N/A (26/04/2010)

Hacía mucho tiempo que quería aclarar esto. Empecé esta historia con la idea de hacer un AU en el cual determinados sucesos de HBP no ocurrían nunca. Luego cambié de opinión e intenté ajustarme tanto al canon de JKR como al propio que yo quería crear. Hay de hecho pequeñas incoherencias, pero lo principal en este fic no es en sí la historia sino el desarrollo de los personajes y cómo les afectan los hechos que se van produciendo (como sabrán los que me han leído antes, soy muy de esta línea).

No quiero modificar ITW porque creo que sería cambiar su esencia y la intención con la que la inicié, y no se apreciaría la evolución en la trama, los characters y en mi propio estilo narrativo. Así que lo único que pido es que me perdonen (*o*) los errores que pueda tener, tanto de canon como de técnica, y le den una oportunidad (prometo que mejora con los capítulos, RLY).

Gracias por leer


N/A (original): Hola de nuevo! Hace un mesecito que no publico nada, pero no he estado ociosa. Este tiempo lo he empleado en buscar algo a mi medida, necesitaba escribir algo que de verdad me llenase.
El caso es que dando una vuelta por LJ (por fin me hice una cuenta) me recomendaron visitar la comunidad de
Retos a la carta y buscando algo decente que leer encontré una tabla de refranes que me enamoró por completo. Me he comprometido a hacerla, son 10 chapters girando cada uno en torno a un refrán distinto, y después de 'El fin justifica los medios' (mirar en mi profile) tenía muy claro que Draco sería el protagonista. Quiero exprimirle a fondo. Quiero explorar cada uno de los rincones de su personalidad descubiertos y por descubrir, quiero desarrollar un Draco que sea mío. Quiero poder conocerle como la palma de mi mano y presentaros el resultado. Y creo que esta tabla puede ayudarme a ello.

El primer refrán es precisamente el que menos me inspiró desde un primer momento, pero prefiero seguir el orden que la propia tabla lleva para así poder ir mejorándome con cada capítulo y que el posible avance que mi técnica pueda tener sea más patente.

No voy a enrollarme más, simplemente ¡disfrutad!


1. A mal tiempo, buena cara

El cielo azul coronado por un radiante sol de primavera, ningún ruido en la habitación (a excepción del rutinario murmullo nasal de Crabbe) y dentro de unas horas, un partido de esos que marcan una época. O al menos un año en Hogwarts.

Gryffindor contra Slytherin.

Deliciosas predicciones recorren su mente mientras mantiene los ojos cerrados y el sopor es un velo que aún fusiona sueño y realidad. Sonríe contra la almohada con pereza, sintiendo como la luz diurna se cuela entre las cortinas y acaricia su mejilla en un acto íntimo que nadie más tiene permitido hacerle.

Hay ciertas cosas que hacen que, dentro de la habitual aversión, Hogwarts le parezca un lugar algo más agradable. Y uno de esos motivos es el quidditch. Cuando se sube a la escoba, hay cosas que desaparecen y otras que se vuelven imprescindibles. En el aire, la normativa habitual es sustituida por otra mucho más del gusto de Draco. La altivez, la lucha y la competición hasta el extremo tienen el camino libre en un deporte no apto para débiles. Y un Malfoy ni siquiera cuenta la palabra débil entre su vocabulario. Concluye, resuelto y satisfecho, que será un día hecho a su medida.

Se despereza con lentitud, prometiéndose a sí mismo no imprimir más prisa de la necesaria en sus acciones hasta la hora del partido. Necesita reservarse. Y necesita ganar. Está en juego la reputación de todo un año, la sublime satisfacción de mirar por encima del hombro a los Gryffindor durante 365 días enteros. Por Merlín que sí.

Vuelve la cabeza y encuentra la cama de Nott vacía. Ese inquieto muchacho siempre tiene algo nuevo por aprender y solo por eso despierta una curiosa simpatía en Draco. Cuando todos se tapan la cabeza con las sábanas y maldicen al que haya inventado la palabra madrugar, Nott ya está vestido y terminando de preparar los libros para bajar a desayunar. Despeinado y silencioso, recoge su pijama (es el único que no duerme en ropa interior –como él mismo- o incluso desnudo -¡aparta esa imagen de Goyle de tu cabeza, Draco!-) y echa un vistazo a la cama de al lado. Lo hace de reojo, como todo, pero Draco siempre procura no protestar demasiado y abrir los ojos lo antes posible para no perderse ese momento vespertino.

Hace casi diez años que se conocen y han cruzado las palabras justas, pero Draco siente que Theodore le ha dado muchas lecciones desde sus silencios. Recuerda una situación especialmente dura que fue la comidilla de medio Slytherin durante cuarto curso:

- Eh, tú, empollón. Dicen que tu amiguita esa, la Greengrass, es mestiza. ¿Es verdad que intercambias fluidos con una sangresucia? – inquirió Jack Spencer.

