¡Holas!

Sé que os estáis preguntando qué hago yo subiendo cosas cuando tengo miles de viñetas que subir para los otros fics XDDDD. Vale, admito que no podía soportar más el decir "ay, es que eso lo explico en un fic que todavía no he subido, bla bla bla" No quería subir este fic hasta tenerlo terminado, pero bueno, se hará poquito a poco.

Aquellos que siguen mis fics sabrán que he comentado muchas veces que estaba haciendo un fic con lemon de MelloxNear, bien, éste es XDDD. Ahora sí, no voy a subir el rating del fic ni voy a decir nada hasta el capítulo 3, porque no quiero que alguien entre a ver el fic por el puro morbo de leer un MelloxNear con lemon. El argumento de este fic es mucho más complejo que un simple lemon. Admito que la idea surgió de "quiero escribir un lemon" pero al final el lemon acabó siendo una consecuencia de una trama, no el objetivo de la trama, como supongo que debe ser. La culpa la tiene que soy casi incapaz de hacer PWP, y de querer hacer lemon surgió toda la trama del fic (que ya aprovecho de paso para explicar muchos de mis puntos de vista sobre el MelloxNear y Death Note en general).

El argumento se centra en mi versión de lo que ocurrió realmente en los días previos a la derrota de Light. Mi forma de explicar la muerte de Mello y cómo éste influyó en la victoria de Near. No sé si habrá más gente con mi misma opinión, pero todo lo que cuento está totalmente basado en cosas del manga, así que cualquiera puede comprobarlo. Para poder entender bien el fic sin perderse, hay que manejar bastante bien la parte de Mello y Near en Death Note jeje.

Os cuento también que lo que está ambientado en el caso Kira son los capítulos 2 y 3. Este primer capítulo es un flashback a la época de Wammy's House. Tuve dudas de ponerlo en el segundo capítulo en lugar del primero, pero creo que es mejor así porque se explican cosas de la relación entre Mello y Near que luego aparecerán en el siguiente.

Hace siglos que lo empecé, así que espero que no esté demasiado OOC. Yo lo releí el otro día y me encantó XD. Se lo dedico a Angie2000 porque me pidió un fic donde Mello y Near se "llevaran bien" jeje. Bueno, no se llevan bien exactamente, digamos que por ciertas circunstancias, se soportan XD.

Disclaimer: Los personajes y la trama de Death Note no me pertenecen, son de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. Lo que no, me lo he inventado yo, pero sin ganar ni un céntimo por ello TT

Advertencias: Este fic es un puro spoiler del final de Death Note, si no sabes TODO lo que pasa, no lo leas. Además, contiene yaoi y lemon (leve y soportable para cualquiera, creo yo) así que si no te gusta el yaoi puedes leer el capítulo 1 y 2 pero el 3, no XD.

Pos nada más, espero vuestros comentarios y por supuesto, espero que os guste XD.

DERRUMBE

Mello tenía el sueño ligero, por lo que el leve chasquido de la puerta de su habitación fue suficiente para despertarle. Abrió levemente los ojos, y en otras condiciones, se habría dado la vuelta y habría seguido durmiendo, pero se sobresaltó al ver una figura fantasmal que brillaba, casi plateada, a la luz de la luna.

Se incorporó de un salto, alterado y respirando agitadamente. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad se relajó, no sin una sensación de molestia y algo de enfado. No era ningún fantasma. No era más que Near…

- ¿Estás chalado o qué?- protestó, respirando hondo para que su respiración volviera a la normalidad.- ¡Por poco me matas del susto!, ¿crees que puedes entrar en las habitaciones de la gente a estas horas de la madrugada?

Near bajó un poco la cabeza, disculpándose. Sabía que Mello reaccionaría así, pero no podía acudir a otro sitio. Como bien había dicho Mello, no podía presentarse en la habitación de Roger a aquellas horas de la madrugada.

