Capitulo 8- Los días que se fueron –capitulo final-
Se despertó en el medio de la torre del reloj, su mirada escrutiñadora se posaba por cada ladrillo de aquel gélido lugar. Miraba hacia todas partes tratando de pensar en lo que había sucedido. Se dio cuenta entonces de el trato que había llevado a cabo en un futuro que no existía más…su vida por la de su hermano menor, sin embargo no era su hermano menor, era tan solo un espejismo de un futuro donde ella no se encontraba, él no era nada, se preguntaba si no era un sueño o algún tipo de pesadilla, un lugar donde ella no era más parte de nada, un futuro sin Pan Son.
"fue un sueño" pensó mientras se incorporaba y sus ojos se acostumbraban a la oscuridad "fue un sueño" se dijo una vez más tratando de pensar que aquel trato no fue más que el producto d una mente completamente exhausta.
Emprendió el vuelo a casa, al voltear a ver se dio cuenta que la torre del reloj había desaparecido, detuvo su vuelo de inmediato, no podía creerlo, apenas unos minutos atrás estaba dormida ahí dentro "no fue un sueño" de inmediato con el corazón latiendo a toda velocidad voló con celeridad hasta su hogar, entró por la ventana al pendiente de no encontrar ahí la habitación de un pequeño y no fue así. Aquella habitación era propia de una adolescente, era su habitación y de nadie más.
Entró mirando cada detalle, nunca pensó que podía extrañarlos tanto. Con su mano toco los posters y la ropa revuelta en el suelo, vio la péqueña luz roja de su estéreo que iluminaba un diminuto punto en la oscuridad, se sentó en su cama y admiró el bosque por la ventana. Se sorprendió a si misma pensando en Gokú. "Fue un sueño" pensó tratando de alejar el recuerdo de Gokú de su mente, "solo fue un sueño" y al tocar su cama cayo profundamente dormida, exhausta de aquella pesadilla que quería borrar por siempre de su memoria.
En su sueño Gokú no era más que parte de su fantasía, alguna recreación de su mente, algún producto de un conflicto de que alguna vez quiso un hermanito; pero en esos momentos aquello era poco menos que inconveniente, lo mejor en el mundo era ser hija única y que las cosas estuvieran sobre su dominio y su control. Perfectamente entendía eso y disfrutaba de ese beneficio, aun cuando…cuando tuvo que vender a su hermano menor por pagar por ella.
Despertó a la mañana siguiente con una sensación de vacio. Era sábado, el cielo estaba despejado haciendo un gran contraste con su interior, ella no dejaba de pensar, sentía que a pesar de todo nada podía ser igual, nada volvería a ser lo mismo.
Su madre no estaba en casa, su padre estaba en su oficina revisando unos artículos, ella se acercó a una silla aun incrédula de que todo ahí fuera real, que aquello no fuera parte de un sueño y que, en realidad fuera parte de ese futuro terrible al cual no quería pertenecer
-¿Te sucede algo?- negó con la cabeza aun incrédula por escuchar a su padre, con una voz más pacifica, sin menos pesar, sin ninguna angustia. Ella se marchó de ahí sin dar explicación alguna mientras que su padre la perseguía con la mirada, lentamente regresó la atención hacia sus artículos, porque ella siempre entraba y salía de la habitación sin dar explicación alguna, Gohan no la necesitaba tampoco, sabía muy bien que ella estaba bien, de alguna forma u otra.
Pan caminó por el bosque tratando de encontrar la paz, intentando olvidar el sueño terrible de aquel niño que tenía el mismo nombre de su abuelo, queriendo alejar de su cabeza el tono de su voz, sus preguntas, sus ojos interrogadores, su sonrisa…le había vendido, le ofreció a un ser malvado por su propia paz..Él, su sangre… ¿era correcto?
Se sentó a las orillas del rio donde su abuelo alguna vez le llevó a pescar, miraba a los peces saltar en su frenético camino hacia alguna parte del mar…ella buscaba manejar a todos y a todos a su voluntad "por que así puedo sentirme bien, las cosas son como yo quiero…" pensó detenidamente recordando las tantas veces en que hacia berrinches cuando algo no le gustaba desde la comida hasta la ropa, desde sus amigos hasta su novio, todo debía de ser según ella pensaba que era lo mejor "así me siento bien" pero todas las cosas tenían cierto limite y este era el linte más grande al que jamás pensó llegar…vendió a un niño tan solo por querer volver a su realidad, su mundo, literalmente, porque le pertenecía, ahí casi todo estaba bajo su influencia y su control.
