Hola a todas/os amigas/os!! XD
Antes que nada quiero decir que estoy muy feliz por haber llegado hasta aquí, y se que no lo habría conseguido sin vuestros constantes ánimos y vuestros comentarios. La verdad no me esperaba que algo que comenzo como un simple one shot llegara tan lejos, convirtiéndose en mi fic favorito de todos los que he escrito, así que muchísimas gracias a ti, que estas leyendo esto, y especialmente a todas las personas que me mandaron un reviews a lo largo del fic.
Agradezco en este capitulo a omtatelo, XxXyuleXuchihaXxX, gaara sama, itachi kun, Itari, rose etoile, Trinity17, LucyRedfield, aldana, Namine1993, alexia1928, akyra592, anita-asakura,alichaSxS, isaku-93, Queen pain alone, deidara77, Akai Karura, chihiro shiba, jennhigurashi, crazy one - dark angel, PolinSeneka, javiitha-sxs, BONGIO por sus magnificos reviews y el apoyo que me brindaron! Supere mi cuata, nada menos que 23 en un solo capitulo, muchísimas gracias!!
Ahora, en referencia a los reviews, ps a muchos le ha sorprendido/enfadado/causado gracia, que utilizara los nombres de dragon ball (trunks, goten y bra) para los nietos de Itachi, pero lo cierto es que yo amo esa serie por encima de todas las demás, y aunque sea antigua, me sepa los capitulos de memoria y ya no la vea más que de vez en cuando, siempre le guardaré un cariño especial, pus gracias a ella inicie en el mundo otaku xD así que me pareció bien ahcerle un pequeño homenaje!
El resto de nombres también salen de otras series que me gustan (ayashi no ceres, vampire knigh), xk no se me da muy bien inventar nombres japones, excepto el de la esposa de Sasuke, rebeca, jaja, ese es exclusivamente en honor a mi xD
Y con esto aclarado...Ahora solo espero k disfrutéis del epilogo tanto como he disfrutado yo al escribirlo!
La habitación permanecería en penumbra, y tan solo un ojo humano acostumbrado a la oscuridad sería capaz de divisar su contenido.
En el centro de la estancia se hallaba una cama, y sobre ella un anciano adormilado. Su rostro permanecía surcado por más de cien arrugas, su cabello tan solo conservaba esporádicos mechones de su habitual azul, habiéndose tornado ahora blanquecino, su costosa respiración, así como las almohadas que lo mantenían elevado en su cama, eran señal implícita de lo delicado de su salud, y las maquinas sanitarias que rodeaban su cama, a pesar de encontrarse apagadas, probaban la gravedad de su estado.
Uchiha Itachi contaba ahora con 85 años, y a pesar de la salud de hierro que lo había acompañado durante toda su vida, el reciente infarto sufrido hacía apenas unas semanas lo había conducido a ese estado.
Cuando su familia, preocupada, lo había llevado al hospital, el médico había dicho que no había esperanzas de que se recuperase; sin embargo, a los pocos días él despertó y enfrentándose al personal médico en conjunto, había exigido que lo llevasen a casa.
No importo cuantas veces se negaran o le repitiesen que las posibilidades de recuperarse él solo si los medios adecuados eran tan escasas que se las podría llamar nulas. Él no se dejo convencer, y basta una mirada de su mankeyo sharingan hacia el doctor para que este silenciara sus súplicas.
"Usted se lo verá" había dicho bastante enfadado y no lo había vuelto a ver.
Convencer a sus hijos había sido algo más costoso. Se notaba a la legua que ellos ya no eran los pequeños niños que mostraban un mínimo de respeto por la autoridad de su padre, y profundamente preocupados por su salud habían llegado a amenazarle sino se quedaba en el hospital.
Sorprendentemente, había sido Sasuke quien antes lo había comprendido – de echo, le basto una simple mirada para hacerlo – y a pesar del dolor de la perdida, había sido él quien firmara los documentos para su salida del hospital, aceptándose así lo que sus hermanas se negaban a ver – y era por eso, que llenado la habitación de su padre de todos esos "aparatejos inútiles" como él los llamaba – el tiempo de su padre se había agotado.