Había sido una pesadilla horrible, terriblemente angustiosa. No recordaba haber tenido otra igual y, sin embargo, había algo en ella que le resultaba familiar de alguna manera. Pensó que era probable que se hubiera repetido anteriormente pero con una intensidad menor sin llegar a despertarle. Pero había sido tan real… Podía incluso sentir la calidez de la sangre chorreando por su mejilla. Se había llevado la mano a ella para comprobar si de verdad estaba sangrando, pero no eran más que lágrimas transparentes.

Mello se quedó mirándolo, esperando una explicación y descubrió que, pese a que Near se mantenía quieto como una estatua, su cuerpo estaba temblando.

- ¡Near!- exclamó con preocupación.

Aunque quisiera reprocharle lo que había hecho, se daba cuenta de que algo debía haberle ocurrido. Algo grave como para hacer que el chico temblara de esa forma y su piel brillara más pálida que nunca. Algo tan grave como para atreverse a ir a su habitación y despertarle en medio de la noche.

Podía echarle de su cuarto sin miramientos y seguir durmiendo pero… ¿acaso sería capaz de poder dormir sabiendo que Near había acudido a él por alguna razón?

- Near, ¿qué te pasa?- preguntó, destapando su cama para levantarse y comprobar que Near estaba bien.

Ni siquiera tuvo tiempo de hacerlo. Near se lo impidió al alcanzar la cama con rapidez, metiéndose dentro de ella con el cuerpo encogido, las rodillas casi tocándole el pecho, dándole la espalda a Mello, que había quedado atrapado en la parte de la cama que pegaba a la pared.

Mello estaba confuso. No le hacía gracia que Near se metiera en su cama, pero por otro lado, una actitud así por su parte era tan desconcertante… Posó la mano en su hombro para girarle e intentar descubrir qué era lo que le pasaba pero Near estaba tenso. Tenso y helado.

Volvió a subir las mantas, tapándolo para que entrara en calor. No tenía ni idea de qué estaba pasando. No se atrevía a acercarse porque Near era de los que se incomodaban con el más mínimo roce, pero aún así, ¡se había metido en su cama!, ¿qué diablos iba buscando?, ¿sería porque tenía frío?

Dudando, Mello se acercó pegando su cuerpo contra el suyo, sintiendo el frío que despedía. En contra de todo lo que se podría imaginar, el cuerpo de Near no se tensó más, sino que se relajó con el contacto dejando que el calor de Mello lo envolviera, acomodando la espalda contra su pecho, deslizando las rodillas hasta que sus piernas descansaron sobre las de Mello, también ligeramente elevadas.

Seguía sin entender nada, sin entender que Near buscara aquel contacto. Nunca se habría imaginado que Near necesitara aquella cosa llamada afecto.

- ¿Qué te pasa?- preguntó en voz baja, ya que no era necesario hacerlo más fuerte. Los cabellos de Near le rozaban la nariz al haber amoldado su postura de forma que su rostro ocupaba el hueco que dejaba el cuello y los hombros de Near.

- He tenido una pesadilla.- murmuró.

Near no lo veía, pero Mello abrió los ojos con sorpresa. Era muy fácil pensar que aquello no era más que una excusa para meterse en su cama, pero la idea se fue tan rápido como vino. Near jamás haría algo así por una simple excusa. Debía haber sido una pesadilla muy horrible, sin duda.

- ¿Y qué ocurría?- indagó Mello.

Sin esperarlo, Near se dio la vuelta, quedando ambos chicos de frente, mirándose con la cabeza apoyada en la almohada. Al estar tan cerca, Mello pudo ver los pequeños surcos que habían dejado las lágrimas al secarse sobre su piel. Near había estado llorando. Hasta ese momento ni se había planteado la posibilidad de que Near pudiera hacerlo, nunca le había visto llorar. Estaba sorprendido por haber descubierto que Near, a pesar de todo, era humano, necesitaba afecto, lloraba, sentía… Aunque sólo fuera en situaciones extremas.

- ¿Qué sabes sobre mí?- preguntó Near, tomando totalmente de improviso a Mello.

