Consejo 10: Preparándose para el futuro con tu nueva familia.

- Hey, hey. Despierta. ¡Que despiertes, te digo!

Fye no tiene ni idea de quien lo está abofeteando, o que está pasando. Parpadea lentamente, y reconoce la cara de Kuro-chan frente a él.

- ¿Qué pasó? – pregunta, extrañado.

- Eso debería preguntar yo, ¿No crees? – Kurotan bufa.

- ¿Qué acaso estoy hiriendo tus sentimientos al no recordar que hicimos, Kurowanwan? – Fye dice, divertido – no te preocupes, estoy seguro de que fuiste todo un semental. Una experiencia única, me cambiaste el mundo.

- No debes haberte golpeado tan fuerte, si estás hablando idioteces – Kurochan ignora a Fye, a lo cual el rubio ya se está acostumbrando.

- ¿Dónde estamos?

Fye nota que esta recostado en una banca. Se sienta rápidamente, sintiéndose ligeramente mareado.

- Aun en la feria. Están a punto de cerrar –Kurotan explica - ¿Estás bien? Esa cortada en la frente se ve dolorosa.

Fye toca su frente, sintiendo un hilillo de sangre. Kurogane se acerca con un pañuelo, y Fye instintivamente trata de alejarse. Kurogane lo toma del mentón, sosteniendo su cabeza. Fye no está acostumbrado a que los demás se preocupen por él, o que hagan cosas de manera desinteresada, por lo que trata de no huir ante la muestra de interés por parte de Kurogane.

Y aunque sabe que Kurogane probablemente no tiene ni idea de las cosas que Fye ha hecho, el rubio no puede evitar sentir que es una farsa. Que si Kurogane se entera de todo lo que ha pasado en su vida, sentirá desprecio por él. Como todos los demás.

Clow dice que es demasiado melodramático. Tal vez tenga razón.

- ¡WO! ¡Kurotan se preocupa por mí! – Fye usa su mecanismo de defensa para desviar la atención.

- Tsk- Kurogane solo frunce el entrecejo – solo porque la bruja encontrará una manera de culparme de todo esto. ¿Qué pasó con el tipo?

- No tengo idea. Mi último recuerdo es de cuando te fuiste con Sakura – no es verdad, si recuerda al hombre de gafas oscuras, pero no recuerda que le hizo exactamente - ¿Cómo está?

- Sakura está bien. Podrás mentir todo lo que quieras – Kurogane advierte – pero si sabes algo que puede poner en peligro a mi familia, más te vale decirlo ahora. No me importa lo que pienses de ti mismo, pero el mocoso y Watanuki no van a pagar tus tonterías.

Fye no sabe porque eso le duele más de lo que esperaba. Kurogane no confía en él, eso lo sabe muy bien. Pero escuchar su preocupación por sus hermanos, eso es lo que quiebra a Fye. Naturalmente pone su mejor sonrisa, y trata de demostrar que no pasa nada.

- Jamás haría algo para dañar a tu familia, Kurotan – Fye dice con sinceridad – no dejaría viudo a Doumeki antes de la boda.

- Hm - Kurogane niega con la cabeza – vamos al hospital.

- ¿Qué? ¡Pero si estoy bien!

- Watanuki esta aun ahí. Quedé de recogerlo – explica Kurogane.

Por supuesto. Por supuesto que a Kurogane solo le importa Watanuki, fue tonto de su parte pensar que era por él. Fye asiente, levantándose lentamente, y a la vez recriminándose por sentirse desplazado.

- Yo me iré a casa entonces – Fye dice lentamente – y nos veremos allá.

Kurogane nota el cambio en el semblante del rubio cuando explico que irían por Watanuki. En realidad la razón por la que pidió a Watanuki quedarse fue porque imaginó que el rubio idiota no iba a querer ir al hospital, sin importar la condición en la que lo encontrara. Negando con la cabeza, Kurogane lo ve con calma. Es claro que Fye oculta algo grande, pero ¿Qué podrá ser? ¿Estará Yuuko enterada de esto? ¿Necesita protección?

Si hay algo que Kurogane odia más que a Yuuko, es el no saber las cosas.

- ¿Y cómo me encontrarse, Kurotan? – pregunta Fye con una sonrisa falsa.

