Efecto Colateral

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En cinco días más vería al detective. Eso era… ¡grandioso!, Yagami Light podía decir que se encontraba feliz, saliendo de aquellas extrañas conversaciones telefónicas que tenía con L, todo iba de maravilla.

Ahora descansaría unos minutos, comería y sacaría las cuentas para ver si podía pagar la electricidad. Las velas no eran tan prácticas como pensó cuando las compró hace unos días.

Estaba preparándose para hacer sus funciones, cuando, aquel aparato del demonio, como pensó en el momento, empezó a sonar. Mientras no fuera el de la renta pensó mientras contestaba.

—¿Diga?

—Light-kun.

— ¿Ryuuzaki?, acabamos de hablar-

—Lo sé, pero creo que he olvidado decirte el principal motivo de mi llamada.

Light bufó. Odiaba cuando L se andaba con rodeos-, y ése sería…

—El carácter de nuestra reunión por supuesto, Light-kun.

—… ¿Cómo?

—La razón por la que nos juntaremos y lo que haremos, debemos aclararlo desde un comienzo.

—Pensé que nos juntaríamos porque somos amigos que quieren verse, y que en aquella reunión, hablaremos.

—Claro Light-kun, pero no es necesario que lo digas así, podemos pasar a las razones entre líneas.

—… ¿Qué?

—Ya sabes, un detective, un ex sospechoso… solo hay que conjeturar.

—…Repito Ryuuzaki, ¿Qué?

—Light-kun esta siendo muy difícil en este tema.

—… ¿Qué tema?

—Sobre la reunión, tú y yo —de la otra línea L suspiró—, creo que Light-kun está pasando por lo mismo que yo.

—…

—…

—Ah.

—Ése 'ah' ¿de que es?

—De entendimiento, Ryuuzaki.

—Ah.

—Creo que entiendo a lo que te refieres —Light se pasó la mano por el cabello—, ¿estás hablando de algunas… reacciones… o parecidos que has tenido últimamente relacionados conmigo?

—En palabras simples, sí.

—Veo… yo también, Ryuuzaki.

—Aclarado entonces éste punto —L dijo poniendo un poco de énfasis en su voz igual de monótona—, debemos pensar bien en los términos de nuestra reunión.

—¿Para verificar nuestras… reacciones?

—exactamente, Light-kun.

—…

—…

—Un pacto en el que concordemos los dos, ¿no, Ryuuzaki?

—Eso mismo, Light-kun.

—…

—…

—Y que nos sirva a los dos, ¿no?

—Por supuesto.

—…

—Que te parece… ¿un intercambios de fluidos tuyos y míos?

—…

—…

—¿Corporales, Ryuuzaki?

—Esa es la idea.

—…

—…

—Concuerdo con tus términos, Ryuuzaki.

—Me parece bien, Light-kun.

—Así pues.

—Así pues.

—Nos vemos en cinco días.

—en cinco días, Light-kun.

Y como si estuviesen sincronizados, ambos teléfonos fueron colgados al mismo tiempo.


Nunca había viajado fuera de Japón. Lo más lejos que había ido de la isla, era a un pequeño archipiélago en uno de sus cumpleaños cuando era más joven. Pero aquí estaba, esperando que el jodido del detective le enviara a buscar para que así se pudieran juntar de una buena vez.

Había llegado hace siete horas. Aunque tuvo algunos problemas con el equipaje y debió de estar unas tres horas llenando formularios para ya no sabía que -al fin y al cabo su gran equipaje consistía solamente en una maleta-. Luego, había decidido comprarse algún café para ver si se despertaba bien –había ido todo el viaje dormido- y no había pasado nada mejor que echárselo encima; un hombre lo había empujado –sin disculparse- y había terminado quemándose y manchándose su mejor camisa, pero eso no había sido lo peor, lo peor fue cuando se había agachado para recoger su maleta .la que había soltado al caérsele el café-, una muchacha le había volteado su helado en el cabello. Así, quemado, sucio y manchado con la chica deshaciéndose en disculpas –y bastante sonrojada, luego de ver bien a Light- el joven japonés había tenido que ir a las duchas que tenía el aeropuerto, con la chica siguiéndole todo el rato. Ahora andaba con una camisa marrón clara, y de la chica, le había dicho, fingiendo un inglés básico, que estaba esperando a su novia.

