Oh, my!! Mi primer fanfic público! Un Zellphie: muchos abrazos, tan dulce que empalaga, algunas escenas graciosas (más adelante) y un Zelly que discute con su adorable cabecita rubia. Disfrútenlo!

-¿Cuánto tiempo ha pasado desde que derrotamos a Artemisa?- preguntó la voz de un chico.

-Unos…diez meses…creo- respondió la chica junto a la otra voz, que miraba al cielo multicolor de esa tarde, recostada en el césped. El sol estaba dando sus últimos resplandores del día.

-Vaya… Selph, sí que ha pasado el tiempo…-Zell se levantó y se quedó sentado, apoyando su codo derecho sobre la misma rodilla, mirando al vacío.

-¡Seguro! Pero han sido buenos tiempos: ya no hay guerra; los tres Jardines decidieron hacer un pacto en busca de paz, junto con Esthar; Quisty es instructora de nuevo; Seifer ha vuelto a Balamb hecho un corderito…- el muchacho la interrumpió diciendo:

-Pues, será contigo que está "hecho un corderito". Conmigo es el mismo desgraciado de siempre…- tras un suspiro para relajarse dijo -… y con Squall, también…-

-Ya, Zelly- dijo la jovencita, acariciándole dulcemente el cabello, en la parte donde no estaba engominado. Él sonrió dulcemente.

Sin sospecharlo, este gesto cariñoso y muchos otros anteriores, habían despertado cierto afecto especial en el corazón de el joven rubio. Sin embargo, él no estaba seguro de nada. Pocos meses antes, una bibliotecaria con trenzas lo había rechazado fríamente, justificándose con que lo consideraba solo un buen amigo y que a ella le gustaba a alguien más. Este hecho lo había dejado extremadamente deprimido. Por esa misma razón, no tenía la seguridad de estar sintiendo algo real por su amiguita de la infancia, en lugar de estar "usándola" como "salvavidas". Pero, por sobre todo, temía ser rechazado nuevamente, en su interior sabía que no lo soportaría.

-¡En fin¿Qué más…¡Ah¡Ahora todos somos famosos!- agregó Selphie con una risa infantil. –Y Squall está felizmente comprometido con Rinoa-

-Squall realmente tiene suerte- dijo contento el joven, terminando de decorar esa felicidad con una sonrisa a la vez honesta y dulce.

Zell realmente admiraba y quería a Squall. Lo consideraba su mejor amigo y, de alguna forma, su confidente. Más allá de las pocas palabras que el atractivo moreno le dedicaba a todo aquel con quien hablara, siempre eran sabias y bienintencionadas, especialmente si se dirigía a sus personas más queridas. Eso lo hacía un gran líder, un confiable Comandante y un aun mejor amigo.

-Selph... ¿Tú e Irvine… están… saliendo?- preguntó tímidamente, mientras se acomodaba de modo tal que su amiga no viera el ligero rubor de sus mejillas.

-Mm… No, no realmente… Quiero decir, me trata como a todas las demás chicas, es decir flirtea conmigo, sumado a ser una de sus mejores amigas pero… nada más- un dejo de tristeza (o quizás resignación) se hizo evidente en las últimas palabras de su respuesta.

-¡Qué idiota este Irvine! Quiero decir, es buen tipo y todo, pero… Selphie está… enamorada de él y no parece importarle, no la toma en serio…-

El joven notó que estaba oscureciendo. En un intento por ser caballeroso se levantó y miró a su compañera, que seguía tendida entre las plantas, como una gran y radiante flor amarilla. Se quedó así unos segundos, soñando despierto y contemplando a la chica que lo hacía vibrar, hasta que su voz de niña lo despertó.

-¿Zelly, qué pasa¿Tengo algo malo?- preguntó inocentemente con una sonrisa tierna.

-Al contrario, jaja, si supieras- sonrió ante sus propios pensamientos- Noté que tienen poca ropa encima, Selphie…-este comentario fue seguido por una gran cara de sorpresa por parte de su amiga- ¿Qué carajos acabo de decir? Arréglalo, Zell¡vamos, hombre! Quiero decir, tienes poco abrigo. Está oscureciendo, ven vamos adentro…-

Se sacó su amplia campera que, a pesar de ser liviana, era más abrigadora que estar con los hombros descubiertos y la apoyo sobre el pequeño cuerpo de su compañera, que se había levantado sonriendo al mundo cuando Zell hubo corregido lo que dijo.

