Capitulo VIII.- ¿Fin del Caso?.

A penas es capaz de moverse, observando que todo a su alrededor se ha vuelto silencioso, el grito de Masako con Ayako ha quedado ahogado en sus gargantas. Humo sale del automóvil, trayendo de nuevo su alma a su cuerpo, para correr hacia donde esta el carro, temiendo que este explote y muera Mai, si es que no ha muerto, no Mai… su Mai no puede morir.

No sabe si es el único el cual corre hacia donde está el automóvil, abre la puerta de la cual Mai, se encontraba sentada antes del accidente, sintiendo como su corazón se detiene al ver a Mai inconsciente –eso desea pensar- entre el asiento trasero y el asiento delantero.

-¡Mai!... ¿me escuchas?.- su voy tiene aquel matiz de desesperación, al tomarla entre sus brazos y salir del automóvil. Alza el rostro observando a Lin a pocos metros.

-¡Naru, cuidado!.- grita a su protegido a ver como este no alcanza a correr con Mai, siendo alcanzado por la explosión del carro, lo cual saca a todo el equipo volando varios metros, siendo él que aterrice de espaldas, buscando a Naru y a Mai a su alrededor, pero la nube de humo le impide aquel acceso.

-¡Naru!... ¡Naru!.- los gritos de Masako llaman su atención, corriendo hacia esa dirección.

-Estoy bien…- susurra débilmente hacia Masako, gracias a que Lin le dio un grito de "cuidado" tuvo el tiempo suficiente de proteger a Mai con su cuerpo, siendo él el que recibiera el impacto de la explosión; observa entre sus brazos a Mai todavía inconsciente, lo sabe ya que puede sentir su respiración tranquila, aunque se encuentra preocupado por el golpe que tiene en la frente, ya que hay muestra de sangre.

-Me preocupaste.- reprocha, al sentir que el aire le ha regresado a saber que su Naru, se encuentra perfectamente, lástima que tuvo que salvar a Mai; no es que deseara su muerte, es simplemente cuestión del destino, y Naru se metió en el destino de que Mai muriera en el automóvil.

-¿Sabes que sucedió?.- pregunta a Masako, ella debió de haber visto algo, por algo es la médium de ese grupo de investigación, ¿no?.

-No lo sé…- y no miente, en ese caso se siente fuera, no ha podido ver ni sentir nada, y es tan frustrante.

-¿Se encuentran bien?.- alza su rostro para ver a su mejor amigo sonriéndole, vaya nunca pensó que Lin fuera a sonreírle en esa situación.

-Sí, ¿Qué paso?.- y vaya que es una pregunta que parece ser que todos a su alrededor desean una respuesta.

-Vamos a dentro. Mai necesita descansar y saber si se encuentra bien.- aunque lo último alza su ceja en señal de que si Mai no se encontrará bien, Naru no estaría tan tranquilo.

-Sí….- susurra al incorporarse con una Mai entre sus brazos, mientras observa a John, el monje y Ayako, junto con personal de la mansión tratar de apagar las llamas que van consumiendo poco a poco las hojas de aquel gigantesco árbol.

-.-

-¿Cómo te sientes?.- le pregunta Ayako.

-Bien…-

Después de despertar en la recamara que comparte con Naru, ella se quedó con Ayako ya que los demás se encontraban bajo presión ejercida por Naru; en buscar que fue lo que sucedió para que el taxi se estrellara contra el árbol, casi provocando su muerte, si no es porque Naru la salva.

-Si hubieras visto la cara de terror de Naru, me creerías que en verdad siente algo por ti.-

-Ayako…- como si decir su nombre simplemente hiciera que dejara el tema por la paz, que poco la conoce Mai, pero bueno, no es recomendable que ella se altere en su estado; mira que primero caerse de las escaleras, ser posesionada por el espíritu de Maida y para terminar casi morir.

Apenas puede creer que su vida hace unas horas atrás pudo haber terminado, gracias a Naru que se encuentra a salvo, según Ayako, él fue el único que se atrevió a correr hacia el auto rápidamente y sacarla, mientras que los demás se encontraban en shock. Lin la revisó dio su diagnóstico -ya que tiene una especialidad en medicina- que lo único que ocupaba es descanso, por lo cual la dejaron con Ayako, siendo innecesaria su ayuda.

-Es una lástima que toda nuestra ropa se perdiera.-

-La mía, querrás decir.- corrigiendo a su amiga.

-Dejame recordarte jovencita que perdi una gran cantidad de ropa, simplemente me quede con dos mudas.- lo último lo dice como si aquello fuera un pecado capital.

-Yo sin nada.- y lo peor de todo es que al Ayako también perder su ropa, ella no tendría la posibilidad de poder cambiarse y mucho menos ponerse una pijama en esa noche.