- ¿Qué?- dijo Mello, frunciendo un poco el ceño con extrañeza. No sabía qué pretendía Near con esa pregunta, ni cual sería la respuesta esperada, pero decidió contestar de forma que aliviara un poco la situación.- Sé que eres el más listo de Wammy's House, aunque odie reconocerlo, que te gustan los puzzles y los juguetes, que eres solitario, un poquito antipático, muy directo al hablar…

- No me refiero a eso.- interrumpió Near.- Me refería a mi vida antes de que llegara aquí.

Mello se quedó pensativo. Por supuesto no sabía el nombre real de Near, ya que sus nombres reales sólo los conocía Roger, ni tampoco el lugar de donde venía. Había pasado mucho tiempo, él era pequeño y sólo llevaba allí unos meses cuando Near llegó al orfanato.

- Lo siento pero no sé nada. Ya sabes como es Roger, no suelta prenda. Sólo recuerdo que yo tenía cinco años, así que tú debías tener tres. Todos nos ilusionamos mucho cuando nos dijeron que iban a traer un niño nuevo. Lo que pasa es que luego nos decepcionamos un poco, eras muy pequeño, siempre te sentabas en un rincón y nunca hablabas, eras raro, bueno, sigues siéndolo. Pensábamos que eras mudo o algo así, pero L consiguió hacerte hablar.

Near sonrió levemente. Sí, recordaba todas aquellas cosas, aunque fueran recuerdos muy lejanos y borrosos.

- Yo también me acuerdo de eso. Pero en la pesadilla…- Near se estremeció al recordar los gritos y la sangre.- No recuerdo absolutamente nada de lo que pasó conmigo antes de llegar aquí, es como si todo se hubiera borrado.

- Es que eras muy pequeño.

- Ya, pero, ¿tú recuerdas algo de tu familia o algo anterior a Wammy's House?

El rostro de Mello se ensombreció. Él recordaba cosas, imágenes sueltas, lo que ocurría era que no le gustaba pensar en ello. Pero ahora que Near se lo había recordado, lo hizo.

- Sólo recuerdo situaciones concretas. Por ejemplo, creo que no tenía padre porque no tengo ninguna imagen de él, a lo mejor murió o mi madre era madre soltera, quién sabe. Mi madre era joven y guapa, con el pelo como el mío pero largo. Vivíamos en una casa muy pequeña, bueno, seguramente no era una casa sino un apartamento. Y donde vivíamos hacía mucho frío porque mi madre por las noches siempre me preparaba chocolate caliente para que entrara en calor. También recuerdo mi nombre y que hablábamos otro idioma diferente, porque cuando vine aquí no entendía nada de lo que me decían. Y luego hubo un incendio. No sé si mi madre murió allí o murió en un hospital, yo sólo sé que me llevaron a otro sitio hasta que Watari y Roger me trajeron aquí.

Near bajó la mirada. A él también le gustaría recordar algo, aunque fuera doloroso. Se acercó más a Mello, apoyando la cabeza contra su pecho. Éste se puso boca arriba permitiendo que Near se acurrucara contra él en busca del afecto y el calor que seguramente habían sido borrados de sus recuerdos.

- Yo ni siquiera sé si tenía padres…- murmuró Near, presionando su mejilla contra el pecho de Mello, su mano, posada junto a su cara, agarrándose a la camiseta de su compañero.- A lo mejor me abandonaron nada más nacer, o en cuanto vieron mi pelo…

- ¡No digas eso!- dijo Mello, abrumado por esa idea tan espantosa. Estaba seguro de que Near había tenido unos padres que lo querían. Sólo bastaba recordar la primera imagen que tenía de él, tan pequeño, tan vulnerable, era imposible que nadie le hubiera hecho algo malo a alguien así, y mucho menos por algo tan absurdo como el color de su pelo.- No le pasa nada a tu pelo.

Mello lo miró. Near parecía más tranquilo y había cerrado los ojos. Su cuerpo ya no estaba frío. Al tener la cabeza sobre su pecho, Mello podía verlo desde arriba y se fijó en algo que nunca se había fijado antes. Desde su posición se veían sus párpados cerrados, con largas pestañas. Pestañas de un color oscuro… Mello entornó los ojos, fijándose aún más debido a la poca luz que había. De cerca, el pelo de Near tenía un color extraño. Si bien de lejos podía parecer blanco, no lo era, era más bien como si su color original hubiera descolorido pero sin llegar a ser blanco por completo. Un extraño color gris.