El péndulo de la torre del reloj resonaba por su cabeza una y otra vez, se sintió culpable. Incrédula por aquel sentimiento se levantó de inmediato y se marchó hacia su casa "¿Culpable yo?" pensó "¿Por qué? Yo tan solo le di a un ser que no existirá, que nunca debió de haber existido" entró a su casa sin saludar a sus padres que en ese momento veían la televisión, ninguno se inmuto, estaban ya acostumbrados a que su hija tuviera ese carácter de vez en cuando.
Pan abrió la puerta de su habitación, la cerró con cuidado, se detuvo frente a la ventana, como si escuchara un llamado desde lo lejos prestó atención al horizonte, esperando tan solo escuchar la torre del reloj, pero nada sucedía, incrédula sintió las lagrimas rodar por sus mejilla "¡¿Por qué estoy llorando?!"
La culpa la carcomía por dentro, destruyendo cada parte de su alma; pero se negaba a reconocerlo.
Ansiaba por escuchar de nuevo el vaivén del péndulo de la torre del reloj, sentir la presencia de Azariel y la brisa fría de la noche hacerla tiritar por decimas de segundo, era increíble que ella pensara en regresar en el tiempo tan solo para detenerse de venderle el pequeño a aquel ser desalmado.
"Lo vendiste por esta vida" En aquel momento su celular comenzó a sonar, era Fisher, por algún tipo de instinto contesto con seriedad le escuchó pedirle que fuera a su casa para hablar, que esperaba que fuera lo suficientemente madura para aceptar su invitación; ni siquiera le dio tiempo de contestar, colgó tan pronto termino con lo que tenía que decir.
Llego al humilde departamento de Fisher, un lugar que uno de sus tíos le prestó para vivir mientras estudiara en ciudad Satán. Abrió la puerta con la llave que él mismo le regalo cuando le pidió que le visitara cuando quisiera, que si por el fuera se quedaría a vivir con el y nunca le dejaría ir, poco le importo que en ese momento no tenía nada para ofrecerle.
El departamento de Fisher era pequeño, constaba de una única habitación en la que se encontraba una vieja cama, una mesa que serbia tanto de escritorio como para comer, llena de cientos de planos de diversos diseños de barcos, fragatas, yates y maquinas de su propia invención las cuales no tenía presupuesto para llevar a la realidad. A la izquierda un modesto baño en el que apenas cabía para ducharse, ese era su hogar.
-Pan- estaba sentado a la cama con una mirada seria- me alegra que hayas venido…quiero que hablemos de nosotros…de lo que paso en la cafetería- hasta aquel momento Pan había olvidado aquel suceso por completo, en el mundo de donde venía aquello no tenía la menor relevancia, comenzaba a darse cuenta de la realidad a la que regresó- Estoy cansado de tus celos, de la forma en la que me tratas y menosprecias aun cuando tu sabes que estoy dispuesto a dar todo por ti…a veces pienso que me tienes como un accesorio más…que no me quieres de la misma forma en la que yo te amo, para ti yo no soy el mundo que tú representas para mi
-¿eso es lo que piensas, Fisher?- preguntó recordando que, a pesar de todo, él fue una de las pocas personas que jamás perdió la esperanza de que un dia cuando nadie se lo esperara ella regresaría.
-Si, Pan y no pienso retractarme de lo que pienso…por mucho que te ame…pero la verdad es la verdad…creo que…
-Y si yo un día…- le interrumpió aun fuera de si, recordando aquel beso que le dio en las orillas de una playa solitaria a la cual nadie iba porque pensaban que estaba llena de fantasmas, como si esa playa de alguna forma fuera una expresión de ella misma. Él la beso ahí y ella sentía que el corazón se derretiría en el medio de su pecho, se quedo sin aliento, pedía que le besara de nuevo, lo recordó todo y se quedo en silencio por unos minutos ante la expectativa de Fisher
-¿Si tu un día que?
