Título – Ghost love score
Disclaimer – Beyblade y las canciones son mías y puedo hacer con ellas lo que se me pega mi regalada gana… De acuerdo, no lo son, ¬¬ de todas maneras nadie me creyó, ¿o si?
Advertencia – Yaoi
Muy bien, aquí estoy de nuevo con un delirio que llegó a mí hace un par de noches y que no había podido sacar. La canción que usé en este capítulo es "Byakuya" (como el título lo indica ¬¬) y es interpretada por Blood. En lo personal adoro esta canción y pues la traducción creo que me salió bastante bien… así que espero que les guste. Gracias por leer.
.-"-. Byakuya .-"-.
Tomó su mochila y bajó presuroso del coche para ir a plantarse justamente a la mitad del enorme jardín que yacía frente a su nueva y lujosa casa. No cabía en su asombro del tamaño que poseía el edificio; su abuelo le había mencionado que sería grande, pero jamás le dijo que se trataría de una mansión. La construcción parecía más un viejo castillo que una casa y, a su juicio, debió de haber sido rentada para usarse como museo y no como vivienda. El patio delantero tenía la extensión de dos canchas de futbol juntas y talvez un poco más, mientras que el trasero debía tener el doble de tamaño. Ambos lucían bellas flores de diversas especies, desde rosas rojas hasta aves del paraíso pasando por margaritas, geranios, lilas, violetas, entre otras; así como una gran muralla de pinos rodeaba cada uno de sus lados, viéndose interrumpido solamente por un espacio que correspondía a la puerta de entrada de los coches.
-Tyson, ¿que haces ahí parado? Ayúdame con estas cajas- lo llamó su abuelo.
-¡Oh, abuelo, esta casa es increíble!- contestó el muchacho aun sin moverse.
-Sí, y pensar que estabas renuente a mudarte- comentó satisfecho el hombre al tiempo que se le acercaba cargando unas cajas.- Muy bien jovencito, llévate esto y ponlo en algún lugar seguro.
-Aún no he cambiado de idea. Si no me gusta este lugar volveré a Osaka y me quedaré ahí-. Agarró las cajas que su abuelo traía y se dirigió a la puerta de la mansión, la cual se encontraba abierta puesto que los trabajadores del servicio de mudanza se hallaban metiendo muebles.
"Ese chico es un cabezota."
Tyson era bastante perezoso pero con un fuerte sentido de la responsabilidad; cuando una idea se le cruzaba por la cabeza resultaba imposible disuadirlo. Cursaba primer grado de preparatoria en una escuela pública, además de ser el capitán del equipo de futbol de su colegio, por supuesto todo esto antes de mudarse debido a que el cambio no sólo significaba vivir en un lugar diferente sino que ahora tendría que ir a una escuela privada en la cual no se impartía el deporte antes mencionado. Tenía el cabello de un color azul oscuro y un par de ojos del mismo color, una tez morena y, además, como todo adolescente japonés de 16 años, era un poco bajo de estatura y delgado.
El abuelo era, por su parte, un hombre de unos 70 años de edad, sin embargo no los aparentaba, era vivaz, alegre, vestía con ropa moderna y siempre estaba realizando alguna actividad física. Practicaba atletismo, natación y era un maestro de kendo y karate; le fascinaban las tareas domésticas y la horticultura. Era el responsable de cuidar a su nieto mientras su padre no se encontrara en el país, situación bastante frecuente, pues siendo arqueólogo no podría obtener buenos trabajos en Japón. Recientemente una compañía rusa lo había contratado para hacer unas investigaciones en Siberia las cuales eran muy importantes, por lo que le habían pagado una gran suma de dinero por adelantado y prometido pagarle lo doble una vez hubieran terminado.
Tyson había dejado las cajas a un lado de la puerta sin preocuparse mucho en acomodarlas. Quedó impresionado por las dimensiones de la estancia, una alfombra roja, algunos cuadros de arte moderno y cuatro floreros era la única decoración, mas por el momento figuraban muchos muebles que los hombres del servicio de mudanza habían amontonado; a su derecha se abrían las enormes puertas de una sala de espera en la que bien podía caber un departamento entero, y a su izquierda se erigía el comedor. Caminó unos pasos y se adentró en el comedor, el cual ocupaba el mismo espacio que la estancia y la sala de estar juntos. En el centro se encontraban una mesa con espacio para veinte personas con sus respectivas sillas, mientras que en dos de las paredes colgaban obras de arte de autores como Rembrandt o Monet, otra la conformaba un gigantesco ventanal que llegaba del piso al techo y la última era fragmentada por las puertas de otro cuarto.