Itachi lo sabía, Sasuke lo comprendía, Itari lo intuía, y Aoko lo averiguaría pronto. Pero él no se lamentaba por ello, y así se lo había explicado a sus hijos, a sus nietos y hasta a sus bisnietos, cuando habían ido a visitarle esa misma tarde.
Si; Itachi sabía que su hora había llegado y, al contrario que la mayoría de la gente, no temía el momento en que esta viniera a llevárselo, más aun, él mantenía la firme creencia de que cuando eso sucediera, no sería la muerte, sino cierto ángel de cabellos rosados quien viniera a recogerlo.
Después de todo, él había cumplido su promesa y había aprovechado su tiempo al máximo, hasta el último instante, y las paredes de aquella habitación eran prueba firme de ello.
Habría quien podría llamarle maniaco, u obsesivo, lo cierto es que él, secretamente, quería que ella viera todo lo que había sido su vida durante su larga ausencia, no fuera el caso que se hubiese perdido algo, por ello, había recubierto la mayor parte de las paredes de su habitación con las fotos de los sucesos o recuerdos más importantes de su vida.
Sobre la cabecera de su cama, se podían ver varias de ellas; ocupando el centro, y en tamaño grande, una foto de su esposa, de su "ángel", en la que se podía apreciar a la perfección desde el cuello de Sakura, pasando por su rostro sonriente y sus ojos jade, hasta su cabello rosado.
A su alrededor, podía hallarse también una foto de ella e Itari recién nacida, con un toque melancólico en sus ojos verdes, quizá, a causa de su ausencia; otra en la que aparecían Sakura, él y una Itari de apenas dos años, pero que ya sabía caminar solita; una foto de su boda, del nacimientos de sus otros dos hijos, del primer cumpleaños de estos, y varias fotos en los que aparecían los cinco como una familia feliz, sonriente y completa.
Continuando el recorrido por las paredes laterales, se podían apreciar nuevas fotos, en las que sus hijos iban avanzado en edad, hasta llegar a sus compromisos y al nacimiento de sus nietos, de los cuales también poseía varias fotos.
Por último, en la pared del fondo, se encontraban los casamientos de sus nietos y el nacimientos de sus dos únicos bisnietos, una parejita de gemelos denominados Itachi y Sakura en su honor.
Esporádicamente, también se hallaban algunas fotos en las que aparecía él solo, siendo así posible comprobar su evolución a lo largo de los años. Demasiados años.
Cierto, había cumplido su promesa y, como probaban las fotos, su vida había sido intensa y feliz, sin embargo, ya había vivido demasiados años.
¡Nada menos que ochenta y cinco años!
Y era tan poco el tiempo que había compartido junto a ella si se comparaba a esa elevada cifra.
¡Cincuenta años!
Cincuenta años sin ver su sonrisa, sin besar sus labios, sin conversar con ella, sin tomar su mano y compartir juntos el silencio… y la echaba tanto de menos.
Pero la hora de regresar a ella había llegado y él lo sabía, por eso se había negado a extender su vida artificialmente, a base de máquinas y medicamentos que culminarían por hacerlo desaparecer. Su tiempo se extinguía, estaba preparado para marchar y cuando llegara el momento quería estar lúcido para disfrutarlo, para estremecerse de placer al tocar su mano, para disfrutar plenamente la imagen que el tiempo no había logrado eliminar de sus recuerdos ni de su corazón.
Ochenta y cinco años, y estaba listo para partir.
Todo lo que una vez deseó hacer en su vida, ya estaba realizado; sus propósitos, cumplidos; sus metas, alcanzadas; sus hijos, adultos cincuentones con la vida formada y todavía un largo camino que recorrer, pero podrían hacerlo solos, a él no lo necesitaban; y sus nietos, sus bisnietos, su familia entera en conjunto… bien sabía que los echaría de menos pero confiaba en que volverían a verse y solo rezaba porque su reencuentro se produjera años, muchos años después.
Ahora, solo le restaba algo por hacer, un sueño por cumplir… y algo dentro de él le susurraba que la noche no pasaría sin haberlo alcanzado.
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La tos del anciano resuena entre las paredes de la habitación por centésima vez a lo largo de la noche, pero esta vez es algo más ronca y persistente, y termina despertando a su propietario.
