Discúlpame Sakura, la verdad no sé que me pasa… la verdad no sé ni que decirte, porque ni yo misma lo sé, no entiendo lo que me pasa... estoy muy confundida y tengo tantas ideas en la cabeza que no sé que hacer - repuso Tomoyo cabizbaja mientras su prima la abrazaba con ternura para darle fuerzas…
Sea lo que sea me lo puedes decir… no te preocupes por eso "hermana" - respondió dulcemente la muchacha de ojos verdes tratando de darle ánimos a su vieja amiga y prima.
… cuando venía para acá me encontré con Eriol - dijo después de unos segundos de silencio la estudiante de periodismo con la mirada en el suelo ante la sorpresa de su prima al escuchar que llamaba a la reencarnación de Clow por su nombre, ¿en que momento había nacido esa confianza tan grande entre ellos dos?
Él me pidió que lo llamara por su nombre – se adelantó a decir en voz baja la muchacha de cabellera azabache al notar la sorpresa de su amiga.
Vaya que bien que tú y él se estén llevando mejor – atinó a decir la antigua card captor sin entender nada, ¿Qué tenía que ver su amigo inglés en todo eso?
Sakura, él me dijo que… yo le… gustaba mucho - agregó la muchacha de ojos azulados que sintió una vez más que su rostro se encendía, en ese preciso momento su prima se quedó totalmente helada… la noticia le había caído como un baldazo de agua fría…
¿¿Qué…?? ¿te refieres a Eriol…? ¿al Eriol Hiiragizawa que yo conozco? – preguntó la maestra de las cartas que aún no se recuperaba del todo de semejante noticia, en su vida se hubiera imaginado que el muchacho inglés se enamorara de su mejor amiga, bueno en realidad no le sorprendía mucho porque su prima era muy especial y se ganaba el cariño de cualquiera rápidamente sin ningún esfuerzo.
Sí... a ese Eriol me refiero - respondió tímidamente la muchacha de armoniosa voz con mucha pena, hasta para ella misma le era difícil creer lo que había dicho, que se imaginaba como debería estar su prima de sorprendida…
¿Y qué le respondiste? – preguntó después de un rato la muchacha de ojos verdes que aun trataba de hacerse la idea de ver a su prima y a su amigo como pareja… la sola idea era tan extraña y más que todo inesperada.
Sakura no le pude decir nada porque la verdad es que no sé lo que siento, es la primera vez que dudo de esta forma… - atinó a responder la prima de la antigua card captor que no supo como explicarle a su amiga lo que sentía, la confusión que no le permitía pensar en otra cosa que no fuera Eriol Hiiragizawa.
Tomoyo mira en tu corazón y pregúntate ¿Qué sientes por él? - aconsejó con suma tranquilidad la hija menor de Fujitaka que miró detenidamente a su prima, podía ver como ella se perdía nuevamente en sus pensamientos, ¿había la posibilidad que ella sintiera algo más que amistad por su amigo inglés?
La estudiante de periodismo cerró sus ojos para poder ordenar sus ideas, quería ver dentro de ella y saber que era ese sentimiento que había nacido y que la confundía tanto, en uno de sus recuerdos… evocó uno en especial, ella era una simpática niña y se encontraba sentada en uno de los salones de la primaria de Tomoeda, en ese momento ingresó el profesor Terada y les dijo a todos que Eriol se iba a Inglaterra después de que Sakura logró convertir todas las cartas Clow en cartas Sakura, fue allí que sintió pena porque él se iba y más cuando fueron a buscar respuestas a su casa y tomaron el té en su mansión… sintió algo, pero en ese tiempo solo estaba concentrada en que su prima y el niño chino se juntaran así que no había prestado mucha atención a ese sentimiento, hasta ahora…
La antigua card captor observó como su prima se había sumida en un silencio profundo, definitivamente su mejor amiga no solo sentía amistad por el joven inglés, había un sentimiento más fuerte que lo unía a él… tal vez llamarlo amor era excesivamente apresurado, pero era un hecho que sentía algo muy especial por él, no había vueltas que darle al asunto…
Tomoyo creo que tú sabes muy bien lo que sientes por él, solo que te niegas a aceptarlo… sé que es apresurado decirlo, pero no le encuentro otra explicación… estás enamorada de él – concluyó finalmente la dueña de las antiguas cartas Clow que estaba muy convencida de lo que decía, aunque viéndolo desde un punto vista lógico no era factible, pero como ella decía, en las cosas del amor no había lógica alguna…
Pero como dices esas cosas Sakura, eso no puede ser… yo no puedo estar… definitivamente no es eso – repuso la muchacha de ojos azulados ante el comentario de su amiga, definitivamente no podía ser eso posible, no había posibilidad alguna ¿o sí?
Entonces señorita Daidouji respóndame ¿por qué esta tan confundida? – preguntó de improviso la estudiante de arqueología que miró a su amiga y vio como comenzaba a balbucear buscando una excusa, más claro no podía estar… tal vez había exagerado un poco al decir que estaba enamorada, pero por lo menos estaba en ese proceso…
Es que yo… no lo sé Sakura… no sé que responderte… no sé que hacer con todo lo que siento… - respondió entre balbuceos la muchacha de ojos negros azulados que fijo su mirada en el suelo, estaba confundida… sin embargo comenzaba a considerar lo que le dijo su amiga…
Te entiendo Tomoyo… ahora lo único que puedo decirte es que tienes que ir a verlo y darle una respuesta, tú debes ser sincera con él así como Eriol lo fue contigo, sé que es difícil al comienzo pero tú sabrás como responderle con la mayor sinceridad, así que cambia esa cara y vamos con los muchachos que nos deben estar esperando- expresó la maestra de las cartas que levantó la cara de su amiga y la observó por unos instantes.
Gracias Sakura por escucharme – atinó a decir finalmente la muchacha de cabellera azabache intentando sonreír.
Tú hubieras hecho lo mismo por mí, quien sino tú me ayudó con todas mis penas, además gracias a ti ahora soy muy feliz – indicó Sakura que le sonrió a su amiga, la estudiante de periodismo había hecho todo lo posible para que el muchacho chino estuviera ahora junto a ella, le debía tanto y siempre fue la que la escuchaba y la consolaba cuando más sola se sentía… rápidamente las dos muchachas salieron del baño y comenzaron a caminar con dirección a la mesa donde todos sus amigos las esperaban…
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Había pasado varias horas desde que se pudo ver el ocaso de un bello atardecer en la tranquila ciudad de Tomoeda… aunque muy indiferente con lo que sucedía en las calles, un muchacho extranjero había permanecido en su habitación desde pasado el mediodía, no tenía las fuerzas para hablar con nadie al respecto… aunque sabía de antemano que el resto sabía cuál había sido el resultado, no quería hablar con nadie… lo único que deseaba era estar solo…
Tal vez era un poco injusto con el resto, pero estaba seguro que ellos hubieran tratado de consolarlo y compadecerlo, eso solo hubiera empeorado aun las cosas, se sentía triste pero lo último que deseaba era inspirar lástima al resto… por lo que decidió mejor estar solo todo el tiempo que le quedaba en Japón.
Recordó la cara de sus guardianes y sobre todo de su amiga cuando regresó al departamento… al parecer todos ellos estaban confiados en que las cosas iban a salir a pedir de boca, ¡qué tan equivocados estaban!...
El muchacho de gafas regresaba a paso lento al lugar en donde se estaba hospedado en Tomoeda… no tenía muchos deseos de regresar ahí y darles esa nefasta noticia, sin embargo tenía que arreglar algunos asuntos antes de regresar a su natal Inglaterra… aunque él sabía que eso no iba a ser ningún problema, lo único que deseaba era tirarse en su cama y no pensar en nada.
