a ella, convirtiéndose en una renombrada fotógrafa.

Fujitaka Kinomoto es nuestro padre, es todo un amor y siempre tiene una palabra de aliento o una sonrisa para regalarle a cualquiera. Papá proviene de una familia humilde, de modo que con mucho esfuerzo obtuvo una beca en una excelente universidad, y estudió arqueología, título que más tarde lo llevó a ser decano de la facultad de esa carrera en la Universidad de Tomoeda, aunque de vez en cuando se solicita su presencia en algunas expediciones dada la experiencia que tiene.

Esa es mi familia. Casi perfecta y adorable, ¿No? Claro, de no ser por mi hermanito…

Tras la ducha prometida, bajé a buscar algo en la cocina, probablemente lo primero que tuviera la triste suerte de cruzarse en mi camino; entonces encontré una nota de Touya pegada en el refrigerador:

"Fui a comer a casa de Yuki, volveré mas tarde

Y que no se te queme la comida, no queremos que envenenes a mamá y papá, MONSTRUO"

¡¡Touya!!

¿Cómo se atreve a llamarme monstruo?

Además, yo soy muy buena cocinera, así que no tenía derecho a…

¡¡La comida!!

De nuevo olvidé que soy la encargada de prepararla…

Así que, tras una salida relámpago a la tienda, donde hice gala de mis dotes en atletismo (si se me permite presumir, no soy mala en este deporte), llegué a mi casa y preparé la cena; para cuando terminé, mis padres aún no habían llegado, así que me senté en una de las sillas del comedor y me puse a garabatear cualquier tontería que se me venía a la mente en una servilleta.

¡Que bien se está!

Me siento completamente relajada, ignorando los incidentes del día, sé que tendré un examen de matemáticas, y me siento completamente preparada.

Digo, me explicó el mejor ¿no?

--"¡Ya llegamos!"-- una exclamación interrumpió mis pensamientos, rápidamente me puse de pie para saludar a mis padres—"Hola hija ¿Qué tal tu día?"—me preguntó mi padre.

Luce cansado…y debe estarlo, seguramente es muy agotador ser decano y eso…

--"¡Hola papá!"-- saludé efusivamente, luego recordé las 'chocoaventuras' del día –"Pues… se puede decir que mi día estuvo… interesante."

Bastante interesante ¿no?

--"¡Hola mamá!"

--"Hola, Sakura"--respondió mi madre amablemente –"¿Dónde está Touya?"

--"Fue a cenar con Yukito".

--"Ya veo…"--respondió ella sonriendo—"¡Huele delicioso!"

--"Sí, hace un rato terminé de preparar la cena, siéntense, en seguida les sirvo".

Ellos aceptaron sonriendo, después de todo, se notaba que habían tenido un día muy pesado.


El crudo sonido del despertador interrumpió abruptamente mi sueño sobre…

¿Sobre que?

No importa…

Aún adormecida y sintiendo los párpados pesados, logré sacar mi brazo de la protección del cálido cobertor, para empujar con fuerza el reloj de la mesa de noche al rincón más lejano del cuarto, logrando así detener el sonido infernal que amenazaba con hacer estallar mis pobres tímpanos; luego de esto, di un par de vueltas en la cama para volver a quedar profundamente dormida.

Poco después, un fuerte grito se escuchó en mi habitación:

--"¡Monstruo! ¿No piensas ir a clases hoy?"

Ese Touya…

Es un gritón, un fastidioso, un…

Pero no me moví ni un centímetro, a pesar de que quiero ir y estrangularlo…o al menos pisarlo con todas mis fuerzas… yo que sé.

Y como no me moví, se acercó y gritó de nuevo, con más fuerza:

--"¡Se te hizo tarde! ¡Despierta de una buena vez, monstruo!"

Esta vez, me quité la manta con violencia y lancé la almohada más cercana directo al rostro de mi adorable hermanito.

