El final. No sé, xD es tan raro terminar un fic, que siento que me quedé con un montón de cosas por decir. De todos modos, no podría acabar de otra manera.

El capítulo pasado olvidé comentar cual era la escena que me hizo escribir todo este fic: es el momento en que Draco está abrazado al pijama de Harry, en su habitación, y recuerda que Harry le robaba las mantas y usaba su cepillo de dientes. Ese momento, tan mínimo, es lo que me inspiró a hacer esto. XD sé que la mayor parte es más bien una parodia, pero mi intención era hacer una mínima reflexión sobre la vida en pareja. Muy mínima, es verdad.

Gracias por acompañarme en esta mini-aventura. Fue una divertida experiencia esto de hacer tablas :) Así que mis agradecimientos a Teh Typewriter por brindarme la oportunidad.

Aceptación

Potter estaba sentado frente a la chimenea, con un tazón de cereales en una mano y una lata de gaseosa en la otra. Draco se tragó los veinte comentarios sobre correcta nutrición y desayunos balanceados que se le vinieron a la cabeza y le observó en silencio, mientras se sacudía del cabello los restos de hollín que le había dejado el viaje con polvos flu.

Esperó un momento, observando que Potter le miraba con atención, pero sin dejar de comer sus cereales bañados en azúcar.

Draco echó un vistazo alrededor, en busca de alguna cabeza pelirroja a la que hacer explotar, pero sólo se encontró con el desastre típico en el hábitat de Potter: calcetines arriba de una lámpara, esa caja parlante idiota hablando sola en el fondo y restos de pizza fría en el mesón.

- ¿Y bien, Draco?

Supuso que ese era el punto de inicio del momento más patético de su vida, pero estaba dispuesto a aceptar las consecuencias de su propia idiotez e incapacidad emocional y enfrentarse a lo sucedido.

- Potter. Harry. Yo sólo quería disculparme.

Hubo un silencio violento entre ambos, en que Potter dejó su cuenco de comida y se levantó lentamente del sillón, para acercarse y mirarle con atención.

- Quería disculparme por enviarte al demonio. Créeme que lamento mucho haber terminado contigo.- Harry le observó con aprensión y abrió la boca dispuesto a protestar, pero Draco fue más rápido.- Lamento haber hecho que los elfos te expulsaran de la casa y todo ese asunto con los perros y, por sobre todo, lamento haber iniciado toda esta estupidez, al hablar con la prensa.

Draco buscó la mirada de Harry, para encontrar en ella algo de aceptación hacia la disculpa, pero no pudo descifrar la bruma que oscurecía los ojos verdes. Sin estar seguro si sería correcto continuar o si ya sería mejor largarse, siguió hablando.

- Siento mucho no haber hecho nada en estos dos años porque las cosas fueran mejores. Y lamento no sabes cuánto que ahora estés con esa pequeña cosa pelirroja.

- ¿Eso es todo?

Draco no estaba seguro de qué había esperado yendo hasta el departamento de Potter y pedirle perdón, pero desde luego que no había esperado ese gesto desafiante en el otro joven y mucho menos la pregunta. Meditó un poco en lo que acababa de decir, buscando el error y luego volvió a mirar a Harry. Este estaba nuevamente concentrado en su desayuno y no parecía recordar su presencia.

Pensó en acercarse y sacarle de la frente ese mechón oscuro que parecía estorbarle la vista, pero luego pensó que eso sería demasiado invasivo para un ex novio.

- Supongo que sí. – Draco se sintió desesperar. No estaba seguro de qué quería, pero estaba seguro de que no quería irse.- Es decir, no lo sé. ¿Quieres que te pida perdón por algo más?

Aparentemente, no fue la mejor frase de su repertorio. Harry le miró con algo parecido a la furia en medio de la intensidad de sus orbes verdes.

- No es así como funcionan las cosas, Draco. No quiero que me pidas perdón por cosas que no sientes, ni nada. Mejor vete.

- ¡No! De verdad siento todo este desastre. De verdad que lamento haber hecho las cosas así de mal y definitivamente lamento haber dado la entrevista para Rita Skeeter.

- Bien.

- Lamento haber estado siempre trabajando o siempre con Zabini o haber hechizado a Weasley media docena de veces a la semana. Lamento nunca haberte dicho lo que sentía o comportarme como un cabrón de once años todo el tiempo.- Draco rebuscó desesperado en su memoria las cosas que los habían llevado hasta este punto y de pronto sintió que eran demasiadas como para poder enumerarlas. Se pellizcó nerviosamente el lóbulo de la oreja y observó a Harry que manoseaba, distraído, su desayuno.

- Bien, Draco.

- No, no está bien. Mira, destruí todo mi puto despacho para lograr darme cuenta de todo esto, así que no me iré de aquí hasta resolver esto. No entiendo bien este asunto de pedir perdón, pero sí sé que tengo que lograr que me perdones. Acepto que hice un noventa por ciento de las cosas mal y que el otro diez por ciento no lo recuerdo. Pero te quiero y supongo que eso vale de algo.