-Regresando a Tokio debemos de ir al centro comercial y Naru pagar todos nuestros gastos.- informa sonriente Ayako lo cual le arranca una sonrisa ante sus ocurrencias, ya quisiera ver que Naru pague todos los gastos en ropa que planearía gastar Ayako.

-¿Crees que tarden mucho?.-

-No lo sé…-

-Ya va a anochecer.- menciona al ver por la ventana el astro rey escondiéndose detrás de las montañas.

-No creo que vayan a continuar en la noche, mas por lo que sucedió el día de hoy.-

Desearía poder terminar aquel caso, no logra comprender que es lo que sucede o bien descifrarlo por completo y los sueños en esa ocasión no le han ayudado, aun mas no ha tenido nada relevante al caso, o ¿sí?; un momento, ¡Si ya sabe!, si reúne las piezas del rompecabezas, podría…

-Ayako, lo tengo.-

-¿Tener que?.- pregunta al mirarla y preguntarse si Mai no se golpeó fuerte la cabeza.

-Dicen, que Maida y Narukaima se casaron aquí mismo, si eso eh de suponer.- comienza a narrar- también creo que Narukaima murió aquí mismo y podrían estar sus restos al igual que los de Maida enterrados en alguna parte de la mansión…- medita- el… ¡El árbol!, yo soñé con él, ahí está enterrado Narukaima.- al recordar aquel sueño aterrador donde estaba ella sepultando a Naru, pero no era Naru era Narukaima.

-¿El mismo donde te estrellaste?.-

-¡Sí!, hay que decírselo a los chicos.- hace ademan de querer pararse de la cama pero Ayako se lo impide al volver a recostarla.

-Los llamare.- al tomar un wokitoki, y comenzar a pasar la información que Mai acaba de proporcionarle, por lo cual John al ser el que receptor informa al demás equipo, quedando en reunirse Naru, Lin, Masako, el monje y él en el árbol- nos avisaran si es verdad.-

Si es así, entonces los sueños que tuvo con Naru también están ligados a los casos, ¿pero hasta qué punto?, no puede contar todos porque se podría delatar en sus sentimientos a Naru, ¿y si no lo hace y es esencial para resolver el caso?, ¡demonios!, en esos momentos desearía no tener ningún sentimiento de amor hacia Naru.

-¡Sí!... ¡Sí!... tuviste razón Mai, hay alguien enterrado debajo del árbol. - le informa Ayako con una sonrisa, lo cual ella corresponde débilmente- Naru, dice que mañana en la mañana se dedicaran a desenterrarla, haremos el ritual correspondiente y si sobrevivimos una noche sin esencial sobre natural, quedará cerrado el caso, ¿no es emocionante?.-

-Claro que si Ayako.- menciona con pesar, si ese caso termina entonces volverían a la normalidad de Tokio; vaya y ella que se estaba acostumbrando a dormir con Naru.

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El terror que sintió en el momento en que pensó que Mai pudo haber muerto en aquel accidente casi lo vuelve loco, ese sentimiento que desea no volver a tener nunca más, ahora la observa a su lado, profundamente dormida acorrucada entre sus brazos, claro que eso no lo sabe Mai; al momento de dormir, le presto una camisa suya lo cual él tuvo que contener las ganas de abrazarla, besarla y llevarla a la cama a descansar entre sus brazos –aunque lo último lo está cumpliendo-, espero a que ella durmiera para atraerla hacia sus brazos y sentir solo en ese momento que su alma se encuentra descansando.

Hoy casi la pierdes, ¿eso no te hace cambiar de opinión?.

Desearía poder cambiar de opinión, decirle a Mai que la ama, golpear a Osamu y al monje por querer invitarla a salir, prohibirle que hable con hombres y sea tan amable con ellos, encerrarla en su departamento y hacerle el amor hasta poder calmar ese deseo, pero él es tan cobarde que sabe que no sería capaz de confesarle a Mai tales sentimientos, no podría resistir si ella lo rechazara; prefiere amarla en silenció.

El temor es el peor enemigo…

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Abre sus ojos a causa de la luz que se filtra por la ventana, sintiéndose demasiado cómoda, sonrojándose al darse cuenta que Naru la mantiene entre sus brazos, sin querer moverse y así no despertar a Naru, contemplándolo tan pacifico, su respiración es lenta, sonriendo al verlo tan guapo, es como si el Naru frío desapareció, un Naru del cual si tuviera la oportunidad desearía poder despertar a su lado todos los días, pero sabe bien que aquello es imposible. Desearía poder besarlo, como el día de ayer.

Se acomoda aún más entre los brazos de Naru, escondiendo su rostro en el pecho de esté, el cual simplemente suspira y la atrae aún más hacía él.