--"¿Así agradeces que te salve de ser expulsada de la preparatoria por superar con creces el récord mundial de llegadas tarde?"—me preguntó con sorna.

--"Hubiera preferido que me despertara mamá, ella no me grita"—respondí haciendo un mohín de disgusto.

--"Ella está en tu misma situación"--comentó él mientras me hacía señas para que hiciera silencio, y en seguida se oyeron gritos que decían "Llegaré tarde".

Mi madre es un caso… no es como si fuera realmente tarde, no debía preocuparse tanto, solo bastaba con ver el reloj y…

--"¡Yo también llegaré tarde!"—grité mientras me ponía de pie, entonces empujé a Touya cerrándole la en la cara para luego buscar cualquier cosa que me pudiera poner encima, y vestirme tan rápido como era posible.

Tras unos escasos minutos, bajé las escaleras a toda velocidad y me despedí de papá con un "Nos vemos en la tarde", y después de esto, empecé a recorrer rápidamente las calles de Tomoeda, anhelando que cualquier fuerza sobrenatural detuviera el camino de la maestra al aula de clases, pues la primera materia de hoy es exactamente matemáticas, y si no llego a tiempo, incluso pueden impedirme presentar el examen.

Al poco tiempo, pude ver el imponente edificio, y con toda la velocidad que mi resistencia física me permitía, subí las escaleras que me llevaron al aula.

¡Por Dios, que ella no haya llegado!

Sin pensarlo abrí la puerta y me encontré con todos mis compañeros sentados copiando los ejercicios que la maestra les dictaba, y ésta última, ante el estruendo de la entrada, me miraba con expresión de claro enojo.

--"Disculpe, Chieko-sensei…yo…"

--"Has llegado tarde, de nuevo"—me interrumpió ella en tono cortante.

Odio el tono cortante.

--"No fue mi intención"--respondí suplicante.

--"No debería dejarte presentar el examen"--dijo, pero pareció pensarlo mejor antes de decir –"Siéntate".

¡Sí!

--"¡Se lo agradezco mucho!"—exclamé con sinceridad mientras me dirigía a mi pupitre, no sin antes encontrarme con varias miradas burlonas por parte de mis compañeros.

Y también por parte de Li…

Cuando la profesora terminó de dictar, me pasó el papel donde, con caligrafía clara y fina, se encontraban anotados los ejercicios con una sensación de tranquilidad, empecé a resolverlos en silencio.

Y los números ya no parecen pasearse por el papel…

Un rato más tarde me encontraba aún sentada en mi lugar, pensando en la expresión de asombro de la maestra al ver que sí respondí a las preguntas.

Luego de mucho tiempo de estar en la misma posición sin hacer nada más que pensar en tonterías -pues al ver el tiempo que sobraba, la maestra había decidido empezar a calificar los exámenes- me senté de medio lado y vi que Chiharu, Rika y Naoko, se acercaban a mí.

--"Buenos días Sakura"-- saludó Chiharu, moviendo la cabeza levemente y al hacerlo, sacudió sus largas y espesas trenzas, que lleva desde cuarto año.

--"¡Hola Chiharu, hola chicas!"—respondí de buen humor.

--"Veo que estás feliz el día de hoy"-- comentó Naoko, ajustándose sus anteojos.

--"Es cierto"-- añadió Rika- "¿A qué se debe eso?"

--"A que creo haber aprobado este examen"-- contesté con sinceridad y satisfacción.

--"¿En serio?"-- inquirió Naoko.

--"¿No nos estás mintiendo?"-- agregó Chiharu.

--"¿Te sientes bien?"-- cuestionó nuevamente Naoko, sin dar crédito a lo que yo decía.

--"Sí, sí y sí"—dije, divertida—"Creo que después de todo pasar un examen de matemáticas no es tan complicado".

--"Sakura"--susurró Rika—"No habrás… hecho trampa ¿verdad?"

¿Qué?

