Bueno, esto me ha costado... mucho de mi salud mental. La idea vino por un reto, pero de él sólo he respetado la pareja. Seh, seh, soy lo peor. Es el fic más largo que he escrito hasta ahora, y el único multichapter con trama definida. Estoy como ARG nerviosa y tal, porque nunca había hecho algo así.

Advertencias: Es un AU Itachi/Sasuke, así que, yaoi explícito, incesto, chan (19/14 años) non-con/dub-con, o sea, consentimiento dudoso. Luego no digáis que no os he avisado. Además, hay sangre, por si fuera poco. Y si me estiras, algo de BSDM.

Spoilers hasta el capítulo 133 del animé o 238 del manga. Es decir, la primera parte completa.

Disclaimer: Todo lo que reconozcáis es propiedad del increíble Kishimoto Masashi-sama. Yo no obtengo ningún beneficio a excepción del posible feedback.

Notas: Dedico el fic a Joanne Distte, genial escritora y mejor amiga, por darme la idea, y por estar ahí siempre. ¡Un besazo!


No mires atrás

La pelea

Una gota de sudor recorrió todo el camino desde su frente hasta su cuello. La limpió con un gesto impaciente sin dejar de atisbar a través de los árboles, atento a cualquier sombra o movimiento sospechoso.

Se apartó un segundo antes de que un kunai se clavara en una rama a diez centímetros de su cara. Aunque durante el último año había mejorado de forma espectacular en sus luchas contra Orochimaru, todavía no se podía comparar al nivel del Sannin. Más todavía cuando éste no le permitía activar el sharingan hasta que no le tenía completamente acorralado. Tenía que reconocer que eso había mejorado sus reflejos, y no confiaba toda la fuerza en sus ojos.

Con un veloz movimiento se subió a la rama más alta para intentar ver a su atacante. Notó un aumento de energía a su espalda, y tuvo que dar un salto para que los shurikens lanzados por su maestro no se le clavaran en las piernas.

Siguió corriendo a través de los árboles, dando saltos que se enfrentaban a las leyes de la naturaleza. Esquivaba distintas armas que parecían venir hacia él desde todos los ángulos, y no sabía si iba a aguantar mucho más. Miró hacia su alrededor buscando algún sitio para esconderse y así poder recuperar la respiración, y suspiró de puro alivio cuando vio una hendidura en la rocosa pared que había a su derecha.

Fue hacia ella. Era estrecha y no muy honda, pero hacía una pequeña curva hacia un lado, con lo que estaría perfectamente escondido durante por lo menos un par de minutos. El frío de la piedra le ayudó a tranquilizarse, e intentó controlar su respiración para coger el oxígeno que necesitaba, siempre controlando su chackra para no dar ninguna pista de su localización.

Pasado un tiempo suficiente, se encontraba mucho mejor. Hizo recuento de daños, sólo uno de los shurikens le había rozado la pierna. Nada que Kabuto no curara con un movimiento. No le dolía especialmente, así que olvidó la herida y se concentró en intentar reanudar el combate.

Dejó fluir una mínima cantidad de energía para intentar sentir alguna presencia, aunque parecía que no había nadie. Salió y miró a ambos lados antes de volver a ocultarse en la frondosidad del bosque. Apretó el paso, y volvió al punto de partida con esperanzas de encontrar a su oponente distraído, y así tener una pequeña oportunidad.

Vislumbró una sombra varios árboles a la derecha, y se dispuso a atacar.

OoOoOoO

El corazón le latía rápido y fuerte, y notaba como la sangre se le agolpaba en los oídos. Llevaban ya más de dos horas, y, a pesar de no haber usado ninguna técnica que gastara mucho chakra, notaba cómo las últimas reservas de sus fuerzas se le agotaban. A veces deseaba tener la resistencia de…

- Mal hecho, Sasuke-kun - El kunai que Orochimaru sujetaba le rozaba el cuello de forma peligrosa - ¿En qué estabas pensando? Te quedas mirando a la nada, y despistarse significa la diferencia entre vivir y morir.

