Reto de "Parejas Extrañas"

Reto "Post DH. Nueva generación"

POR UN DÍA, O PARA SIEMPRE


La estaba mirado desde el extremo del Gran Salón. Otra vez.

- "Rose Weasley no puedes sentir escalofríos cada vez que piensas en él" - se reprendió mentalmente la gryffindor - Esto no esta bien...

- ¿Qué no está bien?

- Nada Hugo, olvídalo...

Su hermano menor resopló. A pesar de tener sólo 12 años y estar en segundo curso se sentía ya como un adulto y no toleraba que lo trataran como un niño.

- ¡Está bien, no me lo digas si no quieres! - gritó - Voy a buscar a Albus. Al menos aunque el está en cuarto año como tú, no se dedica a ignorarme...

- ¡Ey, Hugo...no te enojes! - gritó al ver que su hermano se alejaba.

La chica se pasó una mano por los cabellos, en un gesto de preocupación. Ahora sí que lo había arruinado.

Últimamente todo le estaba saliendo mal. Todo por culpa de ese...

- Malfoy.

- ¿Me llamabas? - preguntó una voz tras de ella.

- ¡Ah!

Rose se llevó una mano al pecho, no había sentido su presencia. ¿Cómo lograba hacer eso?

- Lo siento, ¿te asusté? - preguntó con algo de ironía y una sonrisa en sus labios que bien podría valer un millón de galeones.

Como odiaba cuando hacía eso.

- No, para nada.

- Lástima...creí que con un buen susto te olvidarías de esa idiotez tuya de intentar superarme.

- ¡No es ninguna idiotez!

La gryffindor recordó las palabras de su padre: "Asegúrate de machacarle en cada examen, Rosie. Gracias a Dios heredaste el cerebro de tu madre."

- Si no mal recuerdo te he superado en tres exámenes.

- Y yo en otros tres – rebatió ella. - No tengo nada que demostrar: soy mejor que tú y cualquier cosa que hagas yo la puedo hacer diez veces mejor.

Scorpius ignoró su comentario.

- Hoy es el desempate en el examen de pociones. Y todo el mundo sabe quién es el número uno en esa materia… - susurró

- Sí, todo el mundo sabe que el mejor es: James Sirus Potter. - respondió ella con una media sonrisa tomando sus libros y saliendo del lugar.

El rubio fue tras ella.

- ¿Podrías dejar de soñar, Weasley? - resoplò el muchacho - ¡Ese tipo jamás se fijará en ti!

Rose rió disimuladamente. Desde luego que ella no quería la atención de James, él sólo la veía como su mejor amiga y eso no le afectaba en absoluto. ¿Cómo era posible que creyeran que le atraía James? - se preguntó - Lo conocía de toda la vida, eran primos, vamos ¡casi era como su hermano!

- Eres un idiota Malfoy. - bufó la joven al ver que el muchacho no comprendía en absoluto la situación.

Por su cercanía con los Potter los rumores no habían dejado de circular y todos parecían creer que ella estaba loca por James, y no era para menos:

El guapo capitán del equipo de quidditch de gryffindor y alumno sobresaliente de Defensa contra las Artes Oscuras y Pociones era una verdadera delicia a los ojos de cualquier chica en Hogwarts, por no añadir la fama de su padre.

- ¿Idiota? – Repitió el chico ofendido – Eso lo eres tú si crees que él si quiera notará que eres una chica.

Rose habría querido gritarle que era un reverendo soquete por creer esos rumores, pero había llegado a un punto tal que ya no le importaba desmentirlos, lo que fuera que dijeran de ella a sus espaldas no le haría alejarse de Lily, Albus o James.

- ¿Y qué te hace pensar que no lo ha notado ya? - preguntó agitando un poco sus cabellos cobrizos, provocándolo. Le encantaba hacer rabiar a Scorpius.

La mandíbula del rubio se tensó y sus ojos grises centellaron de manera casi imperceptible. - ¿Se atrevió a tocarte? - la interrogó el chico haciendo que disminuyera la velocidad de su paso.

La gryffindor se sonrojó hasta la raíz del cabello. ¿Qué clase de pregunta es esa?

- Eso no te interesa.

Él se alejó y volvió a apurar su caminata hacia el aula de pociones.

- Tienes razón: no me interesa.

- ¡Más te vale que no cometas ni un sólo error Malfoy o ya sabes lo que te pasará!

Scorpius ya no le respondió, ambos habían hecho una apuesta a principios de año: quien obtuviera las mejores calificaciones en los exámenes finales recibiría un beso del perdedor y le podría pedir a éste lo que quisiera sólo por ese día. Lo cual era absurdo, perdiera quien perdiera ambos tendrían que besarse.

Rose sintió un repentino dolor estomacal. Lo que sus abuelos maternos llamaban "mariposas en el estómago", tomó una bocanada de aire y entró con paso firme al aula.