Así que llamó al detective y esperó a que le contestara.

Y le contestó.

Después de aclararle donde debía enviar a buscarlo, se encontraba esperando por el auto que conduciría Watari –y Light se preguntaba si a veces L no abusaba del hombre mayor-.

Cuando llegó, y Light subió al elegante auto negro, no pudo evitar sentir las palmas un tanto húmedas y un nerviosismo. Claro, después de todo, era la primera vez que viajaba tan lejos.

Y llegaron frente al mejor hotel de toda Inglaterra. Watari tomó su maleta, diciéndole que no se preocupara. Intentó decirle que él se las podría llevar, y en ese tira y afloja de 'yo las llevo', lo vio. Al detective. Parado con su extravagante pose –es decir, como si de un jorobado se tratase- y con una cara de que en el mundo no hay gente más extraña.

Después de seis o siete meses de no verse, estaban aquí, uno frente al otro.

No habían chispas frotando en el aire, ni el tiempo se detuvo en un instante. Light puso sus manos en los bolsillos, y L solo se encaminó hacia él. Juntos, entraron al hotel en donde se hospedaba el detective.

Ya arriba, en una habitación por lo demás lujosa –como Light supuso que sería- decidieron romper el hielo.

— ¿Y Light-kun?, como has esta-

—¡Oh! Vamos Ryuuzaki, creo que empezar aquella conversación es insustancial —Light suspiró—, creo que ambos sabemos porque estamos aquí.

L puso su cara "de que con él no va la cosa"—. ¿De que hablas, Light-kun?

—¡No seas difícil! —Farfulló el japonés mientras se sacaba el abrigo y lo dejaba en un sillón cercano—, si nos hemos juntado, no ha sido solo para conversar, tú sabes, y para tú información, estas últimas horas no han sido las mejores.

—¿slgo malo, Light-kun?

Light lo miró—, nada que no se pudiera arreglar, Ryuuzaki, así que mejor pasemos a lo que nos incumbe.

—Ah, eso Light-kun.

—Sí, eso.

—Ajá.

—Ajá.

Y en menos de unos segundos, sus bocas se devoraban con tan solo el deseo que una tensión sexual de tantos meses podía provocar.

L empujó a Light contra la pared, sacando un quejido del otro. Light trajo sus manos al pelo de L, mientras éste le intentaba sacar la camisa, volando algunos botones.

—Idiota, no la… rompas… —dijo mientras se desabrochaba la camisa y la tiraba a donde fuese que cayera. Su gran obsesión por el orden, podría irse al demonio.

—Sin duda…Light-kun…sabe como matar… una atmósfe-

Light lo calló con su boca, amortiguando las palabras del detective. Fieramente trajo sus manos hasta la prenda blanca de L, tirándola hacia arriba para ir a dar junto con su camisa. Chocaron sus abdómenes produciendo que ambos gimieran sonoramente por la fricción, moviéndose conjuntamente por la pared.

L no podía más que maravillarse por la suavidad del cabello de su compañero. Y mientras abría sus ojos, también podría maravillarse con la belleza de Light. Para L los hombres difícilmente podrían catalogarse como bellos, pero Light, para variar, era la excepción. El nipón lo tomó aún más fuerte de la nuca para intentar acercar el contacto.

Desde la pared, pasaron a trompicones por el espacio hasta llegar a la habitación del detective. Zigzagueando por las murallas, sin dejar de meterse mano eso sí, tropezando llegaron al fin hasta la gran cama de L. Cayeron fuerte, con un golpe que en otra situación les habría dolido, pero en el momento todo se reducía a ellos solamente.

