La historia de Blood+ asi como los personajes no me pertenece.

Homicidio

Lo que iba hasta ese momento del día, a Saya no le había ido nada bien, de hecho, desde que había llegado a Nueva York, todo en su vida, y a momentos de la misma, había sido un desastre, aunque casi nadie se diera cuenta de ello mas que Hagi, quien a veces, en contadas ocasiones trataba de consolarla con algún breve abrazo, alguna pequeña palabra de aliento o alguna mirada de apoyo, siempre manteniendo un limite determinante entre él y ella. Claro, Hagi con esa eterna seriedad y frialdad, ese… despego emocional, era incapaz de sobrepasarse siquiera en un abrazo.

Sobrepasarse, a veces la palabra le resultaba terriblemente vulgar dada la acción, y en otras ocasiones, la anhelaba con todas sus fuerzas. No se dio cuenta ni quería recordar el momento en que esa idea se concibió en su ya alterada cabeza, era un detalle desconcertante que le revolvía la mente y le causaba una fuerte jaqueca cada vez que intentaba analizarla a detalle, y aunque trataba de ignorarlo, sabía muy bien que era un pormenor capaz de cambiarle la vida, y sus ideales, así como sus prioridades, ósea, era un detalle que le joderia la vida. Era precisamente esa la razón por la cual trataba de pasarlo de largo como si nada; su vida ya había tenido suficientes cambios, vueltas y viajes de cabeza, cosas que la verdad ya la tenían mareada y apunto de vomitarse encima. Sentía que estaba amarrada al carrito eléctrico, en el paseo eterno de una montaña rusa de la cual no le permitían bajarse.

La televisión prendida con ese volumen tan desmedidamente alto no ayudaba en nada, sin embargo, le llamo la atención ver por séptima vez en los últimos dos días, la noticia de una serie de asesinatos que ya tenían algo de tiempo suscitándose misteriosamente en la ciudad, con ciertas características que no eran difíciles de reconocer para ella, y que tampoco podía dejar pasar.

Hay detalles que no pueden dejarse pasar.

-¿Otro asesinato?- Kai se paro junto a Saya mirando al televisor y escuchando la noticia asombrado. Desde varios días atrás, los noticieros de Nueva York se habían visto plagados de las misteriosas muertes de algunos jóvenes, y del ahora incomprensible pero ya famoso autor de la matanza en serie.

-Hace unas horas se informo del homicidio de Andrew Bridge, de 23 años. Su cuerpo fue encontrado en el cubículo de un baño del centro nocturno "Sky High". La causa de muerte fue una enorme perdida de sangre, ya que a la victima se le encontraron múltiples mordidas en el cuello y hombros, y prácticamente el cuerpo se encontró "seco". Las autoridades están alarmadas frente a la gran cantidad de asesinatos que se han presentado últimamente en la ciudad, muertes las cuales presentan las mismas características de mordidas en el cuerpo y una gran perdida de sangre…- los presentes del departamento que veían la noticia con atención, se miraron entre si unos segundo, confirmando mutuamente sus sospechas, que hasta ahora habían decidido guardarse, imaginando quien era o quienes eran los asesinos que comenzaban a aterrorizar a la ciudad, y a llenar el televisor de las alarmantes noticias que comenzaban a sembrar el pánico entre los ciudadanos, algunos de ellos, ya hasta lo pensaban dos veces antes de salir cualquier fin de semana a divertirse por la noche.

Antes de todo ello, hubo asesinos locos como el Hijo de Sam y sus asesinatos al azar con revolver y su locura esquizofrénica con perros y demonios, o Joel Rifkin y sus matanzas contra mujeres, pero de alguna forma, extraña e incomprensible, la naturaleza de matar de este nuevo asesino, era peculiarmente… macabra, y escalofriante. Casi como si no fuera de este mundo. Era algo demasiado oscuro y perturbador. Desde el ataque terrorista contra el World Trade Center el 11 de septiembre del 2001, la ciudad de Nueva York nunca había sentido tanto miedo como ahora.

-¿Creen que se trate de…?- el incomodo silencio se rompió gracias a Kai, aunque la verdad era que había resultado contraproducente, al menos para Saya quien comenzaba a encogerse en su sofá, entre decepcionada y frustrada. Decepcionada por saber que la cercana y peculiar asesina andaba por ahí vagando, dando rienda suelta a sus instintos y clavándoles los dientes al primer joven que se le pusiera enfrente, y ella sin poder encontrarla y hacer lo que tenia que hacer, y frustrada… por la misma razón.