Lo ama de eso está segura.

-.-

-Me queda demasiado grande Naru.- menciona al ponerse de pie.

-Lo siento, Ayako perdió su ropa en la explosión y de Masako no creo que quieras ponerte sus kimonos, es lo único que tengo Mai.- al girarse y observar a Mai con su ropa, su pantalón lo trae doblado, su playera remangada y se mantiene descalza.

-Me siento tan rara…- y no miente, el tener la ropa de Naru puesta la hace sentir bien y a la vez rara.

-Vamos hay que terminar con este caso, desenterrando a ese "ser".- encaminándose a tomarla entre sus brazos a causa de que Mai no tiene zapatos ya que los suyos se perdieron en la explosión, una suerte de que ella este con vida.

A pesar de que no desea recargar su cabeza en el hombre de Naru le es imposible, al este traerla entre brazos, tuvo que ponerse la ropa de Naru al despertarse y no tener nada más que usar, lo cual Naru no la dejo vestirse en el baño, mencionando que no desea por el momento perderla de vista, lo cual él tuvo que darse la vuelta así permitiéndole un poco de intimidad.

-Buenos días Mai.- le saluda Osamu con una sonrisa.

-Buenos días, Osamu.-

-No es momento para saludos, ¿tienen todo listo?.- pregunta Naru, al caminar fuera de la mansión.

Todo el grupo de investigación rodea la zona donde el taxi se estrelló, Naru deja a Mai en el piso pero sin soltarla de la cintura lo cual la sorprende a ella tanto al equipo, excepto una persona que conoce demasiado bien aquel hombre frío; un sonrojo adorna el rostro de Mai, al mismo tiempo que John, Osamu, Lin y Houshou, comienzan a escavar, mientras que Masako y Ayako preparan el ritual que ayudara al espíritu a cruzar y reunirse con Maida, si ese fuera el caso.

-¡Encontramos algo!.- grita John.

-¡Mai tenía razón!, es… ¡ Narukaima Toyotomi II Hideyoshi!.- anuncia Osamu, ocasionado que Mai, se debilite entre los brazos de Naru, el cual la sostiene.

-No… no…- balbucea entre los brazos de Naru.

-Hay que sacarlo.- la voz de Lin llega hasta su oídos.

Ve como un ataúd sale del hoyo que hicieron los hombres del equipo, reconociéndolo al instante, el mismo ataúd que vio que era enterrado Naru en su sueño.

-Mai, lo siento tanto.- escucha la voz de una mujer atrás de ella, al encontrarse, hincada a lado en el agujero que es preparado para sumergir el ataúd de su esposo.

-Hija…- esa voz la obliga alzar su rostro encontrando a su padre a su lado, abriéndole sus brazos lo cual ella se levanta a refugiarse en ellos estallando a un más de dolor- lo siento tanto cariño.-

Nadie lo siente tanto como ella.

-Naru siempre estará contigo, aún más en este lugar.- las palabras de su padre desean darle ánimo, pero lo único que logran es hacerla recordar que debajo de ese enorme árbol -En el cual ahora están sepultando a Naru-fue la primera vez que lo vio, tan seguro de sí mismo que le robo el corazón con una mirada.

El dolor de nuevo la atraviesa, comenzando a sollozar, lo cual Naru simplemente la atrae entre sus brazos, dejando que desahogue aquel dolor.

-Tranquila, Mai… tranquila.- escucha las palabras de Naru que tratan de tranquilizarla, pero es inútil, ese dolor es tan fuerte que apenas es capaz de soportarlo, es como si algo dentro de ella diera rienda suelta a tanto dolor.

-¡Ayako, Masako, comiencen con el ritual!.- escucha a Lin dar órdenes de manera rápida, sin comprender por qué hasta que lo observa y simplemente lee en sus labios el nombre de Maida, siendo consiente que al momento de sacar la tumba pudiera que el espíritu de Maida posesionara a Mai, ocasionándole todo aquel dolor desgarrador- ¡Rápido!.- los gritos de Lin apenas alzar a escuchar.

Si Mai sigue con aquel llanto y ese dolor podría traerle graves consecuencias, como el que Maida se apoderara por completo del cuerpo de Mai, necesitaba parar aquel llanto; pero, ¿Cómo?

Apenas es capaz de escuchar las órdenes de Lin, los rezos de John, las palabras del monje, Ayako y Masako.

-Mai… ¡Mai!, ¿me escuchar?... ¡Mai!.- al llamarla mientras observa su rostro el cual revela un terrible sufrimiento- ¡Mai!...-

-¿Naru?...- susurra débilmente Mai entre sollozos.

-Si…- responde al limpiar con su mano las lágrimas.