Nott estaba en un rincón de la sala común, recogiendo y metiendo en la cartera los libros que poco antes Zabini le había tirado al suelo 'accidentalmente'. Draco pensó que ante la provocación saldría de su ensimismamiento y le partiría un par de dientes al gilipollas de Spencer, pero no hizo amago de moverse ni un ápice. Siguió recogiendo sus cosas, y solo cuando terminó, miró a los ojos al otro Slytherin y sonrió de medio lado. No fue una sonrisa triunfal, ni una sonrisa altiva. No le miró con odio ni añadió una frase despectiva. Simplemente curvó la boca con inocencia, se puso la mochila al hombro y lo rodeó para desaparecer por la puerta y abandonar la sala común.

Draco aún recuerda la cómica expresión que quedó en la cara de Spencer. Nott no había pretendido humillarle o vencerle en un hipotético combate verbal, y sin embargo lo había hecho. Draco sabe que nunca será capaz de tener la misma reacción que su silencioso compañero. Pero aún hoy sigue sintiéndose orgulloso de él.

Se abrocha los últimos botones de la camisa sorprendiéndose de su propio optimismo y suelta una carcajada mientras piensa hoy estoy que me salgo. Y el reflejo que el espejo le devuelve parece opinar lo mismo.

De camino hacia el comedor tararea una melodía que su madre adora y joder¿soy yo o es un día perfecto? No sabe la respuesta, pero lo que sí sabe es que no piensa desaprovecharlo. Pasa el umbral del comedor y echa un vistazo en busca de Pansy. La encuentra al final de la mesa, rodeada de su grupo de estúpidas amigas. Hoy estás de suerte, nena. Se dirige hacia ella, decidido a darle los buenos días con alegría, pero inmerso en sus buenos propósitos choca frontalmente con una túnica verde y presurosa. Inconvenientes de ir siempre mirando por encima del hombro. Suelta uno de sus bufidos habituales, pero decide que nada merece empañar SU día y deja que la ira se diluya. Pero mirando hacia abajo se encuentra con un Nott sudoroso, que se revuelve el pelo en señal de dolor y le mira con disculpa. Draco siente algo extraño, pero antes de poder identificar de qué se trata, Theo ya ha dado media vuelta y sale por la puerta recuperando el ritmo presuroso que llevaba.

Draco frunce el entrecejo, sorprendido una vez más por ese muchacho, y se encoge de hombros volviendo a su objetivo inicial.


Media hora. Queda media hora escasa para que el espectáculo dé comienzo y su corazón va a un ritmo desbocado. Está en sentado en el vestuario, esperando a que el resto de su equipo termine de vestirse aunque él ya lleve casi una hora listo para entrar en acción. En medio del ajetreo, Draco agacha la cabeza entre las piernas e intenta concentrarse. Siente cómo acaricia el triunfo con las yemas de los dedos y tiene ganas de reír compulsivamente. Me estoy volviendo loco.

Suena el silbato de la profesora Hooch e intercambiando una mirada con el resto del equipo, Slytherin sale junto a Gryffindor en fila de uno hacia el campo. Potter camina a su lado, sonriendo el muy bastardo, no sabe lo que le espera. Todos han ascendido ya con sus escobas mientras Draco espera frente a Harry la señal de la profesora para darle estrujarle la mano.

- ¿Preparado, Potter? – le espeta escupiendo su apellido.

- ¿Para ganar? Siempre, Malfoy – Draco intenta replicar, pero Hooch llega y solo alcanza a esbozar una sonrisa sarcástica.

Se eleva en el aire, por fin completo, seguro, pletórico. La temperatura es cálida y el sol sigue apuntando desde el horizonte como bendiciendo el sacro partido que acaba de comenzar. Merodea por el campo tranquilo, esperando una señal dorada que le agite el corazón. Atisba a Potter bajando como un rayo el muy condenado sabe volar hacia el césped y ahí está su oportunidad. Se arroja en cuerpo y alma hacia él, intentando compartir la visión de la snitch, y una vez identificada, lo empuja contra las gradas por si acaso.

Lo pierde de vista durante un rato, mientras sigue incansablemente a la pelota alada, y creyendo ganada la partida, lo ve resurgir de las entrañas de una de las torres del campo furioso y agresivo. Maldita sea. Durante unos minutos que a Draco se le antojan interminables, ambos buscadores vuelan hombro con hombro con el brazo extendido, buscando con ansiedad la victoria, alzándose la rivalidad entre ambos como un muro de hierro.

Joder. Joder. Joder. Joder. Potter avanza. Potter adelanta. Potter alcanza. Potter gana.