No pude evitar emitir un grito que fácilmente pudo llegar al otro extremo del edificio, lo que hizo que tanto la profesora como mis demás compañeros me voltearan a mirar extrañados.

¡Que pena!

--"Perdón"--susurré apenada, y una vez todos retiraron su atención de mi, volteé a ver a Rika – "¿Cómo se te ocurre eso de mí?"

--"Lo siento"--rió suavemente ella – "Pero es que suena demasiado extraño, tú ni en tus sueños más locos has pasado un examen de matemáticas, y ahora dices que te sientes segura porque crees haber aprobado éste".

Ok, tal vez sí me sentí levemente ofendida ante el comentario, pero al ver que era verdad sólo pude sonreír resignada.

--"¿No estarás enferma?"--inquirió Chiharu mientras posaba una mano en mi frente.

Se pasan…

--"¡Chicas!"-- exclamé –"¿Es tan raro que yo pase un examen de matemáticas?" –pregunté.

Bien, no debí preguntar eso.

--"De acuerdo, no respondan, pero simplemente tengo el presentimiento de que me fue bien porque alguien me ayudó a estudiar"--dije lanzando una mirada fugaz a Li, que estaba de pie a algunos metros, hablando con varios chicos más.

--"¿Quién fue el valiente que aceptó la misión y logró completarla con éxito?"--preguntó Chiharu divertida.

--"Qué chistosa"—respondí-- Pues quien me explicó fue Li

--"¿Li?"-- inquirió Rika—"¿El que se sienta detrás de ti?"

--"¿Hay algún otro Li en el salón?"-- pregunté sonriendo.

--"Puede que no lo haya, pero es muy extraño que Li "El Ermitaño" Shaoran haya accedido a explicarte".

Así que ése es su apodo… le queda bastante bien.

--"Él no es tan ermitaño, solo es algo serio".

--"¡Siéntense todos!"--exclamó la profesora poniéndose de pie, con varias hojas en la mano—"He terminado de calificar los exámenes, así que los voy a entregar. Debo decir que me he llevado grandes sorpresas en esta ocasión"--añadió mirándome.

¿Será una sorpresa buena o una mala?

Buena, claro…si me hubiera ido mal no se hubiera sorprendido.

La mayoría de los estudiantes empezaron a mirarse entre sí con dudas y nervios.

--"Abe…7"--exclamó mientras entregaba el examen a la chica, que tomó el examen mientras suspiraba aliviada—"Aizawa…5…"

Luego de entregar varios exámenes, era mi turno, me levanté antes de que mencionaran mi nombre.

--"Kinomoto…"-- Chieko-sensei hizo una pausa—"9. No se cómo lo lograste, pero has obtenido un 9".

¿9?

¿Estoy despierta?

Todos voltearon a mirarme, mientras caminaba orgullosa hacia la profesora para recibir el examen.

--"Has salvado tu materia, y tus vacaciones"—me dijo sonriendo levemente. –"Espero que de ahora en adelante continúes con ése buen promedio".

--"Sí señora"--respondí.

Tras quince minutos más, la campana anunció el final de la clase, y debido a que el profesor de lengua japonesa no asistió, tendremos la hora libre.

Hora libre.

Dos palabras que me hacen feliz.

Aunque Tomoyo siga en Francia.

Al menos puedo ir a mi lugar favorito.

Con estos pensamientos, me volteé para guardar mis libros en la mochila y me encontré a…

Sí, a Li.

Y está muy concentrado haciendo lo que parece ser un boceto para algún dibujo, o algo así.

Así que además de excelente deportista, el mejor en matemáticas y el chico más popular en la escuela, ahora es dibujante.

Por que no lo he dicho, pero Li es el chico más popular de la escuela, a menudo en los pasillos se oye a un montón de niñas soltando cualquier cantidad de halagos y declaraciones de amor entre ellas, pero todas dirigidas a Li.

Que desperdicio de cerebros, ni que fuera tan guapo...

En fin, igual le estoy muy agradecida, así que… ya que.

