Disculpen la demora, a veces la inspiración es malvada.
Derechos: Ya lo saben, la idea es mía. Los personajes, el juego y demás pertenecen a sus respectivos dueños xP
Ahora si a leer.
Otherside
Cap 3:
Si lo deseas puedes ir a su lado.
No era la frase la que lo asustó, sino el tonó en el que fue dicha aquella simple oración. Por eso se fue corriendo y prefirió alejarse de Riku, era la única opción que le quedaba, alejarse para no dañar a nadie más, para no ser el culpable de ningún dolor más.
Huía, porque eso era lo único que podía considerar correcto, porque así no tendría que seguir viéndolo.
Veo que para esto si eres bueno, huir es lo mejor ¿No?
Detiene su carrera al escucharlo, niega con la cabeza rápidamente más sigue inmóvil. Algunas personas pasan por su alrededor, sin tomar en cuenta al que alguna vez fue su salvador, cada uno pendiente en su mundo, inconscientes y metidos en su ignorancia
"Es... es la mejor opción, no quiero hacerle algo nuevamente."
¿Algo? ¿Algo cómo qué? Sora eres demasiado bueno para lastimar a alguien.
Sarcasmo, odiaba el sarcasmo, era un lenguaje frío, burlesco y con el único propósito de lastimar a las personas. Se mordió el labio para no responder y concentrarse en el dolor que ahora tenía en la parte inferior de la boca, un pequeño hilo de sangre apareció y rápidamente se fue con la lengua. Comienza a caminar, escuchando y a la vez luchando contra ese ser en su interior. ¿Cómo podía suceder aquello? ¿Cómo luchas y te dejas vencer a la vez?
-Roxas… por favor-
El susurro es débil, pero no importa Roxas escucha, sonríe y no cede, la tortura debe continuar. Sora debe aprender lo que el aprendió en aquellos momentos.
Sabes que no puedo Sora, además tu tampoco me escuchas cuando yo te pido cosas.
"No puedo cumplirlas, no puedes obligarme a hacerlas."
Lo sé… más no pensabas igual al momento de tener a Riku a tu merced.
Nuevamente se detiene y levanta la cabeza para observar el cielo, aquel celeste ya se ha convertido en un anaranjado atardecer, la noche estaba a sólo un paso de mostrarse y el terror nuevamente lo invade.
Es tarde verdad…Podría jurar que aquella frase fue dicha con cierta burla por parte del rubio mas no era momento de pensar en aquellas cosas. Preguntándole a una persona la hora rápidamente se pone a correr, debía llegar a tiempo, simplemente tenía que llegar a tiempo.
Aunque dudo que lo logres, ya es demasiado tarde.
Roxas sólo logra sentirlo más incompetente.
-Llegaré… - Un extraño calor se forma en su pecho y siente como el cuerpo aumenta la velocidad – Verás como si puedo hacerlo.
Roxas no responde y luego de mucho tiempo Sora siente que ha vuelto a ser el mismo que aquel dolor ya no esta abrazándolo, que nuevamente era libre. Aquel sentimiento dura poco ya que al dar la vuelta logra divisar su casa y nuevamente el peso vuelve, el abrazo, la oscuridad. Se detiene delante de la puerta de entrada, ve como el cielo esta completamente oscuro, saca las llaves para abrir y suspira.
Entra lo más silencioso que puede tratando de no hacer ruido o de chocar con algo ante la oscuridad de la casa. Ruega en su interior que aún tiene tiempo, ingenuamente crea una pequeña esperanza que se elimina al momento de poner un pie en la escalera produciendo un chillido por la vejez de la madera.
-¡¡Sora!!-
El grito no se hace esperar.
Con que podías ¿Eh?Aprieta los puños mientras escucha el ruido de los pasos hacerse cada vez más fuerte, por una de las puertas aparece su madre.
