N/A: Un FanFiction de Invader Zim. El otro día, viendo Nickelodeon, me percaté de esta caricatura olvidada, y se me ocurrió una idea genial para un Fic. Tiene OC (Original Character).
Disclaimer: Invader Zim es propiedad de Jhonen Vasquez y Nickelodeon. Esta obra es sin animos de lucro.
1
Buscado,
1289
Noche. En aquella fría y perpetua oscuridad, se hallaba una persona observándolo todo. Era él, y nada más él, el dueño de la tierra. Sus grandes ojos eran como dos bolas de billar. Parado ante aquel ventanal, observaba una ciudad distinta de la que cualquiera calificaría como "normal". Una metrópolis espeluznante y repulsiva. De vez en cuando, tosía estrepitosamente, pues estaba un poco viejo para esa labor. Su piel ahora estaba arrugada y completamente maltratada por los años. ¿Su nombre? Zim. Invasor Zim.
Echo un último vistazo y prosiguió con su labor. Tenía muchas cosas por hacer en poco tiempo, podría mirar a aquellos asquerosos humanos cuando quisiera. Tomó su pluma, y comenzó a escribir, hasta que fue interrumpido por GIR, su robot personal. Antes, aquella maquina no serviría ni para preparar un licuado, pero ahora, Los Más Altos la reconstruyeron a la preferencia del dueño.
-Señor –decía.
-¿Qué quieres, GIR¿Acaso no ves que me estás interrumpiendo? –respondió el otro, molesto.
-Lo siento, señor… es que… tenemos nueva información sobre… -hubo un momento de pausa-. Ya sabe… el 1289.
-¡¿1289¿¡Acaso has dicho "1289"?!
-Sí, señor.
Zim, en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba de pie, completamente preparado para atravesar el pasillo y llegar hacía la sala de controles.
Efectivamente, en menos de lo que había cantado un gallo, ya estaban allí. Hombres y mujeres tecleaban frenéticamente frente a miles de millones de monitores. Uno al lado del otro. Zim había contratado a todos ellos para la búsqueda del "1289". Por lo menos así denominaba Zim a los más buscados, con números. Obviamente que no le pagaba a nadie, si alguien encontraba algo interesante, tal vez, con suerte, se le brindaría un emparedado de mortadela. La gente que se encontraba ahí estaba "gracias a la voluntad del ejecutor", y eso nadie podía cuestionarlo.
GIR guió al extraterrestre hasta a un monitor desocupado. Allí, en la pantalla, se reflejaba la imagen de un hombre alto (de unos 30 años, aproximadamente); moreno; de largos pelos negro azabache; y con unos lentes de sol, oscuros. Arriba de la imagen, aparecía el número "1289", y debajo: "Seguridad nacional: si ve esta persona, favor de comunicarse al 555-ZIM (946)".
-Hemos recibido un llamado –dijo GIR luego de un tiempo.
-¿Información? –Él sonrió con malicia-. Bien… tenemos al 1289 donde queríamos.
-Es de una anciana que dice haberlo visto en la calle 743, a las 1800 horas.
-Bien, bien –el extraterrestre acarició su mentón, en seña de pensamiento-. Manden a un equipo a revisar la zona. Quiero a esa larva humana en mis manos…
-Sí, señor –afirmó el robot.
-Por cierto¿Dónde está el hombre que trabaja este monitor?
-Le dimos un emparedado de queso, señor.
-¡Pues que vuelva a trabajar!
El impotente alienígena se retiró por el marco de la entrada. Por fin… tenía al 1289 en sus manos. Después de años, y años, buscando a ese sucio rebelde, ahora lo tendría donde querría.
Zim bajó por la escalera de mármol, e instantáneamente, apareció GIR detrás de él.
-Señor –dijo el robot-, recuerde que tiene una conferencia de prensa dentro de diez minutos.
-Ya lo sé, GIR –respondió Zim, mientras llevaba un andar risueño-. Ya he preparado mi discurso.
A diferencia de cualquier político, Zim no preparaba conferencia de prensa. En su lugar, solo lo oían dos o tres lacayos inútiles que lo único que hacían era tomar nota de las incoherencias que decía. Por que después de todo, solo eso era la gente para él… inservibles y estúpidos lacayos.
Ahora, El Emperador se hallaba portando un pintoresco y reluciente traje negro. Estaba en un auditorio, frente a centenares de asientos, de los que de todos esos, solo estaban ocupados tres.
-Bien –decía Zim-, comencemos.
-Señor Emperador –saltó un hombre vistiendo un ridículo traje-¿Cómo piensa mejorar las calles de este maldito mundo?
-Solo unas palabras –respondió Zim-: trayendo más naves Irken.
-¡Emperador¡Emperador! –Gritaba una mujer desde el otro extremo, hasta que el extraterrestre le dio su atención-. Usted confía mucho en su planeta¿Cómo piensa que ellos van a limpiarnos a nosotros, si ni siquiera se pueden mantener a si mismos?
Zim, irritado por aquella mujer, desenfundó un arma de rayos y disparó contra la frente de ella. Ésta, cayó redonda en el suelo.
-Prosigamos –continuó él.
Tímidamente, un hombre bien vestido, levantó la mano.
-Sí, tú, el de anteojos.
-Señor… Emp… Empera… Emperador –decía el hombre-. ¿Es verdad la existencia del 1289?
-¿Quién es el 1289? –saltó una mujer de la otra punta.
-¿Es cierto que era un amigo de su infancia?
-¿El1289es peligroso?
-¿Es cierto lo que pasó hoy?
-¿Quién dio la alerta?
-¿Qué sucedió exactamente?
-¡BASTA! –gritó Zim, exasperado-. El 1289no fue, ni es, ni será nada. Fin de las preguntas.
Zim se retiró. GIR, su fiel robot, sabía lo que sucedía. GIR se marchó y un revuelo y murmullo se armó en la sala.
Continuará...