- Near…- susurró en voz muy baja.

Los ojos de Near se abrieron con lentitud y se alzaron para mirarle.

Mello también se fijó en ellos a propósito. Tenía unos ojos grandes y bonitos, pero no solían transmitir ninguna emoción. Mello se dio cuenta de cual era la dificultad para detectar la expresión de sus ojos. Eran de color tan oscuro que el iris se confundía con la pupila, por eso era imposible distinguir los cambios de tamaño de las pupilas que iban emparejadas con distintos sentimientos como el miedo, la sorpresa… Era necesario estar tan cerca como lo estaban en ese momento para descubrir el ligero cambio de tonalidad dentro de ellos. Las pupilas de Near ocupaban la mayor parte del ojo debido a la escasez de luz.

- Near, mañana buscaremos el momento de escabullirnos en el despacho de Roger y encontraremos tu expediente.- propuso Mello, ahora él también estaba intrigado por el pasado de Near.

- De acuerdo.- murmuró Near.

Y después, se quedó dormido.

OoooOoooOoooOoooOoooOoooOoooOoooOoooO

Cuando Mello despertó por la mañana, su cama estaba vacía. Apenas había pegado ojo en toda la noche, no estaba acostumbrado a dormir con alguien y le resultaba incómodo, tampoco quería moverse por miedo a despertar a Near, así que pasó la mayor parte de lo que quedaba de noche pensando en Near y en su pesadilla, intentando averiguar la conexión entre ella y la pregunta de Near acerca de su pasado. Aunque al final parecía que el sueño había acabado venciéndolo y se había sumido en un sueño tan profundo que ni siquiera había oído a Near levantarse y marcharse.

Llegó incluso a pensar que sólo se había tratado de un sueño, pero comprobó que no lo era nada más encontrarse con Near a la hora del desayuno. A la naturaleza esquiva del muchacho se sumaba la mirada huidiza que no lograba sostener la de Mello por más de dos segundos. Estaba claro, no había sido un sueño.

Recordando la propuesta hecha durante la noche, Mello abordó a Near cuando se dirigían a clase. Lo retuvo agarrándole del brazo cuando Near aceleró el paso inútilmente.

- ¿Qué pasa?- inquirió Mello.- ¿No recuerdas lo que te dije anoche?

- Sí…- murmuró Near sin mirarle directamente.- No creo que sea una buena idea.

- ¿Por qué? Es la única manera de averiguar lo que te pasó.

- Ya, pero ¿y si Roger nos descubre?

- ¡A la mierda con Roger!, ¿qué es lo peor que nos puede pasar?, ¿que nos castigue?

- Sí, claro.- dijo Near, como dándole la razón.- Pero, ¿no crees que si no nos ha dicho nada es porque es mejor que no lo sepamos?

- No puedo creerlo.- dijo Mello, sintiéndose decepcionado.- ¿Todo el numerito de anoche y ahora sales con eso? Tú haz lo que quieras, pero yo voy a averiguarlo, y luego no me vengas llorando para que te lo cuente.

- Está bien.- Near asintió, accediendo a la par que los nervios se le empezaron a acumular en el estómago.

- A las doce nos encontraremos en el baño de la planta baja, aprovecharemos que a esa hora Roger está con los pequeños.- sugirió Mello. Había tenido toda una noche para trazar el plan.

OoooOoooOoooOoooOoooOoooOoooOoooOoooO

Near fue puntual y a la hora prevista estaba allí como un reloj. Sólo tuvieron que asomarse al pasillo y comprobar que no había nadie cerca. El despacho de Roger estaba sólo a unos metros por lo que pudieron entrar sin ser vistos. Una vez allí, tampoco sabían muy bien por donde empezar. La habitación era grande y estaba repleta de estanterías.

