Pasaban unos minutos de las tres de la tarde cuando Jack y Justin llegaron al cementerio, la ceremonia ya había empezado, junto al sacerdote se encontraban tan sólo ocho personas: Alma, la ex-mujer de Ennis, con sus dos hijas, cuatro compañeros de trabajo y el agente Turner.
El sacerdote estaba diciendo unas palabras sobre el fallecido, con cara de tristeza afirmaba lo buena persona que había sido y lo mucho que Rivertown lloraría su muerte durante años. Jack no pudo evitar una sonrisa mezcla de rabia y desprecio. Sabía que Ennis no había sido feliz en su pueblo y sobre todo sabía que si se hubieran enterado de su vida sexual, lo habrían convertido en un apestado, al fin y al cabo ese miedo por aceptarse a sí mismo y por supuesto el rechazo de Jack le había costado la vida.
Por fin el discurso terminó y el ataúd fue depositado en la tumba preparada en el césped del cementerio. Los compañeros de Ennis, abrazaron a la viuda y las hijas, Jack se acercó también a Alma.
- Alma, no sabes cuanto lo siento, yo…
- Por favor Jack, déjame en paz, ¿No crees que nos has hecho ya suficiente daño?, me robaste a mi marido y ahora le has robado la vida. – Dándose media vuelta se negó a estrechar la mano que Jack le tendía. – Vamos hijas, vámonos a casa.
- Espera mamá ahora voy – La hija mayor con gran disgusto de su madre se acercó a Jack – Señor Twist, sé lo muy unidos que estaban mi padre y usted, disculpe a mi madre, pero entiéndala. Yo le agradezco que haya venido a su funeral y tenga, creo que le gustará conservar esto, mi padre lo tenía en gran aprecio.
La muchacha entregó a Jack una postal, en ella se veía un hermoso paisaje de Brokeback Mountain, Jack la reconoció al instante, era la postal que él le había enviado cuando consiguió localizar el domicilio de Ennis, y en ella le anunciaba que iba a visitarlo, en lo que fue el inicio de su relación.
Emocionado, abrazó a la chica – Muchísimas gracias, no te imaginas lo mucho que representa para mi.
Justin miraba la escena manteniéndose al margen, se encontraba incómodo por la situación, el funeral en el fondo no iba con él, y además veía como de nuevo el fantasma de Ennis se apoderaba de los sentimientos de Jack.
Jack secándose una lágrima se volvió a Justin.
- Por favor ve al hotel y prepara el equipaje, si queremos llegar a Cheyenne esta noche, tenemos que salir cuanto antes, yo no me encuentro muy bien, necesito un trago, espérame en la habitación, enseguida iré.
- Ok, Jack, no tardes.
La voz de Justin no sonó muy convincente, no le hacía ninguna gracia que Jack se fuera a beber, en su estado no presagiaba nada bueno, pero el pensamiento de que en una o dos horas estarían de viaje al Este, dejando atrás todo esto le animó.
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El agente Turner vio a Justin sentado en la puerta del hotel, su cara reflejaba la tristeza que le recomía por dentro.
- Hola, ¿Qué haces tan solo, pensaba que ya os habríais ido?, ¿Donde está Jack?, ¿Sucede algo?.
- Hola agente, eso me gustaría saber a mi, son mas de las 7, pronto oscurecerá, dijo que iba a tomar un trago, han pasado varias horas y no se donde se ha metido.
- No te preocupes verás como pronto viene.
El policía se sentó al lado de Justin, le pasó el brazo por el hombro intentando consolarlo.
- Venga cambia esa cara no creo que sea tan grave.
- ¡Como que no es tan grave!, desde que el maldito Ennis se quitó la vida, Jack está distante, creo que lo que no pudo en vida lo va a conseguir con su muerte, Jack está cada vez mas obsesionado con él, creo que lo he perdido y lo nuestro se ha terminado.