No demoró mucho en llegar ahí, sin previo aviso antes que él pudiera abrir la puerta, una hermosa muchacha salió a recibirlo… se notaba ansiosa y hasta cierto punto algo agitada… ella había estado esperando a que su primo regresara, la curiosidad la mataba… aunque estaba casi segura que todo había salido como ella lo había imaginado, pero de todas maneras necesitaba escucharlo de su propia boca…
Al fin llegaste Eriol, si que te hiciste esperar… necesito que me lo cuentes todo, con lujo de detalle… desde el momento que la viste hasta que te despediste de ella, no puedes obviar nada – indicó con agitación la falsa identidad de Ruby Moon que no podía contener su emoción… la idea de ver a su dueño de la mano de la amiga de la maestra de las cartas la volvía loca de alegría… estimaba mucho a ese muchacho no solo como su dueño sino como un verdadero amigo…
La reencarnación de Clow solo bajó la cabeza y siguió hacia dentro del departamento dejando confundida a su guardiana que no se esperaba una reacción como esa, en una de las tantas mesas se encontraba recostado el pequeño gato negro que observó como el aura de su dueño era tan solitaria…
¿Eriol?... – atinó a preguntar la falsa identidad de Spinel Sun al ver como el muchacho inglés caminaba cabizbajo sin decir ninguna palabra, incluso ignorando a la otra guardiana que se había quedado en la puerta sin reacción alguna, solo miraba como su dueño se alejaba a paso lento…
Spinel haz todo lo que tengas que hacer acá, si gustas sal y anda a ver Kerberos… este día será el último que permanezcamos en Japón, eres libre de decidir de quedarte con Nakuru o volver conmigo a Inglaterra, decidas lo que decidas siempre contarás con mi apoyo – respondió tajantemente el hechicero occidental que siguió su camino en dirección a su dormitorio cuando de repente sintió la mano de alguien que cogía su hombro con la intención de detenerlo.
¿Qué ha pasado Eriol? No puedes irte… - indicó la novia del doctor Kinomoto que trató que su primo volteara, sin embargo su intento fue en vano, el muchacho permaneció dándole la espalda y fue allí cuando ella sintió que colocaba su mano encima de la suya y le daba unas palmaditas.
Gracias por preocuparte, pero ya no es necesario… tendrá que pasar como todo en esta vida, lo único que deseo es estar a solas y no pensar en nada, discúlpame por mi egoísmo pero eso es lo único que deseo, desde mi habitación arreglaré todas las cosas para el viaje – respondió finalmente el hijo del embajador de Inglaterra que retiró delicadamente la mano de su guardiana de su hombro y prosiguió su camino hacia su habitación dejando a sus guardianes sin palabra alguna.
Durante su trayecto a su habitación el muchacho se cruzó con la antigua maestra de la primaria de Tomoeda, no fue necesario que se dijeran nada, el rostro taciturno del muchacho inglés le hizo ver a Kaho que sus suposiciones habían sido totalmente erradas, que lo único que había logrado empecinándose con ese tema fue causarle un gran dolor, la mujer no tuvo el valor de decirle algo y mucho menos tratar de consolarlo, simplemente bajó la mirada y dejó pasar al muchacho que tampoco dijo nada, no era que la culpara por algo, la decisión final la tomó él, simplemente no quería hablar con nadie acerca de eso…
El muchacho alejó todo esos pensamientos de su mente, ya no era necesario seguir atormentándose con eso… sin demora revisó la hora, ya no faltaba mucho para dejar Japón, algo desanimado se acercó a la ventana de su habitación y contempló el anochecer en Tomoeda, era una noche muy estrellada y con la presencia de la luna que resplandecía como si tuviera brillo propio, era una noche para no olvidar y recordarla siempre…
Luego de varios minutos el muchacho cogió sus maletas… era el momento del adiós, no había reparado en pensar si su guardián lo acompañaría, tal vez decidiera quedarse con su prima, en ese caso se iba a sentir tan solo sin ellos, pero si eso era su felicidad no era quien para negársela… sin demora salió de su habitación con las maletas en mano.
El hijo del embajador de Inglaterra se dirigió a la sala de recepción… se quedó observando por un instantes el lugar… fue allí donde les dijo acerca de la profecía y en donde tuvo la satisfacción de poder contemplarla por un buen tiempo, había una parte de su ser que le decía que se quedará y que luchara por su amor, pero la otra parte era mucho más realista y simplemente le decía que era mejor olvidar…
Sin darse cuenta el muchacho quedó sumergido en sus pensamientos, él era consciente que quedarse no tenía ya ningún significado, el motivo por el cual pensó quedarse ya había quedado descartado, entonces ¿para qué seguir ahí? En Japón ya no le quedaba nada más… un poco lejos de donde estaba él, su guardiana lo observaba con nostalgia, sabía que él se iba afligido, no podía dejarlo estando así… no viviría tranquila sabiendo que él era infeliz y solo… sin dudar más la muchacha se acercó a su dueño, no dejaría que las cosas quedaran así…
¿Eriol te sientes mejor? – preguntó la muchacha que hizo regresar a la realidad a la reencarnación de Clow que ni siquiera se había percatado que tenía alguien en frente, pudo ver la cara de preocupación de su guardiana, en cierta forma se sentía culpable de preocupar al resto, pero en ese momento no podía evitarlo, era más fuerte que él.
Cambia esa cara Nakuru, yo estaré bien, te lo dije más temprano… pero lo que si me entristece es ver esa cara de tristeza que tienes, tú no tienes motivos para estar triste, al fin encontraste lo que tanto buscaste, así que muéstrame esa sonrisa a la cual me tienes acostumbrado, sino no podré irme tranquilo - respondió el hechicero occidental que hizo un gran esfuerzo por mostrarse tranquilo y sereno, ya suficiente problemas había ocasionado el resto, por lo menos quería saber que al irse las cosas cambiarían para mejor.
Quisiera decirte que sí Eriol, pero no te puedo mentir, no puedo ser feliz sabiendo que tú no lo eres y mucho menos dejarte ir así, con esa nostalgia que tratas de ocultar bajó esa falsa sonrisa que me muestras, no estaría bien dejarte en este momento… - indicó la falsa identidad de Ruby Moon que había meditado por varias horas esa idea, aunque le dolería mucho dejar a su novio, no podía dejar a su primo en esos momentos tan difíciles que él atravesaba, le debía tanto que era lo menos que podía hacer por él.
¿Qué cosas dices Nakuru? Tú tienes un futuro aquí, seguir a mi lado no te espera nada más que infelicidad, jamás me perdonaría que por mi culpa no seas feliz… - atinó a responder el muchacho que no pudo evitar sentir que le debía un enorme agradecimiento, no esperaba que ella renunciara a todo solo por acompañarlo… sin importarle renunciar al gran amor de su vida, definitivamente no podía permitir que ella hiciera tal sacrificio por él, no era nada justo.
Pero Eriol… yo antes que todo soy tu guardián y mi deber es velar por ti, no solo en lo físico sino también en lo emocional… no podría ser feliz sabiendo que tú estás lejos siendo infeliz - repuso la falsa identidad de Ruby Moon que no se imaginaba la vida sin su amado creador, ella tenía una gran esperanza que las cosas con la estudiante de periodismo resultaran… pero ahora pensar en dejar a su primo estando en ese estado era inconcebible.
Ni siquiera se te ocurra considerar esa idea Nakuru, no te lo permitiría nunca que hicieras un sacrificio como ése… escúchame bien Nakuru, yo quiero que seas feliz y ahora estoy seguro que al lado del doctor Kinomoto lo eres, te agradezco el lindo gesto que has tenido conmigo "amiga" pero ya no es necesario que te preocupes más por mí – indicó el muchacho de gafas que miró largamente a su querida "Nakuru – Ruby Moon", la iba a extrañar mucho pero no podía ser egoísta, era momento de dejar que hiciera su propia vida, sería injusto si la condenaba a la soledad por acompañarlo siempre.
Eriol… yo… - trató de decir la guardiana pero no encontró palabras exactas para darle las gracias a su primo, él siempre se preocupó por ellos pero hasta ahora recién ella se daba cuenta del aprecio que les tenía, ya no como sus guardianes… sino como si en verdad formaran parte de su familia, la muchacha se lanzó a los brazos de su primo y lo estrujó con todas sus fuerzas… el muchacho por primera vez en ese día sonrió… abrazó a su guardiana con ternura, iba a extrañar su siempre alegre carácter…
El guardián de forma de un pequeño gato había estado observando la escena escondido detrás de unas cortinas… había estado esperando el mejor momento para intervenir y ése había llegado, había pensado muy bien lo que haría… su decisión era firme, a diferencia de la guardiana él no tenía nada que lo atará a Japón, no quería aceptarlo pero iba a extrañar de sobremanera a Nakuru… pero él estaba de acuerdo con su dueño, si su felicidad estaba aquí, ellos no serían quienes le alejaran de su dicha…
Sin demora la falsa identidad de Spinel Sun se acercó hacia donde se encontraba su dueño y la guardiana abrazados, era momento de dar a conocer su decisión, decisión que no tuvo que pensarlo mucho, era algo casi esperado…
No te preocupes por nada Nakuru, Eriol jamás estará solo… yo siempre estaré con él para acompañarlo vaya a donde vaya, no será tan fácil deshacerse de mí Eriol… - indicó el gato negro alado que se había acercado… la intervención del guardián tomó por sorpresa a ambos muchachos que se separaron y miraron fijamente al gato negro…
¿Spy? – atinó a preguntar la falsa identidad de Ruby Moon después de escuchar al guardián… nunca hubiera esperado esa gentileza por parte del pequeño gato, aunque no quería aceptarlo también iba a extrañar al pequeño guardián… sus peleas y todo simplemente era una forma de demostrar que se apreciaban mucho… con su jovial sonrisa la muchacha se abalanzó sobre el inadvertido guardián y sin darle reacción alguna, la muchacha lo estrujó con fuerza sobre su pecho… casi asfixiándolo.