--"¡Li-kun!"—le dije —"¡Muchas gracias por tu ayuda!"

Él levantó la mirada de su cuaderno para observarme fijamente.

De nuevo con tanta profundidad como siempre.

Y volvió la vista a su boceto… sin soltar una palabra.

¿Me está ignorando?

De acuerdo, fue una pregunta idiota, corregiré eso:

¡¡LI ME ESTÁ IGNORANDO!!

Bueno…él te ayudó, así que más vale que controles tus deseos de mandarlo en el correo directo a Tombuctú.

Porque ese es el nombre original de Timbuctú ¿Saben?

Bueno, de hecho es Htöómvüktúôòm, pero nadie puede pronunciar eso ¿no?

Empiezo a pensar estupideces… y Li me sigue ignorando.

--"En serio, gracias"—agregué.

Que desesperada me veo…

--"Parece que te fue bien en el examen. No era algo imposible de lograr"--se limitó a susurrar, parecía que le hablaba a su estúpido cuaderno y no a mí.

Control… no es como si de verdad tuviera intenciones de que te sientas así.

Que tonta, ni siquiera nos conocemos y crees que se pueda preocupar por lo que sientes.

--"Igualmente te lo agradezco mucho, me has salvado".

Me miró como si estuviera loca, y luego murmuró:

--"Lo que tú digas".

¡Yo no estoy loca!

¡No tiene derecho de tratarme así!

Bueno, no le des el gusto de que note que te afectó, solo da media vuelta y devuélvete por donde viniste.

Y así lo hice, incluso cuando salí del salón, logré dar unos cuantos saltos de alegría.

¿Qué? ¿Una no se puede sentir feliz?

Luego de dejar mi mochila en el casillero, salí corriendo hacia el mencionado lugar favorito: un hermoso paisaje lleno de árboles de cerezo cuyas hojas vuelan impulsadas por el viento, y el sonido del movimiento de las ramas de los cerezos producen un efecto relajante.

Ah y con la falta que me hace relajarme en estos momentos.

Me recosté bajo mi árbol favorito, el más robusto de todos los que allí están, pero antes de quedarme dormida -como era mi plan inicial- una voz masculina me llamó.

--"Sakura"--escuché decir en un tono afable y un tanto misterioso, ése que tanto conocía. –"Buenos días".

Es Eriol ¡al fin algo bueno!

--"Hola, Eriol"--respondí abriendo los ojos y observando su alta silueta –"Has descubierto mi pequeño escondite".

--"Te seguí desde el salón"--respondió él.

--"Me espías, cuídate Hiraguizawa"—advertí a modo de broma.

--"Me encantaría saber que puedes hacer tú para lograr asustarme"--contestó divertido—"Felicidades por lo de tu examen"--añadió luego, mientras se sentaba junto a mí.

¡Que lindo es Eriol!

No me malentiendan, quiero decir eso como buenos amigos que somos desde hace años, Eriol no me gusta como chico, ni tampoco quisiera meterme en triángulos amorosos, estoy segura de que Tomoyo está enamorada de él, así que hombre ajeno se respeta.

--"Gracias".

Tras varios minutos, ambos nos dedicamos a pensar en nuestros propios asuntos, hasta quie Eriol preguntó:

--"¿Cuándo regresa Tomoyo?"

--"Se supone que al terminar esta semana, pero no me ha llamado, y tampoco la he podido localizar, no tuvo la decencia de dejarme el número de teléfono de su habitación en el hotel" —bufé.

--"Debe estar ocupada todo el día"--justificó él –"De cualquier manera, venía a felicitarte, y como ya lo hice, te dejo para que duermas y no termines haciéndolo en clase"--se burló mientras se levantaba y se despedía con la mano, antes de desaparecer entre los árboles.

¡Ese Eriol!

¿Es acaso el día de "burlarse de Sakura" y yo no estaba enterada?

Como sea.