- Comprueba las vitrinas hasta dar con la que esté cerrada con llave.- dijo Mello, agachándose frente al escritorio y abriendo los cajones.

Vio cómo Near se giraba a mirarle, preguntándose sin duda cómo sabía aquello.

- ¡No te entretengas!- dijo mientras rebuscaba con cuidado de dejar las cosas como estaban.- Sé que por aquí hay una llave escondida… Y antes de que preguntes; la vi un día que vine con Matt a robar tabaco.

No dijo nada, ni se giró a mostrar su sorpresa. Mello tenía razón, no debían entretenerse. Pero aquello que había dicho… A veces le gustaría ser como él, tener ese toque de imprudencia. Near estaba seguro de que si el plan lo hubiera pensado él en lugar de Mello, habrían estado meses observando antes de descubrir dónde guardaba Roger la llave. Podía criticar muchas veces la forma de actuar de Mello, pero no negaba que, pese a lo arriesgado, era una forma más rápida y efectiva.

Near había comprobado la mayoría de las puertas de cristal que cerraban las estanterías, todas ellas estaban abiertas. Todas excepto una.

- ¡Mello!

- ¡La tengo!- dijo Mello mostrando la llave en su mano.

Acudió a donde Near le señalaba. Estaba agachado frente a una de las puertas de la parte baja de las estanterías, puertas de madera opaca, sin cristales. Mello se agachó a su lado, tanteando la cerradura. La mano le temblaba un poco por los nervios y por el miedo a ser descubiertos, por lo que necesitó un par de intentos hasta conseguir introducir la llave.

CLIC

En el interior había un montón de archivadores ordenados por orden alfabético. Sin dudar, Mello cogió el que tenía rotulado en el lomo "M-N" y lo sacó. Lo puso entre él y Near, que estaba también sentado en el suelo, a su lado, y entre ambos comenzaron a pasar los expedientes.

- Mello, aquí está el tuyo.- dijo Near, viendo el nombre de Mello en la parte superior de una carpeta.

Aunque a Mello le dio un vuelco el corazón, ignoró el comentario. Estaban allí para buscar el expediente de Near, no podían perder el tiempo. Al menos esa era la excusa que Mello se puso a sí mismo sin querer admitir que la verdad era que, a pesar de que le causaba curiosidad, sería mejor no indagar en su pasado y quedarse sólo con los escasos y felices recuerdos que tenía.

Antes de que Near pudiera repetir la frase, sin saber que había sido ignorado a propósito, Mello encontró el otro expediente. Lo sacó y lo dejó sobre las piernas de Near. Se sintió impaciente. Había estado toda la noche dándole vueltas a la cabeza y había llegado a la conclusión de que Near no era albino como muchos pensaban. Además, era algo tan evidente que hasta se sintió estúpido por no haberse dado cuenta antes. El albinismo era algo genético que se caracterizaba por la falta de pigmentación. Los rasgos distintivos eran el pelo completamente blanco, la piel rosada y los ojos muy claros. Near no encajaba con ninguna de las tres cosas; su piel era pálida, blanca, pero debido a que nunca le daba el sol, no por otra cosa, sus ojos eran oscuros al igual que sus pestañas. Si fuera albino, sus pestañas deberían ser blancas. Y su cabello, como bien había comprobado durante la noche, aún conservaba un ligero rastro de color desvaído. No había otra explicación posible que la de que Near había perdido el color original debido a un shock post-traumático. Mello había oído algunas cosas acerca de eso y sabía que era posible. Y si era así, estaba seguro de que Near hacía tiempo que había llegado a la misma conclusión. ¿Cómo era posible que en todo ese tiempo no hubiera tenido la necesidad de saber la verdad? Era él mismo, Mello, ajeno a todo aquello, y se moría de curiosidad por saberlo, ¿cómo había podido vivir Near todos esos años sabiendo que había algo raro detrás y no haber hecho nada por averiguarlo?