Gracias Spy, la verdad es que no dude ni un segundo en que me acompañarías, pero tal vez no sea lo más correcto… espero que comprendas que esto es lo mejor para ti… aquí tienes muchas cosas que en Inglaterra no podrás tener, es momento que tú también hagas tu propia vida, ya por mucho tiempo has cuidado de mí y es el momento de que te preocupes por tu propia vida mi querido Spinel – indicó el hijo del embajador de Inglaterra que trató de evitar encontrar la mirada de sus guardianes que se habían quedado helados… el momento se volvió bastante tenso… nadie hablaba solo se miraban en silencio tratando de decir algo, pero no se atrevían.
En ese momento ingresó al cuarto una bella mujer y se dio con la sorpresa de ver a todos sin habla… solo mirándose, la ex profesora comprendió que al final él había decidido que sus guardianes vivieran su vida sin tener que preocuparse por él… Kaho recordó la vez que conoció al muchacho de gafas cuando era un niño… desde el momento que lo vio sabía que iba a ser una persona excepcional y no por el hecho de ser la reencarnación de Clow Reed sino por él mismo por ser Eriol Hiiragizawa.
La antigua maestra de primaria sonrió de satisfacción al ver que no se había equivocado con él, además había pasado algo que podría cambiar el desenlace de todo esto… de seguro la noticia que le daría le sorprendería mucho… así que sin más se acercó hacia ellos tratando de contener la emoción y fingir no saber nada.
No tienen porque preocuparse por Eriol, él puede cuidarse solo… además estaré viendo que no se meta en problemas… discúlpenme por haberles interrumpido pero venía a avisarte Eriol que es hora de irnos, aunque tal vez tengas un poco de tiempo para atender a una visita – indicó la ex maestra que había hecho un ademán en señal de disculpas… el grupo miró como el semblante de la mujer no era ni triste ni sombrío, en cierta forma parecía estar feliz pero ¿Por qué?
No te preocupes Kaho, más bien te agradezco haberme hecho recordar… espera ¿dijiste visita? ¿para mí? - preguntó el muchacho de gafas que no comprendía quien lo buscaba, es más a esas horas no era muy común recibir visitas…
Así es, pero mejor haré pasar a la visita, además puedes aprovechar para despedirte aunque sea de alguien ¿no lo crees? - preguntó la antigua profesora de primaria que esperó la respuesta del muchacho, él no pensó mucho al respecto, no tenía grandes deseos de ver a nadie, pero sería un desaire muy grande no atender a la persona que había ido a verlo, con desánimo movió la cabeza en afirmación y la mujer se dio la vuelta y salió de la habitación para que segundos después volviera a aparecer junto a la visita.
Todos los presentes se quedaron prácticamente con la boca abierta por la enorme sorpresa que la ex docente de primaria había traído consigo, pero sobretodo el muchacho inglés que no podía dar crédito a lo que sus ojos le mostraban… al lado de Kaho se encontraba Tomoyo Daidouji con una sonrisa muy dulce.
Hola Eriol… - atinó a decir después de unos segundos la estudiante de periodismo que levantó su mano haciendo un ademán de saludo y mirándolo fijamente a los ojos, el muchacho no pudo responder pues no sabía qué hacer, no se explicaba que hacía ella ahí… ¿quizás habría pasado algo malo? Eso tenía que ser, no habría otra explicación para su presencia ahí.
Hola… ¿ha sucedido algo? ¿con Sakura o con Li? - preguntó un poco agitado el hijo del embajador de Inglaterra que no podía imaginarse el motivo por el cual la muchacha había ido a verlo, los guardianes del muchacho solo miraban expectantes el desenlace… tal vez existía la remota posibilidad que las cosas terminaran como ellos deseaban.
No te preocupes por ellos están muy bien, la verdad es que yo vine por… - trató de contestar la muchacha de larga cabellera azabache, pero sintió que se formaba un nudo en la garganta… no encontraba las palabras adecuadas para decir lo que sentía, era la primera vez que se encontraba en una situación como esa…
La antigua maestra observó con detenimiento como la que fue en un tiempo su alumna se sonrojaba levemente, lo que confirmaba lo que ella sospechaba… se sentía feliz de no haberse equivocado, entonces ya no tenía más que hacer ahí, era momento de regresar… estaba casi segura que el sentimiento que los unía no tenía nada que ver con el sentimiento que unió a Clow y a la Hechicera de las Aguas… era cierto que eso fue al inicio, pero a estas alturas ese sentimientos solo les pertenecía a los dos muchachos… la idea era no cometer el mismo error que los hechiceros, debían ser sinceros con sus sentimientos…
Disculpen por interrumpir, pero es algo tarde… tal vez demores un poco Eriol… es mejor que me vaya adelantando al aeropuerto…, hasta luego señorita Daidouji – indicó la ex docente que sin pensarlo dos veces se acercó al muchacho y lo abrazó ante la sorpresa del mismo que no esperaba eso, Kaho sabía muy bien que tal vez no vería en un buen tiempo a su amigo… pero no le importaba si al fin era feliz… a los pocos segundos la mujer se separó del muchacho de gafas y cogió la mano de la guardiana y le hizo una seña al otro guardián para que la siguieran, tenía que encargarles un gran favor que solo a ellos podía encomendar… así hicieron una reverencia y salieron los tres de la habitación dejando a la muchacha de ojos azulados y al muchacho inglés, uno mirando al otro.
La estudiante de periodismo no sabía que decir, aun no estaba muy segura de lo que sentía por él, pero la idea de que se fuera no la dejaba tranquila… la idea de que él no estuviera más en su vida le pareció algo tan frío que no quería que pasara… no se había esperado una situación como esa.
¿Piensas irte de nuevo a Inglaterra?, pero y lo que me dijiste en la mañana, pensé que… - trató de nuevo de preguntar la muchacha pero nuevamente se quedaron las palabras atrapadas en su garganta… no entendía porque le era tan difícil decirle que se quedara…
No te preocupes por lo de la mañana, las cosas quedaron bastantes claras… todas las cosas que tenía que hacer en Japón ya las hice, no hay nada que me ate aquí por lo que es mejor regresar – indicó cabizbajo el hechicero oriental que sintió un gran pesar en su corazón… quería pedirle que le diera una oportunidad, no quería renunciar de esa forma, pero no le quería causar ningún incomodidad… era mejor aceptar su decisión e irse.
¡¡Eso no es cierto...!! – exclamó con firmeza la estudiante de periodismo que hizo reaccionar a su acompañante quien levantó su mirada, la muchacha al ver que él le clavaba su mirada se dio cuenta que se dejó llevar por sus sentimientos, sin poder evitarlo empezó a sonrojarse, no obstante tomó un poco de aire para continuar…
El motivo de mi visita es justo porque quiero explicarte porque no te respondí en la mañana – indicó la muchacha que observó como su amigo se quedaba helado y solo se quedaba mirándola en silencio.