- Tsk - murmuró, frustrado. Había apurado demasiado, y ya no podía ni activar el sharingan. Intentó apartarse pero sólo consiguió hacerse más daño. Sacó un kunai del bolsillo y echó el brazo hacia atrás. Consiguió clavarlo, pero sólo le sirvió para descubrir el Kawarimi no Jutsu de Orochimaru. Era demasiado rápido, y antes de que el barro del clon terminara de derretirse, el verdadero había aparecido desde debajo y le había sujetado las manos.

- Perdiste, Sasuke-kun. - susurró, con una sonrisa siniestra en los labios -. De todas formas, has aguantado mucho más que la última vez - le soltó las muñecas, enrojecidas por la presión, y decidió que por hoy bastaba -. Ya hemos terminado.

Aunque lo dicho por Orochimaru era cierto, teniendo en cuenta el poco tiempo que había pasado desde que dejó Konoha, no podía evitar la sensación de frustración, dada la facilidad con que éste le vencía. Normalmente usaba gente de la aldea del sonido para que Sasuke les noqueara, pero cada cierto tiempo le ponía a prueba, en una pelea contra él.

Los pensamientos del Sannin iban casi por los mismos derroteros. La mayoría de las veces le sorprendía la capacidad de aprendizaje del Uchiha., incluso sin usar el sharingan para copiar las técnicas. Se sentía muy complacido de cómo estaban resultando las cosas, ya que todo lo que consiguiera desarrollar Sasuke, en dos años sería suyo. Incluídos sus ojos, pensó, relamiéndose, rojos como la sangre que acabarán derramando.

OoOoOoO

La habitación carecía de adornos, y, si le hubiera importado lo más mínimo, hubiera dicho que era bastante tétrica. La poca luz que salía de la llama del candil sólo servía para alargar las sombras hasta lo imposible, y más de una vez se había puesto en posición de ataque cuando alguna caprichosa corriente se filtraba por el ventanuco y agitaba la llama, originando un movimiento repentino a sus espaldas. Después se sentía agradecido de que nadie le hubiera visto apuntando a su propia sombra.

Su perpetua tensión, de todas formas, no era completamente injustificada. La guarida en la Aldea del Sonido era cualquier cosa menos acogedora, y pocos (por no decir ninguno) habían visto con buenos ojos la llegada de Sasuke. La predilección que mostraba Orochimaru con él había generado envidias y odios a partes iguales, dado que, en ese país donde prácticamente reinaba la ley del más fuerte, contar con la protección de Orochimaru era un seguro de vida.

Por lo tanto, ya había tenido un par de experiencias no muy agradables cuando entrenaba sólo. Daba gracias a que tenía un desarrollado sentido del peligro, y detectaba chakras por muy escondidos o suprimidos que estuvieran. Lo que no entendía es cómo podía haber alguien lo suficientemente estúpido para atacarle. Orochimaru no le había seleccionado por nada, y él era capaz de matar a cualquiera de ellos. Que su maestro no le dejara utilizar sus mejores técnicas contra ellos en combates controlados no significaba que no las tuviera. Dejando a un lado lo que les pasaría cuando él lo supiera. Desde luego, a Sasuke no le gustaría estar en la piel de ninguno de ellos si eso llegaba a ocurrir.

Sumido en sus cavilaciones, tardó más de lo normal en darse cuenta de que alguien tocaba a su puerta.

- Sasuke-kun. - oyó decir a Kabuto, con la voz amortiguada por la madera. Abrió la puerta.

- ¿Qué? - Ante la seca respuesta de Sasuke, torció ligeramente el gesto. Por mucho chakra asesino que tuviera, él llevaba ahí mucho más que él. Si no fuera por esos malditos ojos… hacía tiempo que le hubiera utilizado para sus experimentos.

