Notas del autor: ... mucho tiempo no? (se esconde detrás de una roca) si, no merezco y creo que todos me odian :'D pero espero que este capi no los decepcione, estoy editando los anteriores porque quiero darles un trabajo de mejor calidad... algo leendo.
Como bonus les regalo un dibujo :'D no me odien mejor sigan bellos! (h/t/t/p/: / / i/ 2/5/8/./p/h/o/t/o/b/u/c/k/e/t/./c/o/m / albums/hh242/fire_darkphoenix/My%20Draws/capi16op1_zps04c0e4b7./j/p/g) lo siento .-. no había otra manera de ponerlo, las diagonales hasta la m de com se quitan y las de jpg :'D
Nos leemos abajo
Let's READ!
Capítulo 16: Confusa confusión que confunde
Vergil no se encontraba muy contento, después de todo, parecía que el haber atravesado los 7 infiernos, escapado de demonios que lo veían como el almuerzo y el destrozar las especulaciones que tenía acerca de viejos filósofos humanos, habían sido nada más y nada menos que un viaje en vano. Vergil gruñó como única respuesta a las llamadas de su hermano, el cual venía unos metros detrás de él, temeroso de que la espada de energía que flotaba en torno a su hermano fuera a clavarse en algún lugar indispensable de su anatomía.
-…Ya bro, te comportas como una nena- Vergil lo miró de reojo antes de detenerse frente a un bosque. Cuando Dante estuvo lado a lado con él, Vergil se limitó a darle un zape con la funda de Yamato.-HEY!-
-Es tu culpa que estemos aquí para empezar…- Dante frunció el ceño, a punto de recriminar que todo este embrollo se debía a que cierta persona no había sido lo suficientemente inteligente como para cerrar las puertas con posibles portales demoníacos en ella. Suspiró y se rascó la cabeza, mirando a Vergil de reojo.
-Ya bro, acorde a lo que dijo Nevan, sólo debemos recuperar una maleta que está en el medio de este bosque- notó a Vergil enarcar una ceja y Dante se encogió de hombros.-No creo que sea tarea difícil, menos si estamos juntos ¿no?-
-Como digas- inmediatamente el gemelo azul comenzó la marcha, seguido de cerca por su hermano. Una vez que entraron al bosque, Vergil pudo comprobar casi después de cinco minutos de recorrido…Que estaban perdidos.
Y lo peor de todo… la culpa no era de Dante.
-…Oye Verge, juraría que ya pasamos por aquí…- Dante miró a su hermano, Vergil lucía completamente calmado, cruzado de brazos y mirando a los alrededores del bosque. Dante llegó a pensar que tal vez estaba llegando a conclusiones apresuradas, cuando notó el par de marcas en el árbol de frente, dichas marcas que Vergil había hecho con la Yamato.-…Ah entonces sí estamos per-
-¡En absoluto!- interrumpió Vergil sin mirar a su hermano. Dante enarcó una ceja, mostrándose incrédulo.- ¡No lo estamos, Dante!- el aludido asintió, aun con una mirada que no auguraba nada bueno para Vergil- ¡Dante!-
-¡Vergil!- El gemelo azul respiró profundo y se pasó la mano por el cabello, fue a sentarse sobre la primera roca que encontró, cruzándose de brazos con gesto pensativo. Dante por otro lado permaneció en su mismo lugar tratando de comprender qué demonios hacía Vergil.
-No estamos perdidos, Dante-
-Ajá- Vergil gruñó, pero intentó retomar la conversación. Miró a los alrededores y después a su hermano.
-Es este bosque, pedazo de bruto…-
-…Caray Verge, no creí que te gustara insultar a los bosques. No es su culpa que tu sentido de la orientación sea tan malo- Vergil se golpeó la cara, sintiendo esa urgente urgencia de asesinar a su hermano.
-…Me refiero, querido Dante… que el bosque está hechizado. De alguna manera cuando parecemos retomar el camino correcto, este bosque nos regresa al punto de inicio.- Se quedó callado por unos momentos, a la espera de que Dante comprendiera y analizara todas las palabras que acababa de decir.
-… ¿Dijiste regresar?...- Vergil suspiró, preguntándose mentalmente cuántos suspiros llevaba en el transcurso del día, seguramente terminaría quedándose sin aire en los pulmones.
-Déjame ponerte un ejemplo que tu cerebro de cacahuate pueda comprender- Pensó por un momento y habló nuevamente:- Dante, ¿recuerdas la película The Blair Witch Project?