Se besaron, hasta que ya casi no necesitaban respirar, bebiéndose en el otro. Con los ojos abiertos, Light podía ver la mirada negra de L nublada por la lujuria, reflejando la suya propia con el mismo deseo. La piel pálida del detective y sus ojos misteriosos. Revolcándose y peleando por el dominio, L le ganó quedando superior a él en la cama. Quizás, si no hubiese estado tan despertado, excitado y ansioso, Light habría luchado un poco más por la posición.

—Creo que estaré arriba esta vez —dijo L mientras con su mano le abría el pantalón al menor para sacárselo, y acariciaba por encima, el miembro de éste.

—Bastar...do —gimió—, ¿quién dijo… que habrá otra?

—Sin duda, Light-kun sabe como matar… la atmósfera.

Light se irguió, mientras L le bajaba el bóxer—, ya... dijiste eso.

L lo miró, nublado por el éxtasis del momento—, entonces supongo… que es verdad.

—Entonces… eres un bastardo…

L lo beso nuevamente. Light bajó sus manos al pantalón desgarbado del detective, desabrochándolo y bajándoselo de una vez—, ¿sin… ropa interior?

— ¿Te sorprende?

No, no le sorprendía.

Siguieron besándose mientras con sus manos recorrían el cuerpo del otro. La boca de L bajo por el cuello de Light, haciéndolo gemir y llevar una de sus manos al cabello del mayor. Su otra mano bajo hacia el miembro erguido del insomne, tocándolo, y sintiendo el cuerpo sobre él tensarse entero.

—Creo… Light...-kun... que podríamos saltarnos esta parte.

Su mente era todo menos racional, ¿parte?—, ¿el foreplay?

—Sí...

—Concuerdo… contigo... L...

Apenas terminó de pronunciar las palabras, L lo giró bruscamente, pero solo calentándolo más. ¿Desde cuando era un pervertido?, desde que su mente lo abandonó por la lengua de L sin duda.

L estaba excitado. Estaba muy excitado. Tremendamente excitado. Hasta ese momento, la mayoría de sus cópulas sexuales, se habían debido simplemente a una necesidad de liberación que a una atracción verdadera. Pero aquí, junto con Light, además de sentir una gran necesidad de liberación –porque, ¡Infierno!, si la sentía- concebía una increíble atracción hacia el joven.

Light estaba perdido en el mar que eran las manos, lengua y cuerpo de L. Nunca antes había estado en esta posición, no, decir eso sería una subestimación, nunca antes había pensado en tener sexo con un hombre. Hasta L. Parecía que su vida se definía por L; el antes y el después. Pero gimiendo debajo de él, Light no podía encontrar ni un resquicio de arrepentimiento. Solo L podría hacerle sentir así.

—Vamos…L…o ¿quieres… que sea yo?

L se movió buscando algo que le sirviera para lo que quería. Nunca antes había tenido sexo con alguien de su género, y como pretendía tener de ahora en adelante mucho sexo con éste hombre, pensó que la experiencia debía ser agradable. Y por lo que sabía en términos generales, era mejor una cierta preparación para evitar el dolor.

—Debo decirte… Light-kun, que esta es la primera vez… que hago esto con un hombre…

Light se giró lo suficiente como para enviarlo una mirada intimidatoria. O por lo menos lo suficiente intimidatoria en la situación que se encontraba—, imbécil… ¿acaso… piensas… que me he acostado… con alguno?

—No, pero creí… necesario decírtelo —¡por fin!, había encontrado cerca de unos cojines la crema chantillí que estaba comiéndose poco antes que llegara Light. Eso serviría… Light bañado en crema chantillí, sintió su miembro endurecerse aun mas con el solo pensamiento.

Si el bastardo de L no se apuraba, Light sabía que lo voltearía y terminaría por-

¡Auch!

Sentía uno de los dedos –flacos y largos- de L adentrarse por su trasero. ¡Dolía como un demonio!

—Debes relajarte…Light-kun —el detective volvió a acariciar su polla, mientras con su dedo sondaba aquella cavidad. Abrió el frasco de la crema y le echó a su dedo un poco de ella, para luego volver a introducirlo.

