UNA NOCHE MÁGICA, SIN MAGIA.
Los personajes no me pertenecen, son propiedad de JK. Rowling. No hago esto con fines de lucro sólo con intención de divertirme.
Hola a Todos/as!!! Les dejo una historia de dos capítulos de Harry y Ginny, espero que les guste. Me falta darle unos toques al segundo capitulo, cuando lo termine, lo subo.
Sin más, los dejo con la historia:
Capitulo 1: Disfrutando de la compañía.
-¡Potter!- Llamó una sanadora pelirroja, observando a un joven de cabello negro y profundos ojos verdes con anteojos que, al oír su nombre, se levantó del asiento y entró al consultorio desde el que lo llamaban.
-Buenos días Sanadora Weasley- dijo el chico con tranquilidad mientras tomaba asiento.
-Harry… ¿Desde cuándo me llamas "Sanadora Weasley"?- Se extraño la chica.
-Desde que tú me llamas "Potter"-
-No seas tonto, es para mantener la imagen-
-¿La imagen de "profesional responsable"? No necesitas llamarme así para parecerlo. Todo el mundo mágico sabe que eres la mejor Sanadora de San Mungo, Gin- El joven hablaba en tono solemne.
-Gracias Harry, pero tu no necesitas adularme, igual te curaré. Mejor dime que te pasó ahora. ¿Otra herida causada por algún maleficio?-
El chico trató de poner cara de ofendido, pero Ginny sabía que sólo estaba actuando.
-¿Estas insinuando que no sé esquivar maleficios?-
-No. Sólo digo que últimamente pasas más tiempo en San Mungo que en el departamento de Aurors.-
-¿Nunca pensaste que podría ser porque aquí disfruto mucho más de la compañía?- retrucó Harry sonriendo con su mejor cara de niño inocente.
Ginny rodó los ojos poniéndolos en blanco mientras decía –No empieces…-
-¡No me pongas cara de Hermione!-
-Esta bien, pero dime que te pasó¿porque estas aquí?-
-Quiero que sepas que me doy cuenta de que tus intenciones son cambiarme de tema, pero por ahora lo acepto- Ginny no puedo evitar sonreír ante esa declaración- Durante un entrenamiento me desarmaron y por la fuerza del encantamiento caí y me golpee la cabeza con la pared. Le dije al profesor que estaba bien, pero no quiso escucharme y por prevención decidió mandarme aquí. Como calcularas, no opuse mucha resistencia- Seguía mirando a Ginny con cara de niño bueno.
-¡Como se ve que tu profesor no te conoce¡Si supiera lo cabeza dura que eres no se preocuparía tanto! Además resististe golpes muchos más duros en el cuerpo que este. Pero igual, nunca esta de más revisar-
Ginny empezó a observar sus ojos, a chequear sus reflejos, pero Harry la interrumpió.
-¿No crees que sería necesario quitarme la ropa?- Dijo mientras amenazaba con sacarse la remera.
-¡Harry¡Por supuesto que no! Por favor, déjame trabajar- Ginny intentó sonar enojada, pero en realidad siempre le hacían mucha gracia las ocurrencias de su amigo.
-Listo, esta todo en orden. No tienes de qué preocuparte fue sólo un golpe y por suerte no te hizo ningún daño- Concluyó la Sanadora al terminar de revisarlo.