-Wow, este lugar se ve más grande por dentro que por fuera… No sé por que mi abuelo insistió en que trajéramos todos los muebles de la antigua casa si ésta ya estaba amueblada… pero aunque estén aquí todas sus chucherías, aún quedará bastante espacio… A ver… las paredes no están viejas ni las estructuras se ven en mal estado, entonces, ¿por qué los antiguos dueños la habrán vendido?
-Tyson, ¿dónde estás?- la voz de su abuelo lo interrumpió. –Muchacho, ¿qué es lo que te ocurre? Pensé que no querías saber nada de esta casa y ahora la inspeccionas de pies a cabeza… al parecer sí te gustó, ¿no?
-Por supuesto que no, sólo te haré compañía un par de semanas en lo que comienzan las clases de nuevo, entonces regresaré a Osaka- respondió con un tono por demás arrogante.
-¿En serio? ¿Ya tienes todo planeado? - preguntó sarcástico el abuelo.
-Rentaré un departamento… no necesito mucho, así que con la pensión que me manda mi padre será suficiente.
-Bueno, gracias por tu amabilidad, disfrutaré las pocas semanas que me quedan junto a ti antes de tu partida – se mofó el anciano.- Pero ya sabes que si tienes algún problema ésta es tu casa y puedes regresar o quedarte el tiempo que quieras.
-Sí, gracias abuelo. Lo tendré en cuenta- no le gustaba cuando el viejo jugaba con él.
-Muy bien Tyson, como tú no quisiste acompañarme la primera vez que vine a ver la casa yo escogí por ti cual sería tu habitación. Sígueme, te la mostraré y así podrás encerrarte y amargarte todo lo que quieras.
-Hmpf…
Tyson siguió a su abuelo con fastidio, seguramente le habría escogido la habitación más pequeña de todas y, sólo por molestar, la suya estaría justo a lado. Se internaron por unos pasillos hasta que salieron a otra estancia más grande que los cuartos anteriores, en la que había una escalera que a medida que descendía se bifurcaba en dos escaleras de gran tamaño. Subieron por una hasta llegar a un amplio pasillo que poseía puertas a ambos lados de éste. Podían calcularse fácilmente unas cincuenta habitaciones.
-Muy bien aquí está tu llave- dijo el anciano mostrando un pequeño objeto de metal. –Tu habitación es ésa del fondo.
-Hmpf – fue la grandiosa respuesta por parte de su nieto al observarla. Era, evidentemente, la puerta más pequeña de todas.
-Nada de bufidos ni gruñidos, muchachito, por lo menos no frente a mí, después de que te haya dejado en tu pequeña habitación has y di todo lo que quieras. Pon una sonrisa y no hagas corajes que eso te hace más mal a ti que a mí- dijo el abuelo con una amplia sonrisa, enfatizando cuando mencionó lo de "tu pequeña habitación", dejando a Tyson bastante confundido, ya que no sabía si su abuelo lo decía como broma o para animarlo.
El adolescente le arrebató la llave dirigiéndose con pasos pesados al lugar indicado… al parecer había acertado, era la más pequeña… De pronto un hecho obvio captó su atención, algo en lo que debió haberse fijado muchísimo tiempo antes: su puerta era la que estaba más alejada de las demás. Lo que significaba por lo menos algo de independencia de su abuelo.
-Oye abuelo, ¿tú dónde…- cuando volteó para hacer la pregunta se encontró con que estaba completamente solo.
Continuó caminando hasta toparse frente a frente con la puerta, a decir verdad parecía más la entrada a un armario que a un lugar habitable. Miró el objeto metálico que traía en su mano y notó que estaba decorado con unas pequeñas figuras de lo que al parecer eran unos dragones, lo introdujo en la cerradura y al percatarse de lo bien que embonaba lo giró parsimoniosamente. Después de tres vueltas la puerta cedió, permitiéndole el paso a un mundo lleno de luz.
Se cubrió los ojos con el brazo en lo que su vista se adecuaba al exceso de iluminación. Cuando ya se hubo acostumbrado, observó cómo era su nueva habitación, quedando extasiado con ella.