Pese a toda la curiosidad, al ver la carpeta sobre el regazo de Near, Mello se apartó un poco. Le había ayudado, habían llegado los dos hasta ese punto, pero comprendió que era un momento difícil, que lo que podía haber allí dentro podía no ser agradable, que era algo demasiado íntimo, por eso se apartó, mirando de reojo a Near antes de desviar la mirada de él por completo.

No entendía en absoluto a aquel chico. Impasible, como siempre, mientras la verdad descansaba entre sus manos. Ni un rastro de… nada. No era capaz de comprender cómo la noche anterior una simple pesadilla había conseguido hacerle temblar, congelarse por el miedo, y ahora sostenía la puerta hacia su pasado de forma vacía, como si no fuera más que otro examen con la nota más alta de la clase escrita con rotulador rojo.

Entonces sintió tensarse la manga de su camiseta. Los dedos de Near sujetaban la tela reclamando su atención. Mello se giró y cuando lo hizo, Near abrió la carpeta. Aunque algo turbado y sorprendido, sabía que debía sentirse halagado por ello, no era el momento de preguntarse si Near deseaba compartir verdaderamente esa información o tan sólo se sentía en deuda con él por haberle ayudado.

La carpeta contenía varios documentos, el primero era un informe con el sello de la fundación Watari, a éste seguían distintos informes tanto médicos como de otras instituciones. Ambos chicos leían a la par, en silencio, y Mello pudo notar que, aunque la expresión de Near no cambiaba, sus dedos poco a poco iban aprisionando el papel con más fuerza.

Verdaderamente aterrador.

Near cerró la carpeta y la devolvió al archivador. Mello lo miró intentando encontrar alguna reacción puesto que estaba seguro de que en su propio rostro se podía intuir el desagrado y el horror. Sintió lástima por Near.

- ¿Estás bien?- preguntó. Tenía que hacerlo aunque Near no pareciera afectado de ninguna forma.

- Sí.- respondió, devolviéndole la mirada.- Fue real, es lo que quería saber.

- ¿Y cómo puedes quedarte así después de saberlo?- preguntó Mello, la frialdad de Near le estaba poniendo nervioso.

- Ya no se puede hacer nada y tampoco voy a recordar nada aunque lo haya leído. Me lo creeré y ya está. El día que vuelva a despertarme sin poder respirar y atemorizado, sabré que se trata de otro recuerdo.

- ¡¿CÓMO PUEDES?! ¡Eran tus padres! No te abandonaron, te querían, fueron asesinados brutalmente y no eres capaz de sentir ni una pizca de tristeza.- exclamó Mello, exaltado, pues él mismo estaba a punto de derramar todas aquellas lágrimas que Near parecía incapaz de producir.

- Sí que estoy triste.- dijo Near, bajando la mirada para dejar de ser juzgado por la mirada de Mello.- No recuerdo nada de ellos, son unos completos extraños para mí, sólo que ahora tienen nombre y apellidos pero siguen sin tener rostro. Estoy triste por no poder recordarlos y sentir pena por ellos. Estoy triste porque sólo he sido capaz de recordar la angustia que sentí aquel día gracias a una maldita pesadilla.

Mello abrió la boca para seguir recriminándole, pero no lo hizo. No tenía derecho a hacerlo porque Near tenía razón, podía imaginar cómo se sentía. Él, por el contrario, sí tenía recuerdos…Vio que Near se disponía a guardar el archivador en la estantería y, en acto reflejo, lo detuvo.

- ¡Espera!

Su mano temblaba. Tenía recuerdos… ¿Iba a poder dejarlo pasar así como así? Tenía recuerdos, su madre tenía un rostro de hermosa sonrisa que le cantaba canciones y lo acunaba hasta que se quedaba dormido, además de preparar el mejor chocolate que recordaba haber probado en su vida. ¿De verdad quería obviar todo lo demás cuando él sí podría darle forma en su mente, a diferencia de Near?

Buscó su expediente con rapidez, y lo abrió con igual urgencia, como si hubieran escuchado pasos acercándose que amenazaban con descubrirles. Le hubiera gustado leerlo en secreto, pero lo compartió con Near, se lo debía.