-Eso pensaba, pero bueno, a mi me gusta mucho venir a visitarte. ¿A que hora sales?-
Ginny lo miró desconfiada –Creo que me quedan dos pacientes más y termino. ¿Porque?-
-¡Hoy es viernes Gin! Tenemos nuestra reunión de los viernes en casa de Ron y Hermione¡Van dos reuniones a las que no asistes!-
-Es cierto, últimamente he estado un poco ocupada.- mirando a Harry con rostro inquisidor agregó- ¿Estas tomando asistencia¿Por qué tienes tan presente "mis faltas"?-
El chico se encogió de hombros – No es muy difícil llevar la cuenta. Normalmente somos 6; cómo las clases en Hogwarts aun no han empezado, todavía viene Neville; pero se la pasa "hablando" muy cariñosamente con Luna durante toda la reunión. Y como bien sabes últimamente Ron y Hermione no están muy propensos a comunicarse con otras personas porque tienen la boca¿como decirlo?, algo "ocupada". Y bue… digamos que extraño MUCHO tu compañía-
-Oh! Que desilusión – contestó la pelirroja fingiendo malestar- pensé que me querías en las reuniones porque disfrutabas de estar con migo, no porque te sentías incomodo entre dos parejas-
-Vamos Ginny, no es sólo por eso. Me encanta estar con tigo y lo sabes… ¡no vuelvas a poner cara de Hermione!- advirtió antes que la chica hiciera nada.
-No lo iba a hacer. Ahora dime¿Y eso que tiene que ver con que quieras saber a que hora salgo del trabajo?-
-Ya que estoy aquí, si no te parece mal – agrego al ver una ceja levantada en rostro de su amiga – podríamos ir juntos. Además recuerda que dentro de… -consultó su reloj- un poco más de media hora no podemos utilizar magia, por lo menos hasta mañana a la mañana. Y no es seguro que andes por ahí sin magia-
-¡Ay¡Lo había olvidado por completo! No estoy de acuerdo en esa medida tan drástica-
-A mi no me parece del todo mal. Según Hermione en el Ministerio últimamente estaban teniendo muchos problemas para mantener en secreto la magia. Hace un tiempo que los magos vienen haciendo mucha "ostentación" (por decirlo de algún modo) de sus poderes en lugares públicos. Éste es sólo un intento de concientizar a brujas y magos demostrándoles que por un par de horas sin magia, no se acaba el mundo. Tendríamos que agradecer que no se les ocurrió tomar esa medida durante todo un día- Ginny no parecía muy conforme con la explicación de su amigo, por eso agregó- ¡Vamos! No lo tomes así. ¡Seguramente tu papá estará muy feliz!-
-Eso es cierto.-Contestó la chica aunque era evidente que aun no estaba del todo convencida.
-Ya quiero llegar a la reunión. ¡Tengo algo importante que contarles!- Dijo Harry tratando de cambiar de tema.
-¿De que se trata?- La chica pareció caer en la cuenta de algo y abriendo mucho los ojos agregó- ¿No me digas que vas a casarte?-
-¿Casarme¿Estas loca? No, no me casaré, pero no te puedo contar ahora, quiero que estén todos juntos para escuchar la noticia. Aunque en realidad, Ron ya la sabe-
Ginny sentía una gran curiosidad por el anuncio de su amigo, pero en ese momento algo le vino a la cabeza.
-¿Cómo iremos a casa de Ron sin magia?-
-Tranquila, ya me encargué de eso. Le pedí a Mundungus que me preste un automóvil durante esta noche. No se de donde lo sacó, pero lo consiguió. - Harry parecía muy conforme con el modo en el que había solucionado el problema y su rostro lo demostraba.
Mientras Ginny atendía al resto de sus pacientes sonreía al recordar esa expresión del chico, esa mira de satisfacción. Pasar tiempo con Harry la alegraba mucho. Eran muy buenos amigos. Ginny nunca se tomaba en serio las insinuaciones del muchacho, sabía que lo hacía en broma. Y las disfrutaba mucho aunque nunca lo admitiera frente a nadie.
Cuando terminó con los dos pacientes que debía atender, salió del consultorio y se encontró con Harry. Comenzaron a caminar en dirección a la salida pero un sanador alto con ojos color café, cabello castaño claro y una sonrisa cautivante, se acercó a la pelirroja.
-¿Ya te vas Gin?- el sanador hablaba con la chica como si Harry no estuviera allí.