Era muy fácil decirlo, ¡cuando no era tu culo en juego!, le iba a decir que lo hiciera con más suavidad, cuando de repente no pudo evitar gemir –aun más de lo que ya lo hacía- mientras sentía sus nervios crispar. Claro, la próstata. Más dedos fueron agregados, a la vez que el dolor se iba disminuyendo o eso creía, con el placer nublándolo por la estimulación de ése punto y por la lengua de L que bajaba por su cuello.

—Ves Light-kun, te dije… que no dolería…

—Idiota… tu nunca… dijiste eso...

Pero L no le prestaba atención, ya que estaba bastante ocupado tomando su miembro para lubricarlo con la crema y meterlo en el lugar que dejaron sus dedos. Poco a poco, y con la máxima suavidad que podía tener en aquella situación –terriblemente excitado, obviamente- terminó por caber entero en el cuerpo del otro, haciéndolo arquearse.

¡Mierda!, y pensó que los dedos dolerían, el muy bastardo debió de ser gigante, además de la sensación ardiente podía sentir algo seudo cremoso. Después de unos cuantos segundos que pensó serían horas, se acostumbró a la situación, y movió sus caderas para que L hiciera lo mismo.

Si Light no se hubiese movido, L igual lo habría hecho, eso sí. No por su amabilidad precisamente se había convertido en el mejor detective del mundo, claro estaba. Y la situación, y Light debajo suyo sudoroso y gimiendo más la estrechez que apretaba su virilidad… L se habría movido sí o sí.

Volteó a Light mientras acomodaba una de sus piernas en su cintura y la otra la levantaba por sobre su hombro. Clarísimamente, pensó L, el sexo podía permitir posiciones que en una situación normal, solo un gimnasta haría.

La nueva posición permitía una mejor penetración, profundizándose, tocando con más prolongación la próstata de Light, mientras con su mano tocaba la edad viril de éste. En cada una de las embestidas ambos gemían, mientras sus respiraciones no salían más que como sonidos entrecortados, jadeos sordos.

Light podía sentir como si todo se juntara en su vientre bajo, el movimiento de L, sus respiraciones, aquella mano en su polla húmeda. Podía ver el cabello enmarañado de L, y parte de su espalda. Levantándose más y atrayendo al otro hombre hacia él, besó con toda su fuerza al detective, rompiendo partes de sus labios y golpeando sus frentes. L le correspondió con la misma fiereza.

Unas cuantas embestidas más, y Light sintió su miembro hincharse, haciéndole saber que su clímax estaba cerca. Con un grito, que solo supo que era suyo por el dolor de su garganta, se vino como nunca. L lo siguió, con un grito sordo de su nombre, unos cuantos segundos después.

Sudorosos, pegajosos, y cansados, se quedaron un rato, L sobre Light y Light sobre el colchón. Cuando pudieron controlar sus respiraciones, Light empujó –con toda su amabilidad, que era poca- a L y se levantó –casi cayéndose y levantándose dignamente- para limpiarse con la colcha.

—Light-kun sí que sabe como matar la atmósfera.

—Eso ya lo has dicho, ¿dos?, ¿tres veces?

L lo miró fijo, mientras Light se limpiaba las piernas y la parte baja de la espalda—, eres un pervertido también, ¿sabias? —volvió a hablar el japonés.

—Sí, creo que ya me lo has dicho, unas ¿dos?, ¿tres veces?

Terminó de limpiarse, para volver a acostarse en la cama. Había sido el mejor orgasmo de su vida. Y sí, lo habían follado. Y sí, había sido la locura más grande. Pero había valido la pena. Vio el tarro de la crema botado en el piso y luego del tarro su mirada pasó a la colcha con la que se había limpiado.

— ¿Usaste crema azucarada?

—Sí, Light-kun.

—Eso es…

— ¿Habrías preferido que no usara nada?

—…

—Eso mismo pensé Light-kun, deberías agradecérmelo.

Light lo miró y luego se volvió a acomodar en la cama. Estaba lo bastante reventado como para empezar una discusión con el detective.

—Ahora, L, pienso que estoy lo suficientemente cansado, así que iniciaré mis ocho horas de sueño, lo quieras o no.