No estoy segura... de lo... que siento por ti – atinó a decir en voz baja la muchacha de ojos azulados dejando boquiabierta a su amigo que no supo que decir, no sabía si estar feliz o sorprendido, después de todo lo que había pensado acerca de ese tema, lo menos que esperaba era saber que había una posibilidad de que ella pudiera corresponderle…
El silencio se apoderó rápidamente de la habitación… ninguno de los dos se atrevía a decir algo, la reencarnación de Clow aun no cabía en su sorpresa, esto era más de lo que esperaba… daba la impresión que el destino se encaprichara con él, por otro lado la muchacha no se atrevía a decir nada, estaba en la espera de que él dijera algo… pero lo veía tan absorto en sus pensamientos que daba la impresión que igual iba a irse, que ella demoró demasiado en decidirse y ya era muy tarde… al plantearse ese hecho la muchacha se dio cuenta que no quería que él se fuera, en verdad quería saber más de él, conocerlo mejor… descubrir qué realmente sentía por él, llegado a ese punto la muchacha sabía lo que tenía que hacer…
Quisiera que nos conociéramos más, me gustaría mucho conocer al Eriol Hiiragizawa que nadie conoce… estoy segura que eres una persona excepcional, pero que pocos lo saben - dijo finalmente la muchacha de armoniosa voz que trató de evitar la mirada del muchacho, de lo contrario se sonrojaría sin poder controlarlo.
Tengo que decir que estoy sorprendido, en mi vida hubiera esperado esto… pero me alegro mucho que haya pasado, estaré encantado de mostrarte mi mundo… - respondió el muchacho de gafas que miró dulcemente a la muchacha de hermosa voz y cabello largo azabache haciendo que ella se sonrojara levemente.
Supongo que tendrás que desempacar, si deseas te puedo ayudar - dijo Tomoyo con una sonrisa, después de todo su prima tenía razón, lo más seguro era que se había enamorado de él sin darse cuenta, incluso podría apostar que ese sentimiento había nacido cuando eran niños.
Me agradaría mucho que me ayudaras Tomoyo - contestó el joven inglés con una sonrisa tranquila, ambos comenzaron a caminar en dirección al dormitorio del muchacho, mientras que en las calles comenzaba a caer una suave garúa…
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Los días en Tomoeda pasaban rápidamente, pronto se convirtieron en semanas, tres para ser exactos y las cosas seguían igual que siempre o por lo menos eso parecía...
La residencia Kinomoto se había vuelto en los últimos días, en un verdadero campo de batalla cuando dos muchachos se encontraban y era que uno de ellos estaba con la hermana del otro, ambos se encontraban en la salita de la casa, claro que cada uno en un extremo de la habitación y es que simplemente no se podían ver ni en pintura ya que cada vez que lo hacían comenzaba una nueva discusión que no finalizaba hasta larga horas después.
Pronto se escuchó los pasos de alguien que bajaba las escaleras a prisa con dirección a la sala de la residencia… la prisa que tenía por llegar ahí era muy justificada, no era la primera vez que una situación como esa sucediera, por lo que se encontraba un poco nerviosa ya que su hermano y su novio seguramente estarían ya discutiendo y había la posibilidad de llegar a peor, mientras la muchacha se imaginaba las mil formas como podía terminar la discusión de esos dos, unos gritos que provenían de la sala la regresaron a la realidad…
¿Por qué has tenido que venir mocoso? ¿con el permiso de quién entras a mi casa? - preguntó con fuerza el doctor Kinomoto que había hecho lo imposible por quedarse un rato más y así poder encarar a ese tipo chino, realmente detestaba a ese tipo, el médico miró fríamente al muchacho… ya era inevitable la discusión.
No soy ningún mocoso, ya estoy cansado de decírtelo… da la impresión que tu cerebro no pudiera entender eso, además ¿Qué haces tú aquí? Se supone que tienes guardia en el hospital - respondió tajantemente el jefe del clan Li que tampoco podía tranquilizarse… estaba harto de las constantes peleas con el médico, últimamente el hermano de su novia estaba más insoportable que de costumbre y no sabía hasta que punto podría soportar toda esa situación… era algo agobiante.
¿¿Qué?? oye chiquillo… tú no eres nadie para que me eches de mi propia casa, si voy o no al hospital es mi asunto ¿entiendes eso, ¡mocoso!? - respondió con fiereza el joven médico que sentía como la sangre le hervía por todas partes de su cuerpo, ese idiota estaba que lo botaba de su propia casa, ¿qué se había creído…? eso si era el colmo, y encima venia buscar a su hermana… era demasiada consideración para ese tipo.
El jefe del comité de hechiceros de oriente por unos segundos tuvo el impulso de saltar encima del hermano de su novia y enseñarle a las malas buenos modales… pero se contuvo, si hacía eso solo le daría la razón… de cierta forma le pareció algo gracioso pensar que le fue más fácil hablar con su madre acerca de su permanencia en Japón que tratar con ese sujeto…
La tensión creció en la salita de la residencia Kinomoto… ambos contendientes se miraban fijamente pero ninguno hacía el primer movimiento, ambos esperaban la reacción del otro… esperaban que el otro diera un paso en falso y así poder justificar su accionar… rápidamente la maestra de las cartas ingresó a la sala para intentar persuadir a ambos y evitar que se pelearan, pero al entrar solo vio que ambos se miraban y que grandes chispas salían de sus ojos.
Hola Shaoran, no estarás molestándolo, ¿verdad hermano? - preguntó la maestra de las cartas que miró con fijeza a su hermano, aunque la pregunta era hasta cierto punto tonta, la idea era tratar de calmar el ambiente… si se ponía de parte de su novio tal vez solo provocaría que esos dos se fueran a los golpes…
Hola Sakura - indicó entre balbuceos el muchacho chino que se olvido por completo de su discusión con el hijo de Fujitaka, toda la atención del muchacho venido de Hong Kong se centraba en su novia, no podía quitarle la vista de encima, se veía bellísima… tenía el cabello recogido y dejaba ver su delicado rostro…
No sé a que viene todo eso, cómo si no tuviera algo mejor que hacer que perder mi tiempo con él… - indicó el joven doctor que rápidamente le dio la espalda a su hermana, estaba casi seguro que con eso el novio de su hermana retomaría su discusión inicial y así le demostraría a ella que no era el santo que todos pensaban… pues había momentos que le daba la impresión que lo santificaban… solo faltaba que a una foto de ese tipo le pusieran velas y le rezaran… sería el colmo.
Malhumorado el doctor Kinomoto se sentó en un sofá que había en la sala, era un hecho que se había hecho tarde en el hospital, en todo caso si iba a llegar tarde por lo menos que valiera la pena, pero grande fue su sorpresa al ver que el tipo chino ni siquiera había prestado atención a su comentario… solo contemplaba a su hermana menor de una manera escandalosa desde su punto de vista.
"Maldito chiquillo, sino deja de ver así a Sakura le sacaré esos ojos para que jamás la vea" – se dijo furioso el primogénito de la familia Kinomoto que trató de controlarse, el desatar su furia en ese momento solo provocaría tener problemas con su padre, tenía que ser más cuidadoso pues su progenitor estaba del lado del tipo chino.
La situación nuevamente se volvió tensa… la antigua card captor quería decir algo pero no sabía que decir para no empeorar las cosas, el hechicero oriental miraba fríamente al hermano de su novia y el médico por su parte hacía lo mismo… cualquier movimiento en falso de cualquieras de las partes desencadenaría una nueva discusión, fue allí cuando hizo su aparición un pequeño muñequito de felpa amarillo que entró en la habitación volando con lentitud… el guardián se había acercado por el revuelto que se escuchaba… aunque no le era difícil saber a qué se debía.
¿Qué tanto escándalo…? no me dejan descansar, ah… ahora entro en cuenta, todo es por culpa de ese mocoso chino – exclamó con fastidio el guardián de ojos dorados al fijar su mirada en el novio de su dueña, aunque de antemano sabía que él estaba ahí… pues no existía otra persona capaz de poner de ese humor al hermano de su amiga, pues si el médico y el guardián tenían algo en común era que ambos detestaban a ese sujeto.
El descendiente de Clow miró con fiereza al guardián de su novia… ya se estaba cansando de que siempre le atacaran… había momentos que le pasaba por la mente que Kerberos y el médico se había confabulado solo con el fin de sacarle de quicio… ya había tenido demasiada paciente con ellos dos… quizás había llegado el momento de poner las cosas claras, fuera de la forma que ellos quisiera…
¡¡Bueno ya basta!! por favor hermano, Kero dejen de molestar a Shaoran - casi gritó la dueña de las antiguas cartas Clow que dejó sorprendidos a todos que no esperaban esa reacción de parte de ella que siempre se mostraba tan tierna y comprensiva, pero esta vez se veía molesta…
La muchacha le estaba agradecida a su novio por toda la paciencia que tenía con su hermano y con la falsa identidad de Kerberos, pero ellos llegaban a un punto que nadie era capaz de aguantarles sus desplantes, tenía que ponerle un alto todo eso, la muchacha se acercó a su novio y lo abrazó con decisión ante los reclamos de su hermano mayor… ya había llegado el momento que él aceptara que ella ya no era una niña y ahora era feliz al lado del hombre que amaba.