- No tengo idea de que te hicieron. Solo estabas recostado en esa banca; los encargados de la feria pensaron que eras un indigente. Con eso de que aparte estás todo desnutrido – Kurogane dice con un gruñido. El tipo es demasiado delgado y frágil. Aunque sabe que esos pueden llegar a ser los más peligrosos.

- Bueno… al menos me dejaron en un lugar cómodo – Fye sigue sonriendo, y eso exaspera a Kurogane.

- Esto no es gracioso, ¿Eres estúpido o qué? Debes ser más precavido.

- Oh, Kurotan – el rubio hace un puchero – pero si soy muy cuidadoso.

- Claro – Kurogane lo ve con detenimiento. Sin decir nada más, Kurogane toma del brazo a Fye y lo levanta sin ningún esfuerzo.

- Hyuuu – el molesto rubio dice, en tono sorprendido - ¿Qué haces, Kurotan?

- ¿Qué parece que hago? – Kurogane responde secamente – vamos al hospital.

- Pero Kuchanchan – el idiota dice en tono escandalizado - ¡Eso es un secuestro!

- Cht, cállate ya – Kurogane ignora el comentario.

- ¡KUROWAN ME ESTA SECUESTRANDO!

- ¡CÁLLATE! – Exige Kurogane – te voy a llevar al hospital, quieras o no. De una vez que chequen si no te falta algún tornillo por apretar en esa cabezota que tienes.

- Kurogane – Fye dice en tono serio, cosa que el chico jamás pensó que iba a escuchar. Eso no es lo que perturba más a Kurogane, sino el uso de su nombre sin ningún tipo de broma – estoy bien. No necesito ir al hospital.

- Tal vez –Kurogane acepta que por primera vez en su vida, el rubio quiere ser serio solo para huir de nuevo – pero eres parte de esta familia ya. Y eso conlleva que otros se preocupen por ti. Si no puedes aceptarlo, ese es tu problema.

Ambos se quedan en silencio, y Kurogane sigue caminando con el rubio en su espalda. Es claro que Fye no confía en otros, pero también que a nadie le ha importado ganarse su confianza.

Y Kurogane quiere hacerlo, para ver quién es el rubio realmente.


Watanuki siente que es el intruso en el concurso de miradas entre Ascot y Doumeki. Ambos no se han quitado la vista de encima, y no han dicho nada en un buen tiempo. Hasta parecía que estaba haciendo mal tercio.

Solo Doumeki puede encantar a hombres y mujeres por igual. Bastardo.

- No quiero interrumpir este momento tan lindo entre ustedes – Watanuki dice molesto. Sil, esta celoso, no porque quiera a Ascot… así. Pero nunca ha tenido un amigo, excepto por Kurogane y Shaoran, y ellos son sus hermanos. Ahora que podría tener amigos nuevos, Doumeki se entromete. Eso no es justo – pero me parece que las horas de visita ya pasaron.

- Oh, Watanuki-kun – Ascot dice como si apenas se hubiera percatado que también estaba ahí – lo siento mucho, he sido muy mal acompañante. ¿Estás seguro de que te encuentras bien?

- Claro, Ascot-kun. No fue nada serio.

- Estabas inconsciente – Doumeki agrega – y no despertabas.

- ¿Y A TI QUIEN TE PREGUNTÓ? – Grita Watanuki, molesto – no hagas caso de la gente indeseada en este cuarto, Ascot-kun.

Ascot solo ríe, lo cual hace que Watanuki sonría también. Bueno, al parecer no había perdido a su nuevo amigo.

- Eres muy simpático, Watanuki-kun – Ascot toma la mano de Watanuki - ¿Te han dicho que tienes un don especial?

Watanuki se congela. ¿Quién le dijo del don? ¡Solo lo sabe su familia!

- Esteee – Watanuki no sabe ni que decir.

- Si, puedes hacer sonreír a cualquiera – Ascot le guiña un ojo. Oh… no era ni remotamente lo que esperaba escuchar. Ahora solo se sonroja.

- Porque es un idiota – Doumeki dice secamente, viendo a Ascot con el entrecejo fruncido.

- ¡A TI NADIE TE HABLÓ! – Watanuki dice con furia – eres muy amable, Ascot-kun, pero la verdad es que…

- ¡Hyuuu! ¡Watanuki-kun! ¿Cómo estás?

Todos voltean a la puerta, viendo a Kurogane cargando a Fye.