Byakuya no kaze wa kokoro no naka no shiroi
(En la blanca noche, a través del perfecto vacío)
sekai o sotto fukinukeru
(de mi corazón sopla el viento,)
haruka na sora no hikari no naka de tobenai
(llevando por el claro y lejano cielo)
hane de kazarareta kokoro kakae
(un corazón con las alas rotas,)
La recámara no era el cuchitril que él esperaba que fuera, ni mucho menos. Era una enorme casa para él solo. No tenía la forma cuadrada de todos los demás cuartos, sino que era hexagonal. El lado donde estaba la puerta era el más pequeño de todos, justo frente a ella yacía una cama gigantesca con dosel, cuya cabecera estaba resguardada por un par de mesitas de noche, en los lados adyacentes habían dos ventanales, cada uno con su respectivo balcón, y finalmente en los lados derecho e izquierdo de la puerta se encontraban un tocador y un librero, y las puertas de un armario y un baño, respectivamente. Frente a uno de los ventanales había un escritorio, que obstruía la mitad de ésta, sobre el que reposaba una computadora nueva con un gran moño azul como adorno.
-¡Estoy en el cielo!
Corrió hacia el escritorio aventando su mochila en el proceso. Maravillado observó la moderna máquina, era una portátil sacada al mercado recientemente que contaba con todas las ventajas de la tecnología moderna: Webcams, micrófono, programas de diseño, módem inalámbrico, entre otras curiosidades. La intentó prender sin éxito ya que, al parecer, su batería no se había cargado todavía. La conectó a una fuente que salía de detrás de una de las mesitas de noche, deleitado cuando un mensaje de "cargando" apareció en la pantalla.
Tardaría aproximadamente tres horas en cargarse por completo, así que tendría algo de tiempo para revisar lo que había en su nuevo "hogar". Lo primero que llamó su atención fue el gran espejo, o mejor dicho, su marco, el cual era dorado con incrustaciones de piedras rojas y azules que servían como adorno a los ojos de unos fénix y dragones tallados en él. En la parte superior se leía: "Kimi dake o itsu made mo hanasanai…" 1. A través de él se podía ver cada rincón de la habitación, además que lograba reflejar la luz que entraba por los ventanales hacia los lados de la cama brindándole una iluminación excepcional sin caer directamente sobre ella. Se dio media vuelta y se fue a recostar sobre la cama.
mabushii hizashi no naka de boku wa…
(bajo los cegadores rayos del sol,)
koboreta hikari o atsumete…
(reúno la sobrecogedora luz…)
-Es muy cómoda… ¡Demonios!- volteó a ver donde estaba su mochila. Dentro de ella había un boleto de avión y uno de metro que lo llevarían de regreso a Osaka el 7 de enero. Él había pensado en todo lo que necesitaría para su inminente regreso, o eso era lo que pensaba...
Estaba seguro de lo que quería, ¿o no? Su plan era no dejarse someter por los caprichos del padre. Su idea era ir con su abuelo para encontrarle los mayores defectos posibles a la futura casa y poner todos los pretextos que pudiera para regresar a su ciudad natal. Pero ya no estaba tan seguro de querer irse.
-Pensar que la primera impresión fue de que era sumamente tétrica, pero viéndola mejor es muy acogedora y cómoda… ¿Porque tenía que suceder? Se suponía que mi abuelo debía darme la peor habitación, arruinarme la estancia para que solamente tuviera que contar los días para irme. Y ahora estoy pensando en que me debería quedar a disfrutar de toda la belleza que la mansión me ofrece.- Con estos pensamientos se fue sumiendo en un sueño muy profundo.
mado no mukou kimi no kage wa nai…
(ya no puedo ver tu sombra en la ventana…)
dore dake sakende mite mo todokanai…
(aun si gritara con toda mi alma, no me escucharías…)
POV. Tyson
yozora no shita de tsuki no hikari o abi
(me baño en la luz de la luna bajo el cielo nocturno,)
hoshi ni kakaru negai o kanaeyou
(cumpliendo los deseos pedidos al cielo,)
ashimoto ni saku ichirin no hana o kirei na
(recogeré esta flor que crece a mis pies)
kimi no nakigara ni sasageyou
(para brindárselo a tu divino cadáver,)
¿Dónde estoy? Todo está oscuro a mi alrededor, no alcanzo a ver nada. Se escuchan gritos desgarradores, se percibe la humedad del ambiente. Me hago para atrás unos cuantos pasos y mi espalda choca contra un muro frío. Una ráfaga de viento helado pasa rozando mi pecho, me cubro instintivamente con mis brazos procurando proporcionarme algo de calor. Me duele todo el cuerpo.