Abriendo los ojos, el hombre trata de incorporarse, y su agitada respiración es prueba del gran esfuerzo que necesita para lograrlo. Su mano, temblorosa pero firme al mismo tiempo, se dirige hacia la mesilla del lado derecho de su cama agarrando entre sus dedos un vaso de agua que, haciendo caso omiso de la caja de pastillas sin abrir que se encuentra a escasos centímetros de distancia, conduce hasta sus labios con el fin de humedecerlos y deshacerse de la sequedad que se cierne sobre su garganta. Aun así, sabe que el alivio es tan solo momentáneo, por lo que se apresura para volver a dormir.
Sin embargo, antes de recostarse, recorre con su vista las paredes de su habitación, aun a sabiendas de que la oscuridad le impedirá contemplar los rostros de sus seres queridos, pero necesita despedirse y con ese gesto logra enmarcar a todos los que ama.
Sus labios se mueven silenciosos, vocalizando unas palabras que nunca llegaran a ser oídas, pero a él le basta escucharlas en su interior para tranquilizarse y volver a sumirse e el sueño.
"Os echaré de menos… hasta que volvamos a encontrarnos"
Finalmente el anciano es vencido por el sueño, y al mismo tiempo que su respiración vuelve a ser costosa, su rostro parece contraerse a causa del dolor, pero no es el dolor físico lo que le perturba, sino los recuerdos, las lagrimas derramadas por sus seres queridos aquella misma tarde, cuando todos fueron a verle y entregarle sus ánimos y el pidió quedarse a solas con sus hijos, despidiéndose de ellos personalmente.
Le dolió separarse de ellos, si, le dolió mucho, especialmente al ver el sufrimiento que ellos mismo padecían por separarse de él. Sin embargo, esperaba que no olvidaran sus palabras, sus consejos, y finalmente la promesa de que volverían a verse, pero que hasta entonces debían ser feliz y continuar con sus vidas.
No obstante, en su semblante el dolor va desapareciendo poco a poco, y conforme su respiración se hace más costosa y sus latidos más irregulares, una paradójica sonrisa cubre sus labios.
Ahora piensa en ella, solo en ella; en Sakura. Su ángel.
Y conforme la sonrisa va cubriendo su semblante, la habitación queda en penumbra y el anterior ruido provocado por sus costosas respiraciones y el débil e irregular latido de su corazón es sustituido por silencio. Solo silencio.
De ese modo, el hombre llega a su fin, y en medio del silencio, rodeado de las fotografías de sus seres queridos y bajo el retrato del ángel que trajo luz a su vida, Itachi Uchiha exhala su último suspiro.
El hombre a muerto, pero su alma parte a recuperar la parte perdida, ansioso de alcanzar la total felicidad que en vida se le fue negada.
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ITACHI POVS
La negrura me rodea, apenas tengo consciencia de mi mismo; trato de mover mi cuerpo pero me es imposible. Estoy atrapado.
Resignado me limito a esperar… he esperado por tanto tiempo que un poco más no será gran problema; pero entonces ¿por qué? ¿por qué me siento tan ansioso, tan desesperado? ¿será que mi cupo de paciencia se ha agotado?
Si; así es. Ya no puedo esperar más, el dolor me llena cubriendo mi cuerpo en un a profunda agonía. Necesito verla, tocarla, abrazarla, sentir cerca de mí. Necesito recuperar mi alma, recuperarla a ella… algo me dice que únicamente así el dolor concluirá.
Una luz blanquecina aparece de repente, opacando así a la penumbra. Trato de girar la vista hacia ella pero no lo consigo. No tengo movilidad, no tengo cuerpo, no se siquiera si existo; la muerte se lo ha llevado todo consigo, todo menos el dolor…, el dolor y mis recuerdos.
Solo por ellos sigo existiendo; solo por ellos me niego a desvanecerme, porque tengo fe en una promesa y se que ella vendrá a buscarme.
Siento como mi esencia se retuerce y un alo de muerte lucha por desvanecerla, pero me resisto. No me iré, no sin ella.
El dolor aumenta, apenas tengo consciencia de otra cosa que no sea él. Sufro como si mi cuerpo estuviera siendo acuchillado por mil puntos distintos; quiere llevarme, quizá al infierno a donde pertenezco y ya casi no me queda fuerza para resistirme.
Pero no pienso ceder. Mantendré mi palabra y se que ella mantendrá la suya. Los labios de un ángel nunca mienten.