—Fíjate, Light-kun, que yo también tengo sueño —y el detective se acercó lo suficiente a Light como para que su cabeza tocara su hombro. Light iba a alejarse, pero decidió que eso, realmente no le molestaba.


L se estiró definitivamente satisfecho. Haciendo tronar unos cuantos huesos de su espalda, terminó por relajarse en la cama junto a su compañero. Miró por el rabillo de su ojo a Light; el chico estaba acostado en medio del colchón, y si no fuese porque la cama era tan grande, L estaba seguro de que hacía rato él hubiese terminado en el suelo.

La reunión había ido como la esperaba. Además de confirmar su fuerte atracción por el joven japonés, había podido liberar mucha, mucha tensión. Hacía bastante tiempo que no tenía una buena sección de… relajación, como esta, mejor dicho, nunca había tenido una tan buena como esta. Y decidió que le gustaría tener muchas más…

Light suspiró sonoramente, mientras, al parecer decidía despertar. Con un primer vistazo de su entorno, terminó por desperezarse.

—Buenos días, Light-kun.

El más joven miró el reloj en la mesilla.

—Son las veintitrés y cuarto, L.

—Pero suena más amable el "buenos días".

Light lo miró decidiendo no seguir aquello—, ¿no piensas que luego de lo que hemos hechos, el 'kun' está demás?

—¿Estás diciendo que porque te he follado ya no debo ser cortés contigo?

Light decidió no pensar en todas las cosas que estaban mal en aquella oración. Después de todo, estaba cómodo y contento, como solo la siempre bien ponderada paz después de un buen coito podía lograr.

L se movió a su lado en busca de… dulces, dulces que tenía en el cajoncillo. El detective le miró mientras le ofrecía uno; por supuesto que aquello era solo de amabilidad, el insomne sabía bien que no le gustaban los dulces.

Se giró con lentitud, sintiendo su parte posterior arder suavemente. Ignorando, y omitiendo su sentido común, Light fue derecho a la pregunta que estaría teniendo todo aquel día –tarde en realidad, por la hora-.

—¿Y ahora qué, L?

—¿Mmm?

—¿Y ahora qué?

L lo miró. Pensó por un instante hacerse el idiota, pero el tema era serio, y era mejor tener a un Light tranquilo que a uno furioso desde luego—. No sé, Light-kun.

—¿Cómo que no sabes?

—Tú tampoco sabes, por algo me estás preguntando —L le replicó—, esto ha sido…bastante rápido.

—¡pero fui yo quien vino hasta acá!, pensé que habías planeado algo, o calculado-

—Para que veas Light-kun —L le sonrió—, he actuado en un impulso espontáneo decidiendo encontrarme contigo aquí y ahora, no planeé nada más.

—Oh… entonces, después de está… reunión-

—Quieres decir, ¿después que follamos?, no es necesario el eufemismo, Light-kun.

—Ehm... bien, después de eso, ¿qué vamos hacer? –Light se sentó en la cama, frente al detective-, tú sabes, tengo una vida en Japón, mi familia, mis estudios, mi trabajo…

L mordió la gomita sabor fresa que comía. ¿Si no lo sabía?, por supuesto que lo sabía.

—… Aunque claramente, trabajar con el gran L, puede valer mucho también.

El detective lo miró con sus grandes ojos negros.

— ¿Quieres trabajar para mí? –Light resopló en el "para mí"-, entonces, ¿quieres trabajar conmigo?

—Podría ser una posibilidad —el más joven se levantó buscando sus bóxer en la habitación—, claro que si quieres.

L lo pensó, ¿trabajar junto con Light?, habrían discusiones, seguramente golpes, pero habrían buenas conversaciones y grandes sesiones de… relajación, mucha relajación-. Lo podría pensar-

—¿Qué tienes que pensar?, eres L, solo decide —Light le dijo mientras se subía los pantalones.

—Bueno… espera, ¿Por qué te vistes?, pienso que aprovechando la situación podríamos seguir con-

—Compré pasajes de ida y vuelta –se puso el reloj en su mano mientras veía la hora-, y sale a las dos y media el avión.