Varias horas después de la siesta que finalmente pude tomar, ya estaba escuchando música en mi habitación acostada sobre la cama, pero el sonido persistente del teléfono me interrumpió.

¿Quién osa llamar cuando escucho música?

Protestando me puse de pie y con pereza tomé la bocina.

--"Aló".

--"Hola, Sakura-chan"—me saludó una voz suave y entusiasta del otro lado de la línea.

--"¿Tomoyo? ¿Eres tú?"

Claro que lo es.

--"¡Pues claro que soy yo!"

--"¿Cuándo pensabas llamar?"—reproché, seguro debí sonar como madre preocupada, pero no importa…

--"Lo siento mucho, Saku, lo que pasa es que aquí todo el tiempo estoy ocupada, y no puedo pensar en nada diferente a pedazos de tela y la forma de combinarlos"—me explicó riendo suavemente.

Y es que mientras yo sufro sola en el instituto, ella se encuentra en una convención de moda en París por cortesía de su madre, Sonomi Daidouji.

Tomoyo es realmente buena con todo lo que se refiere a moda, y es una de sus pasiones, pero actualmente se encuentra indecisa respecto a la carrera que va a seguir, así que su madre la envía a convenciones con frecuencia, y ella no tiene problemas por sus excelentes notas.

Desde que éramos niñas, mi mejor amiga se ha mostrado como una persona multifacética, porque además de confeccionar hermosos vestidos, tiene una preciosa voz, y también le encanta filmar videos y luego editarlos, y es muy buena en las tres cosas.

Lo único extraño, es que siempre me confeccionaba vestidos solo a mí, y luego me filmaba, haciéndome sentir en más de una ocasión, realmente avergonzada…

--"¿Saku?"

--"Pero no has sacado ni siquiera un minuto para tu mejor amiga"—me quejé, reaccionando al fin –"Ni siquiera tengo el número de teléfono de tu hotel".

--"De cualquier manera, casi no permanezco en mi habitación; sólo en las noches, en este momento es muy tarde y créeme, estoy a punto de dormirme ahora mismo"--confesó—"Pero bueno, cuéntame ¿Qué ha pasado de interesante en mi ausencia?"

¡El examen!

--"¿En serio?"--exclamó una vez escuchó lo que yo, muy entusiasmada le conté—"No lo puedo creer".

--"Pues así es, lo logré; nunca pensé que podría, siendo sincera".

--"Sin embargo, hay algo que me tiene intrigada; ¿Cómo es que Li te ayudó? El siempre ha sido muy…"

--"No vayas a mencionar la palabra 'Ermitaño'"—reí, aunque me sigue pareciendo que el apodo le va como anillo al dedo –"Pero la verdad es yo tampoco sé cómo accedió a ayudarme, aunque yo ni siquiera se lo pedí".

--"Yo no iba a decir eso".--respondió Tomoyo risueña—"Y respecto a lo otro, ahí lo tienes, un nuevo misterio por resolver, me encantará encargarme de eso en cuanto regrese a Tomoeda"--añadió luego, tan entusiasta como siempre.

Esa Tomoyo… olvidé mencionar algo: cuando no está filmándome o diseñando vestidos que más tarde me hace utilizar -para filmarme con ellos-, está analizando la actitud de cada persona -principalmente yo-; y también debo reconocer que es excelente en ello, pues siempre saca las conclusiones más acertadas respecto a algún hecho, el que sea, tanto, que empiezo a pensar que tiene un extraño parentesco con Sherlock Holmes.

De acuerdo, de nuevo pienso estupideces…

--"Lo que tú digas, Tommy"--respondí un rato después—"A propósito, ¿Cuándo estarás de vuelta?"

--"Posiblemente al final de esta semana."

--"¡Pero si apenas es miércoles!"--exclamé desalentada –"Y todos aquí te extrañamos."

--"¿A qué te refieres con Todos?"

--"Ya sabes, Rika, Naoko, Chiharu, Eriol, y yo, por supuesto."