-¿Dónde estabas?- Grita con histeria, tomando con ambas manos la cabeza de su hijo, los ojos están bien abiertos fijándose en cada detalle del cuerpo y expresión de su hijo.
-Disculpa, se me pasó la hora sin querer-
Sora siente como las uñas se clavan en sus mejillas, pero no dice nada.
-¡¡Mentira!!- Grita con más fuerza la mujer, temblando – Trataste de huir nuevamente-
-No, créeme que nunca haría algo así madre.
Aunque ya lo has hecho Sora.
Oculta sus ojos con los cabellos, la culpa invadiéndolo nuevamente, cuando salió de casa sin permiso para luego viajar por los mundos en busca de sus amigos su madre lo había estado buscando desesperadamente, llegando al punto en que la locura la invadiera por completo. Su padre al ver el estado deplorable de la mujer y el hecho de que ya había pasado más de un año y su hijo aún no daba señales de estar en algún lado simplemente se había marchado, agregando a su pobre madre más dolor del que pudiera soportar, gastando todos los ahorros para encontrarlo. La isla era pequeña y aunque al principio intentaron ayudarla, luego -como su padre- decidieron tomar como pasado su desaparición y finalmente tomar como loca a la pobre madre de Sora.
"¿Por qué a ella, si siempre fue tan dulce?" Sora no comprendía como las personas podían ser tan crueles.
Las personas son así, simplemente ignoran lo que ya les causa problemas.
"Pero ella siempre fue tan buena, por mi culpa ahora esta…"
La mujer sigue gritando y llorando para luego abrazar con fuerza a su hijo.
Esto es lo que provocas Sora, sólo tu cercanía produce dolor al resto-¡¡Te dije a que hora llegar!! Siempre te lo repito.
El castaño se limita a escuchar y observar, su madre lo había dado todo por él, pero nunca pudo o tuvo tiempo de comprender, ahora era demasiado tarde para entregarle su pobre madre todo lo que se merecía por su esfuerzo.
Pues tu nunca tienes tiempo para los demás Sora.
-Mamá tranquila, estoy aquí, estoy bien y contigo- Responde el abrazo y trata de conducirla a la pieza para acostarla – Todo esta bien mamá, nunca me alejaré de ti-
-Tu padre ya lo hizo, tu una vez los hiciste ¿Cómo saber que no lo intentarás de nuevo? ¿Cómo?
Intenta sonreírle y luego la acuesta en la cama, espera sin responder a ninguno de los comentarios de la mujer, aún con la sonrisa en su rostro, acaricia los cabellos largos y castaños de su madre, nota como ese gesto logra tranquilizarla de a poco quedándose dormida. Con una expresión de culpa se retira a su cuarto.
Mira lo que provocas.
-Si… - El castaño mantiene su frente en el espejo, Roxas esta de la misma forma que el, ambos se miran a los ojos atentos a lo que estos puedan mostrarles. – Quiero que no siga pasando eso-
No puedes.
-Lo sé- Una lágrima cae, rápidamente es eliminada por un dedo del rubio – Quiero que deje de doler-
No pasará y lo sabes, debes saber lo que se siente, debes saber lo que hemos vivido al tener contacto contigo.
Sora cierra los ojos, el sueño comienza a invadirlo y nuevamente una nueva esperanza lo envuelve con dulzura, quizás en sus sueños descansaría, tal vez ahí nadie sufriría o moriría por su culpa, con aquellos pensamientos decide entregarse al mundo de los sueños.
Ni en sueños Sora. El rubio mira con rencor al durmiente castaño, se permite sacar una mano a través del espejo, colocándola en los cabellos del joven. No permitiré que descanses en ningún segundo.
Una sonrisa siniestra aparece en el rostro del rubio y una sombra se forma detrás, el rubio no la nota.
Un nuevo día había llegado, el sol se encontraba mas radiante que nunca, el mar estaba tranquilo, cada ola iba y venía con una calma similar al de un día verano.
