Hooolaa chiiicooos!! Bueeh, lo prometido es deuda!! Tengo el último capítulo en mis manos levanta el pergamino xDDDDDDDD

Así es, nuestra historia está oficialmente concluida T.T Es el primer "fic" que acabo... es un Mini, así que supongo que fue más fácil. Quiero darles las gracias a todos, por hacer de esta historia algo divertidísimo para mí!

Besotes para todos y sigan soñando, ilusos! Porque aquí todavía hay Harmony para rato!


Capítulo 9: Definitivamente, ¡bendito error!

- ¿Herms? ¿Me estás escuchando? – ¡no! No lo estaba escuchando, estaba muy ocupada viendo como Harry caminaba hacia la puerta del Gran Comedor…

No pudo más. Soltó sus manos sin decirle nada, no había tiempo. La gente seguía bailando, ella corría, trataba de pasar entre ellos. ¡Merlín! ¡Que idiota había sido!

- ¡HARRY! – gritaba por encima de las parejas de padres e hijos que bailaban felices; intentaba abrirse paso, pero la música continuaba cambiando y no podía avanzar - ¡Disculpe! – gritó cuando golpeó a una pareja, pero realmente no le importaba. Todo lo que quería era llegar hasta el moreno.

El ojiverde continuaba avanzando, no se detendría, no ahora. Ya no había nada más que hacer ni qué decir. Ella no lo quería, eso estaba claro. Le pareció escuchar su nombre a lo lejos, pero no lo creyó, quizás se había equivocado, después de todo ¡¿quién diablos podía estar llamándolo en ese momento?! No iba a voltear, no iba a regresar. Su alma estaba en el suelo, al igual que su moral.

- ¡Harry, espera! – definitivamente ese sí había sido su nombre. Se detuvo, no quería voltear y encarar a quien fuera el que lo llamara, pero sentía la necesidad de hacerlo. Se giró de un solo golpe, sin esperar nada. Y la vio. Hermione venía corriendo hacia él, parecía que la gente no la dejaba pasar pero ella continuaba intentándolo.

¿Qué querría? ¿Decirle que siempre sería su mejor amiga? ¡Maldita sea! ¡Él la amaba! Había estado seguro de que ella sentía lo mismo, que sólo era temor a cambiar de amigos a más que eso, pero le había demostrado que no, no es que tuviera miedo o estuviera confundida, era que simplemente no lo amaba tan locamente como él la amaba a ella.

La castaña continuó avanzando hasta que llegó a donde se encontraba el peliazabache. Su corazón latía más rápido que nunca, sus manos sudaban, sus piernas temblaban. ¡¿Es que acaso ese hombre podía provocar más reacciones en ella?!

- ¡Harry! Te dije que esperes un momento – el muchacho la miró por unos instantes y se giró para seguir caminando, pero ella lo tomó del hombro, no lo dejaría escapar esta vez – Harry… yo… por favor…

- D-Déjame…. – balbuceó a su vez el ojiverde; no quería escucharla, no quería mirar sus hermosos ojos miel, no quería sufrir más. Simplemente no lo resistiría. Siguió caminando ignorando las protestas que ella hacía.

- ¿Qué te pasa? ¡Harry! – corrió un poco más, ya que el moreno se estaba alejando nuevamente de ella, y le tomó el brazo, pero él suavemente se soltó de ese intento desesperado de hacer que se quedase allí; ¿por qué no se detenía? ¿Qué trataba de hacerle? ¿Acaso no habían palabras que lo hicieran detenerse? ¡Maldición! Estaba por cruzar el umbral de la gran puerta y ella era conciente de que si él salía, lo perdía para siempre - ¡HARRY!... Yo… te amo… - listo, era todo lo que podía hacer, decirle lo que sentía, ahí, en frente de todos… ¿había funcionado?

El moreno continuó avanzando, dio dos pasos más. Luego se detuvo. Le pareció haber escuchado algo pero estaba casi seguro que era su bendita imaginación poniéndole una trampa.

La muchacha se percató de esto. ¡Él se había detenido! ¿Esa era la solución entonces? ¿Gritarle a los cuatro vientos lo que sentía por él? ¿Reconocer que lo amaba?

- ¡Yo te amo! – Volvió a gritar - ¿Me escuchas Harry Potter? ¡TE AMO! – todos los presentes dejaron de bailar y se concentraron en esos dos individuos que desde el inicio de la noche habían actuado muy raro.

El moreno se giró para afrontar a la ojiambar con las emociones a flor de piel. ¿Le estaba diciendo que lo amaba? ¿Estaba jugando con él o qué? ¿Por qué demonios le hacía eso? Ella comenzó a caminar decididamente hacia él, había un brillo especial en sus ojos. El ojiverde no sabía si sonreír o simplemente seguir andando.

- ¿Qué… qué dijiste? – le preguntó con un hilo de voz. La castaña continuó caminando, se acercaba tanto que parecía que chocarían, pero se detuvo sólo a unos centímetros de su rostro - ¿qué fue lo que dijiste? – volvió a preguntar.

