06/12/08. Lo siento, pero es que después de tanto tiempo tenía que editarlo. Gracias a todos los que leyeron la versión original y comentaron :).
Naruto es de Masashi Kishimoto y no gano nada haciendo esto.
Malo
La puerta se cierra a tus espaldas y dejas salir una exclamación de sorpresa.
No estás sola esta noche, ¿puedes sentir el malo en tu habitación? Te seguí hasta tu casa, reteniendo las ganas de tomarte en la calle, en medio de la gente.
Te asustas al verme. ¿Acaso no me viste venir, pequeña zorra?
Gritas.
―No hay nadie para salvarte ―te recuerdo con una maligna sonrisa en los labios, y gimes un segundo después cuando mi boca atrapa la tuya. Feroz, como siempre; sin cariño o amor; sólo con sed de ti.
Quise darte un mordisco, pero sabiendo que no podría soportar la idea de sólo arrancarte un solo gemido, aumenté el número. Tres, cuatro, cinco… quizás seis. Sabes y hueles sabroso. Cerezas, fresas, qué más da ―con cualquiera de los dos olores logras excitarme, pero especialmente ese olor de inocencia que despides es lo que me atrae tanto—.
Como si ensuciara lo puro, tomara lo prohibido.
O cometiera un pecado.
Te vez tan insignificante, tan débil entre mis brazos.
―Rélajate.
Lloras como una chiquilla, desconsolada mientras sientes cosquillas en tu vientre. No haces nada, te quedas inmóvil y comienzas a humedecerte, lo siento cuando adentro mis dedos entre tus piernas y toco tus braguitas. Me dices que me retire, que te doy asco, pero tu cuerpo no parece muy de acuerdo. Tapo tus ojos verdes una vez que estás desnuda con tu camisa, amarrándola desde tu nuca.
Te prometo que así no dolerá y que terminará pronto; más de lo que crees. Después de todo, sólo eres una niña, y sabes o quieres convencerte de que esto es algo hermoso.
Por lo menos eso haces cuando mi rostro desaparece de tu vista. No leo mentes, es que eres demasiado predecible.
―Buena chica.
Tan pura, tan joven y con un alma suave que por la mañana se habrá ido, lo sientes al gritar cuando no sólo son cosquillas lo que se manifiesta en tu vientre, cuando la barrera es vencida y algo se mueve dentro de ti.
Me permito sonreír abiertamente cuando un murmullo sale de tu boca.
Ah, ¿tengo qué fingir qué me duele violarte sólo para qué me permitas también hacerlo mañana?
'Sasuke-kun…'
Y te lo digo, una y otra vez. —Te equivocas, querida. No soy él, tu príncipe. —A pesar de eso, aún no me canso. Jamás me cansaré; me gusta ver tu cara horrorizada y llena de miedo, mezclada con la repulsión que, a pesar de que no lo creas, es puro y duro placer.
No soy un príncipe de capa ondeante y sonrisa encantadora. Soy un verdugo.
Tú pervertido, inocente y mal portado verdugo.
Me siento malo, pequeña. Me haces sentir malo.