- Nos movemos. Llevamos demasiado tiempo aquí. Coge lo que necesites y…

- No necesito nada. Tengo siempre todo preparado - le interrumpió el moreno -. Vamos - concluyó, pasando por su lado con una mochila al hombro.

Puede que en un primer momento no lo pareciera, pero Kabuto era uno de los ninjas más fuertes de la Aldea. Ello, unido a su increíble capacidad de recuperación, lo convertía en un enemigo muy capaz de luchar contra Sasuke en igualdad de condiciones, al menos por el momento. De todas formas, Orochimaru nunca les había obligado a luchar, quizá temiendo que las cosas se les fueran de las manos. Pese al tono extremadamente frío que usaban el uno con el otro, el odio estaba ahí, justo debajo de la superficie. Los tres eran conscientes de ello. A Orochimaru le parecía bien, no esperaba que fueran amigos y disfrutaba sintiendo la tensión, casi la podía saborear. Kabuto soportaba al arrogante Uchiha porque cuando pasaran dos años, su maestro tendría el poder del que tanto presumía

A Sasuke no le podía importar menos el hecho de llevarse mal o bien con él. Kabuto no le ofrecía tanto como Orochimaru. Sus técnicas de curación no le interesaban.

Quería matar, no sanar.

OoOoOoO

No habían estado nunca en esa zona del país. Llegaron con las últimas luces del día, mientras el sol perecía en el horizonte formando un mosaico de colores que iban desde el naranja hasta el violeta.

Entraron en la cueva cuya entrada Orochimaru había abierto haciendo una serie de sellos. Sasuke los memorizó prácticamente sin darse cuenta, como precaución si algún día los tenía que utilizar él.

Avanzaron por un pasillo oscuro, era un túnel excavado entre las piedras de la montaña.

- Esta cueva, Sasuke-kun, está preparada exclusivamente para los entrenamientos que quiero que hagas a partir de ahora. Control de chackra, y la manera de racionalizarla para gastar lo menos posible - Aún después de un año, su voz le producía escalofríos -. Todavía tienes demasiada confianza en tu sharingan y en el Sello.

Asintió, un poco molesto, cuando Orochimaru volvió la cabeza para mirarle. La peor de las veces, después de llegar de nuevo hasta el Sello en Nivel 2, le había dolido el cuerpo durante una semana, además de pasar un par de días en cama.

- Bien - continuó, mirando a Kabuto-. Creo que ya estás preparado para lo que vamos a hacer mañana.

- ¿Qué tienes planeado? - preguntó, suspicaz.

Orochimaru esbozó una sonrisa de lado.

- Mañana lo sabrás. Te sugiero que descanses esta noche - miró hacia el otro lado - Kabuto, acompaña a Sasuke a su habitación. La que antes era de… ya sabes.

- Por supuesto, Orochimaru-sama - señaló un camino hacia la derecha- Por aquí, Sasuke-kun.

A Sasuke no le hizo gracia la expresión prepotente de Kabuto al mirarle, pero no ganaría nada con preguntar, por supuesto, así que le siguió hasta su nuevo cuarto.

Cuando estuvo en él, se aseguró de que oír sus pasos alejándose tras la puerta.

Aprovechó la soledad para relajarse, y se tumbó en la cama, dispuesto a intentar dormir lo máximo que pudiera. De lo contrario, sus nervios acabarían destrozados.

Todavía le quedaba mucho camino por recorrer para equipararse a su hermano.

Para cuando amaneció, Sasuke llevaba ya un par de horas despierto, mirando el techo. Ya se había acostumbrado al insomnio, llevaba seis años padeciéndolo. La única manera de mantenerle dormido más de tres o cuatro horas era con medicación, puesto que si dormía demasiado las pesadillas volvían a él una y otra vez.

En cuanto la claridad se hizo patente en la habitación, se preparó para salir. Tenía que aceptar que tenía curiosidad por saber lo que Orochimaru había planeado. ¿Algún entrenamiento especial? Eso seguro. Pero ¿de qué tipo? Había hablado algo del control del chakra; quizá alguna manera de utilizar menos consiguiendo la misma fuerza destructora.