Para Sora aquello era otro día más, otro simple y rutinario día más. Se levanta con cierta dificultad de su cama, se sentía cansado como si su cuerpo no hubiera recuperado ninguna hora de sueño.
-¿Eh?- Saca la sábana y se sienta notando que lleva su pijama puesto - ¿Cuándo me acosté?-
La voz de su madre lo saca de sus dudas, rápidamente comienza a vestirse, se detiene cuando su figura choca con el espejo y se sorprende al ver la ojeras marcadas en su cara, se acerca colocando una mano en su reflejo, se observa fijamente algo extrañado por no encontrar a Roxas.
"Hace tiempo que no me veo" Piensa mientras una pequeña sonrisa aflora.
-Te ves horrible Sora- Susurra mientras cierra los ojos, cuando los abre es otra figura la que lo recibe.
Ahora sabes porque siempre me ves a mi.
Trata de ignorar el comentario, dándole la espalda al espejo y dirigiéndose a la cocina, su madre se encontraba hablando por teléfono en esos momentos.
-Si, claro... muchas gracias- Hablaba de forma tranquila y serena.
Quizás alguna entrevista.
Sora recuerda todas esas veces en que su madre había intentado conseguir un nuevo trabajo, por ahora estaban bien con algunos ahorros y seguros, pero la plata no era eterna y las necesidades en cambio.
"Tal vez podría..."
La risa de Roxas no le permite terminar su pensamientos, sonrojándose se sienta y comienza con su desayuno, su madre se acerca luego de unos minutos y suspira con tristeza.
-No quieren- Comienza a hablar la mujer, Sora sólo escucha, pero comiendo con una lentitud nada propia de él. –En esta isla será demasiado difícil encontrar algún trabajo-
-¿Estas segura? Quizás si hay un puesto para algo.- Roxas vuelve a reír. Su madre niega y nuevamente suspira, sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas.
-No sé que hacer- El castaño deja de comer, su hambre se había evaporado, observa el reloj, agradeciendo por la comida se levanta.
-Debo ir al colegio- Explica dirigiéndose a la puerta.
-Recuerda que...-
-Si, antes que anochezca, no te preocupes.- El castaño sonríe y luego toma sus cosas para salir de la casa.
Apenas dio unos cinco pasos cuando se percató de la presencia de Riku, toda la serenidad que pudo tener en esos momentos se desmorona. Sólo una cosa pasa por su mente y ninguna de ellas estaba relacionada con la cercanía de Riku.
-¡¡Sora!!- Riku sólo pudo gritar sorprendido cuando el castaño comenzó a correr en la dirección contraria., rápidamente intentó seguirlo, mas cuando dobló en una esquina su amigo ya no se encontraba a la vista.
Sin mas se dirigió al colegio, ahí encontraría a Sora, ahí le... ¿Qué debía hacer una vez encontrara y tuviera a Sora? Se congeló ante esos pensamientos llegando a su memoria el rostro de Sora mientras le amarraba las manos. Negó con la cabeza, no quería recordar esas cosas.
"¿Alejarme será lo mejor? ¿Por qué trato de perseguirlo?"
La sonrisa dulce del castaño regresó a su mente, la culpa de no darse cuenta, el cambio tan obvio.
La luz no debe ser opacada.
Riku observaba el cielo. El comportamiento de Sora aún lo tenía preocupado. Baja la vista ahora dirigiendo su mirada por una de las calles que lo llevan a la casa de su amigo.
"Algo debo hacer"
Piensa apoyando su frente en el vidrio. Kairi le había dicho que el castaño ya no la escuchaba, ni siquiera la miraba, pero de el huía. Trató de hablar con el en el colegio, mas de algún modo Sora se las había ingeniado para poder alejarse de el.
Sora cada vez se veía más desesperado, más alejado. Estaba dejando de ser el Sora de alguna vez.
Inicio – 20-07-08
Término – 20 – 10 – 08
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