Me aferro a esa esperanza; mientras siento como mi cuerpo esta siendo retorcido trato de visualizar su rostro.
El dolor es tan potente que ya ni siquiera soy capaz de pensar; enumero sus rasgos para distraerme.
Cálidos ojos jade – dolor –, perfumado cabello rosa – tortura –, piel pálida y sedosa – sufrimiento –, mejillas sonrosadas – agonía – y la sonrisa más dulce que pueda existir.
No resisto más; me hundo, me arrastra me lleva.
¡No!
¡Sakura no te abandonaré!
Y de repente el dolor desaparece y descubro que ya soy capaz de moverme.
La oscuridad que me rodea va cediendo y la luz que antes he divisado se hace más fuerte y me atrae, me atrae como solo una cosa me había atraído antes.
Sakura.
Conmocionado, giro mi rostro hacía la luz blanquecina, pero mis ojos, acostumbrados a la oscuridad, se niegan a ver más allá de esta y por más que los fuerzo a permanecer abiertos no logro ver nada.
Desesperado, mi mente se pierde y no es capaz de hallar nada, hasta que siento un tacto cálido y sedoso aferrándose a mi mano y mi visión se aclara; ahora puedo verlo todo, incluso lo que se halla tras de mi.
Me hallo ligeramente tumbado en mi cama, pero no estoy seguro de ser yo, pues mi cuerpo permanece inmóvil y silencioso tras de mi; he muerto, pero eso ya lo sabía.
El resto de la habitación se halla en penumbra, ligeramente iluminada por la luz que ahora permanece frente a mí, pero ya no es una luz, es más bien un aura plateada, el aura de un ángel. Mi ángel.
Si. Estoy seguro de no estar soñando; Sakura se halla ante mí, inclinada, rozando mi mano con la suya e invitándome así a tomarla.
No lo puedo creer; es más hermosa aun de lo que recordaba. Las fotografías no le hacían justicia.
Su pelo rosa se desliza acompasado por causa de un aire inexistente; sus ojos jade me contemplan emocionados y con un toque de agradecimiento que no logro entender; sus mejillas, ligeramente ruborizadas, se estiran debido a la dulce sonrisa que me dedica; la escasa piel de su mano que se apega a la mía es tan tibia y sedosa como recordaba.; su cuerpo es rodeado de un aura blanquecina, que acentúa el pálido de su piel y el rubor de sus pómulos; Y su rostro irradia tal aire de felicidad y hermosura que tengo la seguridad de que solo puede tratarse de un ángel.
Mi ángel.
"Sakura" trato de pronunciar su nombre con el corazón contenido, pero ningún sonido se desliza de mis labios.
Sin embargo, ella asiente, dándome a entender que me ha escuchado.
Con ternura, siento como aparta su mano de la mía y la desliza por mi rostro, hasta acariciar mis labios para, finalmente, hacer un gesto de silencio y espera.
Yo ni siquiera alcanzo a asentir, las corrientes eléctricas que recorren mi cuerpo por donde ella me ha tocado son demasiado intensas para ignorarlas. Sin embargo, me asusto cuando aparta su mano de mí y se incorpora totalmente.
No quiero que se vaya. No puede irse. No ahora.
"Sakura" nuevamente la llamo, y aunque mis labios no hablan se que ella me ha escuchado, porque sonríe tranquilizándome.
Su mano me es tendida nuevamente y se que es el momento de marchar.
Echo un vistazo rápido a lo que me rodea, a lo que ha sido mi vida esos cincuenta años, pero no necesito más para despedirme, pues todo lo que quiero esta frente a mi.
Decidido, alzó la mano hasta tomar la suya y nuevamente siento como mi mano se hiela a causa del contacto, pero un segundo después el frío da paso al calor, un profundo calor en mi pecho.
Ella sonríe, y yo correspondo la sonrisa y de pronto, todo queda atrás.
Viajamos muy rápido pero no me es posible distinguir el recorrido, aunque de vez en cuando, atino a ver pequeñas luces resplandecientes en medio de la oscuridad, similares a las estrellas en el cielo.
Ni siquiera les presto atención, mi vista no se aparta del frente, porque aunque no puedo verla, se que ella esta allí; nuestras manos entrelazadas lo demuestran, y al contrario que antes, esta vez no pienso soltarla.
