Disclaimer: El mundo de Harry Potter es creación de J. K. Rowling.
Warnings: Slash (relación entre chicos)
N/A: Aquí un pequeño fic de dos partes (independientes entre sí). Espero que les guste : )
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De cupidos y deseos
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Parte I
De cupidos…
No es que la situación le moleste. De hecho, no podría estar más feliz con la situación. El ánimo de Remus ha mejorado notablemente, ahora se le ve sonreír más a menudo; y Sirius… bueno, también se alegra por él (aunque Potter no puede negar que todo ha pasado demasiado pronto para su gusto). Apenas hace un par de meses parecía imposible que esos dos pudieran superar aquel desagradable incidente (relacionado con Snape, el gran secreto de Remus, y el enorme problema de Sirius para cerrar la boca en momentos cruciales); se la vivían distantes y tristes, y ahora... Ahora, después de que él mismo los enfrentó para que hablaran y arreglaran la situación de una buena vez, siempre están juntos. Juntos en las clases, juntos en los entrenamientos de quidditch, juntos en la habitación, juntos en la sala común. Juntos en todas partes y a todas horas. Y no precisamente juntos como dos buenos amigos.
Aunque tampoco es que James no lo hubiera imaginado antes. Toda aquella extraña tensión entre Sirius y Remus: las miradas furtivas, los constantes roces, las sonrisas disimuladas, incluso la excesiva preocupación del uno por el otro; era bastante evidente que entre esos dos había chispa. Pero él no termina de hecerse a la idea de verles como pareja. Y sabe que no es por celos (porque tiene claro que Sirius siempre tendrá tiempo para él y que Remus seguirá siendo la voz de su conciencia), sólo pasa que no se acostumbra a verlos tan unidos como ahora. Si tan solo Sirius no fuera tan desinhibido o si al menos, en vez de meterse mano sobre el sofá en la sala común, lo hicieran a solas en la habitación entonces es posible que no le costara tanto hacerse a la idea. Pero no. Se han plantado en el sofá y no han dejado de tocarse mientras sonríen y hablan en voz baja.
-¡Al carajo! -musita irritado cuando ambos chicos se funden en un beso apasionado.
Lily Evans, que está sentada en la mesa de junto, resopla ligeramente y aparta sus ojos verdes del largo pergamino que lleva varias horas redactando.
-Si tanto te molesta, Potter, ¿por qué no les dices algo?
James gira la cabeza y la mira completamente sorprendido. La chica nunca suele prestarle atención, pero esta vez lo ha hecho y lo mira con bastante interés por encima de esas curiosas gafas que usa siempre que lee, atenta a lo que hará. El joven buscador suelta un bufido y se vuelve decidido a encarar a ambos chicos.
-¡Hey, parejita, a otra parte con tanto arrumaco! Tanta miel está empezando a asquearme...
Sirius y Remus ni siquiera se inmutan. Siguen besándose sin importarles nada. De hecho, Sirius aprieta aún más a Remus contra su cuerpo haciendo más apasionado el beso y ganandose por ello un gemido bastante placentero por parte del entregado licántropo. James, resignado y abrumado, termina quedandose en silencio.
Lily sonríe por lo bajo durante un momento. Después, quitándose las gafas y haciendo a un lado el pergamino, dice:
-No es tan malo, ¿sabes?
- Yo no digo que sea malo –se defiende James sin mirarla- Solo pasa que podrían hacerlo cuando estuvieran solos y no a la vista de todo el mundo.
Lily ríe y menea la cabeza.
- ¿A la vista de todo el mundo, Potter? Si solo estamos tú y yo. Tú eres el mejor amigo de Black, y yo soy la mejor amiga de Remus, así que no veo por qué deberían cortarse. Además, ya deberías saber que a Black le importa muy poco lo que piensen los demás.
La pelirroja sigue sonriendo sin apartar sus ojos verdes de él y, sin más, dice:
- ¿Por qué mejor no aceptas que les envidias?
- ¡¿Qué?. ¡Yo no los envidio!
- Claro que lo haces.
James se queda sin palabras y a su lista de cosas que le irritan en ese instante se agrega el hecho de estar sosteniendo una conversación con la chica que le gusta y no tener el control de la misma. Generalmente es él quien lleva el hilo de toda plática, pero ahora parece que Evans le ha acorralado.
Lily le sonríe con autosuficiencia y aquello le irrita aún más. Y para colmar el plato Sirius ha tenido la grandiosa idea de sacar la varita y encender el maldito gramófono.
¡Por Circe! Esto es lo único que faltaba piensa cuando mira a Remus envuelto entre los brazos de Sirius mientras ambos se mueven al compás de la música.
- Muy pocas veces he visto a Remus tan contento -dice Evans con una gran sonrisa en el rostro cuando la pareja pasa girando elegantemente por su lado- Así que déjales tranquilos. Nada te cuesta darles una oportunidad.
- ¡Vaya, Lily Evans hablando de dar oportunidades! –suelta James sin preocuparse por controlar el tono irónico de su voz.