-¡Hola Gilbert! Si, por suerte hoy no tenía muchos pacientes y puedo irme temprano a casa. ¿A ti te queda mucho trabajo?-
-No, yo también terminé. – El sanador miro de arriba abajo a Ginny sin ningún disimulo. Sin saber porque, a Harry le vinieron unas fuertes ganas de utilizar contra él algún maleficio, pero se contuvo. -Ya que estamos libre¿que te parece ir a tomar una cerveza de mantequilla por aquí cerca? Ya sabes, para hablar de la situación laboral-
Era más que evidente que las intenciones del Sanador no eran netamente profesionales. La molestia y los deseos que Harry tenía de maldecirlo aumentaban a cada segundo.
-"Lo siento pero ni en tus mejores sueños esta chica te dirá que sí"- pensó con toda seguridad
-¡Ay Gil! Justo esta noche tengo planes…-
-"Te lo dije"-
-…pero si mañana la oferta sigue en pie… -
-"¿QUE¿Estás loca?¿Cómo se te puede cruzar por la cabeza aceptar la invitación de este… de este… CARA DE NADA¡Por favor Gin¡Tienes peor gusto del que creía!"-Harry no decía nada pero observaba la situación con los ojos y la boca totalmente abiertos
-¡Perfecto! Mañana te envío una lechuza para organizar bien. ¿Te parece?- El sanador estaba muy conforme con los resultados obtenidos. Durante una fracción de segundos a Harry le pareció que lo miraba por primera vez y que lo hacia con gesto de triunfo en el rostro, levantando un poco una ceja. Esto molestó de tal forma al chico que ya había metido la mano en el bolsillo para buscar su varita cuando una voz dentro de su cabeza lo detuvo.
////-"¿Y a ti que te importa si este engreído sale con Ginny?"////
////-"Ella es mi amiga y él no la merece ¡¡Y esa mirada¿¡Quién demonios se cree que es?!"////
////-"¿Qué importa si te mira mal?, tampoco debe afectarte. No seas impulsivo"////
////-"Pero…"////
////"¡Nada¡Déjala en paz! Ambos sabemos que ella es mucho para él, se cansará rápido"////
////"¡¡Por fin coincidimos en algo!!"////-
-Harry¿estas bien?-
El chico despertó de su pequeña pelea interna y se sorprendió mucho al descubrir que ya habían salido de San Mungo.
-¿Eh?... si, no pasa nada-
-¿Seguro?, tenías la mirada perdida-
-No, no es nada.- Harry sacudió la cabeza- ¿Quién era ese "cara de nada"?- preguntó como si fuera la pregunta más normal del mundo
-¿"Cara de nada"¿Te refieres al Sanador Gilbert Cuthbert? Es el mejor profesional que he conocido. ¿Cómo te atreves a llamarlo "cara de nada"?-
-Se ve que no has conocido a muchos profesionales, porque a ese yo no le vi nada de especial. ¡No puedo creer que hayas aceptado salir con él!-
-Pero ya lo escuchaste tenemos que hablar de problemas que han surgido últimamente en San Mungo- Comentó Ginny con tono poco convincente.
-¡Siiiiiiiii, Claaaro¡Puedo imaginarme tooodo lo que van a discutir!- Harry alargaba exageradamente las palabras para que quede totalmente claro que no había creído absolutamente nada de la excusa de su amiga.
-¿Estas celoso?- retrucó Ginny en tono sobrador.
-¿Yo? Nunca. "No podría estar celoso de ese insulso cara de nada. ¿o si?"- por un instante Harry lo dudó, pero para alejarse de esos pensamientos agregó en tono de broma – No tengo porque estarlo, ambos sabemos que somos el uno para el otro-
Ginny sonrió, estaba por contestarle algo pero en ese momento vio el automóvil que Harry había conseguido. Era un auto pequeño, de color negro. Por fuera no parecía estar en muy buenas condiciones pero para ser "un favor" de Mundungus no estaba nada mal.
-¿Sabes manejar esa cosa?- La pelirroja recién había caído en la cuenta de ese detalle.
-¡Por supuesto! –Ginny lo miraba incrédula, por lo que el chico agregó- Durante el ultimo verano en Privet Drive, Tío Vernon le enseñó a Dudley a manejar. Yo escuchaba sus indicaciones, escondido detrás de unos matorrales, con un par de orejas extensibles. Tengo que admitir que nunca puse "la teoría" en práctica, pero no puede ser algo TAN difícil-
La respuesta del chico no había convencido para nada a Ginny.