- Joder, chico no seas tan melodramático, no tiene porque terminarse nada, simplemente está triste y se siente culpable de lo que ha pasado pero verás como todo volverá a la normalidad.
- No lo entiende agente, para usted es muy fácil hablar, ya perdí a Brian mi anterior pareja por no saber estar a la altura de sus expectativas en cuanto a las relaciones con sus diferentes ligues y ahora perderé a Jack por culpa de un puto fantasma que le jodió la vida.
- Justin, para empezar trátame de tu que sólo tengo veintidós años, y en cuanto a que no puedo entenderlo…. Mira chico, claro que lo puedo entender, yo si se lo que es vencer obstáculos, déjame que te cuente algo y verás si se entenderlo. Para empezar mi nombre es John Runninghorse Turner, es decir que no soy de raza blanca, nací en la reserva que está a pocos kilómetros de aquí, y conseguí graduarme en el instituto, creo que no es necesario que te explique lo difícil que es convencer a unos padres acostumbrados a vivir de los subsidios del gobierno que dejen a su hijo pequeño estudiar. Supongo que te imaginarás como tratan los estudiantes de clase media-alta a un indio que se atreve a entrar allí.
- Perdona, John no sabía…
- Espera, déjame terminar, después de acabar los estudios entré en la academia de policía, de nuevo fui el bicho raro pero conseguí graduarme y aquí me tienes, soy agente en este pueblo, tengo una relación llamémosla íntima con el conserje del hotel en el que te hospedas, y si saliera a la luz me jugaría el trabajo y tendría que abandonar el pueblo y a mi familia. Así que chico, no digas que no puedo entender lo difícil que es conseguir lo que quieres.
- De acuerdo tienes razón, lo has tenido difícil, pero eso no evitará que se acabe mi relación con Jack.
- ¡Joder Justin! ¿No me escuchas?, ¿Es que en el Este no tenéis sangre en las venas?, Mientras él no te lo diga claramente, no hay nada perdido, tienes que luchar por lo que quieres. Dices que está bebiendo, no te preocupes, de eso me encargo yo, vete al hotel y prepara una bienvenida como supongo que tu sabrás, yo voy a buscarlo, este pueblo no es muy grande y sólo hay dos bares, así que no tiene perdida. Venga chico hazme caso y demuestra que tienes los huevos para algo más que para follar, vete al hotel.
Justin se levantó dándole un beso en los labios al policía y se dirigió a la habitación. John fue directamente al bar La Herradura de Plata, no se equivocaba, en el mostrador junto a varias botellas vacías de cerveza, se encontraba Jack, al verlo el barman le dijo al policía.
- Por favor agente llévese a este borracho, desde hace un rato no para de buscarse problemas, ya ha tenido un par de peleas.
El policía se acercó a Jack, éste al verlo lo reconoció enseguida, abrazándose a él mientras empezaba a llorar, el alcohol empezaba a hacer su efecto, a duras penas el policía lo cogió por los hombros y lo sacó del bar, viendo su estado, se dirigió a los establos donde se alquilaban caballos para los turistas y al llegar al abrevadero lo arrojó dentro. El contacto con el agua no muy limpia hizo reaccionar a Jack.
- ¡Joder!, ¿Pero que hace agente?, pensaba que éramos amigos.
- Porque te considero mi amigo hago esto, espera aquí, ahora mismo vengo.
El policía se dirigió a la oficina del establo, a los pocos minutos apareció con un termo y un litro de café sin azúcar en su interior, tenía que conseguir que se le pasase la borrachera, para poder hablar con él y mandarlo de vuelta al hotel.
A la cuarta taza de café amargo, la reacción no se hizo esperar, Jack vomitó casi todo lo que había bebido y poco a poco su mente volvió a la realidad.
- Gracias agente, reconozco que había bebido un poco más de la cuenta.