-Fisher, se que te he hecho daño…que nunca te he comprendido ni he intentado hacerlo; pero créeme que tú eres el amor de mi vida…que las decisiones que tomare ahora serán para siempre y no habrá un punto para retornar…yo he dañado a alguien- le miro extrañado sin entender el origen de sus palabras
-Pan, no te entiendo…
-Si yo un día desapareciera, se que el amor que me tienes nunca permitiría que se apagara la llama de la esperanza en tu corazón…serías uno de los pocos que esperaría confiado mi regreso- ¿a que venia todo eso? Fisher comenzaba a impacientarse sin realmente entender que era lo que sucedía- Te he dañado, Fisher…siempre he dañado a los que me rodean para que todo a mi alrededor sea según lo que me parece y como debe de ser…pero se que me he excedido esta vez…hice algo malo, Fisher y me siento en verdad mala, hice algo que ni el mismo Kami me podría perdonar…porque yo no puedo perdonármelo…solo se que tengo que remediarlo…
-Pan, dime que sucede de una buena vez- grito desesperado
-Te entiendo, Fisher y no pienso reprocharte nada si eso es lo que crees que hare, cometí errores, tú los soportaste sin siquiera protestar por amor; pero todo tiene su limite.- se acercó a él, le beso tan apasionadamente como él lo haría en un futuro si es que alguna vez lo haría-te amo- dijo la sayajiin tras recuperar el aliento. El joven la miraba incrédulo, inevitablemente no pudo resistirse a acariciarle el rostro,
-Pan, dime que sucede por favor, porque me dices todo esto…es como si no fueras tú…
-Lo sabrás, Fisher…-se fue de ahí rápidamente, aun cuando Fisher salió a perseguirle en busca de una explicación, ella voló hasta perderse de todos y de si misma, lo que haría era increíble no solo para ella, si no para cualquiera
Vendió a otro ser en busca de su felicidad, su hermano menor, porque quería regresar a ser quien era…pero nada era lo mismo, vivía con aquel cargo de conciencia el cual sentía que lentamente le envenenaba el alma hasta que un día la matara por completo.
Era cerca de la media noche cuando termino de escribir un e-mail que le dirigió a Fisher, se sentó en la cama y dirigió su penetrante mirada a la ventana
-…Quizá lo que tu me hiciste fue uno de tus experimentos, Azariel- dijo con decisión- al final yo y ese niño, solo terminamos siendo parte de tus locos experimentos "sociales"…eres un monstruo- hablaba a la nada, miraba al horizonte donde alguna vez visualizo la torre de un reloj- ¿ha salido como tu lo pensaste, Azariel?
Repentinamente, a lo lejos escucho las campanadas de la torre del reloj, marcaba las doce de la noche, la saiyajin se levantó de inmediato, un trago amargo paso por su garganta, doce campanadas sonaron, una iglesia antigua se erigía desde lo lejos…la torre del reloj; no pensaba perder más tiempo.
Al llegar la vio tal cual la vio por ultima vez en el futuro, una iglesia de piedra lúgubre y tétrica como nunca ni nunca jamás vería otra, sin perder el plomo entro por las gruesas puertas de madera en una autentica maquina de tiempo en todo sentido. Subió uno a uno los escalones de piedra que la llevaban hacia la maquinaria, al mirar por la ventana no daba crédito a lo que miraba veía amanecer, atardecer yy el anochecer en cuestión de milésimas de segundo, las nubes pasando tan rápidos que apenas podía visualizarlas. El péndulo iba de derecha a izquierda y de izquierda a derecha una y otra vez, a su lado, el ser que cambio su vida hasta el resto de sus días, Azariel, con aquel semblante y la mirada inquisidora, como si juzgara todo lo que existía, lo que existió y lo que existiría.
-Sabia que podías escucharme, todo el tiempo yo no he dejado de ser tu experimento…lo intuía
-¿Cómo no imaginarlo?- le contesto con severidad- si siempre has creído que el mundo gira a tu alrededor y según tú lo desees, siempre has creído que tú tienes el control del orden de las cosas, como si te trataras del mismo Kami-sama en persona.
-Calla, no eres nadie para juzgarme…ni tampoco tenias derecho a hacer lo que me hiciste
-No, no tenia derecho, es la tercera vez que lo discutimos y ciertamente comienzas a hartarme con los mismo…¿Qué es lo que tienes que decirme, pequeña Pan?