-No Harry, mejor nos aparecemos directamente ahí y nos quedamos hasta que la veda mágica pase-
-Lo siento Gin, pero eso es imposible, ya comenzó la veda. Quizás, si no te hubieras quedado organizando esa "importante reunión de trabajo" con "el señor" cara de nada, podríamos haberlo hecho. Pero ahora ya no podemos-
Ginny fulminó con la mirada a Harry.
-Fue un chiste Gin, "todos" sabemos que la reunión es realmente importante para el futuro de la salud mágica, seguramente practicaran fervientemente técnicas de resucitación como… no se… ¿la respiración boca a boca? – La pelirroja estaba a punto de empezar a despotricar contra Harry pero el chico se le adelantó – ¡Es mentira, es mentira! Tranquila. Mejor mantengamos este momento en paz. Salgamos ya, porque no estoy muy seguro cuanto tiempo tardaremos en llegar a casa de Ron y Hermione en esta cosa-
Los dos jóvenes se subieron al auto. El chico lo encendió y comenzó a manejar. Para sorpresa de Ginny, Harry no lo hacia tan mal. Tenía un par de problemas, pero básicamente controlaba el vehiculo. Luego de unos minutos la pelirroja recordó algo.
-¿Que era lo que tenías que contarnos en la reunión? Por favor Harry, dímelo, no puedo esperar hasta llegar, sabes que soy muy curiosa-
-No te diré nada-
-Por favor… a Ron ya se lo dijiste- La chica miraba a su amigo con ojos de suplica y haciendo pucherito tratando de ablandarlo.
Harry no podía negarse a esa mirada
-¡Está bien!, te lo diré, pero me jugaste sucio. Sabes perfectamente que no puedo decirte que no si me miras así- Ginny sonrió complacida - Alquile una casa cerca de la de Ron y Hermione-
-¿De verdad¿Y Grindmund Place¿Todavía no pudiste deshacerte de todos los hechizos que la familia Black hizo en ella?- Mientras la pelirroja hablaba, iba revisando el camino por el que el chico manejaba porque no confiaba mucho en sus habilidades como conductor.
-No, y ya me cansó. Por eso pedí ayuda en el Ministerio y a partir del lunes habrá profesionales encargándose del tema- El chico no notaba la desconfianza de su amiga, él manejaba tranquilamente como si fuera un experto al volante.
-Me legro mucho por ti Harry. ¿Donde mi dijiste que estaba la casa?-
-Si no me equivoco, no muy lejos de aquí, es difícil ubicarse desde la carretera muggle-
Mientras los amigos conversaban había comenzado a llover, pero ellos no le prestaron mucha atención.
-Tienes que llevarme a conocerla. ¿Crees que mañana podríamos ir?-
-Por supuesto. Pero no esperes gran cosa. Todavía no tiene casi nada adentro.-
-No importa. Seguramente es una linda casa, por algo la escogiste- Ginny ya no se preocupaba por la carretera sólo escuchaba a su amigo.
La lluvia había comenzado a caer más fuerte y cuando Harry notó que ya casi no podía ver la carretera por tanta agua comenzó a preocuparse.
-Gin, no veo nada. ¿Cómo hacía mi tío para encender los limpiaparabrisas?- El chico tocaba todos los botones que encontraba dentro del auto, pero ninguno funcionaba.
-¿Los que?- Sin entender que buscaba, la pelirroja imitó a su amigo tacando interruptores pero no consiguió nada, excepto prender la radio, las balizas y la calefacción.
Los dos chicos se encontrabas buscando el modo de encender los limpiaparabrisas cuando un perro negro se les cruzo en la carretera. Ginny levantó un momento la cabeza y lo vio, justo a tiempo para agarrar el volante y girarlo con fuerza hacia la derecha. Fueron directamente a estrellarse contra un gran árbol. Afortunadamente no venían a mucha velocidad, el impacto no fue muy fuerte pero sí lo suficiente como para asustarlos un poco.