-¡Fye-san! ¿Qué te pasó? – Watanuki pregunta.

- ¡Kurotan y yo nos casamos!

- ¿QUÉ? –Kurogane y Watanuki gritan sorprendidos.

- ¡Deja de hablar estupideces! – Kurogane lo sacude con fuerza – ya te dieron de alta, así que vamos a casa.

- Claro – Watanuki se levanta – solo me voy a cambiar.

Doumeki le ofrece una bolsa con su ropa, sin decir nada.

- A ti no te conozco – Watanuki le escucha decir a Fye mientras se dirige al baño a cambiarse.

- Soy Ascot, un amigo de Watanuki-kun.

- ¿De la escuela? – Watanuki golpea su cabeza contra la puerta. Lo que faltaba, que otro hermano sobreprotector se agregara a la lista.

- No.

- ¿Y entonces como se conocen?

- Nos conocimos en la feria – Ascot dice de forma calmada. Watanuki lo admira, otro ya se hubiera hartado de tanto interrogatorio.

- Ah – Fye se escucha con duda – porque le tomabas la mano a Watanuki-kun cuando llegamos, ¿Verdad, Kuropipi?

- Hm – Kurogane ni siquiera se molesta en intervenir. Esto es malo, Watanuki tiene que salir ya.

- ¡Estoy listo! – sale el chico rápidamente antes de que sigan molestando a Ascot y decida huir al darse cuenta de la bola de locos que tiene por familia.

Todos voltean a verlo, y mientras Fye sonríe y Kurogane levanta una ceja, Ascot solo sonríe y Doumeki sigue con su cara de idiota.

- ¿Qué? – Watanuki siente que hay algo raro aquí.

- Te pusiste tu camisa al revés, Watanuki-kun – dice Fye con calma.

- Oh – Watanuki se sonr0ja, quitándose la camiseta rápidamente. Fye chifla estruendosamente mientras Watanuki se sonroja – siento mucho esto, Ascot.

- Pero si eres muy atractivo, Watanuki-kun – dice Fye, sonriendo – no tienes por qué disculparte, ¿Verdad, Kurowof?

- Deja de avergonzarlo – Kurogane finalmente decide intervenir para ayudarlo – andando, dijeron que tenías que recoger tu medicamento antes de irnos.

- ¿Medicamento? – Watanuki los ve con duda.

- No para ti. Es para este – Kurogane sacude a Fye – se cortó la cabeza.

- ¿Y estás bien, Fye-san? ¿No necesitas quedarte?

- A menos que esto sea también un psiquiátrico, no tiene a que quedarse. Le han dado algo para el dolor, nada más.

- ¿Y es por eso que lo estás cargando, Kurogane-san?

- Es tan idiota, que de seguro se caería si lo dejo solo. Andando, rubio. Te esperamos en la entrada, Watanuki.

- Si.

Al verlos alejarse, Watanuki se da cuenta que Ascot aún sigue en la habitación. Y también el baboso de Doumeki.

- ¿Y? - Watanuki ve a Doumeki – ve con Kurogane-san.

- No.

- ¿Cómo qué no?

- No, esperaré a que estés listo.

- ¿Qué no te han enseñado modales en tu casa, demonios? ¡Quiero tener privacidad!

- No veo que le pidas a él que se salga – señala Doumeki, viendo a Ascot.

- ¿No te has puesto a pensar que quizás quiero privacidad con Ascot, uh? – Watanuki dice con enojo. Dándose cuenta de cómo sus palabras pueden ser malinterpretadas, Watanuki se sonroja y trata de enmendar eso - ¡Para hablar! ¡Como amigos! ¡Es totalmente inocente!

- No te preocupes, Watanuki-kun – sonríe Ascot, poniendo una mano en el hombro de Watanuki – ya debo irme de todos modos. Pero estoy seguro de que nos volveremos a encontrar.

- Oh – Watanuki trata de no sentirse muy decepcionado. No es experto en eso de las amistades, así que no sabe cuál es el protocolo cuando tu nuevo amigo quiere huir.

- Por cierto, coincido con tu amigo rubio – Ascot dice, dirigiéndose a la puerta – no tienes nada de que disculparte.

Ascot sale de la habitación, dejando a Watanuki totalmente mudo. ¿Qué significa eso? ¿Habla de la camisa o de otra cosa? Al ver a Doumeki para confirmar si no escuchó mal, nota como el idiota está frunciendo el entrecejo.