De pronto el suelo firme que estaba pisando hace unos instantes se comienza a deshacer, mis pies parecen estar rodeados de una sustancia líquida y pegajosa. Comienzo a caer, intento detenerme a como de lugar de algo, ¡no hay nada! Por favor, ¡abuelo! ¡Papá! ¡Alguien!
La caída es interminable, ojala pudiera detenerla. Un miedo incontenible me invade, esperando lo que vendrá después. ¡Oh, por Dios! ¡No quiero morir! Oigo risas, millones de risas resuenan en mis oídos… es casi como si se burlaran. No consigo ver nada, aún así cierro mis ojos. Deseo desaparecer de esta tortura. Necesito ayuda, no quiero morir, no quiero morir, no quiero morir, no quiero morir, no quiero morir, no quiero morir, no quiero morir… ¡no quiero morir!
mezame o shiru koto mo naku kimi wa…
(te deslizas a un plácido ensueño …)
shizuka ni nemuri no naka ochite yuku…
(para no despertar jamás…)
Un delicioso aroma a rosas y canela llega hasta mi nariz. Sigo cayendo. Una calidez sublime acaricia mi piel, una música suave cubre mi mente. Abro los ojos y me encuentro en un mundo de luz, y entonces, de la nada, aparece un ángel. Una persona con alas rojas extiende su mano hacia mí. La tomo rápidamente y la caída se detiene.
Aparezco recostado en un enorme jardín rodeado de flores de mil colores. La música continúa sonando. El cielo está despejado y el sol brilla radiante. ¿Y el ángel? Me levanto precipitadamente para buscarlo con la mirada. No está.
Otra vez siento mi cuerpo helado, me acurruco con mis brazos y piernas en posición fetal. Permanezco un rato de esta manera. El cabello me cae graciosamente sobre la cara haciéndole cosquillas a mi nariz. Trato de apartarlo con mi mano, pero ya es tarde, voy a estornudar…
Fin POV. Tyson
-Achú…- su propio estornudo lo despertó.
Tyson abrió lentamente sus ojos, tratando de ubicar el lugar en el que se hallaba. Lo primero que vio fue su vieja mochila que se encontraba frente a su cara. Movió ligeramente la cabeza y se dio cuenta que estaba oscuro, sin embargo aún continuaba habiendo un poco de luz, probablemente producida por el reflejo de la luna en el espejo. Se desperezó y comenzó a incorporarse. Los brazos y piernas le dolían, había permanecido en la misma incómoda posición fetal durante un largo periodo. Se estiró lo más que pudo y sobó suavemente sus hombros. Miró a través de la ventana que le quedaba delante y se dio cuenta de que estaba nevando. Se levantó y se dirigió hacia ella.
mado no mukou kimi no kage wa nai
(ya no puedo ver tu sombra en la ventana,)
dore dake sakende mite mo
(aun si gritara con toda mi alma;)
ima mo kawaita namida ni utsuru tsuki wa
(la luna se refleja en mis lágrimas secas,)
-Es… hermoso…- musitó cuando observó el paisaje que se le ofrecía. Desde una de sus ventanas se veía el patio trasero de la casa, el cual era el que estaba viendo, mientras que de la otra se veía el delantero. El pasto y los pinos del jardín estaban cubiertos de una fina capa blanca, en la cual el brillo del astro madre parecía brindarle una iluminación natural, resaltaban los colores de las flores en el centro y una fuente con forma de dos ángeles entrelazados emitía sus cristalinas aguas embelleciendo la imagen todavía más. Un viento frío le pegó en la espalda provocándole otro estornudo. Tyson se dio la vuelta, quedando confundido al encontrarse con que su otra ventana estaba abierta de par en par, permitiendo el paso de la nieve al recinto.
mushoku no ame ni utare sotto me o toji
(cubierta con un fino manto de lluvia, suavemente cierra tus ojos,)
futo omoidashita ano koro no koe ga tooku kikoeteta
(a lo lejos oigo una voz que me recuerda el pasado,)
Se acercó para cerrar la puerta y estaba a punto de hacerlo cuando se percató de un detalle talvez insignificante: la melodía de sus sueños se oía en la habitación. Tras cerrar los vidrios trató de buscar el origen de la música, se agachó para ver si había algo debajo de la cama, revolvió el escritorio, revisó el librero e iba a abrir la puerta del armario cuando la melodía cesó, sumiéndolo todo el un incómodo silencio. Un pitido hizo que reaccionara, se giró y vio que la pantalla de su portátil mostraba un mensaje: "batería completa". Al parecer todo había sido un truco de su mente.