El médico se quedó pasmado ante la reacción de su hermana… ¿acaso estaba tratando de desafiarlo de manera tan abierta?, él conocía de sobra como el carácter de su hermana y que cuando se molestaba no era para nada dulzura, pero eso era totalmente diferente… ¿Cómo era capaz de hacer eso frente a sus ojos? Era algo inaceptable.
¿Por qué demonios tienes que abrazar a ese mocoso, y encima frente a mí, es que acaso no me tienes ni las más mínima consideración? – preguntó sofocado y lleno de ira Touya que ya no podía soportar más esa situación tan embarazosa para él, todo eso era culpa de ese mocoso endemoniado… era momento de poner fin a todo eso, le diría sus verdades a ese tipo aunque su hermana se molestara con él.
Es porque ella es mi novia y nos queremos mucho – se apresuró a responder el jefe del clan Li que abrazó en ese momento con más fuerza a su novia, estaba ya cansado de quedarse callado como las otras veces... ¡eso ya no!, le plantaría cara de una buena vez, tal vez había llegado que ellos arreglaran sus problemas que habían quedado en años atrás.
El médico dirigió su mirada a donde estaba el novio de su hermana, ¿Qué diablos tenía que meterse ese sujeto? Ya había sido suficiente consideración con ese tipo, a estas alturas de la discusión el médico ya no hacía caso a lo que su razón le decía… solo quería moler a golpes a ese tipo tan entrometido.
¿Quién te dijo que te metieras? ¿No escuché que nadie te pidiera tu opinión chiquillo? o ¿acaso no te enseñaron a no meter la nariz en conversaciones que no te incumben? - reclamó el doctor Kinomoto que en ese momento apretó sus puños con fuerza… ¿qué se creía ese sujeto?, el hecho que todo el mundo consintiera a ese tipo no significa que él tenía que hacer lo mismo, eso definitivamente no lo soportaría… porque nadie se iba a burlar de él y mucho menos ese sujeto chino que ni siquiera le agradaba en lo más mínimo, así que estaba listo a cualquier cosa, incluso si tenía que enseñarle a la fuerza lo haría sin importarle nada.
El jefe del comité de hechiceros estuvo a punto de responder a semejante provocación… estaba seguro que está conversación iba a ser la última… al fin se sacaría a ese tipo tan fastidioso, pero fue en ese momento que sintió un ligero dolor por parte de su mano, fue allí cuando se percató que su novia se aferraba con fuerza de su mano, el muchacho rápidamente comprendió que era mejor no contestar nada y no por temor al médico o algo al estilo… lo hacía solo por ella, sabía que ver pelear a su hermano y a él solo la entristecería y era lo que menos quería hacer… que bueno sería si el médico también lo viera de esa forma… se ahorrarían tantos impases.
Ambos contendientes nuevamente se miraron fijamente… la muchacha de ojos verdes solo estaba parada frente a su novio sin saber que decir o hacer… cualquier cosa que pudiera decir en ese momento solo haría que estallará la bomba de tensión que se había formando en la sala, inesperadamente se comenzó a escuchar el sonido de la perilla de la puerta principal de la residencia Kinomoto.
Sin mucha prisa ingresó a su casa Fujitaka Kinomoto que se veía más cansado de lo normal, pues todo el día había estado dictando clase de una facultad a otra… había sido uno de sus días más agitados pues también había tenido una tediosa reunión entre decanos convocado por el rector de la universidad… aunque independientemente de todo eso se sentía satisfecho de haber conseguido la aprobación de un proyecto… lentamente el decano se acercó a la cocina pero fue entonces cuando escuchó un murmullo en la sala, así que decidió ir a ver, grande fue su sorpresa al ver todos allí mirándose sin decir nada, solo se miraban fijamente… daba la impresión que esperaban a que pasara algo.
Buenos tardes Sakura, Touya… un gusto verte Li – indicó el profesor universitario con una gran sonrisa, todos regresaron a la realidad ante el saludo del patriarca de la familia Kinomoto… dando al fin un poco de paz en el ambiente que hasta unos segundos era casi un campo de batalla.
Ante la inesperada aparición de su padre, el hijo mayor de Fujitaka hizo malabares para esconder al muñeco de felpa para que él no lograra verlo, para su tranquilidad su padre había entrado sin fijarse mucho en el mueble…
¡Buenas tardes! – dijeron al mismo tiempo los hermanos tratando de fingir tranquilidad y serenidad, el doctor tenía detrás de su espalda al guardián de su hermana que trataba de liberarse un poco para poder respirar ya que el hermano de su dueña no había reparado en cogerlo como cualquier cosa y le bloqueaba la entrada de aire.
¡Buenas tardes señor Kinomoto! – atinó a decir con cierta timidez el muchacho de ojos color miel que además hizo una reverencia para saludar al padre de su novia que le devolvió el saludo con una sonrisa.
Espero no estar interrumpiendo nada, sino que como escuché algo y pensé que de repente se les podría ofrecer algo… - agregó amablemente el esposo de Nadeshiko mientras volvía sonreír como era su costumbre, en ese momento miró con más detenimientos a todos los presentes y pudo observar que todos ellos se les veía un poco tensos… como si trataran de ocultar algo, sin demora se sacó esas ideas de su cabeza, de seguro solo eran ideas suyas.
Por supuesto que no interrumpes nada papá, no te preocupes… - se apresuró a responder su hija menor un poco más tranquila, estaba segura que con la presencia de su progenitor había acabado toda la discusión de ese día, pero tendría que buscar alguna forma de evitar que las cosas siguiera así, no podían seguir así peleándose peor que perros y gatos.
Yo subiré a mi cuarto un rato a descansar papá, ya se me hizo un poco tarde y es mejor que tomé el turno de noche para cumplir mi guardia así que mejor descansaré un poco, ah verdad si Nakuru llama por favor despiértenme… - interrumpió de forma inesperada Touya que sin más explicaciones se retiró del lugar ocultando aun al guardián de su hermana, ya no había razón alguna para seguir ahí… sabía que con su papá allí sus planes no eran posibles, por lo menos por esa noche.
"Bueno el día se echó a perder" - reflexionó el doctor Kinomoto mientras subía las escalares, una vez que estuvo en la segunda planta soltó a la falsa identidad de Kerberos que a las justas podía respirar, con agitación el pequeño guardián comenzó a respirar.
Oye me quitaste todo el aire, ¿podría ser más cuidadoso la próxima vez? - reclamó furioso Kero cuando pudo al fin pudo recuperar el aliento, sin embargo el hijo mayor de los Kinomoto ni siquiera le presto atención, le importaba muy poco lo que el muñequito pensara o dijera… solo le importaba ver la forma de separar a su hermana de ese odioso sujeto chino.
Indiferente a los pensamientos del médico, en la primera planta se encontraban sentados en un sofá una pareja de novios con el progenitor de uno de ellos, el decano estuvo comentando sobre el proyecto que había sido aprobado y el descendiente de Clow se notaba muy interesado en el tema, por un momento la estudiante de arqueología se sintió rezagada de la conversación… y simplemente se dejó llevar por sus impulsos…
Bueno papá, me gustaría salir un rato con Shaoran, si no te molesta - interrumpió tímidamente y en voz muy baja la antigua card captor que miraba a su papá que aun seguía sonriendo, tal vez había sido muy poco delicada al decirlo, pero ya no podía hacer nada… ya estaba hecho.
Claro que no me importa hija, pero por favor no vuelvas tarde - contestó Fujitaka que acompañó hasta la salida a la pareja de novios, al abrir la puerta la pareja salió de la casa mientras que el profesor se quedó ahí mirándolos, no había duda que pronto su hija menor dejaría el nido.
No te preocupes papá no demoraré, hasta luego - dijo muy alegre Sakura que se aferró al brazo de su novio mientras que con la otra mano despedía a su padre moviéndola de un lado a otro.
Hasta luego señor Kinomoto – indicó el joven líder del comité que solo movía su cabeza de abajo para arriba en reverencia.
