Hola a todos
Primer capitulo de la mini-serie…
Nota: Este fic fue inspirado en la canción si tú no vuelves de Miguel Bossé, se las recomiendo, para que la agreguen a su lectura.
Escarlata
By Brisa Black
Capitulo 1
"Encuentro de Fusiles"
Un año exacto había pasado desde la última batalla contra el tercer Reich y las cosas poco a poco se habían ido normalizando. Las ciudades fueron nuevamente reedificadas y las personas comenzaban a retornar a sus hogares. Lentamente Londres volvía a ser la antigua y noble ciudad, de antaño.
Icono indiscutible de dignidad y tradición volvía a brillar.
Para la mayoría de los habitantes de Inglaterra y sus alrededores el motivo de la guerra fue solamente una nuevo alzamiento alemán en busca de poder. Un desastre bélico, igual a sus antecesoras en las que soldados peleaban, por sus respectivas naciones... Fueron muy pocos los que estuvieron al tanto de lo que pasaba en realidad pasaba y quienes fueron los que se enfrentaron verdaderamente en esta disputa, que no era solo territorio lo que se jugaban los soldados.
Hablábamos del destino del orden establecido y la preservación de la especie humana. Con la caída de Millenium la guerra frontal termino, pero los constantes alzamientos de insurrectos y rebeldes grupos de vampiros seguían manifestándose con la misma frecuencia.
La Organización Hellsing seguía resguardando la seguridad del país ante cualquier amenaza sobrenatural y oscura. Era precisamente esto lo que hacía en esos instantes…
Londres, 23 de julio del 2006
En una calle poco transitada se encontraba un fuerte contingente de soldados rodeando una antigua fábrica, en un sector periférico de la ciudad. Los camiones de la institución estaban puestos de una forma estratégica, bloqueando todas las salidas de edificio.
Los "Gansos Salvajes" iban y venían cumpliendo órdenes del Capitán Pip Bernadette, mientras Victoria se encargaba de dirigir a las unidades directas de Hellsing (aquellas que se enlistaron directamente en la organización).
Ahora, una nerviosa oficial escuchaba atenta las instrucciones dadas por el móvil.
-Pero Sir Hellsing no cree que es muy peligroso que…- se cortó y cerró los ojos asustada. – No…yo…yo no insinuaba nada de eso…- Apartó el auricular de su sensible oído, ante el fuerte grito- yo solo…por supuesto…es que…como el amo no esta… - Casi deja caer el móvil por la potente respuesta recibida -…yo no…- frotó una de sus sienes con la mano libre en un evidente actitud nerviosa- Como usted ordene señor…- fue lo último que murmuró antes de que la comunicación fuera cortada del otro lado y el pitido de la línea vacía se hiciera escuchar.
Lanzó un suspiro cansado.
No había caso en discutir con el maestro de su maestro, era realmente todo un caso. Igual de terca y voluntariosa que su Amo, con toda razón se llevaban como el perro y el gato esos dos.
Suspiró derrotada y se mantuvo estática por unos segundos, mientras recuperaba la calma. Luego de unos momentos en los que inspiró y exhaló pausadamente, comenzó a cumplir ordenes.
-¡Pip! – llamó.
El aludido despidió a las unidades y se acercó.
-Dime, Mignonette…- Le lanzó una sugestiva mirada lujuriosa con su único ojo visible, para luego sin discreción alguna recorrerla de arriba abajo con la vista. Rodó los ojos fastidiada, por tener que convivir con esa olla de testosterona. Pero, por esta vez decidió ignorarlo, ya después tendría tiempo para estamparlo contra el suelo.
-Nuevas ordenes de la matriz. Hay que detener la entrada y esperar…-comunicó con sequedad.
El francés, alzó las cejas con gesto incrédulo – ¿Lo a dicho lo doncella de hierro…?- preguntó indiferente. Actitud que jamás tendría directamente con Miss Hellsing, a no ser claro, que quisiera que le arrancaran el ojo que le quedaba.
-Si. – Hizo una pausa – Ella dirigirá personalmente esta misión.
Silbó levemente sorprendido – Valla, esto se pondrá bueno.
-Supongo, pero…- Dudó unos segundos antes de continuar –…tengo un mal presentimiento de todo esto…- Bajó la mirada desanimada.
