Capítulo 28: Abrir tu corazón, exponer tu alma

Los días pasaban en el castillo y hasta cierto punto la rutina se había vuelto tediosa. Habían pasado dos semanas desde que habían encontrado a Crabbe y Goyle escondidos en los arbustos, y Harry se había propuesto dilucidar cual era romántico por el que estaba siendo espiado. Además, sabía que algo le estaba sucediendo, pues experimentabas un poder creciente en su interior, y eso también le estaba quitando horas de sueño.

Los días eran iguales,terminaba las clases, iba a la biblioteca, sacaba un libro que sospechaba que tenía la respuesta a sus dudas, y se iba a la torre de astronomía. Volvía a la sala común a altas horas de la noche y se dirigía a su habitación.

Los chicos estaban preocupados. Los que lo conocían desde hace más tiempo, nunca habían visto al ojiverde así. Lo más similar había sido cuando Sirius había muerto. Pero ahora parecía más ensimismado que nunca, los que apenas lo conocían estaban más preocupados aún. Desde que llegaron al futuro, Harry siempre había sido un joven extrovertido, que se había ido abriendo a ellos y que ahora estaban perdiendo. Pero quien más preocupada estaba era Lily, porque desde que se había enterado que el pelinegro era su hijo, no podía evitar sentir ese instinto maternal sobreprotector, aún teniendo la "misma edad", por ridículo que sonase.

Era tarde ya y ella se encontraba en la sala común, esperando a que él apareciera. Había decidido que lo confrontaría, para saber qué demonios le estaba pasando. Lo que no esperaba, es que otro Potter apareciera por ahí.

-¿Evans?- dijo en un susurro al entrar a la sala común y ver a la pelirroja recostada en el sillón, con un libro en su regazo. La pelirroja dio un respingo y cuando vio a James hizo una mueca.

-Potter...- respondió en un susurro, mientras sobaba sus ojos en señal de cansancio. James se acercó a ella. Tenía la capa invisible en la mano y Lily lo miró con sospecha.

-Estaba en las cocinas, no podía dormir y se me antojó un chocolate caliente-

Lily se enderezó y le abrió campo a James para que se sentara a su lado.

Permanecieron en silencio por varios minutos, mientras observaban el fuego de la chimenea.

-¿Cómo has estado?- dijo James rompiendo el silencio.

Lily le sonrió. Era una de las pocas veces en que James se había acercado sin ánimos de ligar.

-Bien... Aunque extrañó muchas cosas...- dijo sincerizándose.

-Igual yo, extraño a mis padres- dijo James.

Lily le sonrió. Esa era una de las partes que más le gustaba de James, su amor incondicional por sus padres. Un momento, ¿Dijo qué le gustaba? Odiaba admitir que sentía algo por él, porque tenía miedo de salir herida, temía que cuando el lograra su objetivo de salir con ella, la dejara como lo hacía con las demás chicas que habían caído en los encantos del famoso James Potter.

-Estoy preocupado por Harry- soltó James sin más.

Lily lo volteó a ver y observó un rostro que hablaba sin necesidad de palabras. Sí, ella también estaba preocupada; pero no podía revelarle al pelo negro que su preocupación se exacerba aún más al saber que el ojiverde era "sangre de su sangre'".

-Yo también-

-¿Crees que nos esté huyendo?-

Lilia lo miró confusa. No, no creía que esa fuese la razón. No sabiendo lo que ella sabía.

-No creo que esa sea la razón-

-Si, claro...- contestó James pensativo.

-Lily, tengo miedo-

Otra cara de sorpresa. ¿Qué demonios le pasaba a Potter?

-¿Recuerdas nuestra conversación en la torre de astronomía?-

Lily asintió y se sonrojó. El día que había anhelado un beso de James Potter.

-Creo que tengo una teoría... es algo descabellado, pero no sé porque tengo esta sensación cuando veo a Harry... Yo creo que... Es que...-

James se rascaba la cabeza como con vergüenza e impotencia.

-A veces creo que en este futuro Harry es mi hijo-

Lily miró a James con suspicacia, ¿Podría ser que él sospechase lo que ella no quería confirmar?

-No creo, Potter, él nos hubiera dicho. No tendría porque escondérnoslo- mintió Lily mientras una sombra cruzaba su mirada.

James se acercó a la pelirroja y cogió sus manos mientras la miraba fijamente con una seriedad absoluta,

-Si Lily. Yo lo siento. Pero también sospecho otra cosa. Yo creo que en este tiempo estoy muerto-

Baldado de agua fría y palidez instantánea,

-No digas esas cosas James-

-Lily, tengo miedo-

Lily Evans nunca había visto a James Potter tan vulnerable. Lo abrazó y la respiración del Pellegrini se aceleró. Mientras rompían el abrazo, James miraba a Lily con dulzura. Pasó una mano por su mejilla y sonrió. Esa sonrisa torcida que en un tiempo la había desesperado pero que en ese momento le hacía sentir que el corazón se le iba a salir del pecho,

No tuvo tiempo de pensar, lo que iba a suceder era inminente. James Potter, James "soy malditamente arrogante" Potter la besó.

Al otro lado del castillo un ojiverde acababa de descubrir un secreto que embargaba su esencia. Otro maldito secreto.