Su expediente era diferente. A simple vista, lo único comprensible era el informe de la fundación Watari, el resto eran documentos escritos en otro idioma, idioma que había olvidado. Supuso que serían también informes médicos y papeleo del orfanato donde estuvo hasta que Roger y Watari lo recogieron.

Los folios escritos en inglés fueron suficientes para descubrir el pasado de Mello. Las lágrimas que estuvieron a punto de ser derramadas por el drama de Near, estallaron de repente. Se derrumbó contra Near, tirando los papeles, que quedaron esparcidos por el suelo. El imprevisible impacto hizo que la espalda del pequeño diera contra la estantería, sintiendo su pecho mojarse debido a las lágrimas de su compañero. Veía las mejillas enrojecidas por rabia e impotencia, un puño golpeaba el suelo como si el dolor físico fuera el único bálsamo para el dolor emocional, el otro puño se agarraba con igual fuerza a la tela de su pijama.

Nunca se había encontrado en una situación parecida, tampoco sabía qué decir o hacer para consolarle. Un poco tenso por la situación, pasó unos instantes bloqueado antes de decidirse. Finalmente, lo rodeó con sus brazos aunque se sintiera extraño al hacerlo. Había pensado que, viendo que ese tipo de muestra de afecto había dado resultado con él la noche anterior, tal vez también a Mello le sirviera para tranquilizarse.

El efecto fue el esperado. La presión contra su pecho cedió, al igual que la mano que se agarraba a su pijama, aunque Mello siguiera llorando, parecía agradecer el apoyo que le estaba brindando. El chico, poco a poco fue resbalando hasta quedar casi tumbado en el suelo con la mejilla apoyada sobre la pierna de Near. Ahora apenas se oían los sollozos, sin embargo, las lágrimas continuaban empapando el pijama de Near.

Todo aquello era tan nuevo, tan raro, tan desconocido que Near se sentía perdido. Si bien había visto a Mello contener las lágrimas en alguna ocasión, nunca le había visto llorar realmente. Conociendo la rivalidad que existía entre ellos, estaba casi seguro de que, de haber podido elegir, él habría sido la última persona del orfanato frente a la que Mello se habría puesto a llorar. Las circunstancias se habían sucedido así y era cierto que no sabía qué hacer, pero sí tenía claro que lo que no iba a hacer era regocijarse en su abatimiento.

Mello se había portado bien con él, a pesar de todo, cuando acudió en su ayuda, incluso se había arriesgado a ir al despacho de Roger en busca del expediente. Le había dado el afecto que necesitaba en el momento oportuno, él no iba a ser menos. Era consciente de que no podían quedarse mucho tiempo allí sin exponerse a ser descubiertos, pero no iba a ser él quien decidiera cuando acabara aquello. Si Mello necesitaba compañía, allí estaría mientras fuera necesario, no le importaba lo más mínimo que le cayera un buen castigo.

Unos dedos dudosos se despegaron del hombro de Mello para posarse en su cabello, acariciándolo. Aquellos dedos que habitualmente retorcían un mechón de pelo blanquecino, ahora enredaban finos cabellos rubios.

Con ello, al fin Mello acabó por relajarse. Se sentía avergonzado por haber expuesto su debilidad frente a Near y lo último que quería hacer era levantar la cara de su pierna para enfrentarse a él. Era un sentimiento contradictorio, era Near, su rival, quien había conocido su lado más débil, con quién había compartido sus secretos y era también él quien trataba de consolarlo. Sin quererlo estaba cerrando los ojos, tranquilo, sintiéndose seguro. La sensación de su pelo deslizándose entre los dedos de Near era tan reconfortante… ¿Sería por eso que lo hacía continuamente?

- No era más que una…- murmuró Mello, rompiendo el silencio, una forma de excusarse por su reacción.

- No digas eso.- interrumpió Near.- Tenía casi tu edad, debió ser muy difícil.

Mello se limpió la cara con la manga de la camiseta, asintiendo. Tenía que darle la razón a Near. A veces le gustaría tener su capacidad para razonar con frialdad y no dejarse llevar por las emociones. Si hubiera sido así, lo habría comprendido al instante y no se habría puesto a llorar como un loco al pensar que todos sus recuerdos se venían abajo.