- El examen durará una hora exacta que es lo que tomará hacer la poción somnífera, los ingredientes están en su mesa, pero deberán escogerlos con cuidado pues algunos de ellos no pertenecen a esta poción, además deberán mezclar en las medidas y proporciones exactas, bien...¡comiencen! - ordenó el profesor.

Poción somnífera. Eso era sencillo... ¿no?

- "Cielos...¿qué seguía después de los cabellos de unicornio?"


La hora había pasado demasiado rápido, sólo quedaban 3 minutos y su poción que debía lucir púrpura tenía un tono semi-violeta ¿eso no era tan malo, o sí?

- ¡El tiempo ha terminado! - anunció el profesor. - Ahora pasaré a sus mesas y les diré su calificación final...primero...Albus Severus Potter

El chico con cabellos color ébano, tan parecido a su famoso padre avanzó tímidamente mientras el profesor examinaba su poción y decía:

- Aceptable.

Albus suspiró aliviado, al menos no había reprobado; pero ya se imaginaba lo que diría

James cuando se enterara que su hermano era un desastre en pociones mientras que él era un as en esa materia.

- Siguiente...Scorpius Hyperion Malfoy

El rubio, a diferencia de Albus, avanzó con calma y suficiencia. Mientras tanto, el mentor sonrió complacido, mientras examinaba la poción del chico y escribía unas cuantas notas en su lista:

- Extraordinario.

La clase entera soltó un suspiro de admiración... Rose sabía que no había forma de ganarle a Scorpius, lo máximo a lo que podría aspirar era a un empate y por su deficiente poción, desde luego ni siquiera a eso lograría.

- Srita.Weasley...usted es la siguiente.

Rose asintió acercando su caldero hacia el profesor quien dirigió una vaga mirada al contenido del mismo.

- Me parece que le puso polvo de cuerno de toro en vez de hojas de anémona.

¿Anémona? ¡Claro, eso era!

- Por lo demás su poción estaría perfecta, así que le daré un Supera las Expectativas.

Ella asintió evitando mirar al rubio quien seguro sonreía triunfante. Escucho el resto de las calificaciones de sus compañeros pacientemente, se esperó hasta ser la última en salir, incluso después del maestro, y se preparó mentalmente para lo que estaba por venir, desde luego Malfoy cobraría ese mismo día su premio.


- Si que tardas Weasley...

- ¿Me estabas esperando?

- ¿Creías que olvidaría los términos de la apuesta?

- Desde luego que no – tembló sosteniendo con más fuerza sus libros – Pero pensé que sería más tarde.

- Este me parece un buen momento, el salón está desierto, el profesor se ha ido, tú y yo estamos aquí: solos.

- Bien, entonces...hagámoslo rápido. - dijo colocando sus útiles en el pupitre más cercano.

Scorpius negó con la cabeza.

- No, me temo que hoy yo soy quien pone las reglas.

- Sólo por hoy. - le recordó Rose.

- Es por eso que no pienso desaprovechar la ocasión.

- ¿No te han dicho tus padres que no te relaciones con mestizas? - preguntó ella irónicamente.

El rubio rió por lo bajo.

- Vamos Rose – la tuteó – Eso de la "pureza de la sangre" es anticuado hasta para mi familia, aunque no lo creas mis padres apoyan que me relacione con las personas que deseé, aunque debo admitir que mis abuelos aún no están del todo convencidos.

- Ah, entonces está bien... - murmuró la chica sin saber más que decir.

- ¿En verdad pensaste que con ese argumento absurdo harías que me olvidara de nuestro trato?

No, de hecho no lo esperaba.

- Comencemos. - anunció - Primero lo primero: Acércate...

Ella obedeció.

- Más cerca...

- ¿Así? - preguntó Rose cuando se encontró a escasos siete centímetros de Scorpius.

- Ahora pon tus brazos en mis hombros o alrededor de mi cuello, como tu prefieras...no quiero que te caigas.

- ¿Porqué habría de caerme? - preguntó ella colocando con timidez sus manos en los hombros de él.

El chico no le respondió, simplemente la tomó por la cintura y acercándola por completó a él cubrió sus labios con los suyos. Una caricia, dos, tres...Rose no parecía reaccionar...se sentía tan bien, cerró los ojos, rodeó el cuello de Scorpius con sus brazos y le dio acceso a su boca.

El beso se hizo más profundo, más intenso, casi urgente. Cuando el rubio se apartó un poco para respirar ella soltó un gemido, no sabía si era de alivio o de necesidad.

- Scorpius... - el chico continuaba una de sus manos su cintura de ella y la otra se había deslizado a su cadera. - Acordamos que sólo sería un beso.

- Cierto, pero también acordamos que por el resto del día de hoy el perdedor haría lo que el ganador le ordenara.

- No me llames perdedora.

El rubio volvió a reír.

- ¿Vas a pedirme que te bese de nuevo? - preguntó ella con timidez.

Scorpius la tomó con suavidad por la barbilla y examinó sus labios. Rojos e hinchados por el largo beso que compartieron.

- Eso te encantaría ¿verdad?