Siento como la velocidad disminuye, hasta que finalmente nos posamos en tierra.
Mis pies aterrizan suavemente, y puesto que ya no soy capaz de ver a través de mi mismo, supongo que he recuperado el cuerpo físico, o al menos, algo parecido. El brillo que la rodeaba a ella, también ha desaparecido.
Me detengo a contemplarla.
La iluminación es muy escasa, sin embargo parece aumentar cada segundo. Si estuviésemos en la Tierra diría que se aproxima el amanecer.
Pero no se donde estamos, y tampoco me importa, tan solo me interesa ella.
Tengo tanto por decir, tantas cosas que contarle, y sin embargo me siento incapaz de hablar. Cincuenta años esperando este momento para derrocharlo tontamente.
- I… Itachi – es ella quien habla, y por lo entrecortado de su voz me doy cuenta que esta en la misma situación que yo – Itachi yo… per-perdóname por haberte dejado.
Sus palabras me confunden, pero no me da tiempo a analizarlas, pues un momento después percibo como todo mi cuerpo esta siendo abrasado.
No. En realidad nada se quema. Tan solo es mi pecho el que arde y mi corazón el que se congela.
Ella me abraza, me abraza y llora; pero eso es un error, los ángeles no han de llorar nunca.
Mis brazos la estrechan contra mí, y siento como varias corrientes eléctricas vuelven a recorrer mi cuerpo, hasta instalarse en mi pecho. Pareciese que le estoy haciendo el amor y tan solo la estoy abrazando.
Pero me siento tan bien… En calma, en paz conmigo mismo.
Realmente he recuperado mi alma y mi felicidad es completa. Pero ella sigue llorando y murmurando disculpas entrecortadas.
- Shhh – la tranquilizo, estrechándola fuerte – No llores… y no pidas perdón porque… porque tenías razón.
Mis palabras parecen haberla impactado, porque alza la vista y me mira dudosa.
Sus ojos jade se muestran llorosos, pero siguen portando la misma inocencia de siempre.
- Sakura, no voy a negar que por mucho tiempo una parte de mi te odio por haberme abandonado – la estrecho aun más fuerte, a sabiendas de que la estoy lastimando, pero tengo que ser sincero con ella – me costo muchos años aceptar, y finalmente comprender, el motivo que impulso tus acciones.
- Me torturaba pensado que lo habías hecho porque no eras feliz a mi lado, o porque no me amabas lo suficiente – veo el dolor en sus ojos y se que quiere interrumpirme, pero coloco suavemente un dedo en sus labios como ella antes lo había hecho conmigo. Debe oírme acabar – pero finalmente lo comprendí. Cuando vi a nuestros hijos crecidos, y a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, supe entender que tenías razón, y aunque no niego que me hubiera gustado ser yo quien se sacrificara, no niego que tu hiciste lo correcto y te agradezco muchísimo el regalo que nos diste.
Me detengo de hablar, ella sigue llorando pero creo, que esta vez, no son lágrimas de tristeza. La abrazo fuerte, muy fuerte, todo lo que deseo es fusionarme con ella.
- Itachi te amo. – sus palabras son vida para mi corazón, todo lo que yo ansiaba escuchar.
Mis labios recorren su pelo y besan su frente, no obstante, me detengo antes de llegar a los labios.
- Sakura yo… quiero que sepas que hice todo cuanto tu me pediste en aquella carta. He sido feliz y también lo han sido nuestros hijos y… - quiero hablar, pero ella me interrumpe.
- Lo se, lo se. – su afirmación me sorprende y la miro extrañado, pero entre la penumbra puedo divisar su sonrisa – Yo estaba allí, nunca me aparte de vuestro lado.
La estrecho más fuerte; mis manos acarician su espalda y palpo con mis mejillas su rostro, deseante de que la esencia que desprende se mezcle con la mía.
Ella corresponde mi abrazo y con los ojos cerrados aspira mi aroma.
¡Oh Dios! La amo tanto.
- Sakura – digo – yo fui feliz pero, ahora que he regresado a tus brazos, no pienso dejarte marchar.
- Lo se – reconoce y para mi alivio sonríe; la penumbra se ha aclarado levemente y me permite ver casi a totalidad sus facciones. Es tan hermosa… pero sus palabras aun lo son más – Tenemos la eternidad por delante y la disfrutaremos juntos.