-Umm…-

-¿Qué sucede, Selph?-

-Ahora tú estás desabrigado y el Jardín está lejos- estaban en los campos exteriores, pero aún dentro del territorio de la monumental escuela de SeeD's

Zell sonrió ante el interés de su preferida -No te preocupes-dijo- Yo estoy bien…-

-¡Bien muerto de frío! Ven aquí, hombre- estirando la campera sobre los hombros del "desplumado Zelly", abrazándolo y cubriéndolo con su abrigo.

Esto hizo que Zell realmente se sintiera "cálido". Estaba completamente ruborizado. Detrás de la oscuridad que se abría paso, él creyó notar también un ligero sonrojo en las mejillas de la chica que lo abrazaba. El calor se incrementaba, pues sus cuerpos se acercaban, tratando de buscar abrigo en la campera que compartían. Él sintió sus brazos rozar.

-Hyne¡esto es demasiado para cualquiera! Ella… ¿realmente ignorará lo que…creo que siento? Debo saberlo…Hey, Selph, a ti... ¿Aún te gusta Irvine, cierto?-

La chica dudó en responder –No lo sé… lo quiero, sí, pero ¿y si es cariño de amigos lo que siento?- Zell tragó saliva y Selphie suspiró. Luego, ella preguntó -¿Alguna vez has sentido algo así¿No saber si quieres a tu amigo como amigo o como… algo más?-

Zell se detuvo en seco involuntariamente –Yo… Selph yo… Vamos, dilo…yo…Valor, amigo…yo…- comezó su caminata nuevamente y mirando fijamente hacia adelante, respondió -No. Nunca he sentido algo así. Lo siento. Cobarde. Realmente eres un gallina, tal como Seifer lo dice. Lo peor, es que lo sabes y no haces nada al respecto.

-Entiendo- agregó Selphie, cabizbaja. Luego sonrió levemente –Gracias por todo Zell, realmente eres un gran amigo…-

-Sí, amigo, como si fuera eso lo único que quiero ser para ti Para qué estoy, Selph Para actuar como un gallina- respondió con una sonrisa forzada, justo al tiempo que llegaban al Jardín.

Estaba desierto. Ni un alma rondaba por allí, así que caminaron sin problemas. Se dirigieron a las habitaciones. Estaban una junto a la otra, así que golpeando un poco la pared, el otro se enteraba si necesitaban algo.

Estaban recurriendo a ese método seguido: Zell necesitaba un abrazo cálido y un hombro para llorar sin ser juzgado. Selphie era feliz de poder serle útil a su querido amiguito. Y ella, a veces necesitaba un abrazo acogedor, que le mostrara todo su apoyo y nunca se fuera, como lo había hecho su antiguo confidente.

El joven rubio era la persona más feliz del mundo cuando tenía oportunidad de proteger y contener a su "querida Selph", apodo que solo aparecía cuando necesitaba ser consolada, para revivir esa energía tan característica.

Se despidieron con un abrazo. Uno estrecho y duradero. Ambos lo necesitaban.

-Si necesitas algo, solo toca o ven. Sabes dónde encontrarme –dijo Zell, sonriendo dulcemente ante la mirada esmeralda de la pequeña castaña.

-Lo mismo digo ¡a toda hora, eh! –agregó en un tono infantil, mientras atravesaba la compuerta de su habitación individual.

Zell la saludo con la mano mientras entraba. Se descambió a la vez que caminaba hacia su cama, quedando solo en boxers; así le gustaba dormir. Tiró las ropas a un costado, excepto su campera, y se tumbó en las blancas sábanas, mirándola como si fuera algo nuevo para él.

-Compartimos esto. Selphie. Hoy yo… caminé a su lado y la abracé… ¿Qué soy yo para ti?- suspiró amargamente y se cubrió con las sábanas y abrazó entre sus fuertes brazos el famoso abrigo.

Hacía frío, sí, pero el tenía suficientes mantas. Sólo quería sentir esa animosa y cálida presencia a su lado, un momento más…

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Zell es un chico enamorado ♥ o Sí no es muy bueno este primer capítulo, ya van a venir mejores Prometido…