—¿Porqué compraste durante tan poco tiempo?

Light rodó sus ojos—, era una reunión, no una visita de una semana —finalizó mientras se ponía la camisa marrón.

—Quédate.

—¿Qué?

—Quédate Light-kun, puedo recordarte que tengo un helicóptero —en la palabra ambos sintieron un sudor frío—, y aviones, puedo ir a dejarte a Japón… además, esta reunión, como la has llamado, podríamos disfrutarla un poco más.

—¿Tener más sexo?

—Por supuesto Light-kun —pronunció L mientras tiraba del otro joven, nuevamente a la cama.


Cinco horas después, Light sabía que ese brazo que le apretaba el abdomen no era de otro más que del detective. Lo que no sabía era como habían llegado a la alfombra –una alfombra elegante, pudo ver, como el resto del lugar-, y porque diablos le dolía tanto la espalda. L además de ser un pervertido, era un salvaje, pensó adolorido.

—Veo que estás despierto Light-kun y —tomando la muñeca del japonés vio la hora—, buenos días, ya que son las cuatro y media.

—Sí, buenos días, ahora ¿podrías levantar tu brazo?, pesas, aunque seas huesos y un poco de carne.

—me siento cómodo así Light-kun… —con la fulminante mirada marrón siguió su frase—, pero por ser tú, he decidido moverme.

Y L se movió al lado de Light, mientras los huesos de su espalda, cadera y brazos sonaban.

—Awww, eso es repugnante, vas a tener una osteoporosis y artritis por culpa de aquella asquerosa dieta…

Y L recurrió a su potente método de hacer como que ponía atención. Tenía materias más importantes que pensar que en su dieta. La pregunta era simple, ¿quería a Light Yagami en su vida?, lo miró a los ojos, aquellos ojos castaño claro, recurrió las facciones perfectas de su cara y el cabello desordenado.

¿Quería a Light Yagami en su vida?

¡Infierno si!

—… Por eso, si comieras nutrientes esenciales, tomaras-

— ¿Light-kun?

Light paró su diatriba sobre la importancia de la comida "verdadera", para mirar al detective—. ¿Si?

—Me gustaría.

—…-

—Me gustaría trabajar contigo Light-kun.

La mirada en la cara de Light era inestimable. Su boca había quedado en una perfecta "O" que en un instante el joven había borrado, para reemplazarla por una sonrisa satisfecha.

—Lo sabía, ya había planeado aquello —y claro que lo había hecho. Después de deliberar unas cuantas horas, decidió que su vida en Japón apestaba y que si L quisiera podrían arreglar algo… así también podría descansar de las cuentas, y del tipo gordo de la renta.

—¿Cómo?

—En realidad, solo había comprado un pasaje para venir aquí y también dejé la mayor parte de mis asuntos en Japón finalizados o por lo menos encaminados para terminarlos-

—Ya veo, tenías calculado que diría que sí –L sonrió con conocimiento-, pero ¿si hubiera dicho que no?

—Entonces te habría golpeado y, habría comprado un pasaje para ir de nuevo a Japón —miró serio al detective—, no pretenderás cambiar de opinión, ¿no?

—Aunque me gustaría, solo para arruinar tus planes, Light kun —dijo mientras volvía a poner su brazo sobre el abdomen de Light—, debo decir que nuestra reunión ha fijado pactos que me dejan satisfecho, así que no veo motivos por los cuales cambiarlos.

Light lo besó, y L profundizó el beso.

¿Amistad?, ¿atracción?, ¿amor? L y Light sabían que su relación no podría especificarse en una sola palabra. El significado nunca trascendería la marea de sentimientos ambivalentes que podían sentir el uno por el otro, amigos, enemigos, ¿amigos con ventaja?

Quizás…


28 de febrero 2006

Otro caso solucionado, pensó completamente orgulloso Light mientras se daba una merecida ducha. Desde que se había asociado con L, podía decir que su vida era casi perfecta.