- Al final creo que esto no nos ha servido de nada. No ha cambiado nada.- dijo Mello, incorporándose y observando los papeles esparcidos por el suelo. Ambos chicos se pusieron a recoger y ordenar los documentos para volver a guardarlo todo en su sitio.

¿De qué había servido conocer todo aquello? Nada había cambiado, salvo descubrir que ya desde los orígenes eran completamente diferentes. Mello había tenido una infancia feliz, pese a vivir en la miseria, gracias al esfuerzo de su madre, una adolescente que sobrevivía trabajando en locales de alterne tras emigrar a Europa occidental, estando embarazada, cuando estalló la guerra de los Balcanes. El dinero de la familia de Near sólo sirvió para que unos ladrones eligieran su casa como objetivo de un robo, asesinando a sus padres mientras que el pequeño logró escapar escondiéndose en el armario de los juguetes. Lo presenció todo a través de las lamas de madera. Cuando lo encontraron días después, su cara estaba manchada con la sangre que había salpicado las puertas y había conseguido introducirse en el interior. El pequeño se tranquilizaba enrollando un pequeño mechón de pelo que había perdido el color de forma repentina, los juguetes guardados en el armario le hacían compañía.

Cuando sólo quedaba un papel por recoger, los dedos de Mello se encontraron con los de Near al intentar alcanzarlo a la vez. Ambos se quedaron parados mientras un escalofrío surgía por el contacto. Después de todo lo que habían compartido desde el día anterior, aquel contacto inocente y carente de contexto resultaba incómodo. Se miraron al retirar las manos, siendo Mello quien se hizo al final con el papel.

- Mello, creo que al final sí ha servido de algo. Ha cambiado todo.- dijo Near.

De cerca y a la luz del día, fijándose mucho, se distinguían las pupilas de Near. Debido a la luz debían estar contraídas, sin embargo, estaban algo dilatadas. Mello creía saber el por qué y sonrió ligeramente, hecho que hizo que las pupilas de Near se abrieran más.

- Creo que tendré que darte la razón, Near.- murmuró Mello.

Viéndolas desde poca distancia, Mello consiguió averiguar el color de sus pestañas, y por tanto, de su pelo original. Eran de un color castaño claro, pues las puntas eran un poco más claras que el resto. También descubrió que la piel de Near no era tan perfecta como parecía.

- No sabía que tuvieras pecas…

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¿Os ha gustado? Espero que sí, ya me contareis, estoy muy nerviosa e impaciente por saber qué os ha parecido.

Odio tener que inventarme cosas , así que he odiado profundamente tener que inventarme el pasado de Mello y Near, pero bueno, al menos la idea del pasado de Near era algo que me llevaba rondando la cabeza desde hace mucho tiempo. Siempre he pensado que Near no es albino, además no tiene ninguna de las características de los albinos, por lo que me gustó explicar mi versión jeje. El pasado de Mello… pues quería algo traumático XD pero no quería que hubiera tenido una mala infancia el pobretico TT.

No sé si habrá quedado muy OOC TT, en mi cabeza no lo era porque tenía claras las imágenes en mi mente. Cuando Near va al cuarto de Mello, Mello podía haberlo echado pero le da un poco de remordimientos y curiosidad ver por qué está así (Mello tampoco era un demonio que apaleaba a Near en cada esquina XD). Quería dar una explicación a por qué la relación entre ellos era especial y diferente a las que tenían con los demás. Esto quedará totalmente explicado en el segundo capítulo, aquí sólo quería presentar la escena, el segundo capítulo se encargará de analizar la relación.

Por cierto, estuve MUY tentada a meter beso al final XD, pero no lo hice jeje. Dejé claro que estaban MUY cerca, ahora que cada cual piense lo que quiera jajaja.

Os mando deberes ¿vale? Tenéis que saberos bien el canon de Death Note para el segundo capítulo o no os vais a enterar de nada XDDDD.

Muchos besitos y espero vuestros comentarios.

Ak.