- ¿Qué? ¿Tú también me dirás que no tengo nada de que disculparme?

Doumeki solo pasa a su lado, tocando el hombro donde Ascot puso su mano. Después sale sin decir palabra. Bueno, ¿Por qué ahora todos están tan raros? El chico sale también de la habitación, preguntándose si acaba de entrar a una dimensión desconocida, o si pasó algo de lo que no se dio cuenta.


Yuuko ve a través de la ventana, suspirando.

- No se va a quedar tranquilo – Clow dice desde el sillón - Watanuki es quien me preocupa más en estos momentos, tu sabes lo que pasará si sigue por este camino.

- Clow – Yuuko lo ve con calma – Watanuki tiene la protección de alguien muy poderoso.

- ¿Ah, sí?

- Claro – Yuuko sonríe fríamente – la mía.


Durante el camino a casa, Watanuki nota como todos están callados. Cosa rara en Fye, y lo que lo pone aún más nervioso. Kurogane nunca ha sido un gran conversador, y lo último que quiere es que el idiota de Doumeki hable.

- Entonces… - Watanuki trata de hacer plática - ¿Cómo está tu cabeza, Fye-san?

- Vacía – murmura Kurogane.

- Que grosero, Kurowanwan – Fye se queja – estoy bien, Watanuki-kun. Dime, ese chico que estaba contigo… ¿Es tu novio?

Watanuki tose fuertemente y se sonroja.

- ¡N-no, claro que no! – Dice el chico rápidamente - ¡Solo somos amigos!

- No lo había visto – Kurogane dice con calma - ¿Estás seguro de que es alguien confiable?

- Se ve misterioso – Fye dice, discretamente apoyando la paranoia de Kurogane.

- Ya soy un niño grande, ¿Si? – Watanuki dice, exasperado – creo que puedo escoger a mis amistades solo.

- ¡Claro! – Fye trata de sonar empático – pero eres familia. Nos preocupamos por ti.

Kurogane ve con sorpresa a Fye, y hace esa mueca rara que según Yuuko significa que quiere sonreír. El enojo de Watanuki se evapora. No puede recriminarles que se preocupen por él, es afortunado de tener personas en su vida que vean por su bienestar.

- Lo sé – Watanuki suspira – es que… nunca he tenido un amigo antes – la cara le arde de vergüenza al admitir esto delante de Doumeki, pero deben entender que tan importante es esto para él.

- ¿De qué rayos hablas? – Kurogane bufa – nos tienes a mí y al mocoso.

- Ustedes están obligados a ser mis amigos, porque Yuuko-san se los pide. Quiero un amigo que no tenga que estar a mi lado porque una loca se los pide, o por estar atados por el matrimonio de dicha loca. ¿Está mal querer ser apreciado, en lugar de ver como todos a tu alrededor te huyen y las únicas personas que parecen querer estar contigo son los que son obligados por las circunstancias?

Watanuki trata de contener las lágrimas. No necesita agregar eso a su humillación actual.

- ¡Pero que ton-!

Watanuki voltea al escuchar a Kurogane, y nota como Fye, desde su espalda, le ha puesto una mano en el hombro y niega con la cabeza.

- Esto necesita más sensibilidad, Kuropipi, y tú eres muy bruto – Fye dice, sonriendo.

- ¡Hey!

- Watanuki-kun – Fye dice con calidez- no hay nadie que entienda mejor tu punto, que yo. Y también te lo digo por experiencia. En ocasiones, por querer que nos aprecien… podemos dejar de ver cosas obvias, que nos pueden lastimar. Abajo, perrito.

- Deja de llamarme así – Kurogane dice con enojo, pero ayuda a Fye a ponerse de pie.

- Eres un chico maravilloso, Watanuki-kun – Fye toma su cara entre sus manos – y si Ascot-kun es tu amigo, nosotros te apoyaremos. Pero también debemos cuidarte, y ver esas cosas que tú, en tu emoción, puedes dejar de notar. No queremos que te lastimen. Además, tú conoces a Kurowofwof. ¿En verdad piensas que Yuuko-san tiene el poder de obligarlo a hacer algo que no quiere? Shaoran-kun siempre dice que buen chico eres, y hasta Sakura-chan te ha tomado aprecio. No los hagas a un lado por tu nuevo amigo, ¿Si? Porque yo también he sido desplazado, y por enfocarme a eso, dejé a ir a aquellos que si les importaba mi bienestar. ¿Me lo prometes?