-Puede que sean quirópteros, aunque es poco probable ya que fue en un lugar con mucha gente, así que solo queda pensar que hayan sido caballeros o… la misma Diva. Aun no podemos sacar conclusiones con tan poca información- afirmó David con seriedad, mirando a Kai y casi diciéndole "Ni se te ocurra decir o hacer una tontería". Si bien el chico había madurado muchísimo desde la muerte de su hermano hace un año, su inmadura impulsividad colérica a veces salía a flote sin remedio ni freno alguno.

-Los ocho muertos de las últimas dos semanas contaban con ciertas características físicas comunes. Las victimas eran hombres jóvenes entre 17 y 25 años. Todos los crímenes fueron en lugares dentro de centros nocturnos o cerca de estos. Contaban con una excelente salud, y las autopsias revelaron que todos presentaban indicios de excitación sexual justo antes del asesinato, por lo cual se cree que el autor de los macabros crímenes es una mujer. A pesar de que en las escenas de los crímenes se encontró suficiente evidencia para hacer una lista de sospechosos, cosas tales como cabello, huellas digitales y las marcas de los dientes, aun así las autoridades no han encontrado ningún documento existente del posible asesino, lo cual desconcierta aun más…- la reportera siguió hablando ante las cámaras, ya sin que nadie en el departamento le prestara atención alguna. No había nada más que pensar, era obvio para ellos saber quien era el causante de todo eso, pero no podían ir a la policía y llegar diciendo como si nada que la asesina era un quiróptero hembra, vampiresa o como se le llame, además, para resolver esos problemas estaban ellos… o más bien, estaba Saya.

-Fue Diva- aseguró la joven apagando el televisor. No quería escuchar más cosas de lo que estaba haciendo su hermana, y que hasta ahora no había podido detener. Era como si hasta la gente que desconocía la verdadera situación, le estuviera echando en cara que aun no había matado a su hermana como ella misma prometió mucho tiempo atrás.

-¿Cómo puedes estar tan segura?- pregunto Kai torpemente, sacándole un gesto de fastidio a Mao ante tan obvia pregunta.

-Por el simple hecho de que todos son hombres jóvenes y se encontraban excitados antes de ser asesinados… Diva es así- dijo suspirando cansada, para después dar paso a un pequeñísimo gesto de repulsión- Le gusta salir a divertirse y buscar victimas, hombres claro esta, para jugar un poco con ellos y luego matarlos- explico un tanto indiferente. A Kai se le helo la sangre cuando su hermana dijera que a Diva le agradaba salir a jugar, divertirse y luego matarlos, y no tanto por la acción, si no por la pena que le daba el pobre chico que se encontrara a una loca como esa.

-Suena tétrico- comento Lewis muy perturbado y arqueando las cejas mientras su piel se ponía enchinaba.

-Debiste haberla matado la última vez- espeto Kai al aire sin pensar, y Saya sintió como si le dieran con un mazo de acero directo al cráneo. El dolor de cabeza aumento de un segundo a otro.

-Si, ya se que fue mi culpa.- dijo muy irritada, llamando la atención de todos los presentes ya que Saya rara vez se escuchaba tan crispada como en esa ocasión –Pero la habría podido matar si no hubiera sido porque Amshel, ya me había roto el brazo y me estaba asfixiando, Kai- le recordó, casi reclamándole y tratando de excusarse, mascullando el nombre de su hermano con enfado mientras se levantaba del sofá.

-No te estoy presionando ni echando la culpa, solo digo que nos la hemos encontrado varias veces y aun no la has matado- se defendió el muchacho, quien irremediablemente había abierto la intrigante frase que claramente decía: "Creo que a pesar de todo, no quieres matar a tu hermana". En ese momento se dio cuenta que había metido la pata, que la había cagado, pero la impulsividad lo hacia vomitar sus palabras y no le permitió callarse la boca en ese momento y dejar de decir tonterías, como muchas veces le advertía David, o siquiera pedir una disculpa.

-¿De que hablas? ¿Crees que es fácil con tantos caballeros que tiene?- le reclamo Saya relativamente calmada, mirando indignada a su hermano.

-Oh, no. Aquí vamos de nuevo- susurro Lewis cuando todos notaron que la situación entre ambos hermanos comenzaba, peligrosamente, a notarse cada vez más tensa. Era solo cuestión de tiempo para ver a Kai estirar y estirar la liga hasta verla romperse.

-En realidad... ¿Que tan difícil puede ser? Además, fue tu culpa- "Bien Kai, la has cagado", se dijo el muchacho, y lo mismo pensó la señorita Julia, Lewis, Mao y David. Algunos de ellos se llevaron una mano a la frente, con pena ajena, y otros negaron con la cabeza. Saya miraba incrédula y furiosa a su hermano.

-Sí, se que es mi culpa, no tienes que recordármelo- dijo mordiendo las palabras al tiempo que contenía las ganas de mandarlo de una vez al diablo.