Dante se cruzó de brazos y comenzó a pensar. Vergil se dio cuenta de esto cuando notó un pequeño humo negro saliendo de la cabeza de Dante.
-¿El proyecto de la bruja de Blair? ¿Ese donde se pierden en un bosque?- Vergil asintió- Ahh… ¿Ese donde parecía que el bosque no los iba a dejar salir nunca?-
-Correcto, entonces ¿comprendes ahora?- Dante sonrió y asintió al mismo tiempo, y Vergil se sintió aliviado de no tener que pensar mucho para explicarle al cabezota de su hermano algo tan simple. De repente notó que su sonrisa desaparecía, dando paso a una mueca de absoluto terror.
-GAH! VERGIL!- gritó Dante. El gemelo azul se levantó de su lugar, alarmado por semejante reacción de su hermano. Dante corrió hacia él y lo jaló del brazo echando a correr a una dirección arbitraria.
-¡¿Dante qué carajo?!- gritó el gemelo, intentando detener a Dante, pero este parecía estar en pleno ataque de histeria.
-…¡ESTAMOS EN EL BOSQUE DE BLAIR! ¡LA BRUJA NOS VA A MATAR!- Antes de que Vergil pudiera decir algo, apenas tuvo tiempo de señalarle a Dante la rama baja con la cual chocaron un par de segundos después, cayendo ambos de bruces al suelo. A este punto del día Vergil quería matar a su hermano lenta y dolorosamente.
-Eres… un imbécil- murmuró, levantándose para acomodarse la columna después de semejante golpe. Se rascó la cabeza y comenzó a buscar a Yamato, su espada que soltó accidentalmente durante la conmoción. Dante se levantó de golpe y estuvo a punto de correr nuevamente de no ser porque Vergil le puso el pie, haciéndolo caer de nuevo al suelo. Dante se levantó del piso y tomó a Vergil de la gabardina, en total histeria.
-VERGIL!- se quedó callado cuando su hermano le propinó un fuerte puñetazo, haciéndolo estamparse contra el árbol más próximo.
-NO ESTAMOS EN BLAIR!- gritó, levantándose de su lugar completamente molesto.-A veces me haces dudar de tu materia gris- murmuró. Revisó todo el lugar rápidamente hasta que dio con Yamato, la cual estaba un par de metros adelante. Vergil parpadeó extrañado, creyó haber visto algo moverse entre los árboles.
-Hey Verge, creo que encontramos lo que buscábamos- Cuando Vergil regresó con Yamato, Dante le señalaba un claro más delante de su posición, donde se podía apreciar que descansaba una maleta que parecía estar incrustada en una roca de tamaño ridículamente grande. Con suma cautela ambos gemelos Sparda ingresaron al claro, Vergil esperó algo negativo al hacer eso: Un ataque, una trampa… un comediante sin gracia. Pero no…
El ambiente estaba tranquilo…
Tal vez, demasiado tranquilo.
Cuando notó a su hermano con aire de ofendido.
-¿Es todo?- cuestionó el cazador, alzando los brazos con el mismo tono de ofensa e indignación de quien salió de ver la primera película de Crepúsculo esperando que fuera Blade: El musical o algo así. Vergil decidió ignorar a su hermano y a su sentido común que le gritaba no acercarse a la maleta. Honestamente, Vergil estaba harto, molesto, irritable y menopáusico después de tantas situaciones vergonzosas a lo largo de semejante travesía para salvar a Nero. Miró la maleta, llamándole la atención el diseño estilizado y a la vez macabro de dicho objeto. Una especie de cráneo demoníaco asomaba en el frente de la maleta, sus orillas parecían estar bordeadas de oro y parecía que un pequeño circuito brillante parpadeaba y desaparecía entre líneas de un patrón a lo largo de la maleta. Colocó ambas manos lado a lado de la maleta y con un muy poco esfuerzo logró sacarla de su lugar en la roca.
-¡ALTO AHÍ!- gritaron, haciendo eco sobre los árboles secos y sacando un "meep" de la garganta de Dante. Vergil enarcó una ceja con cara de: "¿'meep'? ¿En serio, Dante?"
-¿Quién está ahí?- demandó saber Vergil colocando la maleta a un lado y desenfundando a Yamato.