Estaba a punto de dejar la habitación cuando Kabuto apareció. La mirada maliciosa, aunque sutil, que llevaba pintada en la cara no le dio buena espina.

- Siempre preparado, ¿no, Sasuke-kun? Sígueme, por favor. Espero que hayas descansado, creo que hoy va a ser un día muy duro - concluyó, dándole la espalda y comenzando a andar.

Una sombra de hastío cruzó la cara de Sasuke. ¿Qué se creía, haciéndose el interesante?

Ni una palabra salió de sus bocas durante todo el camino. Procuró grabarlo en su memoria, pero notó que le costaba más que normalmente. Estaba nervioso, sentía un cosquilleo extraño en el pecho, como si la adrenalina se anticipara a lo que iba a hacer ese día.

Después de unos veinte minutos cruzando salas y recorriendo pasillos, salieron a la luz del sol por una puerta camuflada en la pared. La zona tenía el suelo de piedra, y parecía ser el lugar de una antigua laguna, ahora ya seca, rodeada por las paredes ariscas de la montaña.

Orochimaru les esperaba a la derecha, indolentemente apoyado en la pared. Se acercaron a él y, cruzando una mirada con Kabuto, comenzó a hablar.

- Estoy seguro de que estás impaciente por saber qué es lo que te espera hoy, ¿no? - hizo una pausa calibrando su reacción. No hubo mucha, pero ya sabía que si algo sabía hacer Sasuke, era disimular lo que sentía. - La verdad, Sasuke-kun, es que has aprendido mucho durante este año, y ya va siendo hora de que veamos los resultados. Lo que quiero es que pelees con Kabuto.

Sasuke giró automáticamente la cabeza hacia el chico de las gafas, ocasionándose casi una lesión en el cuello por la rapidez con la que lo hizo. Éste le miraba con una especie de mezcla de anticipación y superioridad pintada en los ojos.Volvió la vista a Orochimaru esperando que confirmara que lo decía en serio, pero se dio cuenta de que él nunca decía nada en vano.

- ¿Creo ver dudas en tus ojos? Si crees que no estás preparado… - Sasuke le interrumpió chasqueando la lengua.

- Estoy preparado, Kabuto. Cuando quieras.

- Podéis intentar mataros. De hecho, me decepcionaría mucho que no lo lucharais en serio. Puedes usar el sello, también. - le miró incrédulo -. No creas que incluso con él se convertirá en una pelea simple. A una palabra mía, eso sí, paráis el combate. Quiero que sea a muerte, pero no quiero perder a ninguno.

Sasuke sentía cómo el chakra pugnaba por salir de su cuerpo. Vencer a Kabuto era estar un paso más cerca de conseguir vencer a su hermano. Quizá si hubiera pensado en lo rencoroso y astuto que podía llegar a ser Kabuto, hubiera peleado con más cuidado. Pero en ese momento era incapaz de preveer lo que le acarrearía ese combate. Asintió, y ambos adoptaron la posición de ataque.

OoOoOoO

A pesar del tiempo que llevaba compartiendo techo con él, Sasuke no conocía casi las técnicas de Kabuto, lo que le obligó a activar el sharingan mucho antes de lo que hubiera querido. Los golpes del chico de las gafas eran rápidos, precisos y peligrosos. Hasta ahora había conseguido rozarle una vez, y había notado cómo sus músculos se agarrotaban hasta el máximo. Tenía bastante movilidad todavía, pero ya había perdido puntos con ello.

No era como si él hubiera estado sólo defendiéndose, el chorro de sangre que caía por el pantalón de Kabuto era testigo de ello, pero Sasuke sabía que debajo de la tela ya no había herida. Maldita regeneración. Un chidori desperdiciado por no haber tenido en cuenta la capacidad de reacción del otro.