Si; juntos, eternamente juntos.
Ya no soy capaz de esperar más, mis labios, desesperados corren en busca de los suyos quienes me reciben ansiosos, quizá al mismo nivel que yo.
Primero es una suave caricia, tan leve que parece un susurro, pero poco a poco se torna desenfrenado, y mi lengua busca ávidamente la suya, enzarzándose en una lucha desenfrenada una vez que se encuentran.
Deseo tanto fundirme con ella, memorizar cada minúsculo escondite de su boca.
Mis brazos recorren su espalda, cada curva, cada rincón; mis manos acarician su cuello, su rostro su cabello… Mi pecho brinca satisfecho, feliz; ahora ella es mía, mía para siempre.
Al mismo tiempo siento como ella corresponde a mis caricias; su lengua se revuelve ansiosa en mi boca y se entrelaza con la mía; sus manos recorren mi espalda mi pecho y el perfil de mis piernas. Se mueve ansiosa, deseosa de tenerme, pero siempre con dulzura.
Finalmente la presencia de aire es requerida en nuestros pulmones, y ambos nos vemos obligados a separarnos.
Abro los ojos lentamente, tratando de memorizar el momento y se que tu haces lo mismo.
Para mi sorpresa, la luz baña mis ojos; ya ha amanecido.
Visualizo el Sol tras tu espalda, y la multitud de colores que tiene el cielo en estos momentos. Después contemplo tus ojos, hermosos, dulces, como dos esmeraldas, y ellos me reflejan como soy ahora.
Pareciese haber rejuvenecido más de cincuenta años, de echo esa la imagen que tus ojos muestran; un joven de ojos negros y cabello azulado que no debe sobrepasar los treinta años, tal vez veinticinco.
Luego te contemplo a ti, y me doy cuenta de que tu también tienes esa apariencia; ambos jóvenes de nuevo, como si nada hubiese pasado, como si el tiempo no hubiese transcurrido y ahora lo se, ahora lo veo claro, tenemos una nueva oportunidad por delante.
Pues si la regla de la vida estable que todo momento de felicidad se cobra su precio y que nada es eterno, no hay reglas en la muerte, y por ello, tu y yo, estaremos juntos y felices eternamente.
Leyendo mis pensamientos, me sonríes, y acercándote a mi te acurrucas en mi pecho, permitiéndome así, por primera vez, contemplar lo que hay tras de ti.
Mi corazón brinca; estoy soñando.
Pero recuerdo que ambos estamos muertos y que todo es posible.
Lo cierto es que no somos los únicos muertos del lugar, pero ¿esto es muerte o es otra oportunidad de vida, vida diferente, eterna y feliz?
Una gran multitud de personas nos rodea, formando un círculo entorno a nosotros.
Reconozco algunas caras, y a otras las identifico por el parecido que mantienen contigo.
Tu familia, tus amigos, toda Konoha se reúne ante nosotros. Algunos aplaudiendo, otros sonrientes, y otros llorando emocionados.
En primera fila distingo a la que, guiándome por el color de cabello, debe ser tu madre y a su lado, el hombre de ojos verdes que la toma de la mano debe ser tu padre. Y yo me pregunto, ¿estaremos nosotros ahí cuando sean nuestros hijos quienes vengan a hacernos compañía?
Cerca de ellos, casi en mi perfil, sobresale un cara tapada con el pelo plateado; Kakashi sensey se encuentra sonriendo y aplaudiendo, y por primera vez desde que lo conozco, no esta leyendo su libro o con expresión aburrida.
Por allí cerca distingo una larga cabellera rubia, y recordando las cosas que me contaste de tu pasado supongo que ella debe ser Ino, quien también se encuentra aplaudiendo y vocalizando lo que probablemente podría llegar a ser un "animo frentuda."
A su lado se encuentras varios jóvenes más, quien probablemente sean tus antiguos compañeros de academia.
Un poco más a la derecha, y sobresaliendo entre la multitud debido a la gran escandalera de sus llantos y a lo pronunciado de sus aplausos, se encuentra el rubio estrambótico, tu mejor amigo, Naruto. Próximo a él y algo sonrojada por su comportamiento se encuentra la Hyuga, Hinata, quien según me explicaste era su novia.