-Bueno lo siento, ¿Pero que tan difícil puede ser poner tu sangre en la espada y atravesarla?- agrego el muchacho encogiéndose de hombros como si estuviera diciendo la cosa mas normal del mundo, mientras Saya se limito a hacer un gesto de negación con la cabeza, sin creer lo que escuchaba. Las cosas que Kai le decían sonaban casi como órdenes a un robot, y por un instante se sintió como si fuera un arma de guerra o una maquina especialmente hecha para matar, y no parte de la familia que él le aseguraba que eran. Y es que a decir verdad, y por mucho que ambos lo negaran, esa familia se había destruido cuando su padre murió, se había terminado de romper cuando Riku fue asesinado, y se había ido a la mierda cuando las cosas se complicaron en ese preciso instante.

-No sabes nada- reclamo agolpada, dándole la espalda a su hermano ofendida, aunque la verdad lo que trataba de hacer, era de deshacer con desesperación el nudo que se había formado en su garganta.

-¿Qué no se nada? Ella mato a Riku, ¡¿Por qué demonios no la has matado de una maldita vez?!- grito Kai con ese tono que tanto odiaba la muchacha, provocando sacarla de sus casillas.

-¿¡Y por qué no tratas de hacerlo tú!? Si crees que eres el único al que Diva ha dañado estas muy equivocado… además… ella es mi única hermana- dijo ligeramente dolida, sin pensar lo que esas ultimas palabras podían ocasionar, pero tampoco le importaba demasiado. Creyó en ese momento, que podía ser una buena represalia contra las constantes de su hermano, tal vez eso lo haría ofenderse por un rato e irse disgustado, dejándola sola aunque con un mal sabor de boca, sin embargo, paso todo lo contrario a lo que ella esperaba, y la bomba exploto.

-¡¿Hermana?! ¿¡Como es posible que aun la consideres tu hermana después de todo lo que ha pasado!? Además…-

-¡Porque simplemente lo es, a diferencia de ti!- le interrumpió ella gritando iracunda. Kai, en ese instante y rabioso por las palabras de su hermana, se aproximo a ella amenazadoramente, tomándola bruscamente de una de las muñecas -¡¿Qué demonios estas haciendo?!- le reclamo Saya tratando de soltarse y cohibiendo su enorme fuerza para no terminar lastimándolo o matándolo en el acto. Aunque tuviera que aguantarse los bruscos tratos de su hermano, jamás se perdonaría el llegar a lastimarlo por una tonta pelea.

-¿¡Te has vuelto loca!? ¡Yo soy tu hermano, no ella!- volvió a gruñir, después de ya haber tomado violentamente la otra muñeca de la joven, aumentando inconcientemente la fuerza con las que la retenía. Saya gimió levemente de dolor, pero antes de que David y Lewis se levantaran para detener a Kai, el chico se vio amenazado con ser degollado por unas enormes garras que lo habían tomado del cuello con una fuerza sobrenatural, y si bien sabía, esa no era ni la quinta parte de toda la potencia de esas garras monstruosas, por lo cual tenia la certeza de que su cabeza podía terminar separada del resto de su cuerpo en ese instante si a él se le daba la gana.

-Suéltala- le ordeno Hagi con una frialdad cortante, quien había dejado ver su mano atestada de filosas garras de quiróptero contra su cuello, para degollarlo sin dudar ante cualquier otro acto más de agresión contra Saya. Por un momento, la tensión en el lugar llego a un punto de ebullición insoportable. Mao podía jurar y perjurar que en cualquier momento el cielo se caería encima. David estaba apunto de sacar una pistola y Lewis había seguido su ejemplo. Okamura y Julia veían casi paralizados la escena, y aunque Mao pensó en hacer o decir algo, desistió de inmediato. No estaba tan enamorada de Kai como para defenderlo esta vez. Hagi le daba demasiado miedo y a decir verdad, su ex-novio realmente la había cagado enserio. Julia estaba lista para cualquier golpe, daño o complicación física en el indiscreto muchacho, mientras Saya no dejaba de intercalar nerviosas miradas hacia su caballero y su hermano, casi escaneando cualquier reacción de ambos. La verdad tampoco quería ver muerto a Kai y estuvo a punto de pedirle a Hagi que se detuviera, mientras que el pelirrojo se había quedado inmovilizado. Quería soltar a su hermana pero era como si hubiesen fusionado las palmas de sus manos con las muñecas de ella, seguro por la fuerza que estaba aplicando sin darse cuenta, aunque no se comparaba con la que estaba rodeando su cuello, que si bien no era tanta, sabía que podía incrementarse al punto de decapitarlo, como si se tratara de aplastar mantequilla. Sentía su yugular palpitar agolpadamente contra las garras apretadas de Hagi, y su respiración comenzaba a debilitarse conforme avanzaban los segundo, y luego, como si fuera magia, sus manos reaccionaron por si solas, soltando a su hermana.