- Llámame John, ¿No crees que te estás pasando con tus remordimientos?, Ya va siendo hora que vuelvas con Justin.
- Ya lo se, tienes razón John, pero no puedo evitarlo, no puedo quitarme de la cabeza que si no hubiera sido por mi, Ennis estaría todavía vivo.
- ¡¡Ya estamos de nuevo!! Jack, tu has sido vaquero como yo, y creo que entenderás lo que voy a decirte, a veces cuando estamos cuidando una manada de caballos en la montaña, podemos perder nuestro potro favorito, entonces salimos en su busca incluso dejando la manada sola, y si lo encontramos muerto por los coyotes nos sentimos tristes y culpables, pero tenemos una manada que cuidar y si tardamos en volver podemos perder más caballos. ¿Entiendes lo que quiero decir?, ahora demuestra que eres un hombre y vuelve al hotel donde alguien te está esperando desde hace casi cinco horas.
Cuando Justin volvió a la habitación, necesitaba tomarse una ducha caliente para poder relajarse, al terminar, se secó con una toalla, se la puso a la cintura y esperó nervioso que Jack volviera en buenas condiciones.
Por fin la puerta se abrió, Jack con un aspecto no muy bueno después de los vómitos y el baño en el abrevadero entró en la habitación.
- Perdóname.
Justin besándole en los labios no le dejó seguir hablando, le tomó de la hevilla del cinturón y mientras continuaba besándole lo llevó hacia la cama.
- No tienes muy buen aspecto – Le dijo sonriendo, mientras le desabrochaba el pantalón.
Justin, le sacó la camisa y tras soltar los botones comenzó a besarle el pecho, lentamente fue bajando hacia el ombligo, bajando la cremallera del pantalón se lo quito con suavidad y una vez desnudo, comenzó a besarle los genitales. Jack cerró los ojos mientas empezó a gemir de placer, en un momento dado, tomó a Justin de los brazos y lo puso sobre la cama, se sentía culpable, llevaba dos días sin hacer caso al muchacho y ahora necesitaba amarle, penetrarle y demostrarle que seguía siendo importante para él y que por su parte todo seguía igual.
Tomándolo de las piernas, se colocó los tobillos de Justin sobre sus hombros, Jack le folló con fuerza, los dos se abrazaron, Justin al sentirse penetrado comenzó a besar a Jack y durante mucho rato estuvieron demostrándose que sus sentimientos seguían siendo igual de importantes.
Cuando terminaron, Justin se puso en pie y tomando de la mano a Jack lo llevó al cuarto de baño, llenó la bañera de agua caliente y cuando estuvo preparada, comenzó a bañarlo, con suavidad pasaba la esponja enjabonada mientras le besaba la espalda. Jack, sonriendo se sentía en el séptimo cielo.
- Justin, como tenemos tiempo de sobra, quiero que vengas conmigo a Mirror Lake, podemos estar allí un par de días acampando, y disfrutando de la naturaleza, quiero que los últimos recuerdos que tengas de Wyoming sean agradables y no te arrepientas de haber venido.
- Ese lago, ¿Es donde tu y Ennis ibais a "pescar"?.
- Si pero lo que es más importante, es el lago donde tu y yo vamos a pasar tres días, ahora va a ser nuestro lago.
Justin dormía apoyado en el hombre de Jack, ya era casi de noche, llevaban varias horas conduciendo hacia Cheyenne, los días que habían pasado junto al lago nunca los olvidarían. Desnudos, bañándose, cantando por las noches junto a la hoguera y observando las estrellas y sobre todo haciendo el amor y dedemostrándose que su relación esra más fuerte que nunca.
Jack pensó por unos momentos en la muerte de Ennis, y una lágrima empezó a caer por su mejilla, pero miró a Justin, entonces le dio un beso que le despertó y con una sonrisa le dijo – Justin, cariño, despierta, en unos minutos llegaremos a Cheyenne.