-Yo soy el cuidador de este bosque, no podrán salir hasta que yo lo permita- Vergil notó a su hermano detrás de él, sintió la urgencia de golpearlo nuevamente. Cuando sintió una presencia al frente, Dante pegó un grito nada masculino nuevamente, y Vergil estuvo a punto de convocar una serie de espadas de energía cuando…
-Hola…-
-…eh?...- Ambos hermanos se miraron entre sí, no dando crédito a lo que sus ojos veían. Frente a ellos se encontraba un hombre bajito, ligeramente calvo, con un par de anteojos de botella que los miraba simpáticamente mientras se rascaba la calva.
-… ¿Quién… quién es usted?- se atrevió a preguntar Dante, Vergil seguía demasiado impactado como para pensar claramente en algo que no fuera golpearlo con Yamato. El hombre bajito se estiró en su lugar, se rascó la espalda y con voz algo congestionada respondió:
-Soy Confucio- Tanto Dante como Vergil creyeron que podrían haber estallado en carcajadas, de no ser porque estaban demasiado shockeados como para recordar cómo era reír a carcajadas.
-…Ehm… claro- respondió Dante, tomando la maleta y empezando a retroceder, seguido de Vergil. El hombrecito pareció darse cuenta de lo que llevaban.
-Hey ustedes, ¿A dónde van con la caja de Pandora?-
-Entonces así se llama el objeto- murmuró Vergil mirando de reojo la maleta que Dante se negaba a soltar.
-La ocupamos- respondió el cazador.
-¿Para qué?- quiso saber Confucio.
-Nevan pidió que la llevásemos- respondió esta vez Vergil.
-¿Quién es Nevan?- cuestionó el hombre, ambos hermanos Sparda se miraron uno al otro. Vergil hizo un gesto con la cabeza a Dante señalando que él debía de responder.
-Una historia larga, te aburrirías si te lo contara…- Confucio permaneció callado mirando a los gemelos.
-¿Y quiénes son ustedes?- Dante iba a contestar cuando Vergil le interrumpió.
-Tenemos prisa- comenzó, empujando a Dante por el sendero que creyó los regresaría al inicio del bosque. Confucio no se movió ni dijo nada, y Vergil suspiró aliviado, haciendo caminar a Dante lado a lado.
-Qué tipo tan raro ¿no?- dijo, Vergil parecía de alguna manera estar de mejor humor. Esa "misión" no había sido tan complicada.
-En efecto, Dante. Me sorprende que no intentara evitar que nos fue… ramos…- Vergil parpadeó sin dar crédito a lo que sus ojos veían, al igual que Dante quien sintió la urgencia de entrar en histeria nuevamente.
Ambos vieron al hombrecito que supuestamente habían dejado atrás. Este les estaba dando la espalda, aparentemente mirando el sendero por donde ellos supuestamente se habían ido. Se giró cuando les escuchó y con una sonrisa bonachona dijo:
-Les dije que no se podían ir sin mi consentimiento-
Hubo un momento de absoluto silencio en el bosque, ese tipo de silencios que te dejan escuchar cualquier cosa.
Incluso el rugir del estómago de- ¡¿qué?!
Vergil miró a Dante, este no pudo evitar sonrojarse mientras se encogía de hombros.
-¡Dante!-
-Perdón bro, es que tengo hambre- se quejó el cazador, sobándose el abdomen al tiempo que iba a sentarse a la roca más próxima que vio. Miró a Confucio y con un gesto simpático preguntó:- Bueno viejo, ¿Qué podemos hacer para que nos dejes partir con la maleta?- Vergil no supo que decir al momento de ver un pequeño brillo de interés en los ojos de Confucio, porque honestamente estaba esperando que el tipo fuera negar a cualquiera de las proposiciones que Vergil tenía en mente.
-Hay una cosa…- la voz mermada del hombre bajito interrumpió el hilo de pensamientos de Vergil, el aludido miró a su hermano que lucía tranquilo y a la espera de las condiciones de Confucio.
-¿Si?- cuestionó el cazador. Se acomodó mejor en la piedra mientras veía al hombre acercarse a él y hablar en un tono tan bajo que Vergil no lograba escuchar, Dante lucía atento ante las palabras que Confucio susurraba en su oído, cuando hubo terminado una sonrisa se asomó en el rostro del gemelo rojo.
-Considérelo hecho-
Continuará…
Notas finales: Uh… si… no merezco decir nada xD pero bueno .-. aquí está el siguiente capi, lo deje así porque aun estoy estructurando el siguiente capi, no sé si lo haga un poco más largo pero sí me gustaría hacerlo mejor. Es lo que se merecen señores :''D Sigan bellos.