-Devuélveme a Gokú- contesto con la misma determinación que su abuelo, le miraba con un valor heredaro de él mismo, Azariel solo sonrió ante la petición de la chica, nunca le daría a Gokú, pero le parecía increíble que se lo pidiera, para el Pan siempre fue el experimento más interesante a observar, la chica se volvía un enigma, algo puramente interesante de seguir, porque siempre tenía una sorpresa bajo la manga sin importar el modo en el que le afectara; pero esta era la primera vez que pedía a su hermano menor, era la primera vez que observaba que se preocupaba por alguien más que ella misma, se imaginaba lo increíble que sería analizar todo lo que había llevado a ese sutil cambio en ella
-¿Por qué quieres a tu hermano?- preguntó con interés- a ti nunca te ha interesado alguien más que no seas tu misma
-Eso es algo que a ti no te interesa, Azariel, este es un problema mío…además tu no sabes quien soy- Azariel rió divertido
-Claro que lo se, te observado en casi todas las situaciones posibles, Pan, nunca antes habías mostrado interés en alguien ajeno a tu persona…me refiero a alguien que no fueras tú
-Tú no sabes nada de mi…dame a mi hermano menor, o de lo contrario…
-¿De lo contrario que, Pan?
-Tú ya no tienes ningún tipo de Poder frente a mí…en el futuro distante ni siquiera el poder de tu abuelo Gokú se compara al poder del ser más poderoso de mi tiempo, todos los seres han evolucionado en formas que ni siquiera puedes imaginarte, Pan
-No me interesa- esgrimo- devuélveme a mi hermano pequeño ahora…no se que podría hacerte, pero ten por seguro que hare algo- Azariel le señalo un punto detrás suyo, Pan miro con interés de la oscuridad salía una luz multicolor y repentinamente se materializo un pequeño niño desnudo, en posición fetal, le reconoció de inmediato se trataba de su hermano pequeño, Gokú suspendido un par de centímetros en al aire, como si estuviera estancado en algún punto en el tiempo, sin conciencia de nada de lo que hubiera pasado
-su ultimo recuerdo- le dijo Azariel- eres tú trayéndolo a este lugar- miro por la ventana…la noche, el atardecer o el amanecer o quizá era al revés ¿Cómo poder diferenciarlos?-Viajamos a gran velocidad…no estas más en tu tiempo, quizá vamos al pasado o al futuro…he decido no dejarte más en donde perteneces, será más divertido así, siempre gustas de darme sorpresas
-No soy tu juguete personal
-Eres un ser del pasado, una cosa cualquiera y puedo hacer lo que quiera contigo
-No te lo permito…
-No es tu decisión Pan Son…es la mía y siendo mi decisión te niego tu hermano y te niego cualquier cosa que me pidas…tu existes únicamente para mi diversión, para ninguna otra cosa
-Devuélvemelo
-He dicho que no y trata de evitarlo- Pan asestó un golpe, pero la velocidad de Azariel no le permitió dárselo-vamos Pan, golpéame…-comenzó a reírse a carcajadas que cada vez más enloquecían a Pan, trataba de golpearle como fuera, aun perdiendo el control de si misma; pero no pudo hacerlo, Azariel reía divertido por aquella escena, la niña jamás tendría el suficiente poder para derrotarlo, sin darse cuenta sintió su cuerpo temblar, un golpe tras otro una y otra vez, la niña por fin le alcanzó aun cuando se moviera lo más rápido que pudiera ella continuaba alcanzándole, dándole un golpe tras otro que parecía que atravesaban su carne, harto por todo aquello, se deshizo de su túnica azul quedándose únicamente un pantalón negro su cuerpo se lleno de músculos, sus ojos se volvieron rojos y sus colmillos se hicieron mas prominentes como si aquel avanzado ser del futuro se volviera una bestia salvaje sin control alguno.
-Nunca podrás vencerme, Pan, nunca podrás hacerlo, soy mas avanzado que tú a todos los niveles posibles
-no sabes de lo que soy capaz, ¿crees que por eso tienes el poder de juzgar a todos a tu alrededor? Estoy segura que en tu presente nadie te presta atención, a nadie e importa por eso escogiste encontrar en el pasado lo que tu necesitabas para sentirte bien, de alguna forma superior a otras personas ¿o acaso me equivoco?
-¡Cállate, estúpida niña!- avanzo hacia ella golpeándola de inmediato, casi dejándole en la inconsciencia, con la poca fuerza que le quedaba se levanto antes de que el pudiera darle otro golpe, él la miro furioso, de su hocico salía espuma, iba a matarla sin ningún miramiento, porque después de todo él podía acceder a ella en cualquier momento del tiempo, ella en ese momento solo era una versión de ella misma que dio problemas y por lo mismo tenía que eliminarse, pero nunca lo permitiría. Quiso golpearla de nuevo, pero no pudo hacerlo, de alguna forma, a pesar del patético estado al que la había reducido, era tan rápida como para evitar sus golpes, incrédulo la miraba
-Tú te has vuelto más lento, Azariel- le dijo como si de alguna forma leyera sus pensamientos- tus mismos músculos te hacen moverte con más trabajo que antes- a pesar de ser tan avanzado como presumes, no pudiste darte cuenta de ese detalle
-Necesitaras mucho más que eso para derrotarme
-Por última vez, Azariel, devuélveme a mi hermano…regrésame a su presente, porque es ahí donde pertenezco, ese es el destino que quiero
-¿Por qué dices tal cosa?