Sasuke tomó una decisión rápida. No esperó a quedarse sin chakra para sacar el Sello, y consiguió activarlo al primer nivel más rápido de lo que lo había hecho nunca. Ya no dolía al salir. En menos de medio segundo su cuerpo se cubrió de zonas negras, y atisbó de soslayo la expresión asombrada de Orochimaru. Evidentemente, éste esperaba que lo sacara cuando ya no tuviera más opciones, pero Sasuke intentaba aprovecharse de que Kabuto hubiera pensado lo mismo que el Sannin.

Vio que se le acercaba por la derecha, y se dio cuenta de que era el momento perfecto. Hizo los sellos tan rápido que un ojo sin sharingan no hubiera sido capaz de distinguirlos, y ejecutó el chidori. Fue hacia Kabuto, pillándole por sorpresa, y consiguió esquivar su puñetazo. Los rayos de chakra salían despedidos de su mano, y, cuando estaba a punto de clavarlo en el estómago de su contrincante, una sensación de que lo vigilaba alguien le asaltó, y apartó la mirada una décima de segundo.

Eso le dio a Kabuto la oportunidad que necesitaba. Ya recuperado el control, logró dar un toque al brazo de Sasuke y la técnica le dio en un costado, lugar mucho menos peligroso que el final de la trayectoria original. Aprovechando la inercia que Sasuke llevaba, le agarró del cuello e hizo que se estampara contra el suelo. Generando chakra con su mano derecha, le cortó los tendones de Aquiles, sin derramar una gota de sangre.

El grito de Sasuke resonó por la hondonada, y el eco siguió oyéndose por unos segundos. Kabuto estaba a punto de dejarle inconsciente con su último golpe, cuando Orochimaru se interpuso.

- Ya, Kabuto - el nombrado se apartó obedientemente -. Cúrale.

Sasuke retorcía las manos entre la tierra intentando pensar en algo que le ayudara a olvidar el dolor que sentía. Nunca, nunca en su vida había sentido esa sensación, como si todo su cuerpo estuviera hundiéndose en la lava ardiente de un volcán. No podía desmayarse, no podía desmayarse, no podía…

Probablemente si Kabuto hubiera tardado diez segundos más en usar el chakra de ambas manos para curarle hubiera acabado inconsciente. Pero la mirada de Orochimaru decía que era mucho mejor que lo hiciera cuanto antes.

- Ha estado muy bien lo de los tendones, Kabuto. Estando así, era imposible que Sasuke-kun activara el Sello hasta el nivel dos. El dolor no le iba a dejar moverse - su subordinado se subió las gafas por el puente de la nariz intentando ocultar su expresión de orgullo -. El control que tiene Kabuto para usar el chakra en ataque es muy bueno, quería que lo sufrieras en tu propio cuerpo para que entendieras su importancia. Por otra parte, creo que él ha logrado esquivar ese chidori por suerte, porque no consigo entender que te ha pasado a ti, Sasuke-kun, para perder en ese momento la concentración.

Sasuke había conseguido levantarse, y aunque todavía notaba algo doloridos los tobillos, supuso que era normal y que se le pasaría. Frunció el ceño. Quería decirle a Orochimaru que había notado, pero en realidad no lo entendía él tampoco. Decidió mentir.

- Ha sido una punzada en el Sello.

- Es normal. Bastante rápido lo has sacado. A partir de ahora es mejor que lo entrenemos hasta que no te duela - aceptó el Sannin.Era extraño, pero el Sello reaccionaba distinto en cada persona, y no tenía razones para pensar que le mentía -. Volvamos adentro.

Renqueante, siguió a ambos hasta su habitación, y cayó en su cama. Se durmió al momento.

En ese mismo momento, a mucha menos distancia de la que Sasuke podría imaginar, Itachi Uchiha pensaba en la suerte que había tenido cuando le había tocado inspeccionar precisamente donde estaba Orochimaru.

Y, por supuesto, su hermano.


El próximo capítulo, en unos días.

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