- ¿Que qué dije? – tenía una mirada fría, el muchacho pensó que todo lo había alucinado, ¡tenías que estar bromeando! – Pues… que te amo, ya no hay duda… te amo ¿me escuchas? – esa mirada fría de pronto se esfumó y ella le dedicó una hermosa sonrisa, una verdadera sonrisa. Sin más detalle puso sus manos en las mejillas del muchacho y lo atrajo hacia ella, este era el primer beso que la castaña había iniciado.

El peliazabache no se resistió y se dejó llevar por el beso que parecía haberle devuelto la vida, la vida que había perdido al pensar que ella no le correspondía. Hermione bajó sus manos y las enrolló alrededor del cuello del muchacho. Este, a su vez, puso sus manos en la espalda de ella y la atrajo más hacia él. Los dos estaban embriagados de sus respectivas fragancias y querían más el uno del otro.

La ojiambar podía sentir como su lengua jugaba con la del moreno y eso le encantaba. Nunca antes había disfrutado así un beso, nunca antes se había sentido tan tranquila, tan feliz. Disfrutaba de las caricias que él hacía en su pelo, gozaba al notar sus manos apoyadas en sus caderas. El aire se les acababa, trataban de hacerlo durar lo más posible para no tener que separarse pero fue inevitable.

- Tú… yo… realmente pensé que no me amabas, realmente pensé que no me querías en tu vida… ¿me estás hablando en serio? – aún no lo podía creer.

- Tienes que tener dos cosas en claro; uno, nunca en mi vida he hablado más en serio; dos, me comporto como idiota cuando estoy cerca de ti… así que no te sorprendas porque me haya demorado tanto… - no quiso esperar más, se abalanzó hacia su amor y lo besó con más pasión.

¡Merlín! ¿Cuándo fue que los besos de ese hombre se convirtieron en algo adictivo? Algo extraño comenzó a llegar a sus oídos, ¿esos eran…? ¿Acaso esos eran aplausos? A pesar de que el moreno soltó un rugido en forma de protesta, tuvieron que separarse. Voltearon a mirar a su alrededor, la gente no había vuelto a bailar, la música había parado y ahora todos contemplaban su escena de amor cual obra de teatro en el escenario.

- Bueno, una vez más se demuestra que Hogwarts está marcado por muchas historias; algunas son de batallas y otras, como en este caso, de amor… sigamos disfrutando del baile – la Directora había hablado, les hizo unas señas a los músicos y siguieron tocando; los dos tórtolos continuaron abrazados por unos momentos, moviéndose al compás de la música… McGonagall se acercó a ellos sonriéndoles con moderación – chicos… creo que es hora de regresar…

- ¿Qué? – exclamaron los dos confundidos.

- ¿De qué habla, profesora? – inquirió el moreno.

- Muchachos, están hablando conmigo, ¿no se preguntaron por qué no hubieron muchas complicaciones? ¿por qué es que los Harry y Hermione del futuro no estaban?...

- ¿Usted…? ¿Usted sabe que nosotros…? – balbuceaba la ojiambar confundida.

- Así es… - aceptó la bruja como si fuera la cosa más obvia del mundo – yo recuerdo cuando esto pasó, recuerdo que Alastor estaba muy raro y ustedes no aparecían, de inmediato supe que algo les había pasado, luego oí a unos alumnos comentar que Seamus Finnigan los había mandado al pasado, le advertí a Ojoloco que tenía un día para traerlos; ya estaba anocheciendo cuando yo regresé y al ver que no estaban en el aula, recorrí los alrededores del Castillo y vi cómo Weasley los desapareció y observé los movimientos que hizo, de inmediato supe que los había mandado al futuro, dieciséis años al futuro.

A penas vi esto, regresé a mi oficina, pues yo sabía que sería difícil para ustedes no inmiscuirse con la historia, así que saqué ese recuerdo, lo puse en un frasco y complementé varios hechizos, de manera que se convierta en un Vociferador que se activara la mañana del día en que ustedes aparecerían aquí. Así que hoy en la mañana, a pesar de que no creía que ustedes llegarían tal como lo explicaba el Vociferador, mandé a los Harry y Hermione de este tiempo a una "segunda luna de miel" que les obsequiaba Hogwarts. No fue fácil convencerlos… pero aquí están ustedes y todo salió bien, después de todo…

- Wow – exclamó el peliazabache… - y ahora… ¿tenemos que regresar?

- Sí, mientras más tiempo pasen aquí, hay más riesgo… vamos a mi oficina.

Los tres se encaminaron hacia el determinado lugar. La oficina de McGonagall no había cambiado demasiado, casi nada. Sólo uno que otro adorno nuevo. Pero seguía sobria y distinguida.

- Nos vemos, chicos… será un placer verlos crecer… - levantó la varita mientras Harry y Hermione se tomaban de la mano y se daban un tierno beso - ¡TEMPUS INCANTATEM! – ni siquiera se fijaron en los símbolos que hacía… ellos sólo se besaron.

- Y en unos minutos la dichosa esfera nos envolverá… - comentó la castaña mientras observaba los ojos soñadores del moreno – es… tan raro… todo empezó con el nefasto error de Seamus…

- ¡Pues bendito sea Seamus y su error! – diciendo esto el ojiverde le dio el último beso a la muchacha, antes de que la ya muy conocida esfera blanca los atrapara por última vez.


Qué les pareció? Espero les guste!

Dios los guarde!

La Jooovi