- No te preocupes, no es la primera vez que hace algo parecido. Además puedo afirmar que ella es más peligrosa que tú y yo juntos, incluidos licantropía y vampirismo… - puso una mirada pensativo y continuó entusiasmado –Es realmente un espectáculo verla dirigir en terreno – hizo una pausa como recordando -…interesante y definitivamente escalofriante.
-Lo sé, pero aún así me inquieta, más sin la presencia del Amo cerca.- Alzó levemente los ojos al cielo sin prestar atención a lo que decía él.
- Que ella no sepa que dijiste eso. No vivirías para contarlo…- jugueteó levemente con el extremo de su trenza, ella sonrió sin ganas.
Sentía un gran aprecio por Integra, la veía como una figura protectora y fuerte. Al igual que Alucard. Ellos y Pip eran la única familia que tenía. Después de lo de Walter el círculo se vio más reducido.
-Arriba ese animo que estará bien. Además estamos nosotros para proteger esa frágil vida mortal, dentro de esa poderosa imagen de piedra.
Sólo asintió en respuesta.
Terminaban de hablar, cuando un lujoso Rol Royce se estacionó a unos metros de distancia. La puerta posterior se abrió y emergió la alta y esbelta figura de Integra Hellsing.
Ambos subordinados quedaron levemente descolocados ante la repentina llegada. Por su parte, y haciendo uso de su habitual fuerza descendió del auto y comenzó a caminar hacía sus dos oficiales.
- ¡Oficial Serás! – Su voz sonó autoritaria.
La aludida dio un respingo al verla caminar hacía ella con tanta autoridad. Así que no sabiendo como reaccionar hizo un gesto militar automático – ¡A sus ordenes Sir Hellsing! – exclamó.
-Informe. – Demandó secamente. Pip con disimulo se alejo, sin decir palabra. Tenía la ligera sospecha que su jefe le tenía manía o algo, no tan evidente como Alucard por supuesto con el vampiro si que debía irse con cuidado porque estaba seguro que al primer descuido o se lo almorzaba o le partía el cráneo de puro gusto. Pero tenía toda la sensación de que disfrutaba reírse a su costa.
Victoria comenzó a relatarle lo ocurrido hasta ese momento, mientras ella escuchaba atentamente con la mirada fija en el galpón. En ningún momento su rostro desvelo alguna señal de lo que estaba pasando en su interior, ni ninguna emoción.
-Civiles y unidades caídas. – Su semblante se mantuvo duro. Mientras mordía el puro y lanzaba el humo con elegancia.
-Emph…- titubeó momentáneamente ante la pregunta. Al escuchar el leve balbuceo Integra quitó la vista de su punto de ataque y le dirigió su fría mirada –…doce indigentes que habitaban en el lugar, dos policías y ninguna unidad de la organización. – completó rápidamente.
Asintió levemente con la cabeza y por un breve y tenso momento guardó silencio. La oficial esperaba atenta las instrucciones de su superior.
De un momento a otro el gesto adusto desapareció, mientras una fría sonrisa torcida apareció en sus facciones. Gesto que no le agrado nada, nada a la joven vampiro.
-Serás, tú y el capitán Bernadette seleccionen un grupo con los mejores hombres de ambos lados. Entraremos de sorpresa en un ataque frontal, quiero que los que queden fuera estén atentos para ingresar ante cualquier eventualidad…
Quedó en una pieza al escuchar la declaración – ¿Ataque frontal? Pero eso no es…espere un segundo usted…- Titubeó, para luego mirarla con aprehensión y continuar –… ¿usted dijo "entraremos"?
-Por supuesto oficial, yo dirigiré personalmente este asunto, ¿algún problema con ello? – Preguntó, mientras le dirigía una mirada, por encima de los anteojos, que enfriarían el mismo infierno – Tiene quince minutos para completar la orden. Ni un segundo más.- Se volteó y se dirigió hacía otro sector.
Lanzó un hondo suspiró y se dirigió a cumplir las órdenes, todo tenía que estar listo en el tiempo establecido.
Quince Minutos después…
Un cuarto de hora justo, se demoro en cumplir las órdenes de su superior, justo a tiempo y con eficiencia. Reunió un grupo con los más veteranos de los soldados, mientras Integra dejaba claras instrucciones de lo que se debía hacer en cada eventualidad. Tenía todo, absolutamente todo pensado. No le sorprendía que, esa fuerte mujer, hubiese podido gobernar con tanta eficiencia la grande y poderosa organización.