Watanuki ve con sorpresa a Fye. Es la primera vez que escucha a Fye hablar de algo tan personal, y el saber que sabe que se siente ser olvidado es algo que lo reconforta.

Tal vez ya no tengan que estar solos.

Fye ve a Watanuki asentir cuando le comparte lo que es sentirse desplazado. Es raro, Fye prometió que jamás hablaría de ello, pero al ver a Watanuki no puede evitar sentir que el chico está en un gran peligro, y tal vez él pueda evitarle más sufrimiento. Sabe que todos llegaron con Yuuko-san por razones distintas, así como también sabe que esas razones no son muy felices.

Simplemente ya no quiere ver más víctimas de todo esto.

- Gracias, Fye-san – Watanuki dice, aun sonrojado.

Fye suelta a Watanuki, sonriendo.

- Tengo que ser amable con mi futuro cuñado – Fye guiña un ojo.

- Espero te refieras al mocoso – Kurogane dice, rompiendo la seriedad del momento.

- ¡Pero Kurotan! – Fye dice con fingida sorpresa – ¡Eso es ilegal!

- Si ya estás bien para decir idioteces, ya estás bien para caminar – Kurogane reanuda el camino a casa.

- ¡Pero aún me puedo desmayar! – Fye dice, tambaleándose.

- Pues que pena – Kurogane sigue caminando.

- Que mal perrito. Hay que volver a educarlo – se queja Fye.

- ¡La cena!

Todos ven a Watanuki cuando escuchan esto.

- ¿Watanuki-kun? – Fye frunce el entrecejo.

- Es que con todo esto… olvidé que tengo que hacer de cenar – Watanuki suspira.

- Bah, que la bruja cocine… aunque pensándolo bien, moriríamos todos por intoxicación – Kurogane suspira.

- Ohh, Kurotan, quieres hacer un pacto suicida – Fye sonríe pícaramente – haberme dicho antes.

- ¡Cállate! – Kurogane exige – no digas esas cosas tan perturbadoras.

- Yo te ayudaré a hacer la cena.

Ahora todos ven a Doumeki, extrañados ante esa sugerencia. Fye nota como el semblante de Watanuki cambia a uno de total furia.

- ¡No necesito tu ayuda! ¡Puedo hacerlo solo!

Es algo que siempre le ha llamado la atención a Fye. Watanuki parece ofenderse de toda sugerencia y ofrecimiento que Doumeki hace. Como si el chico lo hiciera para molestarlo, cuando claramente lo hace para agradarle a Watanuki, o facilitarle las cosas. Que extraño.

- Quizás todos podamos ayudar – Fye sugiere, más que nada para ver la reacción de Watanuki - ¿Verdad Kurowan?

- Hn – Kurogane gruñe, que todos saben que es su sonido de resignación.

- Oh, no, no se molesten, tengo todo en casa, podré hacer algo rápido – Watanuki trata de sonar amable, pero Fye nota que aun así está a la defensiva. Qué curioso.

Parece que cuando alguien quiere ayudarlo, él se niega rotundamente. Quizás sea un signo de debilidad.

Fye sabe perfectamente como eso se siente. No puede reclamar a Watanuki, cuando él es el primero que quiere sacrificarse por todos, aunque no lo parezca. Como si su existencia fuera menos importante que la de los demás. Watanuki debe sentir que solo está para ayudar a otros, y no para desear cosas y cumplir sus propios deseos.

¿Y no es eso bastante triste?

Al ver a Kurogane, sin embargo, siente que las cosas pueden ser diferentes, No había sentido tanta esperanza desde Yuui. Solo espera que Clow pueda arreglar las cosas, antes de que termine por destruirlos a todos.


NdA: ¡Felices fiestas a todos! Sé que muchos piensan que este fic está abandonado, pero no es así, es solo que mi vida se ha complicado bastante. Pero quiero seguir escribiendo, y aunque lo haga lento, seguiré aquí. Este fic, aunque tarde, se terminará. Gracias a todos los que siguen leyendo esta historia, y gracias también por sus comentarios. Les deseo lo mejor en estas celebraciones, y que el 2015 venga lleno de bendiciones para ustedes y los suyos.