Se atrevió a acercarse un paso, pero Harry lo retrocedió sin mirarle. También intentó sacarle ese bendito mechón de la cara, pero Harry se retiró como si el contacto le quemara.

- Está bien, Draco. Yo también hice las cosas muy mal, muy mal. Pero no funciona simplemente por lamentarlo, Draco, hay que hacer cosas para mejorar y definitivamente nosotros dos no sabemos ser una pareja. Lo intentamos, pero quizá simplemente no somos el uno para el otro.- Harry se encogió de hombros.- ¿De qué maldita manera podríamos haber sido el uno para el otro? Míranos.

Y Draco lo miró. Luego se observó a sí mismo. Observó sus manos pálidas ¿De qué maldita manera podríamos haber sido el uno para el otro? Potter y Malfoy. El héroe y el hijo de mortífagos. ¿Cómo podría resultar eso?

- Nos mentimos todo este tiempo creyendo que de verdad estaba funcionando. Pero no era así. Nosotros estamos hechos para pelearnos y maldecirnos y competir en quidditch e insultarnos por las calles. No para ser una pareja. Y ya es hora que lo aceptemos, Draco.

- ¿Esto es por la Weasley?- murmuró Draco, ya fastidiado.

- Draco, por favor dejemos el tema. Creí que era evidente que yo no estoy con Ginny, en vista que ella está casada con Dean, y que tú no sales con Hagrid, en vista de… en vista de todo. ¿Bien, ahora? Creo que sería mejor que te fueras.

Draco pensó que era bastante mejor que lo pensado y que definitivamente descuartizaría a Blaise con sus propias manos. Pero seguía sintiendo que su tarea estaba incompleta.

- Potter, ni creas que me voy a ir. Como ya lo dijiste, fuimos hecho para discutir y contradecirnos en todo, no voy a venir ahora a cambiar la costumbre. Pero no veo de qué manera eso impide que tengamos una relación. Potter, llevamos dos años así, tropezándonos cada dos pasos, pero mejorando siempre un poco. Quizá yo pueda maldecir a Weasley menos o quizá me aprenda el nombre de Granger uno de estos días. Quizá tú podrías dejar de arrojar mi ropa por la ventana cuando peleamos. Quizá yo deba decirte más seguido que eres importante, que eres el imbécil más insoportable que conocí nunca, incapaz de usar medias del mismo par y que me gana en todos los partidos de quidditch, pero eres mi imbécil y no quiero que lo seas de nadie más.

Tomó aire y se preguntó si haberle llamado imbécil era la mejor estrategia de seducción. Suponía que no exactamente.

- Así que... ¿Qué importa si realmente somos el uno para el otro? Las parejas reales no son la una para la otra, las parejas son simplemente personas que deciden estar juntas, Potter. - Draco se acercó y esta vez Harry no retrocedió. Pensó que era un avance y tocó con la punta de los dedos la mejilla del otro. Harry le observó confuso y luego, cerró los ojos rindiéndose a la caricia.

- Quizá aparte de todo lo ya mencionado, tú podrías evitar contarle mentiras a Rita Skeeter sobre los pormenores de nuestra relación cuando peleamos, Draco. No sé si te pueda perdonar el que le hayas dicho que me buscabas la polla con lupa.

Draco se inclinó con suavidad sobre su cuello, sin decir nada, temiendo romper ese ambiente de cálida reconciliación entre ellos. Deslizó lentamente los labios por la extensión de piel bronceada y suave, tropezando con la leve elevación de la clavícula y se permitió delinearla con la lengua. Levantó una mano y la apoyó en el pecho, ahí exactamente donde se sentían más fuertes los latidos del corazón del otro. Harry suspiró quedamente y se permitió apoyar la barbilla en la cabeza rubia, aspirando el suave olor a hierbas del shampoo de Draco que creyó jamás volvería a oler. Eran una pareja.

Y probablemente seguirían siéndolo un buen tiempo más. Ambos eran demasiado obstinados como para dejar algo por las buenas. Y Harry agradeció por primera vez, que Draco fuera el cabezota insoportable que era.

- Yo tampoco creo poder olvidar que le dijiste a El Profeta que me gustaba vestirme de mujer, Potter. Ni te creas que te salvas de ésta.

FIN

Sí, fue un final feliz bastante rosa, lo menos común en mí que pude hacer. XD Originalmente, quería incluir algo más subidito de tono, pero sentí que me iba a romper el orden natural de la historia. No es el mejor final del mundo, pero representa un poco lo que opino de las parejas: no hay gente perfecta, ni príncipes azules ni princesas rosas. Sólo hay gente que se quiere y que elige hacer algo con ese amor, aún cuando haya tropiezos y caídas y abismos. No siempre se puede terminar bien, pero sí hay que intentarlo.

Intentar estar con alguien a quien se quiere siempre vale la pena. Aunque no resulte.

Muchas gracias a todas aquellas que me acompañaron semana a semana. También a aquellas que me leyeron en el anonimato. GRACIAS :) por estar ahí.

Comentarios muy bien recibidos: ojalá que si me escriben, dejen su mail o algo para poder agradecerles personalmente. Si no, será para la próxima.

Adiós. KmY