Esperaba algún día, poseer la mitad de determinación.
Los minutos pasaron rápidamente y un pequeño grupo de veinte unidades más los tres líderes se adentraban en el oscuro y tétrico galpón. Como era de esperar, Integra se fue a la cabeza guiando; seguida muy de cerca por Pip y Seres. Ambos algo inquietos por lo que ocurría.
De pronto a Pip no se le hizo tan buena idea que su jefa hubiese salido con semejante plan…si le pasaba algo no quería ni imaginarse la reacción de Alucard. Quizás, solo quizás, los temores de la Chica Policía no eran infundados...Tragó duro. Más le valía mantener los ojos bien abiertos.
Avanzaban con paso seguro por los sucios pasillos. El silencio era pesado e incomodo, interrumpido sólo ocasionalmente por el correr de las ratas y otras alimañas irreconocibles.
Los segundos pasaban lentamente, mientras el pequeño grupo se iba internando dentro de la guarida de los no muertos. Sin saber como, terminaron frente a unas escaleras enmohecidas e inestables.
Integra con gesto adusto saco una radio de su largo abrigo gris y comunicó. – Unidades todo tranquilo, manténgase alertas a la señal. Cambio.
-Si Señor Hellsing, esperamos su señal para entrar. Cambio…
No agrego nada más y guardo el aparato nuevamente entre sus ropas, para luego girarse y decir. – Bien ahora quiero que todos presten más atención estamos llegando al nido, mantengan sus armas listas y dispuestas que en cualquier momento aparecerán…- terminaba de decir esto cuando un grupo de unos cuarenta vampiros comenzaron a rodearlos.
Los miembros de Hellsing se pusieron en guardia, mientras Pip y Victoria se ubicaban junto a Integra apartándola ligeramente del frente. Todos sacaron sus armas de forma sincronizada y apuntaron. Los vampiros comenzaron a avanzar lentamente cerrado el circulo a su alrededor.
-¡A la cuenta de tres! – Exclamó con voz pausada- …uno…dos…- la tensión se sentía en el aire – ¡TRES! – gritó con fuerza comenzando el ataque de manera simultanea por parte de ambos bandos.
De manera frenética las criaturas oscuras y los humanos peleaban por la supremacía. Ambos lados parejos, sin ceder un centímetro y gritando ordenes al aire. Los vampiros caían uno tras otro seguido por las caídas ocasionales humanas.
Integra avanzó disparando y degollando a cuanto enemigo se le cruzaba por delante, en una danza llena de elegancia y precisión. Jamás se lo confesaría a nadie, pero entendía el gusto de Alucard por el campo de batalla.
El sentir la adrenalina de una buena pelea, el olor a pólvora y a sangre, el sonido del cuerpo desplomarse en el suelo…el miedo y la confusión de los rostros de los impuros al no saber que los, golpeo la hacían sentir más viva que nunca. La sacaban del letargo en el que debía sumirse diariamente, para poder controlar sus potentes emociones.
Tan encarnizada estuvo la pelea que ninguno de los oficiales percibió la lejanía paulatina de su líder. El número de vampiros descendía velozmente, pero aún les doblaban en cantidad. Las unidades de la institución también descendían, ya había varios soldados caídos.
El capitán de los gansos disparaba a diestra y siniestra abriendo poco a poco el radio, mientras era cubierto por Victoria, que no erraba tiro.
-¡Mignonette, estas alimañas son de lo más asquerosas! – Hizo un gesto de repulsión, sin dejar de apretar el disparador.
-¡Los he visto peores…! – Su vista no se desvío de su objetivo.
-Presumida. – murmuró levemente molesto.
Serás rodó los ojos, y volteo la cabeza para comprobar las acciones de Sir Hellsing. Qué sorpresa se llevo al percatarse que no estaba detrás de ellos como esperaba, sino, en el otro frente de la batalla, abriéndose camino con ímpetu.
-Maldición. – Juró por lo bajo. Rápidamente se dirigió hacía el otro sector.
A mitad de camino un ejemplar anormal especialmente grande y fuerte la detuvo, sin permitirle avanzar.
-No. – Se detuvo impotente ante el enorme obstáculo. – Lo que me faltaba.