-Eso no te interesa, tan solo regrésame con él su presente
-…Nunca- Azariel se inclino, tal parecía que le atacaría con toda su fuerza y la acabaría en ese mismo momento. Todo apuntaba a que no habría esperanza; pero su abuelo volvió a su memoria, él le había enseñado que siempre existía una esperanza, aun la más pequeña, aun cuando todo parecía perdido, él siempre daba la confianza de que las cosas saldrían bien al final…incluso en aquella situación. Recordó entonces el tiempo avanzando a un velocidad increíble detrás de aquella ventana
-Estas muerta, Pan, desde el momento en que subiste por esas escaleras…-si tan solo lograra- es tu fin- si tan solo hiciera que él…
-No importa que me mates, Azariel…no dejas de ser un perdedor que incluso detestan en su propio tiempo
-¡Calla!-Llenarlo de ira…se coloco justo frente de la ventana, el avanzaba impetuosamente hacia ella con el hocico abierto con todas las intenciones de clavarle los afilados colmillos en su garganta...ella retrocedió mientras el corría aun más fuerte, más rápido y súbitamente en un movimiento rápido, la sayajin se tiró al suelo escuchando el estruendo cuando el galgo cayó por la ventana, los cristales se esparcieron por el cuarto, ella se levantó y se asomó, vio a Azariel inconsciente en el suelo envejeciendo en cuestión de segundos hasta convertirse en un ser decrepito, despertó antes de morir, extendiendo su huesudo brazo el cual vio deshacerse con espanto, se deshizo en milésimas de segundo. Pan se alejo de la ventana, no quería tener el mismo final que aquel ser. Recordó a su hermano de inmediato, se acercó a él y trato de despertarlo; pero nada surtía efecto, tendría que estar bajo el efecto de algo, el tiempo avanzaba igual de rápido, comenzaba a desesperarse, quizá era un error dejarlo morir, al menos pudo haberle sacado la información de cómo funcionaba aquella maquina del tiempo; pero era demasiado tarde, tendría que hacerlo por ella misma.
Buscó por toda la habitación sin encontrar nada, angustiada se quedo quieta frente al péndulo tratando de pensar en algún lugar donde no hubiera buscado antes…la maquinaria de la torre, entro por detrás del péndulo, tres escalones guiaban hacia un panel de control, justo por delante de la maquinaria del reloj. La maquinaba marcaba la fecha "11-12-1998" la fecha a la cual quizá avanzaba. En una pequeña pantalla veía claramente a Gokú dormido bajo la leyenda "suspensión completada", primero tecleo los números que la llevarían al presente de Gokú exactamente en el día siguiente en el que habían desaparecido, después apretó un botón rojo, que estaba justo por debajo de la pantalla donde podía ver a Gokú. Rogaba que fuera el botón correcto, para su fortuna lo fue, la luz que lo tenía suspendido desapareció de inmediato dejando al pequeño en el suelo.