Rose no contestó la pregunta, sólo enrojeció.

- Continuaremos con esto, te lo aseguro – prometió – Pero aún no. - reforzó la presión de su brazo sobre su cintura. - No hasta que me digas exactamente que relación tienes con James Potter.

- ¿Perdón?

- Ya me oíste.

- Te dije que eso no era de tu incumbencia.

- Recuerda nuestro trato, te he dado una orden. Responde. ¿James y tú...ustedes se han besado. ¿Él te ha tocado? - la presión se hizo más intensa – Tu rostro, tus labios...ese maravilloso cabello tuyo... - dijo soltando la cadera de Rose y enredando sus dedos entre la melena cobriza de ella. - O quizás...

- ¡James nunca haría algo así, el que sea mayor no quiere decir que sea un pervertido como tú! - gritó con todas sus fuerzas - ¡Es mi primo por todos los cielos! – Estalló - Y para que lo sepas ¡sólo somos amigos!

Tan enérgicas afirmaciones parecieron satisfacer enormemente al chico.

- Entonces...¿nadie más te ha...

- No.

- ¿Y yo soy el primero que...

- Sí.

Ella estaba sonrojándose de nuevo.

- ¿Me dejarías terminar alguna pregunta?

- Ya lo hiciste - murmuró.

Scorpius rió con ganas y atrajo con fuerza a Rose, abrazándola.

- Eres estupenda, siempre pareces querer tener la última palabra - le susurró al oído -

Dime: ¿fallaste la poción a propósito?

- ¡Nunca! - exclamó ofendida.

- Entonces... ¿obedecerás todo lo que te diga?

- Sólo por hoy. - le recordó de nuevo.

- Y... ¿saldrías conmigo?

- Eso no entra en el acuerdo. - dijo la chica frunciendo el ceño.

Scorpius besó su frente y la miró con una ternura que desde luego no había heredado de su padre. Aunque exteriormente eran idénticos, por dentro era muy diferente de Draco Malfoy.

- ¿Y si te propusiera un nuevo trato?

- ¿A qué te refieres?

- Si eres amable y afectuosa conmigo – dijo - prometo obedecerte hoy, y mañana, y al día siguiente, y quizás...para siempre – masculló besando su cuello.

- ¿Este nuevo trato empezaría hoy? - preguntó intentando ignorar el cúmulo de emociones que se alojaban en su pecho.

- Sólo si eres muy amigable – dijo con él picardía, acariciándola de nueva cuenta.

¿Sería posible que él no se diera cuenta de lo que le estaba haciendo? Si seguía así ella no podría negarse, de hecho: No quería negarse.

- Esta bien...acepto. - dijo con renuencia

Scorpius sonrió y con facilidad la levantó en el aire, haciéndola dar vueltas. Entusiasmado.

- ¿Y cuál será tu primera orden? - preguntó cuando al fin dejaron de girar.

- Primero...acércate... - dijo ella.

El rubio sabía a donde iba, así que con gusto obedeció.

- Más cerca...

- ¿Así? - preguntó Scorpius acorralándola contra el muro más próximo.

- Ahora pon tus brazos en mis hombros – susurró ella tímidamente - o alrededor de mi cuello,

como tu prefieras...no quiero que te caigas.

La escena se estaba repitiendo.

- ¿Y porqué habría de caerme? - preguntó él.

Cuando la gryffindor enredó su cuerpo con el de él y lo besó con la intensidad con la que ella había sido besada entes, Scorpius supo que había sido buena idea sujetarse.


- "Esto es un error" - pensó Rose mientras caminaba tomada de la mano de Scorpius Malfoy hacia el Gran Comedor - "Papá me lo advirtió" - la joven revivió las palabras que le dijo su padre el día que entró a Hogwarts:

"No seas muy amigable con él, Rosie. El abuelo Wesley nunca te perdonaría que te casaras con un sangre pura."

- ¿Pasa algo Rose?

Ella miró los ojos color acero de su novio y luego pensó en su abuelo. Se había resistido por cuatro largos años, pero ahora...

- Para nada. – Respondió sonriéndole y apretando más su mano, mientras le daba un rápido beso en los labios - "Lo siento abuelo...tendrás que perdonarme."

FIN


Notas de la Autora:

Wow...¿pueden creer que hice esto en un sólo día? Eso sucede cuando la inspiración deja de estar en huelga, jajaja.

Puede que Rowling haya destruido nuestras ilusiones con Draco y Herm, pero aún no lo hace con Rose y Scorpius, así que...aún podemos soñar.

Por favor, si les gustó este one-shot o simplemente quieren hacerme un comentario de cualquier clase yo recibiré gustosa sus reviews, recuerden que son una parte esencial para mejorar como escritora, quien sabe ustedes podrían estar formando a una próxima premio nobel ;D

Atte. Aimé

P.D.

Espero que visiten el foro "Príncipes de Hogwarts" del cual soy moderadora, el ENLACE lo encontrarán en mi PROFILE.

"Cada review que dejas, salva un árbol"