-Esto lo disfrutare. – siseó el vampiro, pasando una mano por su cabello.
Ambos se enfrascaron al instante en una fiera pelea, por lo visto era uno de los cabecillas del grupo rebelde. Y no cabía duda del porque pertenecía a los lideres.
Era realmente fuerte. Y Cada golpe que recibía la iba debilitando cada vez más.
-Valla, valla…- Se relamió con perversión. Ante el traspié que dio la joven con su último puñetazo –…una bonita y aguerrida amazona oscura.
- ¡Porque yo! – Hizo un gestó de cansancio ante la situación. ¡Jamás recibiría algún comentario medianamente decente por todos los infiernos! No solo tenía que soportar comentarios vejatorios y miradas concupiscentes de sus compañeros sino que además de sus enemigos. – No hables y lucha paria. – Su gestó cambió rápidamente al decir esto.
No necesito más para desatar la furia de su contrincante.
-¡Te arrancare la lengua perra! – gritó con ira lanzando una potente patada, que no pudo ser detenida por la vampireza recibiéndola de lleno en el estomago. Lanzándola contra una muralla de concreto, donde se estrelló irremediablemente.
Sonrió con regocijo, sacando un arma relativamente pequeña y brillante – A que no te imaginas lo que es esta pequeña. – Serás observo aún aturdida por la fuerza del golpe. Acaricio la pistola casi con cariño – Oh, por supuesto que no te imaginas, si no eres más que una ramera traidora. – Hizo una pausa. – Pero te diré de todas formas. Está hermosa arma te mandara al infierno con todos los gastos pagados…
A pesar de su aturdimiento y lamentable estado, sonrió con burla. – Y crees que me destruirás con un simple fusil mortal. No soy como tú. – Escupió, indiferente.
- ¡No me tomes por ignorante bruja! – Su mirada se opacó en ira ante las palabras de la joven. – No me es ajena tú condición. – Ahora sonrió desdeñosamente. – Pero, estas débil y pálida. Me puedo imaginar porque…pero aún así se, que no eres como los nuestros. – Soltó una risita burlona – Pero eso no quita que puedas ser destruida y esta pequeña lo hará… ¿no te imaginas como?
Victoria agrando los ojos ante la sorpresa. Era posible que tuviera balas de plata y mercurio. Por su bien esperaba que no fuera así o si no, estaría acabada.
Captando la impresión de la joven agregó- Si y con ella te mandare al infierno mujerzuela. De esta ni el diablo te salva… – Serás alzo la mirada con dificultad. Todos estaban tan sumergidos en el combate que nadie se había percatado que estaba en verdaderas dificultades ahora.
Iba a tirar del gatillo, cuando el enorme energúmeno cayó al suelo de forma estrepitosa.
Observó sorprendida a su deshecho agresor, no creyendo en la suerte que tenía. Desorientada, alzó la vista agradecida, para descubrir que el autor del disparo no había sido nada más ni nada menos que...
-Señor Hellsing…-murmuró atónita -…yo…
-Levántate Victoria, esto no ha acabado. - cortó bruscamente, mientras cambiaba el cartucho de su arma.
Dando un salto obedeció al instante.
No sabiendo que hacer, solo atinó a bajar la mirada con gratitud y vergüenza, antes de decir -Yo…muchas gracias Sir Hellsi…
Un fuerte sonido cortó la retahíla de palabras agradecidas.
Dos disparos resonaron en todo el lugar. La pelea se paralizo de improviso. Los segundos pasaron más lentos, y el tiempo se detuvo, de forma casi instantánea.
Victoria abrió los ojos con sorpresa, mientras escuchaba fluir la sangre. El fuerte olor metálico la envolvió de prisa, inundando sus sentidos.
Golpeándola.
Aturdiéndola.
Dejándola perdida sin reacción, mientras el suelo se manchaba de escarlata.
Continuara…
Aquí les dejo el comienzo de otra serie, jejejeje, no se preocupen que Regalo Nocturno seguirá siendo actualizada. Este proyecto es bastante más corto, porque ya lo tengo finalizado, así que subiré esporádicamente.
¡Bueno, cuídense un montón gente y nos leemos pronto!
Brisa Black
p.d: Venga que un comentario no les hará daño, y harán feliz a una autora…Presionen Go y cooperen con el avance de la escritura de una ficker con ganas de mejorar.