Claro que tenían sus rencillas, muchas y que incluso más de una vez habían llegado a los golpes. Pero las reconciliaciones eran tan… placenteras, que casi buscaban pelear.

Casos no faltaban. Al perecer, en el mundo del hampa, empezaban a surgir valientes sin miedo a la furia del desaparecido Kira. Así que trabajo no les escaseaba.

Hablaba una vez por semana con su familia. Su padre estaba arreglando los últimos ajustes para su jubilación, Sayu estaba estudiando difícilmente –de seguro era la que más lo extrañaba-. Hasta de Misa tenía noticias, la joven idol, estaba en una relación romántica con el también idol Ryûga Hideki –el verdadero-.

Y su relación con L iba bien. Quizás, había desarrollado un fuerte accesorio emocional al detective insomne. Unos dos meses después de su reunión, y ya instalados en uno de los edificios de L en Inglaterra, luego de una buena dosis de sexo habían conversado. Y L le había dicho el día de su nacimiento.

No podía negar que se sorprendió al saber que el hombre era siete años mayor, claro que L le había dicho que en el momento eran seis solamente. Lo que no le extraño, era el día exacto que nació el insomne. Treinta y uno de octubre. Por algo el aspecto, pensó riéndose.

Pero no fue sino en el cumpleaños de L, que paso lo sorprendente.

L le dijo su nombre.

L Lawliet.

Light lo saboreó en sus labios unas cuantas veces, riéndose de la ironía de la pronunciación del apellido: 'Lowlight'. Que incluso en su nombre se parecieran…

Y sí, aunque nunca habían hablado abiertamente de emociones sentimentalmente románticas, Light sabía que las había.

Terminó su relajante baño y procedió a secarse y vestirse. Al terminar suspiró frotándose los ojos mientras decidía ir a ver al detective. L por lo general se encontraba en la habitación, junto con su Mac y sus dulces –obviamente-. Light prefería trabajar en la sala, y así en la noche dedicarse a sus ocho horas de sueño.

Entró a la habitación encontrándose con el detective ensimismado en su computador, se acercó sigilosamente para ver que era lo que investigaba L con tanto afán.

Pervertido…

—Eres un pervertido, ¿te lo había dicho?

L se giró para mirar a Light por sobre su espalda—, Sí, creo que me lo has dicho unas cuantas veces, y Amane-san también me lo precisó alguna vez.

Solo L podría estar mirando con tanta atención aquellos videos ¿de hace ya dos años?, de cuando su habitación fue cubierta por cámaras. Y el pervertido estaba viendo los que grabó de su baño.

—Es meramente profesional, Light-kun.

—¿Profesional?, no veo nada profesional ver los videos de un caso cerrado, videos que violan mi privacidad y me muestran en momentos íntimos.

L lo miró inocente—, Pero yo a Light-kun ya lo he visto así.

Light contó hasta diez y decidió dejar aquella conversación para otro rato, día, mes, año. L era un voyerista inconsciente y nada lo haría cambiar.

Además, así le gustaba.

—Me voy a dormir, ¿vienes o no?

Desde ya hace algún tiempo, Light había convencido –usando grandes métodos de persuasión… como sus interminables diatribas y puños- a L a dormir unas cuatro horas por lo menos.

—Debo precisar que Light-kun cada día suena más como una esposa mandona.

—¿El que me preocupe por tu bienestar me convierte en eso?

—Eso, y también el que generalmente seas el-

—¡Basta!, ¿vienes o no?

L decidió no empujar más la paciencia del japonés. Por aquel día por lo menos. Se bajó del asiento en donde estaba encaramado y se subió a la cama, en la cual ya Light descansaba.

—Buenas noches, L.

—¿Light-kun?

—…

—Sé que estás despierto.

¡Diablos!, que no todos tienen tu energía L, pensó. Si lo que quería era más relajación, como lo llamaba, podía empezar a irse al-

—Light-kun, creo que voy a precisar algunas emociones que he venido teniendo este último tiempo, y creo, que por ser tu cumpleaños, te regalaré está declaración.