Sin embargo, es solo cuando miro al frente que mi corazón se paraliza. La única persona que no esperaba encontrar, se halla allí, sonriéndome.
Sasuke.
Mi hermano.
Sonriéndome.
Apenas lo logro creer; jamás pensé que algo así pudiera ocurrir.
Verdaderamente poseo una nueva oportunidad, y no pienso desaprovecharla, por muy eterna que sea.
Pero por el momento, tan solo hay un rostro que yo deseo contemplar, y ese es el tuyo, mi ángel.
Al mismo tiempo que llego a esa conclusión, tu alzas la vista y me atrapas en las esmeraldas que son tus ojos.
Te amo. Te amo. Te amo. Y por el momento no importa nada más. Incluso Sasuke puede esperar, porque ahora, lo más importante, eres tu.
El ángel que ilumino mi vida y por el cual he esperado cincuenta años a fin de volverlo a ver.
Sakura. Mi Sakura. Mi ángel. Mi amor.
- Te amo… - susurró quedamente, pues necesito asegurarme de que lo sabes.
- Y yo te amo a ti – me respondes, y todo desaparece a nuestro alrededor, cuando nuestros labios se acercan peligrosamente hasta volver reunirse.
Te amo mi ángel, y libres de la vida, ya nada podrá separarnos.
Estaremos juntos eternamente.
--o--o--o--o--o--o--
Aquella mañana, en la aldea oculta del agua, eran muy pocos los que no comentaban la muerte de Itachi Uchiha, el legendario ninja que había fallecido pacíficamente en su cama, de muerte natural, a la edad de ochenta y cinco años.
Sin embargo, solo quienes hallaron el cadáver, fueron testigos de la extraña sonrisa que iluminaba su rostro aun después de muerto, y solo sus hijos comprendían el significado de algo tan extraño y desapercibido.
Su padre no había muerto, tan solo había marchado hacia una nueva oportunidad, al igual que, algún día dentro de muchos años, ellos mismos también harían.
THE END
Y llego a su fin... raro, me siento satisfecha y entusiasmada por un lado, pero por otro me kedo algo triste, pero bueno, algún día tenía que acabar, así que ahora solo os pido una cosa para que mi dicha sea completa.
Si has estado siguiéndome hasta aquí, y has disfrutado de esta historia, tardate un momentito y mándame un reviews, que yo te lo agradeceré en el alma xD porque me hará saber que si ha valido la pena escribir esta historia y dedicarle horas de elaboración para hacerlo lo mejor posible...
Y cambiando de tema... lo cierto es que tengo un fic de twilight a medio hacer y tengo que seguir avanzando, pero se me ha ocurrido una idea para otro fic de Naruto, así que creo que pronto tendréis noticias mías xD
Será un fic algo original y tendrá de mis dos parejas favoritas; itasaku y sasusaku, pero no creáis que los hermanos uchiha se disputaran el amor de sakura entre ellos, porque se trata de algo totalmente diferente. Es posible que también aya naruhina, shikatema, inosai, nejiten... pero solo actos sin importancia. Y seguirá el ritmo argumental del manga, al menos en cierto sentido xD
Ah! Y será narrado en primera persona, tanto leer crepúsculo, medianoche, dos velas para el diablo y drácula, se me pegaron las costumbres oO
Os dejo un pequeño resumen:
Cuando todo ha sido destruido, a Sakura solo le queda una cosa por hacer: abandonar su tiempo y erradicar la raíz del problema desde el principio, pero ¿será capaz de hacerlo cuando descubra sentimientos en aquel que solo creía un frío asesino? ¿y si es ella misma quien comienza a sentir cosas por él?
Itachi/Sakura
Sasuke(chibi)/Sakura(Chibi)
Bueno, pues esto es todo por ahora, pero os aseguro que no tardaré demasiado en publicarlo porque me tiene obsesionada desde hace días. Lo malo es que esta semana comienzo el tuto, así que tendre menos tiempo para escribir, pero igual haré mi mejor esfuerzo.
Vosotros que pensáis, crees que un fic así tiene futuro?
Y ps eso es todo por ahora, asi que ya me despido, nos leemos pronto tomodachis, hasta la próxima, y no olvidéis vuestros reviews xD!
¡Dewa mata!! hasta pronto amigas!! (y amigos!)