Draco grita. Grita como nunca lo ha hecho en su vida. Grita con furia, con dolor, con orgullo herido. Grita deseando que los tímpanos de todos esos jubilosos Gryffindor estallen y alcancen a sentir lo que por su sangre corre ahora mismo. No quiere bajar. Quiere quedarse ahí, suspendido en el aire eternamente. No puede soportar las caras de decepción, de tristeza, de compasión. ¡Qué sabrán ellos de nada¡Estúpidos, ignorantes, bastardos!

Aterriza con demasiada violencia, pero no le importa. No puede sentir nada. No puede. Y qué hago. Qué hago ahora. Busca algo con la mirada, algo que le quite el sentimiento desgarrador que lo rodea. Encuentra los ojos de Pansy, que le miran con la misma decepción que todos, encuentra los de Snape, cetrino y desdeñoso. Joder. Quiere enterrar la cabeza y llorar durante años. Pasa una mano temblorosa por el sudoroso y blanquecino pelo mordiéndose el labio hasta hacerse sangre. Se tapa la cara con ambas manos y berrearía como un enano de primero si no estuviera delante de cientos de personas.

Siente la presencia de alguien a su lado. Se gira y ve algo que no espera. Lo que menos necesita. Nott habla con esa chiflada que gritaba cosas incoherentes desde la grada de Gryffindor, Lunática Lovewant o algo así. Y parecen a gusto. Incluso Nott sonríe. ¡Nott sonríe! Merlín, si hoy no se vuelve loco, nunca lo hará. No puede soportarlo. Joder, Nott parece contento. ¿Qué chiste le estará contando esa lunática?

- ¿Qué es lo que te hace tanta gracia, estúpido? – pregunta sintiendo que se asfixia, aspirando todo el aire que es capaz. – ¡Hemos perdido el partido y tú te dedicas a reírte con una chiflada! – la sangre se agolpa en torno a su cara.

- Luna me decía que habéis jugado bien, aunque algo sucio. Yo pienso igual. ¿Y tú?

Theodore habla sin denotar ningún tipo de tristeza o decepción. No le mira acusándole de ninguna desgracia ni le taladra esperando una disculpa esperpéntica. Simplemente le pregunta. Habla con él como no lo ha hecho nunca. Le sonríe solo porque le apetece, porque hemos jugado bien. Theodore le perdona sin siquiera haber valorado culpa alguna. Frente a los malos tiempos que se ciernen sobre Slytherin a raíz de esta derrota, Nott sonríe dejándole sin palabras.

Y Draco siente no solo que le han dado una lección, sino que le han vuelto a ganar por segunda vez en el mismo día.


N/A 26/04/2010: Obviamente, esta nota final es cierta y de hecho me intenté ajustar a ella y espero haberlo conseguido, pero es evidente que esto ya no es solo acerca de Draco. No duden del papel de Nott, es mi character mimado y cometí el error de no indicar su protagonismo desde el principio para no crear confusión.

N/A: Eso es todo. Tal vez les haya resultado un poco rara, a mí en cierto modo también, pero creo que Draco es mucho más suspicaz y tiene más comprensión de lo que creemos. Aún no he leído DH y tal vez por eso me resulte más bonito hacer conjuras a cerca de lo que Draco puede y no puede ser.

De su actuación en HBP saqué varias conclusiones. Una de ellas es que en realidad tiene la completa noción de que es muy imperfecto y de que comete errores continuamente, pero se refugia tras una actitud pedante precisamente para tapar esos defectos, pues permitirse ser él mismo le acarrearía numerosas complicaciones.
También creo que es el gran incomprendido de HP. En realidad, su situación es más complicada incluso que la del propio Harry, pues éste tiene su camino perfectamente marcado y gente a su alrededor que se encarga de asegurarlo. Sin embargo, Draco no cuenta con nadie. Su padre es un cabrón y un cobarde que por tener una ambición desmedida ha acabado con el rabo entre las piernas y metiendo a su hijo en temas de vida o muerte. Su madre sí, le quiere, como toda madre que se precie, pero no cuenta con la influencia necesaria para sacarle del embrollo.
Es el fruto de dos apellidos que pesan demasiado sobre él, e intentar labrarse un futuro propio le haría acabar como Sirius Black. Muerto y despreciado por toda su familia.

Por eso y por mucho más, a lo largo de estas viñetas me gustaría transmitiros todo lo que Draco inspira en mí, lo que siempre he pensado que es y lo que iré descubriendo conforme avance. Por muy saturado y trabajado que esté, confío en sacarle algo nuevo. Quiero un Malfoy que no sea solo apellido. Y trabajaré duro para conseguirlo.

Espero les haya gustado y ya saben¡cualquier cosa estaré encantada de saberla por review!

Que os vaya bonito,

FactionB.