--"¿Eriol?"

¡Ja! ¡Lo sabía!

Y luego dicen que soy despistada.

--"Sí; justamente esta mañana me preguntó cuándo regresarías."

Sin embargo, no recibí respuesta, y empecé a pensar que la señal tenía fallas, pero entonces escuché que ella me decía:

--"Saku, debo irme a dormir ya, es muy tarde y estoy cansada."

--"Claro… que descanses"--respondí extrañada ante su tono de voz.

--"Gracias, igualmente… bueno, más tarde, porque allá aún es temprano."

--"Así es. Buenas noches, Tomoyo".

--"Adiós, Sakura"--murmuró ella antes de colgar el teléfono, dejándome acompañada solo por ese molesto pito.

¿Y ahora que le pasa?

En fin.

Un par de horas más tarde, escuché el sonido de la puerta, y corrí a recibir a mis padres.

--"¡Hola papá, mamá!"--exclamé dándoles un efusivo abrazo.

--"Hola hija"--saludó mi madre—"¿Qué tal tu día? Por lo que veo estás muy feliz"--afirmó.

¿Feliz? ¿Sólo feliz?

¡Estoy eufórica!

--"Sí, mami"—exclamé, y salí corriendo a mi habitación, segundos más tarde, volví con la hoja en mis manos.

--"Mira"--señalé con pose heroica y todo la nota en la hoja de papel.

Después de revisar el examen por unos segundos, mis padres voltearon a mirarme sorprendidos.

--"¿Aprobaste un examen de matemáticas?"— preguntó papá, y una vez asentí, pude ver que se encontraba tanto o más orgulloso que yo –"¡Felicidades hija! Te dije que algún día lo lograrías".

Pero… mamá me mira preocupada.

--"Hija"--susurró –"No hiciste… trampa, ¿Verdad?"--inquirió con rostro sombrío, mientras mi padre me miraba también, anhelante.

¿Otra vez?

¿Tanta cara de tramposa tengo?

--"¿Cómo crees?"--grité indignada—"¿Es que no confías en mí?"

Ella me miró apenada, mientras papá simplemente nos observaba con su rostro impasible.

--"Madre"--continué, más calmada—"¿Crees que de haber querido hacer trampa, no la hubiera hecho antes?"

--"Sí hija, lo siento" --se disculpó ella –"Es simplemente que es algo… extraño que hayas aprobado un examen de matemáticas con tan alta calificación".

Lo mismo que había dicho Rika.

Ni modo, todo el mundo cree que mi cerebro jamás memorizará una fórmula matemática sin perder millones de neuronas en el intento…

No es como si pudiera pedirle peras al olmo, o algo así.

¡Pero lo logré!

--Yo también lo siento, mamá—me disculpé sonriendo.

--Bueno, pero esto es motivo de celebración. Voy a preparar algo de cenar.--propuso papá, y antes de que pudiéramos decir algo, desapareció tras la puerta de la cocina.

Ambas sonreímos.

CONTINUARÁ.

Oh sí, hoy no quise poner un final intrigante, o el capítulo, para ser el primero, resultaría eterno. Bueno, esta es mi idea así que espero sus opiniones. Les puedo decir que veremos una Sakura muy dramática en esta ocasión, después de todo, es el punto de vista de una chica…

¿Alguien sabe dónde encuentro a Wall-E?

En fin, del próximo capítulo les puedo decir que veremos mucho más Shaoran (oh cielos, no hubo sufieciente de él en este capítulo), una competencia SxS (y no, no es atletismo)… y la aparición de dos nuevos personajes, una de ellos, mi pequeña y no muy adorable creación que irá cobrando importancia; el capítulo está terminado pero aún debo revisarlo, editarlo y eso.

Ya sabes, oprime el botoncito morado que dice "Go" y deja tu amenaza de muerte, o la autora irá por ti y pondrá tu trasero en un contenedor de basura…

Hasta la próxima xD.