Hubo un largo silencio sepulcral. Todos esperaban ver la reacción de la muchacha, que no pudo ser mas obvia -Si quieres hacerte llamar mi hermano, comienza a comportarte como tal- le echo en cara, mirándolo iracunda y decepcionada, agarrándose las muñecas lastimadas saliendo del edificio con prisa. En cuanto Hagi noto que Saya se iba del lugar, soltó a Kai, casi aventándolo contra la pared y salio con rapidez detrás de ella.

Todo el equipo del Escudo Rojo se recargo pesadamente contra sus lugares y suspiro cansado y aliviado, liberando la tensión que se les había metido al cuerpo y que tanto habían soportado.

-¡Saya espera!- exclamo Hagi alcanzándola a unos metros del edificio de departamentos, y tomándola por los hombros al ver que esta no le prestaba atención, pero ella lo rechazo soltándose bruscamente.

-Estoy harta. Estoy cansada, hastiada de que todos esperen todo de mi. Se que fue mi culpa pero… per…- Saya titubeo antes de seguir hablando al notar como su voz se le quebraba, y luchaba con todas sus fuerzas contra el enorme nudo que le atrofiaba la garganta, provocando sin querer llamar la atención de algunos cuantos transecuentes, los cuales se le quedaban mirando a Hagi, seguramente malinterpretando que él era el causante del llanto que estaba apunto de concretarse en la muchacha. Saya, al darse cuenta de que estaba haciendo el ridículo y estaba haciendo pasar a Hagi un bochornoso momento, se calmo, pero no pudo evitar dejar caer una breve y pequeña lágrima que limpio de inmediato con agresividad, como si quisiera arrancarse la cara.

–No se de que presume- dijo con una torcida sonrisa amarga, sarcástica, como si se lo dijera a si misma –Tal vez hubiera sido mejor dejarlo en Londres, no venir a Nueva York con él- dijo desviando la mirada tratando de evitar que Hagi la viera, sintiéndose un poco culpable por lo que decía. Después de todo su hermano solo trataba de ayudarla, el problema era que no sabía como hacerlo sin dejar de ser bestialmente inepto para ello.

Hagi trato de hacer algo, tratar de consolarla un poco. En todo caso él era un inepto en eso, y aunque sabia que no funcionaria, de alguna forma tenia que hacerle saber que la apoyaba, sin embargo antes de que pudiera hacer cualquier cosa, ella le dio la espalda –Quiero estar sola. No me sigas- le dijo, o lo que era lo mismo, lo había mandado al diablo, y así, Saya se dispuso a dar una vuelta por ahí sola como quería, y aunque a su caballero le preocupaba que anduviera sola deambulando por quien sabe donde y sin su espada, por primera vez se vio en el dilema de detenerla o dejarla hacer lo que quisiera.

Se decidió por la segunda opción. Tenia la obligación de obedecerla, ¿No es así? Pero, ¿Cuando debía hacerlo y cuando no? Vaya caballero que era, se dijo frustrado.

Kai había estado muy atento observando toda la escena desde la ventana, y aunque no alcanzo a escuchar lo que hablaban, por la mirada helada y macabra que Hagi le había mandado desde la calle pocos segundos antes, Lewis le advirtió que tenia que ponerse a correr, porque si bien Saya le había tolerado su arranque de furia, Hagi no haría lo mismo, así que el hombre a modo de broma, le pidió a Julia que fuera preparando las curitas, las vendas, las gasas, y quizás un yeso para la pierna o el brazo.


Ok, capitulo reeditado. Ya saben, soy ligeramente perfeccionista y siempre siento que algo le falta al capitulo, es por eso que todos los capítulos los reeditare, poniendo un poco de esto, quitando otro poco de aquello, corrigiendo dedazos o frases fuera de lugar y cosas así, y con respecto al titulo, es simple. La historia empieza con la noticia de los asesinatos de Diva, cosa que desata una pelea entre Kai y Saya, y después Hagi, y a partir de ese suceso, agregando lo que pasa en capítulos siguientes, crea un rompimiento, algo así como un "homicidio" entre la relación de hermanos de Kai y Saya, y después un "homicidio" constante entre las relaciones de los demás, donde todos se convierten en los asesinos de sus propias prioridades y anhelos. Un rompimiento con un perpetrador de por medio, ellos mismos.

Explico esto porque hubo de pronto algunas personas que me dijeron por mensajes y messenger que no entendían del todo los títulos, y ahora que estoy reeditando aprovechare algunos para explicar ese tipo de cosas.

Me despido

Agatha Romaniev