Light aguantó su respiración. No era muy cotidiano que L se abriera.

—He desarrollado una fuerte atracción física, mental y emocional hacía ti.

Light volvió a respirar. Solo L podría darle una confesión tan atípica, poco sentimental y coja.

—¿Y eso significa?

—Es bastante claro Light-kun, y por lo que sé, ahora deberías hacer el gesto reciprocó a mi acción.

—¿Qué? –suspiró-, bien, también he desarrollado una atracción... ¡oh vamos L!, ¡¿no puedes decir algo simple por una vez en tu vida?!, solo falta que subas con un jodido porcentaje.

L lo miró dolido –aunque no estaba claro si fingido o no—, también lo he calculado en porcentajes, Light-kun, físicamente estoy atraído hacia ti un 33.33-

—¡Y yo soy el que mata la atmósfera!

La mirada dolida se profundizó aún más, y Light se preguntó súbitamente si L nunca había pensado en hacer castings para colectas.

—Estás diciéndome, ¿Qué maté la atmósfera?

—Es solo que —susurró—, no sé, pensé que dirías otra cosa, como es mi cumpleaños y no regalaste algo.

—Pensé que las cosas materiales no tenían valor alguno para ti, y la torta que te di no la probaste. Además, aquello que quieres que diga, podrías decirlo tú.

—¡Porque te la comiste!, y tú mismo te ofreciste para decirlo, no yo.

—No me la comí toda Light-kun, y creo que tu actitud está rozando cada vez más el aspecto fem-

—Buenas noches L —sí, fue muy maduro de su parte, pero sabía que de seguir así terminarían discutiendo y arreglándolo con sexo, y estaba lo suficientemente cansado como para no querer eso.

—Sabes la verdad Light —se acercó al cuerpo del más joven—, así que no creo necesario decirlo.

Light se giró y lo miró a los ojos. Negro contra marrón, y en cada uno podían reflejarse tan nítidamente—. Lo sé, L, y nuestra… relación ya es bastante extraña como para agregarle más.

L le sonrió mientras se acercaba aún más—, es bastante arrogante de tu parte suponer mis sentimientos.

—Lo dices porque tu también lo eres, ¿no?

—Puede ser, Light-kun, puede ser.

—Entonces, ¿definitivamente no lo dirás?

—¿Decir que?

Y en su idioma, aquel idioma raro que solo ellos comprendían, al igual que el proceso mental del otro, o sus ideales más intrínsecos, sabían que ésa era su extraña manera de decirse cuanto se apreciaban…

… Porque, si su encuentro, desencuentro, relación habían sido atípicos…

… Ninguno de ellos cambiaría aquella característica…

… Porque uno era un pragmático y el otro idealista…

… Quizás algún día, uno de ellos diera su brazo a torcer…

… Pero claro, así se amaban.

Y para conclusiones felices, la de ellos podía ser un ejemplo. Extraño, torcido, ilógico, pero feliz después de todo.


"Nadie tiene dominio sobre el amor, pero el amor domina todas las cosas." Jean de la Fontaine


Notas de la autora: Wow!, me ha salido muy largoooooo. Quería un final feliz LxLight, y sip, se que está muy OoC, que la cantidad de fluff casi me da diabetes –y a ustedes que han llegado hasta aquí- pero bueno, a veces DN necesita grandes cantidades de LLight o LightL feliz xD sin tanta angustia y drama –y muerte, porque o se nos muere Light o se nos muere L-…

Por el OoC en la vida de Light debo decir que es deliberado; no puede ser que todo en su vida sea perfecto, así que le agregue problemas económicos, aquellos que todo estudiante tiene xD y de las explosiones, la única info que tengo es de las pelis de acción asi que verán no es mucha xD. Tal vez haga algún drabble o oneshot –más corto que éste xD- dedicado al "gordo de la renta" preguntándose que pasó con Light, o puede que de este oneshot haga una serie de otros dedicados a L y Light si se hubiesen quedado juntos 3.

Espero que les haya gustado este mini pero largo fic xD, estaré esperando sus comentarios D:.