-¿Qué se supone que hiciste?- pegunto Harry sin comprender que había pasado.
-¿No lo viste? Un gigantesco Grim se cruzo frente a nosotros-
-¿Un Grim¿Y no se te ocurrió que hubiera sido mejor para todos atropellarlo? Si uno se te cruza, mueres. Pero si lo matas tú primero no sabemos lo que pasaría- bromeó Harry
-¡¿Estas loco¿Como voy a atropellar a un Grim?-
-Tranquila Ginny, seguramente solo un perro. Pero está bien. Es mejor no haberlo atropellado- Por un momento a Harry le vino a la cabeza la imagen de su padrino y no le gusto nada la idea de atropellar a ningún animal. - ¿Te encuentras bien?-
Ginny asintió con la cabeza- ¿Y tú?-
-Si, creería que esta todo bien. Ahora veámonos de aquí, cada vez llueve más fuerte- Cuando Harry acercó su mano a la llave del auto corrió accidentalmente una palanca que se encontraba detrás del volante y los limpiaparabrisas comenzaron a funcionar – ¡Perfecto¿Por qué no hice eso hace 5 minutos?-
-Ya no importa Harry por lo menos ahora podremos ver. Salgamos de aquí-
El chico rodó la llave, pero el auto no encendía. Lo intentó un par de veces más pero con el mismo resultado.
-Gin… - miró a la chica con gesto preocupado – creo que esto no va a arrancar-
-¡Maldición¡Y ahora que hacemos! No tenemos magia ¿Cómo saldremos de aquí?-
-La lluvia es cada vez más fuerte y me estoy congelando. Será mejor que hagamos algo antes de que la situación empeore.- Harry meditó un momento – Tengo una idea. Si no me equivoco la casa que alquile no esta muy lejos de aquí. Tengo la llave con migo. Creo que será lo mejor ir ahí hasta que termine la veda mágica o por lo menos hasta que la tormenta pase.-
-¿Tu crees? Llueve mucho – Dijo preocupada la pelirroja
-Me parece lo mejor. No te asustes Gin. Yo estoy aquí para cuidarte. Te prometo que no dejaré que te pase nada-
La chica se sonrojó, pero para su fortuna Harry no lo notó.
-Esta bien. Vamos ya-
Los dos chicos se bajaron del auto y empezaron a caminar por el costado de la carretera. Luego se desviaron por un camino de tierra que a estas alturas era puro barro. La helada lluvia caía sin cesar sobre ellos. Caminaron en estas condiciones durante un tiempo. Ya ninguna parte de su cuerpo estaba ceca, podían sentir el agua en cada milímetro de su piel.
-¿Falta mucho? Estoy congelándome- Preguntó la pelirroja temblando de pies a cabeza.
-No. Ya casi llegamos. Sólo un poco más-
Y así fue. A lo lejos, al costado del camino vieron una casa. A primera vista a Ginny le pareció hermosa. No era grande pero tenía una apariencia muy acogedora. Cuando entraron la chica descubrió que por dentro era aun más linda. Aunque no tenía casi ningún mueble y no había luz que ilumine el lugar, a la pelirroja le parecía encantador. Se encontraban en un comedor mediano con una chimenea. En el lugar había un sillón pequeño cubierto por una manta y en el piso había una alfombra color azul. La habitación tenía dos ventanas que daban afuera y dos puertas; luego de echar una mirada hacia ellas, pudo comprobar que una daba a un pasillo distribuidor; donde seguramente estaban la recamara y el baño; y la otra daba a la cocina.
-Dame un segundo, creo que tengo una vela en la cocina- Afortunadamente no sólo tenía un par de velas si no también una caja de fósforos. Ginny observaba la cocina mientras su amigo encendía la vela y notó que lo único que había en el lugar eran esos dos elementos. No había ni una hoya.