-Duele…- solloza.

-Mai, por favor…- es la primera vez que él suplica.

-¿Por qué?...-

-Te Amo…- confiesa al inclinarse a capturar aquellos labios temblorosos.

Observa a la distancia a Naru inclinándose a besar a Mai, lo cual está a punto de terminar el conjuro de liberación, y antes de que este termine un fuerte viento golpea a todos a su alrededor, convirtiéndolo en un pequeño remolino, pasando por cada uno de los integrante y terminar hacia donde se encuentra la pareja, moviendo sus cabellos y ropa, y así como apareció desaparecer, dejando a Naru y a Mai inconscientes sobre el pasto, y todo a su alrededor un silencio total.

¿Eso es todo?, ¿se acabó?.

Dos preguntas que cada uno de los integrantes del equipo desean formular y obtener una respuesta afirmativa.

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Se encuentran despidiéndose, gracias al ritual del día anterior la atmosfera pesada que rodeaba la casa ha desaparecido, en esa noche no se sintió ningún movimiento paranormal, y por primera vez después de muchos años, reino la paz en aquella mansión. Según lo que le conto Ayako, tanto Naru y ella durmieron hasta esa mañana que se despertaron, y le relato lo sucedido en el ritual de liberación de Narukaima, lo cual provoco en ella un sonrojo, atrayendo la risa de Ayako; de algo se alegraba que por fin después de tantos años por fin Maida y Narukaima se han reunido, demostrando que él amor es un poder que no repara en tiempo, distancia, época y mucho menos si uno se encuentra vivo o muerto.

-¡Muchísimas gracias!.- le agradecen.

-No hay de que, es nuestro trabajo.- menciona sonriente a lado de Naru.

-¿Seguros que no desean quedarse otro día más?, podrían disfrutar del paisaje y los servicios que tenemos.-

-Debemos de volver al trabajo.- con esa respuesta dada de Naru, el dueño del lugar se abstiene de insistir aún más.

-Será en otra ocasión.- y así ella lo espera, por lo menos regresar ella en unas vacaciones que Naru desee darle.

-Hasta luego señora.-

Un sonrojo se apodera de ella al mismo tiempo que su corazón se apachurra al saber que aquello es simplemente una ilusión, no está casada con Naru y nunca lo estará.

-.-

-¡Hogar dulce hogar!.- grita Ayako sonriente al pisar el aeropuerto de Tokio.

-¡Si por fin!, después de casi dos semana, pudimos resolver el caso.- menciona aliviado Osamu, a su lado.

-Pueden ir a descansar, no reunimos dentro de dos días, para volver a trabajar.- hace mención Naru llamando y sorprendiendo a todo el equipo, ¿desde cuándo Naru da días de descanso?, vaya eso es nuevo, pero nadie protesta, solamente se limitan a obedecer, Houshou-sama desaparece después de despedirse de ella, continua Ayako y John; Osamu menciona el querer acompañarla hasta su casa, lo cual no encuentra ninguna excusa buena para negarse, aceptando el ofrecimiento de este.

-¿No quieres que nosotros te llevemos, Mai?.- le pregunta Naru, deseando aceptar su propuesta pero, sería una grosería hacia Osamu.

-Gracias Naru, pero Osamu puede llevarme.-

-Andando Lin.-

-Naru, ¿crees que a mí me puedan llevar?.- pregunta sonriente Masako.

-Claro…- y la respuesta de Naru, ha quedado claro quién gana, Masako, como siempre ella obtiene que Naru la invite a salir, estar tiempo con el después del trabajo y ahora llevarla a su casa; debería de olvidarse de él.

-Después te llevo tu ropa, Naru.- hace mención de aquel detalle obteniendo solamente una sentamiento por parte de Naru, una sonrisa por parte de Lin y una mirada asesina de Masako.

-Vamos, Mai.- al guiar a Mai desde la cintura hacia fuera.

-Si…-

-Vaya, sí que fue un caso duro, ¿no?.-

-Sí.- responde al abordar el taxi que Osamu obtuvo para ambos.

-Qué bueno que termino.- las palabras alegres de Osamu llegan a sus oídos, siendo consiente que ha terminado ese caso y la relación, si es que había una con Naru ha terminada de igual manera, y aquello le duele, en verdad le duele, saber que sus ilusiones después de tanto tiempo han terminado por alcanzarles la realidad.

Continuaraaaaá…!.-

¡Konichiwa!, después de tanto, tanto, pero tanto tiempo he regresado, y aquí les traído un capitulo, deseándoles ¡Feliz Navidad! (atrasada), y ¡Feliz Prospero año nuevo!, que todos sus deseos se cumplan.

Nos vemos (demasiado pronto)

Se despide:

Fesabi