Hasta luego hija, hasta luego Li... cuídense por favor - fue lo único que dijo el padre de la maestra de las cartas que vio como la pareja se perdía entre las calles de Tomoeda, sin demora se dirigió hacia dentro de la casa y cerró tras él la puerta.
La pareja caminaba cogidos de la mano por las casi desiertas calles de Tomoeda, no habían dicho nada desde que habían salido de la casa de la muchacha de ojos verdes, cada uno estaba sumergido en sus propios pensamientos… el hechicero oriental pensaba que excelente sería si el médico fuera aunque sea un poco gentil como era el señor Fujitaka… mientras que por otro lado la antigua card captor pensaba que hacer con el problema que presentaba las continuas discusiones entre su novio y su hermano y en ocasiones con su guardián.
Lo siento Shaoran por lo de mi hermano y Kero, últimamente andan muy sospechosos, como si tuvieran una "extraña alianza"… ¿Qué cosas se me ocurren? no me hagas caso, son solo ideas mías - dijo algo apenada la dueña de Kerberos que sacudió su cabeza tratando de sacarse esas ideas.
Olvídalo Sakura, creo que nunca me llevare bien con ellos, aunque en cierta parte tuve yo la culpa, ¿o acaso olvidaste lo que te dije cuando éramos niños al capturar la carta Trueno?, en realidad Kerberos tiene justa razón para odiarme, esa vez te trate muy mal - contestó en voz baja el descendiente de Clow que desvió su mirada hacia un lado lleno de vergüenza y pena al recordar esa escena de su vida… en ese tiempo él solo pensaba en obtener más poder mágico y nada más…
Shaoran... no es momento para recordar esas cosas, tú y yo apenas nos conocíamos, en ese tiempo yo era demasiado inmadura en cambio tú eras tan decidido - contestó la muchacha de pupilas verdes mientras lo abrazaba con fuerza, no quería que él se sintiera culpable por algo que había pasado hacia tanto tiempo…
Sakura yo quería pedirte que… - trató de decir entre balbuceos el muchacho chino pero sintió que la lengua se le trababa en su boca… ¿acaso le costaba tanto decirle "te amo y quiero que seas mi esposa"?... él sabía muy bien que era más que todo por miedo… ya lo había intentado más de una vez en la semana pero al final siempre se arrepentía.
¿Qué pasa Shaoran…? ¿es algo malo lo que quieres decirme? - preguntó la frágil muchacha que estaba confundida, ya había notado ese raro comportamiento de su novio, siempre parecía que le iba a decir algo, pero siempre terminaba quedándose callado.
No Sakura, no es nada de eso… no te preocupes… - respondió de forma casi inmediata el muchacho de ojos color miel mientras se sonrojaba sin poder siquiera evitarlo, tal vez era el lugar que no le inspiraba la suficiente confianza para al fin pedírselo.
¿Sabes Shaoran?, la última locura de Chiharu y de Yamazaki… ahora se van a casar en menos de un mes, ¿no te alegra la idea?, ella está muy feliz, se nota que se aman muchísimo que ya no pueden esperar más para compartir sus vidas para siempre - indicó la estudiante de arqueología que le mostró al muchacho una gran sonrisa, ella recordó la felicidad con que su amiga le había dado la noticia… se notaba que desbordada de alegría.
¿En menos de un mes? que bueno por ellos Sakura - respondió algo sorprendido el jefe del comité de hechiceros de oriente, tal vez solo era una coincidencia o ¿no? pero ¿Por qué su novia había mencionado lo de la boda de Yamazaki con Mihara? ¿Acaso le estaba insinuando algo?, no; eso era muy improbable, su adorada novia eran tan despistada que seguro ni siquiera se había dado cuenta del conflicto emocional que él llevaba por dentro.
¿Te pasa algo Shaoran?, te veo muy nervioso desde hace un semana - volvió a preguntar la maestra de las cartas que ya no pudo callar más, desde hace varios días que el extraño comportamiento de su novio la intrigaba y necesitaba saber que le pasaba.
No te preocupes, ya te dije que no es nada..., ¿qué te parece si mejor vamos al parque del Rey pingüino? – atinó a responder tranquilamente el hechicero oriental que tomó la mano de su novia en espera de su respuesta…
Está bien Shaoran, por mí no hay problema… - respondió la muchacha algo descontenta por el repentino cambio de tema, ya habría momento de hablar sobre eso se dijo la muchacha y así ambos comenzaron a caminar con dirección al parque del Rey pingüino.
El jefe del clan Li caminaba en silencio al lado de su novia, el muchacho comenzó a atormentarse con una infinidad de pensamientos, desde su punto vista le era inconcebible que no pudiera pedirle matrimonio a ella, la amaba con todas sus fuerzas y quería protegerla... pero cada vez que se armaba de valor para decírselo le faltaban las palabras y en su garganta se formaba un nudo, había intentado todo… y aunque había recibido el consejo de Yamazaki, él era consciente que todo dependía solo de su propio valor.
Pronto la pareja llegó al parque del Rey Pingüino donde tantas veces antes se quedaban allí cuando tan solo eran unos niños, ese lugar tenía un significado especial para ellos, mucho más para Sakura, porque en ese sitio ella sintió por primera vez el calor de sus brazos, cuando la consolaba por el rechazo de Yukito, en realidad en ese momento fue donde ella sintió por primera la ternura y dulzura que el niño chino trataba de darle, se sintió tan bien cuando colocó su cabeza en su hombro pero en ese entonces ella aun no sabía lo que sentía por él y menos lo mucho que la quería el niño chino que antes había venido para arrebatarle las cartas Clow.
Sin mucha prisa la pareja se acercó a paso lento a uno de los columpios que había en el parque, era uno nuevo pues los primeros habían sido destruido en la batalla contra el enviado del mal, cuando se sentaron la maestra de las cartas dirigió su mirada hacia su novio que nuevamente parecía perdido en sus pensamientos, trató de no darle mucha importancia… quizás eran exageraciones suyas.
Me siento muy feliz por Tomoyo, estoy segura que ella y Eriol harán una hermosa pareja, ¿no lo crees Shaoran? – preguntó la antigua card captor que dirigió nuevamente su mirada hacia su novio pero grande fue su sorpresa al ver que el joven chino no le respondía y simplemente permanecía callado y mirando el vacío.
Shaoran ¿me estás escuchando?... - preguntó nuevamente la estudiante de arqueología mirando a cada momento más confundida a su novio, la voz de la muchacha hizo regresar a la realidad al muchacho de ojos color miel que sabía qué tenía que hacer… era momento de dejarse de dudas… esta vez si le diría… sin demora tomó las manos de su novia y la miró a los ojos, esos hermosos ojos verdes que tantas noches no lo dejaron dormir, los mismos que él adoraba y que siempre estaban tan llenos de dulzura, amor y ternura.
Sakura yo… - intentó decir el descendiente de Clow pero nuevamente sintió que las palabras se enredaban con su lengua y una vez más se quedó en silencio, pero esta vez fue diferente… el muchacho sabía que no podía quedarse callado, ya no podía seguir dilatando más el tiempo, era momento de armarse de valor y decírselo… pasara lo que pasara.
Sakura no puedo dejar de ser así como soy, no puedo dejar las responsabilidades a un lado especialmente porque fuiste tú quien me enseñó a pensar en los demás y tratar de ser menos egoísta cuando todavía éramos niños, a ti te agradezco ser lo que ahora soy – indicó el hechicero oriental tratando de buscar las palabras exactas para poder empezar a decir lo que tenía guardado, esta vez no se callaría… lo diría sin reparar ni un segundo en las consecuencias.
No te entiendo Shaoran, ¿a qué viene todo eso? - preguntó muy confundida la dueña de las cartas Sakura que trataba de entender las palabras de su novio que solo la confundían… sin darse cuenta su corazón comenzó a palpitar con mayor fuerza… como si quisiera avisarle algo.
Escúchame por favor Sakura, yo lo único que quiero es proteger a los que quiero, especialmente a ti y es eso lo que me da fuerzas para seguir adelante… - indicó el jefe del clan Li que tomó un poco de aire, en ese momento su novia tembló por el tono serio en que decía aquellas palabras, no entendía a que se refería con todo ni porque se lo decía, ella ya sabía muy bien lo que él podía hacer para protegerla, sintió miedo… ¿podría ser qué él nuevamente se iría?