-Y bien… ¿que te parece? No es un gran palacio, pero creo que estaré cómodo. ¿Qué opinas?-
-Me encanta, es hermosísima. Es muy… muy… ¡achus!- Ginny no pudo terminar la frase porque un gran estornudo lo evitó.
-Ay Gin, tienes toda la ropa mojada, vas a enfermarte- La voz de Harry sonaba muy preocupada.
-Tu también- dijo la pelirroja pero el chico no la escuchaba.
– A ver… no tengo nada para ofrecerte… déjame pensar… si no me equivoco en la habitación tengo unas mantas con las que podrías cubrirte-
-¿Cubrirme¿A que te refieres?-
-Tienes que quitarte esa ropa mojada y ponerte algo seco y lo único que tengo son esas mantas-
-¡Estas loco no voy a quitarme la ropa!- Ginny se sonrojó muchísimo, la idea no le gustaba nada.
Harry recién caía en la cuenta de lo que le estaba proponiendo a su amiga y sin darse cuenta sonrió con malicia. Pero la chica si lo notó.
-¡¡Ah no¡No pienso desvestirme!-
-No seas testaruda. De verdad puedes enfermarte. Ve a la habitación quítate esa ropa mojada, en el ropero encontraras las mantas. Mientras tu te cambias yo encenderé el fuego para poner nuestra ropa frente a él para que se seque más rápido.- La pelirroja parecía ceder ante las palabras del chico. -Tranquila Ginny, no voy a hacerte nada – pero Harry no puedo con su genio y agregó – nada que tu no quieras-
-¡Maldición! No puedes hablar en serio por lo menos una vez en tu vida… ¡achus!- La pelirroja parecía muy enojada.
-Perdón, perdón! Fue solo una broma. Por favor, no te enojes. Ve a cambiarte yo esperaré aquí-
La chica accedió de mala gana porque realmente se estaba muriendo de frió. Cuando entró en la habitación vio que no había ningún mueble en ella, ni siquiera una cama. Abrió el armario y ahí encontró las mantas que el chico había mencionado. Se aseguró de cerrar bien la puerta antes de quitarse la ropa. Luego de hacerlo, se colocó las mantas sobre el cuerpo y estuvo un rato revisando estar totalmente cubierta.
Mientras tanto Harry se había quitado la remera y la había dejado sobre el sillón.
-"¿Porque se negará a quitarse la ropa? Sabe que es cómo una hermana para mi. Una hermosa hermana, con una sonrisa que podría derretir el polo, y… ¡Maldición¡¿En que estoy pensando?! Ginny es como una hermana y punto."
Harry se sentó frente a la chimenea y comenzó a encender el fuego. Sabía que le llevaría algo de tiempo, pero no tenía ningún apuro.
El fuego estaba comenzando a arder cuando Harry escuchó que la puerta del cuarto se abría. El chico se quedó con la boca abierta al ver a la pelirroja salir de la habitación cubierta por la manta. No pudo evitar mirarla lentamente disfrutando la escena. Comenzó observando sus blancos y delicados pies, subió la mirada por sus largas y bien formadas piernas; pudo mirar un poco más arriba de la rodilla hasta llegar al comienzo de la manta, ésta no dejaba que Harry pudiera ver mucho más de su cuerpo. Una voz dentro de su cabeza le recordaba "es como una hermana" pero de a poco la voz sonaba cada vez mas lejana mientras Harry seguía subiendo la mirada hasta volver a ver su piel donde terminaba la manta. Tenía un par de mechones de su rojizo pelo mojado sobre sus hombros desnudos. El chico continuó mirando hasta su cuello, cuando llego al rostro de la pelirroja notó que estaba totalmente sonrojada. Harry se sintió apenado porque seguramente había intimidado a la chica con su mirada.
Pero lo que Harry no había notado, era que la chica estaba sonrojada porque haber visto al chico sin remera, a la luz del fuego, le había hecho sentir algo en el estomago que no sabía como describir.
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Ese fue el primer capitulo, espero que les haya gustado… mañana o pasado subo el otro.
Porfa… dejen Reviews!!!! (¡Ya me hice reviews adicta!)
Gracias, un beso grande!