Irrumpía en la madrugada con el pequeño en sus brazos, lo dejo en su cama aun dormido, le visto de inmediato con una pijama que encontró en uno de sus cajones y se marcho a la suya tratando de hacer el menor ruido, por la mañana seria un día decisivo. Se durmió recordando el mail que le dejo a Fisher antes de irse de un presente que pudo ser suyo; pero que ella eligió dejar
"Fisher, espero estés de humor para leer este mail, sin rodeos te diré que no volverás a verme, me iré lejos…no a donde, si no cuando…yo he estado 10 años en el futuro, un futuro sin mi, y que sin embargo nunca deje de estar presente como yo creía. Lo primero que pensé al llegar ahí fue que me habían desplazado, pues me encontré a un pequeño en mi habitación, un niño que resultó ser mi hermano y a quien le hablaron de mi toda su vida, por él pensé que había sido olvidada, los odie a todos , en especial a ese niño. No quería explicaciones, no quería saber nada de nadie porque odiaba cada segundo que pasaba ahí, porque el mundo no estaba más bajo mi control, un mundo que creía que siguió sin mi; pero estaba equivocada, ese mundo siguió con mi presencia a cada segundo. Pude ver el daño que cause no solo con mi ausencia si no con mi presencia, de alguna forma hice un recuento de los daños y cuanto dolor vi en los seres que me aman sin importar nada, el egoísmo mi inseparable compañero por muchos años se hizo mi enemigo…les causo dolor a mis padres, a mi familia y a ti…por recuperar todo lo que tenía vendí a mi hermano menor; pero no pude vivir con ese remordimiento, quise apagarlo de cualquier forma, pero aun me seguía gritando lo que había hecho, no podía vivir así, con un acto tan cobarde y egoísta, me aborrecía a cada segundo. Tome la decisión más importante de mi vida, Fisher, la más importante de todas, renuncie a mi egoísmo, al amor a mi misma que era más fuerte que el mismo amor que te tengo, por eso renuncie al mundo que me pudo haber pertenecido y lo deje atrás, para que desde mi punto de vista sean los días que se fueron y espero que nunca vuelvan, elegí volver 10 años en el futuro y salvar a aquel niño, mi hermano menor, he vuelto con él porque mis padres de ese futuro morirían si nos perdieran, a cualquiera de nosotros dos, al menos se que mis padres sobrevivieron a mi perdida; pero no se si lo harían por segunda vez, por eso Fisher, elegí regresar a ese futuro.
No nos veremos por 10 años, Fisher, no veré, tu sonrisa, ni escuchare tu voz, no veré tus ojos que se iluminan al verme, porque de alguna forma tú lograste ver algo bueno en mí. Espero que cómpredas mi decisión, y si nos vemos en 10 años entiendas que fue lo mejor para todos. No te pido que me esperes por 10 años, si que vivas tu vida según lo desees y consideres mejor; pero espero verte dentro de ese tiempo en la playa llena de barcos fantasmas, ese lugar tan hermoso que en algún momento me recordó la situación en la que estaba. Si quieres saludarme de nuevo te esperare toda la tarde del 29 de septiembre dentro de 10 años.
Te suplico que nunca muestres el contenido de esta mail a mis padres ni a nadie más, es algo que solo quise compartir contigo, para demostrarte que la niña egoísta que conociste murió en un futuro, tan solo quedo yo…
Con amor desde el pasado, el presente y el futuro
Pan"
Comenzaba a caer la noche en la playa desierta, Gokú examinaba un viejo buque camaronero que estaba a punto de resquebrajarse por lo oxidado que estaba, podía sentir la granulosa arena entre los dedos de sus pies, el sonido de las olas impetuosas chocando contra la playa, las palmeras a lo lejos que se miraban negras porque el sol estaba a punto de ocultarse y su hermana mayor sentada debajo de una mirando aquel intranquilo mar que parecía tragarse al sol
-Pan- le llamó el pequeño- ya es de noche, es hora de volver antes de que mamá y papá se preocupen
-Regresa tú- le dijo con una voz quebrantada, pues él no había respondido a una cita que le hizo en un mail hacia 10 años- diles que me quede un rato aquí
-¿estas segura?
-Si, ve con ellos, diles que estaré a tiempo para la cena- el pequeño dio un ultimo respiro al olor a mar antes de despegar de ahí. Estaba preocupado por su hermana mayor; pero sabia que aquel dolor que sentía no lo comprendería del todo y que no se aliviaría con decírselo a alguien, se marchó dejándola sola con sus pensamientos…él no fue a verla.
Él la miraba desde lejos, llevaba un rato de pie junto a uno de los buques de guerra que aquel huracán había llevado hasta la playa, no podía creer que la estaba viendo de nuevo, tras 10 años de no verla, de hacer caso omiso a su email que le dijo no le esperara y que viviera su vida, porque cuando leyó aquel mail se dio cuenta que su vida era ella, la mujer con la que quería pasar el resto de sus días.
-Pan- ella se volteó de inmediato y le miro incrédula de verlo ahí, se levantó y le abrazo de inmediato.
-No se como terminara esto, Pan, solo se que quiero llegar hasta el final…contigo
Las estrellas iluminaban el cielo y la luna brillaba esplendida en el medio de la noche, ante la pequeña que en aquel momento eligió convertirse en una persona madura, que eligió ser una mujer distinta de la que estaba destinaba a ser y dejar todo lo que había sido en los días que se fueron.