Yo sólo quiero estar a tu lado Shaoran, es lo único que quiero... ¡lo único! por favor créeme - indicó la muchacha de ojos verdes que no podía evitar sentir miedo de que él nuevamente se alejara de su vida, no podía hacerse a la idea de que no lo vería… lo evitaría como fuera…
Lo sé, y yo siento lo mismo, no sabría qué hacer si no estuvieras a mi lado - respondió el jefe del comité de hechiceros de oriente que buscó el rostro de su novia y la miró con ternura mientras ella tan solo lo miraba desconcertaba, a cada minuto entendía menos.
Quiero siempre estar a tu lado mientras me quede un aliento de vida Sakura… eso es lo que también quiero… - el muchacho hizo una pequeña pausa, trató de sentirse lo más tranquilo posible pues sabía que al fin llegaría su declaración y quería mostrarse seguro.
Por eso quiero que… te cases conmigo... Sakura, te amo… - dijo tan despacio que parecía que estuviera dictando palabra por palabra, ahora el muchacho simplemente esperaría la respuesta de su novia que decidiría su futuro.
Los ojos verdes de la muchacha le contemplaron estáticos por unos segundos, casi fue una eternidad para el muchacho… desde sus verdosas profundidades, sus espesas pestañas temblaron por unos instantes, mientras una luz de felicidad pura nacía desde el fondo de aquellas pupilas y desde del fondo de su corazón aunque aun no podía asimilar la idea, le parecía tan bueno como para ser cierto, ¿acaso al fin podría ser completamente feliz?
¿Es… es verdad lo que me… pides Shaoran? – preguntó como un susurro la hija menor de Fujitaka, que no cabía en su asombro… la petición de su novio fue tan de repente, además era tan bueno para ser cierto que aun no lo podía creer… ¿tal vez estaba soñando?, no; eso no era posible… tampoco podía ser una mentira, esos dulces ojos color miel nunca le mentiría.
Fue entonces que todas las dudas de la joven fueron despejados cuando su novio asintió en silencio aunque la mirada de la muchacha parecía contener mil preguntas y anhelos, en su interior sentía una inmensa felicidad… felicidad que podía borrar cualquier preocupación que tuviera….
¿Te casarías conmigo Sakura? – preguntó tímidamente el descendiente de Clow que miraba a la hermosa mujer frente suyo, por unos segundos pasó por su mente que ella le diría que no estaba preparada para dar ese paso, esa idea comenzó a atormentarlo constantemente.
¡¡Si quiero!! ¡¡es lo que más he deseado Shaoran!! – exclamó con algarabía la dueña de Yue que se abalanzó a los brazos de su novio y se aferró a él con todas sus fuerzas… luego ella levantó su rostro y el rostro de Shaoran se inclinó sobre ella que cerró sus ojos y sus labios se encontraron nuevamente envueltos en un suave beso mientras las estrellas del cielo de Tomoeda centellaron, pronto la muchacha volvió abrir a los ojos y él aun estaba frente a ella sonriéndole.
No ha sido un sueño, ¿verdad? - preguntó Sakura mientras se perdía en los ojos color miel de su querido novio y lo volvía a abrazar con todas sus fuerzas, en ese momento no existía nada en el mundo que pudiera malograr toda esa felicidad… al fin todos sus sueños se hacían realidad.
Por supuesto que no preciosa… no es un sueño, es una realidad… - contestó el joven líder del comité mientras abrazaba a su novia y ambos miraban el cielo de Tomoeda llena de estrellas…
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Con el pasar de los minutos la noche se volvió más densa en la ciudad de Tomoeda cubriéndola rápidamente de un negro azabache, pero todo esto le era indiferente a una muchacha que no podía pensar en otra cosa que no fuera su felicidad… había pasado tantas cosas en esa tarde, pero al fin las cosas salían como ella lo soñó…
La muchacha miró por unos segundos como su novio desaparecía por las calles, ya no podía esperar más para volver a verlo, ahora estaban más unidos que nunca… pensando en eso se dirigió a su casa y rápidamente giró la perilla de la puerta principal y entró… como era su costumbre lo primero que hizo fue ir a la cocina, pues de seguro su familia estaría cenando…
La maestra de las cartas sin mucha prisa entró a la cocina en donde se encontraba su padre y su hermano, sentados en la mesa uno frente al otro… al parecer ellos estaban conversando de algo y parecía algo bastante serio por las caras que tenían, pero cuando apareció ella dio la impresión que se hacían los desentendidos…
Buenas noches papá, buenas noche hermano, linda noche ¿no creen? – atinó a saludar la antigua card captor con una enorme sonrisa, sin demora la muchacha japonesa tomó asiento al lado de su hermano, su rostro demostraba todo lo que sentía, se encontraba muy feliz… más de lo normal y no era para menos su felicidad al fin era completa…
Buenas noche hija, vaya se te ve muy contenta… me alegro por ti hija, pero me pregunto ¿si hay algo qué celebrar? - preguntó el decano un poco extrañado por la reciente actitud de su hija menor, no era que le desagradara verla tan feliz… simplemente le daba curiosidad saber el motivo, aunque lejanamente sospechaba algo, pero aun era muy temprano para pensar en esas cosas…
Buenas noches monstruo… de seguro estás feliz porque asustaste a alguien de la calle con tu genio – atinó a decir entre dientes el joven médico que no pudo evitar que su humor cambiara drásticamente, pues no sabía cómo pero estaba casi seguro que toda esa felicidad era causada por ese odioso tipo, sin embargo había otro sentimiento que era mucho más fuerte que presionaba a su corazón… sentía miedo, un inmenso miedo pues tal vez su mayor temor se podía haber ya cumplido, lo que explicaría la repentina felicidad de su hermana…
No es nada en especial papá, simplemente hoy ha sido un día maravilloso y no puedo dejar de estar contenta pues las cosas están como siempre… todos juntos – respondió sin perder su sonrisa la estudiante de arqueología que en ese momento sus verdes ojos brillaban con intensidad reflejando la enorme alegría que tenía por dentro.
Si hija, tienes muchas razón… todos estamos juntos, no hay razón para estar tristes… ojalá todo el mundo pensara como tú… todo sería tan diferente - indicó el profesor universitario que le sonrió a su hija, el buen hombre recordó a su difunta esposa, no había ninguna duda que su hija cada día se parecía más a su madre, tenía la misma vitalidad y dulzura que su madre y la misma sonrisa cálida que hacía al arqueólogo siempre olvidar sus penas y tristezas.
Bueno papá me retiro a descansar, hasta mañana – indicó la dueña de Yue que seguía con su semblante sonriente, con un simple ademán y una sonrisa comenzó a dirigirse hacia la segunda planta, pero se detuvo al ver que su padre le hablaba.
Hija espera… ¿no piensas cenar? - preguntó algo asombrado Fujitaka mirando a su hija, normalmente cuando ella no deseaba comer era porque se encontraba algo triste o desanimada… pero esta vez era totalmente diferente, se veía radiante… el hombre no pudo evitar preocuparse… había la posibilidad de que su hija estuviera sufriendo y toda esa felicidad fuera una pantalla para ocultar su dolor.
Gracias papá por preocuparte, pero hoy no tengo hambre… Además comí algo por la calle y estoy satisfecha, ahorita me siento bastante cansada y solo deseo dormir - respondió la muchacha de ojos verdes que simplemente volvió a sonreír para darle tranquilidad a su progenitor.
Esto sí es todo un suceso… el monstruo no desea comer, de seguro habrá devorado gente por la calle y por eso se encuentra satisfecha… - se apresuró a decir el hijo mayor de Fujitaka, pero grande fue su sorpresa al ver que su hermana no le prestó ni la más mínima atención a su comentario… era un hecho que algo estaba pasando…
Si eso deseas hija, me parece bien… entonces que descanses bien - agregó el docente que volvía a tomar un sorbo de té y miraba de reojo a su otro hijo… el doctor no fue indiferente a la llamada de atención de su padre… sin embargo no podía dejar las cosas así… era consciente que se ganaría un nuevo sermón pero no podía dejar que ella se fuera así…
¿Qué descanse bien? mejor porque no la mandas a estudiar papá, ah claro; cómo no va a estar cansada si ha estado perdiendo su tiempo toda la tarde – indicó rápidamente Touya que no quería ni hacerse la idea de que su pequeña hermana se iba ir y alejarse de él para siempre, en ese momento sintió la mirada inquisidora de su progenitor, pero el daño ya estaba hecho… ahora sería cuestión de segundos para ver la reacción de su hermana.