mabushii hizashi no naka de boku wa…
(reúno la sobrecogedora luz,)
koboreta hikari o atsumete…
(bajo los cegadores rayos del sol…)
El reloj de su muñeca marcaba las dos de la madrugada y él seguía dando vueltas en la cama sin poder dormir. No le sucedía a menudo. De hecho él no solía padecer insomnio ni siquiera después de haber visto películas de terror ni cuando estaba nervioso. Sin embargo, estos eran unos estados de lucidez que no le sucedían a menudo, una vez le habían servido para resolver un problema escolar que lo llevaba atormentando por semanas, y, hoy, lo habían llevado a meditar acerca de su extraño sueño y de la melodía que había escuchado.
mezame o shiru koto mo naku kimi wa…
(te deslizas a un plácido ensueño …)
shizuka ni nemuri no naka ochite yuku…
(para no despertar jamás…)
Ahora que comenzaba a hacer memoria, había empezado a oír la música desde que había entrado por primera vez al cuarto, la letra había sonado con claridad en su sueño, y se había dejado oír mejor después de despertar… Parecía estar en su cabeza y al mismo tiempo venir de algún lugar externo a ella. Y ahí estaba de nuevo, la profunda voz masculina que interpretaba la letra, los acompañamientos de guitarra y batería…
mado no mukou kimi no kage wa nai
(ya no puedo ver tu sombra en la ventana,)
dore dake sakende mite mo
(aun si gritara con toda mi alma,)
Giró su cabeza de tal manera que el ventanal izquierdo entrara en su rango de visión. Las pesadas cortinas que colgaban del techo estaban abiertas permitiéndole ver hacia afuera. Una silueta se recortaba contra el cielo nocturno. Se levantó un poco recargándose sobre sus codos para ver mejor aquella sombra que se hallaba tras el cristal de la ventana, recargada sobre el barandal del balcón. No podía distinguir todos los rasgos propios de ese ser, pero veía claramente que se trataba de un chico mas o menos de su edad, era alto y delgado… obviamente la voz de la canción debía de pertenecerle a ese joven.
ima mo kawaita namida ni utsuru tsuki wa
(la luna aún se refleja en mis lágrimas secas,)
mushoku no ame ni utare sotto me o toji
(cubierta con un fino manto de lluvia, suavemente cierra sus ojos,)
Un ligero escalofrío le recorrió a través de su espina dorsal, para luego convertirse en una sensación en su entrepierna cuando el joven del balcón le dirigió una mirada penetrante. Entonces ya nada le importó, su concentración estaba dirigida a esa gélida mirada que pareciera que lo escrutaba a través de la colcha y las sábanas. Se perdió en esos bellos orbes. No sabía quien era aquel muchacho, no sabía cómo había entrado o qué era lo que estaba haciendo afuera de la casa aún con la nevada que caía… sólo sabía que se había enamorado de aquellos hermosos ojos que lo observaban fijamente.
futo omoidashita ano koro no koe ga tooku kikoeteta.
(a lo lejos oigo una voz que me recuerda el pasado.)
Kimi dake o itsu made mo hanasanai…
(Nunca te dejaré ir…)
-Kimi dake o itsu made mo hanasanai… - Tyson repitió la frase final de aquella melancólica canción. Escuchó como la música de aquella distante melodía iba sucumbiendo ante el frío despiadado de la noche. Sintió de nuevo una calidez que le calaba hasta las fibras más remotas de su ser, mientras se dejaba arrastrar hasta el mundo de los sueños.
Esa noche durmió como jamás lo había hecho; descansó de sus preocupaciones, dejó de lado sus cargas… En su mente sólo se seguía oyendo la voz de aquel joven. Lo único en lo que soñó fue en la belleza del jardín y el misterio de esos cautivadores orbes.
Continuará…
1 Kimi dake o itsu made mo hanasanai…- Nunca te dejaré ir.
A decir verdad esto iba a ser una comedia, pero ahora no estoy tan segura ò.ô, ya veré que es lo que se me ocurre üú. Les agradecería profundamente que me dejaran un review para saber si les va gustando o no… Nos vemos en el siguiente capítulo.