Está molesto con esa pelirroja que habla de oportunidades pero a él no le tira ni un cuerno; y también está molesto con ella por ser tan acertada. Y es que muy dentro de él sabe que sí envidia a sus amigos… y mucho. Incapaz de tolerar un minuto más la visión de Sirius y Remus, el chico se pone en pie dispuesto a irse al dormitorio. Antes de subir, clava una mirada de reproche en los ojos verdes de la chica pero cuando está por girarse la siente sujetarlo con fuerza por la muñeca derecha.
- Baila conmigo, James –suelta la pelirroja sin asomo de duda ni vergüenza.
Potter la mira completamente desconcertado.
- Te estoy dando una oportunidad –dice la chica sin aflojar ni siquiera un poco el agarre- No irás a rechazarla, ¿verdad?
James no sabe qué decir así que solo niega torpemente con la cabeza y, mientras Lily lo toma de la mano para guiarlo hacia la improvisada pista de baile, mira de reojo a Sirius y Remus. Ambos siguen bailando pero los miran disimuladamente sin dejar de sonreír. Remus le hace una señal de aprobación con el pulgar y Sirius musita: ¡Despierta, Cuernitos, y ve por ella!
Lily sonríe cuando James la toma por la cintura y comienza a moverse siguiendo el ritmo de la melodía. Ninguno de los dos dice nada, solo bailan sin dejar de mirarse. Giran al compás de la música y cuando esta termina no se sueltan, sino que se quedan de pie, en silencio, uno frente al otro. Entonces Lily se levanta sobre la punta de los pies y le besa los labios con suavidad. Después se aparta un poco, le sonríe y murmura:
- De ahora en adelante no tendrás que envidiar a nadie.
La chica se separa lentamente de él. En su camino hacia las escaleras de caracol les da las buenas noches a los tres amigos y después desaparece tras el rellano.
- ¡Te ha besado! –exclama Sirius.
- Sí... lo ha hecho –musita un desconcertado y sorprendido James.
- Creí que no lo haría, pero está visto que he subestimado a la pelirroja.
- ¿Qué quieres decir con eso, Sirius?
- Ella llevaba tiempo queriendo acercarse a ti.
- ¡¿Qué dices?. ¿Cómo que…? Si quería acercarse, ¿por qué no aceptaba cuando yo la invitaba a salir?
- Quería estar completamente segura y ser ella quien diera el primer paso. Además, le parecía divertido tomarte por sorpresa, solo que no sabía cómo conseguirlo…
- … así que pidió nuestra ayuda –añade Remus guiñándole un ojo a su amigo- Y, bueno, todo ha pasado justo como esperábamos.
James mira a sus amigos sin salir de su asombro.
- Así que tanto toqueteo entre ustedes y el númerito del baile...
Una sonrisa complice se dibuja en los labios de ambos chicos, y Remus dice:
- Todo fue planeado con la intención de hacerte caer. Pero no vamos a negar que aún así lo hemos disfrutado muchísimo.
- Y no puedes quejarte, Cuernitos. Gracias a nosotros y a nuestra "evidente falta de control" como tú la llamas, Evans al fin te ha lanzado una señal -agrega Sirius pasando su brazo sobre los hombros del buscador, cuyos ojos castaños se han quedado fijos en el sitio por el que Lily ha desaparecido.
El animago ríe al verlo tan cautivado y, revolviéndole aún más los alborotados cabellos, agrega:
- Pronto sabrás que no es sencillo mantener el control cuando se trata de estar con la persona que amas.
- Nada sencillo -apunta Remus con una sonrisa- Y menos aún cuando esa persona es Sirius, pero si te incomoda tanto que él y yo...
- ¡No, en absoluto! –interrumpe James con una sonrisa enorme- No me incomoda… Yo solo les envidiaba un poco, pero no más. Pueden besarse y meterse mano en mis narices que yo no me quejaré.
- ¿Estás seguro?
- ¡Por supuesto!
- Moony, ya lo has oído... ¡¿qué esperamos?
Sin asomo de pudor, Sirius y Remus se tumban de nuevo sobre el sofá y vuelven a besarse. A los pocos segundos la mano de Sirius desata con habilidad la corbata del prefecto y unos cuantos botones mientras las manos del licántropo se deslizan hacia la cremallera del animago.
- ¡Hey, hey! He dicho que pueden besarse y meterse mano, pero no hasta ese grado…
- Bueno –murmura Sirius sin dejar de besar el cuello de su chico- Siempre puedes… darte la vuelta y… no mirar.
James sonríe resignado y se gira en dirección a las escaleras. Cuando está por perderse en el rellano levanta la vista y les mira compartir caricias y besos, y su sonrisa se ensancha aún más porque esa chispa de disgusto que sentía al mirarlos se ha evaporado por completo dejando tras de sí una sensación de alegría y agradecimiento. Echa una última mirada a los dos amantes que se enredan sobre el sofá y susurra: Buenas noches, cupidos.
Contento, emprende de nuevo el camino hacia el dormitorio tarareando en voz baja la melodía de su primer baile con Lily Evans.
FIN.
N/A ¿Les ha gustado? Déjenmelo saber con su opinión, ok? : )
Por cierto, a quienes siguen 'Indicios de Guerra'… estoy un poco atorada con el siguiente capítulo, pero no se apuren que no gusto de dejar a medias los fics. Así tenga que amarrar a la musa y torturarla, el fic sale porque sale XD.
¡Bsos y hasta pronto!