¡¡Hermano…! - exclamó entre dientes la maestra de las cartas mientras una vena crecía en su frente, pero eso no duró mucho tiempo, pronto la muchacha comenzó a sonreír ante la sorpresa de su hermano y su padre que no se esperaban eso…
Hoy no me voy a enojar, nada va a malograr este día – atinó a decir la muchacha de pupilas verdes que comenzó a alejarse con una enorme sonrisa… ante el asombro de su hermano mayor que se había quedado sin habla, su hermana no pensaba enojarse ni nada por el estilo… entonces la cosas estaban peor de lo que pensaba, la duda comenzó a carcomerlo… ¿se habría atrevido ese chiquillo pedirle lo que más temía…?
La dueña de las antiguas cartas Clow subió rápidamente las escaleras y llegó sin demora a la segunda planta, luego se dirigió a su habitación, sin demora abrió la puerta y lo primero que vio fue a su pequeño guardián que seguía jugando videojuegos a pesar de la hora… la muchacha no pudo evitar sonreír, a pesar de los años que habían pasado… muchas cosas no habían cambiado, por ejemplo su pequeño amigo aun jugaba videojuegos como un niño y siempre paraba comiendo dulces, su hermano seguía igual que siempre con ese carácter tan "especial" que lo hacía único aunque tenía a su lado a su novia y que de seguro le habría traído más paz a su vida, su mejor amiga siempre seguiría siendo la misma, feliz con su cámara de video pero ahora ella tenía un motivo más para ser feliz, muy feliz con la persona que más quería.
Buenas noches Kero… ya no sé cuantas veces te he dicho que no juegues tan cerca al televisor ya que a ese paso vas a quedar ciego - susurró la antigua card captor con bastante delicadeza… tratando de ser muy amable con su pequeño amigo, el guardián simplemente hizo un ademán para saludar a su vieja amiga y dueña pero seguía metido de lleno en su juego, en ese momento solo eso ocupaba toda su atención.
De un salto la muchacha de pupilas verdes se tiró a la cama y comenzó a soñar despierta mientras recordaba las palabras de su novio, simplemente sabía que lo amaba y que iba a ser feliz a su lado, pero pronto los gritos del muñequito de felpa la sacaron de sus pensamientos.
¡¡Sakuraaaaaa…!! no me estás oyendo - gritó el pequeño guardián que agitaba frenéticamente sus bracitos y le clavaba su mirada a su dueña… ella podía ver que el guardián se encontraba molesto, pero no entendía el motivo… solo se distrajo por un momento, ¿o no era así?
¿Qué?... ¿qué pasa Kero? – preguntó la maestra de las cartas que estaba muy sorprendida, no entendía muy bien el motivo de los gritos de su amigo, sus grandes ojos verdes miraban expectantes a la bestia del sello que se encontraba en la cama mirándola fijamente.
¿Todavía me lo preguntas? Pasa lo mismo de siempre Sakura… no me prestas atención… no me escuchas cuando te hablo, de seguro estabas pensando en ese odioso sujeto – respondió algo resentido la falsa identidad de Kerberos que se sentó a un lado de su dueña con la vista baja.
Kero pensé que ya habías comprendido que Shaoran me quiere mucho y yo te quiero mucho a ti... es mejor que dejes de pensar en esas cosas, así que ven para que descanses tontito - contestó con una sonrisa la estudiante de arqueología que cogió entre sus brazos a su guardián y lo llevó a su cajón y lo colocó en su pequeña cama y lo arropó, luego la muchacha se dirigió hacia donde estaba el interruptor de la luz eléctrica de su cuarto y apagó la luz de la habitación.
Si ya lo sé Sakura pero de todas maneras nunca me simpatizara ese tipo, además tú ya no me tratas igual - reclamó Kero desde su cajón para llamar la atención de su dueña, cosa que consiguió pues la muchacha se acercó nuevamente hacia el cajón de su amigo.
Kero no seas tonto, cuantas veces quieres que te diga que te quiero mucho, tontito – indicó la muchacha japonesa que se acercó para darle el beso de buenas noches a su guardián que se sintió en las nubes y cayó totalmente rendido de cansancio… sin proponérselo la muchacha dirigió su mirada hacia su mesita de noche, se acercó al objeto en cuestión y de uno de sus cajones sacó un pequeño diario el cual no había usado desde hace ocho años cuando el niño chino que ella amaba se fue…
La muchacha caminó hacia su ventana en donde gracias a luz que reflejaba la luna le permitiría ver el contenido del diario… sin demora abrió el pequeño diario y comenzó a releer sus páginas en forma muy rápida, cuando llegó al final… la muchacha sabía lo que tenía que hacer… volvió hacia la mesa de noche y prendió la lámpara que había encima de la mesa, al instante comenzó a escribir mientras sonreía.
Luego de un corto tiempo cerró el diario y lo colocó en el lugar donde lo encontró, la muchacha miró la luna un instante con sus ojos verdes que reflejaban en sus pupilas la forma esférica de la luna, sonrió nuevamente y apagó la lámpara y casi sin fuerzas se tiró de nuevo en su cama.
En el diario, Sakura escribió todo lo que sentía, las palabras allí escritas parecían mágicas y decían: "Después de ocho largos años y muchas penurias estoy nuevamente con la persona que más quiero y soy feliz por eso, me ha pedido matrimonio y estoy dispuesta a casarme con él porque lo AMO y siempre lo amaré, pienso que desde hoy mi vida se proyecta con un buen futuro, hoy día empieza para mí UN NUEVO AMANACER…"
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¿FIN?
NOTAS DEL AUTOR: Snif... snif... aun no puedo creerlo... me es muy difícil aceptar que hemos llegado al final de este fan fic... bueno esto hablaremos después, es mejor que repasemos este capítulo que como buen final fue el más largo de todos, espero que no les haya aburrido... bueno como era de esperar el buen Fujitaka logró hablar con su hijo sobre el noviazgo de Sakura pero como era de esperarse al doctor Kinomoto no le gustó mucho la idea sin embargo solo le ha quedado aceptarlo porque se lo ha prometido a su padre pero ¿por cuánto tiempo durará su promesa?, al fin sabemos como fue que Eriol llegó a sentir algo por Tomoyo… claro que todo esa parte es inventada por el creador del fic, espero que les haya gustado el detalle… el muchacho de gafas después de una larga meditación se dio cuenta que tenía que decirle a Tomoyo lo que sentía por ella ya que era muy importante para él sin embargo la muchacha de ojos negros azulados al recibir la noticia se quedó con la boca abierta y no le pudo responder en ese momento, por lo cual Eriol asumió que no era correspondido… pero Tomoyo se encontró en el mayor dilema de su vida, era la primera vez que se encontraba tan confundida… espero que se haya comprendido que la atracción que tuvieron al inicio solo fue el enganche para que esos dos se enamoraran… esa es la idea básica en que se basa esta parte de la historia… espero no haber complicado mucho la cosa… y cuando al parecer Eriol se nos iba a Inglaterra llega Tomoyo para impedírselo y pedirle que se conozcan más consejo que le agradece a su mejor amiga que fue quien le dijo que hablara con él… luego de unas semanas Shaoran al fin se decide en pedirle matrimonio a su adorada Sakura que no duda mucho en darle el sí… y como digo a esto es lo que se llama amor pues no hay otra explicación… Sakura decidió escribir en su diario lo que sentía... bueno pensé que esa era la mejor forma de acabar este fan fic espero que les haya gustado el final como todo esta historia... espero que no les haya molestado nada y si creen que he sido muy sentimental pido disculpas... sin embargo tengo que decirles que no me parece justo que esto termine así... no puedo permitir que queden tantas cosas en el aire como la relación de Tomoyo y Eriol, la boda de Sakura y Shaoran... así como muchas cosas más por lo que me he puesto a pensar (aunque no lo crean pienso) y he llegado a una solución a todo este problema… ¿se imaginan que es?... sí; es necesario la continuación de este fan fic, espero que les agrade la idea de que haga la continuación de esta historia porque me parece necesario... les prometo que esta nueva historia va a ser igual o mejor que esta... habrá más acción, más drama, más misterios y no puede faltar algunas partes cómicas... lo único que les puedo adelantar es el nombre de mi nuevo fan fic que espero les guste: "EL ENCUENTRO DE DOS MUNDOS" así que los espero en una nueva aventura que tal vez sea la definitiva...
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